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AMPLIACIÓN DE PLAZO MATERNAL PARA AUSENTARSE DE TRABAJO EN CASO DE CÁNCER DE HIJO


El señor ESCALONA (Presidente).- De conformidad con los acuerdos de Comités, corresponde tratar el proyecto de ley, iniciado en moción del Senador señor Bianchi y en primer trámite constitucional, que amplía el plazo del derecho de la madre para ausentarse del trabajo en caso de que la enfermedad sufrida por el hijo sea cáncer, con informe de la Comisión de Trabajo y Previsión Social.
--Los antecedentes sobre el proyecto (5857-13) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley (moción del Senador señor Bianchi):
En primer trámite, sesión 18ª, en 7 de mayo de 2008.
Informe de Comisión:
Trabajo y Previsión Social: sesión 30ª, en 3 de julio de 2012.
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor LABBÉ (Secretario General).- El objetivo principal de la iniciativa es, fundamentalmente, ampliar el permiso para ausentarse del trabajo a que tiene derecho la madre trabajadora cuando la enfermedad que padezca el hijo sea cáncer, durante todo el tiempo que perdure el tratamiento de recuperación del menor.
La Comisión de Trabajo y Previsión Social hace presente que, no obstante tratarse de un proyecto de artículo único, acordó efectuar solamente la discusión en general de la iniciativa y que, con la finalidad de perfeccionar su contenido durante el debate en particular, propone a la Sala que apruebe la idea de legislar y fije plazo para presentar indicaciones.
El órgano especializado acogió en general el proyecto por la unanimidad de sus integrantes (Senadores señora Rincón y señores Bianchi, Kuschel, Muñoz Aburto y Uriarte).
El texto que se sugiere aprobar en general se transcribe en la parte pertinente del informe.
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El señor ESCALONA (Presidente).- Deseamos saludar a los invitados e invitadas de la Senadora señora Lily Pérez, integrantes de la Asociación del Adulto Mayor de Quillota.
Muchas gracias por su presencia.
--(Aplausos en la Sala y en tribunas).
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El señor ESCALONA (Presidente).- En discusión general el proyecto.
Ofrezco la palabra.
Puede hacer uso de ella el Senador señor Bianchi.


El señor BIANCHI.- Señor Presidente, quiero llamar la atención de las señoras y señores Senadores sobre un proyecto de ley especialmente sensible.
Ante todo, agradezco la extraordinaria disposición que en el proceso de estudio de la iniciativa he recibido de parte de quien preside la Comisión de Trabajo y Previsión Social del Senado, Honorable señora Rincón, y de cada uno de sus integrantes.
Con ellos hemos buscado, durante largos meses de debate, vías de solución para las niñas y niños que padecen una enfermedad cuyo solo nombre se asocia a muerte: cáncer.
Y lo primero que hace una madre o un padre es ver la manera de salvar la vida de un hijo que a temprana edad sufre tan brutal enfermedad.
Por eso, deseo en este Hemiciclo saludar, con todo el afecto que alguien pueda manifestarle a una persona, a los padres que han venido realizando en la materia un tremendo trabajo, a los efectos de exigir el derecho a obtener licencia para cuidar a sus hijos.
En Chile hay 40 mil personas adultas, aproximadamente, que por desgracia padecen cáncer, y entre 400 a 700 niños que manifiestan cada año la enfermedad.
¿Qué pedimos con este proyecto de ley? Que aquellas madres o padres que trabajan y que no tienen la posibilidad de obtener permiso para cuidar a esas criaturas en la primera fase del cáncer puedan contar con licencia médica.
Quiero colocar un ejemplo, y lo hago responsablemente. La iniciativa nace del clamor de las madres y padres de Regiones que nos señalan que para poder salvar la vida de una hija o de un hijo están obligados a ir hasta Santiago, donde se hallan los mejores oncólogos infantiles y los más importantes hospitales y clínicas dedicados a recuperar a tales criaturas.
En nuestro país, el 80 por ciento de los niños con cáncer se salva, ¡a Dios gracias! Sin embargo, todos los especialistas, tanto los nacionales cuanto los de otros países -hace un par de semanas llegaron algunos de Estados Unidos-, nos han hecho ver la urgente necesidad de que, en la fase más dura del tratamiento, los menores estén con su madre o su padre al lado.
Ya dije que en Chile 40 mil adultos padecen de cáncer.
Pues bien: de los 400 a 700 niños afectados, en el caso de alrededor de 400 sus padres podrían necesitar licencia médica para acompañarlos.
En consecuencia, se pretende adicionar cerca de ¡400 licencias médicas! a las que ya se otorgan para la atención de esos 40 mil adultos que, por desgracia, sufren aquella enfermedad.
¡Aquí no cabe explicación de ningún Gobierno para sostener que nos encontramos ante un problema económico! ¡Sería una bestialidad que una autoridad priorizara el aspecto económico por sobre la vida de un niño!
Hay padres que llevan años intentando tener la posibilidad de acompañar a hijos aquejados de cáncer. ¡Pero ella les ha sido negada!
Y existe un caso emblemático, señor Presidente.
Una joven madre que procuró obtener licencia médica para hacer intentos conducentes a salvar la vida de un hijo de tres años afectado por metástasis desde los pulmones fue echada del Ejército de Chile hace menos de dos meses.
Sinceramente, cuesta entender una resolución como aquella.
Enviamos las cartas correspondientes. Y no dudo de que esa mujer será reincorporada a la Institución. Posiblemente, en uno los eslabones de la cadena, el criterio de alguien falló. Pero el hecho cierto es que a esa madre no se le entregaba licencia para el efecto señalado. Entonces, se vio obligada a pedirla a través de un psiquiatra. Esta fue rechazada, y por eso la despidieron de su trabajo.
Debemos preguntarnos, pues, qué madre o qué padre puede laborar con tranquilidad si sabe que un hijo o una hija padece de cáncer y necesita su compañía.
Reitero: el 80 por ciento de los niños se salva.
¿Qué pretendemos hoy?
Yo no podría entender que alguien quisiera retrasar el despacho de este proyecto enviándolo a otras Comisiones o buscando mecanismos dilatorios. Más bien, sé que ocurrirá todo lo contrario: habrá un apoyo unánime del Senado para aprobar la idea de legislar.
Recién conversaba con la Ministra del Trabajo, y le hacía ver que, si ya tenemos 40 mil personas con licencia médica, anexar alrededor de 400 licencias es la nada misma.
Por eso, suplico desde el Senado que el Estado de Chile acoja esta iniciativa. Porque mientras nosotros la discutimos, por desgracia hay niños que dejan esta vida quizás porque el tratamiento contra el cáncer fue a destiempo o simplemente porque la enfermedad ya se encontraba demasiado avanzada.
Les pido a las Senadoras, a los Senadores, madres y padres, que hoy aprobemos unánimemente la idea de legislar y que fijemos plazo para formular indicaciones, a fin de mejorar el articulado en la medida de lo posible.
Pero fundamentalmente, señor Presidente, por su intermedio, le solicito al Gobierno que en esta materia no priorice el aspecto financiero; que coloque lo humano por sobre lo económico, y que demos respuesta inmediata a la situación dramática que enfrentan cientos de padres en nuestro país.
He dicho.
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra la Senadora señora Rincón.


La señora RINCÓN.- Señor Presidente, cuando a una familia le dicen que un hijo tiene cáncer, múltiples preguntas vienen a la mente. Porque son numerosos los problemas que la afectan: qué va a hacer para atenderlo; si ese niño es de Regiones, cómo enfrentará el drama -lo decía el Senador Bianchi-, que en tal caso se multiplica; dónde vivirán quienes deban trasladarse a un centro de alta resolución en la Capital; cómo se pagará; de qué manera se cuidará a los hermanos del paciente si los padres tienen que ausentarse.
Ya señalaba el colega Bianchi que en Chile la cantidad de adultos que padecen de cáncer es alta: más de 40 mil.
Los niños que sufren esa enfermedad no superan los 600 al año. Y, gracias al tratamiento recibido y al programa existente en el Ministerio de Salud, que se ha desarrollado por varios años, el 70 por ciento se recupera. Esta cifra, en verdad, es importante.
El tratamiento de un niño con cáncer dura en promedio un año, con rangos que fluctúan entre tres meses y dos años. Ocasionalmente, el tiempo puede ser mayor.
El cáncer infantil está cubierto por el GES. Pero la cobertura no es universal, para todas las prestaciones. Y tampoco se contempla el subsidio por incapacidad laboral para los papás o las mamás del niño enfermo.
Señor Presidente, teníamos la disyuntiva de enfrentar el proyecto del Senador Bianchi reflexionando en torno a qué pasaba con ese subsidio y con el resto de las enfermedades. Sin embargo, no quisimos demorar la aprobación en general. Y escuchamos a los expertos, a las organizaciones vinculadas con la materia, a quienes se han movido por esta iniciativa.
Ante una situación de cáncer infantil, no solo requiere tratamiento especializado el menor que lo padece, sino que muchas veces es preciso atender psiquiátrica o psicológicamente al padre, o a la madre, o a ambos, e incluso, a los hermanos del menor.
No deseábamos, pues, detenernos en perfeccionar el proyecto. Nuestro propósito era dar una señal para aprobar la idea de legislar.
De hecho, ya tenemos redactadas las indicaciones para que se contemple la posibilidad del subsidio por incapacidad laboral. Sabemos que son inadmisibles, porque incorporan un beneficio vinculado con la seguridad social, y que, por tanto, necesitaremos el patrocinio del Ejecutivo.
Sabemos también que otros padres y otras madres nos pedirán que se consideren enfermedades distintas.
Nuestra idea es hacer la discusión pertinente con motivo del segundo informe. En este momento no deseamos demorar la tramitación del proyecto. Queremos aprobar en general la iniciativa y perfeccionarla. Y ojalá el Gobierno nos acompañe.
En nuestro país, muchos papás y mamás presentan licencias médicas porque sus hijos se hallan con problemas de salud. Algunas, efectivamente, son gatilladas por una enfermedad psiquiátrica. Pero otras son emitidas por los médicos tratantes para que el padre o la madre puedan acompañar al menor.
Señor Presidente, es urgente que legislemos sobre la materia y que, escuchando a los especialistas, estudiemos las indicaciones y convenzamos al Ejecutivo para que nos acompañe.
Anuncio mi voto favorable.
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra la Senadora señora Lily Pérez.


La señora PÉREZ (doña Lily).- Señor Presidente, me sumo con mucho entusiasmo al proyecto que presentó el Senador Bianchi, porque, tras conversar en torno de él, hemos concluido que es necesario.
Sin lugar a dudas, en la discusión particular tendremos que detallar las enfermedades y dejarlas claramente establecidas en la normativa que redactaremos después de analizar todas las indicaciones formuladas y de cumplir el trámite correspondiente. Porque, como se expresó, muchísimas mamás y muchísimos papás quieren compartir con sus hijos o hijas que sufren una enfermedad grave, y sobre todo si padecen de cáncer.
Pero yo deseo hacer un énfasis especial, porque esta enfermedad fue la que originó la presentación del proyecto del Senador Bianchi.
Desde hace un largo tiempo estamos viendo en las redes sociales, particularmente en Twitter, el "Mejórate, Sebita", que fue motivado por una familia cuyo hijo tiene cáncer. Y eso constituye un ícono que da cuenta de la realidad de numerosas familias de nuestro país enfrentadas a una situación muy similar: un niño pequeño enfermo de cáncer.
Como dicen todos los médicos especialistas en la materia existentes a lo largo del mundo, para la pronta recuperación de los menores que padecen de cáncer, a diferencia de lo que sucede en el caso de los adultos, el tratamiento psicológico y el apego materno y paterno son claves.
Por eso es tan importante la posibilidad de extender la licencia médica para que uno de los progenitores pueda hacerse cargo del hijo que sufre algún tipo de cáncer.
Ante una enfermedad de tal índole, el restablecimiento del paciente se halla íntima y resueltamente vinculado al tratamiento clínico temprano.
En otras palabras, el menor tratado precozmente y que es objeto de apego parental tiene, obviamente, muchas más oportunidades de superar el mal que lo aqueja que aquel que no se encuentra en tales condiciones.
Por lo expuesto, concurriré con mi voto favorable a la idea de legislar. Y, al igual que los colegas que me precedieron en el uso de la palabra, espero que el despacho de la iniciativa en general sea rápido, para que empecemos a discutir el segundo informe cuanto antes.
Finalmente, debo puntualizar que este es de los típicos proyectos de ley en que no debemos sacar una cuenta numérica, económica.
Porque, con seguridad, nos van a argumentar sobre el costo que representará para el Fisco la extensión de las licencias médicas.
Señor Presidente, esta no es una cuestión numérica: es un problema de país, de Estado, de la sociedad que estamos construyendo, donde las personas deben tener de suyo un valor bastante más relevante que el costo que irrogue la mayor cantidad de licencias médicas.
Yo no conozco en nuestro país ninguna mamá que pida la ampliación de una licencia de manera injustificada, que no se funde en la necesidad de estar al lado de un hijo aquejado de esa enfermedad tan terrible, tan grave, a la que sí se le puede poner atajo.
Reitero, señor Presidente, que daré mi voto afirmativo.
He dicho.
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Rossi.


El señor ROSSI.- Señor Presidente, a lo ya dicho aquí, debo agregar el drama que enfrenta una familia cuando un hijo o una hija sufre una enfermedad grave.
Es importante recalcar ese punto, pues no solo el cáncer es una enfermedad grave, que requiere tratamientos largos y costosos, y muchas veces, derivaciones. Hay enfermedades crónicas que es necesario considerar en este proyecto, a cuyo autor, el Senador Bianchi, felicito. Entiendo que se van a analizar con motivo del segundo informe. Y pretendo presentar indicaciones.
Ahora, cuando un hijo sufre una enfermedad que, por su gravedad, requiere un tratamiento complejo, largo y de alto costo, la situación más dramática la vive la gente de las Regiones extremas. Y median razones incluso prácticas, señor Presidente.
Yo me pregunto cómo es factible que un niño de 5 o 6 años viaje desde Iquique o desde Arica a Santiago, al Hospital Calvo Mackenna, por ejemplo.
Me ha tocado ver muchos casos. Recuerdo tres, concentrados en la comuna de Pica. ¡Cómo iban a poder trasladarse los niños afectados! Uno de ellos padecía de leucemia, y requería quimioterapia y tratamientos en la Capital.
¡Es absolutamente imposible que conserve su trabajo la madre o el padre que acompaña a un menor que se halla en tales condiciones!
Hace poco me tocó conocer la experiencia de un niño afectado por un tumor maligno en una extremidad inferior. El paciente precisaba quimioterapia. Viajaron la abuelita, la mamá, en fin. Se perdió la pega. Se necesitaba más plata, porque el gasto era mayor.
Muchas veces se trata de gente que no conoce Santiago. Hay un hogar donde se efectúa un pago menor por alojar diariamente.
El drama es tremendo. Porque no se trata solo de la enfermedad del hijo (eso ya es en sí un enorme problema, que le provoca sufrimiento a todo su entorno), sino, además, de la obligación de hallarse en una ciudad donde no existe ninguna red social o familiar de apoyo, ningún lugar al cual dirigirse.
¡Y a eso añadamos el despido laboral!
Entonces, es muy importante la idea. Sé que los parlamentarios no tenemos atribuciones para proponer un subsidio por incapacidad laboral temporal -o sea, la licencia médica-: permiso más subsidio. Pero recojo lo que plantearon el colega Bianchi, las Senadoras Lily Pérez y Rincón, en orden a formularle al Ejecutivo un planteamiento sobre el particular.
En todo caso, el Gobierno puede estar tranquilo, pues no se requieren tantos recursos, en la medida que al año no hay más de 800 casos de niños con cáncer, los cuales, además, están cubiertos por el Auge en cuanto a tratamiento, acceso.
Por lo tanto, la medida es perfectamente asumible como país. Y resulta del todo imprescindible, incluso -repito- por razones prácticas. Es impensable que un niño de 10 años viaje a Santiago desde el norte o desde el sur y haga todos los trámites. El problema, pues, deriva del hecho de que sus padres pierden el trabajo.
Así que respaldo la ley en proyecto, a la que presentaré indicaciones. Y espero que el Gobierno le brinde su apoyo, porque aliviará el drama de numerosas familias a lo largo de nuestro país.
He dicho.
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Uriarte.


El señor URIARTE.- Señor Presidente, ya se dijo: el drama que hay detrás de un diagnóstico vinculado al cáncer supera cualquier imaginación.
Por lo mismo, creo que este proyecto va en la línea de lo que debemos tratar de hacer: fomentar políticas públicas que vayan protegiendo cada vez más ante enfermedades de aquel tipo.
Se expresó que hay al menos 40 mil casos de cáncer al año; que los de cáncer infantil oscilan entre 400 y 500, con una alta tasa de recuperación, según los datos que nos entregaron los especialistas. Solo en la Región de Coquimbo la cifra es superior a 10 mil por año. Y las estadísticas indican que, lamentablemente, la mayor parte de los cánceres deben tratarse en Santiago, en el Hospital Félix Bulnes, si afectan a niños, o aquí, en Valparaíso, en el Carlos Van Buren.
En verdad, se trata de un drama desde todo punto de vista: humano, económico, espiritual, familiar.
Por consiguiente, creo que esta iniciativa va en la línea de la resolución que en algún minuto habremos de adoptar.
El artículo 199 bis del Código del Trabajo se hace cargo en parte de este problema. Al efecto, crea una institución que permite que, con motivo de un accidente grave o de una enfermedad terminal en su fase final o enfermedad grave, aguda y con probable riesgo de muerte, la madre trabajadora tenga derecho a un permiso para ausentarse de sus labores por el número de horas equivalentes a diez jornadas ordinarias al año.
La idea es poder mejorar aquella norma, que, como acabo de manifestar, se encuentra prevista en nuestra legislación. Y, para tal efecto, esta es una gran oportunidad. Sin embargo, hay que darle mayor viabilidad a la proposición formulada.
Cuando en la Comisión de Trabajo discutimos y aprobamos en general este proyecto, lo hicimos a sabiendas de que habríamos de escuchar la opinión de la Dirección de Presupuestos, del Ministerio de Hacienda, que es fundamental. Ello, porque el referido artículo 199 bis dispone que el beneficio que mediante él se otorga es de costo del trabajador, quien debe restituir las horas no trabajadas, sea mediante imputación a su feriado anual, sea laborando horas extraordinarias.
En consecuencia, si entendemos la institución que estamos creando como algo que no tendrá que pagar el trabajador sino el empleador, la idea se hace insostenible, porque este último debería afrontar un costo muy alto.
Y una de las primeras cosas que será menester conversar con el Ministerio de Hacienda, especialmente, es la definición de si el permiso será solo por cáncer, o también, como dice el actual artículo 199 bis del Código del Trabajo, por otras enfermedades graves o terminales.
Segundo, es preciso determinar el plazo de duración. En especial en el caso del cáncer, algunos tratamientos pueden durar tres años.
Además, en cuanto a la edad del hijo, se requiere precisar si la dejamos hasta los 18 años o pueden ser más.
Y, finalmente, se plantea lo relativo a quién es el que podría gozar del beneficio. ¿Se trataría solo de la trabajadora? ¿Del padre y de la madre? ¿De nada más que uno de ellos?
Estimo fundamental escuchar la opinión de la Dirección de Presupuestos, del Ministerio de Hacienda, para poder avanzar en términos más concretos y dar de verdad con una solución viable y que enfrente un problema al que hace mucho rato, lamentablemente, no le ha sido posible al Estado resolver.
Voté a favor en la Comisión y voy a volver a hacerlo ahora en la Sala, pero espero que todos estos cuestionamientos podamos solucionarlos debidamente en el órgano técnico.
Gracias.
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Letelier.


El señor LETELIER.- Señor Presidente, estimados colegas, comparto plenamente la conclusión del proyecto en debate y valoro profundamente el impacto de los testimonios que han llevado a presentarlo.
Lamento no abrigar la misma confianza que el Senador señor Bianchi en que el Ejército va a rectificar la injusticia que cometió. Su Señoría tiene mucha esperanza en la reincorporación. La verdad es que mi experiencia es que las instituciones de la Defensa Nacional asumen rara vez las situaciones de esa índole que generan.
Más allá de ello, aprecio el sentido de la iniciativa, pero me gustaría -porque vamos a votar la idea de legislar- poder introducir un enfoque distinto. Porque se puede considerar que el derecho es de la madre que cuida, en circunstancias de que este debe hallarse cubierto por una ley sobre la protección de aquellos que le corresponden a la infancia, cuyo proyecto todavía no es enviado por el Ejecutivo al Congreso.
Ha sido reconocido por las Naciones Unidas, en efecto, el derecho de los menores de edad a que sus padres velen por ellos en toda circunstancia y, en particular, en situaciones de enfermedad.
Estoy seguro de que eso es lo que ha inspirado al autor de la iniciativa, quien ha buscado por el lado de la solución y hace un llamado a que transparentemos la verdad y no obliguemos a madres, padres, cuidadores, a estar presentando licencias médicas cuando no proceden.
Lo que necesitamos es generar un mecanismo de subsidio a favor de los niños, para que sus cuidadores -habitualmente, son sus madres- tengan la posibilidad y el derecho de atenderlos.
Deseo plantear este matiz para orientar la discusión particular, en la medida en que, como lo expresó mi Honorable colega Rossi, estamos frente a una estadística de 600 niños al año, aproximadamente, que padecen de cáncer y requieren el cuidado de sus padres.
Es posible que la ley cubra también otro tipo de casos.
Me parece que tenemos que definir si creemos en el derecho de los menores, y que, en caso afirmativo, eso garantice, por un lado, el que les asiste a quienes trabajan para ausentarse, y, por el otro, el compromiso del Estado de pagar un subsidio.
No me gusta que se confunda lo que es la licencia médica, que tiene que ver con una incapacidad laboral por problemas propios del trabajador.
Hemos establecido en el Código del Trabajo el criterio de permisos especiales frente a situaciones, por ejemplo, de fallecimiento del cónyuge o de un hijo, o que se le reconocen al padre de un recién nacido, lo que es distinto del derecho a pre y posnatal, el cual también existe como un subsidio, pero nunca cargado a los fondos de las licencias médicas.
Voy a votar, por cierto, a favor del proyecto. Comprendo plenamente el espíritu que lo anima. Mas considero fundamental que podamos introducir un enfoque para establecer que lo que se halla en juego es el derecho de los menores a ser cuidados con motivo de una enfermedad grave. Y el Estado, de acuerdo con un convenio internacional del cual Chile es suscriptor, tiene la obligación de garantizarlo, para lo cual se necesita un subsidio. Creo que no es bueno usar la lógica del subsidio de incapacidad laboral, de la licencia médica, y que se precisa un fondo explícito para estos efectos. Quizás se requerirá un proceso de transición.
Entiendo que el texto refleja aquello en que se logró avanzar. Lo valoro profundamente. Pero insisto en que se encuentra en juego el derecho de los menores de ser cuidados por su madre y su padre.
No hay nada más trágico, señor Presidente, que a uno se le enfermen los niños. Es imposible algo más antinatural que el riesgo de vida de un hijo, cuando la naturaleza nos forma para pensar que uno es quien se va a enfermar antes. ¡Para qué decir si se presenta el caso extremo de la muerte!
Felicito al autor de la iniciativa por la inspiración que lo animó. Creo que el actual es un debate sustantivo que a Chile le importa y que hace la diferencia entre si es un país más civilizado -y, por ende, más desarrollado y que usa sus recursos de buena forma- o, simplemente, uno al que le gusta ceñirse a estadísticas. Sé que la inspiración mencionada es lo primero: queremos un país más decente.
He dicho.
El señor ESCALONA (Presidente).- Puede intervenir el Honorable señor Kuschel.


El señor KUSCHEL.- Señor Presidente, deseo exponer algunos elementos relacionados con el proyecto, el cual efectúa una reforma muy breve al Código del Trabajo y cuyo artículo único incorpora un inciso final al artículo 199 bis de ese ordenamiento. La redacción del Senador señor Bianchi expresa: "En caso de que la enfermedad que sufra el hijo de la madre trabajadora sea cáncer -en cualquiera de sus formas- el derecho a ausentarse para la madre trabajadora podrá extenderse a todo el tiempo que dure el tratamiento de recuperación del menor.".
El artículo 199 bis contempla los casos en que los padres tienen derecho -de preferencia, la madre, o bien, según la elección de esta, el padre- a cuidar a un hijo menor de 18 años, o al mayor de esa edad con discapacidad mental por causa psíquica o intelectual, multidéficit, o que presente dependencia severa. A ello estamos agregando lo dispuesto por la iniciativa que nos ocupa.
Deseo consignar que, así como se menciona que asciende a 40 mil el total de las personas enfermas de cáncer en nuestro país, de las cuales los menores de 18 años son 500, recuperándose 400 y 100 no, en la Región que represento la cifra de quienes se encuentran en tal situación alcanza a 2 mil 800 y la de los menores de edad a 35, de los cuales se recuperan 28 y 7 no. Por tanto, como lo mencionaron los señores Senadores que me antecedieron en el uso de la palabra, el número de casos es relativamente limitado.
Sobre la base de los antecedentes expuestos, la Comisión aprobó por unanimidad la iniciativa, por lo cual le pedimos a la Sala acogerla.
Gracias.
El señor ESCALONA (Presidente).- Le corresponde intervenir al Senador señor Ruiz-Esquide, pero no se encuentra en el Hemiciclo.
Tiene la palabra el Honorable señor Sabag.


El señor SABAG.- Señor Presidente, solo deseo expresar nuestro apoyo al proyecto presentado por el Senador señor Bianchi, normativa que es sencilla, pero que expresa una gran sensibilidad, demostrada aquí por Su Señoría con gran entusiasmo y pasión, porque le ha tocado observa el dolor de muchas madres ante la enfermedad de sus hijos. Es una de las situaciones que más descontrolan a los padres de familia, en general. Y ello hemos podido percibirlo también todos nosotros. Pienso que en esta forma se va a solucionar en gran parte esa clase de problemas.
Felicito a mi Honorable colega por la iniciativa, por su entusiasmo para sacarla adelante. Puede tener la seguridad de que todos la respaldaremos con mucho agrado para que se convierta en ley.
Gracias.
El señor ESCALONA (Presidente).- En votación la idea de legislar.
El señor LABBÉ (Secretario General).- ¿Algún señor Senador no ha emitido su voto?
El señor ESCALONA (Presidente).- Terminada la votación.
--Se aprueba en general el proyecto (23 votos a favor) y se fija el lunes 30 de julio, a las 12, como plazo para formular indicaciones.
Votaron por la afirmativa las señoras Allende y Rincón y los señores Bianchi, Cantero, Coloma, Escalona, García, García-Huidobro, Gómez, Kuschel, Larraín (don Hernán), Letelier, Muñoz Aburto, Pérez Varela, Pizarro, Prokurica, Quintana, Rossi, Ruiz-Esquide, Sabag, Uriarte, Walker (don Ignacio) y Zaldívar (don Andrés).
La señora PÉREZ (doña Lily).- Señor Presidente, le solicito agregar mi pronunciamiento a favor.
El señor ESCALONA (Presidente).- Se dejará constancia de su intención de voto, Su Señoría.