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REGULACIÓN DE ACTIVIDAD APÍCOLA


El señor QUINTEROS.- Señora Presidenta, es importante señalar que el Ministro está de acuerdo en que este es un gran proyecto, sobre todo para la pequeña agricultura. Quienes representamos zonas donde hay miles de pequeños productores agrícolas creemos lo mismo.
La producción de miel a nivel nacional aparece aún como una actividad marginal, tanto por su volumen como por la cantidad de personas involucradas en ella.
No obstante, dicha producción se ha estabilizado en los últimos años en torno a casi las 11 mil toneladas, de las cuales cerca del 80 por ciento se exporta.
Solamente en la Región de Los Lagos se han catastrado 609 apicultores, con más de 27 mil colmenas.
La baja inversión necesaria para iniciar un plantel y la facilidad de su operación pueden llevar a que esta actividad se constituya en una fuente de ingresos complementarios muy importante para los pequeños agricultores, especialmente si estos cuentan con una adecuada capacitación.
Pero la producción de miel no es el único producto o beneficio de los planteles de abejas melíferas. También hay que considerar el efecto sobre la polinización en la flora nativa y el impacto en la propia agricultura, además del polen, la jalea real y la cera. Estos productos, con características orgánicas, en su mayoría tienen una alta demanda y muy buenos precios.
Lamentablemente, tal como lo declara la moción del Senador Letelier, esta actividad es regida por una "escasa y precaria regulación", situación que atenta contra la valorización de estos productos en los mercados nacionales e internacionales, así como de su desarrollo.
Dentro de este vacío, quiero destacar algunos aspectos generales necesarios de considerar.
En primer lugar, además de realizar un previo censo apícola nacional, debemos establecer las correspondientes indicaciones geográficas y denominaciones de origen que permitan diferenciar y agregar valor a los productos. Por ejemplo, la Región de Los Lagos es conocida por la miel de ulmo, pero también se producen ahí otras variedades asociadas a su flora nativa y plantaciones.
Por otro lado, soy partidario de incorporar -ojalá en este proyecto de ley- una fuerte política de fomento de esta actividad, con los respectivos recursos financieros y tecnológicos que posibiliten aumentar la producción nacional y regional.
Como se dijo en la Comisión, no existen los apoyos al rubro apícola en caso de plagas, lo que sí opera con relación a la mosca de la fruta.
Otro factor a tener presente son los requerimientos internacionales respecto de la comercialización de la miel y sus productos derivados.
La Unión Europea, principal destino de la miel chilena, obliga a todo producto con polen transgénico por sobre un 0,9 por ciento a estar etiquetado como corresponde. De hecho, a los productos que incluyen algún tipo de organismo genéticamente modificado o no les está permitido su ingreso o poseen un valor muy por debajo de aquellos que no lo contienen.
Como bien sabemos, nuestro país aún no cuenta con una regulación respecto de los organismos genéticamente modificados, lo que hace imposible generar una diferenciación entre estos y los productos orgánicos. Es por ello que creo necesario trabajar en esa línea.
Una forma de diferenciarlos es por la vía de la denominación de origen. Estoy pensando, por ejemplo, en las producciones de miel de ulmo de mi Región.
Asimismo, el control y registro del uso de plaguicidas es también un requisito para asegurar la competitividad de los productos apícolas.
La necesidad de una regulación se ha visto reforzada por una práctica surgida con la llegada a la Región de Los Lagos, en época de verano, de productores provenientes de más al norte, quienes disputan zonas de floración a los productores locales.
En definitiva, sin tener en cuenta los elementos referidos, la actividad apícola nacional continuará siendo -como ya dije- marginal. Por tanto, su consideración adquiere un carácter imperativo si pretendemos un desarrollo sustentable de este sector.
Durante el debate en particular, presentaré una serie de indicaciones, las que han sido elaboradas por técnicos especializados en el tema y contribuirán a la discusión y perfeccionamiento de esta iniciativa.
En atención a lo expuesto y a la valoración del presente proyecto de ley, concurro con mi voto favorable.