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ENMIENDAS EN MATERIA DE DESIGNACIÓN DE VOCALES Y DE EXPENDIO DE BEBIDAS ALCOHÓLICAS EN PROCESOS ELECCIONARIOS


El señor BIANCHI (Vicepresidente).- A continuación, corresponde ocuparse en el proyecto de ley, en primer trámite constitucional, iniciado en moción de los Senadores señores Araya, Harboe, Espina, Larraín y Matta, que modifica las leyes Nos 20.640 y 18.700 en lo relativo a la designación de vocales y al expendio de bebidas alcohólicas en los procesos electorales que señala, con informe de la Comisión de Gobierno, Descentralización y Regionalización.
--Los antecedentes sobre el proyecto (10.847-06) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley (moción de los Senadores señores Araya y Harboe y de los entonces Senadores señores Espina, Larraín y Matta):
En primer trámite: sesión 40ª, en 10 de agosto de 2016 (se da cuenta).
Informe de Comisión:
Gobierno, Descentralización y Regionalización: sesión 13ª, en 8 de mayo de 2018.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor LABBÉ (Secretario General).- El principal objetivo de esta iniciativa es establecer que en las elecciones primarias en que participe un partido o pacto solo podrán ser vocales de mesa los militantes de las colectividades políticas que disputan la primaria y los independientes. Asimismo, se propone terminar con la prohibición de venta de alcohol en el día de una elección.
La Comisión de Gobierno, Descentralización y Regionalización discutió este proyecto solamente en general y aprobó la idea de legislar por la unanimidad de sus integrantes, Senadores señora Ebensperger y señores Araya, Bianchi, Galilea y Quinteros.
Cabe tener presente que los dos artículos permanentes requieren, para su aprobación, el quorum especial de las tres quintas partes de los Senadores en ejercicio, de conformidad con lo establecido en la disposición decimotercera transitoria de la Constitución Política de la República, en relación con lo dispuesto en el artículo 18 de la misma Carta Fundamental; esto es, el voto favorable de 26 señores Senadores.
El texto que se propone aprobar en general se transcribe en la página 6 del primer informe de la Comisión y en el boletín comparado que Sus Señorías tienen a su disposición.
Nada más, señor Presidente.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- En discusión general.
Tiene la palabra el Senador señor Araya, uno de los autores de la moción y Presidente de la Comisión de Gobierno.


El señor ARAYA.- Señor Presidente, esta iniciativa de ley, como muy bien dijo el señor Secretario, nació de una moción que presenté junto con los Senadores Harboe, Espina, Larraín (ahora Ministros los dos últimos) y Matta (hoy Diputado).
Básicamente, se pretende legislar respecto de dos materias.
La primera dice relación con quienes pueden ser vocales en las elecciones primarias.
Cuando se legisló sobre la designación de candidatos a alcalde, a parlamentarios o a Presidente de la República, el Congreso Nacional mantuvo la regla general de que cualquier persona, salvo la que estuviera afectada por alguna inhabilidad legal, podría ser vocal.
Después de realizada la primera elección primaria legal -en mi caso, para postular a representar las comunas de Antofagasta, Tocopilla y Calama, principalmente-, recibimos una serie de reclamos de personas que fueron designadas vocales respecto de partidos políticos o pactos electorales de los cuales no eran adherentes. Sostenían, con justa razón, que esa era una carga absolutamente innecesaria que no les correspondía soportar, en atención a que en las primarias los conglomerados políticos solo buscan designar a sus candidatos. No se elige en esa oportunidad a la autoridad que, en definitiva, ejercerá el cargo.
En razón de eso presentamos esta iniciativa, la que obviamente deberá ser objeto de perfeccionamiento. A tal efecto y si es aprobada por la Sala, pediremos un plazo para formular indicaciones.
El objetivo es que sean designados vocales de mesa en las elecciones primarias solamente quienes militan en los partidos políticos que adhieren al pacto electoral respectivo y los independientes que lo suscriben. Queremos que una persona que no esté interesada en participar o pertenezca a una tienda política distinta no termine como vocal.
Eso ocurrió, por ejemplo, en las primarias de la Alianza por Chile para designar a su candidato presidencial. Muchos militantes de partidos de la Nueva Mayoría terminaron como vocales ese día y reclamaron, con justa razón: "¿Por qué nosotros tenemos que estar recibiendo los votos de los candidatos de la Derecha?".
Se propone que solo sean designados como vocales en una elección primaria quienes militen en los partidos o pactos participantes y los independientes que adscriban a ellos.
De esa forma, se liberará de dicha carga electoral a aquellos chilenos que no estén interesados en participar en la designación de los candidatos de determinado sector político.
El segundo objetivo del proyecto de ley tiene que ver con una prohibición que, a mi juicio, ha ido quedando un poco obsoleta: la de vender alcohol el día de las elecciones.
Todos sabemos que rige la ley seca a partir de las cinco de la mañana hasta dos horas después del acto electoral, lo que se traduce, básicamente, en la prohibición de expendio de alcohol en botillerías, restoranes, pubs, bares y locales afines.
Sin embargo, se da el contrasentido de que la gente igual consume alcohol, porque se abastece el día anterior a la elección.
Dicha prohibición, en cierta medida, limita la libertad de trabajo, pues ese tipo de establecimientos cuentan con una alta afluencia de público los domingos.
Hoy día, con una democracia que ha llevado a cabo varios procesos electorales bastante limpios, en los que no ha habido inconvenientes, creemos que esas prohibiciones tienen que ir eliminándose.
Por lo demás, hay que considerar que el mayor flujo de votación se da, principalmente, antes de almuerzo. Al poner término a la ley seca no se perjudicará el acto electoral.
Aclaro que no estamos modificando las normas que entregan el control del orden público a Carabineros, a los jefes de plaza. Si llega una persona en estado de ebriedad a un local de votación, obviamente estará cometiendo una falta contemplada en la ley, motivo por el cual será detenida y sacada del recinto.
Asimismo, en el caso de las primarias, este tema generó cierta preocupación y se observaron algunas particularidades.
Por ejemplo, para elegir candidatos a alcalde hubo primarias en una comuna de la Región Metropolitana, y ahí rigió la ley seca; pero ello no ocurrió en la comuna contigua, que no tuvo primarias. Las personas podían cruzar una calle -¡era absurdo!- y encontrar locales en los que sí había venta de alcohol.
En esa línea, creemos que si se levanta tal prohibición, no afectará en nada el normal desenvolvimiento del proceso electoral.
Por eso pensamos que es tiempo de derogar la norma pertinente.
Si no se estima conveniente hacerlo para las elecciones generales, al menos debiéramos incorporar alguna precisión respecto de las primarias.
Por esas razones, solicito a esta Sala, señor Presidente, aprobar en general el proyecto, que se refiere a la designación de vocales en las elecciones primarias y al término de la ley seca en todo acto electoral.
Señor Presidente, ¿puede abrir la votación?
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Lo consultaré.
Tiene la palabra al Senador señor Navarro.


El señor NAVARRO.- Señor Presidente, me tocó participar como observador electoral en el proceso de paz que hubo en Colombia, donde se votó el desarme de las FARC. He estado también en Ecuador, en la última elección presidencial, donde ganó Lenin Moreno.
La particularidad en ambos países es que los vocales de mesa son jóvenes universitarios pagados por el Estado, ciudadanos que voluntariamente quieren participar.
Se establece un mecanismo eficaz, mediante el cual ningún ciudadano es sometido a dicha tarea contra su voluntad.
Miro las cifras de votación de las elecciones municipales en Chile y veo que sufraga solo el 30 por ciento de los electores. Además, uno siente que es forzada la participación de los vocales.
Ante ello, como ha dicho el Senador Araya, me parecen bien las modificaciones que tiendan a facilitar la designación de los vocales de mesa.
El proyecto de ley debiera ser objeto de perfeccionamiento, de tal manera de viabilizar mucho más su objetivo.
Sin embargo, si las elecciones primarias, que son financiadas por el Estado -gran avance en materia de transparencia de los partidos-, quedan en manos solo de los militantes de los partidos -¡todos sabemos cómo se realizan las elecciones internas en las colectividades políticas!-, que están organizados por lotes, por sensibilidades, por grupos o como se quiera, vamos a repetir aquello de que el que tenga más militantes va a tomar más vocalías de mesa.
Ese es un elemento a destacar, por cuanto la garantía de autonomía y el hecho de no tener relación con el resultado de la elección dan prueba de estar en presencia de primarias transparentes.
Si son solo los militantes, cabe la posibilidad de que "cuenten con un tenedor", porque claramente en las primarias participan poco.
Siento que ahí hay un elemento que vale la pena revisar. El procedimiento propuesto sería muy similar al que ocupan los propios partidos para realizar sus elecciones internas. Dejar participar solo a los militantes, voluntarios o adherentes podría restarle legitimidad y credibilidad al proceso.
Tal vez habría que buscar un mecanismo que conjugue todo aquello: el efecto no deseado de la convocatoria a ser vocal (al no ser partícipe de una coalición política), sin dejar de garantizar la transparencia, y la incorporación de innovaciones en la constitución de las mesas en torno a la participación de voluntarios pagados de manera más sistemática, como la de estudiantes universitarios, que -reitero, recordando la experiencia de Colombia y Ecuador- genera gran eficacia, mucha diversidad, mucha garantía, mucha rapidez en el proceso, debido a que había una alta especialización al respecto.
Voy a votar a favor.
He dicho.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Me han pedido abrir la votación.
Si le parece a la Sala, así se procederá.
Acordado.
En votación la idea de legislar.
--(Durante la votación).
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Para fundamentar su voto, tiene la palabra el Senador señor Insulza.


El señor INSULZA.- Señor Presidente, voy a votar en contra de este proyecto porque no estoy de acuerdo con ninguna de las dos ideas básicas que están en él.
Las elecciones primarias son instancias institucionales que hemos creado en Chile para ordenar o formalizar determinado tipo de elecciones en la república.
Por lo tanto, no veo ninguna razón para que la calidad de militante de un partido o de independiente impida que una persona sea vocal en una mesa. Se supone que las obligaciones de todos los ciudadanos son iguales y que la corrección con que deben actuar en una mesa de votación es la misma, sean militantes de determinado partido o del partido antagónico.
Creo que esto significa volver atrás en la idea de las primarias voluntarias, por así decir, o, como también se las denominaba, primarias informales o extrainstitucionales. Por lo tanto, no estoy de acuerdo con lo que se propone.
Además, realmente creo que es una buena práctica la prohibición de ciertos espectáculos. Aquí se está derogando la prohibición de expender bebidas alcohólicas y una serie de cosas por el estilo, pero se mantiene la de los eventos deportivos. Me parece bien. No veo por qué pueda perjudicar el hecho de que no haya expendio de bebidas alcohólicas el día de una elección.
Entonces, considero una buena práctica no tener expendio de bebidas alcohólicas, más que no sea para que la fila frente a los locales de expendio no sean mayores a las filas de quienes están al lado esperando votar.
Por eso, señor Presidente, yo no estoy de acuerdo con este proyecto. Entiendo que sería posible arreglar algunas cosas en la discusión particular, pero, como no coincido con las dos ideas que contempla, lo voy a votar en contra.
Muchas gracias.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Pérez Varela.


El señor PÉREZ VARELA.- Señor Presidente, pienso que en materia de elecciones nosotros debiéramos avanzar para que la vida cotidiana de las personas fuera lo más normal posible. Otros países se han encaminado en esa línea y les ha ido bastante bien. Por lo tanto, en lo que respecta a eliminar la prohibición del expendio de bebidas alcohólicas, estoy abierto a la discusión.
Donde verdaderamente considero que se comete un error y es un retroceso, tal como señaló el Senador Insulza, es en el hecho de establecer que los vocales debieran ser solo militantes de partidos o independientes afines a los partidos que participen en una primaria. ¿Por qué? Porque lo que se hizo en Chile hace algún tiempo fue incorporar la institucionalidad del Estado a ciertas definiciones de los partidos.
Hoy día nuestra estructura jurídica normativa establece elecciones internas para dichas colectividades, donde los vocales deben ser militantes de ellas, y los votantes, afiliados. Pero, en lo concerniente a las elecciones primarias, el universo se amplía y se aplica otra ley en forma supletoria. ¿Qué normativa rige esas elecciones? Rige, supletoriamente, la ley N° 18.700, Orgánica Constitucional sobre Votaciones Populares y Escrutinios, la cual, entre otras cosas, dispone que los vocales deben ser designados a través de un mecanismo implementado por el SERVEL y cumplir ciertas obligaciones el día de los comicios.
¿Con qué finalidad se hizo eso? Para que los partidos y las coaliciones pudieran determinar, institucionalmente, la elección de sus candidatos, sea a Presidente, a parlamentario o a alcalde, cuando los participantes sean más de uno.
Y tenemos poca experiencia en eso: no más de tres o cuatro elecciones presidenciales y dos o tres elecciones parlamentarias y municipales en las que se ha utilizado este sistema, el cual ha funcionado bien, dando garantía a las personas, a la ciudadanía -que es lo más importante-, a los candidatos y a los partidos.
En consecuencia, no veo razón para que una parte fundamental de esa ley (vuelvo a citarla: la N° 18.700, Orgánica Constitucional sobre Votaciones Populares y Escrutinios) sea modificada, porque una facción primordial de esa legislación está constituida por los vocales.
¿Cuál es el rol de los vocales? Garantizar, institucionalmente, que el acto que se desarrolla es absolutamente limpio y transparente. Da exactamente lo mismo si tienen o no militancia en algún partido. Ellos están para cumplir el rol de garantizar que el resultado de la mesa en que cumplen su función es el correcto. Y por eso los partidos que llevan candidatos a una primaria o los mismos candidatos tienen derecho a colocar apoderados en cada una de las mesas.
Por lo tanto, estimo que lo que sugiere el proyecto en esa parte viene a debilitar el esquema de las elecciones primarias, que lleva muy poco tiempo vigente en nuestro país pero que en ese corto período ha demostrado que funciona bien. Nadie aquí, en esta Sala, podría poner en cuestionamiento el resultado de su funcionamiento. Por lo tanto, no se advierte ninguna razón para modificarlo.
En cuanto al otro aspecto, relacionado con el expendio de bebidas alcohólicas, habría que ver realmente la incidencia del proceso en la vida cotidiana, por qué tiene que ser en día feriado. Podemos ir avanzando en esa otra línea y uno estar abierto al debate, pero, señor Presidente, no me parece que debilitar la Ley Orgánica Constitucional sobre Votaciones Populares y Escrutinios sea el camino adecuado y correcto.
Ello abriría espacio para poner en duda los resultados de una elección primaria. Si participaran solo militantes de los propios partidos, habría un cuestionamiento. Y hoy día nadie cuestiona a los vocales, porque se encuentran bajo el control del SERVEL, de los tribunales electorales y de los apoderados de las distintas colectividades.
Por eso, señor Presidente, sigamos con nuestro sistema electoral como ha estado funcionando hasta ahora; sigamos teniendo elecciones limpias y transparentes, y sigamos, ojalá, promoviendo las elecciones primarias, para que esa misma transparencia y ecuanimidad motive a la gente a participar.
No hay duda de que ser vocal es una carga. Así está definido. No le estamos dando a la persona un día feriado: es una carga, pero absolutamente necesaria para la transparencia de nuestra democracia.
He dicho.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- A continuación, tiene la palabra el Senador señor Durana.


El señor DURANA.- Señor Presidente, cuando estamos haciendo grandes esfuerzos por incentivar a la población a participar en los procesos electorales, cuando una elección primaria justamente tiene por objeto validar a un candidato que represente a determinado sector, siendo, por tanto, un sistema democrático y participativo, llama la atención que se quiera limitar la participación como vocales a los militantes de partidos.
En efecto, en el nuevo artículo 28 que se pretende incorporar a la ley N° 20.640 se establece que solo podrán ser designados como vocales de mesa en las elecciones primarias en que solo participe un partido político o pacto electoral aquellas personas que militen en los partidos que formen parte de dichos comicios. Manifestamos nuestro reparo al respecto. Si bien la intención del proyecto es clara en cuanto a que la mayoría de las personas no son militantes y, por lo tanto, no se interesan en demasía en los procesos de elección primaria, ello genera situaciones que producirán problemas al momento de realizarse la elección.
Cuando participe más de un pacto en una elección primaria, ¿quiénes podrán ser designados como vocales, en definitiva, si en una misma mesa se recibirán los sufragios tanto de un sector político como del otro sector involucrado en dicho proceso?
Creo que hoy más que nunca tenemos que considerar la idea de cómo incentivar efectivamente la participación democrática de la ciudadanía.
A mí, más que estar legislando sobre un proyecto de ley de estas características, me gustaría saber cómo podemos incorporar tecnología; cómo la gente podría votar en diferido; cómo, en términos concretos, sería posible estimular la participación de la comunidad para no tener el triste espectáculo de que en una comuna vote apenas el 10 por ciento del padrón electoral o, incluso, de que cuando haya elecciones presidenciales y parlamentarias ni siquiera se alcance el 50 por ciento del electorado.
Por otra parte, se pretende eliminar la restricción de la venta de alcohol. Coincido con otros parlamentarios que me antecedieron en el uso de la palabra en orden a que nosotros debiésemos impactar lo menos posible en la vida cotidiana de quienes participan en estos procesos democráticos.
Si bien hoy solo se está modificando el inciso segundo del artículo 128 de la ley N° 18.700 en lo que dice relación al expendio de bebidas alcohólicas, me preocupa que el día de mañana avancemos en otros ámbitos y también se puedan desarrollar espectáculos o eventos deportivos, artísticos o culturales y un proceso de elección democrática pase a segundo plano, en circunstancias de que todos, de una forma u otra, debemos seguir consolidando la participación ciudadana.
Por tales razones, señor Presidente, voto en contra de este proyecto.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Tiene la palabra la Senadora señora Rincón.


La señora RINCÓN.- Señor Presidente, entiendo que estamos en la discusión general, vale decir, debatiendo si nos abrimos a la idea de legislar respecto de esta materia. No estamos analizando de manera particular los artículos que el proyecto contiene.
Por lo tanto, parto diciendo que esta me parece una tremenda iniciativa, y felicito a los Senadores que la han suscrito, porque creo que hay normas que tienen canas. Creo que la de la prohibición de venta de alcohol claramente tiene muchas canas y está muy añeja, pues hoy día los que quieren beber compran con tiempo o por internet y toman igual. En consecuencia, es una materia que debiéramos actualizar.
En cuanto a la designación de militantes de partidos como vocales, me parece que es algo a lo que tenemos que abrirnos a revisar.
Todos nosotros no solo participamos en las elecciones, sino que somos actores de ellas, y más de una vez hemos sido reprendidos, primero, porque los vocales que asumen este desafío llevan una, dos, tres, cuatro, cinco o más veces en esa función. A mí me ha tocado ver hasta en siete oportunidades a las mismas personas en las mesas de mi circunscripción. Por eso, es un tema que deberíamos aprovechar de revisar a propósito de este proyecto.
Lo segundo es que no podemos obligar a la gente a ser vocal o ministro de fe en elecciones que de verdad no le empecen, o de las que no se sienten parte, a menos que derechamente nos replanteamos la obligatoriedad de la participación en los procesos electorales, porque ahí, obviamente, entraríamos en otra discusión.
Por lo tanto, señor Presidente, felicito esta iniciativa, a pesar de no compartir todo su texto, pues creo que hay que revisar si eximimos o no a los militantes de algún partido político que no sea parte de la primaria, aunque sí coincido con otras de sus propuestas, pues me parece que hay normas que de verdad tenemos que actualizar.
Y aprovecho de plantear un tema que no figura en el proyecto de ley: por qué no volver a la vieja tradición republicana en que las elecciones se realizaban en una fecha determinada, sin importar si caía o no en día domingo. ¿Por qué? Porque concuerdo con el Senador Pérez Varela -y me sorprende concordar con él- en cuanto a que ojalá, al igual que en otros países, las elecciones transcurrieran en un día normal, para que todos entendiéramos que debemos ser parte de ellas y actores en las decisiones del destino de nuestra nación. Por tanto, si es día laboral, el empleador deberá darle facilidades al trabajador para que vaya a votar. Pero ese día no tiene por qué ser declarado feriado para que todos puedan participar, porque, como ahora además votar es voluntario, la gente no va y entonces el feriado no sirve de mucho a tal objetivo.
Entonces, creo que este proyecto de ley, que recoge aspectos que se relacionan con la modernidad y con el sentido común de la gente, nos abre un espacio privilegiado para que en la discusión particular revisemos estas y otras materias.
Por lo tanto, a pesar de no compartir todas y cada una de las disposiciones contenidas en la iniciativa, apruebo la idea de legislar.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Pizarro.


El señor PIZARRO.- Señor Presidente, efectivamente nos encontramos discutiendo la idea de legislar en relación con una moción parlamentaria.
Con mucha rapidez quiero decir que estoy de acuerdo con el planteamiento de derogar el inciso segundo del artículo 128 de la ley N° 18.700, referido a la prohibición de expender bebidas alcohólicas para el consumo en un local o fuera de él, etcétera. Esto porque, en verdad, ya no tiene sentido: la realidad del país ha cambiado y es completamente distinta.
Yendo al tema más de fondo, contenido en el artículo 1° de la iniciativa, que agrega un nuevo artículo 28 a la ley N° 20.640, a mí no me parece adecuado que en las elecciones primarias sean vocales solo aquellos militantes de los partidos que participan, pues con ello se pierden dos cosas: primero, el objetivo de hacer primarias abiertas más allá de los partidos y más allá de los militantes, a fin de que participe más gente, no solo en la votación, sino también en el proceso de elección para definir las candidaturas a Presidente y a otros cargos. Creo que la experiencia que hemos tenido hasta ahora ha sido positiva en ese sentido.
Y lo segundo es que, evidentemente, entregar al SERVEL y a la ley orgánica la organización objetiva e imparcial de estos eventos pasa necesariamente porque cualquier ciudadano pueda ser sorteado para formar parte de las mesas que se constituirán en determinada elección, sea independiente o no y sin que tenga que ser militante de alguno de los partidos que participan.
Eso me parece elemental.
También pareciera que hay cierto nivel de inconstitucionalidad en términos de lo que significa la aplicación de la Ley de Partidos, pues los afiliados a una colectividad pueden mantener la reserva de su militancia. Y si la designación de vocales se restringe solamente a los militantes se acaba ese principio de reserva, que debiera estar garantizado.
En consecuencia, señor Presidente, como estoy de acuerdo con el artículo 2°, voy a aprobar la idea de legislar, pero desde ya anuncio que estoy en contra de su artículo 1°, que votaré en contra en la discusión particular.
Y lo último que quiero señalar es que me parece que en el boletín comparado, en el texto de la ley vigente, se repite en el inciso tercero todo lo ya establecido en el inciso primero, que dice: "El día de una elección o plebiscito, hasta dos horas después del cierre de la votación, no podrán realizarse espectáculos o eventos deportivos, artísticos o culturales de carácter masivo, cuando la fuerza encargada del orden público estime que éstos podrían afectar el normal desarrollo del proceso electoral".
El inciso tercero repite exactamente lo mismo, con la diferencia de que su encabezado señala: "La fuerza encargada del orden público dispondrá la clausura de los recintos en que se infringiere esta disposición". Se refiere, obviamente, a los recintos que infringen las normas que prohíben la venta de alcohol; no a los eventos deportivos, pues dichas actividades, para poder realizarse, deben ser calificadas por la propia fuerza pública. Entonces, si esta los autoriza, mal podría estar clausurándolos, pues habría sido ella misma la que permitió su funcionamiento.
Es un tema de orden, me imagino, que se podrá corregir más adelante.
Volviendo al tema de fondo, señor Presidente, voy a aprobar la idea de legislar, en el entendido de que considero adecuado que vayamos hacia una normalidad en términos de la voluntariedad del voto y que este se vaya expresando más por conciencia que por obligación.
La declaración de feriado nace porque el voto era obligatorio, lo mismo que todas las otras restricciones, pues se buscaba darle a la gente todas las facilidades del mundo para que pudiera ir a sufragar y cumplir con su obligación. Cuando modificamos el sistema, todo aquello quedó prácticamente en entredicho.
Gracias.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Letelier.


El señor LETELIER.- Señor Presidente, creo que este es un debate oportuno, que aborda dos instituciones, debiendo abordar tres.
En la época llamémosla "de la otra república" yo conocí el proceso de designación de vocales gracias a un destacado falangista, el primer parlamentario de su colectividad en aquel tiempo, don Jorge Rogers Sotomayor, que terminó los últimos días de su vida residiendo en Rengo.
En conversaciones con él resultaba bastante ilustrativo saber cómo eran designados los vocales. Los partidos, que eran los más interesados en quiénes eran designados, cumplían una función, para asegurar un control republicano sobre los procesos electorales. Y a mí me parece que innovar en esa materia nos hace bien, porque habrá voluntarios que quieran llevar a cabo dicha labor. Pero, sin duda, una de las funciones de los partidos democráticos de nuestro país, reconocidos por ley, es colaborar en el desenvolvimiento de las elecciones.
Ahora bien, el no expendio de bebidas alcohólicas durante los procesos electorales es una medida que quizás correspondía a aquellas épocas, cuando a alguien le daban un zapato para ir a votar y le entregaban el par a la vuelta, luego de facilitar copia de la cédula. Eran otros tiempos, ya superados.
Es evidente que uno no puede estar tomando en la vía pública; menos en los recintos electorales, pero no veo por qué debería extenderse esa prohibición a mi casa, o a algún otro lugar donde esté almorzando o cenando.
La Senadora Rincón ya indicó una cosa obvia: hoy se compra por internet y el producto lo van a dejar al domicilio.
Es una situación absolutamente distinta que, en mi opinión, vale la pena analizar. Pero también creo que vale la pena abordar el otro debate -y sería bueno que el Senado tuviera la voluntad de hacerlo-: si la participación ciudadana en las elecciones es un derecho o un deber.
Yo he planteado desde siempre que tiene que ser un deber ciudadano. Mi convicción es que el voto obligatorio es bueno para la sociedad. Considero un error pensar que el proceso electoral es un elemento más del mercado, en que uno tiene que hacer, entre comillas, "atractivo" el votar; o en que las campañas deben apuntar a convencer, y no solo en las ideas. Porque no nos engañemos: en las campañas electorales una parte del debate son las ideas; pero, por desgracia, hay muchos otros factores involucrados. Y quizá en la medida en que el voto sea obligatorio vamos a conseguir que se comprometan a estar más informados.
El complemento del proceso de educación cívica, que va a ser una obligación en nuestro país, debería permitir que abordáramos también ese debate en el marco de esta iniciativa de ley, a través de una indicación.
Sé que en este tema hay opiniones transversales. En verdad, cuando se estableció el voto voluntario, con quien más coincidí en los debates de ese tiempo fue con el entonces Senador Pablo Longueira, pues él estaba convencido de que el voto debe ser obligatorio, de que tiene que ser considerado un deber ciudadano.
Yo me inscribo en esa convicción, señor Presidente.
Voy a respaldar la idea de legislar, para cambiar las leyes N° 20.640 y N° 18.700, entendiendo que también deberíamos abordar, de una vez por todas, otro debate que está muy asociado a este: cuáles son las personas que participan.
En lo personal, siempre he sido partidario de la inscripción automática y el voto obligatorio. Y, si alguien quiere restarse del proceso, que tenga la obligación de ir a retirarse y anularse de los registros electorales, a diferencia de lo que ocurre hoy en día.
Voto a favor.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor LABBÉ (Secretario General).- ¿Alguna señora Senadora o algún señor Senador no ha emitido su voto?
El señor HUENCHUMILLA.- ¿Me permite, señor Presidente?
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Tiene la palabra Su Señoría.


El señor HUENCHUMILLA.- Señor Presidente, independientemente del mérito de la discusión de fondo que hemos tenido, creo que estamos frente a un problema; porque de acuerdo al artículo 19, número 15°, de la Constitución Política la nómina de los militantes de los partidos es reservada.
Esa es una disposición constitucional. Por lo tanto, es de naturaleza absoluta: por ningún motivo esa nómina puede tener publicidad. Y desde el momento en que usted nombra los vocales de un partido político, los está dando a conocer a todo el mundo; pasan a ser públicos.
En consecuencia, me parece que esta iniciativa contraría el número 15° del artículo 19.
Ahora, todos entendemos que hay una norma del artículo 18 del Texto Constitucional en virtud de la cual la inscripción es automática, de modo que todos somos ciudadanos. Y otra disposición más adelante dice que, en definitiva, el ser vocal es una carga pública, tal como lo señaló aquí un señor Senador. Pero otra cosa es que a alguien lo nombren vocal de mesa por pertenecer a un partido político, porque la propia Carta Fundamental garantiza la reserva en esa materia.
Entonces, yo simplemente planteo esta duda de constitucionalidad, sin entrar en el mérito de las cuestiones sustantivas que han expuesto aquí los distintos señores Senadores. Pero, a mi juicio -repito-, este proyecto claramente infringe el número 15° del artículo 19.
Respecto de la situación planteada por el Honorable señor Pizarro, quiero decir también que si uno va a la página 2 del boletín comparado no puede sino advertir que existe un error de hecho: donde dice "Artículo 116" -que no corresponde a ninguna norma aquí- se repite el inciso primero del artículo 128.
Claramente, es un error de hecho: está transcrito en la página 2, luego de la expresión "Artículo 116", el inciso primero del artículo 128.
Habría que borrar eso, de manera que el inciso terminara con la palabra "disposición": "La fuerza encargada del orden público dispondrá la clausura de los recintos en que se infringiere esta disposición", con lo cual pasaría a ser el inciso segundo, pues el inciso segundo actual está siendo derogado por este proyecto.
Por lo tanto, voy a votar en contra.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Al parecer, las últimas intervenciones han despertado el interés por retomar el debate.
Tiene la palabra la Senadora señora Ebensperger.


La señora EBENSPERGER.- Señor Presidente, voy a votar a favor de este proyecto en general, primero, porque estoy de acuerdo con la derogación de la prohibición de venta de alcohol. Como aquí se ha dicho reiteradamente, hay que legislar en concordancia con lo que ocurre día a día, y esa prohibición ya no tiene ningún efecto en la actualidad.
Respecto de la norma que limita la designación de vocales de mesa, estoy de acuerdo con ella, sin perjuicio de estimar que debe haber una discusión particular mucho más pormenorizada. No comparto las aprensiones de quienes han señalado que estaría vulnerándose la Constitución o la reserva de los militantes de partidos políticos. A mi juicio, eso se puede obviar en la discusión particular. No creo que el día de mañana, si esto llegara a ser ley, se deba hacer un nuevo padrón electoral para nombrar vocales. El propósito podría lograrse simplemente por la vía de crear una nueva causal de inhabilidad respecto de quienes sean designados para esa tarea.
Creo que el debate debe plantearse y es importante que las dudas que surjan se resuelvan en la discusión particular.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Coloma.


El señor COLOMA.- Señor Presidente, las palabras del Senador Huenchumilla tienen que hacernos reflexionar. Mirando la norma, tiendo a encontrarle razón. Porque, al final, el artículo 19, número 15°, cuando genera el derecho de asociarse plantea la naturaleza de la nómina de los militantes.
Y esto no es menor. Por algo se encuentra en la Constitución. Porque el derecho de asociación a un partido político es una acción que el Constituyente ha definido como privada, como íntima. Y ello es particularmente válido con lógicas políticas cambiantes, donde uno puede pasar de ser gobierno a ser oposición y sentir que puede de alguna manera inhibirse a esa participación. Por algo se dispone esta cautela especial.
Y tiene razón el Senador Huenchumilla en cuanto a que al final esto se estaría violentando por la naturaleza misma de lo que significa ser vocal. Ser vocal es ser un ministro de fe, para estos efectos; pero además, la nómina de los convocados para esa labor se publica en los diarios de las regiones, de cada comuna, porque tienen que estar reflejados en el padrón y pueden eventualmente cambiarse.
Entonces, ¿dónde queda la privacidad si el día de mañana yo veo quiénes son los vocales de la Nueva Mayoría? Imaginemos que van a hacer primarias y que van a seguir siendo Nueva Mayoría. ¡En eso no me meto...! O hablemos de Chile Vamos, que espero que sí mantenga una misma línea. Alguien podría señalar: "Mire, estos son". Me parece que ello es como violentar en la forma más brutal la misma norma, porque se va a decir: "Estos señores, para estar en esta lista, tienen que ser militantes de tal o cual partido". Y eso no conversa con la obligación constitucional. Más bien, la violenta, la provoca.
En ese sentido, el señor Senador tiene razón.
Yo me estoy acordando ahora de que en la última elección primaria presidencial se dio una cosa bien curiosa: había, para los que fuimos a votar,...
El señor LAGOS.- ¡No lo recuerden...!
El señor COLOMA.- ¡Es un lindo recuerdo...!
El señor LAGOS.- ¡Yo quería ser vocal...!
El señor COLOMA.- Quiero decir que había situaciones diversas: la de aquella persona independiente que debía optar por qué cédula votar, y eso se lo daba a elegir el vocal; y la de quienes estaban militando en un partido, los cuales tenían solo acceso a un tipo de voto.
¿Por qué digo eso?
Escuché en la radio -efectivamente sucedió- que para efectos del control político -y esto era bastante más suave- hubo algunos apoderados, no vocales, que, al existir una lista, empezaron a anotar el nombre de los vocales (por ejemplo, Pedro Pérez), porque obligatoriamente debían ser de determinado partido. ¡Eso se consideró una infracción electoral hasta hace poco tiempo! Y, en su momento, hubo procesos y gente enjuiciada por ello.
El proyecto de ley va mucho más allá: obliga a quien quiera ser vocal a dar a conocer su militancia en un partido, lo que hasta ahora por lo menos -si alguien pretende cambiar la Constitución puede ser discutible- ha sido amparado por la reserva, justamente para que no sea objeto de algún tipo de presión.
Por lo tanto, señor Presidente, creo que el debate ayuda. A veces uno llega a este con ideas preconcebidas. Sin embargo, me parece que estamos ante una reflexión que hace fuerza, que genera raciocinio.
No pienso que nos equivoquemos a través de esta norma. Y, dicho sea de paso, esto no fomentará la participación en las primarias ni va a generar un voto más. ¡Ninguna de las dos cosas, para ser franco! Para algunos podrá ser más o menos cómodo, pero no creo que alguien vaya a votar debido a este cambio.
Eso, sí, podríamos estar modificando las reglas del juego respecto del derecho de asociación. Y eso lo considero delicado.
Ello es un argumento suficiente para sumarme a la votación en contra.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Tiene la palabra la Senadora señora Allende.


La señora ALLENDE.- Señor Presidente, la verdad es que tengo varias dudas sobre este proyecto, porque, primero, en él se mezclan dos temas completamente diferentes.
Eso, de partida.
En efecto, a mí me llama bastante la atención que pongamos en una sola iniciativa dos materias verdaderamente diferentes, que no tiene mucho sentido agrupar en un texto, como es el caso de que en las elecciones primarias en que concurra un solo partido o pacto solo puedan ser vocales de mesa los militantes de esas agrupaciones.
Bueno, uno podría decir: "Sí, en las primarias de un solo partido o pacto es razonable que voten los militantes de ese partido o pacto". Sin embargo, si un mismo conglomerado político decide hacer una primaria con sus militantes, pero también con independientes, resulta difícil entender por qué no les sería posible a estos intervenir como vocales de mesa, en circunstancias de que se acepta su votación.
El otro punto que combina el proyecto, y que no se entiende, guarda relación con la eliminación del inciso segundo del artículo 128 de la Ley Orgánica Constitucional sobre Votaciones Populares y Escrutinios, que no permite la venta de alcohol el día de la votación.
Ahora, pienso que la ciudadanía quiere que transparentemos nuestros procesos cada vez más. Y, por eso, es un gran logro el mecanismo de elecciones primarias que nosotros generamos.
En la actualidad dicho sistema es regulado por el Servicio Electoral. Pero surgió de una iniciativa enviada incluso cuando éramos Concertación, Nueva Mayoría, en que planteamos la importancia de la participación de muchos en la decisión de quiénes serían nuestros candidatos presidenciales. Así, instauramos el mecanismo de las primarias, que hoy -como dije- es regulado por el Servicio Electoral.
Es evidente la relevancia de la incorporación de más personas en dicho proceso y, obviamente, de la participación de independientes.
Por eso me cuesta entender, salvo el caso de que uno pudiera decir: "Bueno, esto es una primaria de un partido exclusivamente" (una `primaria cerrada', como la llaman a veces los partidos), "y solo pueden votar los militantes". Eso, quizás uno lo podría entender. Pero si se trata de un proceso abierto en donde puede participar más de un partido, ¿por qué la cerramos? ¿Por qué vamos a impedir la participación de independientes?
Y, como lo señalé antes, esto se mezcla con otro tema radicalmente distinto, respecto al cual, aparentemente -por la información de que dispongo-, nuestra legislación sigue la línea del derecho comparado. O sea, más bien se tiende a prohibir el expendio de alcohol en un proceso eleccionario.
Yo preferiría permitirlo. Entiendo que la persona que desea consumir bebidas alcohólicas las compra antes de las elecciones. Eso es evidente. O sea, en este sentido, el ciudadano que quiere ingerirlas una vez que pase el momento de su votación, almorzando en familia, en fin, de todas maneras lo hace. Se prepara. Es así. Lo sabemos.
Entonces, la pregunta más bien es: ¿A quién beneficia, o a quién perjudica esto, entre comillas? Evidentemente, a las botillerías o a los locales de expendio de alcoholes si se mantiene lo que hasta ahora rige. Pero -como decía- la gente se prepara con anterioridad.
Por lo tanto, francamente me surgen numerosas dudas y hay reparos que hacer. La mezcla de materias no me convence. Asimismo, tengo mis cuestionamientos -como lo he señalado- acerca de la negativa para que los independientes puedan ser vocales, en caso de que así se contemple en la ley de primarias, y solo se les permita a los militantes de partidos.
En consecuencia, espero que en el trámite de la discusión en particular podamos aclarar estos puntos, pues hace falta.
Por eso quería señalar estos comentarios: sinceramente, a mí me produce muchas dudas el proyecto en la forma como está.
He dicho.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Su Señoría, no creo que tengamos debate en particular de esta iniciativa, pues se requieren 26 votos a favor para la aprobación de la idea de legislar.
Tiene la palabra el Senador señor Lagos.
El señor LAGOS.- Señor Presidente, ¿entiendo que la iniciativa es de quorum especial?
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Sí, señor Senador.


El señor LAGOS.- Se ve difícil su aprobación, no lo voy a negar.
Con todo, el Senador Coloma señaló algo que entusiasma: lo bueno del proyecto es que promueve el debate. Y uno escucha diversas opiniones, algunas de las cuales hacen más sentido que otras.
Es cierto que la iniciativa abarca dos materias distintas.
Doy por descontando que el tema del expendio de bebidas alcohólicas durante un proceso eleccionario es algo completamente anacrónico, así que no tengo dificultad con ello. ¡Ninguna! Porque puede darse el absurdo de que en alguna comuna se realicen primarias, y en la localidad vecina, no. Entonces, en una se prohibirá el expendio de alcoholes, y en la otra, no: Primarias en Valparaíso y no en Viña del Mar, por ejemplo. ¡De qué estamos hablando!
Epílogo: esa parte la doy por descontada.
Lo entretenido del debate es qué ocurre respecto al otro asunto.
Yo entiendo que ser vocal de mesa en una elección hoy -como está regulado- es una carga que impone el Estado. Si usted sale sorteado para ser vocal debe serlo, a menos que tenga una buena excusa, y si no cumple, eventualmente recibe una sanción.
Para hacerlo más humano, el Estado ha dispuesto un estipendio para aquellas personas que son vocales. No se le llama ni "sueldo" ni "paga", pero ¡es un emolumento en dinero! ¿Correcto? O sea, el Estado, para hacerlo más llevadero (porque hay que estar muchas horas en el proceso eleccionario), saca plata y paga a quienes cumplen con esta carga. O sea, es una carga porque está obligado a participar, pero tiene una retribución, una mitigación.
Me quedo con eso.
Respecto a lo que propone la primera parte de este proyecto, como los partidos pueden realizar elecciones primarias en algunas comunas de Chile, que yo comparto, cabe preguntarse si el vocal independiente debería estar obligado a participar en ellas.
Entonces, se ha dado toda una discusión, que no voy a repetir. Pero yo planteo el siguiente análisis: el problema que tenemos acá es que no queremos abordar el tema de fondo: el voto voluntario o que el Estado se haga cargo de contar los votos, ¡que el Estado se haga cargo de contar los votos! Porque hoy, sin este proyecto de ley, alguien que ni siquiera vota en la elección presidencial, ¡que ni siquiera vota en la presidencial!, puede salir sorteado para ser vocal. Y se le dice: "Es una carga y usted tiene que ir a contribuir por su país". ¡Me parece muy bien! Pero con ese criterio también puede contribuir votando, así sea que vote en blanco o que anule su voto.
Es decir, hacemos algo raro: jugamos a la libertad para decidir si el voto es voluntario, pero le exigimos a alguien que vaya a contar los votos y a fiscalizar el proceso.
Por consiguiente, la pregunta es: ¿Por qué le exijo a un individuo fiscalizar un proceso en el cual no quiere participar?
Yo sé por qué lo hacemos: lo comparto como idea, pero me hago trampa. Porque tampoco le exijo votar a ese ciudadano o ciudadana.
Entonces, lo que hace el proyecto es hacerse cargo de la realidad existente, de esa contradicción: "Te doy la libertad de no votar, pero te exijo que vayas a contar los votos de los que sí quieren votar".
A mi juicio, todos deberían votar obligatoriamente. Así, no tendríamos esta discusión, porque se diría que todos tienen que concurrir al proceso electoral.
Por eso que esta iniciativa es buena, entre otras cosas: por el debate que genera. Porque a mí me gustaría ver una regla distinta de la que tenemos hoy para los vocales.
Creo que es sano decir: "Ustedes quieren participar en las elecciones primarias de Chile Vamos o en las del Frente Amplio. Sin embargo, ustedes, los de la Nueva Mayoría, como no fueron capaces de hacerlas, no vayan a contar los votos de los demás, porque no tienen interés". ¿O alguien podría entender que hay interés?
Entonces, siento que tenemos algo muy contradictorio que no hemos asumido.
Yo me pregunto: ¿qué hacen otros países en su proceso de primarias? ¿Cómo lo resuelven las naciones más sofisticadas que nosotros?
Algunos dicen que ser vocal es voluntario. Bueno, entonces permitamos que en Chile también sea voluntario y veamos qué pasa. Tal vez haya menos vocales que votos. Y veo que se ríe el Senador García-Huidobro.
¡Para qué nos engañamos! Damos libertad para votar y hacen grandes discursos quienes creen en el voto voluntario -algunos de los presentes lo aprobaron-, pero les exigen al resto de los chilenos que creen en el voto voluntario que vayan a contar los votos.
Este proyecto, por lo menos, hace un mínimo de justicia. Porque hasta ahora usted puede no sentirse interpelado a participar de una primaria, pero lo obligan a ir a contar los votos.
Y no es algo que no convoque, sino que provoca rechazo de los ciudadanos el hecho de que a uno lo obliguen a ir a contar los votos de un conglomerado del cual no se siente parte, aunque sea independiente.
Señor Presidente, entiendo que no se alcanzarán los votos necesarios, lamentablemente. Por lo mismo, llamo a todos quienes dicen que creen en el voto voluntario para que presenten luego una moción a fin de que también sea voluntaria la función de vocal o, en su defecto, que esa tarea la asuma el Estado.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Araya.


El señor ARAYA.- Señor Presidente, creo que es interesante el debate que se dio en la Sala, independiente de cuál sea el resultado de la votación.
A mi juicio, llegó el momento de discutir en serio qué queremos como sistema electoral en Chile: voto obligatorio, voto voluntario, primarias, no primarias, etcétera.
Voy a hacerme cargo de un par de argumentos que se entregaron en la discusión.
En mi concepto, hay una diferencia fundamental entre las elecciones generales y las primarias.
En las elecciones generales hay un interés de todos los ciudadanos para elegir quiénes serán sus autoridades (alcaldes, concejales, parlamentarios, consejeros regionales, Presidente de la República).
En el caso de las primarias, no se da igual interés, razón por la cual sigo sosteniendo que ser vocal no debiera ser una carga pública.
Lo que persigue la elección primaria es un interés particular respecto de un partido político o un conglomerado de partidos políticos en orden a determinar quiénes pueden ser sus candidatos a las elecciones generales.
De ahí, entonces, que estimo que no debiera existir esta carga pública para los ciudadanos que no quieren participar en esa elección primaria, que habría de ser soportada por los independientes y los adherentes o militantes de los partidos políticos.
Una segunda línea argumental, para hacerme cargo de lo que planteó el Senador Huenchumilla y que respaldó en su minuto el Senador Coloma, dice relación con la constitucionalidad del proyecto.
En mi opinión, el hecho de que establezca que solo serán vocales de mesa los independientes y los adherentes de un partido político que va a participar en las primarias no vulnera la garantía constitucional del resguardo que debe tener el Servicio Electoral respecto de quiénes son militantes de los partidos políticos. Porque en ningún minuto se va a publicar o se va a señalar que fulano equis es militante de tal partido. Eso no se sabrá, porque habrá un sorteo entre independientes y militantes de partidos.
El SERVEL, en ningún caso, hará tal publicación.
Si la norma en análisis se llegara a aprobar, el SERVEL va a tomar la lista de todos los militantes de partidos e independientes, hará el sorteo tal cual lo hace en la actualidad y, a partir de eso, se van a generar las listas de vocales.
A mi juicio, tal procedimiento no implica en ningún caso vulnerar la prohibición de reserva que tiene el Servicio Electoral respecto de quiénes son militantes de partidos.
Lo anterior queda ejemplificado en lo siguiente.
Cuando se conoce la lista de los electores, el Servicio Electoral, a contrario sensu, elimina a quienes no pueden serlo. Sabemos que el SERVEL, entre otras, elimina a las personas que han perdido la ciudadanía por haber cometido algún crimen y se hallan condenadas a una pena que las inhabilita para ejercer derechos políticos.
Eso también es materia de reserva. Nadie podría argüir que el SERVEL, al hacer tal exclusión, está vulnerando dicha reserva o demostrando que tal persona no puede votar en razón de estar inhabilitada.
Mi impresión es que, de acuerdo con lo que se plantea hoy día, no existe un problema de constitucionalidad, pues el Servicio Electoral no revela quiénes militan en un partido.
Dicho lo anterior, señor Presidente, mantengo mi voto a favor del proyecto.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- No podía ser de otra manera, señor Senador, pues usted es autor de la iniciativa. Sin embargo, están dadas las explicaciones.
El señor COLOMA.- ¡Se han visto cosas peores, señor Presidente...!
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor LABBÉ (Secretario General).- ¿Alguna señora Senadora o algún señor Senador no ha emitido su voto?
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Terminada la votación.
--Se rechaza la idea de legislar (16 votos en contra, 13 a favor y 3 abstenciones).
Votaron por la negativa las señoras Allende, Aravena y Muñoz y los señores Allamand, Castro, Coloma, Durana, Elizalde, García-Huidobro, Huenchumilla, Insulza, Ossandón, Pizarro, Prohens, Pugh y Sandoval.
Votaron por la afirmativa las señoras Ebensperger, Provoste y Rincón y los señores Araya, Bianchi, Chahuán, Galilea, Harboe, Kast, Lagos, Letelier, Navarro y Soria.
Se abstuvieron las señoras Órdenes y Van Rysselberghe y el señor Pérez Varela.