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DESIGNACIÓN DE SEÑORES ALFREDO JOIGNANT RONDÓN Y CARLOS TAGLE DOMÍNGUEZ EN CONSEJO DIRECTIVO DE SERVICIO ELECTORAL


El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Corresponde ocuparse en el oficio mediante el cual Su Excelencia la Presidenta de la República solicita el acuerdo del Senado para designar como miembros del Consejo Directivo del Servicio Electoral a los señores Alfredo Roberto Joignant Rondón y Carlos Andrés Melchor Tagle Domínguez por los períodos que indica, con informe de la Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento.
--Los antecedentes sobre el oficio (S 1.920-05) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Se da cuenta en sesión 1ª, en 14 de marzo de 2017.
Informe de Comisión:
Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento: 8ª, en 12 de abril de 2017.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor LABBÉ (Secretario General).- El Ejecutivo hizo presente la urgencia para este asunto en los términos del párrafo segundo del número 5) del artículo 53 de la Carta Fundamental.
La Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento deja constancia, por la unanimidad de sus miembros presentes (Senadores señores Araya, De Urresti, Espina y Larraín), de que en la designación se ha dado cumplimiento a los requisitos y formalidades previstos por el ordenamiento jurídico.
Cabe tener presente que el acuerdo para nombrar a los consejeros del SERVEL requiere el pronunciamiento favorable de dos tercios de los señores Senadores en ejercicio, esto es, 25 votos.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- En votación la solicitud presidencial.
Llamo a Sus Señorías a pronunciarse, pues se necesitan 25 votos para aprobar ambas nominaciones.
El señor ESPINA.- ¿Me permite, señor Presidente? Quiero fundamentar mi voto.
--(Durante la votación).
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Para fundar su voto, tiene la palabra el Senador señor Espina.


El señor ESPINA.- Señor Presidente, ante todo, debo señalar que me sorprende que estemos votando la designación de dos integrantes del Consejo Directivo del Servicio Electoral sin que exista un informe de la Comisión de Constitución que dé cuenta de los fundamentos o argumentos que justifican la reelección de las dos personas propuestas y de cuáles son los temas de conflicto dentro de dicho organismo.
Si se realizó una audiencia con los dos candidatos a integrar nada menos que el Consejo Directivo del SERVEL, órgano que cumple un papel fundamental en el control de las elecciones, las cuales son elementos esenciales e insustituibles de la democracia, ¡cómo no hacer un análisis (sé que la culpa no es de la Mesa) acerca de las fortalezas y debilidades del Servicio Electoral y de lo que ambos postulantes expresaron sobre el particular!
Señor Presidente, hay muchas aprensiones y críticas respecto a la forma como ha funcionado el SERVEL.
¡Esa es la verdad!
En primer lugar, recordemos el bochorno habido cuando en la última elección municipal más de 400 mil personas no figuraron con los domicilios legales que les correspondían. Para salvar la situación, el Gobierno envió un proyecto de ley exprés, el que finalmente no prosperó. En definitiva, eso significó que quedara sin votar una cantidad enorme de compatriotas.
Pero veo -lo digo con el mayor respeto- que a la Sala no le apasiona eso.
¡El sistema democrático opera cuando se trata de las elecciones propias, pero no cuando son las de los demás...!
Le solicito, señor Presidente, que pida un poco de silencio.
¡Haga cuenta de que estamos hablando sobre el aumento de la dieta, y ahí vamos a estar al otro lado...!
Existe, pues, un problema práctico, que en mi opinión no es menor: el SERVEL ha tenido en su funcionamiento errores serios y que debe rectificar.
Ambos postulantes, tanto el señor Tagle cuanto el señor Joignant, reconocen y admiten que en el Servicio Electoral han existido dificultades serias.
Por ejemplo, lleva algún tiempo en Comisión Mixta un proyecto de ley mediante el cual se plantea eliminar a una cantidad enorme de personas que, no obstante haber muerto hace varios años, figuran en los padrones electorales. Entonces, estos se hallan inflados de una manera que no corresponde a la realidad.
En segundo término, en el SERVEL existen problemas de funcionamiento en cuanto a su capacidad para fiscalizar la ley.
En tercer lugar, hubo dificultades cuando se trató del reempadronamiento o de las nuevas fichas de militantes.
Por último, existe un problema práctico: el Presidente del Consejo Directivo del SERVEL, según nos explicaron -aquí puedo equivocarme-, entiendo que por una cuestión legal, es elegido en el mes de febrero y el actual Presidente fue reelegido en momentos en que dos consejeros habían cesado en sus funciones.
Entonces, pienso que el Parlamento debiera hacer una revisión acuciosa de todos los casos en que el Servicio Electoral no ha funcionado bien, para ver qué cosas tienen que mejorarse; cuáles son de responsabilidad del SERVEL y cuáles del Servicio de Registro Civil; si el Servicio Electoral cuenta con las facultades y atribuciones necesarias para cumplir su función en forma adecuada.
Este año se celebrarán elecciones extraordinariamente importantes. Entonces, yo no quisiera que en ellas viviéramos un chascarro.
Por primera vez habrá votación en el extranjero.
Tendremos elecciones de cores, de Presidente de la República y de Senadores y Diputados.
Por lo tanto, considero relevante que Su Señoría, como Presidente del Senado, se contacte con el Servicio Electoral y vea qué problemas, sean de carácter económico, administrativo o legal, tienen que resolverse.
Me parece que deberíamos hacer un análisis mucho más de fondo sobre la materia.
Señor Presidente, votaré a favor de los dos nombres propuestos, pues no tengo ninguna objeción personal que hacer.
Los señores Joignant y Tagle formularon sus planteamientos. Empero, ellos mismos mantienen una serie de discrepancias y diferencias, por ejemplo, con el Presidente del Consejo del Servicio Electoral. ¡Y lo dicen! ¡Sale en la prensa!
Señor Presidente, yo al menos quiero dejar constancia de que el SERVEL enfrenta dificultades de funcionamiento. En algunos aspectos no ha andado bien. En ciertas materias, objetivamente, ha de tener mayor respaldo. Y, por nuestra parte, debemos imponerle más exigencias, atendido el tremendo rol que le corresponde cumplir.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Quinteros.


El señor QUINTEROS.- Señor Presidente, como he señalado en ocasiones anteriores, estoy convencido de que ni la autonomía de determinados organismos del Estado, ni su carácter colegiado, ni la participación del Sistema de Alta de Dirección Pública son por sí solos garantía de independencia o de eficacia en la resolución de los asuntos sometidos a su consideración.
A mi modo de ver, los problemas de confianza de la política no se resuelven con una supuesta despolitización del Estado.
Por el contrario, la complejidad cada vez mayor de los asuntos públicos les exige a los actores contar con herramientas políticas y técnicas para su adecuada resolución.
Digo todo esto porque, cuando nos corresponde pronunciarnos sobre la designación para algún cargo público propuesta por la Presidenta de la República, siempre surge la crítica de la politización o del cuoteo.
Yo no estoy de acuerdo con dicho punto de vista.
Creo en la participación y en las responsabilidades políticas en las decisiones públicas.
Sí, concedo que el modelo aplicado desde el inicio de la transición para las designaciones, que se basa en la extensión del sistema binominal, ya no da para más.
Los equilibrios políticos son necesarios. Pero los altos quorums exigidos para ciertas designaciones, que se traducen en una representación casi paritaria en los órganos colegiados, en la práctica se han transformado en una limitación para la incorporación de nuevas sensibilidades o de figuras destacadas de las respectivas actividades.
A muchos expertos independientes o que adscriben a una corriente de opinión minoritaria pero que constituirían un aporte innegable al servicio público se los margina de los procesos pertinentes porque sus candidaturas no son funcionales al esquema binominal, con lo cual el Estado se priva de su contribución.
En esos casos pierden las instituciones, pues, si bien se resguardan sus equilibrios políticos, al mismo tiempo se socavan su credibilidad y, en consecuencia, su estabilidad.
Tanto el Ejecutivo cuanto el Senado debemos revisar nuestros procedimientos, de manera de asegurar que efectivamente se evalúen las mejores cartas para las diferentes responsabilidades.
El equilibrio político tiene que ser un factor más a considerar, no el único o el decisivo como ha ocurrido hasta ahora.
Hecha tal prevención de carácter general, anuncio que me pronunciaré favorablemente respecto de la proposición presidencial.
Los señores Joignant y Tagle reúnen condiciones técnicas y políticas para el ejercicio de la alta función a que se los convoca.
En el marco del proceso de adecuación de los partidos políticos a las nuevas normas que los rigen y de cambio en el sistema electoral, nuestro país necesita particularmente una gestión eficiente del Servicio Electoral, que dé confianza a todos los actores.
Confío en que los consejeros a los que estamos ratificando en sus cargos por un nuevo período, junto con el resto de los miembros del Consejo Directivo, tendrán sabiduría para dirigir el referido Servicio en la próxima etapa.
Voto a favor.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Navarro.


El señor NAVARRO.- Señor Presidente, hemos venido advirtiendo desde larga data sobre las deficiencias del Servicio Electoral en el mal llamado "proceso de modernización".
El SERVEL es un viejo perro cazador que carece de olfato y de dientes y que no tiene cómo realizar la tarea de caza de irregularidades que le hemos encomendado.
El señor PROKURICA.- ¡Mentira!
El señor PÉREZ VARELA.- ¡Qué culpa tienen los perros...!
El señor LAGOS.- ¡Los perros viejos acaparan...!
El señor TUMA.- ¡Ahora están contra los perros...!
El señor NAVARRO.- Todo lo que hemos aprobado en virtud de la fiscalización del gasto no va a ser realidad.
Cuanto hemos aprobado para regular las campañas electorales tampoco será realidad.
Yo lo advertí durante el debate: el Director del SERVEL, por sí y ante sí, decide si pasa o no al Tribunal Electoral los antecedentes para que se investigue una campaña, lo que puede terminar con la pérdida del cargo.
¡Eso no va a ocurrir!
Porque, además, al Director del SERVEL lo nombra la Presidenta de la República. Y se va a repetir exactamente lo que se ha criticado en los casos del Director de Impuestos Internos y del Fiscal Nacional del Ministerio Público.
Entonces, yo pregunto: ¿No hay conciencia, aunque sea una pizca, de por qué tenemos mala evaluación en la opinión pública? ¿Por qué en la calle la gente se indigna con nosotros?
Ello ocurre porque, cuando hacemos este tipo de leyes, o esas cosas pasan desapercibidas, o alguien las diseñó de manera muy precisa para ajustarlas a sus designios y a sus deseos.
Ahora se trata de nombrar a dos miembros del Consejo del Servicio Electoral.
Esto -digámoslo francamente- es el cuoteo: uno y uno, para mantener cierto equilibrio.
Yo no sé cómo va a estar el equilibrio en el SERVEL.
Me gustaría que el Consejo del Servicio Electoral representara fielmente la ley y a la ciudadanía; que se tratara de una contraloría, en vez de que la mitad fuera de Derecha y el resto progresista, pues todos sus integrantes van a estar sujetos a presiones políticas cuando deban tomar decisiones.
Ese órgano colectivo debiera ser un cuerpo técnico que le diera garantías a la ciudadanía, no al gobierno de turno, no al Parlamento de turno.
Hoy día se nos proponen dos nombres. Sobre ellos no tengo ninguna objeción personal. Pero quiero advertir que el mecanismo de designación existente y las falencias de que adolece el SERVEL por responsabilidad del Gobierno y del Parlamento, que no se pusieron los pantalones para determinar una fortaleza, nos van a pasar la cuenta.
Que esté Salvador Allende en los registros electorales; que en estos figuren millones de personas que fallecieron; que no haya una coordinación adecuada del SERVEL con el Registro Civil e Identificación, todo eso constituye un problema que debieran abordar el Congreso Nacional y el Ejecutivo.
Sin embargo, el debate respectivo se posterga.
¿A quién le interesa, entonces, que aparezcan en los registros electorales millones de ciudadanos que fallecieron y numerosas personas que ya no están en Chile, las cuales ahora van a poder votar en el extranjero si se inscriben en los consulados?
Estimo que los problemas expuestos desprestigian al Servicio Electoral, que funciona cuando no hay crisis. Pero yo quiero verlo cuando existan crisis, porque durante ellas se detectan las fortalezas y las debilidades.
En mi concepto, si hay una crisis, el SERVEL va a estar en dificultades.
Señor Presidente, yo me voy a abstener en la votación, no por los candidatos al Consejo Directivo que se quiere conformar, sino, básicamente, por observaciones de fondo, pues vale la pena hacer un llamado al respecto. Si nombramos miembros en ese órgano, ellos tienen que saber que se incorporan a una entidad con falencias que ni el Gobierno ni el Congreso han querido enfrentar y que, por cierto, representan una debilidad.
Tengo la mejor opinión de los señores Joignant y Tagle. He leído el informe. No formulo una crítica personal, sino institucional, particularmente al Gobierno y al propio Congreso.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Puede intervenir la Honorable señora Lily Pérez.


La señora PÉREZ (doña Lily).- Señor Presidente, al igual que en nominaciones anteriores de estas características, en que uno espera que la política se halle gobernada por personas cada día más preparadas y capacitadas y que tomen decisiones más apegadas a la ley y a la técnica, tal como cuando tenemos que dirimir en casos en que se definen integrantes del Poder Judicial o de la Contraloría General de la República, o el Fiscal Nacional, que son instituciones que permanecen a pesar de los cambios de Gobierno y de color, soy de aquellas Senadoras y legisladoras que también aspiran a un Servicio Electoral moderno, autónomo y libre de malas prácticas.
Aun cuando los candidatos son muy respetables, como se ha dicho en la Sala, también me voy a abstener. Creo que la cuestión de fondo es que no podemos seguir politizando el SERVEL a tal punto que todos sus debates se efectúan hoy día a través de los medios de comunicación. No he visto que ocurra otro tanto con los del Banco Central, los del Instituto Nacional de Derechos Humanos, los de la Contraloría ni los del Poder Judicial, lo que obedece a que son instituciones fuertes, técnicas, con tradición. Pero los tironeos que hemos visto en el organismo en los últimos dos años son tremendamente políticos, porque los cargos están cuoteados en esa forma.
La Senadora que habla, al menos, no dará su voto para ello.
Vengo diciendo hace largos años, no desde ahora, que hay una gran cantidad de profesionales independientes.
Colaboré, entre numerosas otras personas, para llevar a cabo un cambio de sistema electoral que probablemente es una de las más importantes reformas constitucionales realizadas. Y eso implicaba también un cambio de mentalidad. Chile no puede seguir tironeado entre el blanco y el negro, el sí y el no, en un "clivaje" tan antiguo que varios de nosotros éramos menores de diez años y otros ni siquiera habían nacido.
Pienso de una manera absolutamente distinta. Veo el país de una manera muy diferente a la de muchos de los sentados aquí. Y aquel que estoy ayudando a construir es uno en el que la gente encuentre oportunidades y sea autónoma, y no todos tengan que pertenecer a un partido político para poder ayudar o ejercer un rol en el Estado.
Tal como lo manifestó el Honorable señor Quinteros, estamos llenos de profesionales que podrían desempeñarse perfectamente en el SERVEL, expertos y estudiosos de sistemas electorales internacionales, y que no pueden ser un aporte por no haber firmado la ficha de militancia en tal o cual partido.
Por estas consideraciones, voy a abstenerme, al igual que lo he hecho en instancias anteriores en que nos encontramos con instituciones que se han ido politizando y que debieran ser, en cambio, absolutamente técnicas y darnos garantías a todos los chilenos.
Muchas gracias.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Pérez Varela.


El señor PÉREZ VARELA.- Señor Presidente, estamos decidiendo el nombramiento de dos profesionales altamente calificados y de una gran capacidad. Los hemos conocido. Han actuado en el Servicio Electoral y hecho un gran esfuerzo. Por lo tanto, me alegra que en las intervenciones de mis colegas jamás se haya formulado una objeción a las personas, propiamente tales, lo que demuestra que constituye una buena designación.
A mí me llama la atención que el debate se trasforme en el de los problemas del SERVEL, porque quiero recordar que, cuando se discutió la iniciativa sobre fortalecimiento de la democracia, en la cual a este se le entregaron una serie de atribuciones en materia de fiscalización y control de los partidos, de los comicios, del financiamiento electoral y de las elecciones internas de dichas colectividades, el Gobierno se negó sistemáticamente a mejorar la capacidad técnica, logística y profesional del organismo.
Por lo tanto, las dificultades que está sufriendo el Servicio no son producto de una irresponsabilidad de su personal, sino de la incapacidad de la Administración de dotar a una entidad de extraordinaria importancia de todas las herramientas necesarias para llevar adelante su función.
Ello lo expresaron en el Senado, con mucha fuerza, las organizaciones gremiales. Nosotros incluso expresamos votaciones en contra de algunos artículos para tratar de forzar al Gobierno a presentar una adecuación de la planta, a establecer nuevos fiscalizadores y una serie de normas para ayudar al trabajo del Servicio. Pero la labor, que ha aumentado exponencialmente, es realizada por los mismos funcionarios, a quienes les correspondían facultades determinadas. Y mientras eso siga así y no esté resuelto, vamos a seguir con problemas.
Es bueno, en consecuencia, que muchos se sumen ahora a lo que manifestamos el año pasado en orden a que es necesario, no solo darle autonomía al SERVEL, con la cual concordamos, sino también proporcionarle las herramientas, capacidades y dotación para efectuar una tarea que es de primer orden.
Expusimos que, así como es relevante el Servicio de Impuestos Internos, porque recauda los tributos que hacen posible el funcionamiento del Gobierno y los distintos programas del Estado, también lo es una entidad que vela por la transparencia y eficacia de las elecciones, o sea, del sistema democrático.
El Gobierno no ha querido escucharlo. Entonces, tenemos hoy día al mismo SERVEL de hace diez años asumiendo los cometidos que se le han entregado, que son infinitamente superiores no solo en cantidad, sino asimismo en importancia. Y ha salido relativamente bien gracias al esfuerzo de la totalidad de su personal. Pero no hay duda de que las dificultades van a seguir existiendo mientras no lo transformemos en un organismo estatal fiscalizador de la misma potencia de otros que sí realizan una labor adecuada.
Voto a favor por la calidad de las personas que se han presentado, quienes son probadas; actúan con autonomía y criterio, más allá de sus capacidades técnicas, y no reciben órdenes de partido ni de ninguna otra naturaleza, sino que han demostrado su valía, tanto profesional como funcionaria, en este caso, con absoluta independencia de juicio y poniendo lo mejor de sí para que el sistema funcione mejor.
Reitero, sin embargo, que el Senado debiera requerirle al Gobierno que le proporcionase al SERVEL la estructura, las dotaciones y los recursos necesarios para llevar adelante una labor sin duda fundamental.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Puede intervenir la Honorable señora Von Baer.


La señora VON BAER.- Señor Presidente, igualmente quisiera remarcar la calidad profesional de ambos nombramientos. Alfredo Joignant y Andrés Tagle exhiben una larga trayectoria en los aspectos electorales, trabajaron activamente en construir el sistema de inscripción automática y voto voluntario, y son muy reconocidos en el ámbito académico.
Creo que una cosa es la crítica que se le puede hacer al sistema de designación, si no se está de acuerdo con sus términos, y al funcionamiento del SERVEL, pero otra muy distinta es desconocer en ambas candidaturas la calidad profesional y el esfuerzo puesto en el último tiempo por ambos directores para lograr hacer funcionar bien la entidad.
Es preciso tener claro que, como Congreso, le hemos entregado al Servicio muchas funciones adicionales. La inscripción automática y el voto voluntario no fueron un desafío menor, como tampoco el llevar a un sistema de inscripción automática, los cambios de la Ley Orgánica Constitucional de los Partidos Políticos y el refichaje.
Quiero hacerle igualmente un reconocimiento -porque aquí solo se formula una crítica- ante la fiscalización que se está haciendo de la actividad de las colectividades políticas. A mí me tocó participar en un acto de mujeres de la UDI en la Región de Los Ríos, y el funcionario del Servicio estuvo presente todo el tiempo que duró, como le correspondía. Mostró una disposición impecable para poder fiscalizar lo que se estaba realizando, al mediar fondos públicos que van hoy día a los partidos.
Por lo tanto, creo que aquí también tenemos que cuidar la institución del SERVEL. Nosotros le asignamos una tarea mucho más grande que las anteriores, con desafíos totalmente recientes, desde el punto de vista del padrón, pero también de la nueva Ley Orgánica Constitucional citada.
En cuanto al refichaje, aunque al principio hubo algunas dificultades de gestión dentro del organismo, juzgo que se ha ido mejorando y que esa es una muy buena noticia, lo que asimismo es preciso admitir.
Hubo problemas, no solucionados todavía, respecto del padrón electoral. Pero, como ya es reconocido en la actualidad por la Contraloría General de la República, esta no es una cuestión del Servicio, sino del Registro Civil, que no pidió la firma de las personas que querían cambiar su domicilio electoral y no cuenta ahora con este respaldo, contemplado en la ley.
Entonces, sin perjuicio de exponer las críticas necesarias para que la institución mejore su funcionamiento, tampoco podemos echar culpas que no son tales.
Para terminar, juzgo que lo planteado por el Senador señor Pérez Varela es totalmente relevante. Nosotros aumentamos exponencialmente las tareas del SERVEL, pero no le entregamos los fondos necesarios para poder hacerse cargo de ellas.
También tenemos por delante el desafío de robustecer en lo relativo a los funcionarios.
Y esperamos que los directores puedan seguir aportando y llevando a cabo una tarea tan significativa para el buen funcionamiento de nuestra democracia.
He dicho.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Girardi.


El señor GIRARDI.- Señor Presidente, en nombre del Partido Por la Democracia, valoro los nombres de Alfredo Joignant y de Andrés Tagle.
No son militantes de mi colectividad política, por lo que me siento en libertad de acción para respaldarlos, ya que creo que han hecho un gran aporte.
Considero injustos algunos de los planteamientos del Senador señor Navarro. Es algo así como que no estaría la mejor gente. Estimo que estas dos personas, paradójicamente, son de aquellos intelectuales que no solo mantienen una mirada larga en la materia, sino también una visión compleja y de alta idoneidad.
No me parece adecuado un cuestionamiento sistemático del asunto como una suerte de contubernio. Nos hallamos ante lo más propio de las democracias representativas. Pienso que el mundo moderno, la posmodernidad, justamente le pone una interrogante a dicho sistema político, al cual es preciso preservar. Soy partidario de convalidarlo con la participación directa. Pero no considero que tenga que imponerse la cultura twitter, que es una dimensión más reactiva, evidentemente más directa. Se requiere una combinación.
A mí me parece muy importante que mi Honorable colega esté sentado acá. El mismo Senador que habla lo respaldó. Pero se podría decir, con la misma lógica, que fue parte de un cuoteo, porque no toda la gente pudo presentarse a los comicios. Resultó electo en una coalición que construyó un acuerdo,...
El señor NAVARRO.- ¡El gran binominal...!
El señor GIRARDI.-... y, por lo tanto, habría sido tan cuoteado como podrían serlo los señores Joignant y Tagle, lo que no creo. Su Señoría ganó por sus méritos, por sus capacidades, del mismo modo como están siendo elegidos hoy día los actuales candidatos, quienes son un muy buen aporte, a mi juicio.
Me hago eco también de los planteamientos formulados en el sentido de que una cosa son las personas, y otra, la debilidad institucional, lamentable y dramática, que tenemos que fortalecer por el bien de la democracia representativa.
He dicho.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Puede intervenir el Senador señor Bianchi.


El señor BIANCHI.- Señor Presidente, expresaré algo un poco en la lógica de lo dicho por colegas que me han antecedido en el uso de la palabra: es preciso separar.
Efectivamente, una cosa es el SERVEL, la institución.
Estamos asistiendo hoy día a lo habitual, que es la repartición de cargos entre un sector y otro. Ello se da en todos los organismos respecto de los cuales el Senado tiene que pronunciarse, y esta no es la excepción.
Mas uno no tiene que perderse. Si bien nunca participo en estos acuerdos, al menos intento contar con una argumentación cuando me corresponde pronunciarme en el sentido que sea.
Separando la situación de la institución del Servicio Electoral, me parece que esta es una buena oportunidad para hacer ver lo necesario y urgente que es robustecerla. Si se quiere llevar adelante un proceso verdadero de fiscalización, de control, ello pasa por ese fortalecimiento.
Observamos que si bien se han venido introduciendo cambios importantes en las estructuras de los partidos políticos y de la función que cumple el SERVEL, estamos absolutamente al debe. Entonces, me valgo de la votación para manifestar una vez más la urgente necesidad de que el Estado comprenda que, para lograr la transparencia requerida por toda la ciudadanía, para ejercer la fiscalización necesaria en todas las estructuras políticas partidarias, el Servicio, tal cual está, sobre la base de la situación de sus funcionarios, de su directorio y de la falta de recursos que padece, por supuesto que está lejos de poder llevar adelante su labor tal cual se le exige.
Esa es una cosa.
Y la otra dice relación con los dos nuevos miembros del Consejo Directivo. Se ha propuesto a personas honorables, expertas, con todos los atributos requeridos para poder llevar adelante el proceso que le estamos pidiendo al organismo. Por eso es que en esta ocasión voy a votar a favor.
Pongo el énfasis en lo que estamos reclamando con respecto a la estructura mucho más maciza, mucho más empoderada, de la institución que nos ocupa, y no abrigo dudas de la absoluta respetabilidad de los señores Joignant y Tagle para el desempeño de los cargos de que se trata. Todas las veces que me ha tocado trabajar con ellos en las Comisiones de Gobierno han constituido un importante aporte a la discusión.
Gracias.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor LABBÉ (Secretario General).- ¿Alguna señora Senadora o algún señor Senador no ha emitido su voto?
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Terminada la votación.
--Se aprueba el nombramiento de los señores Alfredo Joignant Rondón y Andrés Tagle Domínguez como miembros del Consejo Directivo del Servicio Electoral, dejándose constancia, para el efecto del quorum constitucional requerido, de que se registran 31 votos a favor y 3 abstenciones.
Votaron las señoras Allende, Goic, Muñoz, Van Rysselberghe y Von Baer y los señores Allamand, Araya, Bianchi, Chahuán, Coloma, De Urresti, Espina, García, García-Huidobro, Girardi, Guillier, Horvath, Lagos, Hernán Larraín, Letelier, Montes, Moreira, Pérez Varela, Prokurica, Quintana, Quinteros, Rossi, Tuma, Ignacio Walker, Patricio Walker y Andrés Zaldívar.
Se abstuvieron la señora Lily Pérez y los señores Matta y Navarro.