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PROHIBICIÓN DE CONDICIONAMIENTO DE PERMANENCIA DE ESTUDIANTES A CONSUMO DE MEDICAMENTOS PARA TRATAR TRASTORNOS DE CONDUCTA


El señor DE URRESTI (Vicepresidente).- A continuación, corresponde tratar el proyecto, en segundo trámite constitucional, que modifica la Ley General de Educación y la Ley sobre Subvención del Estado a Establecimientos Educacionales, en el sentido de prohibir que se condicione la permanencia de estudiantes al consumo de medicamentos para tratar trastornos de conducta, con informe de la Comisión de Educación y Cultura.
--Los antecedentes sobre el proyecto (11.662-04) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley:
En segundo trámite: sesión 58ª, en 10 de octubre de 2018 (se da cuenta).
Informe de Comisión:
Educación y Cultura: sesión 91ª, en 23 de enero de 2019.
El señor DE URRESTI (Vicepresidente).- Tiene la palabra la señora Secretaria General.
La señora BELMAR (Secretaria General subrogante).- El principal objetivo del proyecto es impedir que los establecimientos educacionales condicionen la incorporación, asistencia o permanencia de los estudiantes al consumo de medicamentos para tratar trastornos de conducta, haciendo concordante la norma establecida en la Ley sobre Nueva Educación Pública (N° 21.040) con lo dispuesto en la Ley General de Educación, para que sea aplicable a todo el sistema educacional.
La Comisión de Educación y Cultura discutió el proyecto en general y en particular, en virtud del acuerdo adoptado por los Comités con fecha 8 de enero de 2019; aprobó la idea de legislar por la unanimidad de sus miembros, Senadores señoras Provoste y Von Baer y señores García, Latorre y Quintana, y lo aprobó también en particular, con las votaciones y enmiendas que consigna en su informe.
Cabe hacer presente que el artículo único del proyecto de ley propuesto por la Comisión es de rango orgánico constitucional y requiere para su aprobación 24 votos favorables.
El texto que se propone aprobar se consigna en las páginas 33 y 34 del respectivo informe.
El señor QUINTANA (Presidente).- En discusión general el proyecto.
Tiene la palabra la Senadora señora Provoste.


La señora PROVOSTE.- Señor Presidente, esta iniciativa, que viene a modificar la Ley General de Educación y la Ley sobre Subvención del Estado a Establecimientos Educacionales, tiene su origen en una moción parlamentaria cuya principal autora es la Diputada Cristina Girardi, a quien acompañaron, entre otros, el Diputado Jaime Bellolio. Se trata de una propuesta muy transversal.
Es importante señalar que cuando se discutió el proyecto de Ley de Nueva Educación Pública, se dispuso como elemento fundamental que no se podría exigir como condicionante para que un estudiante se mantuviera en un establecimiento educacional el que debiese estar sujeto a la suministración de medicamentos. Sin embargo, como en ese momento se estaba discutiendo sobre educación pública, ello se instauró solo respecto de establecimientos educacionales que tuviesen dicho carácter.
Sin embargo, dicha realidad se vive en muchos otros. Sin ir más lejos, la Superintendencia de Educación ha emitido diversos dictámenes a raíz de que algunos colegios obligan a muchos padres y apoderados a suministrar medicamentos a sus hijos o hijas con el propósito de mantener la matrícula.
Chile, después de Estados Unidos, es el país que presenta los más altos índices de problemas en materia de salud mental. Hoy, una forma de disrupción es el trastorno por déficit atencional e hiperactividad, el cual ha encendido la alarma de numerosas comunidades educativas y de gran cantidad de profesionales.
En esta materia existe una contradicción que el proyecto busca dejar en evidencia.
La propia Organización Mundial de la Salud establece, en su guía de intervención para trastornos mentales, neurológicos y por uso de sustancias en el nivel de atención de la salud no especializada, que la medicación es la última alternativa, por los riesgos que representa para la salud de los y las estudiantes del sistema educativo.
Es más, en Chile, por una parte, se ha llevado adelante una campaña muy importante para derrotar la obesidad, pero, por la otra, esta campaña de medicar a los alumnos genera problemas de obesidad muy significativos.
Cuando los estudiantes son mal diagnosticados con déficit atencional, cuando sus familias son conminadas a medicar a sus hijos para poderlos mantener matriculados en un establecimiento educacional y se les comienza a suministrar un fármaco que no está definido para ellos, los riesgos de desencadenar un suicidio infantil son grandes.
Por lo tanto, hoy tenemos una realidad que es lacerante: la enorme tasa de suicidios que se da en nuestro país. Y uno se pregunta: ¿no será acaso por malos diagnósticos? ¿No será acaso por la exigencia y la obligación de medicación que muchas comunidades educativas hacen para que los jóvenes se mantengan matriculados?
Por eso, este proyecto de ley busca poner en concordancia una disposición que el Congreso en su conjunto ya aprobó a la hora de legislar respecto de la Nueva Educación Pública, cuando estableció que no se puede condicionar la matrícula de un alumno a la suministración de determinados medicamentos por, fundamentalmente, trastornos del aprendizaje. Esto no guarda relación con aquellos diagnósticos que efectivamente son realizados por profesionales y que se refieren a otro tipo de enfermedades que requieren una suministración de medicamentos permanente, como es el caso de la diabetes detectada a temprana edad. Considero importante mencionarlo.
Señor Presidente, quiero agradecer a los Diputados que presentaron esta iniciativa, particularmente a su autora principal, la Diputada Cristina Girardi, por su intención de avanzar en justicia y no condicionar la incorporación, asistencia o permanencia de los estudiantes a la suministración de algún tipo de fármaco.
Y reitero: en aquellos casos en que exista una prescripción médica efectuada por un especialista con estricto cumplimiento de los protocolos del Ministerio de Salud, la escuela deberá otorgar todos los apoyos necesarios para asegurar la plena inclusión de los alumnos.
Agradezco a los profesionales de la Biblioteca del Congreso que durante la tramitación del proyecto entregaron una visión muy detallada de lo que fue su discusión en la Cámara de Diputados, así como a los especialistas, básicamente médicos psiquiatras, que también acompañaron este debate, sobre todo para advertir el grave riesgo en el que hoy se encuentran muchos jóvenes que son obligados a recibir un medicamento para mantenerse en determinado establecimiento, contraviniendo las normas de la propia Organización Mundial de la Salud.
Por eso, señor Presidente, llamamos a la Sala a aprobar esta iniciativa.
El señor QUINTANA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor García.


El señor GARCÍA.- Señor Presidente, tal como lo ha explicado la Senadora Yasna Provoste, la Comisión de Educación de este Senado aprobó por unanimidad la idea de legislar para prohibir que se condicione el ingreso o permanencia de niños y jóvenes estudiantes al consumo de determinados medicamentos.
La verdad es que cuando recién conocimos este proyecto a mí me pareció increíble que tuviéramos que legislar sobre la materia, porque considero sorprendente que en algunos colegios se obligue a que los alumnos deban tomar algunos medicamentos como condición para ingresar o permanecer en él.
Un trabajo realizado por profesionales de la Biblioteca del Congreso demostró que la sobremedicación y a veces el sobrediagnóstico se hallan presentes en muchos de nuestros niños y jóvenes, a quienes se les obliga a consumir fármacos que en diversas ocasiones terminan repercutiendo en su desempeño escolar.
Yo creo que esta es una campanada de alerta, un llamado de atención a las comunidades educativas y, por supuesto, a los padres y apoderados.
En los casos en que los estudiantes tienen recetado un tratamiento, este se debe cumplir, incluso en el colegio, en la medida en que sea informado oportuna y adecuadamente. Sin embargo, no se debe ceder a la presión de "Solo le recibo a su hijo si consume tal medicamento", o "Solo permanecerá en la escuela si consume este otro fármaco", para que, en definitiva, el estudiante logre un comportamiento o una conducta que no entorpezca las relaciones ni la disciplina al interior del establecimiento.
Estoy hablando, por supuesto, de medicamentos que tienen efectos en la vida de nuestros niños y nuestros jóvenes. Y por eso estimamos que es necesario legislar sobre la materia, para prohibir, concretamente, que se condicione el ingreso o la permanencia de estudiantes al consumo de ciertos medicamentos.
Anuncio mi voto favorable.
El señor QUINTANA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Latorre.


El señor LATORRE.- Señor Presidente, esta iniciativa persigue como propósito impedir que los establecimientos educacionales condicionen la incorporación, asistencia o permanencia de los estudiantes al consumo de medicamentos para tratar trastornos de conducta, haciendo concordante la norma establecida en la Ley sobre Nueva Educación Pública con lo dispuesto en la Ley General de Educación y la Ley de Subvención Educacional Preferencial, para que sea aplicable a todo el sistema educacional.
Algunos antecedentes.
En el contexto actual de una sociedad exitista, consumista, resulta necesario tener estudiantes dóciles, que se porten bien en la sala de clases, que no sean disruptivos y que, de alguna manera, traten esta disrupción tan sobrediagnosticada en nuestro sistema escolar como es el trastorno por déficit atencional e hiperactividad.
Es importante señalar el incentivo perverso que implica el actual sistema de subvención escolar, basado en la asistencia, que obliga a tener más alumnos por sala, deteriorando las capacidades de los docentes y de las comunidades educativas para atender las necesidades educativas especiales.
Cabe destacar que, conforme a guías de la Organización Mundial de la Salud, se establecen expresamente para los trastornos de la conducta -término amplio que recubre los trastornos de déficit atencional y la hiperactividad- diversas acciones que deben ser implementadas previas a la medicación y que dicen relación con diversos apoyos psicosociales. Estos informes indican que "no se debe suministrar metilfenidato a menores de 6 años", y también, como recomendación general, que "no se use medicinas para los trastornos de conducta de niños y adolescentes". Luego agregan que dicho medicamento puede considerarse para la hiperactividad bajo los supuestos que se mencionan en el propio manual. Sin embargo, existe evidencia de que en Chile la importación de estos medicamentos ha experimentado un aumento considerable, generando además un muy buen negocio para las farmacias.
Se recogen múltiples expresiones de preocupación que en el trabajo en terreno se han recibido de padres y apoderados, referentes a las exigencias que realizan algunas escuelas en orden a llevar a los niños a especialistas neurólogos o psiquiatras con el fin encubierto de medicarlos, existiendo incluso un fallo judicial al respecto.
A su vez, se destaca que el uso abusivo de fármacos psiquiátricos en la infancia puede gatillar diversos problemas de salud que vienen descritos en los mismos prospectos de los medicamentos que se les suministra a niños pequeños y adolescentes, como ideación suicida, somnolencia, distonías, anorexia, aumento de peso, síndrome neuroléptico maligno y trastornos cardiacos.
Es importante señalar que si bien resulta fundamental regular esta situación, solo se atacan sus síntomas y no los factores de fondo. En ese sentido, urge una política de fomento de la salud mental en los centros educativos de nuestro país.
Chile muestra altas tasas de suicidios infantojuveniles y de trastornos de salud mental de distinto tipo, por lo cual se requiere, en definitiva, no atacar únicamente los síntomas ni abordar con medicamentos una cuestión que es mucho más compleja, integral y que necesita un abordaje biosicosocial no solo individual, sino también grupal, familiar y que se lleve a cabo también desde el entorno y las comunidades educativas.
Por lo tanto, urge una política de fomento de la salud mental en nuestras comunidades educativas y no solo abordar este aspecto regulatorio de no discriminación con esos niños.
Por eso, voy a votar a favor, pero haciendo el alcance de que esta iniciativa resulta insuficiente para enfrentar la crisis de salud mental que tenemos en nuestro país.
Gracias.
El señor QUINTANA (Presidente).- Tiene la palaba la Senadora señora Rincón.


La señora RINCÓN.- Señor Presidente, deseo saludar y felicitar a los autores de esta moción, las Diputadas Cristina Girardi, Camila Rojas, Marisela Santibáñez y Camila Vallejo y los Diputados Jaime Bellolio, Ricardo Celis, Juan Santana y Gonzalo Winter.
La verdad es que resulta bien impresionante lo que ocurre en nuestro país y en los colegios.
El doctor en psicología infantil e investigador Felipe Lecannelier afirma que "El sobrediagnóstico y la sobremedicación son una de las muchas estrategias sociales que reflejan un patrón cultural chileno que está enfermando progresiva y gravemente a los niños, lo que da cuenta de una epidemia silenciosa y oculta en la salud socioemocional de los niños".
Lo cierto, señor Presidente, es que esta afirmación es reflejo de una cruda realidad.
Permitir que nuestros niños y jóvenes sean medicados para acceder y mantenerse en las escuelas y los colegios es una vulneración a sus derechos fundamentales. Lo hemos conversado con usted, ya que somos parte de la Comisión de Infancia. Y cuando decimos que los niños deben ser nuestra primera preocupación, ¡esto no se puede permitir! Además de vulnerar sus derechos fundamentales, también estamos afectando su derecho a la salud, a la educación, a la igualdad y no discriminación arbitraria, y a su dignidad, por el simple hecho de ser niños con trastornos de déficit atencional e hiperactividad.
No puede ser que en los colegios les exijan estar medicados. No puede ser, señor Presidente, que aceptemos que los establecimientos educacionales estén exigiendo a los niños consumir metilfenidato y risperidona solo porque los obliga a estar enfocados, a controlar sus acciones, a permanecer quietos y en silencio.
La risperidona es un medicamento que se ocupa en el tratamiento de la esquizofrenia en adultos y en niños de al menos 13 años de edad, o para el trastorno bipolar. El metilfenidato, por su parte, es un fármaco estimulante que produce efectos similares a las anfetaminas.
Aquellas exigencias, señor Presidente, constituyen claramente una violencia institucional contra nuestros niños que debemos erradicar. Es una violencia que se ejerce contra los menores que tienen problemas en sus procesos educativos e implica aceptar una definición de identidad infantil como "patológica", que lleva a estigmatizarlos como "problemáticos", "indeseables", y que además genera un rechazo social hacia ellos.
Eso es, sin duda, discriminatorio, pero sobre todo violento.
Cuando uno mira el estudio del doctor Lecannelier, que este expuso en el edificio del ex Senado, queda impresionado con lo que allí se refleja.
De 200 educadoras consultadas a lo largo del país, de jardines públicos y privados, el 92 por ciento de ellas, señor Presidente, respondió así a las siguientes preguntas:
-"¿Qué es para ti un niño/a ideal?". Se respondió: "Un niño/a tranquilo, concentrado, obediente y educado".
-"¿Qué no es para ti un niño/a ideal?". Se dijo: "Un niño/a agresivo, hiperactivo, desordenado, desatento, flojo".
-"¿Qué es para ti una clase ideal?". Se señaló: "Una clase tranquila, sin ruidos, con niños bien comportados y concentrados... buenos alumnos".
Ello, señor Presidente, no hace más que expresar una dificultad en el proceso de formación educativo cuando tenemos niños con trastornos que presentan conductas propias de una simple expresión del estrés, así como la inadecuación a modelos educativos necesarios para estos y otros niños con requerimientos especiales.
Considero que este proyecto de ley es necesario y urgente, porque estamos desarrollando patrones y conductas que no corresponden.
Por tanto, en defensa de nuestros niños, niñas y adolescentes, voto a favor.
El señor QUINTANA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Sandoval.
El señor SANDOVAL.- Señor Presidente, estamos frente a un proyecto de gran significación e importancia. Por ello, solicito segunda discusión para esta iniciativa.
El señor QUINTANA (Presidente).- Muy bien, precisamente porque se trata de un proyecto de gran relevancia, corresponde que se siga analizando mañana por la Sala.
En la primera discusión, ofrezco la palabra.
Ofrezco la palabra.
--El proyecto queda para segunda discusión.