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CAPITALIZACIÓN EXTRAORDINARIA DE CODELCO


El señor LAGOS (Presidente).- Corresponde tratar el proyecto de ley, en segundo trámite constitucional, que autoriza traspasar recursos provenientes de la aplicación de la ley N° 13.196 al Tesoro Público, a fin de permitir una capitalización extraordinaria a la Corporación Nacional del Cobre de Chile, y modifica otras normas. La iniciativa cuenta con un certificado de la Comisión de Minería y Energía e informe de la Comisión de Hacienda, y urgencia calificada de "discusión inmediata".
--Los antecedentes sobre el proyecto (11.028-05) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley:
En segundo trámite: sesión 77ª, en 3 de enero de 2017 (se da cuenta).
Informes de Comisión:
Minería y Energía (certificado): sesión 79ª, en 10 de enero de 2017.
Hacienda: sesión 79ª, en 10 de enero de 2017.
El señor LAGOS (Presidente).- Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor LABBÉ (Secretario General).- La Comisión de Minería y Energía discutió el proyecto en general y en particular, en virtud de lo dispuesto en el artículo 127 del Reglamento, y lo aprobó por la unanimidad de sus miembros presentes (Senadores señora Allende y señores García-Huidobro, Guillier y Prokurica), en los mismos términos en que fue despachado por la Cámara de Diputados.
La Comisión de Hacienda, por su parte, también discutió el proyecto en general y en particular, y lo aprobó por la unanimidad de sus miembros (Senadores señores Coloma, García, Montes, Tuma y Zaldívar), en los mismos términos en que lo había hecho la Comisión de Minería y Energía.
Cabe hacer presente que los artículos 1° y 2° son de quorum calificado y requieren 19 votos favorables para su aprobación.
El texto que se propone aprobar se consigna en las páginas 16 a 18 del informe de la Comisión de Hacienda.
El señor LAGOS (Presidente).- En discusión general y particular.
Tiene la palabra el señor Ministro de Hacienda.


El señor VALDÉS (Ministro de Hacienda).- Señor Presidente, explicaré brevemente el proyecto.
La iniciativa contiene tres elementos principales.
El primero de ellos es el más relevante y se relaciona con mitigar los efectos de la interacción de la ley N° 13.196, la ex Ley Reservada del Cobre, con un precio del metal muy bajo y cercano a los costos de producción de CODELCO.
Como es conocido, lo que sucede básicamente es que en ese caso CODELCO, por la Ley Reservada, tiene que traspasar el 10 por ciento de sus ventas a las Fuerzas Armadas, a los fondos reservados. Pero cuando el precio es muy bajo, y supongamos como argumento que es igual a los costos, CODELCO no tiene ninguna utilidad: cero utilidades. Pero de igual forma debe traspasar ese 10 por ciento. Por lo tanto, termina estresando el balance y endeudándose para traspasar estos fondos.
Es importante precisar que esta es la interacción de la Ley Reservada del Cobre con precios bajos. No es la Ley Reservada per se. En tiempos normales, dicha normativa saca el 10 por ciento de las ventas de CODELCO, que si no salieran, llegarían a utilidades o impuestos, si son los mismos costos. Por lo tanto, habitualmente no involucra un problema de caja.
También considero importante mencionar que durante la discusión se habló del "piso" de la Ley Reservada del Cobre. Y ese es un concepto muy distinto.
El piso de la Ley Reservada les garantiza cierto flujo a las Fuerzas Armadas, pero no implica un alivio en la situación actual de CODELCO.
La solución que se propone es devolverle a CODELCO 475 millones vía capitalización, que es un poco menos de lo que de verdad traspasó por sobre sus excedentes el año pasado. Y se plantea hacer lo mismo respecto de este año, dependiendo del valor del cobre, con una estimación de cuánto podría ser el endeudamiento por este concepto, hasta con un tope de 475 millones.
Si los precios siguieran en el nivel actual, no habría que aplicar la ley para 2017, sino solo para el año pasado.
También me gustaría señalar los otros dos elementos que contempla esta iniciativa.
Por un lado, extiende por un año la vigencia de la ley Nº 20.790, que permite capitalizar CODELCO.
Hace dos años el Congreso aprobó una normativa que posibilita una capitalización de hasta 3 mil millones en nuevo capital y mil millones en utilidades retenidas. La hemos usado.
Lo que queremos es prorrogar su vigencia por un año más para que el próximo Gobierno tenga como opción -no como obligación- capitalizar CODELCO usando la misma ley.
¿Por qué no la podemos utilizar por completo?
Porque las inversiones han avanzado a un ritmo menor del previsto inicialmente.
Y el tercer elemento de la iniciativa es que permite el neteo anual de las ventas de CODELCO.
¿Qué significa lo anterior?
Según la normativa actual, cuando CODELCO vende traspasa transacción a transacción el 10 por ciento de esa venta a los fondos reservados.
Lo que propone el proyecto es que eso se haga una vez al año, de manera de aliviar el balance de CODELCO. Porque así la empresa va a tener más caja durante el año, y eso le evita pagar intereses.
Ello no significa una merma para las cuentas reservadas, porque ganan un interés muy bajo.
Este mecanismo se aplicaría a partir de 2018.
Si me permite, señor Presidente, deseo mencionar dos temas adicionales.
Uno de ellos se liga a la Ley Reservada, pero no es una discusión per se de dicha normativa. Se trata de un debate que requiere una pausa distinta. Hay materias de transparencia y control, de su interacción con CODELCO, del tamaño de los gastos militares, que ciertamente requieren más discusiones. Pero CODELCO no puede esperar a que terminemos ese debate para aliviarla del efecto que tuvo el año pasado, y que podría repetirse nuevamente este año por la interacción de la Ley Reservada -o exreservada- y precios muy bajos.
Por último, deseo precisar que esta no es para nada una idea nueva. Quiero mencionar simplemente a los Senadores Harboe y Prokurica, porque conversamos de la idea que ellos tenían respecto de qué hacer para aliviar la situación de CODELCO. Incluso, la Comisión Investigadora de la Cámara de Diputados que analizó el mal uso en algún momento de la Ley Reservada del Cobre, dentro de sus conclusiones, aprobadas por unanimidad, planteaba una idea muy similar, básicamente la misma que se propone en la actual iniciativa.
Desde el punto de vista fiscal, esta propuesta no significa más gasto ni más deuda. Es simplemente un movimiento de activos dentro del Fisco que permite que el balance de CODELCO se vea mejor después de aplicar la ley en proyecto.
Muchas gracias.
El señor LAGOS (Presidente).- Tiene la palabra la Senadora señora Allende.


La señora ALLENDE.- Señor Presidente, en mi calidad de Presidenta de la Comisión de Minería y Energía, me corresponde informar esta iniciativa.
Con motivo del análisis de este asunto, la Comisión recibió a los Ministros de Hacienda y de Minería, junto al Presidente del Directorio de la cuprífera estatal, quienes explicaron los fundamentos del proyecto y la necesidad de una pronta tramitación.
Como se ha expresado, los aspectos más relevantes de la iniciativa son los siguientes.
La Corporación Nacional del Cobre es un activo que pertenece a todos los chilenos y, por consiguiente, es fundamental mantener su liderazgo y asegurar su proyección en las próximas décadas. Sin embargo, en los últimos años se ha producido una significativa caída en el precio del cobre que ha afectado los ingresos de la Corporación y ha redundado en que sus excedentes sean prácticamente inexistentes en los últimos trimestres.
A causa de la caída en el precio del metal rojo, CODELCO no ha podido generar excedentes suficientes respecto de las obligaciones que le impone la ley N° 13.196, más conocida como "Ley Reservada del Cobre", produciéndose una coyuntura compleja para la empresa. Esta se ha visto obligada a endeudarse más allá de lo esperado para financiar su inversión y los aportes exigidos por esa normativa, lo que ha mermado su capacidad financiera y afectado sus indicadores de solvencia.
A raíz de lo anterior, resulta necesario mitigar los efectos generados en la empresa producto de esta coyuntura, capitalizándola, de modo de contribuir a su solvencia y estabilidad financiera.
En este contexto, el presente proyecto de ley, junto con capitalizar de manera extraordinaria a CODELCO, autoriza a destinar a ingresos generales de la Nación recursos que se han obtenido a partir de la aplicación de la Ley Reservada del Cobre, a fin de permitir financiar las obligaciones que el Tesoro Público está contrayendo para realizar dicho aporte de capital.
Con el objeto de minimizar el impacto financiero que significa para la empresa la periodicidad actual de los traspasos que le impone la Ley Reservada del Cobre, se autoriza a CODELCO a efectuarlos una vez al año, en lugar de hacerlo por el 10 por ciento de cada venta.
El año 2014 se dictó la ley N° 20.790, que contempló un programa de capitalización de la empresa para el período 2014-2018, el cual permitirá, junto con los recursos generados por su propia operación, financiar el llamado "Plan de Negocios y Desarrollo", manteniendo una situación financiera sana. Los recursos contemplados en la ley citada, más el compromiso de permitir que la empresa capitalice sus utilidades propias hasta por mil millones de dólares, harán que pueda contar con hasta 4 mil millones de dólares para financiar ese Plan, sujeto a las evaluaciones que se realicen respecto del avance en su ejecución.
Hasta la fecha, las inversiones se han ejecutado a un ritmo un poco más lento del estimado en 2014, tanto por cuestiones tecnológicas como por el entorno económico. En efecto, la perspectiva de un precio del cobre más bajo por un tiempo prolongado ha llevado a la Corporación a reevaluar el perfil de sus proyectos de inversión, lo que se ha traducido en la postergación o el aplazamiento de algunas de las iniciativas contenidas en el referido Plan. Ello se ha visto reflejado en el ritmo con el que se han materializado las capitalizaciones los años 2015 y 2016.
De esta manera, si bien se espera que durante el período 2014-2018 las inversiones alcancen los 18 mil 800 millones de dólares, aproximadamente (por debajo de los 23 mil 500 millones proyectados al inicio), aún continuarán ejecutándose inversiones contenidas en el Plan por montos estimados en 4 mil 500 millones.
Por tal motivo, y con el objeto de permitir a CODELCO contar con los recursos autorizados en la ley N° 20.790 para financiar sus inversiones en los plazos necesarios, la presente iniciativa contempla la extensión de un año en la vigencia de la citada normativa.
La Comisión que presido, luego de estudiar los aspectos que informan esta iniciativa legal, le dio su aprobación unánime.
Hasta aquí el informe que deseaba entregar, señor Presidente.
Ahora, si me lo permite, para ahorrar tiempo y por consideración a las personas que nos acompañan en las tribunas, voy a entregar mi opinión personal, lo que no me tomará más de dos minutos.
El señor LAGOS (Presidente).- Adelante, señora Senadora.
La señora ALLENDE.- Gracias, señor Presidente.
Estando absolutamente de acuerdo con el proyecto, quiero solamente enfatizar la importancia que tiene para Chile una empresa como CODELCO. No puedo dejar de mencionar la visión de un Presidente que nacionalizó el cobre, lo que ha permitido, desde 1971 hasta el año pasado, ingresos por sobre los 100 mil millones de dólares. CODELCO entrega alrededor de un millón de puestos de trabajo directos e indirectos y es, sin lugar a dudas, la empresa que mayores recursos aporta al Fisco, lo cual hace posible llevar a cabo nuestras políticas sociales.
Por lo tanto, nos interesa que como empresa minera individual -la productora más importante del mundo- siga siendo un motor competitivo y poderoso.
Por eso, en mi opinión es fundamental capitalizarla. Yo comparto lo que dice el Ministro: esta ley específicamente tiene que ver con cómo ayudar a la empresa en esta coyuntura difícil, de bajos precios, al margen de los esfuerzos que ha hecho, que han sido notables, por reducir sus costos, y estando al mismo tiempo en desarrollo el Plan que mencioné, el cual contempla proyectos quizás de los más ambiciosos que se conozcan en la minería, que tienen tremenda significación y potencialidad. De ahí que, hoy más que nunca, hay que respaldar a CODELCO.
Termino señalando que, compartiendo lo que dice el Ministro en el sentido de que es necesario, fundamental apoyar a la empresa en esta coyuntura, para no seguir ahogándola, al obligarla a endeudarse para dar cumplimiento a la normativa vigente, yo sí pienso que llegó la hora de discutir y de terminar con la Ley Reservada del Cobre. Creo que debemos dejar que CODELCO se pueda desarrollar sin esa camisa de fuerza y tenga su capitalización normal, vía presupuestaria y ojalá de manera plurianual.
Por transparencia y mayor racionalidad, me parece que sería muy adecuado que en algún momento pudiésemos, como país, discutir y terminar con la Ley Reservada del Cobre.
He dicho.
--(Aplausos en tribunas).
El señor PÉREZ VARELA.- Abra la votación, señor Presidente.
El señor MOREIRA.- Sí, que se abra la votación.
El señor LAGOS (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Zaldívar.


El señor ZALDÍVAR (don Andrés).- Señor Presidente, como se ha dicho, este proyecto fue conocido también por la Comisión de Hacienda, donde recibimos toda la información que hoy ha entregado aquí el Ministro Valdés. Y fue aprobado por unanimidad, porque creo que corresponde a una lógica razonable sobre cómo enfrentar el problema.
Lo que ha significado el precio del cobre para CODELCO nos lleva a tomar medidas para eliminar un efecto absolutamente irracional, que creo que ninguna empresa pública ni privada puede resistir: que se le obligue a transferir el 10 por ciento de sus ventas, cualquiera que sea el resultado de su balance.
Claro, hasta hace poco tiempo, cuando había un precio del cobre de tres, cuatro dólares, el excedente iba a la cuenta reservada del cobre. Efectivamente, se hizo una cierta regulación de ese recurso, de cuya utilización hoy día tiene más control el Ministerio de Hacienda. Pero la verdad es que el año 2016 CODELCO no tuvo excedentes. Y no por mala gestión, porque incluso ha procedido a rebajar sus costos, sin perjuicio de que, en general, en la minería del cobre estos últimos han escapado de lo que eran normalmente, tanto por la ley de los minerales como por las negociaciones que se han llevado adelante con los trabajadores, etcétera.
Por lo tanto, lo que tenemos que ver hoy día es cómo evitar que CODELCO termine siendo una empresa inviable. Si bien durante este Gobierno se estableció una ley -la vamos a prorrogar ahora, con este proyecto, hasta el 2019- que permite su capitalización, a objeto de ponerla al día y que tenga mayor presencia, de manera que pueda hacer las inversiones indispensables -incluso ha habido que revisar y postergar algunas, según se nos ha dicho aquí-, el tema es que CODELCO termina transfiriendo un poco más de 475 millones de dólares al Fondo de Reserva de las Fuerzas Armadas, sin tener utilidades. ¿Qué hace, entonces? Lo que cualquier persona hace cuando debe cumplir una deuda y no tiene los recursos: recurrir al endeudamiento, lo cual, al igual que a cualquier otra empresa, la hace menos viable.
En el caso de CODELCO, sería gravísimo terminar con una empresa inviable. Estamos hablando de lo que en su tiempo se llamó el "sueldo de Chile", la "viga maestra", etcétera. Ahora ya no sería eso, sino que se estaría transformando en un lastre para la economía y para el país.
Por eso, este proyecto, de carácter transitorio, es absolutamente lógico. En eso coincido con la Senadora Allende. Creo que existe una visión general en esta materia, e incluso en el Gobierno anterior se mandó una iniciativa de ley para revisar la Ley Reservada del Cobre.
¿Qué hace el proyecto que estamos por votar? Por la vía de una norma de tipo contable, de transferencia sin mayor gasto para el Estado, se toma la misma cantidad que ha tenido que entregar CODELCO al Fondo Reservado del Cobre, se pasa a rentas generales de la Nación y de estas últimas se hace llegar de nuevo a CODELCO, restituyéndole un gravamen absolutamente imposible de cumplir.
Lo mismo se establece para el año 2017.
Ahora, lo que nos dice el Ministro es cierto: si el precio del cobre sigue en los niveles que estamos viendo, a lo mejor no es necesario realizar la operación este año, pero, si se mantiene la situación actual, habrá que recurrir a dicho mecanismo, también con un techo de 475 millones de dólares para el 2017.
A su vez, se establece una norma que igualmente es de una mínima lógica. Existe un absurdo cuando se le dice a CODELCO: "Mire, aunque usted no tenga excedentes, cada vez que emita una factura de ventas, automáticamente debe entregar el 10 por ciento al Fondo Reservado del Cobre", lo cual significa para CODELCO, en términos de intereses, en términos financieros, una carga adicional de casi 50 millones de dólares al año.
Pues bien, aquello también viene resuelto en este proyecto de ley, que dispone que dicha retención se hará anualmente, evitando que la empresa deba endeudarse para cumplir con una obligación sin tener la capacidad requerida.
Por otro lado, se prorroga la ley de capitalización hasta el 2019, dejando que el próximo Gobierno determine cómo continuar con el proceso de inversiones, que efectivamente se ha retrasado. No es que se le esté transfiriendo una carga, sino que, cuando asuma, fije el calendario de inversiones para que CODELCO cumpla realmente con el papel que le corresponde como empresa del Estado.
Por todas estas razones, creo que lo que se está haciendo es de absoluta lógica, pero también coincido en que estamos frente a un tema en el cual el país debe reflexionar. No podemos seguir con la Ley Reservada tal como está, obligando a la Corporación a cumplir un gravamen del 10 por ciento de sus ventas -que, insisto, ninguna empresa, pública o privada, está en condiciones de sustentar-, sino que se debe establecer un sistema de financiamiento para los gastos de las Fuerzas Armadas de acuerdo con la realidad del país y con sus necesidades. Puede ser en la Ley de Presupuestos, a través de un presupuesto plurianual -habrá que revisarlo-, pero este es un tema que está pendiente.
Aquí, más que nada, como muy bien indicó el señor Ministro, estamos solventando una situación de tránsito para corregir el absurdo de que, a pesar de no tener utilidades, igual CODELCO debe realizar las transferencias de recursos dispuestas por la Ley Reservada. Después veremos, en una ley posterior, cómo financiar el gasto necesario de las Fuerzas Armadas a través de un sistema responsable.
Por todas estas razones, la Comisión de Hacienda aprobó el proyecto de ley y recomienda a la Sala proceder en idéntico sentido.
El señor LAGOS (Presidente).- Me han pedido abrir la votación.
El señor WALKER (don Ignacio).- Sí, pero autolimitándonos.
El señor MOREIRA.- Sí, señor Presidente.
El señor LAGOS (Presidente).- Manteniendo los tiempos. Después se evaluará si hay que disminuirlos.
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El señor LAGOS (Presidente).- Antes de abrir la votación, le voy a dar la palabra al señor Secretario para que dé cuenta de los asuntos que han llegado a la Mesa.
El señor LABBÉ (Secretario General).- Efectivamente, señor Presidente, tenemos la siguiente Cuenta agregada:
Oficio
De la Honorable Cámara de Diputados:
Con el que comunica que ha dado su aprobación al proyecto de ley que modifica diversos cuerpos legales para permitir un adecuado funcionamiento del sistema escolar (boletín N° 11.029-04) (con urgencia calificada de "discusión inmediata").
--Pasa a la Comisión de Educación y Cultura, y a la de Hacienda, en su caso.
Informe
De la Comisión de Educación y Cultura, recaído en el proyecto de ley, en segundo trámite constitucional, que autoriza erigir un monumento en memoria del ex Presidente de la República señor Patricio Aylwin Azócar (boletín N° 10.635-24).
--Queda para tabla.
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El señor LAGOS (Presidente).- Conforme a lo convenido, se abre la votación.
--(Durante la votación).
El señor LAGOS (Presidente).- El Senador señor Harboe, para colaborar, no hará uso de la palabra.
Por consiguiente, la tiene el Senador señor Prokurica.


El señor PROKURICA.- Señor Presidente, creo que se ha levantado una expectativa importante con este proyecto de ley, pero pienso que nosotros debiéramos discutir mucho más de minería y mucho más de CODELCO.
¿Por qué digo esto? Porque Chile ya era un país minero antes de la llegada de los conquistadores. Nuestros pueblos originarios ya se dedicaban a esta actividad. Nosotros somos y vamos a seguir siendo un país minero por bastante tiempo más.
Gracias a Dios, tenemos el 30 por ciento de las reservas de cobre del mundo. No hay ningún otro país que tenga un commodity en esa proporción. Somos uno de los principales exportadores y el mayor productor de cobre del planeta. Sin embargo, en Chile -y eso se nota en este Senado- nuestras autoridades, algunas de rango bastante alto, no entienden tal condición.
Por eso mismo -no por la razón que dice el Senador Zaldívar, sino por la que voy a explicar ahora-, históricamente los gobiernos, las autoridades, han limitado a CODELCO, le han restringido recursos permanentes, la han obligado a endeudarse, y algunos incluso le han aplicado la "política de la vaca lechera": sacarle y sacarle leche sin darle pasto al animal. Y es lo que hemos observado permanentemente como forma de financiamiento y capitalización de la empresa.
Si uno compara a la Corporación del Cobre con mineras privadas del mundo, verá que no hay ninguna que capitalice menos del 30 por ciento de sus utilidades, a diferencia de CODELCO, que exhibe un promedio de 8 a 10 por ciento. ¿Por qué? Porque los recursos para la cuprera estatal compiten con los que deben destinarse a la construcción de casas, a la construcción de caminos, al subsidio habitacional y con otras necesidades que el país tiene.
Hace tres años la Comisión de Minería del Senado advirtió, en un informe entregado a las autoridades, incluidas las actuales, que, si no se le entregaban a CODELCO recursos para su capitalización, existía un serio riesgo con su situación de endeudamiento y, fuera de eso, los fondos que le traspasa al Fisco iban a disminuir aproximadamente un tercio.
En este momento la Corporación del Cobre está pasando por un período que yo llamo la "tormenta perfecta": bajos precios (por suerte han mejorado algo en el último tiempo) y altos costos, a pesar de que debo reconocer que la actual administración los ha bajado considerablemente, en casi 30 por ciento. Y en esto hago mención especial de los trabajadores y la administración de la División Salvador, una de las más pequeñas, pero que históricamente ha marcado la disminución de los costos, con muy pocos esfuerzos y escasa ayuda de los gobiernos.
¿Por qué digo que estamos en la "tormenta perfecta"? Porque, a los bajos precios, a los altos costos y al alto valor de la energía, se agrega otro elemento: la existencia de minas viejas, desde las cuales el cobre se extrae a cada vez mayor profundidad, lo que significa un mineral más contaminado, con mayores impurezas y a mayor costo.
Además, no nos damos cuenta -porque no entendemos que somos un país minero- que los desafíos que enfrenta la minería de Chile -del cobre, principalmente- son desafíos faraónicos.
Los cambios estructurales que tiene que hacer CODELCO en todas sus divisiones no se han hecho nunca en la historia.
Chile debe sentirse orgulloso del desafío de sus trabajadores, de sus ingenieros, de su gente, porque, francamente, si uno mira la historia de la minería del mundo, nunca se habían producido cambios tan importantes, no solo desde el punto de vista de los montos -estamos hablando de más de 20 mil millones de dólares-, sino también desde la perspectiva de desafíos como el de "Chuqui" subterránea, el nuevo nivel de El Teniente, Andina 244 (un proyecto con múltiples problemas), así como el de Rajo Inca en Salvador.
Menciono especialmente el hecho de que no tenemos una política de Estado en esta materia. Y no la hemos tenido nunca, señor Presidente. CODELCO es, como todos los negocios mineros, un negocio a largo plazo. Funciona, en su generalidad, con la excepción planteada por el Ministro de Hacienda -quien admito que ha tomado conciencia de esto-, de la siguiente manera. Quienes administran la principal empresa del Estado lo hacen como si fuera un camión fletero al cual le dicen: "Usted debe ir hasta Puerto Montt pero solo le vamos a dar bencina hasta San Bernardo, y ahí nos llama para ver si le podemos dar más recursos para combustible".
Hoy día, CODELCO funciona con la lógica de la Ley de Presupuestos nacional.
Además, ya que el Senador que me antecedió en el uso de la palabra afirmó que la razón de los problemas es la Ley Reservada del Cobre, quiero responderle que no es así: esta sería la primera vez en la historia -quizás hubo una antes- que se produce esta situación; nunca se había dado.
CODELCO le entrega al Ministerio de Hacienda un cheque con el cien por ciento de sus recursos.
¿Cuál es el problema de CODELCO? Que funciona con la lógica de la Ley de Presupuestos del Fisco, que es anual, en un negocio de largo plazo.
Entonces, CODELCO hace propuestas, hace proyectos, y estos tienen que pasar por una serie de filtros: primero, preguntarle a Hacienda si le va a dar los recursos necesarios; segundo, esos proyectos tienen que ser aprobados por COCHILCO; después, se deben realizar una serie de otros trámites que significan que muchas veces aquellos no se materialicen nunca.
La iniciativa que discutimos hoy establece un sistema de capitalización que, tal como planteó el señor Ministro, en algún momento le propuse para efectos de que CODELCO no debiera endeudarse para traspasar recursos que en estos minutos no tiene, por la situación que he descrito, sino que se haga a través de la Ley Reservada del Cobre, con recursos obtenidos por CODELCO, para que mediante este fondo 4 se le puedan entregar 475 millones en los 45 días siguientes a la fecha de publicación de esta ley. Y lo mismo ocurriría, en tanto los precios estén bajos, en el año 2018.
¿Quedan temas pendientes? Sí, señor Presidente: quedan temas pendientes. El primero de ellos es la situación que estamos viviendo con las fundiciones.
Hice un planteamiento en la Comisión de Minería del Senado, que esta acogió, y durante la presidencia en ese órgano técnico del Senador García-Huidobro aquel se le presentó a la Primera Mandataria, dándose lugar a la formación de una comisión de fundiciones.
¡Este es un tema primordial!
El año 2020 China va a disponer del 62 por ciento de la capacidad de fusión de cobre del mundo.
¡Yo no sé si eso es importante o no para el país que tiene el 30 por ciento de las reservas, que es el mayor productor de cobre del mundo...!
¡No sé si es importante...!
En segundo lugar, señor Presidente, ya hay tratados que no permiten navegar con concentrados por los océanos que presenten altas contaminaciones.
Yo les pregunto: ¿vamos a esperar cumplir la norma del 2018, con 95 por ciento de captura de gases? Yo creo que estamos en un error.
Así lo ha planteado la Comisión de Minería del Senado, por unanimidad de sus miembros, en todas las administraciones. En un informe del año pasado se mencionó que hay que ir al 99 por ciento, no al 95. Porque lo del 95 por ciento es un arreglo "a la chilena", "con alambrito".
Esos recursos, señor Presidente, los vamos a perder. No sirve ese pequeño adelanto para lo que tenemos que llevar adelante.
Y lo más relevante: todos los países del mundo que cuenten con tecnología van a llegar a 99 por ciento de captura de gases, y nosotros vamos a estar en el 95.
¡Plata perdida!
En tercer lugar, resulta muy significativo que fundiciones como la de la ENAMI, que reciben material de los mineros chicos, hoy día recuperen oro, plata y cobre: ¡tres metales!
¿Sabe cuánto recuperan las fundiciones que capturan el 99 por ciento de los gases y que son modernas?
¡14, señor Presidente!
Entonces, cómo nos puede cambiar la vida si hacemos esta modificación sustancial, como ha propuesto la Comisión de Minería del Senado, de capturar el 99 por ciento de los gases. Eso implicaría mayor cercanía con el medioambiente y, sobre todo, con...
El señor LAGOS (Presidente).- Terminó su tiempo, señor Senador.
Tiene un minuto adicional.
El señor PROKURICA.- Gracias, señor Presidente.
Decía que sobre todo con las comunas del norte y con la Región de O'Higgins, del Senador Alejandro García-Huidobro, en que se vive con los gases que se emanan al medioambiente.
Por lo tanto, está pendiente lo anterior, y varios Senadores hemos planteado -he presentado proyectos de ley en esta materia- que CODELCO tenga un presupuesto plurianual, de tal manera que a este chofer al que le hemos encargado este largo viaje sepa cuántos recursos tendrá el próximo año. Si son pocos, planificará para poco. Sin embargo, no como ahora, en que tendrá que acercarse al Ministro de Hacienda; y, si este conoce o le interesa la minería del país, le pasará los recursos, pero si no, seguiremos en lo mismo que se ha dado históricamente.
¡Sigan esperando la política de la vaca lechera; saquémosle no más a CODELCO, y después veremos cómo lo arreglamos...!
El señor LAGOS (Presidente).- Solicito el asentimiento de la Sala para que el Senador señor Zaldívar asuma como Presidente accidental.
Acordado.
Tiene la palabra el Honorable señor García-Huidobro.
--Pasa a presidir la sesión el Senador señor Zaldívar, en calidad de Presidente accidental.


El señor GARCÍA-HUIDOBRO.- Señor Presidente, en aras del tiempo, para que podamos ver el próximo proyecto, quiero ser muy breve y hacer mías las palabras tanto de la Presidenta de la Comisión como del Senador Prokurica en cuanto al desafío de CODELCO de aquí para adelante.
En tal sentido, ha habido que reevaluar las inversiones, y postergar algunas.
¿Y qué ha ocurrido? Que al no existir estos recursos, nuestra empresa ha tenido que endeudarse. Tanto es así que, en el ejemplo dado por el señor Ministro, este año CODELCO ha aportado justamente 475 millones de dólares, el 10 por ciento, al Estado, y hoy día se le están devolviendo.
Creemos que eso es muy justo. Pero no es la solución definitiva. CODELCO debe contar con un porcentaje importante para estar a la altura de cualquier empresa respecto a la capitalización que requiere permanentemente.
Tal como se ha manifestado, cada día los costos son mayores y la ley es más baja. Y las exigencias ambientales y también de quienes utilizan el cobre en el mundo son cada día mayores.
Señor Presidente, ambas Comisiones aprobamos este proyecto por unanimidad. Es muy necesario seguir avanzando porque en los últimos once años -resulta relevante que las señoras Senadoras y señores Senadores conozcan estas cifras- la deuda de CODELCO creció en 247 por ciento, pese a que aportó 56 mil millones de dólares al Fisco.
Esa es una de las situaciones que tenemos que cambiar. Y necesitamos inversiones no solamente para mantener su producción. Lo digo porque el esfuerzo que hace CODELCO hoy es para mantener su producción, no para aumentarla. Es importante transparentarlo y valorar el esfuerzo que se ha hecho en bajar los costos.
En eso yo quiero felicitar a la División El Teniente, pues se ha mantenido siempre sobre costos y con un esfuerzo muy grande de sus ejecutivos y, especialmente, de sus trabajadores.
De ahí, señor Presidente, que la UDI va a apoyar este proyecto. Creemos que es fundamental y de justicia para que CODELCO siga siendo la empresa líder en el mundo, que nos pertenece a todos los chilenos.
He dicho.
El señor ZALDÍVAR (Presidente accidental).- Tiene la palabra el Senador señor Tuma.


El señor TUMA.- Señor Presidente, en la Comisión de Hacienda di la unanimidad para votar favorablemente esta iniciativa. Y ahora también lo voy a hacer.
Creo que es un proyecto pragmático.No obstante, elude el tema de fondo.
Hay otra iniciativa, que presentó el Senador Allamand, que está hace bastante tiempo en el Congreso, que va al fondo del asunto: qué hacemos con el financiamiento de las Fuerzas Armadas y con la empresa productora de minerales más importante del Estado de Chile.
Por tanto, señor Presidente, está siendo eludido el debate de fondo respecto de cómo volvemos a ver a la empresa que genera el sueldo de Chile con un manejo adecuado.
El peor socio de CODELCO es aquel que se lleva el 10 por ciento de las ventas; y, naturalmente, no hay ninguna empresa en el mundo que pueda sostenerse si se lleva ese porcentaje un socio que, por lo demás, no aporta nada.
En consecuencia, nosotros debemos pedirle al Ejecutivo urgencia para el proyecto que aborda el debate que tenemos que hacer en este Congreso Nacional en cuanto a la Ley Reservada del Cobre, con el objeto de que CODELCO tenga independencia respecto de su futuro y el Estado de Chile ponga más recursos en inversión, en investigación y desarrollo de esa empresa para su competitividad en el mundo global.
Porque los otros países que elaboran productos de gran volumen de venta, como el petróleo, se ponen de acuerdo, y nadie dice que se están coludiendo.
¡Hay una colusión internacional respecto al precio del producto que venden en el mercado internacional! Y nosotros, aquí, que hacemos esfuerzos por mejorar nuestra legislación para perseguir la colusión, también somos víctimas de las colusiones internacionales.
Por tanto, no solamente tenemos que comprar más caro los productos que no generamos, como el petróleo, sino que vendemos más barato nuestro cobre. Y cada vez es más difícil manejar una empresa que no recibe recursos del Estado para su capitalización.
Ahora, esta iniciativa, en mi opinión, elude el tema de fondo, es bastante poco sincera en cuanto a lo que debemos hacer con nuestro cobre, con nuestra empresa, con el Fisco de Chile y con el financiamiento de las Fuerzas Armadas.
Nadie niega el financiamiento a las Fuerzas Armadas, pero mi pregunta es por qué razón ese financiamiento tiene que ser a través de una ley reservada, oculta, y no se hace con transparencia, de la misma manera que en el debate del Presupuesto para nuestros ministerios.
Señor Presidente, siendo consciente de que este proyecto no resuelve el tema, pero que es un proyecto pragmático, que avanza y le da financiamiento por poco tiempo a CODELCO, lo voy a votar favorablemente. No obstante, quedamos en deuda con el país respecto del debate de fondo en torno a la Ley Reservada del Cobre.
He dicho.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente accidental).- Tiene la palabra el Senador señor Allamand.


El señor ALLAMAND.- Señor Presidente, a diferencia de varios señores Senadores, me voy a abstener de votar favorablemente esta iniciativa, por las razones que paso a explicar.
Ciertamente, estoy totalmente de acuerdo en que CODELCO requiere capitalización. Y, como aquí se ha señalado, este tema debiera ocupar gran parte de la atención del Senado y del país, por sus obvias consecuencias.
Por lo tanto, aquí no estamos discutiendo si se tiene o no que capitalizar a la cuprífera estatal. Porque en eso sí que estamos todos -entiendo- absolutamente de acuerdo.
Quiero simplemente mencionar tres cifras que son importantes para poner el tema en perspectiva.
Durante el período del llamado superboom de los commodities -2005 a 2015- las empresas mineras privadas capitalizaron más o menos el 40 por ciento de sus utilidades, en circunstancias de que CODELCO capitalizó el 10 por ciento.
En ese mismo período el endeudamiento de dicha empresa saltó de 4 mil a 14 mil millones. Y, en términos generales, en un período similar, el costo de producción de una libra de cobre saltó de un dólar a dos dólares. Y esto, conforme a los propios estudios de CODELCO y de COCHILCO, no solamente tiene que ver con la pérdida de calidad de ley de los yacimientos; también hay muchos otros elementos comprometidos.
Por lo tanto, la situación de la cuprífera sin duda hace que se requiera capitalización y una atención preferente de los poderes públicos y del Gobierno. Sin embargo, decir o insinuar que los problemas de CODELCO tienen que ver con el sistema de financiamiento de las Fuerzas Armadas es, simplemente, un error de envergadura.
No calzan las cifras. Es cosa de ver cuánto es ese 10 por ciento.
Lo curioso, señor Presidente, es que aquí estamos frente a una situación completamente paradojal. Como ha recordado el Senador Tuma, en el Gobierno anterior se presentó un proyecto que termina con la ley de financiamiento de nuestras Fuerzas Armadas vinculado a CODELCO, el cual fue aprobado por casi la unanimidad de la Cámara de Diputados, que hoy día duerme plácidamente en la Comisión de Hacienda.
Acá se nos acaba de decir que se requiere más tiempo para analizar este tema. Y yo pregunto, señor Presidente, ¡cuántos años más! Si de este asunto se ha venido hablando a lo menos desde el retorno a la democracia, ¡veinte y tantos años!
Se va a terminar este Gobierno. Y, hasta ahora, yo por lo menos soy incapaz de recordar que alguien del Ejecutivo haya señalado una razón para no avanzar en esa iniciativa que se encuentra en el Senado, y que generó un amplísimo consenso.
Si no les gusta, ¿por qué no dicen qué hay que mejorarle? Y, si les gusta, ¿por qué no la aprueban?
Porque, a esta altura -y lo voy a decir con todas sus letras- solamente puedo pensar que estamos frente a una hipótesis de pequeñez política: que no se quiere dar el crédito a un Gobierno anterior por haber sido el único que de verdad avanzó en la derogación de la Ley del Cobre y en el reemplazo de su sistema de financiamiento.
Aquí queda la pelota en la cancha. Y nadie contesta.
¿Cómo funciona, en dos palabras, el financiamiento de nuestras Fuerzas Armadas y de las capacidades estratégicas? Básicamente, a través de la Ley de Presupuestos. Como usted bien sabe, porque es experto en estas materias, lo que financiamos es gasto corriente, personal, remuneraciones. Pero lo que tiene que ver con capacidades estratégicas, adquisición de material bélico, mantención, sostenimiento, capacitación no va por la línea del Presupuesto, sino que proviene precisamente de CODELCO.
Por lo tanto, lo que propone el proyecto de ley, que duerme el sueño de los justos, es terminar con esta vinculación que perjudica a la cuprífera estatal, y resolver definitivamente el problema.
¿Sin embargo, dónde está la dificultad y por qué me voy a abstener, además de sentir que es mi responsabilidad como ex Ministro de Defensa?
Me explico.
Aquí simplemente se les quitan 900 millones de dólares a las Fuerzas Armadas, como si estos dineros sobraran.
Quiero decir responsablemente, señor Presidente, que las capacidades militares y estratégicas de Chile son las suficientes, no sobra ninguna. Y sería una irresponsabilidad enorme, con lo que se ha hecho desde los años 90, fundamentalmente durante los gobiernos de la Concertación, debilitar las capacidades estratégicas que tanto le ha costado al país tener.
Dichas capacidades, señor Presidente, se chatarrizan. Es decir, hoy día -y voy a ser cauteloso en las palabras-, los medios bélicos son fundamentalmente plataformas. Y estas plataformas deben ser actualizadas permanentemente. Si no lo hacemos de forma adecuada, pierden ni más ni menos que su capacidad disuasiva y defensiva.
Lo que estoy diciendo es que no sobran recursos asignados a las Fuerzas Armadas para mantener las capacidades estratégicas que necesitamos para resguardar nuestra soberanía, nuestra defensa y, por mencionar solamente un aspecto, todas las implicancias geoestratégicas que tiene la Antártica y el Atlántico sur.
Aquí, con una liviandad que, a mi juicio, no se justifica, simplemente se le sustraen mil millones de dólares a ese presupuesto. ¿Qué va a significar eso? Eso va a significar -no he escuchado a nadie señalar que esos recursos se van a reemplazar- el deterioro de nuestras capacidades estratégicas.
No conozco, señor Presidente, ningún antecedente, ningún elemento de juicio, ninguna valoración del Gobierno que indique que debemos debilitar esas capacidades. Y es exactamente lo que estamos haciendo.
¿Cómo funciona el sistema? Es muy simple. Hay una planificación de las Instituciones Armadas y del Ministerio de Defensa que no se inventa, que no se hace de la noche a la mañana, que tiene horizontes de tiempo de cuatro, seis, ocho, diez años.
Desde la última ley del Ministerio de Defensa, aprobada durante el Gobierno anterior de la Presidenta Bachelet, todo esto se informa detalladamente a las Comisiones de Defensa de la Cámara y del Senado. Entonces, parte de estos recursos se destinan inmediatamente a las instituciones que tienen proyectos aprobados.
Los recursos a los que estamos echando mano se mantienen durante un período breve, mientras continúa la aprobación técnica de otros proyectos igualmente necesarios.
Por lo tanto, cuando simplemente se dice: "900 millones de dólares se sustraen del presupuesto de Defensa", lo que estamos diciendo, señor Presidente, es que vamos a debilitar nuestras capacidades estratégicas a lo menos en esa misma proporción.
Me pregunto: en un presupuesto que lejos de ser abultado es ajustado a nuestras necesidades, ¿quién puede sostener responsablemente que aquello no va a causar ningún efecto?
En castellano, se desviste a un santo para vestir a otro.
¡Por supuesto, este es un terreno fácil para la demagogia! ¡Es muy sencillo decir que se gasta mucho en seguridad y defensa!
Pero si queremos ser responsables, debemos reafirmar enfáticamente lo que acabo de señalar: ¡Chile tiene que mantener intactas sus capacidades estratégicas!
Desde mi punto de vista, es una falta de seriedad debilitar tales capacidades en un monto significativo sin que se entregue ninguna explicación a este Senado. Si el señor Ministro de Defensa Nacional estuviera aquí y nos dijera -quizás en una sesión secreta- que lo propuesto no generará ningún efecto en nuestras capacidades estratégicas, entonces todos podríamos votar favorablemente esta iniciativa, con la conciencia tranquila.
Pero yo puedo asegurar que eso no es así, razón por la cual me voy a abstener.
Con todo, quiero que quede constancia en la versión escrita de esta sesión, para que los Senadores y las Senadoras lo sepan, que lo que estamos haciendo aquí es resolver parcialmente el problema de CODELCO y debilitar las capacidades estratégicas de nuestras instituciones armadas.
He dicho.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente accidental).- Tiene la palabra el Senador señor Guillier.
--(Aplausos en tribunas).
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente accidental).- Les pido a las tribunas no hacer manifestaciones durante la discusión del proyecto.
Por favor, mantengan el orden.
Puede intervenir, señor Senador.


El señor GUILLIER.- Señor Presidente, quiero destacar dos ideas fuerza.
Yo estoy de acuerdo en que las Fuerzas Armadas deben contar con un presupuesto plurianual, con un fondo de contingencia.
Sé que es complejo establecer exactamente la procedencia de los recursos que una república destina a su defensa nacional. Tengo claro que ese debate es complicado, particularmente en momentos difíciles.
Pero, en mi opinión, el financiamiento de las Fuerzas Armadas no puede ampararse en la política económica de un país, sobre todo en la que recae en el ámbito minero. Por lo mismo, entiendo que este proyecto de carácter transitorio (a dos años) da tiempo para encontrar una fórmula consensuada, que recoja, en lo esencial, lo planteado por el Senador Allamand, en lo que estoy de acuerdo.
Debemos asumir con valentía y con decisión de Estado lo relativo al financiamiento de las Fuerzas Armadas. Pero hay que quitarle la mochila a CODELCO de todas maneras. Lo que estamos haciendo en realidad con esta iniciativa es solo ganar tiempo.
En segundo lugar, creo que hay que sincerar el debate.
El problema de la falta de financiamiento de CODELCO se debe no solo a la baja del precio del cobre y al aumento de algunos insumos, sino también a la inexistencia de una política de capitalización permanente, que sea razonable y que le permita a la principal empresa de Chile proyectarse en el largo plazo.
En el fondo, queremos posibilitar el saneamiento financiero de la compañía y su presentación en el mercado internacional, pensando en la internacionalización, en los proyectos de innovación y asociatividad y en la diversificación y trazabilidad de sus productos.
Sin embargo, ello se ve complejo en el marco del sistema internacional, pues aparece la principal empresa minera de Chile vinculada económicamente a las instituciones de la defensa nacional.
Debemos resolver esa materia por el bien de la empresa.
Al mismo tiempo, CODELCO necesita liberarse de esa carga a objeto no solo de financiar sus proyectos estructurales, que -como ha planteado la Comisión de Minería y Energía del Senado, por unanimidad, bajo todas sus presidencias- son esenciales para mantener la vigencia de la compañía, sino también de avanzar en la defensa del cobre fino, que es el producto de Chile.
Se necesita financiamiento especial para afianzar una política de fundiciones que le permita a la minera estatal competir en el mercado internacional sobre la base no de un commodity, sino del cobre fino, que ha sido la característica de CODELCO. Ello le ha posibilitado controlar el mercado y manejar nuestro principal producto nacional, con la soberanía que tal asunto requiere.
Además, la propia sociedad nos está exigiendo crecientemente mayores leyes de control socioambiental.
Una política de fundiciones no tiene que limitarse a una modernización o adecuación de algunos de los sistemas actualmente vigentes, sino -siguiendo una línea tecnológica amistosa, que permita una fácil transferencia y capacitación de los trabajadores, el principal capital de la empresa- al establecimiento de un nuevo sistema, regido por las leyes más rigurosas del mercado.
No sacamos nada con adaptar las actuales fundiciones con una enorme inversión de corto plazo, si en tres o cuatro años más igual habrá que impulsar lo que hoy día se ve como evidente: las fundiciones de alta generación, con una captura de 98,5 a 99 por ciento de gases.
Asimismo, avanzar en los proyectos estructurales y en las fundiciones nos permitirá implementar una política de industrialización y de generación de valor agregado (cadenas de valor), lo cual creará empleo productivo para el país y oportunidades para nuestros jóvenes.
Tal como señaló el Senador Prokurica, las modernas fundiciones permiten recuperar catorce metales (molibdeno, oro, plata, entre otros), todos los cuales hoy día componen el concentrado de cobre chileno.
Según he podido averiguar en la propia Aduana, no existen mecanismos para controlar que las exportaciones de concentrado de cobre contienen lo que las compañías exportadoras dicen llevar. Por consiguiente, el país ha confiado a ciegas en lo que las empresas privadas informan a ese respecto.
Ese es un despilfarro del principal recurso de nuestro país: el cobre.
Por esa razón, más allá del tema del financiamiento de las Fuerzas Armadas, que debe ser visto como un problema de Estado, CODELCO debe liberarse definitivamente de esa mochila para poder avanzar.
Por otra parte, quiero destacar que, a pesar de la caída en la calidad de la ley del cobre, que significa remover mucho más material para mantener los estándares de producción, CODELCO ha estado a la altura de las circunstancias. Aprovecho de felicitar -y no porque estén presentes- a sus trabajadores, quienes han sido capaces de hacer un singular esfuerzo, perdiendo incluso algunos beneficios, para mantener a la empresa vigente y enfrentar esta difícil etapa, la cual -más que por variaciones en el precio del cobre, se debe a la ausencia de una política de capitalización de largo plazo- probablemente sea la más crítica de su historia.
Por consiguiente, voto a favor de esta solución de parche, que es transitoria.
Pero debemos avanzar también en quitarle definitivamente a CODELCO la referida mochila, a fin de ponerle término a la asociación entre una empresa estatal minera y el financiamiento de las instituciones de la defensa nacional, aun asumiendo que la discusión sobre este último asunto requiere cierta reserva, debate que hoy día, dados los criterios establecidos en la Ley de Transparencia, podría adquirir mayor complejidad.
Si no aprobamos lo propuesto en la presente iniciativa, CODELCO va a tener problemas.
Pero de todas maneras es imperativo -¡imperativo!- avanzar hacia una política de capitalización de largo plazo, que es la única manera de asegurar que dicha empresa pueda desarrollarse, internacionalizarse, entrar en las cadenas de valor, impulsar la innovación y asegurar la diversificación y trazabilidad de sus productos.
Como todos sabemos, las reservas de minerales que se encuentran en la mina Hales o en el yacimiento de Chuquicamata Subterránea tienen altos componentes de arsénico. Eso significa que al transformarse en concentrado de cobre, el producto no tendrá destino en los mercados y tampoco podrá ser exportado por el rechazo de un material que será declarado "peligroso". Por eso debemos trabajar lo relativo a las fundiciones.
La Comisión de Minería y Energía del Senado, con visión de Estado y más allá de las diferencias políticas, tomó la decisión de respaldar a CODELCO en sus proyectos estructurales. Señaló su disponibilidad a buscar los recursos necesarios para impulsar una política de fundiciones y a apoyar a dicha empresa en la producción de cobre fino y en las respectivas cadenas de valor.
Si no entramos a la industria minera moderna, el precio del cobre no nos resolverá el problema. Cerrarnos a la modernización impedirá que demos el salto al siglo XXI.
Chile no puede seguir siendo solo un exportador de materias primas, ¡debe entrar en las cadenas de valor! Y CODELCO es, quizás, la única empresa en nuestro país que ofrece las condiciones para dar un salto cualitativo de naturaleza tecnológica, de innovación, de gestión, como lo ha demostrado en más de una oportunidad.
Por lo tanto, es una necesidad categórica apoyar este proyecto.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente accidental).- Tiene la palabra el Senador señor Larraín.


El señor LARRAÍN.- Señor Presidente, los antecedentes aportados tanto por el Presidente de la Comisión de Hacienda como por la Presidenta de la Comisión de Minería hacen pensar que es necesario el presente proyecto si nos remitimos específicamente al endeudamiento a que ha debido someterse CODELCO a raíz del cumplimiento de sus obligaciones por aplicación de la Ley Reservada de Cobre.
Sin embargo, aquí surge una primera inquietud: esta situación no es nueva. Como los ciclos económicos pasan por altos y bajos, no es la primera vez que la minera estatal atraviesa por una crisis.
Pienso que los problemas que enfrenta CODELCO con relación a la referida ley no se han resuelto. Al final del día, lo único que estamos haciendo con esta iniciativa es parchar una realidad.
Fruto de un ciclo económico bajo, se produce un problema de financiamiento en la empresa cuprífera, la cual se ve obligada a endeudarse para cumplir sus obligaciones con las Fuerzas Armadas.
¡Pero eso ocurre porque no hemos cambiado el sistema!
Pues bien, quiero aprovechar esta oportunidad para que de una vez por todas analicemos este asunto. El Gobierno pasado presentó un proyecto para abordar lo relativo a la Ley Reservada del Cobre de una manera distinta. Entonces Andrés Allamand era Ministro de Defensa Nacional.
¿Por qué no hemos resuelto esto? Si no encontramos una salida permanente en esta materia, vamos a tener que ver una y otra vez soluciones de parche, lo cual, a mi juicio, no le hace bien al funcionamiento de nuestra economía.
Por lo tanto, insto a que eso se haga con la mayor seriedad posible.
Dicho eso, solo deseo formular dos preguntas.
En primer lugar, aprobamos en su momento el programa de capitalización de CODELCO 2014-2018, con una cifra inicial bastante significativa: 23 mil 500 millones de dólares.
¿Cómo se compatibiliza esa situación? Primero se invierten cantidades muy considerables en capitalización y ahora se destina buena parte de los recursos no en capitalizar, sino en cubrir endeudamiento.
En segundo término, uno siempre se pregunta si CODELCO es una compañía eficiente, si no ha tenido que pagar favores políticos y todo tipo de sobregastos que la hacen ser, en relación con otras empresas del cobre, de costos más elevados.
¿Cuánto de eso existe?
Me parece muy importante que CODELCO sea eficiente y asuma costos razonables, y que no sea, como ha sido en el pasado -en gobiernos de distinto signo-, caja pagadora de servicios. Porque eso termina siendo pagado por todos los chilenos, quienes finalmente ponen la plata hoy día para salvar la situación de CODELCO.
Voy a votar a favor. Pero, antes de emitir mi pronunciamiento, quisiera obtener respuestas a las dos inquietudes que he planteado. En particular, deseo saber si el Gobierno va a enfrentar lo relativo a la Ley Reservada del Cobre, de manera de contar con un sistema permanente que permita prever estas situaciones.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente accidental).- Tiene la palabra el Senador señor Quinteros.


El señor QUINTEROS.- Señor Presidente, seré muy breve.
Hace poco más de dos años aprobamos la ley Nº 20.790, que autorizó al Ministerio de Hacienda para hacer un aporte extraordinario de capital a CODELCO Chile y para contraer endeudamiento con este fin.
En materia económica, el escenario que se tuvo a la vista el año 2014 para respaldar esa ley no es muy diferente del actual: el precio del cobre se mantiene en niveles bajos y los proyectos de inversión de la empresa han enfrentado diversos obstáculos.
Quizás lo único que ha cambiado en términos positivos es la proyección a la baja del precio de la energía.
Sin embargo, hay que destacar que, al contrario de lo que existía en esa fecha, hoy la llamada "Ley Reservada del Cobre" dejaría de ser secreta y acabaría publicada en el Diario Oficial.
Ahora, con este proyecto se modifican algunas normas del referido cuerpo legal, lo que va a permitir a CODELCO contar con los recursos autorizados en la ley Nº 20.790, que contempló un programa de capitalización para el período 2014-2018, de manera de financiar sus proyectos de inversión estratégicos.
Comparto plenamente esos objetivos, destinados a asegurar la continuidad de la empresa en el mediano y largo plazo.
Con todo, debo decir que mantengo las aprensiones que manifesté hace dos años, las cuales se dirigen no hacia la gestión de la empresa, sino a la política minera de nuestro país.
En primer lugar, no se observan proyectos nuevos. La mayoría de ellos constituye una reposición de lo existente.
En segundo término, ninguno de los proyectos de la minera estatal está enfocado en su capacidad de fundición y refinación, como acá se ha reiterado, por lo que el esfuerzo inversional se orienta a la producción de concentrados, de la misma manera que la gran minería privada. Esta tendencia viene desde hace varios años y no ha sido discutida a cabalidad.
Otro problema se refiere al aumento considerable de los costos de los proyectos una vez que comienza su ejecución. A este respecto, se necesita un seguimiento más detallado y transparente, lo cual fue abordado en la misma ley Nº 20.790. Pero se requiere un papel mayor de la Comisión Chilena del Cobre, que es el ente estatal encargado de esta labor.
Pese a que el nivel de producción del sector privado es equivalente al del sector público, por cada peso que aporta al Fisco la gran minería privada, CODELCO aporta dos. Aquí están en juego, en consecuencia, varias reformas tributarias.
Como señalé en aquella oportunidad, requerimos preguntarnos por el futuro de la gran minería en nuestro país para los próximos cincuenta años. En esta perspectiva, sin duda, la administración de la empresa estatal tiene un rol que jugar para resolver los problemas de gestión que son de su competencia.
Pero siento que el Gobierno y este Congreso Nacional tienen una deuda con Chile y las futuras generaciones: revisar todas las condiciones estructurales en las que se desenvuelve la actividad de la gran minería en el territorio nacional, porque de ellas depende buena parte de los ingresos que precisa el Estado para enfrentar las crecientes necesidades de la gente.
Voto a favor, señor Presidente.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente accidental).- Tiene la palabra el Senador señor García.


El señor GARCÍA.- Señor Presidente, voté a favor de este proyecto en la Comisión de Hacienda y, naturalmente, voy a mantener mi posición aquí, en la Sala.
Es necesario que CODELCO no tenga que endeudarse para aportar a la Ley Reservada del Cobre.
Desde un punto de vista pragmático, como se ha señalado, es correcto buscar alternativas que permitan devolverle recursos a CODELCO -y eso es lo que estamos haciendo con esta iniciativa-: 475 millones de dólares por el año 2016 -ese monto ya está aportado- y hasta 475 millones de dólares correspondientes a 2017.
Dicho eso, señor Presidente, quiero hacer un especial hincapié en lo expresado por el Senador Andrés Allamand.
El equilibrio necesario en las cifras es tremendamente débil.
Señalaré solo dos datos.
Aprobamos sacar recursos (no del stock, pero sí de los flujos) de la Ley Reservada del Cobre el año 2010, con motivo de la reconstrucción posterior al terremoto y maremoto del 27F. El año 2014 volvimos a afectar los flujos por causa del terremoto y tsunami en el norte y el incendio en la ciudad de Valparaíso, y el año 2015, por motivo de los aluviones en Atacama.
No recuerdo exactamente cuál es la cifra, pero es cercana a los 1.500 millones de dólares.
La señora ALLENDE.- Fueron 500.
El señor GARCÍA.- En cada oportunidad sí. Quizás en alguna de ellas, un poco menos. Pero estamos hablando del orden de 1.500 millones de dólares.
Reitero: afectamos los flujos, no el stock.
En esta oportunidad estamos menoscabando el fondo propiamente tal sacándole recursos.
Es decir, en poco tiempo hemos perjudicado a CODELCO en casi 2 mil 500 millones de dólares.
¡No es nada menor lo que se está haciendo!
A ello debemos agregar que en 2010 aprobamos una capitalización por un monto de 4 mil millones de dólares: 3 mil millones vía endeudamiento a través del Tesoro Público y mil millones mediante retención de utilidades, de excedentes de CODELCO. Y esos excedentes, como el precio del cobre ha venido a la baja, no se han podido materializar. Por tanto, de esos mil millones de dólares solo se han concretado 200 millones.
En consecuencia, también ahí existe una dificultad práctica para que la referida empresa cuente con tales recursos a los efectos de materializar las inversiones que le permitan seguir generando más producción y, por consiguiente, mayores excedentes.
El equilibrio no es nada fácil. Por eso las palabras del Senador Allamand, más todavía en su condición de ex Ministro de Defensa, cobran especial importancia.
Eso es lo que ha hecho y lo que señalo es lo que vamos a realizar hoy día. Pero, por supuesto, tengo la convicción de que aquello no se puede seguir efectuando a futuro sin afectar seriamente la capacidad de defensa y la capacidad estratégica de nuestro país.
Aquí resulta superfácil decir: "Hay que terminar con la Ley Reservada del Cobre, terminar con la obligación de CODELCO de aportar el 10 por ciento de sus ventas, terminar con este impuesto".
Sin embargo, si llevamos a cabo eso, ¿cómo se financia nuestra capacidad estratégica? Alguien podría señalar: "Con Fondos Generales de la Nación". ¡Pero si parte de esos Fondos precisamente los aporta CODELCO como empresa del Estado! Y en momentos de restricción presupuestaria, cuando tenemos una enorme presión de gasto público esos equilibrios son cada vez más difíciles de obtener.
Señor Presidente, voy a votar a favor, pues considero que la Corporación Nacional del Cobre de Chile no debe endeudarse para cumplir sus compromisos con la Ley Reservada del Cobre. Pero esta situación amerita una reflexión profunda, una decisión estratégica para nuestra nación, porque no se puede seguir actuando sobre la base de las soluciones de parche que hemos ido estableciendo: cada vez que falta plata, cada vez que hay que atender una emergencia recurrimos a esos fondos.
¿Hasta cuándo procederemos de esa manera? ¿Hasta que se agoten?
Ello es algo que Chile no puede hacer. No sería justo, ni legítimo.
Entonces, mayor razón para estudiar más en profundidad la solución que debemos adoptar respecto de CODELCO y, también, para debatir acerca de la capacidad estratégica en defensa de nuestra nación y resolver sobre el particular.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente accidental).- Tiene la palabra la Senadora señora Lily Pérez.


La señora PÉREZ (doña Lily).- Señor Presidente, voy a votar a favor de este proyecto. Solo quiero agregar que me parece importante, por todo lo que se ha señalado en la Sala -lo comenté con el Senador Ignacio Walker-, que la Corporación Nacional del Cobre de Chile cuente con la facilidad que le estamos dando aquí, en el Senado.
Sin embargo, deseo llamar la atención sobre lo siguiente.
Considero de sentido común que todas las empresas del Estado, partiendo por CODELCO, que es extraordinariamente relevante y estratégica para nuestro país, establezcan como límite respecto de los sueldos de sus ejecutivos y directores la remuneración que percibe el Presidente de la República.
Cada cierto tiempo vemos publicados en la prensa los sueldos de los directores o del presidente del directorio de CODELCO, quienes ganan cifras astronómicas: sobre 10 millones de pesos, 15 millones, 20 millones, en fin.
Estoy convencida de que todas las empresas estatales deben predicar con el ejemplo. En consecuencia, el tope máximo para las remuneraciones de esos ejecutivos tendría que ser el equivalente al sueldo que recibe el Primer Mandatario.
Tal monto de ingreso debería quedar como techo para todo el funcionamiento de la Administración del Estado en Chile.
Insisto: estoy convencida de eso.
Me encuentro trabajando en una reforma constitucional para tal efecto, así como en la modificación de la ley orgánica pertinente, aunque sé que sin contar con el apoyo del Gobierno resulta muy difícil poder llevar adelante aquello.
Sin embargo, quiero hacer el punto en la Sala. Porque, lamentablemente, un país como el nuestro debe dar señales de austeridad. Por eso, hemos planteado en Amplitud eliminar las dietas vitalicias de los ex Jefes de Estado y que las asignaciones sean con cargo a los recursos de la Presidencia de la República y no del Senado.
A mi entender, hay que entregar muchas señales de austeridad, lo cual también pasa por las empresas del Estado.
Por ejemplo, no puede ser que en la Polla Chilena de Beneficencia, en CODELCO, en Televisión Nacional de Chile, en fin, los directores perciban sueldos exorbitantes. Lo mismo pasa en los ministerios, donde a veces los asesores incluso ganan mucho más que los propios Secretarios de Estado.
Aquello es algo inaceptable.
Con todo, señor Presidente, voy a votar a favor. Porque no quiero mezclar la situación particular de CODELCO, pero sí hacer un llamado de atención en el sentido de que esta empresa estratégica para Chile, al igual que otras tantas más, debe ponerle un límite a los sueldos de sus ejecutivos.
Esto no debe continuar ocurriendo en nuestro país. Me parece una cuestión de sentido común, que va más allá de la política.
De otro lado, espero recibir pronto las auditorías que se le solicitaron a la Contraloría General de la República.
Pedí una auditoría respecto de CODELCO en Calama por unos supuestos traspasos de fondos que habría hecho durante la anterior administración municipal, producto de la eventual construcción de una pasarela. Se habrían ingresado tales recursos, pero la obra nunca se realizó.
Debido a la falta de un puente peatonal en dicha zona se han producido accidentes con resultado de muerte.
Ahora, también quiero saber qué pasa con la referida empresa estatal en términos generales. Porque siempre estamos viendo aspectos relativos a CODELCO. Pero realmente no sabemos su situación en materia de ingresos y egresos.
Así que voto a favor, señor Presidente. Pero hago un llamado de atención con relación a las cuestiones que señalé, pues me parecen de sentido común y muy lógicas en un país como el nuestro, que debe dar señales de austeridad.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente accidental).- Tiene la palabra el Senador señor Letelier.


El señor LETELIER.- Señor Presidente, entiendo que esta no es la ocasión para discutir acerca de la política minera nacional, ni de la Corporación Nacional del Cobre de Chile.
Aquello resulta imposible.
Tampoco es la oportunidad para analizar la política de defensa y la política estratégica de nuestro país.
No tenemos tiempo para eso.
Sí se han hecho afirmaciones bastante inadecuadas a mi juicio.
Un Senador dijo que no es legítimo sacar plata de este fondo estratégico para intereses nacionales.
Creo que él está equivocadísimo: ¡ello es tremendamente legítimo! Y más legítimo sería que en el Parlamento se discutiera el Presupuesto de las Fuerzas Armadas cada año, tal como se hace en todas las naciones del resto del mundo. Dicho debate debiera estar centrado en determinar cuál es la capacidad defensiva y disuasiva que queremos y cuánto estamos dispuestos a invertir, de acuerdo a nuestra realidad económica, en tal objetivo.
Porque las amenazas de seguridad no solo son las del prototipo histórico: también se hallan relacionadas con la desigualdad en una sociedad y con la falta de integración territorial.
Hay muchos otros elementos, señor Presidente.
Por ende, nuestro problema es que estamos discutiendo el éxito o el destino de la principal empresa del Estado, una de las primordiales fuentes de ingreso, "el sueldo de Chile", junto a una materia muy importante, pero que condiciona mal este debate, pues lo distorsiona.
En seguida, aquí se han dicho cosas absolutamente falsas sobre los costos de producción de CODELCO.
Solo en el 2015 se redujeron los gastos en más de 1.200 millones de dólares. Más del 55 por ciento de esa reducción se debió a gestión. Hubo otros factores externos, como disminución de los costos de energía, etcétera.
Los costos de producción, gracias al esfuerzo de quienes dirigen la empresa y de los trabajadores, bajaron por sobre el promedio de la industria, a diferencia de lo que señaló un Senador de las bancas de enfrente: se hallaban en alrededor de 134 centavos de dólar la libra, y está proyectado que disminuyan a cerca de un dólar y 27 centavos. Ello, con un tremendo esfuerzo.
CODELCO no solo es de las empresas más grandes: también es de las más eficientes de la industria a nivel mundial.
Lo importante es que le demos los recursos y, con ello, los respiros para que tenga 50 o 100 años más de vida.
De eso se trata este debate: de permitirle efectuar inversiones mínimas: para transformar a "Chuqui" en una operación subterránea; para que pueda llevarse a cabo el Nuevo Nivel Mina de El Teniente, yacimiento que más aportes le ha entregado a CODELCO en este tiempo.
Tenemos divisiones que han estado por debajo de su rendimiento.
Se ha hecho un gran esfuerzo.
Lo ocurrido en El Salvador es digno de reconocimiento, aunque la operación, en su aporte total, ha sido bastante modesta.
Señor Presidente, el proyecto persigue capitalizar a CODELCO con 900 millones de dólares.
Recordemos que el Fondo Reservado del Cobre se creó porque a las Fuerzas Armadas les sobraba plata, pues ya tenían recursos. Dicho aporte fue adicional y se repartía entre tres ramas sin una discusión en el Congreso Nacional, sin un debate legítimo y democrático en cuanto a qué hacer con los dineros de todos los chilenos.
Sí: se le sacaron 2 mil 500 millones de dólares para enfrentar los terremotos y la reconstrucción, tarea esencial, como lo es también la capitalización de CODELCO.
Entonces, es aquí donde debemos debatir qué hacemos con las platas de Chile, no a través de una normativa cerrada como la Ley Reservada del Cobre.
El Senador Allamand, entre sombras y luces, no dijo que el gran problema de la propuesta del Presidente Piñera para derogar dicha ley fija un piso altísimo, pues viene con la visión de asegurar una cantidad de recursos para fines estratégicos que quizás algunos no compartimos.
Sin embargo, tenemos que efectuar el debate pertinente. En eso estoy de acuerdo con Su Señoría. Nos haría muy bien. Pero habría que desvincularlo de lo relativo a CODELCO.
Señor Presidente, vamos a aprobar este proyecto, porque permite capitalizar a CODELCO. Sin embargo, debemos señalar que esto es bastante menos de lo que necesita dicha empresa, es mucho menor de lo requiere nuestro país. Porque las platas de CODELCO y las que se destinan a las Fuerzas Armadas pertenecen a todos los chilenos.
Debemos llevar a cabo un debate transparente sobre qué hacemos con los dineros de todos los chilenos y cuáles son las prioridades de nuestro país.
Pienso que tales prioridades no se hallan relacionadas necesariamente con las inversiones estratégicas, sino con aquellas cuestiones destinadas a achicar las desigualdades en Chile.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente accidental).- Tiene la palabra el Senador señor Navarro.


El señor NAVARRO.- Señor Presidente, la ley Nº 16.425, del 25 de enero de 1966, chilenizó el cobre. Y quien preside en estos instantes la sesión sabe muy bien aquello, pues en aquella época era Ministro de Hacienda del Gobierno de Eduardo Frei Montalva.
En esa ocasión se registró un gran debate en cuanto a por qué Chile debía tener acceso al cobre, a su cobre.
El 7 de junio de 1971 Allende nacionalizó el cobre. Y lo hizo con el acuerdo unánime y transversal de todo el Parlamento: de Derecha a Izquierda.
Entonces, cuando estamos analizando por qué la principal empresa estatal cuprífera del mundo se halla en problemas financieros, cabe recordar a Radomiro Tomic, candidato presidencial de la Democracia Cristiana, quien en 1970 constata la oportunidad perdida.
El afirmó que: "Durante estos cinco años" -entre 1965 y 1970- "el cobre se ha vendido a un precio superior a 0,60 centavos de dólar la libra, contra un costo de producción de 0,22 centavos de dólar la libra. La nacionalización legal e integral nos habría permitido haber pagado ya el valor total de todas las instalaciones de la Anaconda y la Kennecott en Chile y haber financiado nosotros mismos el programa de expansión. Y disponer en el futuro de centenares de millones de dólares al año -chilenos, nuestros, no créditos o deudas- para acelerar masivamente el desarrollo industrial del país. Es una oportunidad que no volverá jamás.".
Eso señaló Tomic en 1970.
¿Qué nos pasó? ¿Por qué después de cuarenta y seis años tenemos estos problemas con la empresa nacional del cobre?
Ciertamente, cabe preguntarse hasta cuándo permitimos que CODELCO sea cercenada por la Ley Reservada del Cobre.
Con esta iniciativa estamos parchando una situación. Y la Ministra de Minería y el Ministro de Hacienda lo saben.
Aquí hay algo mal: una ley que desvirtúa el proceso productivo. Y los neoliberales debieran rechazar el intervencionismo del Estado.
¿Por qué permiten que una empresa sangre entregando el 10 por ciento de sus ventas al extranjero para financiar el gasto militar en Chile?
Mientras no resolvamos esa contradicción tendremos que hacer este enjuague de traspasar recursos, en deuda de CODELCO, provenientes de la Ley Reservada del Cobre al Tesoro Público para financiar las obligaciones que está contrayendo para realizar su capitalización.
Pero, Ministro, ¡hay que terminar con dicha ley y transparentar el gasto militar en Chile!
Hace siete años presenté un proyecto de ley sobre el particular. Y le pedí al Senador Alejandro Guillier, cuando presidía la Comisión de Defensa Nacional, que lo pusiera en tabla.
Los gastos militares de nuestro país a lo menos debieran ser revisados por el Senado.
No es admisible -y esto no ocurre en ninguna democracia del resto del mundo- que los gastos militares sean definidos por las propias Fuerzas Armadas, sin ninguna participación del poder civil o de la representación popular que se expresa en el Parlamento.
Señor Presidente, de los 3.000 millones de dólares prometidos, apenas se han enterado 1.100 millones.
¡La capitalización de CODELCO para llevar a cabo su plan nacional de inversiones es insuficiente!
Han señalado aquello diversos Presidentes de dicha empresa.
¿Cuánto se requiere para desarrollar a la Corporación Nacional del Cobre de Chile?
El gasto militar en nuestro país ascendió durante el año 2016 a 2.721 millones de dólares.
Chile ocupa el tercer lugar, detrás de Brasil y Colombia, con 5.683 millones de dólares.
En la última década, nuestra nación ha aumentado en 48 por ciento su gasto militar.
Si ello lo medimos con relación al producto interno bruto, Colombia gasta 3,7 por ciento; Chile, 3,5; Venezuela, 2,8; Estados Unidos, 4,3.
Digámoslo francamente: el gasto militar en nuestro país está casi a la altura del de educación, que llega al 4 por ciento, y es muy superior a lo que se gasta en salud.
El Senador Allamand tiene razón: acá claramente tenemos un problema de fondo que no hemos querido abordar. No lo hizo el Gobierno de Piñera, para ver qué resolvíamos con respecto a la Ley Reservada del Cobre -la ley de Pinochet-, ni tampoco la Concertación ni la Nueva Mayoría.
Como resultado de aquello, un cabo del Ejército fue capaz de embolsarse cientos de millones de pesos y gastárselos en el Monticello sin que nadie en su institución, en el Gobierno, ni en el Parlamento se enterara.
¡Eso pasa por el temor acendrado a meterse en la Ley Reservada del Cobre!
¡124 facturas falsas! ¡1.400 millones de pesos!
La fiscal Ximena Chong está investigando.
El cabo Juan Carlos Cruz ganó en el Monticello en una noche 36 millones de pesos en las máquinas tragamonedas.
¡Esto se cae a pedazos! O enfrentamos la cuestión de fondo, paramos el desangre de CODELCO y hacemos el debate que solicitó el Senador Letelier sobre la materia, o vamos a seguir parchando.
Porque si bien no es esta la ocasión de entrar en esos temas, debo confesarles a la Ministra de Minería y al Ministro de Hacienda que sueño con una batería de litio made in Chile.
¿Y qué hemos hecho? Rockwood Litio, y por cierto, SOQUIMICH.
¿Qué va a suceder con el litio? Ojalá pudiéramos debatir aquello.
Si vamos a proceder de la misma manera que con el cobre en los últimos 46 años, dónde está el Instituto Nacional de Investigación del Cobre; dónde está la empresa cuprífera estatal más grande del planeta generando un liderazgo mundial en el rubro.
Por lo tanto, vamos a terminar vendiendo litio, al igual como ocurrió con el cobre, entregándolo a una empresa como SOQUIMICH, que ha hecho todo lo posible para destruir la política en Chile y sus instituciones, o licitándolo a una empresa internacional.
Ya nos pasó con el salitre, y nos está aconteciendo con el cobre. Pero con el litio, que es el petróleo blanco del futuro, no nos puede volver a ocurrir lo mismo.
Eso requiere decisiones de Estado.
Sin embargo, los Senadores de las bancadas de enfrente, la Derecha neoliberal, se oponen a que el Estado crezca y veta cada oportunidad que tiene para desarrollar un rol productivo, amarrado por la Constitución de Pinochet, y llevar a cabo emprendimientos que los privados no quieren realizar, o que si los efectúan, no quieren impulsarlos en pos de las utilidades del bien público.
En consecuencia, el debate en torno a CODELCO y su capitalización es un mero parche.
Por cierto, vamos a aprobar esta iniciativa, pues no dejaremos morir a la Corporación Nacional del Cobre de Chile. Ya vivimos el fantasma de la privatización. Y entiendo que a lo menos hay consenso sobre la materia.
Nadie está por que CODELCO, sometida a huelga de hambre, quede tan débil que la solución definitiva sea su privatización; es decir, disminuir sus utilidades, generar dudas sobre su capacidad productiva -así se hizo con muchas empresas públicas durante la dictadura- y luego venderla a precio de huevo a los mismos que hoy día explotan el litio, como el señor Julio Ponce Lerou.
Por lo tanto, el presente debate es propicio. Necesitamos capitalizar CODELCO y el monto aún es insuficiente. Así lo dicen sus ingenieros y técnicos: "Lo que nos están pasando no alcanza".
Entonces, si todos coincidimos en que las inversiones de la gran minería son de largo plazo, la pregunta es por qué aprobamos planes de tres o cuatro años. ¿Por qué la Derecha no da el consenso para que sean de una década o de una década y media? ¿Por qué el Ministro opta por lo primero cuando ninguna inversión de esta proyección se puede hacer en ese marco?
¿Hay temor? Claro. Algunos sueñan con la posibilidad de que CODELCO desaparezca.
No logro entenderlo. Y perdonen si soy desconfiado.
Cuando la dictadura entregó la Corporación, ponían el material estéril a la salida de la mina para aumentar las utilidades que dejaba. No llevaron a cabo ni una inversión ambiental. Maximizaron esas cifras para configurar un precio y un monto de base que todos conocemos.
Voy a votar a favor, pero espero que realicemos la discusión sobre el litio. Porque la decisión la está tomando el Gobierno.
Tomic lo dijo en 1970: "Podemos desaprovechar la oportunidad". Es lo que estamos haciendo en el caso de este último mineral.
Puede que en las tribunas haya dirigentes de CODELCO.
¿Qué pasa con el molibdeno, que en el mercado internacional se traduce en una cifra extraordinariamente superior a la del cobre?
¿Cuánto molibdeno va a los chinos, que lo refinan, sacan todo y se quedan con el valor agregado?
¿Cuál es la pérdida de Chile por la venta de material concentrado sin poder aprovechar lo que representan los elementos metálicos incluidos?
Repito que me pronunciaré por la aprobación, pero no más, por favor. Porque cuando CODELCO nuevamente se encuentre desnutrida, con dificultades de capitalización, vendrá otra iniciativa y volveremos a esquivar el asunto de fondo: la Ley Reservada del Cobre. Dejemos que CODELCO surja como una empresa estatal libre de mochila. Ha llegado la hora de sacarle la que constituye dicho cuerpo legal.
¡Patagonia sin represas!
¡Nueva Constitución ahora!
¡No más AFP!
El señor QUINTANA (Vicepresidente).- La verdad es que no se necesitan ocupar los diez minutos por Senador, en consideración al tema que viene en seguida.
Puede intervenir el Honorable señor Montes.


El señor MONTES.- Señor Presidente, por mi parte, también voté a favor en la Comisión de Hacienda.
El proyecto es bastante sencillo. Aquí ha surgido otra serie de debates, mas el texto mismo es una solución inmediata para un problema coyuntural: CODELCO tiene que endeudarse para pagarles a las Fuerzas Armadas el diez por ciento de las ventas de cobre. Eso es lo que ocurre. No le alcanza con sus excedentes.
¿Y qué se hace? Se dice que de los nuevos flujos, de lo que les llega a los fondos reservados, se descontará una cantidad para poder cubrir el diferencial entre los excedentes de la Corporación y lo que tiene que pagarles a las Fuerzas Armadas.
¿Cuál era la alternativa? No lo sé. ¿Se quiere sacar de Salud, de Educación, de los proyectos de inversión? ¿De dónde saldrían los recursos? El Gobierno vio la posibilidad en examen -y me parece muy bien-, que significa que todos los sectores tienen que asumir los problemas que vive la economía nacional.
Es cierto que la iniciativa presenta otros aspectos. El pago una vez al año difiere de efectuarlo operación por operación, lo que genera muchas distorsiones. Y se contempla recién para el año 2018.
A mí me gusta cómo va la discusión, porque, además de lo atinente al proyecto y que aprobará la gran mayoría del Senado, se expresa: "Aquí hay dificultades de fondo".
Ayer murió un gran filósofo: Zygmunt Bauman, quien preguntó, entre otras cosas: "¿Por qué la política está debilitada en el mundo entero?". Ello obedece a que no se tratan bien y oportunamente los grandes dilemas y dificultades en los países. Y en Chile tenemos que asumir dos: el cobre y el financiamiento de las Fuerzas Armadas.
En relación con el metal rojo, resulta claro que es preciso debatir acerca de qué rol le corresponderá para adelante, porque el gran ciclo no se registrará de nuevo. ¿Qué esperamos? ¿Cuántos recursos le asignamos, de tal manera que siga siendo un factor importante en nuestro crecimiento?
Eso no puede dejarse solo. Es preciso tratarlo.
Lo he dicho aquí muchas veces: cuando Aníbal Pinto planteó, en "Chile, un caso de desarrollo frustrado", la cuestión de cómo reaccionamos frente al salitre, el problema no fue el salitre. Hoy día, el problema no es el cobre: es cómo respondemos al cambio que enfrentamos en las condiciones de activación de toda nuestra capacidad económica.
Creo que todos tenemos claro lo que está ocurriendo en Perú. Junto a los chinos, ese país está invirtiendo cincuenta mil millones de dólares en el metal rojo, en productividad, fundamentalmente. Acá se nos dice que Chile ya ha logrado eso mismo en gran medida. Pero tenemos que ver qué vamos a hacer con el cobre. O sea, no se trata solo de resolver el problema de caja, de endeudamiento, de CODELCO. Por eso, es muy importante que enfrentemos el asunto.
Lo anterior tiene que ir ligado a la discusión respecto del desarrollo y crecimiento, porque nuestra matriz productiva -y lo han dicho varios señores Senadores- no permite pensar en un desenvolvimiento fuerte para adelante.
Se ha mencionado el litio. Es pequeño.
Se ha recordado la energía solar. El nuestro es el país con más potencial y capacidad en el desierto de Atacama.
Se ha hecho referencia a los productos agrícolas.
Es un conjunto de factores.
Mas el Congreso tiene que abordar el asunto y no esperar que las soluciones surjan espontáneamente. Le corresponde una responsabilidad en ocuparse en el desarrollo, en formular propuestas, y no podemos eludirlo.
Y ojalá el punto sea uno de los temas centrales en la campaña presidencial: cómo Chile se sigue desenvolviendo y creciendo bajo las nuevas condiciones nacionales e internacionales.
El segundo aspecto que se plantea es el financiamiento de las Fuerzas Armadas. Creo que claramente contamos con un mal modelo, surgido en una dictadura. Solo ese régimen pudo imponerlo. Antes se hacía el cálculo sobre la base de los excedentes, de las utilidades, y después pasaron a contemplarse las ventas.
Además, no ha existido un control político, como lo manifestó el Senador señor Navarro, en cuanto a cómo desarrollamos las Fuerzas Armadas. Todo surgió en una dictadura, pero las instancias deliberativas incluso disponen de muy poca información al respecto.
Tanto es así que cabe recordar cómo se manejaba la plata del fondo reservado del cobre. Un oficial, el coronel Pantoja, partía a distintos bancos en el mundo y depositaba aquí y allá. Era muy honesto, claro, pero podría no haberlo sido.
Y después nos encontramos con los robos. Nunca imaginamos que se iba a abusar y llevar a cabo todo tipo de chamullos con esos recursos, lo que se ha traducido en que varias personas estén siendo procesadas y en vías de ser objeto de una sanción.
La cuestión no radica en la irregularidad. Tenemos que pensar en un nuevo modelo, que es preciso discutir acá.
Valoro mucho el proyecto del Honorable señor Allamand, en el cual trabajamos mucho con su autor, Jorge Burgos y Patricio Hales. Y comparto lo manifestado aquí en el sentido de que su mayor defecto es que correspondió a un momento de precio alto, por lo que el piso también lo fue.
Eso es preciso debatirlo. Puede que algunos estimen que no era algo elevado. Pero ¿cuánto va a gastar Chile en las Fuerzas Armadas? ¿Cuánto destinará a capacidad estratégica?
A mi juicio, no podemos seguir pensando que vamos a ser uno de los que impulsan una carrera armamentista en América del Sur.
Repito que tenemos que abordar el punto. Puede haber distintas opiniones y criterios.
Tenemos que disponer de una capacidad defensiva estratégica, pero resultan deseables acuerdos latinoamericanos al respecto y salir de la carrera en que gastamos, no obstante la pobreza y los problemas de nuestros países, mucho más de lo que debiéramos.
Quisiera observarle al Senador señor Allamand -por su intermedio, señor Presidente- que el fondo reservado del cobre resultó favorecido por el sobreprecio de 2,5 a 4 dólares, inflándose y creciendo mucho el gasto. Eso es imposible de sostener. Y lo discutimos muchas veces. Necesariamente, es preciso bajar a un nivel más propio de Chile, de América Latina y de nuestras dificultades.
¿Qué se está haciendo? Hay un sobrefondo. Le pregunté a la señora Ministra a cuánto ascendió, dado el mayor precio. Son más de cinco mil millones de dólares y se acercan a diez mil millones. Es lo acumulado por las Fuerzas Armadas como valor adicional, producto de la cifra por encima de 2 dólares la libra, de 2,5, de 2,8 o de la que ustedes quieran poner.
¿Y qué estamos expresando ahora? Que tiene que bajar el flujo en la cantidad limitada de que se trata, porque el país enfrenta otros problemas y no podemos seguir sacrificando a CODELCO y cargándole todo, ni tampoco hacer salir más recursos de las arcas fiscales, porque nos veríamos en la necesidad de parar otros gastos.
Termino manifestando que lo responsable es debatir acerca de estos problemas de fondo, porque esta es la política en serio. Estos son los grandes temas estratégicos del país. El Congreso se dignificará nuevamente si somos capaces de buscar soluciones sin mitos, sin cuestiones que no corresponden, pero realmente en profundidad. Recuperar la altura y la proyección de la política, la historia de la política, tiene que ver con encontrar la forma de resolver estos asuntos.
Llamo a que intentemos también lograr una perspectiva pacifista y ojalá de dialogar con los vecinos, de tender a acuerdos. Pero sabemos que eso supone contar con capacidades defensivas, estratégicas, porque, si no, no es posible.
¡Ojalá que seamos los campeones de la paz, de poner el centro en el desarrollo, de enfrentar las desigualdades y la pobreza, y que nuestro país y otros no estén gastando tantos recursos en las Fuerzas Armadas!
A mi juicio, este es un debate que debemos seguir efectuando.
Voto a favor.
El señor QUINTANA (Vicepresidente).- Finalmente, tiene la palabra el Honorable señor Coloma.


El señor COLOMA.- Señor Presidente, a propósito del proyecto, varios colegas se han ido de tesis. Porque la iniciativa perseguía, como dijo el Senador señor Montes, un objetivo preciso, que es el de enfrentar una realidad con un precio del cobre bajo, a fin de poder cumplirse con compromisos en otras instancias -en este caso, las Fuerzas Armadas-, y se buscó la fórmula, para un período determinado, de "suspender", por así decirlo, la posibilidad del stock.
Mas deseo hacer, primero, una declaración al menos personal, aun a riesgo de enfrascarme en una discusión: desde un punto de vista histórico, considero profundamente virtuosa la Ley Reservada del Cobre. Y quiero ser claro -porque no abrigo duda alguna al respecto- en el sentido de que, sin este tipo de legislación, nuestro país hubiera vivido vicisitudes bélicas extraordinariamente serias. Se entendió que la defensa de Chile debía llevarse a cabo de acuerdo con esa fórmula, básicamente en materia de equipamiento, que no se define año tras año en un cuerpo legal, como algunos plantean -me haré cargo de ello-, sino conforme a un criterio de largo plazo, lo que estimo que salvó a nuestro país.
¡Me doy cuenta de que la moda es dispararle sin asco a las Fuerzas Armadas! Como ya se está planteando una lógica conceptual en cuanto a que la medida ha sido un desastre, el Senador que habla, por lo menos, quiere dejar claro que no la juzga en esa forma.
¿Puede mejorarse? ¡Así es!
¿Ello tiene que hacerse? ¡Por supuesto!
En el Gobierno anterior hubo una iniciativa en tal sentido. Mi Honorable colega Allamand hizo referencia a ideas expuestas sobre el particular.
¡Mas no tratemos ahora de levantar la bandera de las trincheras y dispararle a alguien que no se puede defender en el ámbito de que se trata!
Y lo más grave es que el Senador señor Navarro -por su intermedio, señor Presidente- asevera que las Fuerzas Armadas armaron un sistema, durante la dictadura, y dos millones de dólares robados, sin control político alguno, se gastaron en Monticello.
¡Quiero recordarle a Su Señoría que en CODELCO había un señor Dávila que, con control político, perdió 200 millones de dólares! Entonces, nos hallamos ante los cuidados del sacristán. ¡Se reclama, con razón, porque alguien sustrae dos millones de dólares -es preciso tener cuidado siempre y la persona ha de ser bien sancionada-, y se mantiene un silencio total acerca de una institución que se dejó birlar 200 millones!
¿Existe o no coherencia? ¿Hay una similitud o se utiliza para un lado la parte ancha del embudo y la estrecha para el otro?
Eso genera el problema profundo de la discusión. ¡Y cabe asumirla!
Pero repito que el Senador que habla, al menos, está convencido de que la ley citada ha sido virtuosa, sin perjuicio de la conveniencia de modernizarla, obviamente.
Quiero subrayar también que otros países están copiando -¡fíjense Sus Señorías!- el modelo chileno. Así ha ocurrido con una ley del estaño, por ejemplo. Porque entienden que la defensa no dice relación con un criterio anual en el Presupuesto, sino plurianual, o bien, con fórmulas objetivas para definirla.
No obstante, al escuchar a algunos colegas, pareciera que lo único que esperan es la presa. ¡La presa es la defensa de Chile! ¡Por favor...!
Por mi parte, sería extraordinariamente cuidadoso en relación con el tema, tratándose de algunos Senadores de las bancadas de enfrente, porque me parecen sumamente serias las afirmaciones y descalificaciones que se formulan.
En segundo término, comparto que existe una tendencia cada vez mayor a recurrir a este fondo. En lo personal, aprobé en general el proyecto en la Comisión de Hacienda y haré otro tanto en esta ocasión, pero no lo seguiré haciendo después. Se destinaron 500 millones de dólares para un primer terremoto, 500 millones para el registrado en el norte, 400 millones para el que tuvo lugar en Atacama -no sé dónde estarán, porque el Honorable señor Prokurica mantiene en su pupitre un aviso permanente que nos recuerda que esa Región sigue esperando- y ahora se contemplan 950 millones, no del flujo, sino del stock. O sea, se han sacado dos mil 350 millones de dólares.
Mientras no se modernice la norma, sin perderse el eje de que no se trata de una discusión anual -a mi juicio, sería perversa-, obviamente hay un punto en donde tenemos que poner el acento.
En tercer lugar, entiendo que la medida es fiscalmente neutra, como se lo planteé al señor Ministro. Porque algunos expresan que al incorporarse los recursos al fondo como ingresos corrientes -superávit- y ser devueltos como aportes de capital, ello al final no se registra en el balance, lo que podría interpretarse como una fórmula para no ser riguroso en el ámbito fiscal. Me respondió que la ley en proyecto es neutra, en sí misma, y no genera ese efecto. Le creo, y asumo lo que ha manifestado respecto de una duda legítima.
Por último, deseo hacer una observación. No sé si comparto la defensa, pero tomo nota de ella, en cuanto a que se está postergando en un año aquello en lo cual el Gobierno se había responsabilizado en cuanto a capitalización, ya que no existe un avance suficiente. CODELCO se tendrá que hacer cargo de eso. Pero puedo entender también que lo que está haciendo la Administración actual es no cumplir con un compromiso y endosarlo a la siguiente. Ignoro cuál será esta última -puede que su signo político sea distinto-, mas tengo claro que enfrentará un costo que debió enfrentarse durante la presente etapa.
Puede que no se trate de incapacidad, sino de la maduración de un proyecto o de la incidencia de mil razones, pero lo que al final queda es que no se llevó a cabo lo que se debió haber hecho en este período y se eligió la forma elegante de traspasarlo al siguiente. Es un regalo envenenado o un presente griego, porque no se quiere asumir los costos.
Sobre la base de estas consideraciones, insisto en que si vamos a debatir sobre el asunto, hagámoslo, pero no en forma unilateral. No es la hora de "fagocitarse" con un ataque a las Fuerzas Armadas -eso me parece profundamente injusto-, ni menos con una política de defensa que ha sido exitosa.
Me siento en el deber de hacerlo presente. Como varios colegas han hecho el planteamiento, el Senador que habla, por lo menos, quiere exponer un criterio distinto y consignar que la defensa de Chile necesita políticas de largo plazo y financiamientos plurianuales consistentes no sujetos a los vaivenes de la política, que para estos efectos es mala consejera.
He dicho.
El señor QUINTANA (Vicepresidente).- Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor LABBÉ (Secretario General).- ¿Alguna señora Senadora o algún señor Senador no ha emitido su voto?
El señor QUINTANA (Vicepresidente).- Terminada la votación.
--Se aprueba en general el proyecto, dejándose constancia, para los efectos del quorum constitucional requerido, de que se registran 35 votos a favor y una abstención, y, por no haberse presentado indicaciones, queda aprobado también en particular y despachado en este trámite.
Votaron las señoras Allende, Goic, Muñoz, Lily Pérez, Van Rysselberghe y Von Baer y los señores Araya, Bianchi, Chahuán, Coloma, De Urresti, Espina, García, García-Huidobro, Girardi, Guillier, Harboe, Horvath, Lagos, Hernán Larraín, Letelier, Montes, Moreira, Navarro, Ossandón, Pérez Varela, Pizarro, Prokurica, Quintana, Quinteros, Rossi, Tuma, Ignacio Walker, Patricio Walker y Andrés Zaldívar.
Se abstuvo el señor Allamand.