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PROTOCOLO UNIVERSAL PARA MANEJO CLÍNICO Y ACOMPAÑAMIENTO DE PADRES EN CASO DE MUERTE GESTACIONAL O PERINATAL


La señora PROVOSTE (Presidenta).- Pasamos a la discusión del proyecto que figura en el tercer lugar de la tabla del día de hoy, el cual se verá antes que el segundo, por acuerdo adoptado por la Sala.
Me refiero al proyecto de ley, iniciado en moción de las Senadoras señoras Sabat, Goic, Provoste y Von Baer y del Senador señor Quinteros, en primer trámite constitucional, que establece un estándar especial en relación con el manejo clínico y acompañamiento a madres y padres que hayan sufrido una muerte gestacional o perinatal, con informe de la Comisión de Salud, la cual lo discutió en general y en particular.
--A la tramitación legislativa de este proyecto (boletín 14.159-11) se puede acceder a través del vínculo ubicado en la parte superior de su título.
La señora PROVOSTE (Presidenta).- Le ofrezco la palabra al señor Secretario, para que haga la relación de la iniciativa.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- Gracias, señora Presidenta.
La señora Presidenta ha puesto en discusión el proyecto de ley, en primer trámite constitucional, iniciado en moción de los Honorables Senadores señoras Sabat, Goic, Provoste y Von Baer y del señor Quinteros, que establece un estándar especial en relación con el manejo clínico y acompañamiento a madres y padres que hayan sufrido la muerte gestacional o perinatal, iniciativa correspondiente al boletín N° 14.159-11.
El objetivo del proyecto es que todas las instituciones de salud, ya sean públicas o privadas, cuenten con un protocolo universal en caso de muerte perinatal, con manejo clínico y acompañamiento psicoemocional acorde para contener a la madre, al padre y al núcleo más cercano del nonato o mortinato fallecido. A su vez, propone aumentar el número de días de permiso que en cada caso se indica al trabajador que sufra la muerte de un hijo.
La Comisión de Salud deja constancia de que discutió el proyecto en general y en particular, en virtud del acuerdo adoptado por la Sala del Senado en su sesión del 19 de mayo del presente año. Asimismo, hace presente que esta iniciativa de ley no contiene normas que requieran quorum especial de aprobación, ni afecta a la organización o atribuciones de los tribunales de justicia.
La Comisión aprobó la idea de legislar por la unanimidad de sus miembros, Honorables Senadores señoras Goic y Von Baer y señores Chahuán, Girardi y Quinteros. En particular, aprobó la iniciativa con las modificaciones y votaciones unánimes que se consignan en su informe.
El texto que se propone aprobar se transcribe en la página 13 del informe de la Comisión y en el boletín comparado que sus Señorías tienen a su disposición en la Sala, el cual también se encuentra disponible en la plataforma de la sesión remota o telemática y ha sido remitido a los correos electrónicos de todas las señoras y señores Senadores.
Es todo, señora Presidenta.
La señora PROVOSTE (Presidenta).- Muchísimas gracias.
Le ofrezco la palabra al Presidente de la Comisión de Salud, Senador Rabindranath Quinteros, para que rinda el informe correspondiente a la Sala.


El señor QUINTEROS.- Gracias, Presidenta.
Complementando la relación realizada por el Secretario, debo decir que una de las críticas que más frecuentemente se formulan a los sistemas de salud es la creciente deshumanización en las relaciones entre sus actores y el trato a las personas.
Dentro de las situaciones complejas que viven las familias, y en particular las mujeres, está la pérdida gestacional, lo que hace necesario desarrollar condiciones dignas no solo para abordar la muerte de una hija o un hijo, sino además para evitar secuelas en el estado de salud físico y mental de la madre y su entorno más cercano, en especial la depresión y la ansiedad.
Este proyecto establece que las instituciones de salud públicas y privadas deberán contar con un protocolo universal en caso de muerte perinatal, con manejo clínico y acompañamiento psicoemocional acorde para contener a la madre, principalmente, pero también al padre y al núcleo más cercano del nonato o mortinato fallecido, debido al fuerte impacto que produce la situación de duelo en una familia.
Este proyecto agrega, en la letra b) del artículo 5 de la ley 20.584, lo siguiente: "Realizar acciones concretas de contención, empatía y respeto por el duelo de cada madre y padre que hayan sufrido una muerte gestacional o perinatal".
También modifica el artículo 66 del Código del Trabajo en los términos indicados por el Secretario, para que su inciso primero diga: "En caso de muerte de un hijo, todo trabajador tendrá derecho a diez días corridos de permiso pagado. En caso de la muerte del cónyuge o conviviente civil, todo trabajador tendrá derecho a un permiso similar, por siete días corridos. En ambos casos, este permiso será adicional al feriado anual, independientemente del tiempo de servicio".
Asimismo, el proyecto agrega un inciso segundo, que establece: "Igual permiso se aplicará, por siete días hábiles, en el caso de muerte de un hijo en período de gestación, y por tres días hábiles, en caso de la muerte del padre o de la madre del trabajador".
Esta iniciativa, Presidente, fue aprobada por unanimidad en la Comisión, por lo que solicito a la Sala que proceda en igual forma.
Y si me permite, Presidenta, puedo aprovechar la oportunidad para justificar mi voto y así no volver a tener que usar de la palabra de nuevo.
La señora PROVOSTE (Presidenta).- Siga nomás, Senador.
El señor QUINTEROS.- Gracias.
Presidenta, sabemos que no hay ley alguna que pueda moderar siquiera el dolor de una familia tras perder un hijo por nacer o recién nacido. Sí podemos, en cambio, ofrecer una respuesta legislativa que entregue un espacio de alivio a las madres y padres que se enfrentan a una situación tan traumática como esta; un espacio de alivio que, tristemente, hasta el día de hoy no existe.
La pérdida gestacional es, indudablemente, un acontecimiento complejo para cualquier familia. Sufren especialmente las mujeres, pero también los hombres comprometidos con la paternidad.
Nos hemos conmovido escuchando dolorosos testimonios de madres y padres que han experimentado esta realidad, sin apoyo, sin contención, enfrentando la incomprensión de un sistema que mayoritariamente omite todas aquellas circunstancias relacionadas con el sufrimiento personal.
Uno de los conceptos más repetidos en la discusión de esta iniciativa ha sido el de la deshumanización. En efecto, por mucho tiempo la pérdida gestacional o perinatal fue minimizada, e incluso invisibilizada, como si el embarazo fuera un proceso exento de emociones, y la pérdida, una cuestión exclusivamente biológica.
Desde ese enfoque, el tema no ha sido motivo de especial preocupación, ni en el sistema de salud, que no se hace cargo de los efectos físicos ni psicológicos de las madres, ni en los lugares de trabajo, donde hasta ahora no existe un permiso o trato especial para quienes enfrentan el duelo.
Debemos recuperar, como sociedad, la capacidad de reconocer el sufrimiento de las personas, y en lo posible, ofrecer las herramientas y los espacios necesarios para sobrellevar el dolor.
Por eso, creemos necesario desarrollar condiciones dignas, a través de un marco legal, no solo para abordar la muerte de una hija o un hijo, sino además para evitar secuelas en el estado de salud física y mental de la madre y su entorno más cercano, atendiendo en especial a secuelas como la depresión y la ansiedad.
Este proyecto establece que las instituciones de salud, públicas y privadas, deben contar con un protocolo universal en caso de muerte perinatal, que garantice un manejo clínico y un acompañamiento psicoemocional que permita contener a la madre, principalmente, pero también al padre y al núcleo más cercano del hijo o hija fallecido, respetando el duelo de la familia, y también considera asegurar un tiempo exento de obligaciones laborales.
En definitiva, no basta con que nos conmovamos privadamente ante el sufrimiento; debemos establecer un marco claro de mejor trato, tanto en el ámbito clínico, durante y después del proceso de pérdida, como en el espacio laboral.
No es habitual que un texto legal contenga entre sus ideas matrices los conceptos de "empatía", "contención" y "respeto". No es común que las frías leyes se hagan cargo de la necesidad de humanizar procesos y relaciones, pero, como bien sabemos, el país está cambiando y las leyes también deben hacerse cargo de representar estos cambios sociales.
Hoy, desde este Senado, tenemos la oportunidad de contribuir a ese cambio, que tan bien le hace al país, ayudando, con esta iniciativa, a recuperar el sentido de humanidad que muchas veces perdemos de vista, y a consolidar una sociedad no solo más consciente del bienestar del prójimo, sino también más preocupada de garantizar atención y alivio a quienes sufren el trauma de la pérdida gestacional o perinatal.
Voto a favor.
He dicho.
La señora PROVOSTE (Presidenta).- Muchas gracias, Senador.
No está abierta aún la votación.
Si usted quiere, puede solicitar su apertura.
El señor QUINTEROS.- Sí, solicito abrir la votación, Presidenta.
La señora PROVOSTE (Presidenta).- Perfecto.
El señor QUINTEROS.- Me imagino que la aprobación va a ser por unanimidad.
La señora PROVOSTE (Presidenta).- Entonces, si le parece a la Sala, así se acuerda.
En votación.
--(Durante la votación).
La señora PROVOSTE (Presidenta).- Tiene la palabra la Senadora Carolina Goic.
El señor QUINTEROS.- Voto a favor.
La señora PROVOSTE (Presidenta).- Señor Secretario, consigne el voto a favor del Senador Quinteros.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- Gracias, señora Presidenta.
Se consigna el voto a favor del Senador señor Quinteros.
La señora PROVOSTE (Presidenta).- Senadora Carolina Goic, tiene usted la palabra.


La señora GOIC.- Gracias, Presidenta.
Por supuesto, mi voto es favorable, porque me parece que, tal como señalan tanto el informe como el Presidente de la Comisión, esta ley tiene que ver con humanidad, con garantizar que haya una norma técnica, en un período acotado de seis meses, y con hacerse cargo de lo que Aracelly Brito, mamá de Dominga, de quien se separó a las treinta y seis semanas de gestación, ha encabezado.
Yo quiero ocupar este tiempo para ser la voz de Aracelly, quien ha guiado esta cruzada, y leer parte de una carta que nos ha hecho llegar a los Senadores y las Senadoras, donde se describe cómo se asume el dolor que significa, para una madre y para un padre, la pérdida de un hijo en edad gestacional.
Ella se pregunta:
"¿Es mucho pedir? ¿Es mucho pedir un momento de despedida digna con ellos, que se dignifiquen sus nombres? ¿Podemos quedarnos con un recuerdo?
"¿Es mucho pedir respeto? ¿Que no nos dejen en habitaciones con madres y sus hijos nacidos vivos? ¿Que haya un símbolo que anticipe al personal de salud, y así evitar que nos pregunten por nuestros hijos?
"¿Es pedir demasiado que nos brinden consuelo? ¿Que nos digan una palabra justa, que un psicólogo nos oriente, poder ir a controles posteriores separadas de las madres embarazadas o con sus guagüitas recién nacidas?
"¿Es eso mucho pedir?"
La respuesta a Aracelly es que no, que no es mucho pedir; es lo que merecemos, independiente de las semanas de gestación.
No podemos seguir minimizando el dolor más desgarrador que puede existir, que es la muerte de un hijo.
Es fácil decir que el cielo necesitaba un angelito, cuando ese angelito no es de uno.
Es fácil decir: "qué bueno que pasó ahora, y no cuando estuviese más grande".
Yo les pregunto a esas personas: ¿les dolería menos si un hijo muriera a los tres años y no a los diez, a los veinte o a los treinta?
El amor de una madre a un hijo no se mide en semanas, meses o años. Amamos a nuestros hijos e hijas desde que la prueba de embarazo sale positiva, e incluso desde mucho antes.
Por favor, ayúdennos a que la Ley Dominga sea una realidad. Su apoyo, Honorables miembros del Senado -por su intermedio, Presidenta-, es fundamental para que el personal de salud de los centros privados y públicos del país pueda contar con herramientas para enfrentar esta dura realidad.
Ayúdennos a crear conciencia.
Ayúdennos a poder vivir nuestro duelo de la mejor manera posible, a vivir un nuevo embarazo, manejando ese horroroso miedo de volver a vivir lo mismo.
Ayúdennos a que nuestra salud mental sea prioridad.
Seamos pioneros en Sudamérica en crear un protocolo para estos casos, marquemos un hito y seamos ejemplo para otros países del mundo.
"En nombre de mi familia," -aquí, en la voz de Aracelly- "y de todas aquellas que forman esta tribu llamada `Ley Dominga', les pido de lo profundo de mi corazón que no nos abandonen en el peor momento de nuestras vidas, que nos ayuden a dejar de ser invisibles.
"Muchas gracias a la Senadora Marcela Sabat, por ser parte de nuestra voz, a la Senadora Carolina Goic, al Senador Rabindranath Quinteros, a la Senadora Ena von Baer y a la Presidente del Senado, Yasna Provoste, y su equipo, por permitirnos luchar y poder resignificar la existencia de tantos bebés estrellas y los que vendrán.
"La Ley Dominga hoy día es por Aracelly, pero también es por todos, es por todas.".
Esa es la carta que Aracelly nos hizo llegar, Presidenta, y creo que no puede transmitir de mejor manera el sentido de esta iniciativa, de la cual agradezco ser parte y celebro que fuera tramitada con celeridad. No tengo dudas de que sucederá lo mismo en la Cámara de Diputados.
He dicho, Presidenta.
La señora PROVOSTE (Presidenta).- Muchas gracias, Senadora Carolina Goic.
Y agradezco también la generosidad de transformar el dolor en una oportunidad de mejorar las condiciones para tantas mujeres que enfrentan esta situación.
Le ofrezco la palabra al Senador Iván Moreira.


El señor MOREIRA.- Sin duda, Presidenta, este es un tema muy sensible, como otros tantos.
En primer término, yo quisiera señalar con respecto a este proyecto que no debe de haber dolor más grande para un padre que sobrevivir a un hijo, es un sufrimiento que se lleva para toda la vida y no hay terapia para ello, solo el tiempo y la reflexión. El ciclo de la vida se perpetúa con cada nuevo integrante y, como padre, solo puedo imaginar lo que viven y padecen aquellos padres y madres que ven rotas sus esperanzas y quebrados sus sueños.
En muchos casos, el sistema de salud no está preparado para enfrentar situaciones tan difíciles y dolorosas como esta, cuando un hijo fallece apenas nacido o antes de nacer. Para muchos, en esos casos no hay vida, pero para sus padres no solo hay vida: hay sueños, esperanzas, proyección, risas, familia. Ese hijo que no termina de llegar provoca un vacío evidente, la soledad en que queda la madre es muy grande, esos padres merecen un acompañamiento especial.
Por lo mismo, creo que es urgente, y se agradece la discusión en general y en particular, legislar sobre formas de acompañamiento para intentar reparar el daño físico y emocional que se produce en esas circunstancias.
Qué bueno que nos preocupemos de cosas del alma y esta iniciativa lo hace. Felicito a quienes lograron plasmar este sentimiento en un proyecto de ley: un protocolo de manejo clínico, acorde a las necesidades de los padres, con respeto, pero también con empatía. Eso habla de la mirada que debemos tener como sociedad.
Creo que la misma pandemia ha hecho reflexionar al ser humano en el mundo, nos ha conmovido con tanta muerte, egoísmo, cosas que pasan. Sí, el mundo cambió con esta pandemia y espero que en lo humano, en la generosidad, en el alma, seamos capaces de entender este proceso que estamos viviendo, de falta de libertad, de confinamiento, de no poder sentirnos libres.
Por lo mismo, es importante un protocolo de manejo clínico acorde a las necesidades de los padres, con respeto y esa empatía a la que me refería. Esto habla de la mirada que debemos tener como sociedad, a propósito de la reflexión que hice. Aumentar el plazo de descanso laboral para que las familias puedan tener el duelo apropiado es de toda justicia.
Sabemos que hay vida aun antes del nacimiento, lo sentimos, lo vivimos. Reconocer más allá de las ideologías una realidad innegable nos acerca desde lo más profundo, desde lo más íntimo, nos hace más humanos. Por lo mismo, con mucha fuerza, con mucho cariño apruebo este proyecto, que alimenta el alma en momentos difíciles. Es bueno pensar que no todo nos divide, que esa intolerancia en la que muchas veces caemos, cuando por las razones que sea pensamos distinto y no respetamos la opinión del otro, no nos impide llegar a consensos tan importantes como un proyecto de esta naturaleza, que, como dije, alimenta el alma.
Pero tenemos que hacerlo realidad, no podemos hacer solo poesía de lo que nace del corazón cuando uno habla de este proyecto; porque hay cosas que no se escriben, que nacen del corazón. Esta iniciativa tiene que ser una realidad y para eso la autoridad, el Gobierno que esté a cargo tiene que hacerlo efectivo. Eso es avanzar en el camino de la felicidad de las personas. ¿Qué busca el hombre? La felicidad.
Creo que es muy importante un proyecto de esta naturaleza, porque acompaña a las personas en dolores tan difíciles como perder a un hijo.
Voto a favor, Presidenta.
La señora PROVOSTE (Presidenta).- Muchas gracias al Senador Iván Moreira.
Le ofrezco la palabra, de inmediato, a la Senadora Marcela Sabat, quien es autora de este proyecto de ley y ha cumplido un rol muy importante en él.


La señora SABAT.- Muchas gracias, Presidenta.
"¿Qué es lo que siempre pierdes?". Con esta pregunta comienza una de tantas campañas con las que el Movimiento Ley Dominga intenta concientizar sobre la muerte gestacional y perinatal. ¿Qué es lo que siempre perdemos? Las llaves, el cargador, el teléfono o el reloj, quizás. Porque lo que perdemos son objetos, Presidenta; no perdemos a nuestras guaguas. Las mujeres, las familias no perdemos a nuestros hijos o hijas: las mujeres sufrimos una muerte gestacional, una muerte perinatal.
Una de cada cuatro mujeres sufre este inmenso dolor, este duelo, invisibilizado en la sociedad y en muchas ocasiones en nuestras familias y amistades y, por cierto, también invisible a los ojos del Estado. Hasta ahora. Un duelo en el que para muchos suele tener más derecho la madre con más semanas de gestación: "Ah, pero eran poquitas semanas". O, para otros, un duelo que se pasa con la llegada de otro embarazo: "No importa, eres joven. Ya tendrás otra guagüita".
Y lo cierto, Presidenta, estimados Senadores y Senadoras, es que la que ha sufrido una muerte gestacional sabe que no es para nada fácil: que no solo viene acompañada de un cambio físico, hormonal y psicológico, sino que también de una sociedad que no comprende su dolor y que no la acompaña en su duelo.
Este proyecto nace, como bien se ha dicho, de la petición de Aracelly Brito Muñoz, gestora social del Movimiento Ley Dominga. Ella tiene treinta y un años, vive en la comuna de San José de Maipo, está casada con Maximiliano y es madre de Maximiliano, de ocho años, de Julián de nueve semanas de gestación y de Dominga, de treinta y seis semanas de gestación.
Quiero citar una parte de la carta que nos envió a todos los Senadores, si me permiten, Presidenta:
"A veces no puedo ni respirar, es como si me hubieran congelado el corazón, pero por alguna razón sigue latiendo y duele. Duele el cuerpo, duele el alma, duele vivir. Cuando preguntan cómo estoy, no sé qué decir. Estoy viva, respirando, en modo automático a veces. Pero estoy acá y no me puedo quedar con los brazos cruzados viendo cómo otras mamás, cómo otras familias no tan solo sufren la muerte de sus hijos y de sus hijas, sino que también sufren las faltas de protocolo, trato digno, reconocimiento de sus guagüitas, al igual que mi familia y yo.".
Presidenta, ¿cómo vive una madre en Chile una muerte perinatal o gestacional? Los abortos son meros trámites, ocurren y al otro día debes seguir trabajando como si nada pasara; o por el posparto de tu hijo fallecido te toca estar en la misma sala con otras madres que sí tuvieron a sus hijos vivos; llorar tu dolor, escuchando el llanto de otras guagüitas en el mismo piso; o lamentar la muerte sin poder despedirte del cuerpo de tu guagua, porque, muchas veces, es concebido a ojos de los profesionales de la salud, como desecho biológico.
No queremos culparlos a ellos -me refiero a los profesionales de la salud-, porque claramente debe de ser muy difícil sobrellevar duelos ajenos, día a día, sin tener conocimiento de cómo hacerlo. Lo que buscamos es justamente lo contrario. Con este proyecto venimos a exigir que todas las instituciones de salud, ya sean públicas o privadas, cuenten con un protocolo universal en caso de muerte perinatal, en donde haya un manejo clínico y acompañamiento psicológico y emocional acorde para contener a la madre principalmente, pero también al padre y al núcleo más cercano del nonato o mortinato fallecido. Esto es porque el impacto es tan fuerte que produce una situación de duelo en la familia entera, siendo el manejo por parte de los profesionales que atienden a las madres y a los padres una intervención clave en la forma en que se enfrentará a futuro la fase de un duelo sano para asumir esta muerte.
También el proyecto, como se ha dicho, aumenta el plazo del permiso con goce otorgado en el Código del Trabajo cuando se ha sufrido la muerte de un hijo nacido vivo o una hija nacida viva, como también de aquel fallecido en gestación. Esto, en atención a que el plazo considerado hoy en dicho Código es completamente insuficiente. Si bien entendemos que el plazo que estamos estableciendo en este proyecto no es el óptimo para vivir un duelo de esta magnitud, estimamos que ampliarlo a diez y siete días, respectivamente, al menos permite tener un período para comenzar a vivir el duelo y buscar cómo abordarlo.
Vivir sanamente un duelo y ser acompañada con respeto implica poder honrar al hijo o la hija quedándote aquí en vida, sabiendo que no podrás verlo.
Los sentimientos de impotencia, de incapacidad, de culpabilidad y de autodepreciación constituyen la base sobre la que se desarrollan las diferentes manifestaciones psicopatológicas del síndrome posaborto, preferentemente las formas clínicas depresivas y adaptativas. Dentro de las más comunes a corto plazo se destaca la alta tasa de trastornos de estrés postraumático y, a mediano y largo plazo, la depresión, haciendo que más de un 90 por ciento de las mujeres con muertes gestacionales sufran estas enfermedades. Y esto es lo que buscamos evitar con este proyecto, Presidenta.
Termino solicitando a esta Sala ojalá la aprobación unánime de un proyecto que es transversal, de una iniciativa que, como también se ha dicho, busca empatía, humanidad y que permitirá de cierta forma, estoy segura, resignificar el duelo de tantas madres, de tantos padres y de muchas familias y, por cierto, también dignificar la existencia de nuestros bebés, de nuestras guagüitas "estrellas" que no lograron el término de su gestación o sufrieron una muerte perinatal.
Muchas gracias, Presidenta, por la rápida tramitación del proyecto en esta Sala, en este Senado. Y espero que en la Cámara de Diputados logremos exactamente lo mismo.
La señora PROVOSTE (Presidenta).- Muchas gracias, Senadora Sabat.
¡Felicitaciones por el esfuerzo!
Le solicitamos, para efectos del registro, que pueda reiterar su intención de voto.
La señora SABAT.- Por cierto, Presidenta, ¡con el corazón y muy contenta, voto a favor!
La señora PROVOSTE (Presidenta).- Muchas gracias.
Ha solicitado la palabra en la Sala la Senadora Ena von Baer.
Puede intervenir, señora Senadora.


La señora VON BAER.- Gracias, Presidenta.
Este proyecto nos vuelve a mostrar cuánta humanidad, cuánta empatía nos hacen falta actualmente en nuestra sociedad.
Durante su discusión pudimos escuchar -y lo agradezco profundamente- el doloroso testimonio de la coordinadora del Movimiento Ley Dominga, la señora Aracelly Brito, ya citada aquí. Ella nos contó su experiencia personal y lo difícil que fue vivir la muerte de su hija Dominga. Nos relató que, al sentir que su hija se movía menos, se comunicó con la matrona, quien simplemente le indicó que comiera chocolate y que se pusiera del lado izquierdo. Sin quedar conforme, y con ese sentimiento que muchas veces tenemos las mamás de que algo no anda bien, decidió realizar una ecografía de manera particular, la que arrojó o mostró que Dominga tenía una complicación, lo que en definitiva significó su muerte.
Hasta ahí la historia es profundamente dolorosa. Sin embargo, lo que sigue es aún más desgarrador, puesto que el testimonio de Aracelly nos mostró el tratamiento que sufren muchas mujeres y padres que pierden a sus hijos antes de nacer. Porque, como ocurre numerosas veces, trataron la muerte de Dominga como un mero trámite; se trató a su hija como un desecho biológico. En ningún momento tuvo contención, apoyo y, menos, un seguimiento o soporte psicológico por parte del personal médico. Al solicitar poder abrazar a su hija unos minutos, le dijeron que no se podía, que no tenía derecho a ello, que solo la podía mirar. Después de insistir muchas veces, y gracias a la empatía de una de las anestesistas, le permitieron tomar y abrazar a Dominga para poder despedirse.
Posteriormente, tuvo que recuperarse de la cesárea en el mismo lugar, en el mismo piso donde estaban las mamás con sus hijos recién nacidos. No me puedo imaginar su dolor de aquella noche al escuchar a las demás mamás y el llanto de las guagüitas, estando ella sola con su dolor.
Luego tuvo que volver al recinto hospitalario a realizarse las curaciones de la cesárea. Y fíjense que tuvo que ir al mismo lugar donde estaban las mamás que tenían en sus brazos a sus guagüitas ya con un par de días.
Presidenta, esta situación es inaceptable, es dolorosa.
Yo le agradezco a Aracelly haber compartido su testimonio, porque deja en evidencia lo que muchas veces vivimos en nuestra sociedad.
Tenemos que aprender a demostrar empatía, respeto, cariño y apoyo a las miles de mujeres y los miles de hombres que sufren la pérdida de un hijo que está por nacer.
No se puede minimizar el dolor de una madre por el solo hecho de que su hijo o hija no alcanzó a nacer. La muerte, señora Presidenta, es igual de dolorosa dentro o fuera del vientre.
Este proyecto de ley busca exigir a los establecimientos de salud realizar las acciones concretas de contención, de empatía y de respeto por el duelo de cada madre y padre que haya sufrido la muerte perinatal de su hijo o hija. También establece el derecho a diez días corridos de permiso pagado para todo trabajador o trabajadora que haya sufrido la pérdida de un hijo, y a siete días de permiso en caso de muerte de un hijo o una hija en período de gestación.
Presidenta, yo agradezco ser también autora de este proyecto, junto a la Senadora Sabat, que fue quien nos invitó. Es una iniciativa que, creo, va en la dirección absolutamente correcta y constituye un avance en esta materia. Pero todos sabemos que nos falta mucho aún por poder avanzar en temas de empatía y de acompañamiento en todo lo relacionado con el tratamiento y el sector salud.
El duelo, señora Presidenta, es un proceso muy importante, porque debemos incorporar la muerte de un ser querido de manera sana a nuestras vidas. Esconder el dolor y la muerte como si no hubiera ocurrido nos transforma en una sociedad dura, deshumanizada y poco empática.
Me alegro de que, con el voto de todos, hoy podamos avanzar hacia una sociedad más humana, más empática y más compasiva.
Gracias, señora Presidenta.
He dicho.
La señora PROVOSTE (Presidenta).- Muchas gracias a la Senadora Ena von Baer.
De la misma manera, le quiero agradecer que haya sido también la voz de mujeres que han sufrido y que hoy día son parte de este proyecto de ley.
Le ofrezco la palabra al señor Secretario porque hay Senadores y Senadoras que han solicitado anticipar su voto sin fundamentar.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- Gracias, señora Presidenta.
Han solicitado adelantar su voto, sin fundamentar, las señoras Senadoras y los señores Senadores que mencionaré a continuación.
Senador señor García-Huidobro, ¿cómo vota?
Senadora señora Carmen Gloria Aravena, ¿cómo vota?
La señora ARAVENA.- A favor, señor Secretario.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- Gracias.
Vota a favor.
Senador señor Guillier, ¿cómo vota?
El señor GUILLIER.- Señor Secretario, voto a favor y felicito, por supuesto, a las colegas autoras de este proyecto.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- Gracias.
Vota a favor.
Senador señor De Urresti, ¿cómo vota?
El señor DE URRESTI.- A favor, señor Secretario.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- Gracias.
Vota a favor.
Senador señor Huenchumilla, ¿cómo vota?
El señor HUENCHUMILLA.- Presidenta, con los sentimientos expresados por nuestras colegas Senadoras, voto a favor.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- Gracias.
Vota a favor.
Senadora señora Allende, ¿cómo vota?
La señora ALLENDE.- Voto a favor.
Es un proyecto muy necesario, y felicito a las autoras.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- Gracias.
Vota a favor.
Senador señor Montes, ¿cómo vota?
El señor MONTES.- Voto a favor, señor Secretario.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- Gracias.
Vota a favor.
Senador señor Prohens, ¿cómo vota?
Senador señor Pugh, ¿cómo vota?


El señor PUGH.- Muchas gracias, señor Secretario.
Brevemente, fundamentaré mi voto.
Acompaño las intervenciones de las colegas, especialmente de la Senadora Marcela Sabat, quien ha reflejado de forma muy emotiva lo que una madre siente.
Los padres contribuimos, estamos presentes, pero lo vivimos de modo distinto.
Nos enteramos recién de que hay un 27 por ciento de probabilidades de tener una pérdida en el primer embarazo. ¡Así de alto es! Puede incluso llegar a 1 de cada 3.
Esa realidad les ha tocado a muchas familias; a la nuestra en particular, y no solo una vez, varias veces.
Y todo lo que la Senadora ha señalado lo hemos vivido, y en distintas instancias; incluso, yo siendo director de un hospital.
Cómo no voy a comprender la realidad de lo que se está viviendo, la realidad que ocurre en el área de maternidad, que es el lugar donde las madres afectadas están, y todo lo que viene después.
Por eso, entendiendo lo humano, lo más importante es que nuestras leyes siempre se hagan parte de las personas sobre las cuales estamos legislando. Hay que entender que esa empatía tiene que existir, pero no por haber vivido esa situación -no todos tienen esa experiencia o esa oportunidad-, sino por lo que significa.
En tal sentido, señora Presidenta, creo que es muy oportuno que exista un protocolo adecuado, estandarizado, que permita dar dignidad a este proceso y entender que lo que ha ocurrido es una vida que ha partido. Esa vida que no alcanzó a nacer, que no alcanzó a ser RUT, es reconocida. Y eso es lo más lindo.
Quiero valorar todas las anteriores intervenciones. ¿Por qué? Porque han demostrado lo más valioso: el concepto de una familia, el concepto de dar vida. Y es el concepto que queremos proteger.
También darles a las familias que les toca vivir esto la oportunidad de poder hacerlo bien.
Señora Presidenta, yo creo que la forma en que se ha abordado el proyecto, la manera en que se está manejando, es el camino correcto. Y espero que podamos hacer una votación por amplia mayoría.
Voto a favor, señora Presidenta.
He dicho.
La señora PROVOSTE (Presidenta).- Muchas gracias.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- Gracias.
Vota a favor.
Senador señor Soria, ¿cómo vota?
El señor SORIA.- Voto a favor, señor Secretario.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- Gracias.
Vota a favor.
Senadora señora Van Rysselberghe, ¿cómo vota?
Senador señor García-Huidobro, ¿cómo vota?
Senador señor Kast, ¿cómo vota?
¿Alguna señora Senadora o algún señor Senador aún no ha emitido su voto?
¿Senador señor García-Huidobro?
¿Senador señor Kast?
¿Senador señor Prohens?
El señor KAST.- A favor.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- Senador señor Kast, ¿cómo vota?
El señor KAST.- A favor.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- Gracias.
Vota a favor.
Senadora señora Van Rysselberghe, ¿cómo vota?
¿Alguna señora Senadora o algún señor Senador aún no ha emitido su voto?
La señora PROVOSTE (Presidenta).- Terminada la votación.
--Se aprueba en general y en particular el proyecto (33 votos a favor y 1 pareo), y queda despachado en este trámite.
Votaron por la afirmativa las señoras Allende, Aravena, Carvajal, Ebensperger, Goic, Órdenes, Provoste, Sabat y Von Baer y los señores Alvarado, Castro, Chahuán, Coloma, De Urresti, Durana, Elizalde, Girardi, Guillier, Huenchumilla, Insulza, Kast, Lagos, Latorre, Letelier, Montes, Moreira, Ossandón, Pizarro, Pugh, Quintana, Quinteros, Sandoval y Soria.
No votó, por estar pareado, el señor García.
La señora PROVOSTE (Presidenta).- Queda aprobada la iniciativa y despachada a la Cámara de Diputados para su segundo trámite.