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ESTADO DE AVANCE DE RECONSTRUCCIÓN TRAS TERREMOTO DE 27 DE FEBRERO DE 2010
El señor GIRARDI (Presidente).- La presente sesión tiene por finalidad analizar el estado de avance del actual proceso de reconstrucción en las Regiones y zonas afectadas por el terremoto del 27 de febrero de 2010.
Hará uso de la palabra en primer lugar el Senador señor Ruiz-Esquide, Presidente de la Comisión Especial de Emergencia y Reconstrucción.
Tiene la palabra, Su Señoría.


El señor RUIZ-ESQUIDE.- Señor Presidente, señores Senadores, señores Ministros, señora Ministra, el 9 de marzo de 2010 los Comités, en virtud de un proyecto de acuerdo aprobado por la Sala, originado en moción del Senador señor Novoa, dispusieron la creación de una Comisión Especial de Emergencia y Reconstrucción para realizar un seguimiento de la situación generada a raíz del terremoto de febrero de 2010, formular las propuestas que se estimen necesarias y coordinar la labor de las Comisiones legislativas de carácter permanente, sin afectar sus competencias.
La Comisión quedó conformada por los Senadores señora Rincón y señores Chahuán, García, Lagos, Hernán Larraín, Letelier, Pérez Varela y quien habla. Se constituyó el 1o de septiembre de 2010 y me eligió como Presidente.
En primer lugar, dicha entidad adoptó la decisión de requerir todos los antecedentes posibles. Y ello se hizo a través de las informaciones provenientes del Gobierno y de las municipalidades, como una manera de recabar las dos visiones existentes en ese momento.
Los documentos recibidos y los informes más completos quedan a disposición de los señores Senadores en la Mesa y también en cada uno...
Señor Presidente, yo no soy mañoso, pero modestamente pido a algunos colegas que por favor escuchen, porque debo hablar muy rápido para no quitarles tiempo a los señores Ministros. Lo agradecería enormemente.
Como decía, los documentos mencionados quedan en la Mesa y también en los pupitres de los señores Senadores. Ellos se refieren básicamente a lo que nos respondieron los Ministerios Secretaría General de la Presidencia, de Vivienda, de Salud, de Educación y de Obras Públicas, y también las municipalidades.
La Comisión acordó remitir a los municipios afectados y a los Ministerios correspondientes -a través del Titular de Obras Públicas- un cuestionario elaborado por ella, con el objeto de que contestaran algunos de los puntos que nos interesaban.
Los aspectos considerados, especialmente en el caso de los municipios, apuntaban a definir los problemas que en mayor medida los afectaban: recolección de escombros, servicios municipales, catastro de viviendas dañadas, educación, salud, infraestructura pública.
El cuestionario se envió a 203 municipios afectados por el terremoto. De ellos, 74 respondieron, unos de forma directa y otros haciendo llegar un documento por intermedio de la Asociación Chilena de Municipalidades. Todos estos antecedentes se encuentran a disposición de los señores Senadores en la Secretaría de la Comisión Especial de Emergencia y Reconstrucción.
A su vez, la Comisión escuchó al Jefe de la División de Municipalidades de la Subsecretaría de Desarrollo Regional y Administrativo. Pedimos al Gobierno una actualización de esta información hasta el 31 de marzo. Desgraciadamente, no la hemos recibido.
Por lo tanto, a fin de acortar el informe, quedan a disposición de Sus Señorías todos los antecedentes relativos a lo que ha sucedido en los cuatro Ministerios mencionados, a la visión de la Subsecretaría de Desarrollo Regional y Administrativo y a las materias requeridas a las municipalidades, como el funcionamiento de los servicios básicos, el estado de operación de los servicios municipales, de la infraestructura de los establecimientos municipales y de sus servicios de educación y salud (conocer especialmente el estado de los establecimientos de salud y educación y de sus administraciones municipales).
Lo más importante de lo que nos contestaron es lo siguiente:
En cuanto a luz, de un total de 205 entidades edilicias catastradas, solo hubo seis sin electricidad en las dependencias municipales. El informe al 10 de mayo daba cuenta de 26 municipios en esa situación. Los principales problemas radicaban en los de las Regiones de O'Higgins y del Biobío.
En materia de agua, 93 por ciento de las municipalidades cuenta con ella.
Respecto de la telefonía, la conectividad presentó una cobertura de 89 por ciento.
Por su parte, Internet alcanzó 89 por ciento de cobertura, y el 10 de mayo era de 72 por ciento.
Todos los datos mencionados se encuentran a disposición de los señores Senadores.
En cuanto a la opinión que damos, partimos de la base de que entregamos este informe con una visión todavía muy general y aún no completa, producto de lo que señalé respecto a la actualización que necesitábamos de la SUBDERE.
En esas condiciones, la Comisión designó a algunos de sus integrantes para resumir las opiniones de todos quienes participaron en ella y colocarlas en un proyecto de acuerdo. Por tal motivo, los Senadores que concurrimos a la elaboración de este formulamos las propuestas que se indican a continuación y que sugerimos a la Sala considerar como proyecto de acuerdo.
"El Senado de la República acuerda:
"Declarar que el 27 de febrero de 2010 es una fecha que debe unir a los chilenos, por lo que no es el momento de criticar ni obtener provecho político de lo que se ha hecho o dejado de hacer. La inmensa mayoría de los que han resultado damnificados ya se han manifestado respecto de la reconstrucción por lo que más que cuestionar el proceso, hoy, Gobierno y Oposición, han de trabajar juntos para hacerla más eficiente y así evitar que miles de familias pasen más inviernos en mediaguas.
"En consecuencia, habida cuenta de la declaración precedente, proponemos las siguientes medidas precedidas de las consideraciones que en cada caso se indican:
"1. Nos preocupa la reconstrucción en vastos sectores rurales, que no son comercialmente atractivos para las empresas y que por tanto están siendo postergados no por el Gobierno, sino por el mercado, especialmente por las empresas constructoras. Proponemos, por tanto, que el Gobierno disponga un aumento en el monto del subsidio habitacional rural, de manera de incentivar la construcción de casas en el mundo campesino, tanto o más afectado por la catástrofe que las áreas urbanas.
"2. Muchos estudiantes secundarios y universitarios siguen con serios problemas económicos. Solicitamos un esfuerzo adicional del Gobierno para entregar becas que efectivamente contribuyan a la permanencia digna de los estudiantes que aún son víctimas de la catástrofe; especialmente, los hijos de las víctimas fatales que ésta dejó.
"3. La gran mayoría de micro, pequeños y medianos empresarios quedaron fuera de los beneficios entregados por el Estado para poner en pie sus negocios, muchos por problemas ajenos a su voluntad. Pedimos una segunda versión de los subsidios entregados por Sercotec para estos empresarios.
"Asimismo, solicitamos al Ejecutivo proponer las modificaciones legales que permitan a los municipios eximir del pago de derechos de construcción en las zonas afectadas por el terremoto, y estudiar la exención de contribuciones de bienes raíces en el período post terremoto.
"4. Transparentemos la reconstrucción. Los mismos damnificados reconocen que la asignación de subsidios (base con la que el Gobierno mide los avances en materia habitacional) es una parte del proceso, pero no el fin. Proponemos evaluar y medir la reconstrucción por viviendas entregadas y no por subsidios asignados.
"5. También sugerimos la entrega de un bono invierno para familias damnificadas que aún no han recibido su casa nueva y que están expuestas a afrontar un nuevo invierno en mediaguas.
"6. Eliminación del DICOM, que favorece sobre todo a los que tienen que solicitar créditos para reconstrucción o nuevos emprendimientos (pequeños emprendedores y personas individuales). Hay damnificados que aún no pueden avanzar por esta norma.
"A este efecto,...
El señor PROKURICA.- Concédale más tiempo, señor Presidente.
El señor GIRARDI (Presidente).- Bien.
Prosiga, Su Señoría.
El señor RUIZ-ESQUIDE.- Muchas gracias.
"7. Pedimos al Gobierno", en forma muy especial, mejorar la participación ciudadana en los planes de reconstrucción. Hemos recibido de las municipalidades permanentes planteamientos sobre la materia.
"8. El Gobierno debe tener una preocupación central por regular el mercado de la reconstrucción y el mercado de las empresas de gestión inmobiliaria social (Egis), porque de lo contrario los beneficios no llegarán a los damnificados" en la forma más adecuada posible. "A este respecto, corresponde estudiar las propuestas y preocupaciones manifestadas" -entre otros- "por la Cámara Chilena de la Construcción", sin que por esto la Comisión las haga suyas.
"9. Salvo que estén habitando zonas de riesgo de ser afectadas por catástrofes naturales...
Señor Presidente, si no dispongo de más tiempo, termino aquí.
El señor GIRARDI (Presidente).- Concluya su informe, señor Senador.
El señor RUIZ-ESQUIDE.- Muchas gracias.
"10. Dotar de recursos humanos y atribuciones suficientes a las Corporaciones de Asistencia Judicial".
"11. Solicitamos al Gobierno instruir a las Superintendencias de Bancos e Instituciones Financieras y de Valores y Seguros para que realicen una revisión efectiva, ágil, completa y exhaustiva de los créditos y seguros comprometidos con ocasión del terremoto, pues la respuesta hasta ahora ha sido lenta o ineficiente de parte de los bancos y compañías de seguros, lo que genera un perjuicio incalculable para las víctimas de la catástrofe.".
"Además, solicitamos que instruya a las Superintendencias para que den respuesta en el menor tiempo posible a los requerimientos que se les formulen en sus respectivos ámbitos.".
Enseguida, en los números 12, 13, l4 y 15 se contemplan otras medidas que la Comisión encargó también al colega Letelier, las cuales figuran en un apartado que se encuentra a disposición de los señores Senadores.
"16. Finalmente, sugerimos al Ejecutivo estudiar la posibilidad de instituir una entidad pública que analice, coordine y proponga políticas y medidas a adoptar por la Administración para superar los efectos de la catástrofe y estimular la participación del sector privado y de la ciudadanía en las acciones que permitan su realización.".
Pensamos en una entidad que permanezca en el tiempo; que pase a ser la sucesora de cualquier organismo que se genere en un momento determinado, y que trascienda incluso al actual Gobierno y a los siguientes, en razón del evidente peligro y riesgo que implican los permanentes sismos que se producen en nuestro país.
El señor GIRARDI (Presidente).- Propongo a la Sala la siguiente modalidad de trabajo.
Primero se escucharán las exposiciones de los señores Ministros, quienes dispondrán de un total de 60 minutos.
Luego, el tiempo se distribuirá entre los distintos Comités como sigue: Unión Demócrata Independiente, 26 minutos; Renovación Nacional, 26 minutos; Partido Socialista, 16 minutos; Democracia Cristiana, 29 minutos; Independientes, 7 minutos; Partido Por la Democracia, 13 minutos, y Partido Radical Social Demócrata e Independiente, 7 minutos.
Si le parece al Senado, se procederá en la forma señalada.
--Así se acuerda.
El señor GIRARDI (Presidente).- Los señores Ministros nos deben informar quiénes intervendrán.
El señor LARROULET (Ministro Secretario General de la Presidencia).- ¿Me permite, señor Presidente?
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el señor Ministro.


El señor LARROULET (Ministro Secretario General de la Presidencia).- Señor Presidente, en primer lugar, en nombre del Ejecutivo agradecemos la oportunidad de esta sesión.
Constituye una política del Presidente Sebastián Piñera y de su Gobierno el dar cuenta en todas las esferas e instituciones -como el Senado de la República y la Cámara de Diputados-, y también a la ciudadanía sobre la marcha de la Administración, especialmente de materias tan relevantes y sensibles como el proceso de reconstrucción a raíz del terremoto y el maremoto del 27 de febrero del año pasado.
Así que valoramos esta instancia, tanto para informar sobre el trabajo que se ha realizado cuanto para recoger los análisis, las discusiones y los planteamientos que realizan en la Cámara Alta los señores Senadores.
También, agradecemos la exposición que hizo el Senador señor Ruiz-Esquide -Su Señoría no se halla en la Sala en este momento- para presentar el informe correspondiente.
Los Ministros responsables de cada una de las áreas de la reconstrucción y el señor Subsecretario de Desarrollo Regional se referirán a los temas planteados y, asimismo, al avance del proceso de reconstrucción.
Queremos insistir en lo que hemos dicho sistemáticamente: este proceso demorará un período de varios años (tres o cuatro).
Todos sabemos que el terremoto y el maremoto del 27 de febrero significaron una gran catástrofe y se ubican en el sexto lugar de los fenómenos de tal índole que mayor daño han provocado en la historia de la Humanidad.
Hoy día nos encontramos muy consternados por lo ocurrido en Japón. Y nos sumamos a los sentimientos de condolencias por las personas fallecidas en ese país a raíz del terremoto y el tsunami.
Señor Presidente, tenemos prevista una presentación en la que se referirá a la materia, en primer lugar, la Ministra de Vivienda. Posteriormente intervendrá el Ministro de Salud; luego, el Subsecretario de Desarrollo Regional y Administrativo, y finalmente, el Ministro de Obras Públicas.
Cabe recordar que esos Secretarios de Estado, más el de Educación, quien también atenderá los requerimientos de esta sesión, forman parte del Comité de Reconstrucción -lo preside el Ministro de Obras Públicas-, que funciona permanentemente para evaluar la marcha del proceso.
Además, nos acompaña en esta sesión el Ministro del Interior, don Rodrigo Hinzpeter.
Por lo tanto, señor Presidente, le pido su venia para que los representantes del Ejecutivo puedan abocarse a la materia en el orden indicado.
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra la señora Ministra de Vivienda.


La señora MATTE (Ministra de Vivienda y Urbanismo).- Señor Presidente, me referiré a las dimensiones del daño que ocasionó el grave terremoto que sacudió a nuestro país, y además, a todos los caminos que hemos seguido para la reconstrucción.
Como Sus Señorías saben, el terremoto del 27 de febrero de 2010 afectó a seis Regiones; 600 kilómetros fueron devastados de cordillera a mar; se registraron más de 220 mil damnificados vulnerables, y resultó afectado el 75 por ciento de la población de Chile.
Hubo ciudades gravemente dañadas: Área Metropolitana del Gran Concepción; cinco ciudades de sobre 100 mil habitantes; 45 ciudades de más de 5 mil habitantes, y sobre 900 pueblos y comunidades. Todo ello, distribuido en más de 230 comunas.
Al 25 de marzo del año pasado tuvimos una estimación, hecha por la ONEMI, de 370 mil viviendas dañadas.
Realizamos un llamado a un registro de damnificados. Las personas debían concurrir al municipio para inscribirse. Declararon requerir ayuda del Gobierno 285 mil familias.
Esas personas deben tener un certificado que entrega el Director de Obras Municipales para explicar las características del daño a la residencia, a los efectos de determinar si se debe arreglar o demoler. Y se desagregó por tipos de viviendas, daño, localización geográfica o materialidad. Así podemos determinar el número de familias elegibles para fines de subsidios y el monto total de subsidios a distribuir.
En septiembre de 2010 estimamos que este plan de subsidios alcanzaría a las 220 mil familias.
Los ya referidos 600 kilómetros abarcan centros urbanos interiores y costeros; conjuntos habitacionales SERVIU; localidades, poblados y villorrios patrimoniales seriamente afectados; puertos, caletas y comunidades costeras arrasadas por el tsunami; distintas culturas y climas en las seis Regiones afectadas, desde la precordillera hasta el mar.
La comparación con otras catástrofes nos indica que la reconstrucción es un esfuerzo de mediano y largo plazos.
Nuestro compromiso responsable y realista es reconstruir en cuatro años; avanzar en la infraestructura urbana, para evitar que se repita la destrucción del 27 de febrero en el caso de un nuevo evento.
Tenemos un Plan de Reconstrucción responsable, realista, concreto. Fue publicado en agosto de 2010.
Aquí hay algunos modelos. Puedo dejarlos a los señores Senadores que se interesen.
El Plan Integral tiene tres líneas de acción: reconstrucción de viviendas; atención a aldeas y condominios sociales, y reconstrucción territorial, urbana y patrimonial.
El Plan a 4 años contempla los siguientes objetivos:
-Respetar la voluntad de residencia en el sitio propio.
-Normar la nueva realidad del borde costero.
-Preservar la vivienda patrimonial.
-Asegurar competencia y derecho a elección.
-Respetar estándares de calidad.
-Trabajar junto a las comunidades y sus autoridades.
Tenemos 7 problemas, y hemos debido buscar soluciones para cada uno de ellos: atención a aldeas; reconstrucción en sitio propio; reparación de viviendas; reparación y reconstrucción de conjuntos SERVIU; reconstrucción urbana del borde costero; recuperación patrimonial, y vialidad e infraestructura sanitaria.
Inmediatamente después del terremoto, se construyeron aproximadamente 80 mil viviendas de emergencia en las seis Regiones afectadas.
Sobre 75 mil se levantaron en los mismos sitios donde residían los damnificados.
4 mil 350 familias no tuvieron terreno para construir sus viviendas, por lo cual se emplazaron 107 aldeas: en la Quinta Región, 3; en la Sexta, 4; en la Séptima, 16, y en la Octava, 84.
Las familias que viven en aldeas representan cerca de 5 por ciento del total de las que habitan en mediaguas a raíz del terremoto. Esto implica que gran parte de la reconstrucción tendrá lugar en los mismos terrenos donde vivían esas familias.
Esta es una de las complejidades más grandes que enfrentamos en la reconstrucción: tenemos que levantar 65 mil a 70 mil casas en los mismos sitios donde se cayeron las que había.
Tales sitios se hallan diseminados a lo largo de los ya referidos 600 kilómetros.
Por lo tanto, la reconstrucción en esos terrenos resulta más compleja, ya que las empresas constructoras deben desplazarse de un lugar a otro. Dentro de un mismo pueblo puede haber 200 casas, ninguna al lado de la otra. Ello implica una dificultad. Y por eso hemos recurrido a las empresas constructoras y a las pymes.
La gran diferencia entre las aldeas y los campamentos estriba en que aquellas son transitorias y cuentan con equipamiento para las viviendas y acompañamiento de asistentes sociales en forma permanente.
Tenemos trabajo físico, trabajo social, y en cada aldea estamos acompañando a las personas que la habitan, para concretar su nuevo proyecto de una vivienda definitiva.
En las aldeas tenemos mediaguas impermeabilizadas, cada una con kit eléctrico, medidor individual. Hay baños con llave compartidos por tres familias, servicios comunes de lavandería, juegos infantiles, agua, etcétera.
Los municipios son los responsables de mantener los servicios. Pero en algunos casos críticos nuestro Ministerio se ha hecho cargo de esas soluciones.
También se han tomado medidas para hacer más rápida la reconstrucción en sitio propio, que es la mayor complejidad que tenemos.
Cada familia debía reunir 117 documentos para optar al subsidio. Trabajamos en ello, y finalmente pudimos disminuirlos a 18.
Tenemos más de 100 proyectos tipo de viviendas preaprobados por el Ministerio para que las familias puedan elegir.
Existe un desafío logístico y tecnológico para la industria de la construcción en beneficio de las familias.
Queremos respetar el derecho de las familias a elegir su solución.
La construcción en sitio propio permite reconocer arraigo.
Habría sido bastante más simple, más rápido, más eficiente comprar grandes paños de terreno en los alrededores de las ciudades y construir ahí muchas casas. Pero eso significaba desarraigar a las familias del lugar donde siempre han vivido; apartarlas de sus vecinos; sacar a los niños del entorno, cambiarlos de colegio, en fin. Habría representado un grave problema para tales familias, y los terrenos habrían quedado desocupados o baldíos.
Aquello invita a una innovación y a una mayor competencia de las industrias; a que haya más transparencia, participación y velocidad en el proceso; a que existan mejores estándares de calidad y prestaciones.
Hay sobre 100 modelos de casas certificadas.
También, se están desarrollando en sitio propio proyectos tipo para áreas rurales y patrimoniales, modelos que rectifican la línea arquitectónica de pueblos o ciudades.
Para las empresas de casas industrializadas, este ha sido un importante mercado, que las ha hecho aumentar su tecnología y ser más eficientes.
Ahora bien, de los 220 mil subsidios, 110 mil corresponden a viviendas que se deben reparar.
Como Sus Señorías saben, en cuanto a la decisión de qué se debe hacer con cada vivienda, el director de obras municipales emite un certificado. Nosotros recibimos ese documento y, por lo tanto, hacemos lo que ahí se indica: si hay que demoler las viviendas o repararlas.
Hace dos meses implementamos el subsidio banco de materiales.
En las localidades más lejanas, adonde es difícil acceder, se reconoce la capacidad de autorreparación que tienen los propios damnificados. Para ello hemos creado un subsidio tipo tarjeta o voucher. Ello le permite al beneficiario adquirir materiales de construcción en determinados establecimientos comerciales, fortaleciendo a las pymes locales. Con estos materiales las familias podrán autorreparar sus viviendas con el apoyo de un prestador de asistencia técnica del Ministerio o del SERVIU.
Tocante a los condominios sociales, a las viviendas SERVIU, nosotros asumimos el cien por ciento de la responsabilidad, aunque algunas tienen más de 30 años.
20 mil 230 departamentos fueron dañados por el terremoto. 7 mil 104 deben ser demolidos, debido a la gravedad del deterioro que sufrieron las estructuras de los bloques, y 13 mil 126 tienen que ser reparados.
Se están ejecutando demoliciones de conjuntos seriamente perjudicados; proyectos de reparación de viviendas; reparación y mejoramiento de bienes y espacios comunes: escaleras, techumbres, en fin.
Los proyectos nuevos contemplan la desdensificación (baja de la densidad). Así, donde había 200 departamentos vamos a construir 150; a las 50 familias restantes les daremos la opción de elegir su vivienda en otro lugar. Los departamentos tendrán un mínimo de 55 metros cuadrados y mejoraremos en forma sustancial su calidad.
Queremos lograr una solución participativa, adecuada a las necesidades y sustentable.
Ejemplos de avances importantes.
En la comuna de Los Ángeles se encuentra en construcción la villa Galvarino. Había un edificio que era necesario demoler. Esto ya se hizo. Llamamos a licitación para uno nuevo, el que hoy se está construyendo. Ese edificio, donde habitarán 128 familias, en departamentos modernos, será entregado el año en curso.
En la comuna de Santa Cruz se está construyendo el Condominio 27 de Septiembre, el primer condominio social de Chile con tecnología de aisladores sísmicos.
Debimos abocarnos a 24 conjuntos habitacionales a lo largo de 600 kilómetros. De ellos, hay resueltos 22: están en proceso de demolición o ya fueron demolidos. Nos quedan pendientes 2, en la Octava Región.
Vamos ahora a las acciones de reconstrucción del borde costero.
Se realizaron estudios de riesgo de la Sexta a la Novena Regiones y modelaciones de tsunamis; se terminaron 25 planes maestros de borde costero en 6 meses; firmamos protocolos de coordinación y priorización de obras con 12 municipios y ministerios, y en octubre se entregó toda la información a los municipios, para que actualizaran sus planos reguladores.
En cuanto a la situación de Dichato, en el power point puede apreciarse la devastación del tsunami, el que prácticamente arrasó con la ciudad, dejando a mil familias en situación de riesgo.
Respecto a los planes maestros, cada localidad cuenta con tres productos concretos para la reconstrucción de su borde costero y la actualización de su plan regulador comunal.
Primero, estudios de riesgo de toda la costa afectada, desde la Quinta hasta la Novena Regiones (SERNAGEOMIN y Universidades Católica y del Biobío).
Segundo, planes maestros y obras urbanas/mitigación. Plan maestro para cada localidad; incluye un plan de obras urbanas y de mitigación.
Tercero, zonificación y polígonos, y subsidios especiales. Definición de zonas de exclusión y polígonos donde se podrá construir viviendas tsunami-resilientes con subsidios especiales.
Para llevar a cabo los planes maestros, necesariamente debemos expropiar algunas propiedades.
Criterios de afectación o expropiación:
-Solo y exclusivamente expropiaremos aquellos terrenos estrictamente necesarios para construir infraestructura pública o de mitigación de riesgos.
-Todo terreno que sea expropiado pasará a ser bien nacional de uso público.
-Las propiedades que no requieren ser expropiadas y estén ubicadas en la Zona Roja tendrán que acogerse a los usos permitidos (productivos, comercio y actividades no residenciales).
-Las familias ubicadas en la Zona Roja podrán optar a un subsidio para vivienda nueva en terreno nuevo -si es que son elegibles o vulnerables-, y la casa podrá quedar lo más cerca posible del lugar de origen.
En materia de recuperación patrimonial, tenemos la definición de 178 zonas patrimoniales en 97 comunas, con más de 26 mil inmuebles elegibles para un subsidio adicional de 200 UF.
Hay 110 planes de regeneración urbana -los llamados "PRU"- para preservar la imagen urbana de la localidad.
Estos planes presentan una visión de desarrollo participativo en localidades que nunca habían contado con una carta de navegación, y orientan su desenvolvimiento y las inversiones públicas que requieren. Esto ya lo estamos entregando a las distintas municipalidades, y los alcaldes lo han recogido con mucho entusiasmo.
Se contemplan normas especiales que establecen los requisitos mínimos que debe cumplir un proyecto estructural de adobe para la renovación o recuperación de las construcciones con valor patrimonial.
Asimismo, la integración de múltiples actores a través de convenios entre el MINVU, ONG y universidades.
Tocante a la reconstrucción de viviendas de carácter patrimonial, debo señalar que en la comuna de Talca en este momento se están levantando 113 viviendas que buscan mantener la arquitectura colonial de la ciudad, asociada a la fachada continua.
Se trata de viviendas ubicadas dentro de las zonas patrimoniales establecidas por el MINVU donde se ejecutarán proyectos de reconstrucción especiales, los cuales cuentan con un subsidio adicional de 200 unidades de fomento.
También el Ministerio es responsable de la vialidad urbana y la infraestructura sanitaria.
El terremoto destruyó cerca de 100 kilómetros de calles. Se han reparado 32 kilómetros, correspondientes al 32 por ciento del total, con una inversión de 12 mil 160 millones de pesos. Se encuentran en proyecto 68 kilómetros para iniciar las obras en el año en curso.
Junto con la vialidad, también se afectó la infraestructura de aguas lluvias y sanitaria, de lo cual ya se han ejecutado diversas obras en 13 comunas de la Región del Biobío, por mil 493 millones de pesos, y en 12 comunas de la Metropolitana, por 149 millones de pesos.
La reparación de la infraestructura es muy compleja, porque se realiza dentro de las ciudades, lo cual importa complicaciones para sus habitantes.
Como terminó el tiempo que me fue asignado, dejaré copia de la presentación a disposición de los señores Senadores, así como también el libro correspondiente a los aspectos de la reconstrucción.
Muchas gracias.
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el señor Ministro de Salud.


El señor MAÑALICH (Ministro de Salud).- Señor Presidente, le expreso mi saludo y mis felicitaciones, al igual que a quien lo acompaña en la Mesa, por las designaciones en sus cargos para el presente año.
Como consideraciones generales, quisiera hacer las referencias siguientes a los señores Senadores.
Primero, deseo destacar que sería malo que el episodio de la naturaleza registrado el 27 de febrero del año pasado no nos dejara una profunda enseñanza para el futuro. Ya sea que lo atribuyamos al calentamiento global o al enojo de la Madre Tierra o a cualquier otro concepto, debemos entender que, cada vez con mayor fuerza, los desastres naturales y los provocados por el hombre van a afectar a más personas y a construcciones que levantemos.
En el siglo pasado hubo siete grandes terremotos en nuestro país y en el actual ya llevamos dos, de manera que no tener este antecedente en cuenta para el futuro, con relación a la seguridad de la ciudadanía, sería una grave falta, y pensar que tales hechos son de rara ocurrencia constituiría también una ingenuidad.
Y ello tiene importancia, porque cuando nos encontramos con desafíos, como trasladar un hospital o segregar una determinada franja del borde costero por protección, resulta extraordinariamente curioso que las propias personas y, a veces, organizaciones civiles se opongan a la medida, la cual, evidentemente, obedece a una política de seguridad.
Segundo, de la experiencia del año pasado también hemos aprendido que lo barato cuesta caro y que los hospitales tienen que ser, de alguna manera, las fortalezas más seguras de la ciudad, por cuanto deben respaldar ante una catástrofe natural y la atención a los pacientes que se causen.
Quiero mencionar, por ejemplo, que la semana pasada, con motivo del anuncio de tsunami, tuvimos que evacuar completamente cinco hospitales construidos bajo la cota 10. Y en la segunda llamada, cuando subió el nivel de "alerta" a "alarma", ello se extendió a trece, lo cual resulta extraordinariamente grave y constituye un señal de atención para el futuro.
Por otra parte -perdón por lo de Perogrullo del comentario, pero este es válido-, luego del terremoto y maremoto ocurridos el 27 de febrero del año pasado, las primeras tareas de reconstrucción fueron asumidas por el entonces Ministro señor Erazo, quien nos abrió ampliamente la puerta para poder entender qué estaba pasando y desarrollar una labor conjunta, de colaboración, la cual, en definitiva, creo que fue muy buena para la ciudadanía. Las dos primeras medidas que tomó fueron iniciar el recuento de los daños y recurrir a ayuda internacional para los hospitales de emergencia.
En seguida, nos planteamos, esencialmente, "una ecuación de función" por así llamarla. Y eso quiere decir que, dado el daño en infraestructura hospitalaria que Sus Señorías conocen: 4 mil 200 camas perdidas en la zona del terremoto, para nosotros fue prioritario, no solo diseñar una estrategia de reconstrucción, sino también tratar por todos los medios de disminuir la demanda a los hospitales públicos.
Lo anterior se tradujo, uno, en un programa de vacunación muy intensivo contra la influenza humana -comprendió a 3 millones 800 mil personas-, determinante de que la enfermedad o las infecciones respiratorias de 2010 hayan sido las más leves en los últimos cuatro años; dos, en un intenso fortalecimiento del nivel de la salud primaria, y, tres, en iniciar un programa de salud en terreno para tratar a la gente en aldeas, campamentos, y prevenir enfermedades.
Entrando al terreno de la reconstrucción, propiamente tal, los datos son los que Sus Señorías conocen: de los hospitales públicos, 56 establecimientos de 135 en la zona afectada registraron daño por el terremoto, 34 sufrieron daño interior y 17 en su estructura.
En ese contexto, las etapas contempladas para la reconstrucción incluyen la emergencia inmediata, que tiene que ver, esencialmente, con los hospitales de campaña, y la recuperación o reclutamiento de camas. Menciono un ejemplo concreto: el Hospital Metropolitano de Santiago -antiguo Hospital Militar- lo recibimos con 150 camas y sin pabellones quirúrgicos, y a las pocas semanas estaba funcionando con 500 camas y 6 pabellones quirúrgicos, para complementar lo ocurrido, desafortunadamente, en el Hospital Félix Bulnes.
La siguiente fase fue la construcción de recintos modulares, como el Hospital de San Carlos, el de Curicó, en fin.
Varias dependencias nos ayudaron a recuperar camas.
Y, por último, los hospitales de construcción acelerada, que son nueve, van a estar funcionando antes del próximo invierno, en junio. Si bien habíamos recuperado el ciento por ciento de las camas hospitalarias a diciembre de 2010, muchas de las soluciones eran bastante precarias. En cambio, los establecimientos mencionados permitirán que los pacientes se encuentren en un recinto adecuado, digno y seguro, sin perjuicio de que ya hemos iniciado el diseño y, en algunos casos, la licitación de hospitales de construcción definitiva, como el de Angol, el gran Hospital de Talca, el Félix Bulnes, entre otros.
Sobre esa base -para no aburrir a Sus Señorías ni agotar mi tiempo, considerando que la presentación se halla en cada escritorio-, hacemos un balance positivo de lo ocurrido en materia de reconstrucción hospitalaria, si bien, a lo mejor, somos generosos con nosotros mismos.
Los datos de consultas, cirugías, morbilidad, mortalidad, etcétera, asociados al terremoto, no muestran ningún cambio estadístico respecto de lo que pasó en 2008.
Me salto 2009, que fue extraordinariamente intenso, desde el punto de vista de la salud pública, por cuanto se registró una tremenda epidemia de influenza humana, de modo que afirmar que estuvimos mejor que ese año no sería justo con quienes trabajaron en ese período tan intensamente.
Pero si hacemos una comparación con 2008, con 2007, observaremos que la red de salud fue capaz de cumplir a plena satisfacción con lo que se le pidió. Insisto en que, desde el punto de vista de lo que se hizo en reconstrucción de salud primaria, de infraestructura hospitalaria, de hospitales de construcción acelerada, el balance es positivo.
Y tenemos que decir, en la línea final, que nuestros compatriotas no sufrieron un peligro adicional porque no hubiéramos sido capaces de resolver aspectos de la demanda de servicio de salud y la hubiéramos disminuido. La oferta de servicio de salud aumentó dramáticamente, considerando -por supuesto, con un enorme agradecimiento- la ayuda de países extranjeros, entre ellos Japón. Este último hizo donaciones que exceden los 15 millones de dólares, incluido el financiamiento completo del Hospital de Hualañé, hoy día en construcción, que se va a denominar "Chileno-Japonés" precisamente en homenaje a esa nación hermana.
Muchas gracias.
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el señor Subsecretario de Desarrollo Regional y Administrativo.


El señor FLORES (Subsecretario de Desarrollo Regional y Administrativo).- Señor Presidente, voy a concentrar mi exposición, fundamentalmente, en explicar de manera general, por el tiempo, el apoyo que el Ministerio del Interior -en particular, la Subsecretaría a mi cargo- ha entregado durante ya casi un poco más de un año a los distintos municipios de las zonas afectadas por el terremoto.
En primer término, durante 2010, la Subsecretaría financió, aprobándolos, mil 505 proyectos de reparación de daños en infraestructura de servicios comunales que sufrieron los efectos del fenómeno.
En el gráfico se incluyen los números generales: en PMU-FIE hubo una inversión que superó los 14 mil millones de pesos; en PMU, propiamente tal -lo que tiene que ver con el terremoto-, 17 mil 831 millones; en Programa de Mejoramiento de Barrios, un poco más de 11 mil millones. Todo eso da un total de 43 mil 133 millones, al sumarse los mencionados proyectos de inversión o reparación de infraestructura dañada.
En esta lámina podemos ver cómo fue la distribución de los dos programas de la Subsecretaría: el de Mejoramiento Urbano y el de Mejoramiento de Barrios, por Regiones. En la de Valparaíso, el gasto fue de casi 2 mil 500 millones de pesos; en la de O`Higgins superó los 5 mil 400 millones; en la del Maule alcanzó casi los 7 mil 500 millones; en la del Biobío estuvo cerca de los 15 mil millones; en la de La Araucanía excedió los mil 900 millones, y en la Metropolitana llegó a los 10 mil 841 millones, todo lo cual suma los más de 43 mil 133 millones señalados.
Si se hace ahora un análisis detallado de cada uno de los tipos de proyectos de inversión según el Programa de Mejoramiento Urbano y se observa el PMU-FIE, vinculado a la reparación de establecimientos educacionales, se puede percibir que se ejecutaron 638 obras en 165 municipios de la zona afectada, las que tenían por objeto reponer o reparar infraestructura de educación pública.
La mayor parte de ellas se efectuaron al comienzo de 2010. Ustedes recordarán que el Presidente Piñera le puso como meta al Ministro de Educación que los alumnos volvieran a clases durante la última semana de abril. Una cantidad importante de las obras se ejecutó entre marzo, abril y mayo.
Como se aprecia en la lámina, la distribución por Regiones fue la siguiente: 27 proyectos en la Región de Valparaíso; 85 en la de O`Higgins; 118 en la del Maule; 187 en la del Biobío; 24 en la de La Araucanía, y 197 en la Metropolitana, lo que suma las 638 obras de recuperación de infraestructura mediante la línea de inversión del PMU-FIE. Hago esta salvedad porque el Ministerio de Educación tiene otras líneas de inversión en las que ha gastado recursos durante 2010 y 2011.
Siguiendo con el Programa de Mejoramiento Urbano, en la reparación de locales o establecimientos de atención primaria de salud (centros de salud y consultorios) se beneficiaron 132 comunas mediante la reparación de 222 postas y consultorios dañados a raíz de lo sucedido el 27 de febrero de 2010.
En cifras generales, repito que la cantidad de comunas fue de 132, la mayor parte de ellas en las Regiones Metropolitana y del Biobío, y que el número de proyectos ascendió a 222, la mayoría correspondiente a las Regiones que acabo de nombrar, tal como se observa en las figuras 4 y 5.
A continuación, también dentro del Programa de Mejoramiento Urbano, hubo reparación de infraestructura de uso comunitario, es decir, plazas, veredas, calles, muros de contención -particularmente, en el borde costero de la Octava Región- y algunos cierres perimetrales de cementerios. Estas obras, financiadas vía este tipo de PMU, fueron 166, en 99 comunas, tal como se observa en las figuras 6 y 7.
Por último, igualmente dentro del Programa de Mejoramiento Urbano y en materia de reparación de servicios municipales, se realizaron arreglos de edificios consistoriales, bibliotecas, salas multiuso, algunos gimnasios. Se trata de 214 obras de este tipo, en 145 comunas.
Aquí deseo remarcar un punto. La mayor preocupación que tuvimos al inicio de nuestra gestión, a comienzos de marzo del año recién pasado -incluso, hicimos un trabajo coordinado con el anterior Subsecretario la semana previa al cambio de Gobierno-, fue que los edificios consistoriales y los municipios estuvieran funcionando en plenitud a la brevedad posible, con el objeto de canalizar por esa vía la ayuda de emergencia. Por lo tanto, nos concentramos justamente en la reparación de esas construcciones.
Como lo expresé, la cantidad de comunas beneficiadas fue de 145 y la mayoría de ellas se encuentra entre las Regiones Metropolitana y del Biobío. El número de proyectos fue de 214, también en su mayor parte en las Regiones mencionadas, como se observa en las figuras 8 y 9.
Luego, respecto del Programa de Mejoramiento de Barrios, se benefició durante 2010 a 108 municipios, que ejecutaron 265 proyectos.
Como Sus Señorías saben, la principal línea de inversión de la SUBDERE apunta a la reposición o reparación de sistemas de agua potable y saneamiento en localidades rurales. Tuvimos especial preocupación por resolver dificultades de tal naturaleza en las aldeas constituidas para albergar a las personas que perdieron sus viviendas en la zona afectada por el terremoto. La mayor parte de los recursos se invirtieron ahí. Se contempló una inversión de más de 11 mil millones de pesos.
Si los señores Senadores se fijan en la figura 10, observarán que la mayoría de los proyectos tienen que ver con la Región del Biobío y que la mayor cantidad de comunas beneficiadas se hallan en la Región del Maule.
Deseo hacer presente también que con esos fondos se financió la contratación de 181 profesionales en las municipalidades de las zonas afectadas por el terremoto, lo que tenía por objeto apoyar la gestión de los municipios y de los alcaldes, en los primeros meses o semanas, a fin de evaluar los daños en los sistemas de alcantarillado y torres de agua potable rural, así como también efectuar estudios sobre saneamiento. En general, se trató de trabajos de esa naturaleza. Eso se conoce como asistencias técnicas mediante la línea del Programa de Mejoramiento de Barrios.
En esta lámina se contempla un detalle de lo que se hizo con los recursos en materia de aldeas. El Ministerio del Interior -en particular, la Subsecretaría de Desarrollo Regional y Administrativo- se preocupó de habilitar el funcionamiento de 107 de ellas en las cuatro Regiones donde se instalaron. En eso se invirtieron 5 mil 578 millones de pesos.
Y, tal como se observa en la figura, la mayor parte de las intervenciones y proyectos se ubican en la Región del Biobío, porque ahí se encuentra la cantidad más alta de aldeas.
Esas intervenciones significaron dotar de agua potable, de alcantarillado, de sistemas de evacuación de aguas lluvias, de muros de contención a algunas de las aldeas -recuerdo, particularmente, la de El Molino, en Dichato- y, en otros casos, de plantas de tratamiento de aguas servidas, de acuerdo al tamaño de la aldea y su lejanía de los colectores.
Lo anterior -repito- representó una inversión de 5 mil 578 millones de pesos.
Quiero hacer especial mención de los recursos aportados a través del Fondo de Emergencia del Ministerio del Interior, manejado por la Subsecretaría del Interior. Esta transfirió a los municipios, de manera directa o indirecta, 83 mil millones de pesos. El grueso de este dinero se encuentra en las Regiones del Biobío y del Maule.
Con tales recursos se financiaron transferencias directas a los municipios para llevar a cabo acciones, como retiro de escombros, demoliciones y adquisición de mediaguas y materiales de construcción. Y, de manera indirecta, sirvieron igualmente para solventar los programas de empleo del Cuerpo Militar del Trabajo y el arriendo de maquinarias que tal organismo del Ejército utilizó en el proceso de demolición en al menos dos Regiones del país.
Por lo tanto, aclaro que los 83 mil millones de pesos representan, de una parte, transferencias directas a los municipios -probablemente, la mitad de la cifra total-, y de otra, transferencias a distintas entidades del Estado que a su vez prestaron ayuda a los municipios de la zona afectada por el terremoto.
Para cerrar este capítulo de mi intervención, quiero señalar que, adicionalmente a lo anterior -hago especial hincapié en ello, ya que hubo cierta inquietud en los alcaldes y, también, en los legisladores sobre el apoyo que el Gobierno, a través del Ministerio del Interior, estaba prestando a los municipios-, el Congreso Nacional aprobó, hacia finales del año pasado, la ley N° 20.462, que aportó recursos extraordinarios por 20 mil millones de pesos, de los cuales aproximadamente 15 mil millones se destinaron a las comunas afectadas por el terremoto.
Entrando ya en plenitud en el proceso de reconstrucción, quiero destacar lo que se hizo en los meses de noviembre y diciembre del 2010 mediante la habilitación de una serie de balnearios en nueve comunas del borde costero de las Regiones damnificadas, fundamentalmente las del Biobío y del Maule, aunque también alcanzamos a comunas de las Regiones de O'Higgins y de La Araucanía.
En este ámbito se invirtieron 1.069 millones de pesos y se benefició a los balnearios de Pichilemu, Iloca, Duao, La Pesca, Pelluhue, Curanipe, Constitución, Cobquecura, Perales, Dichato, Cocholgüe, Coliumo, Llico y Puerto Saavedra.
En la lámina que sigue Sus Señorías pueden observar en qué consistieron algunas de esas intervenciones. La idea -y esto fue una meta que nos colocó el Presidente Sebastián Piñera- era habilitar el borde costero para que los balnearios que tradicionalmente habían servido de lugar de recreación a las familias de las mencionadas Regiones volvieran a funcionar y la gente regresara con tranquilidad a disfrutar de las playas.
Las imágenes anteriores corresponden a algunas playas de Constitución, Pelluhue, Dichato, Puerto Saavedra e Iloca.
Finalmente, señor Presidente, deseo referirme en forma breve a la existencia de dos fondos que se hallan bajo la supervisión de la Subsecretaría de Desarrollo Regional y Administrativo, que se contemplan en la Ley de Presupuestos para el año 2011 y están destinados a recuperar infraestructura dañada por el terremoto del 27 de febrero.
El primero es el Fondo de Recuperación de Ciudades. Se trata de recursos alojados en la Subsecretaría de Desarrollo Regional que para el presente año ascienden a 17 mil millones de pesos. A pesar de que la respectiva glosa presupuestaria es bastante amplia, hemos instruido en el sentido de que estamos especialmente preocupados de reconstruir infraestructura municipal, sobre todo edificios consistoriales de las zonas afectadas por el sismo.
En la lámina que sigue figura un listado (no se ve con detalle, pero formularé algunos comentarios) de 35 edificios municipales que requieren una reposición completa o una sustantiva.
En total, la suma asciende, aproximadamente, a 55 mil millones de pesos, y está previsto que, de aquí hasta el 2013, todos los edificios estén repuestos. Hoy día cuentan con aprobación y visto bueno del MIDEPLAN, para su inversión, los municipios de Ñiquén, Pencahue, Constitución, Rauco, San Clemente, Huechuraba y La Palmilla, y estamos trabajando -tal como se aprecia en la lista- en todos los demás.
Para terminar, quiero hacer presente que existe una provisión en el Fondo Nacional de Desarrollo Regional, denominada "Recuperación de infraestructura local zona centro sur", que también tiene por objeto restaurar infraestructura pública dañada por el terremoto. La diferencia de este fondo con el anterior es que en este caso los recursos son de manejo de los respectivos intendentes. Su monto, para el año 2011, es de 24 mil millones de pesos, y por esta vía se pretenden recuperar edificios fiscales (intendencias, gobernaciones y servicios públicos en general); policlínicos municipales y centros de salud familiar, y además, de ser posible, cuarteles de Bomberos, de Carabineros y de la Policía de Investigaciones.
En ambos fondos se requiere la aprobación previa (RS) del Ministerio de Planificación.
Este ha sido un resumen muy apretado de lo que como Subsecretaría hicimos durante el año pasado y de las líneas de acción más importantes que deseamos implementar en 2011.
Gracias.
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el señor Ministro de Obras Públicas.


El señor DE SOLMINIHAC (Ministro de Obras Públicas).- Señor Presidente, antes de iniciar la presentación correspondiente a la Cartera a mi cargo, me referiré brevemente a la labor efectuada por el Comité Interministerial para la Reconstrucción.
Este órgano funciona bajo la dependencia del Comité de Ministros de Infraestructura, Ciudad y Territorio y en él participan, fundamentalmente, los Ministerios de Vivienda, de Educación, de Salud y de Obras Públicas, y la SUBDERE, con una fuerte focalización en la reconstrucción.
En el Comité de Ministros de Infraestructura, Ciudad y Territorio intervienen, además, los Ministerios de Planificación, de Economía, de Transportes, de Bienes Nacionales y Secretaría General de la Presidencia, y la DIPRES.
Nos reunimos con una periodicidad mínima de una vez al mes y, si es necesario, en forma extraordinaria.
También tenemos un Comité Ejecutivo de Reconstrucción, conformado por los encargados en la reconstrucción y expertos de los Ministerios de Vivienda, de Educación, de Salud y de Obras Públicas, y de la SUBDERE. Ellos se juntan todas las semanas para evaluar el progreso en esta materia.
Nuestro objetivo es, obviamente, avanzar lo más rápido posible hacia la normalización de las zonas dañadas, tanto en el aspecto físico como en la ayuda a toda la ciudadanía afectada.
Para nosotros son importantes el sector privado, la sociedad civil y los gobiernos locales, como parte de la forma en que estamos enfrentando el problema.
Básicamente, hemos trabajado en función de reuniones mensuales, pero también convocamos a todos los gobiernos regionales a participar en un taller, realizado el año pasado, a fin de coordinar los elementos de la reconstrucción junto con los Ministerios que ya mencioné: el MOP, el MINVU, el de Educación, el de Salud, y la SUBDERE. De ese modo, trabajamos durante tres días para consensuar los diagnósticos presentados en cada una de las Carteras, con el objeto de definir con claridad los proyectos de reconstrucción específicos en cada una de ellas y los multisectoriales.
Asimismo, en varias oportunidades acudimos a las Regiones afectadas, en nuestra calidad de integrantes del Comité Ejecutivo de Reconstrucción, para sostener conversaciones de trabajo con los gobiernos regionales a los efectos de articular y resolver las dificultades administrativas que impedían avanzar en los distintos planes regionales de reconstrucción. Y, en muchas ocasiones, también nos juntamos con distintos alcaldes para ver y priorizar las necesidades y formular diversos métodos de evaluación e implementación de la reconstrucción.
De otra parte, nos reunimos con diferentes asociaciones de municipalidades a fin de analizar y formalizar el progreso en la reconstrucción y resolver los problemas que se presentaban.
Nos coordinamos con distintos entes administrativos, especialmente las SERPLAC y el MIDEPLAN, con el objeto de avanzar lo más rápidamente posible en diferentes evaluaciones para efectuar las RS correspondientes, a fin de sacar adelante los proyectos requeridos para cada Región.
También invitamos a la totalidad de los alcaldes de las comunas afectadas a una jornada de trabajo en La Moneda, y escuchamos sus necesidades para ir solucionando las dificultades de la reconstrucción.
Por último, algunas de las obras que se mencionaron en las intervenciones de los Ministerios de Vivienda y de Salud, y de la SUBDERE también se coordinaron a través del Comité.
Parte de ello es el denominado "Plan Verano" que mencionó el Subsecretario de Desarrollo Regional, y los protocolos del borde costero que destacó la señora Ministra de Vivienda.
Por cierto, seguiremos trabajando y sesionando todas las veces que sea necesario en el futuro para avanzar y resolver definitivamente todos los problemas que sufrimos por el terremoto del 27 de febrero de 2010.
Ahora me referiré a lo pertinente al Ministerio de Obras Públicas.
Al igual que el Ministro de Salud, con relación a su Cartera, quiero destacar el traspaso que efectuó el Ministro Bitar a quien les habla, pues fue realmente ejemplar, tanto antes del terremoto como durante y después de él.
En primer lugar, contamos con un catastro importante de los daños de infraestructura, elaborado de manera bastante rápida y tecnificada a través de Internet y una base de datos centralizada sobre la base de información recogida en terreno por distintos funcionarios del Ministerio de Obras Públicas, ubicados en cada una de las Regiones.
Ello lo subimos a una página web que contenía planos, coordenadas de GPS y todo lo necesario para saber exactamente dónde estaban los daños, qué características presentaban y cuáles eran los presupuestos de reparación. Esos antecedentes los actualizamos, y lo seguimos haciendo en forma permanente.
El segundo punto que voy a exponer tiene que ver con el avance en las Carteras de Emergencia y de Reconstrucción del Ministerio de Obras Públicas y, el tercero, se refiere a un comentario menor respecto de las obras que realizamos durante el año pasado, algunas de las cuales fueron probadas con ocasión del tsunami que se nos acercó el viernes pasado.
Respecto al catastro que mencioné, debo decir que ha sido un instrumento de trabajo fundamental para llevar adelante la reconstrucción.
En cuanto a los daños en infraestructura pública que tuvimos, estos alcanzaron los 1.700 puntos de obras no concesionadas y 798 puntos de obras concesionadas.
Como ya dije, ese fue un trabajo que se efectuó con bastante rapidez, y en un mes ya teníamos bastante claridad en la materia.
A modo de resumen, 40 por ciento de los sistemas de agua potable rural de las zonas afectadas sufrieron daños. Hablamos de 748 sistemas de agua potable rural (APR). Realmente, fue una situación devastadora y muy preocupante.
Más adelante, voy a mencionar cómo hemos avanzado para resolver ese problema.
También se vieron comprometidos 1.554 kilómetros de caminos no concesionados, y 90 de caminos concesionados.
Además, 12 por ciento de las pasarelas de las carreteras del país fueron afectadas. En total son 131, de las cuales 127 corresponden a obras concesionadas y 4 a la Dirección de Vialidad.
De otra parte, 210 puentes no concesionados, entre ellos, los de la Región del Biobío (Juan Pablo II y Llacolén) resultaron dañados, lo cual surtió un efecto importante: perjudicó a 4 mil 500 camiones de carga y 400 mil vehículos particulares.
También sufrieron deterioros los pasos sobre y bajo nivel, y 86 puentes concesionados, entre ellos el Nebuco, el Copihue, el Perquilauquén y Río Claro (el más conocido).
Hay 82 pasos inferiores y 38 pasos superiores concesionados afectados. Se debe destacar el paso superior de ferrocarriles Hospital Oriente, que interrumpió la conectividad de la Ruta 5.
Igualmente, sufrieron consecuencias los pasos superiores de Miraflores y Lo Echevers en la Autopista Vespucio Norte; 28 caletas pesqueras y 7 muelles; 14 canales; 6 embalses; 54 defensas fluviales; 21 colectores de aguas lluvia; 7 aeropuertos no concesionados y un aeropuerto concesionado, el Arturo Merino Benítez, que tuvo una actividad bastante restringida durante cinco días, disminuyéndose su capacidad en 70 por ciento.
Además, se registraron daños menores en los contratos concesionados de establecimientos penitenciarios de Rancagua, Santiago 1 y del Centro de Justicia.
En el siguiente cuadro aparece el detalle por servicios de cada uno de los elementos señalados.
En Aeropuertos, se indican 9; en Agua Potable Rural, los 748 sistemas que mencioné; en Arquitectura, se registran 72 edificios; en la Dirección General de Aguas hay 13 casos, principalmente estaciones de control y un embalse; en Obras Hidráulicas, se observan 90, donde las defensas fluviales constituyen un número importante; en Obras Portuarias son 53, y en Vialidad existe la mayor cantidad de puntos (715), junto con Agua Potable Rural.
En la siguiente lámina se observa el Catastro de Daños en Concesiones.
En total, suman 798 puntos. Los principales son pasos superiores, pasos inferiores, pasarelas, puentes, y en calzadas se presentan bastantes casos mínimos en un tramo de 90 kilómetros.
Asimismo, figuran el aeropuerto Arturo Merino Benítez, algunos elementos menores en las cárceles y en los centros de justicia.
Hay también un catastro de daños en obras públicas mandatadas por terceros. Ahí se destacan cuarteles de bomberos, escuelas, estabilización y demolición de edificios dañados, edificios consistoriales, tenencias de carabineros, mercados, gimnasios, ferias, oficinas de servicios públicos y terminales de transporte público.
¿Cómo hemos avanzado respecto de los catastros que hemos señalado?
Inicialmente, nos preocupamos de la emergencia; es decir, de actuar rápidamente para que la gente tuviera agua y conectividad. Después, trabajamos de manera muy ardua para superar la emergencia en forma definitiva.
Y tuvimos varias prioridades.
Primero, el agua potable rural y urbana; segundo, la conectividad; tercero, la funcionalidad mínima de la infraestructura pública, en cuanto a apoyar a las economías básicas y de subsistencia -como en el caso de las caletas pesqueras-, y cuarto, el aprendizaje. Este punto alude a que deseábamos que las obras de la reconstrucción mostraran en el futuro un mejor comportamiento que las levantadas antes del terremoto. Por ello, para nosotros era muy importante incorporar ese aprendizaje en la reconstrucción. Así lo hicimos, e incluimos esa experiencia en la edificación de los puentes y en la recuperación del agua potable rural, por ejemplo.
En consecuencia, hoy estamos muy satisfechos porque hemos logrado que 99,4 por ciento de la infraestructura pública dañada por el terremoto haya recobrado su funcionalidad básica, en forma parcial o total.
Se ha recuperado el 100 por ciento de los caminos afectados, el 98,6 por ciento de los puentes y el 100 por ciento de la infraestructura portuaria.
Me gustaría destacar el caso de los sistemas de agua potable rural, porque a fines del año pasado conseguimos reconstruirlos mejor que antes del terremoto. En algunos lugares, por ejemplo, incluso cambiamos su diseño, de modo que en lugar de torres instalamos estanques subterráneos, con el objeto de que tuvieran un mejor comportamiento ante un sismo en el futuro.
Asimismo, los canales y embalses de regadío estuvieron listos antes de la temporada de riego. Por lo tanto, pese al daño en las obras, no se atrasó prácticamente el inicio de tal temporada.
Los aeródromos y aeropuertos también fueron recuperados totalmente. Y, como decía, estamos con una funcionalidad parcial y total. Esta última asciende a 94,6 por ciento.
En el caso de las concesiones, cien por ciento de los caminos están listos, y lo mismo puede decirse de los puentes. El único que queda con una funcionalidad parcial es el que pasa sobre el río Claro; pero hay un puente provisorio que facilita el flujo vehicular.
Las pasarelas también están operando, algunas todavía con puentes mecanos, pero en su lugar.
En los pasos superiores, todavía quedan algunos elementos que nos falta terminar. Lo mismo ocurre con los inferiores.
Otras infraestructuras públicas, como las cárceles y el Centro de Justicia, ya fueron reparadas en lo que a los efectos del terremoto concierne.
En la tabla se muestran los puntos resueltos respecto de las distintas Direcciones de Obras Públicas. Se puede ver que en la tercera columna figuran 1.609 puntos. En ella aparece el 94,6 por ciento que ya se halla completamente operativo, en forma parcial o total. En forma parcial está el 81 por ciento. Faltan 10 puntos por resolver, los que representan 0,6 por ciento. El 4,8 por ciento se encuentra parcialmente operativo, todo lo cual representa el 94,6 por ciento, operativo. Eso nos da el cien por ciento de las obras asociadas a las diferentes Direcciones del Ministerio de Obras Públicas.
En el cuadro anterior, se aprecian, fundamentalmente, las estructuras de concesiones. Cuatro de ellas no están operativas, pero se han habilitado desvíos para que la gente no experimente retrocesos en su desplazamiento. Las operativas son 783, cifra que incluye los distintos elementos de las calzadas y las bermas.
Este gráfico muestra cómo ha sido la evolución de la recuperación en el tiempo. El 27 de febrero teníamos cero reconstrucción; hoy día estamos con el 99,4 por ciento de ella realizado.
También se aprecia una competición entre la recuperación total y la parcial. El azul representa la recuperación parcial y el rojo, la total.
Por lo tanto, se puede apreciar cómo fuimos avanzando rápidamente en ambas, al punto que en mayo, por ejemplo, teníamos 90 por ciento resuelto. El esfuerzo después de esa fecha fue disminuir...
El señor GIRARDI (Presidente).- Ha concluido su tiempo, señor Ministro. ¿Cuánto más necesita para terminar su intervención?
El señor DE SOLMINIHAC (Ministro de Obras Públicas).- Tres minutos, señor Presidente.
El señor GIRARDI (Presidente).- Si le parece a la Sala, se le concederán.
Acordado.
Puede continuar, señor Ministro.
El señor DE SOLMINIHAC (Ministro de Obras Públicas).- Muchas gracias.
Después, aparece la forma en que se fueron distribuyendo en el tiempo las distintas licitaciones y los efectos que estamos por terminar en la cartera de reconstrucción. Son 88 contratos en los que nos encontramos trabajando para dar la solución definitiva. Y, como hemos dicho, algunas de las obras van a tomar bastante más tiempo, en el caso de los puentes, fundamentalmente.
En cuanto a las obras concesionadas, la tabla anterior muestra en detalle cuáles están terminadas, cuáles en ejecución, cuáles por ejecutarse y cuáles en revisión.
Finalmente, un comentario menor respecto a cómo se comportaron las obras de protección de los bordes costeros en los que hicimos esfuerzos de trabajo durante el año 2010.
Tuvimos un muy buen comportamiento, por ejemplo, en la caleta Meguillines, en Constitución; en la caleta Llico; en La Pesca, en el sector de Licantén; en Duao. En general en Dichato, en la parte en que se hizo la protección, ella funcionó bien. Pero, como no estaba todo terminado, tuvimos una emergencia más alta en ese lugar. En los gaviones de El Morro, en Talcahuano, no se registraron daños.
Señor Presidente, al término de mis palabras, deseo señalar que estamos trabajando en el día a día para superar la parte que falta: traspasar de "parcial" a "total" la reconstrucción de obras públicas.
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra la Senadora señora Rincón.


La señora RINCÓN.- Señor Presidente, estimados colegas, a más de un año de ocurrida la catástrofe del 27 de febrero de 2010, nuestra Corporación ha citado a una sesión especial con la finalidad de analizar el estado de avance del actual proceso de reconstrucción en las Regiones afectadas por el terremoto.
Durante el 2010 el Senado aprobó la conformación de una Comisión Especial integrada por Senadores de todas las bancadas y presidida por el Honorable señor Ruiz-Esquide. Desgraciadamente, la Comisión nunca contó con el apoyo del Ejecutivo: solicitó en reiteradas oportunidades la presencia de Ministros de Estado, los cuales no asistieron y se transformó más en una reunión entre nosotros para compartir visiones de la reconstrucción que en una instancia de intercambio de opiniones con el Ejecutivo sobre lo que se hace en esta materia.
La actitud del Gobierno ante dicha Comisión me parece solo comparable a la manera en que se ha llevado adelante el proceso de reconstrucción: sin escuchar a nadie, sin dar explicaciones de nada, con poca claridad de lo que se está haciendo y sin un plan maestro que lleve adelante una tarea tan importante como es reconstruir la zona centro sur del país.
Como dato adicional, debo dar a conocer que la encuesta realizada en la Región del Maule en febrero de este año señala que 73 por ciento de la ciudadanía cree que el proceso ha sido lento o muy lento, y 82 por ciento sostiene desconocer los planes de reconstrucción. Y a esa percepción ciudadana debemos agregar los reparos no menores realizados por la Contraloría General de la República en distintos ámbitos y por montos no pequeños.
Quiero en esta intervención hacer un análisis desapasionado y lo más objetivo posible de esta materia, tratando de reconocer los puntos que me parecen positivos, relevar los aspectos que han sido mal manejados y hacer propuestas en lo cual queda mucho por hacer.
Como Senadora por la Región del Maule Sur, durante el año que llevo en el cargo me ha tocado ver muy de cerca el enorme sufrimiento de miles de personas que vieron no solo sus casas en el suelo, sino también sus sueños y anhelos de un mejor futuro desplomados.
En enero de este año, los Ministros de Vivienda y de Planificación dieron a conocer los resultados de la Encuesta Post Terremoto. Respecto de la pobreza, el estudio mostró un aumento en relación con la encuesta CASEN de diciembre de 2009, donde 16,4 por ciento de la población se ubicaba en dicha condición. En mayo del 2010, el guarismo subió a 19,4 por ciento. Estos tres puntos porcentuales reflejan que en Chile la pobreza aumentó de 2,5 millones a 3 millones de personas. A su vez, quienes se hallan en extrema pobreza escalaron de 620 mil a 700 mil.
Lo anterior me parece especialmente triste. Durante los 20 años de Gobierno de la Concertación, se avanzó sistemáticamente en derrotar la pobreza y la extrema pobreza, por lo que el que haya aumentado el número de pobres -como consecuencia del terremoto y no del accionar del Gobierno- es una muy mala noticia para todos.
Recuperar el terreno perdido en esta materia y luego avanzar con más fuerza aún es tarea de todos: del Gobierno y de la Oposición, de empresarios y trabajadores, del Estado y también de privados. No obstante, es el Estado el que debe garantizar que el proceso de reconstrucción se lleve adelante con igualdad de oportunidades para todos los chilenos.
Entre los puntos por destacar en el proceso de reconstrucción -y muchas de las cosas dichas en esta sesión avalan aquello-, creo que, en materia agrícola, obras públicas y educación, el análisis indica que se va en la línea y el ritmo correctos.
En la Región que represento, eminentemente agrícola, han vuelto a funcionar los canales de regadío y se han reparado los embalses. Me parece que en este tema se ha trabajado bien, con un Ministro cercano que ha sabido escuchar opiniones y puntos de vista diversos en esta materia y sin enojarse.
No me refiero -por no ser este el tema que nos convoca-, a las 25 promesas incumplidas con el agro del Presidente Sebastián Piñera.
Otro punto positivo ha sido el restablecimiento de la conectividad y la red vial a lo largo del país, aunque no en forma óptima. En efecto, todas las semanas recorro miles de kilómetros por las carreteras y caminos secundarios de mi Región y sé que se ha recuperado la conectividad pero no el estándar de calidad existente antes del 27 de febrero. Luego de un sismo tan grande como el que tuvimos, me parece que se trabajó rápido para solucionar el problema que nos aquejaba.
No puedo dejar de destacar lo logrado en el ámbito del Ministerio de Educación y de hacer un reconocimiento al aporte de las empresas privadas para restablecer la infraestructura en este sector. Ejemplo de ello, entre muchos otros, es la reciente inauguración del Liceo Politécnico de Cauquenes, obra materializada gracias al aporte de una de aquellas.
También cabe mencionar lo que se hizo con el aporte de las empresas privadas en el ámbito de las caletas pesqueras.
Por último, más allá del aprovechamiento mediático que algunos quisieron hacer con la alarma de tsunami del 11 de marzo recién pasado como consecuencia del terremoto en Japón, creo que el Gobierno actuó como debía: evacuar de manera preventiva y eficiente las zonas costeras del país, protegiendo la seguridad de los miles de chilenos que las habitan.
A pesar de las críticas, me parece que hizo lo correcto, y bien.
Así como este año he destacado lo que me parece positivo en el proceso, también he señalado con fuerza la lentitud que se observa en infraestructura de salud y habitacional en las zonas afectadas.
En materia de vivienda -y esto no es personal-, se habló en el Maule de 53 mil subsidios, pero todavía no se conoce si estos fueron efectivamente entregados; y las familias solo tienen un papel, sin la mínima esperanza de ver construidas sus casas en breve plazo.
El avance de la reconstrucción es demasiado lento, señor Presidente. Y la gente sigue esperando del Gobierno las soluciones reales que prometió: trabajo, eficiencia, 24/7 -no entiendo este concepto; quizás se quería hablar de 24 por 7-, y varios otros compromisos que brillan por su ausencia. Ello nos impone el deber moral de pedir que se cumpla de una vez por todas la palabra empeñada ante los chilenos en la última campaña presidencial.
No es propio de un Gobierno de excelencia utilizar los programas tradicionales de subsidios, creados para situaciones de normalidad, y hacerles adaptaciones para enfrentar una situación de emergencia y anormalidad.
Sí, ahora servía la misma política que tantas veces criticó la coalición que ahora es gobernante. Y no solo eso, pues aquella era la base de la reconstrucción nacional.
Claramente, el marco operacional no fue el adecuado y las consecuencias no han tardado en hacerse presente.
También debo señalar que, pese a que se usó la política vigente, el Gobierno demoró más de un mes en hacer oficial el llamado plan de reconstrucción. Después de ello, debió realizar no una, sino decenas de modificaciones para adaptarlo a la realidad posterremoto.
Podría enumerar varias de ellas.
Se han hecho tantos cambios y nuevas exigencias que hoy y en el futuro miles de chilenos que perdieron sus casas no tendrán la calidad de damnificados, no por haber recibido sus nuevas viviendas, sino por no estar en condiciones de cumplir las nuevas normativas de lo que constituye una reconstrucción inadecuada.
Un ejemplo, señor Presidente: la resolución exenta N° 6064, de 24 de septiembre del 2010, establece nuevas exigencias para los damnificados no propietarios, quienes debían volver a adjuntar documentos o modificar sus postulaciones. Tienen que presentar ahora contratos de arriendo anteriores al 27-F, cuentas de consumo a su nombre, declaración jurada simple del postulante y del propietario de la casa. Pese al fin loable de la modificación, se cambian las reglas del juego siete meses después del terremoto para los damnificados no propietarios.
¿Por qué se espera tanto tiempo para modificar las reglas del juego?
Este es uno de varios ejemplos que, en honor al tiempo, no explicitaré, pero que, obviamente, haré llegar, por escrito, a través del señor Presidente del Senado, a la Ministra del ramo.
Pero creo que todos los Senadores presentes en la Sala saben que para que resulte eficaz cualquier política pública debe necesariamente gozar de estabilidad en el tiempo, condición que el señalado plan ciertamente no cumple, ya que, a medida que se han pasado los días, se adicionan requisitos; se cambian algunos y se eliminan otros, causando incertidumbre en los funcionarios del MINVU, del SERVIU, en las EGIS, en los municipios y con mayor y lamentable razón, en los damnificados.
En materia de vivienda, un último comentario: no más show ni pirotecnia.
Hemos visto cómo se entregan casas que se levantaron antes del terremoto y en el Gobierno anterior, presentadas como parte del plan de reconstrucción.
Hemos visto cómo, con total discrecionalidad, se les entrega a familias de Talca un subsidio de 680 UF (me alegro por ellos), y al resto de los damnificados, 380. No molesta lo primero; indigna lo segundo.
Hemos visto cómo se presenta como primera casa del plan de reconstrucción una vivienda que no ha sido certificada por el SERVIU.
También nos preocupa la lentitud que se observa en el sector salud: mientras el Presidente Piñera manifestó en diciembre que todas las camas estaban recuperadas, el Director del Servicio de Salud del Maule -hay testimonios de prensa al respecto- sostuvo que en el Maule eso era imposible. De hecho, aún hay falta de camas. A mayor abundancia de datos, el hospital de Cauquenes funciona a un tercio de su capacidad, y el de Parral, con la primera gran lluvia del año, quedó inundado, lo que dejó al descubierto las paupérrimas condiciones en que trabajan sus profesionales, asistentes y auxiliares, cuestión que no apareció en ninguno de los autocomplacientes balances del Ministerio de Salud, pero que ayer millones de compatriotas pudieron apreciar en las potentes imágenes de la televisión nacional.
Dos cosas más: esta realidad no es nueva. Viene desde el terremoto de febrero. Y si bien son urgentes los ultra anunciados hospitales de construcción acelerada, lo que se necesita son soluciones definitivas, como las que ya se están levantando en Curicó, Talca y en el Maule norte, donde no se han escatimado recursos para dar respuesta a una necesidad real, la misma que existe en el Maule sur -como diría Serrat- y que necesita con urgencia ser satisfecha.
Hemos hecho ingentes esfuerzos para ser escuchados por el Gobierno en aquellos aspectos que consideramos insuficientes. Tenemos propuestas, y las hemos hecho; pero la mayoría de las veces no fuimos oídos. Y lo más triste es que, en algunos casos, hemos sido incluso ignorados y hasta ofendidos. Eso fue lo que se hizo al calificar de ineficientes a los alcaldes de San Javier y de Parral cuando reclamaron por la lentitud y falta de respuesta del Ejecutivo.
Muchos personeros de Gobierno han criticado a los Senadores de Oposición por ser poco propositivos, lo que me parece, por decir lo menos, injusto. Desde un principio, tras el terremoto y tsunami, hicimos numerosas propuestas, las cuales pasaron a formar parte del informe de la Comisión Especial de Reconstrucción del Senado.
Agradezco el ánimo con que dicha Comisión ha trabajado. Por ejemplo, en becas para estudiantes de educación superior; en aumento del monto de los subsidios habitacionales; en la Agencia Nacional de Reconstrucción, todo lo cual fue planteado por los presidentes de partidos.
Quiero detenerme en una propuesta que parece necesaria, justa y urgente.
Señor Presidente, nos preocupa la reconstrucción en vastos sectores rurales que no son comercialmente atractivos para las empresas y que, por tanto, están siendo postergados no por el Gobierno, sino por el mercado. Proponemos, en consecuencia, que el Ejecutivo disponga un aumento en el monto del subsidio habitacional rural, de manera de incentivar la construcción de casas en el mundo campesino, tanto o más afectado por el terremoto que las áreas urbanas. Incluso, sugerimos acoger lo sugerido por la Cámara Chilena de la Construcción, logrando, quizás, un gran acuerdo que la involucre y la haga participe de este proceso, y con ello dar respuesta a las demandas de los damnificados.
Señor Presidente, hace unos días me recibió el Coordinador Nacional de Reconstrucción Urbana, señor Pablo Allard. Concurrí acompañando a la directiva del Comité Habitacional de calle Yungay, de Cauquenes. Ellos, no yo, relataron cómo personas de más de 80 años siguen viviendo en galpones, bajo condiciones precarias, sin recibir hasta la fecha una mediagua.
En muchos sectores de nuestro territorio la emergencia no ha terminado.
Queremos sumarnos a este proceso, colaborar. Pero para ello necesitamos ser escuchados, señor Presidente.
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Sabag.


El señor SABAG.- Señor Presidente, el proceso de reconstrucción del país nos preocupa a todos. Por supuesto, la responsabilidad mayor la tiene el Gobierno; pero todos debemos cooperar, dando a conocer nuestras críticas constructivas y haciendo ver las cosas que no están bien.
No cabe duda de que el Ministerio de Obras Públicas ha tenido una gran participación. Hemos visto la reconstrucción de puentes, de sistemas de agua potable, de caminos, de obras de riego.
Diría que ha cumplido plenamente, y estamos muy satisfechos por lo que se ha hecho.
Se le ha entregado ahora la responsabilidad de la demolición de los edificios colapsados en Concepción. En ello creo que ha andado un poco lento. Entiendo que faltan algunas autorizaciones legales y judiciales. Pero hay bastante malestar al respecto, sobre todo por parte de los afectados, por cuanto son víctimas de robos cotidianos de los bienes propios que aún se encuentran en esos edificios.
En materia de Educación, pienso que el Ministerio del ramo ha tenido gran éxito. A pesar de la catástrofe del 27 de febrero, ya en marzo o abril todos los niños estaban estudiando. Las reparaciones de los numerosos establecimientos educacionales se han estado efectuando -yo diría- a plena satisfacción.
A mi juicio, el Secretario de Estado ha cumplido ampliamente.
En cuanto al sector salud -según lo escuchado al Ministro-, a pesar de haberse perdido más de 4 mil camas, estas se han recuperado en su gran mayoría. Asimismo, se habilitaron hospitales de emergencia, y se está en un proceso de construcción.
En Concepción, algunos centros hospitalarios estaban colapsados desde antes del terremoto. Hoy día el Ministro también ha destinado recursos para repararlos.
Estamos también bastante conformes con lo realizado por esta Secretaría de Estado.
En la Subsecretaría de Desarrollo Regional es donde más se ha notado el accionar en las zonas terremoteadas, por cuanto son muchos los municipios con múltiples necesidades. Allí el Subsecretario, en particular en mi zona, ha estado presente. Incluso se ha llevado malos ratos, porque los personeros regionales quieren tenerlo todo en sus manos y que todo pase por ellos. En cambio, el Subsecretario ha escuchado a los alcaldes, se ha enterado de los problemas y ha solucionado las necesidades de la gente. A lo mejor ha pagado un precio en malos ratos, pero ha cumplido.
Toda la ciudadanía valora el gran apoyo brindado por la SUBDERE: mil 505 proyectos, 43 mil millones de pesos invertidos en el desarrollo de los PMU y los PMB, que son los programas que les cambian la vida a las personas.
El problema está en Vivienda.
Reconozco que la señora Ministra ha tenido un gran desempeño y una gran dedicación. Pero su sector enfrenta una realidad más compleja, evidentemente. No es lo mismo construir un puente que buscar soluciones habitacionales para 220 mil familias damnificadas. Ahí se focaliza todo el dolor y la queja mayor.
Entonces, hay que ver cómo agilizamos la situación.
La titular de la Cartera de Vivienda ha señalado que, de un total de 220 mil familias damnificadas, se han otorgado 115 mil subsidios de reparación, 20 mil de adquisición de viviendas y 85 mil de reconstrucción, todos los cuales se encuentran en distintas etapas de ejecución.
Sin embargo, la gente que se halla viviendo en aldeas o campamentos lo está pasando muy mal. Las personas se encuentran muy desesperadas por problemas en los servicios sanitarios. Hay pocos baños para la gran cantidad de familias y el agua potable está en pilones. Tal vez con un poco de mejor gestión podría suministrarse el agua a cada una ellas sin mayores gastos.
Señor Presidente, a raíz del nuevo tsunami que sufrimos hace pocos días, en Coliumo se afectó el sistema de agua potable. En mi opinión, podría llevarse el servicio a través de Essbio, que se ubica a 3 kilómetros del lugar, con lo cual se solucionaría definitivamente el problema a numerosas familias de esa localidad. Esto ya lo hicimos en Tumbes hace año y medio: suministramos el agua desde Talcahuano. Se entrega el servicio al comité de agua potable, con su medidor, y ellos van remarcando para el resto de la ciudadanía. Esa sería una solución definitiva para Coliumo. ¡Está a 3 kilómetros! Nosotros llevamos el agua de Essbio a Tumbes desde 11 kilómetros.
Por lo tanto, con una mejor gestión se podrían resolver los problemas de agua potable tanto de Coliumo como de numerosas otras localidades.
La gente se queja por la falta de agua potable y por las carencias en la parte sanitaria. A mi juicio, debemos abordar y agilizar estas cosas.
Y, por supuesto, habrá que acelerar la reconstrucción de viviendas. Si no, tendremos por uno o dos años más a familias viviendo en condiciones de campamento.
Paso ahora a señalar algunas de las dificultades que hemos observado en la implementación del Plan de Reconstrucción.
1.- Disparidad de exigencias por parte de los Serviu: en la Región del Biobío, por ejemplo, se incrementan requerimientos no estipulados en la resolución N° 699, como la información de GPS para cada informe de terreno y la firma de instaladores autorizados en proyectos eléctricos y de gas, sin la posibilidad de que los firmen ingenieros civiles, quienes siempre han estado habilitados para ello. Ahora en mi Región no se acepta. Y esto implica atrasos.
2.- Distintos revisores con diferentes criterios de revisión en los Serviu: en la Región del Biobío, por ejemplo, han sido tres las personas que han inspeccionado una vivienda levantada por una importante institución para la atención de los damnificados en la modalidad de Construcción en Sitio Propio.
3.- Distintas exigencias y criterios de revisión en las direcciones de obras municipales: como la entrega de certificados de avalúo desglosados (Talcahuano) o los rechazos por cambio de formulario de ingreso de carpetas (comunas de la Región del Maule).
4.- Entrega de formatos tipo, por parte de Serviu, para antecedentes que no guardan relación con la naturaleza del programa correspondiente al proyecto: por ejemplo, presupuestos tipo para proyectos de Construcción en Nuevos Terrenos exigidos para proyectos de Construcción de Sitio Propio (Región del Biobío).
5.- En la modalidad de Construcción con Proyecto Tipo, la normativa no garantiza volúmenes mínimos de demanda (economías de escala).
6.- No existe subsidio diferenciado por localización.
Hay incertidumbre en las empresas constructoras respecto del lugar físico donde tendrá que construirse la casa. No se conoce la mecánica de suelo, la topografía, la geometría del terreno, las condiciones en que se encuentran las conexiones de agua y eléctricas, etcétera.
7.- Se exige una solución constructiva estándar (vivienda tipo) para distintas realidades.
8.- Los directores de obra no están revisando los proyectos con las excepciones determinadas en la normativa vigente, y en numerosas ocasiones exigen el pago de derechos municipales sin que ello proceda en el caso de los damnificados.
9.- Demoras de cuatro meses en la aprobación de los proyectos por parte de las Direcciones de Obras Municipales y del Serviu, debido a temores de los funcionarios responsables ante la fiscalización de la Contraloría General de la República.
10.- La exigencia impuesta por el MINVU...
El señor GIRARDI (Presidente).- Concluyó su tiempo, señor Senador.
Le daremos un minuto adicional.
El señor SABAG.- Gracias, señor Presidente.
Como decía, la exigencia impuesta por el Ministerio de que los beneficiarios de los subsidios deben firmar una escritura de prohibición de enajenar, a favor del Serviu, representa un serio problema a la hora de finalizar un proceso administrativo y pone en riesgo el pago de los subsidios a las empresas constructoras.
11.- Los Serviu aplican distintos criterios para la tramitación de cobros por viviendas terminadas.
En definitiva, lo que quiero proponer es la simplificación en el control de las operaciones, con el fin de hacer más ágil la ejecución de los programas de reconstrucción.
El costo de la organización de la reconstrucción también es relevante. Las empresas deben revisar tres o cuatro subsidios en sitio propio por cada localidad, lo que, por supuesto, encarece fuertemente los costos.
Cabe pedir, asimismo, que los procedimientos de obtención de permisos de obra y recepciones municipales se agilicen fuertemente, para lo cual debe intervenir -no me cabe duda- el Ministerio de Vivienda y Urbanismo.
Finalmente, sería aconsejable otorgar una mayor participación a las instituciones con mayor experiencia en el ámbito inmobiliario social en la organización de la demanda; procurar la identificación de los grupos postulantes con los proyectos de construcción; permitir la conformación de estos y la postulación de los interesados de una manera semejante a la que hoy se contempla en el sistema de subsidio habitacional del decreto supremo N° 40, de probado éxito en la política habitacional del MINVU.
Señor Presidente, nos interesa apoyar a la señora Ministra de Vivienda mediante la agilización de todos los trámites mencionados. Yo diría que la mayor queja hoy día con respecto a la reconstrucción se da en este ámbito, a pesar del enorme esfuerzo hecho, sobre todo, por la titular de la Cartera.
Todos los reclamos apuntan a que el proceso va lento. Las miles de familias en campamentos se ven por lo menos por uno o dos años más en las mismas condiciones.
Nosotros creemos que esto debe agilizarse lo máximo posible.
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Cantero.


El señor CANTERO.- Señor Presidente, siento que se le está dando un enfoque muy positivo y adecuado al tratamiento de esta temática. Me alegra observar la altura de miras con que se está abordando la materia.
A propósito de la crítica expresada por las dificultades derivadas del evento catastrófico del 27 de febrero de 2010 -ha pasado poco más de un año-, de magnitud tan monumental, quiero traer a la memoria la situación que se vivió en Tocopilla.
Dos años y medio después del terremoto en esa ciudad, la Coalición por el Cambio recibió el Gobierno. Y cuando se hizo el balance, solo la mitad de las viviendas requeridas en esa localidad se hallaban construidas. Respecto de la otra mitad, ni siquiera se había hecho un trazado en el suelo.
Aclaro que no hago imputaciones al Gobierno de la Concertación por esa causa. Fue comprensible la demora: existían problemas legales; surgieron conflictos por sucesión legal; no se habían normalizado los papeles, etcétera.
Por eso, llamo a la prudencia en la crítica, particularmente la dirigida al Ministerio de Vivienda.
La experiencia que sufrimos en Tocopilla ha demostrado con claridad que la Concertación tuvo serias dificultades también en el área de la reconstrucción, lo cual se debe a múltiples situaciones de orden técnico y legal, que hay que abordar.
Las demoras obedecieron incluso -fue lo que más llamó mi atención- a consideraciones de tipo personal o psicológico: "Es que no quiero la casa en ese barrio"; "Es que no deseo estar en tal cota, sino en otra"; "Es que no quiero mi casa con esta orientación, sino con una diferente". Todo eso atrasó cada vez más la toma de decisiones.
He traído a colación el recuerdo de la experiencia y el aprendizaje en Tocopilla, que tiene de dulce y de agraz, para que sirva de referencia a quienes critican la lentitud con que se desarrollan los actuales procesos.
De hecho, a esta altura todavía no se ha terminado de reconstruir todas las viviendas en dicho lugar. Aún queda gente en campamentos, con todas las precariedades ya descritas.
Ojalá que al momento de evaluar lo obrado por el Gobierno durante el año 2010 se tenga presente la perspectiva recién indicada, la cual me parece orientadora.
Con todo, cuando el asunto se plantea con la altura y el espíritu evidenciados en la Sala, se contribuye positivamente a generar un ambiente y una dinámica que propician el beneficio a la comunidad, pues se antepone el bien común a los intereses políticos o partidistas.
Yo valoro lo realizado por el Gobierno. Creo que estamos avanzando a paso firme. Se está poniendo énfasis en lo técnico y buscando dar respuestas sociales contundentes en los ámbitos de educación, de vivienda, etcétera.
En consecuencia, saludo y felicito a los señores Ministros y Subsecretarios por lo obrado hasta ahora.
He dicho.
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Zaldívar.


El señor ZALDÍVAR (don Andrés).- Señor Presidente, escuchadas las palabras del Senador que me antecedió y de todos los oradores anteriores, incluidas las exposiciones realizadas por los Ministros, nadie puede negar que Chile sufrió un terremoto de gran magnitud, que provocó muchos daños, los cuales difícilmente se solucionarán en el corto plazo. Seguramente se requerirá un tiempo más extenso.
Ojalá muchos de nosotros tomaran conciencia de ello.
Invito a los parlamentarios y a las personas en general a visitar las zonas afectadas por el terremoto. En la circunscripción que represento, las ciudades de Talca, Curicó, Constitución y comunas más pequeñas, como Sagrada Familia, Curepto, Vichuquén, dan la sensación de que hubiesen sido bombardeadas.
En el plano urbano de Curicó 35 hectáreas quedaron como sitios eriazos. Y similar situación ocurre en Talca y Constitución.
Por lo tanto, cuando uno hace un planteamiento, no es por criticar ni molestar a nadie. Al contrario, nuestra actitud debe ser, además de representar la crítica que nos hace llegar la gente, la de estar abiertos a ver cómo podemos levantar entre todos lo que se destruyó en el país y solucionar los problemas de las personas.
Coincido con lo dicho acá en cuanto a la reposición de infraestructura en materia de obras públicas y a lo realizado por el Ministerio de Agricultura, todo lo cual ha sido, a mi juicio, bastante eficiente y rápido. Ello seguramente se debe a que las condiciones en que se podían llevar a cabo las acciones pertinentes eran menos desfavorables o a que tales áreas no revisten la complejidad de otras.
Distinta es la situación en vivienda.
Y reitero: este no es un cargo o una crítica a la Ministra del ramo. Creo que ella hace todo el esfuerzo -igual que toda la gente de su Cartera- por sacar adelante las soluciones. Sería absurdo pensar que alguien no quiere hacer su trabajo.
Pese a ello, en la circunscripción que represento, los requerimientos habitacionales son recurrentes todos los días. Porque derivan de una emergencia y la gente necesita una solución muy rápida.
En la Región del Maule hay más de 40 mil viviendas dañadas, de las cuales se deben reconstruir sobre 25 mil y reparar el resto. Como muy bien dijo la señora Ministra, no es fácil reconstruir en sitios propios, porque implica edificar muchas viviendas por separado.
El problema es el siguiente. Insisto: no quiero molestar con lo que señalaré.
Es efectivo que los subsidios se están entregando o asignando. Se puede discutir si se entregan o se asignan. Al respecto, aprovecho de decir a modo de cargo -así se lo hice ver al Intendente- que en mi Región ha habido cuatro Directores del SERVIU en un año, por diversas razones. Esa es una realidad.
La verdad de las cosas es que en Talca y otras ciudades se encuentra muy bien organizada la demanda. Uno podría señalar: "Eso está bien: los subsidios se entregaron; la gente tiene el certificado respectivo en su mano, y con él puede comprar una vivienda nueva o usada, reconstruir o reparar".
Entonces, ¿cuál es el problema? Que no está organizada la oferta.
No se han levantado casas nuevas, o hay muy pocas. Algunas están iniciando su construcción -no se puede negar-, pero no en cantidad que permita satisfacer el total de los certificados otorgados.
Y si alguien quisiera adquirir viviendas usadas, no encontrará, porque no hay. Casi todas se cayeron. Y las pocas que quedaron en pie tienen un valor muy superior al del subsidio.
Debemos visualizar cómo solucionar tal asunto. Yo sé que en el Ministerio se ha discutido la materia, y seguramente se están buscando alternativas para responder con oferta a la demanda.
En Constitución, el Presidente de la República y la Ministra de Vivienda -yo también asistí a esa reunión-, en el "borde de la pesca", como se denomina a la ribera del río Maule, anunciaron el inicio de seis proyectos para la construcción de mil 700 viviendas. ¡Muy importante! Pero la información que me proporcionó la propia alcaldía de Constitución es que ni siquiera se han entregado los permisos de edificación. Si bien el proceso comenzó, las empresas no han mostrado avances. Ante ello, la gente se pone nerviosa, pues quiere percibir resultados.
No ocurrió lo mismo cuando fuimos a Teno y a Molina, donde efectivamente se dio inicio a las obras, y las personas ven que se está actuando.
Por lo tanto, el asunto debe preocuparnos, señor Presidente.
En Talca, el proyecto de fachada continua -otra buena idea- ya inició su marcha. La propia Ministra asistió -yo no pude acompañarla- a la entrega de tres o cuatro viviendas de este tipo construidas con subsidio, lo que constituye una experiencia piloto. Me parece bien. Ello se enmarca dentro del plan maestro que se diseñó para conservar la visión histórica de la ciudad.
Me señalan que se habrían inscrito 240 personas más en dicho programa. Son 700 y tantas las posibilidades para proyectos de fachada continua.
Pero la demora en el ámbito de la vivienda no es por causa del Ministerio, sino porque hay que hacer papeles, porque las sucesiones no están en orden,...
El señor GIRARDI (Presidente).- Concluyó su tiempo, señor Senador.
Le vamos a conceder un minuto más.
El señor ZALDÍVAR (don Andrés).- El Partido Radical Social Demócrata me había dado parte de su tiempo.
El señor NAVARRO.- ¡Se abuenaron...!
El señor PÉREZ VARELA.- ¡Así parece...!
El señor ZALDÍVAR (don Andrés).- Señor Presidente, a propósito del programa de fachada continua, se debe hacer un esfuerzo para solucionar los problemas que imposibilitan avanzar en materia de vivienda.
No me referiré de manera extensa al sector salud -aquí ya se ha abordado-, respecto del cual todavía hay atraso.
Se ofrecieron hospitales modulares para octubre del año pasado. Las propuestas no dieron resultado: hubo que pedir nuevas, distintas de las anteriores. Se dijo que el Hospital de Curicó estaría listo para ser ocupado en diciembre. Y solo se entregó la mitad. En Talca no se sabe cuándo entrarán en funcionamiento los hospitales modulares. Se señala que ello ocurriría en junio. La licitación del Hospital de Talca se halla inmersa en un problema judicial, por lo que se encuentra paralizada por la Contraloría. No sabemos si el de Curicó se construirá mediante licitación, con recursos fiscales -del Presupuesto- o vía concesión. Esas son las preguntas de la gente: ¿cuál es la situación?, ¿cómo avanzamos? A eso voy yo.
Le planteo al Gobierno con toda responsabilidad lo siguiente, y me comprometo al respecto: por qué no buscamos cuáles son las trabas para avanzar, sobre todo en materia de vivienda. ¿Qué dificultades o limitaciones legales existen para solucionar los problemas? Y luego de ello, démosle facultades extraordinarias al Ejecutivo para que los resuelva.
¿Qué pasa con las sucesiones? ¿Qué ocurre con los poseedores de hecho, a los que no se les regularizaron sus títulos? En el sector La Poza, en el Maule, hay que trasladar a más de cien familias. Muchas de ellas no tienen los títulos regularizados por parte de Bienes Nacionales, y si las expropian no les pagarán un peso, porque no aparecen como propietarias.
Veamos qué podemos hacer con el borde costero, qué se necesita para agilizar realmente las cosas.
¿Cómo logramos otorgar subsidios colectivos cuando se trata de edificios o condominios dañados?
¿Cómo avanzar en los planes reguladores? Talca lleva once años tramitando el suyo. Creí que con motivo del terremoto se aprobaría en sesenta días, pero todavía está enredado. Lo mismo pasa en Curicó y en todas las ciudades importantes de la circunscripción que represento.
Entreguémosle facultades al Ministerio para que resuelva tales materias.
¿Qué sucede con los subsidios rurales? En el campo no existen soluciones de vivienda tras el terremoto. Porque resulta muy difícil que una empresa constructora edifique una casa a cinco o diez kilómetros de distancia de la otra. ¿Por qué no buscamos un sistema para apoyar la autoconstrucción, para que el campesino reconstruya sus casas?
Busquemos fórmulas.
Pienso que el Parlamento y el Gobierno debieran abocarse a encontrar la manera de dotar de los instrumentos para que las personas realmente solucionen sus problemas y terminemos con un hecho objetivo: más de 70 por ciento de la gente consultada en mi Región no está conforme con lo que pasa, y se está organizando para reclamar.
Creo que el país merece una solución.
Y por eso le planteo al Ejecutivo: veamos qué se debe hacer, qué instrumentos se necesitan, y busquemos soluciones.
He dicho.
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor García.


El señor GARCÍA.- Señor Presidente, me parece que no podemos perder nunca de vista que el terremoto del 27 de febrero de 2010 era hasta el 11 de marzo del presente año -previo al de Japón- el quinto más dañino e intenso que registra la Humanidad. Hoy es el sexto, porque el que aconteció el viernes último en esa nación pasó a ser el quinto.
Y, obviamente, frente a un terremoto de tales dimensiones los desafíos son tremendamente grandes. Y por supuesto que la reconstrucción toma su tiempo, porque no solo es preciso reconstruir, sino que muchas cosas hay que construirlas mejor de lo que estaban. Ese es el desafío que tenemos todos por delante: Gobierno, parlamentarios, gobiernos regionales, alcaldes y concejos municipales.
A raíz de ello, quiero destacar y -lo digo con franqueza- felicitar por sus logros a los Ministros que hoy nos acompañan.
¡Cómo no va a ser importante que en materia de vivienda, al 31 de enero, de las 220 mil familias catastradas como damnificadas, 128 mil ya tengan el certificado de subsidio en sus manos, para materializarlo en la recuperación de su casa definitiva!
Cuarenta mil de estas 220 mil familias damnificadas se encontraban en calidad de allegadas o arrendatarias. Sin duda, en esos casos se requiere una solución que probablemente será un poco más demorosa, porque también hay que tomar resguardos para que nadie se pase de listo y aparente ser damnificado cuando en realidad no lo fue.
Saludo y felicito a la Ministra de Vivienda. Considero que ha llevado a cabo una gran gestión.
En materia de salud, a diciembre del año recién pasado, el cien por ciento de las camas estaban recuperadas. ¡Cómo no van a ser datos importantes, y, más que eso, soluciones importantes! Por lo tanto, también felicito al Ministro de Salud -presente en la Sala-, doctor Mañalich.
En educación, hubo dos mil 833 establecimientos municipales dañados. De ellos, mil 814 ya se encuentran reparados o en vías de estarlo. Se trata de cifras elocuentes que dan cuenta de la preocupación del Gobierno del Presidente Piñera, y en este caso concreto, de la gestión del Ministro Lavín para lograr que el sector educación se encuentre plenamente normalizado a la brevedad. También le extiendo mis felicitaciones, señor Ministro.
En obras públicas, 99,4 por ciento de la infraestructura pública dañada ya está recuperada. ¡99,4 por ciento! ¡Cómo no va a ser importante! ¡Cómo nos vamos a negar frente a esta realidad!
Por eso, los felicito. Las cifras pueden resultar frías, aunque finalmente representan soluciones. Pero qué duda cabe, estimados Ministros, Subsecretario de Desarrollo Regional, de que ustedes han puesto su alma, su corazón, todo su profesionalismo, toda su vocación de servicio público en esta tarea de reconstrucción. Y me parece justo que el Senado lo reconozca.
En tal sentido, también valoro profunda y sinceramente las palabras de los Senadores señora Rincón y señor Sabag, quienes han reconocido los avances en determinadas Carteras.
Que hay problemas, que hay dificultades, que hay familias sufriendo, ¡quién lo puede negar! ¡Si tuvimos el sexto terremoto más grande en intensidad que registra la Humanidad! Pero existe la firme voluntad del Gobierno del Presidente Piñera, de sus Ministros, de los Subsecretarios, de los Intendentes, de los Gobernadores, de los SEREMIS para reconstruir bien y con prontitud. Y de eso también creo que no cabe ninguna duda.
Dicho lo anterior, debo expresar que la Honorable señora Rincón en su intervención manifestó algo respecto de lo cual tiene razón. Y quiero señalarlo.
El Senado creó una Comisión Especial para realizar el seguimiento de la reconstrucción. Y durante muchas semanas estuvimos paralizados porque no sabíamos quién era nuestro interlocutor en el Gobierno, si el Ministro del Interior, si el Subsecretario de Desarrollo Regional, si el Ministro de Obras Públicas. No teníamos claro quién coordinaba finalmente toda la gestión de reconstrucción.
Simplemente deseo plantear que, cuando la Comisión Especial de Emergencia y Reconstrucción invita a los Ministros, es útil que estos vengan. Porque al final toda la información que nos proporcionen y el intercambio de opiniones irá en beneficio directo de las personas y de las familias damnificadas. No asistir constituye un error. Y espero que así se entienda.
Por último, respecto a la Araucanía Sur, si bien no fue de las regiones más dañadas por el terremoto, sí se halla afectada.
Así, en el Hospital Regional de Temuco perdimos todos los pabellones quirúrgicos, se cayeron. Lo mismo ocurrió con el centro de diagnóstico y tratamiento. ¿En qué estado nos encontramos? En plena reconstrucción de diez pabellones quirúrgicos. Y esperamos que para el próximo invierno ya estén funcionando con absoluta normalidad.
Creo que ha sido una respuesta rápida.
En cuanto a la reposición del Centro de Diagnóstico y Tratamiento y de 120 camas definitivas, puedo informar que en estos días se iba a abrir la propuesta.
La decisión de construir un nuevo hospital en Padre Las Casas, para descongestionar definitivamente el Hospital Regional de Temuco, y de crear un centro de mediana complejidad -tan necesario- ya se tomó. La Fuerza Aérea está traspasando los terrenos al Servicio de Salud Araucanía Sur para materializar tales obras.
En Educación existen dos asuntos pendientes y sé que el Ministro señor Lavín los va resolver muy pronto: la reposición de la Escuela Darío Salas, de Carahue, y la de la Escuela Truf Truf, de Padre Las Casas. La primera tiene un problema con el terreno, que urge resolver en armonía con la municipalidad.
En Vivienda, puedo dar fe de la gran cantidad de subsidios que se han entregado. Pero, más importante que eso...
El señor GIRARDI (Presidente).- Finalizó el tiempo de Su Señoría.
El señor KUSCHEL.- Puedo cederle el mío, señor Presidente.
El señor GIRARDI (Presidente).- Puede continuar, señor Senador.
El señor GARCÍA.- Lo más importante es que los subsidios se están concretando, convirtiéndose en viviendas reales.
¡Se han construido trescientas casas en Carahue!, una de las comunas más afectadas por el terremoto.
Además, quiero destacar que la actual Administración ha tenido que hacerse cargo de subsidios pendientes del "terremoto blanco", ocurrido en el año 2006, y de subsidios por inundación de 2008, los cuales habían sido asignados pero cuyas viviendas no se habían construido.
Señor Presidente, sé que el desafío es grande. Lo único que me cabe decir es que entre todos tenemos que sacarlo adelante.
Gracias, señores Ministros.
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Letelier.


El señor LETELIER.- Señor Presidente, evidentemente, el terremoto del 27 de febrero de 2010 fue devastador y uno de los más fuertes registrados en el planeta en la historia de la Humanidad. Ello no está en discusión.
Nosotros fuimos partidarios, desde el primer momento, de que se creara una agencia de reconstrucción nacional. A nuestro parecer era la institucionalidad necesaria para enfrentar la catástrofe. Lamentamos que esa idea no se haya acogido. Se optó por otro camino. Consideramos que ahí radica, en parte, una de las dificultades que ha habido para dialogar bien sobre la materia.
En esta ocasión no voy a hablar de la frustración que produce el que las empresas concesionarias del Ministerio de Obras Públicas todavía mantenga andenes para sostener las pasarelas peatonales en la Ruta Panamericana de nuestro país.
¡Es una vergüenza!
Tal vez se diga que la responsabilidad de ello recae en las concesionarias. Lo único que pido es que no defendamos cosas que no debemos defender.
No es justo hacer ciertas afirmaciones porque, en verdad, el problema es que no hemos logrado construir conceptos compartidos.
Señor Presidente, esta tarde no me voy a referir a algunos temas. Quiero concentrarme en el de la reconstrucción patrimonial, dado que no existe un compromiso del Gobierno para enfrentar esta tarea en forma institucional.
Al Ministro de Hacienda se le planteó el punto en esta Sala cuando vino a informar sobre el costo de la reconstrucción -entonces calculó que la destrucción alcanzaba a 30 mil millones de dólares, de los cuales cerca de 8 mil a 12 mil millones eran de responsabilidad pública-, oportunidad en la que se encontraban presentes varios de los Ministros que hoy se hallan aquí; sin embargo, no cuenta con ninguna línea de financiamiento para la reconstrucción patrimonial de manera sistémica.
Más adelante volveré sobre la materia. Primero haré dos comentarios acerca del rubro vivienda.
A mi juicio, lo que ha dificultado el debate es que no hemos concordado conceptos. Y por eso nos estamos enredando.
No es cierto, a mi juicio, que se hayan entregado 120 mil subsidios. Entiendo que se trata de un cartón con folio.
Comprendo, también, que hoy en el Ministerio de Vivienda ese concepto tenga que ver con un proceso de identificación de personas con derecho a subsidio.
Lo que pido es que tratemos de consensuar los conceptos.
No me asiste la menor duda de que esa Secretaría de Estado tiene identificados a la gran mayoría de los potenciales beneficiarios. Pero en el lenguaje al que algunos de nosotros estamos acostumbrados, el subsidio se entrega después de que se encuentra aprobado el proyecto de construcción, al igual que el permiso respectivo, por la Dirección de Obras Municipales y el SERVIU.
El Servicio de Vivienda y Urbanización y las direcciones de obras municipales no tienen aprobados 120 mil proyectos de construcción. ¡No nos engañemos!
Aclaro que lo que expreso no es una crítica. Es solo un llamado a compartir conceptos a fin de poder avanzar bien en la solución de los problemas.
En materia de vivienda, estimo que el Ministerio de Hacienda ha causado un tremendo daño porque ha recortado los recursos que se necesitan.
El Presidente de la República dijo: "Tienen derecho a subsidio tres categorías de personas: propietarios, arrendatarios, allegados". No obstante, por razones presupuestarias, se ha presionado al Ministerio de Vivienda para cortar la cola con los allegados. Y se plantea el concepto de "allegado" solo cuando hay más de 7 personas en el grupo de familia de origen. Y todos sabemos que 7 personas en una vivienda social de 50 a 60 metros cuadrados, aunque fuera un tremendo éxito, no es lo que Chile necesita; no es lo que ninguno de quienes estamos en el Hemiciclo quiere.
Insisto en que el Ministerio de Hacienda ha restringido los recursos inadecuadamente -¡inadecuadamente!-, causando un tremendo daño al de Vivienda y a las políticas públicas.
Por eso algunas publicaciones señalan que el 40 por ciento de las personas que se hallan en las aldeas no van a tener derecho a subsidio: porque son allegados en grupos familiares de menos de 7 personas.
¡El Ministerio de Vivienda necesita otorgarles subsidios! Pero el problema no radica en ese organismo -¡no nos engañemos!- sino en Hacienda, que está recortando los aportes a aquel.
Durante la discusión del proyecto de Ley de Presupuestos para 2011 manifestamos: "Se requieren fondos extraordinarios para que la Cartera de Vivienda mantenga sus programas regulares y enfrente la reconstrucción".
Explicito lo anterior porque tengo la convicción de que en ese aspecto hay una gran dificultad: la construcción en sitio residente (CSR). Se precisa flexibilizar las medidas; que en las localidades rurales dispersas no se exija la intervención de las EGIS sino que se vuelva al antiguo sistema de entrega de subsidios y que los beneficiarios busquen una empresa constructora local.
¡No se está pidiendo hacer calicatas para cada subsidio en las distintas localidades rurales del país!
Eso impide enfrentar la reconstrucción como un problema de emergencia.
Señor Presidente, no deseo extenderme en el aspecto habitacional. Tengo la convicción de que los inconvenientes no surgen por falta de esfuerzo. He observado que los funcionarios del Ministerio se han esmerado en su labor; pero debemos otorgarles mayores facultades y flexibilizar las normas sobre reconstrucción en el país.
¡No se puede seguir usando instrumentos ordinarios para resolver una situación extraordinaria!
Es menester empoderar al Ministerio del ramo con recursos y facultades para enfrentar la reconstrucción. De lo contrario, los SERVIU locales no podrán operar. Son reparticiones públicas y su personal no se va a exponer a actuar si no cuenta con respaldo legal, por parte del Congreso, para llevar a efecto tareas de excepción. Se deben establecer porcentajes de composición de los Comités; número de damnificados; cantidad de programas ordinarios, en fin.
Repito: es indispensable empoderar al Ministerio de Vivienda para posibilitar su operación.
Planteo lo anterior porque, en verdad, pienso que el mayor enemigo de la reconstrucción habitacional se llama "Ministerio de Hacienda", pues restringe los recursos e impone lógicas que dificultan el logro de dicho objetivo.
Señor Presidente, en el tiempo que me resta deseo abordar lo concerniente al balance de la reconstrucción de la vivienda rural y al patrimonio cultural inmueble.
Existen dos normativas legales que amparan el patrimonio cultural inmueble: la Ley de Monumentos Nacionales, que distingue dos categorías: monumentos históricos y zonas típicas, y la Ley General de Urbanismo y Construcciones, en la que existen otras dos categorías: inmuebles y zonas de protección histórica.
La mayoría de las construcciones patrimoniales destruidas por el terremoto del 27 de febrero de 2010 carece de cobertura o de categoría legal.
Ese terremoto fue el sexto más violento registrado en la historia de la Humanidad. Gran parte de las iglesias, templos, monumentos, museos, estaciones de ferrocarril, teatros, fuertes, santuarios, resultaron destruidos en el Chile central.
Todavía no se ha logrado incorporar como concepto que el patrimonio histórico es un bien común. Tiene que ver con nuestra identidad, con nuestra historia.
Los países que no defienden su patrimonio histórico no tienen identidad ni memoria. Y esto, que se halla muy vinculado con la forma de ser, constituye un gran debe.
El patrimonio histórico, señor Presidente, es el testigo material de nuestra existencia.
Inspirados en esas convicciones, en julio de 2010 llevamos a cabo un seminario aquí, en el Senado. Planteamos la necesidad de un catastro único nacional sobre el patrimonio. Propusimos una institucionalidad especial para la reconstrucción patrimonial; un nuevo orden normativo, y, por cierto, el financiamiento de un Fondo para la Reconstrucción del Patrimonio de Valor Histórico y la Vivienda Rural.
Al día de hoy, quiero hacer el balance.
El catastro único -digamos las cosas como son- no existe. Hay esfuerzos aislados en un sector del Ministerio de Educación; algunos apuntan al patrimonio de los monumentos históricos y zonas típicas, en fin.
Más de 450 monumentos históricos se ubican en las cuatro Regiones de interés, pero solo se catastraron 242. El dato que manejamos es que aproximadamente 80 por ciento tiene daños. Y para su reparación se necesitan fondos concretos.
El Ministerio de Vivienda y Urbanismo inventó -saludamos su esfuerzo, que se originó en una de las peticiones que formulamos- la definición de un nuevo concepto: el de zonas patrimoniales o polígonos. Se han identificado 178 zonas patrimoniales: 55 se ubican en la Región de O´Higgins, 62 en la del Maule y 61 en la del Biobío.
Sin embargo, lo cierto es que, después de un año del terremoto, aún no existe un catastro del patrimonio dañado.
En cuanto al cuadro normativo, solo a modo de ejemplo, cabe puntualizar lo siguiente:
-No se ha hecho una revisión de la Ley de Monumentos Nacionales (todos sabemos de la exigencia existente al respecto).
-No hay promoción de normas especiales para construcción en barro (pendiente).
-No existen normas especiales que simplifiquen la aprobación de los permisos de construcción como se requiere ante una emergencia.
-No se ha planteado una legislación para la reconstrucción patrimonial que viabilice dos cosas: las donaciones privadas a los proyectos declarados de interés público (la Ley de Donaciones no permite invertir en patrimonios de interés público pertenecientes a particulares) y la flexibilización de los requisitos para la entrega de subsidios públicos a receptores privados.
En concreto, el Congreso Nacional quiere dotar al Ejecutivo del marco normativo necesario para impulsar la reconstrucción patrimonial. Pero, no existiendo una autoridad en ese ámbito, nadie lo pide. Y, como nadie lo solicita, estamos retrasando la reconstrucción patrimonial.
En lo que respecta a la institucionalidad, con todo respeto al señor Ministro de Obras Públicas, quien asumió el rol de coordinación en los temas de la reconstrucción -según nos informamos por la prensa-, debo señalar que, a mi entender, no es esa Cartera la que tiene que asumir tal papel.
Necesitamos una institucionalidad para enfrentar este problema y procurar que haya un catastro -hoy no existe- que permita dimensionar los costos de la reconstrucción patrimonial.
No existe un cálculo fidedigno de esos costos. Según la Iglesia Católica, los suyos ascienden a 200 millones de dólares, por lo bajo (la cifra es más cercana a los 300 millones).
De acuerdo a los cálculos de los expertos, estamos hablando de casi mil millones de dólares.
Se han hecho algunos esfuerzos, señor Presidente. Hay estimaciones.
En un informe que elaboré -lo entregaré a todos- existen cálculos de ciertos costos.
Reconocemos los esfuerzos hechos. El Ministerio de Vivienda puso 200 unidades de fomento más para la reconstrucción de inmuebles de valor patrimonial.
El Intendente de mi Región, don Rodrigo Pérez Mackenna, fue el primero en poner recursos regionales para hacer los estudios tendientes a levantar la identificación de lo que debe reconstruirse en los 178 territorios patrimoniales. Fue una propuesta del Senador que habla. Agradezco que la haya recogido y que la estén copiando en la Séptima Región.
Valoro el esfuerzo que se está realizando en Obras Públicas para subsidiar la reconstrucción. Pero el Ministerio del ramo y el Consejo de Monumentos Nacionales no dan cuenta del problema.
Yo saludo que la Ministra de Vivienda -no quiero que me entienda mal- vaya a inaugurar tres casas patrimoniales reconstruidas. Pero siento un dolor en el alma, porque todavía no existe una política de reconstrucción patrimonial.
¿Qué deseo plantear, señor Presidente? Lo expusimos hace un año: crear el Fondo para la Reconstrucción del Patrimonio de Valor Histórico y la Vivienda Rural.
En el Año del Bicentenario dijimos cómo hacerlo mediante el proyecto de ley sobre repatriación de capitales desde el exterior. Propusimos un camino concreto que permitía recaudar más de 2 mil 500 millones de dólares para la reconstrucción patrimonial. Planteamos la necesidad de una ley de normalización tributaria. Era una situación de triunfo para el país.
Sin embargo, el Ministro de Hacienda lo sigue postergando.
¡No entiendo cómo vamos a reconstruir sin el compromiso de todos, señor Presidente!
En nombre del Comité Partido Socialista, planteo nuestro deseo de cooperar en la reconstrucción. Pero discúlpennos: si no existe voluntad de rescatar la memoria y la historia; si en esta materia no escuchamos ninguna opinión del Ejecutivo en serio y no con planteamientos parciales -y pienso que no se trata de un problema de un Ministerio versus otro; de la Dirección de Arquitectura, de la DIBAM o del Ministerio de Vivienda, sino de una política nacional-, la reconstrucción en la Sexta Región -la represento en esta Alta Cámara-, en la Séptima Región, en el Chile profundo, seguirá en situación de pesar y frustración.
No es posible la reconstrucción sin considerar la identidad de los cascos históricos profundos de nuestro país.
Por su intermedio, señor Presidente, le hago un llamado al Ejecutivo para que comprenda que aquí no hay una cuestión ideológica, sino un problema nacional.
He dicho.

El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Hernán Larraín.
El señor LARRAÍN.- Señor Presidente, en consideración a la hora, trataré de ser muy breve.
La exposición que nos hicieron en esta oportunidad los Ministros ha sido muy completa. Por ello, creo que, en justicia, merece ser reconocida y agradecida.
Esta mañana contamos con la presencia de seis Secretarios de Estado y un Subsecretario, quienes nos han informado de manera muy completa acerca del avance en la reconstrucción.
¡A ratos parece que en la Sala hay más Ministros de Estado que colegas de aquellos que pidieron esta sesión especial...!
Pero, en fin: "es parte del deporte".
Y, a propósito de deporte, quiero referirme a algunos conceptos vertidos aquí, pues me preocupan y son mi motivación para intervenir.
Escuchamos en esta Sala muchas críticas, algunas de ellas muy sólidas, muy serias y muy responsables.
La crítica no solo forma parte del derecho de expresión que le asiste a toda persona respecto de cualquier materia, sino que también constituye un ejercicio necesario, pues es el camino para la rectificación.
Yo practico la crítica. Lo hice ayer con los Gobiernos de la Concertación y lo hago hoy, cuando lo estimo necesario, con mi Gobierno -a ratos con mucho dolor-, con mis Ministros, con mis autoridades, pero siempre en el afán de buscar cómo mejorar el cometido, de qué modo corregir lo que no está funcionando bien.
A ratos oigo, sin embargo, críticas de algunos parlamentarios de la Oposición que me parecen simplemente arbitrarias, injustas y carentes de todo fundamento.
Considero importante hacer las cosas bien. Escuché recién al Senador que me antecedió en el uso de la palabra, quien no solo formuló un planteamiento acerca de la reconstrucción patrimonial, sino que también entregó un documento completo sobre la materia.
Parece que ese es un buen camino. Porque, en efecto, si ha existido alguna debilidad en la reconstrucción, es precisamente en ese ámbito.
Yo lo siento, señor Presidente.
El Senador Letelier se refería a los monumentos nacionales. Pero hay otros bienes que no son monumentos nacionales y que tienen un valor patrimonial muy relevante.
En el Maule Sur, la comuna de Yerbas Buenas, por ejemplo, tiene valor patrimonial como pueblo. Probablemente no es monumento nacional, pero sí presenta ciertas características que justifican ahí un esfuerzo de reconstrucción especial, el que no se ha desplegado -creo yo- con la fuerza necesaria.
Por eso mismo, quiero pedir seriedad en el esfuerzo crítico.
Escuché -así lo entendí- que la Oposición, la Concertación, iba a entregar un informe completo sobre lo que a su juicio eran los problemas, la lentitud, en fin, de la reconstrucción.
Todavía no lo conozco.
Estimo que, más que formular críticas acerca de casos aislados ("Yo estuve en el comité", "Supe no sé de quién"), es preciso realizar estudios, como el que hizo el colega Letelier a propósito de la reconstrucción, donde haya una suerte de mirada global y de conjunto que sirva de base para un aporte real y, por lo tanto, para realizar una corrección efectiva en el ámbito de la reconstrucción del patrimonio, el cual dice relación con la memoria del país, la que no se puede perder.
En materia de encuestas, si uno las analiza verá que algunas revelan datos bastante sorprendentes. Una publicada por El Mercurio on line no hace mucho, a un año de la reconstrucción, efectuaba un contraste: la evaluación que en materia de reconstrucción se realiza en las Regiones afectadas por el terremoto es mejor que la llevada a cabo en las Regiones no terremoteadas, no damnificadas.
Curioso, ¿no? ¡Quienes sufrieron esa catástrofe califican la reconstrucción de mejor forma!
Por ejemplo, 48 por ciento de las personas que viven en las zonas menos afectadas evalúan la reconstrucción en materia de vivienda con nota sobre 5, calificación que pone 57 por ciento de los habitantes del Maule.
En un párrafo se dice: "...mientras en promedio el 63% de los encuestados de las regiones de El Maule, O'Higgins y Bío Bío cree que el Gobierno ha tenido un desempeño más eficiente -o al menos igual de eficiente- que otros Gobiernos, respecto de catástrofes naturales, en la Región Metropolitana esa percepción alcanza solo el 54,6%.".
Es decir, las críticas han logrado calar en los lugares que no tienen reconstrucción. Y se llega a la conclusión de que esta se encuentra muy mal. Pero en las zonas donde aquella se está registrando la evaluación es más positiva.
Bueno: ese es el efecto de críticas infundadas, que a mi entender no son responsables.
Y por eso pido seriedad, señor Presidente.
Hemos oído aquí muchas críticas serias que a mi juicio aportan. Y di un ejemplo concreto.
Ojalá que exista un informe más completo, con datos globales, y no casuístico, porque casos aislados vamos a encontrar siempre, en cualquier ámbito.
Ahora bien, quiero detenerme en tres afirmaciones que se han hecho en esta Sala.
Primero, de paso, sin decir "agua va", aquí se sostiene: en agricultura, los 25 compromisos están incumplidos.
¡Por favor!
Yo pido, señor Presidente, que se fundamenten las aseveraciones. No basta con señalar al pasar que esos 25 compromisos no se han cumplido.
¡Esa afirmación es completamente gratuita!
Segundo, se expresa que ahora los subsidios son de papel.
¿Cómo es eso?
Actualmente, los subsidios se otorgan conforme a la normativa pertinente, con respaldo en la Ley de Presupuestos, igual como en décadas anteriores.
A mí me gustaría saber qué cambió, porque antes los subsidios eran reales y ahora son de papel. ¡Espero que no sea porque se materializan a través de un documento contenido en un papel...!
Afirmar eso me parece un acto irresponsable.
Aquí se aseveró también que, cuando éramos Oposición, criticamos la política habitacional del Gobierno pasado.
Me gustaría que se dijera cuándo, cómo y quién. Porque el recuerdo que tengo es de haber trabajado estrechamente con las autoridades del Ministerio de Vivienda. Y no solo yo. Muchos parlamentarios de la Oposición colaboramos con ellas.
Recuerdo, por ejemplo, que las felicitamos cuando se aprobó la política del Fondo Social de Vivienda, que implicaba que bastaban 10 UF para que no hubiera deuda alguna hacia el futuro.
Contribuimos también planteando problemas para los cuales se encontraron soluciones. Aportamos enormemente en la política habitacional.
Creemos que esa es la manera de enfrentar las cosas, y no haciendo aquí panegíricos falsos. Porque eso es lo que confunde a la opinión pública.
Por ello, pido seriedad.
Hemos escuchado hoy día críticas muy serias y bastante necesarias.
Insisto en la reconstrucción patrimonial porque la considero indispensable. Pero hay otros aspectos que me parecen dignos de mejor causa.
No convirtamos la crítica en un deporte. Algunos parlamentarios parecieran ser seleccionados nacionales en el deporte de la crítica.
Pienso, señor Presidente, que frente a los problemas existen siempre dos actitudes: una, la del espectador que se echa hacia atrás, critica y dispara; y otra, la del que no solo critica sino que además aporta soluciones y busca trabajar con quienes corresponde para resolver los problemas que se advierten.
Yo prefiero a los servidores públicos en esta última categoría y no en la de los deportistas de la crítica infundada.
He dicho.
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Navarro.


El señor NAVARRO.- Señor Presidente, como Senador por la Circunscripción Costa N° 12, y también como Presidente del MAS -Movimiento Amplio Social-, creo que una evaluación respecto a la reconstrucción era necesaria.
Pedimos esta sesión el 21 de diciembre del 2010 porque creíamos que había que tener un espacio para discutir y evaluar política, social y económicamente la reconstrucción.
Porque espacios como este no existen hoy día en el ámbito de la reconstrucción, ni a nivel regional ni a nivel nacional.
¿Dónde se encuentra la Oposición con el Gobierno para discutir cómo lo hace este? Solo en la crítica. Y cuando hay crítica existe respuesta. Por lo tanto, tesis, antítesis, síntesis, y se produce el diálogo.
Se trata de una dinámica que no hemos logrado romper durante 20 años. Los que hoy día son Gobierno fueron Oposición, y saben perfectamente que la única manera de tener diálogo es formulando crítica. Y cuando esta duele hay respuesta. Es un mecanismo un tanto perverso, pero, sin duda, eficaz.
Quisiera puntualizar que los Ministros que nos acompañan -cinco o seis- dan cuenta de una preocupación real del Gobierno. ¡Vinieron! ¡Eso es importante!
Deseo pedirles que, cuando se les requiera en las Regiones, vayan y también nos inviten.
Le expreso mi agradecimiento al Ministro Lavín, quien, cada vez que acude a una Región, se preocupa de que los parlamentarios de Gobierno y de Oposición estén con él y lo acompañen. Y también a la Ministra Matte, con la que estoy en contacto permanente. Pero no sucede así con los otros Secretarios de Estado. El titular de Salud también nos ha invitado. Sin embargo, algo extraño pasa en mi Región. Tenemos ahí una situación muy concreta.
La verdad es que no quiero ser regalón de este Gobierno (tampoco lo fui de los anteriores), sino un elemento que contribuya a resolver los problemas.
Me gustaría tener la oportunidad de debatir estos temas con el Presidente de la República.
Quienes hemos estado alguna vez en Inglaterra y hemos sabido de las interpelaciones podemos decir que el Primer Ministro -lo observé en el caso de Tony Blair- va al Parlamento, debate y recibe preguntas de los parlamentarios, quienes están con el "tomador de decisiones", con quien resuelve.
En un gobierno presidencialista, en una monarquía presidencial, ningún ministro decide. Menos con el actual Presidente: quien decide es él.
Por tanto, claramente, el sistema que hoy día tenemos lleva a que escaseen los espacios como este, que nos son necesarios.
Esta no es una interpelación, sino una sesión donde espero que las preguntas y las inquietudes tengan algún tipo de acogida.
¿Cuál es la señal? Que lo que hemos dicho aquí -lo planteado por el Senador Letelier respecto al tema patrimonial, las críticas de la Senadora Rincón- tenga respuesta en lo sucesivo.
El señor QUINTANA.- ¡Está la UDI! ¡Y la UDI manda...!
El señor NAVARRO.- ¿Dónde se hallan los intendentes?
En la solicitud que derivó en esta sesión -y tengo aquí la carta entregada al Presidente Pizarro- se plantea la presencia de los intendentes. ¿Saben por qué? Porque, cuando la reconstrucción se hace carne y es concreta, yo no hablo con el Ministro Hinzpeter, sino con la Intendenta.
En materia habitacional, yo no converso con la Ministra Matte, sino con el Seremi de Vivienda. Pero este hace lo que quiere. Y le vendó los ojos a esa Secretaria de Estado. Se lo he dicho, y se lo repito.
¿Quién manda en la Región del Biobío? No los ministros, no el Presidente, no la UDI, no Renovación Nacional: ¡manda la Intendenta!
Entonces, la ausencia de los intendentes nos pone en una situación muy compleja. Porque una cosa es lo que nos dice aquí el Ministro de Salud, por ejemplo, y otra lo que hace su Seremi en la Región.
La evaluación es necesaria.
Pienso, después de escuchar al Senador señor Sabag, que representamos a circunscripciones diferentes. Sería bueno que nuestras intervenciones pudieran ser ponderadas por la ciudadanía.
Aquí estamos para apoyar, en lo cual coincido. Y la Ministra señora Matte cuenta con mi apoyo. Se lo reafirmo.
El Ministro señor Lavín tiene que saber que los estudiantes, los alcaldes y una parte considerable de la ciudadanía se hallan tremendamente agradecidos. ¡Reconstruimos los colegios! Y ello se hizo en el tiempo necesario y la gente quedó contenta.
Entonces, ¿cuál es el problema que enfrentamos? Lo ha dicho el Senador señor Hernán Larraín, quien expresó que las críticas pueden ser excesivas o que algunas encuestas indican una u otra cosa. En realidad, tenemos un lío igual al de la temperatura: se registran la real y la sensación térmica. Porque esta última, en la Región, es que la reconstrucción resulta lenta. Eso es lo que nos plantean en los campamentos y adonde vayamos. ¡Es excluyente y lenta!
En consecuencia, ¿cuál es el diagnóstico verdadero?
Estimo que, en la Octava Región, las decisiones tomadas por la señora Ministra de Vivienda apuntan, positivamente, a superar dificultades existentes, pero en proceso de resolución.
Diecisiete operadores se fueron al SERVIU. Eran los encargados territoriales y lo único que hicieron fue complicar todo el proceso.
Ojalá que esto resulte, pero me parece que las cuestiones de fondo aún permanecen.
El señor GIRARDI (Presidente).-Pido el asentimiento de la Sala para prorrogar la sesión hasta las 14:30 y, además, para abrir la votación de un proyecto de acuerdo propuesto por la Comisión Especial de Emergencia y Reconstrucción.
--Así se acuerda.
El señor GIRARDI (Presidente).- Como todavía quedan seis inscritos, solicito al Senador señor Navarro concluir su intervención, a fin de poder avanzar en el debate.
El señor NAVARRO.- Señor Presidente, hay un asunto de gestión.
Los campamentos carecen de agua potable. ESSBIO elaboró el proyecto respectivo. Son mil 200 millones de pesos. ¡No se quiere entregar el servicio! Se afirma que la gente aspira a quedarse. ¡Mentira! Lo único que desea es irse. Es preciso darles mayor dignidad a los campamentos.
No se otorgaron subsidios de arriendo. ¡Por favor! ¡Los que se fueron lo están pasando pésimo! Es lo que les sucede a los de Centinela II, a quienes obligaron a irse. Y a los de Villa Futuro queremos sacarlos, pero no tenemos hoy adónde llevarlos.
Se realiza una huelga de hambre desde hace 15 días. Lo sabe la señora Ministra. Lo hemos conversado con su Jefa de Gabinete. Eso puede terminar muy mal.
Considero que los problemas se tienen que prever, y, por tanto, es preciso buscar soluciones.
Se debe resolver qué pasará con el 40 por ciento de la gente que no va a acceder a subsidio. Lo ha expuesto la Ministra señora Matte.
¿Cuánto se ha reconstruido? El Gobernador de la provincia de Concepción hace referencia a 60 por ciento de avance, mientras que el Presidente, en España, informaba de 50 por ciento.
En Talcahuano, donde 6 mil casas resultaron destruidas, se han construido solo siete. Y la pregunta es: ¿dónde se halla ese 60 por ciento de avance en la Región? ¿En qué lugar? ¿En qué caleta? ¿En Coliumo? ¿En Tomé? ¿En Dichato? ¿En Talcahuano? ¿Dónde? ¡No está! Por tanto, tenemos un problema real.
Ojalá que el señor Subsecretario pueda recoger lo del endeudamiento de los municipios. Lo que nos exponen los alcaldes es que todavía les deben plata.
Cuando el General señor Ramírez estuvo a cargo de la zona, planteó: "¡Gasten! ¡Gasten!". Y, a mi juicio, lo hizo bien. Fue un buen mando. Pero gastaron y no les han devuelto la plata. Aquí están las cifras. Los municipios alegan que se les debe mucho más de lo que el Gobierno les ha devuelto, y eso los tiene empantanados.
En cuanto al empleo, creo que el Gobierno debe mantenerlo. No puede abandonarnos y someternos a un terremoto laboral y social.
Y se requiere una Corporación de Reconstrucción del Biobío. ¡Le quedó grande el poncho a la institucionalidad del Estado! Es necesaria una institucionalidad permanente, que vaya más allá de los tres años que le quedan al Gobierno. Es la única manera de evitarnos líos el próximo año, cuando tienen lugar las elecciones municipales, y después con las parlamentarias. Por tanto, insisto en la conveniencia de una mayor institucionalidad, al modo de lo que fue la CORFO o el Ministerio de Economía, Fomento y Reconstrucción.
Esas son las propuestas de fondo. En caso contrario, esto no...
El señor ZALDÍVAR (don Andrés).- ¿Por qué no abre la votación, señor Presidente?
El señor GIRARDI (Presidente).- Puede terminar el Senador señor Navarro.
El señor NAVARRO.- Decía, señor Presidente, que se requiere una mayor institucionalidad y espacios para integrarse.
Pregunto al Gobierno: ¿los Senadores y los parlamentarios de Oposición vamos a ser parte del proceso de reconstrucción en las Regiones o solo nos pedirán que apoyemos el Presupuesto cuando se discuta en el Congreso? ¿O acaso no tenemos representatividad?
El que habla obtuvo el 42 por ciento de la votación y fue la segunda mayoría nacional, después de la Senadora señora Alvear. ¡Representamos algo! En las comunas tenemos más del 65 por ciento de apoyo.
Y se bypassean a los alcaldes y los parlamentarios. Por lo tanto, no sé si creerles a los Ministros que nos hablan de manera cercana y cariñosa o a las autoridades regionales, que lo único que hacen es excluir y perseguir.
Por mi parte, no voy a aceptar persecución política -se lo he dicho a la Ministra señora Matte- en contra de funcionarios que, después de mucho tiempo, se han ganado un puesto en el Ministerio de Vivienda y Urbanismo y a los que hoy día quieren echar "por ser amigos de Navarro". ¡No voy a aceptarlo!
Por lo tanto, de duro a duro y medio, como se lo he señalado a la Intendenta. Porque, en verdad, si ella no cambia, no tendremos cómo avanzar de manera conjunta.
¡Patagonia sin represas, señor Presidente!
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Carlos Larraín.


El señor LARRAÍN (don Carlos).- Señor Presidente, deseo intervenir para dejar constancia de que me parece importante destacar que el informe de la Comisión encargada del seguimiento de la reconstrucción es equilibrado, ecuánime. Juzgo que las proposiciones que contiene son útiles, convenientes. Tan así es que acabo de suscribirlo.
Ahora, también vale la pena consignar que los discursos anteriores, incluidos los de Senadores de Oposición, han sido generosos y reconocido el trabajo realizado por el Gobierno del Presidente Piñera.
Surgen algunos reparos en cuanto a ciertos focos específicos. Y estoy seguro de que los señores Ministros, quienes han concurrido en buen número -se encuentran presentes seis de ellos, a ratos casi más que los Senadores-, han tomado nota de esas críticas, porque son útiles y creo que se han formulado con un espíritu constructivo.
Pienso que decir esto tiene la utilidad de destacar que el proceso de reconstrucción es un asunto nacional, que nos interesa a todos y necesita de todo el mundo.
También estimo positivo que los Ministros -con seguridad, muchos de ellos se encuentran verdaderamente agotados por el esfuerzo hecho, por la intensidad que han desplegado- puedan volver a sus oficios con satisfacción por la consideración recibida. Es bueno el reconocimiento social y político, de pronto. No todo ha de ser vinagre. Una gota de miel consigue mucho más. Y seguirán trabajando con el mismo empeño, pero ahora con la sensación de que se coincide en forma casi unánime acerca de la labor realizada.
No voy a repetir las cifras, porque estas entran por una oreja y salen por la otra, pero son tan elocuentes, tan potentes, tan abarcadoras, que demuestran que el esfuerzo de reconstrucción ha sido eficiente, rápido, intenso, desplegado contra el tiempo por la llegada del invierno.
Además, ha mediado escasez de recursos, porque resulta que en enero y febrero del año 2010 el Gobierno saliente ya había incurrido en un déficit del 2,2 por ciento del producto interno bruto. Es decir, había poca plata disponible, si se quiere atender al problema que genera siempre la inflación. Hubo un rechazo inicial, al menos, a la aplicación de nuevos impuestos para financiar la reconstrucción. O sea, se han registrado muchas dificultades objetivas.
Pero quisiera detenerme en un punto, no ya el de las cifras. Todo el trabajo realizado por el Gobierno y sus Ministros se centra en la persona humana, en su dignidad, en la necesidad de atenuar el sufrimiento. O sea, se ha actuado con mucha consideración de la sensibilidad humana y social. Pienso que ese es el test final para conocer la eficacia de una Administración.
Tomo, por ejemplo, el trabajo realizado en viviendas. Así, al pasar, mencionaré dos o tres casos. Uno de ellos es el empeño por reutilizar los terrenos a elección de sus dueños que quieran seguir viviendo en el sitio propio. Por supuesto, se crea un enredo administrativo, una dificultad práctica grande, no solo porque están diseminados, sino también por el proceso de construcción, que será evidentemente más difícil. Pero ¿por qué se procede en esa forma? Por consideración a los habitantes de esos lugares, para que no se sientan tan sacados de su medio natural, tan desplazados, tan desubicados.
Se suele decir que ha habido poca participación. Lo he escuchado por aquí y por allá. Pues bien, estuve presente en una ceremonia en la que a las personas se les daba a elegir entre siete u ocho tipos de casas distintas, algo nunca visto en la labor del Ministerio de Vivienda y Urbanismo. ¿Y para qué? Para la adaptación a las necesidades de los futuros ocupantes. Y ellos escogían, en un acto sin fanfarria alguna.
También dentro de la esfera de la vivienda, cabe consignar el cuidado por los planes reguladores, instrumentos elementales para mejorar el entorno físico en que vivimos los chilenos, el cual -digámoslo con pena- se devalúa todos los días y recibió un golpe verdaderamente mortal ese 27 de febrero.
Por lo tanto, aplaudo la labor del Ministerio de Vivienda, por estos y otros factores.
Ahora, quisiera detenerme un segundo más en el comentario del Senador señor Letelier sobre el patrimonio arquitectónico. Creo que su preocupación es sumamente justificada, porque, como ya decíamos, hoy por hoy se habla mucho de la identidad: de dónde venimos, adónde vamos.
Es cierto que en Chile no tenemos ni románico, ni pregótico, ni gótico en pleno, ni gótico flamígero, pero sí la casa de adobe, sus tejas, su fachada continua, en fin, lo que nos caracteriza. Ello no fue hecho por artistas medievales, pero es de las cosas que valen la pena. Pienso que, por la escasez de recursos, por parecer algo menos urgente, se ha planteado forzosamente una postergación en este ámbito.
Y si entiendo bien lo propuesto por Su Señoría, la idea es dictar casi una ley de facultades extraordinarias que simplificaran la labor de reconstrucción, que apalancaran aún más las donaciones. Aunque el sector privado ha efectuado una contribución importante, quizás podría canalizarse todavía más ese tipo de ayuda.
Me parece que allí hay paño que cortar. Conversé un minutito con la señora Ministra, quien me explicó que efectivamente se ha hecho un esfuerzo inicial en áreas donde las fachadas continuas son muy determinantes para la configuración de ciudades y pueblos, pero que no se ha contado con dinero para algunos edificios individuales: estaciones de ferrocarril, iglesias, mercados. Se va a destinar al menos una parte de la ayuda externa a esa finalidad.
En suma, solo quiero declarar que me parece una gran seña de madurez y cordura cívica lo que hoy he podido presenciar.
Considero que también ha quedado claro que el Gobierno está actuando como un Gobierno responsable, serio; que equilibra el presente con el futuro, la urgencia con las necesidades permanentes, y que eso nos va a permitir un esfuerzo de reconstrucción bien hecho.
He dicho.
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Quintana.


El señor QUINTANA.- Señor Presidente, pienso que el debate que mantenemos se parecerá bastante al que llevaremos a cabo esta tarde sobre el precio de los combustibles, porque gran parte de lo que aquí se ha dicho se lo advertimos al Gobierno en sesiones especiales de comienzos de año y, en particular, durante la discusión presupuestaria, donde -seamos claros- la Concertación entregó todos los recursos requeridos por el proceso de reconstrucción. Ahí tuvo lugar una discusión incluso respecto de los aspectos del patrimonio histórico que están surgiendo en este instante.
Quisiera centrarme en estos minutos en temas más bien políticos, porque aquí se han expuesto consideraciones técnicas.
No es cierto que la Concertación no entregue datos, que sea liviana. En la medida de las posibilidades que a la Oposición se le han dado, han mediado propuestas en terreno, en documentos como el entregado por el Honorable señor Letelier, en fin.
Deseo referirme a algunas cuestiones -insisto- de orden político, porque creo que en gran medida ahí radica la dificultad.
Una ciudadanía afectada directamente por la catástrofe no está constatando la llegada de las soluciones. Y esta no es una opinión antojadiza mía: lo dicen las encuestas.
Un arquitecto destacado en materia de reconstrucción, Iván Poduje, quien no es precisamente de la Concertación, señala que si la foto es mala, la tendencia es más complicada aún.
En los últimos doce meses la caída ha sido sostenida. No me estoy refiriendo solo a la baja de 23 puntos en la aprobación del Gobierno, con relación a junio de 2010, precisamente cuando dio por superada la etapa de emergencia, sino también a otros datos de la encuesta Adimark, que tampoco es precisamente de la Concertación. El sondeo de febrero trae una lluvia de malas noticias en cuanto a la reconstrucción. En relación con enero, la aprobación cayó 6 puntos en el ítem "ayuda a las personas afectadas" y 4 puntos en las tareas propias de la reconstrucción.
Entonces, me parece que existen datos objetivos de los cuales tenemos que hacernos cargo. No los está generando la Oposición. Y eso da cuenta de una insatisfacción producto de un sinnúmero de factores.
Diría que una de las primeras cosas que se advirtieron en marzo del año recién pasado, cuando asumió la actual Administración, fue un intento sostenido -y, a veces, majadero- por diferenciarse de la anterior en todos los programas. Considero que eso fue claramente un error. Y se inventó una serie de otros programas, se asignaron nombres muy atractivos, pero, al final, no se obtienen resultados.
Con relación a aquel denominado "Manos a la Obra", en virtud del cual solo se podía comprar en tres grandes cadenas comerciales de productos de ferretería, cabe consignar que en Angol, una de las ciudades más afectadas en la Región de La Araucanía, solo había disponibilidad de clavos, en el Homecenter, para las mediaguas, para reparar viviendas. No existía otro stock.
En consecuencia, el esfuerzo del Gobierno por diferenciarse, por distorsionar incluso la realidad, a ratos, para generar con ello expectativas, constituye un problema, y es bueno que lo vaya asumiendo.
Lo de llamar "aldeas" a los campamentos, "cabañas" a las mediaguas, "malls" a los contenedores con carpa, "coliseos" a las canchas de tierra, no es un invento nuestro, sino algo que estamos recogiendo de la actual Administración, que nos señalan también los pobladores. Queremos ser parte, por lo menos, de esa nomenclatura, para utilizar el mismo código y lenguaje.
Y no solo lo anterior. A mi juicio, el motivo central de por qué el debate de pronto se politiza radica en que el Presidente señaló un 50 por ciento de avance en la reconstrucción; el Gobierno central, en general -el Ministro del Interior-, un 60 por ciento; y el Intendente de la Región que represento, un 70 por ciento.
Deseo destacar, sobre todo, el esfuerzo realizado el segundo semestre en La Araucanía por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, con dinamismo, con un equipo nuevo del SERVIU. Ello, ya superándose el empeño en diferenciarse de la Administración anterior. ¡Si, al final, estamos ocupando los mismos instrumentos! ¡Se estaba haciendo referencia al Programa de Protección del Patrimonio Familiar, que permite mejorar viviendas, en fin!
En la Región que represento, entonces, se alude a un 70 por ciento de avance en la reconstrucción. ¡Por favor! La Oposición ni siquiera se ha hecho cargo de los cuestionamientos de la Contraloría respecto de la observación de 8 mil millones de pesos en la primera etapa de compra por el Gobierno, ya que entendemos que se debía actuar rápido. Se trata de un proceso en régimen. Y no veo dicho porcentaje por ningún lado, ni siquiera utilizando las cifras más auspiciosas y favorables -y que son objetivas- que muestra el Ministro de Obras Públicas, de 99 por ciento en infraestructura vial.
No tengo ningún problema en reconocer los aspectos positivos, porque los ha habido. Al Ministro señor Lavín le correspondió la dura tarea de normalizar el funcionamiento escolar. Por mi parte, mantenía hartas aprensiones -pensé que sería solo un toque de campana-, pero ello se encuentra en marcha y ahora se está pasando a un proceso de reposición definitiva de escuelas.
Me alegra escuchar el planteamiento del Subsecretario de Desarrollo Regional y Administrativo, señor Miguel Flores, en orden a que sí se va a abordar la reconstrucción patrimonial.
Porque mi Honorable colega Tuma, representante de Temuco, me informa que al edificio de la Intendencia, en la calle Bulnes, no se le ha puesto ni siquiera un vidrio. Se expresó hace varios meses que no sufría un daño estructural y que, por lo tanto, era preciso repararlo. Entonces, ¿qué queda para los cuerpos de bomberos de Angol? ¿Qué queda para la infraestructura privada de uso público, tan necesaria para el proceso?
Si se pudiera apreciar en la Región que represento dónde está el problema, la cuestión parte porque el Gobierno no lo ha visto.
Los señores Ministros se han referido aquí a la Región del Biobío, la cual, por supuesto, sufrió un grave daño.
Estuve constatando lo que pasaba en la población Aurora de Chile. Me parece que eso daría para una conversación más larga, porque la propia Intendenta, en su oportunidad, dijo: "Son muchas las excepciones que se han hecho en el caso de la Región del Biobío, en muchos programas, en muchas formas de enfrentar el terremoto". Por lo tanto, a confesión de partes, relevo de prueba.
No quisiera ahondar en ese asunto. Creo que el Gobierno ya lo zanjó y es algo que respetamos.
En materia de Obras Públicas, eso sí, nos llama la atención un documento que llegó a la Comisión Especial de Emergencia y Reconstrucción, presidida por mi Honorable colega Ruiz-Esquide. De un total de 209 puentes registrados con daños en el informe, con un estado actual que se califica de tránsito normal, tránsito restringido o tránsito suspendido, solo tres se hallan en esta última clasificación. Pues bien, estos últimos corresponden a la zona que representamos con el Senador señor Espina: Puente Canelo, Lumaco; Puente Butaco, Angol, y Puente Tijeral-Tolpán Los Almendros, Renaico. Son los únicos que, al parecer, se le olvidó al Gobierno reparar.
En Salud, la situación es compleja. Da para otra conversación.
No sé si el señor Ministro se halla en antecedentes, pero se ha improvisado bastante. No lo digo por su persona, sino por los servicios en La Araucanía, especialmente en la Norte.
Valoro el llamado a concurso para los cargos de jefe de servicio a fin de cambiar a estas autoridades, porque han sido negligentes. Y no lo afirma el Senador que habla, sino la Contraloría.
Primero se manifestó que tendríamos un hospital por la vía de las concesiones. A los tres meses, la idea se desechó. Luego se expresó que contaríamos con uno modular. A los tres meses, la idea igualmente se dejó de lado. Después se anunció que se mejoraría el hospital colapsado, que exhibía un daño estructural desde marzo, según los ingenieros sísmicos. Hoy día, ese establecimiento -seguramente, el señor Ministro lo sabe- no tiene oferentes. Por lo tanto, no se podrá cumplir el compromiso del Presidente en orden a contar con un hospital definitivo y vamos a tener en carpa a los pacientes, no solo el invierno que se avecina, sino también el próximo.
Y eso es doloroso, es algo que la gente nos reclama todos los días, también a nosotros, que estamos en la Oposición.
No voy a ahondar más en esa materia, señor Presidente, porque siento que en Vivienda igual se ha avanzado. Sin embargo, ya no podemos seguir con este debate de "subsidio entregado, subsidio asignado", porque ahora la gente espera obras concretas. Eso se requiere para este año.
Termino con una reflexión.
A todos quienes vimos el Mundial de Sudáfrica nos resultó extremadamente llamativo que Marcelo Bielsa, seleccionador nacional en esa fecha, no celebrara el triunfo sobre Honduras y dijera que solo tenía sentido si se pasaba a la próxima etapa.
Esa es la mesura que Chile necesita para enfrentar tiempos difíciles poscatástrofe.
En la vida la autocomplacencia siempre lleva a errores. Y creo que en este proceso ha habido demasiada complacencia.
He dicho.
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Espina.


El señor ESPINA.- Señor Presidente, al observar las imágenes de lo ocurrido con el terremoto de Japón, que fue devastador, dramático y uno de los cinco más graves en la historia de la humanidad -Chile ocupaba el mismo puesto hasta hace unos días-, y reflexionar, con la perspectiva de un año, en los esfuerzos realizados para poner de pie a un país que sufrió una catástrofe brutal, no puedo menos que dejar testimonio, en nombre de los Senadores de mi partido, de que nos sentimos profundamente orgullosos de lo que el Gobierno del Presidente Piñera ha realizado.
Felicitamos, por su coraje, por su esfuerzo, por su valentía, por su convicción, por su mística, a Ministros, Subsecretarios y jefes de servicio que han puesto todo lo que está a su alcance para ir superando, paso a paso, las dificultades de una catástrofe de enorme envergadura: al Subsecretario Flores, al Ministro Lavín, a la Ministra Matte, al Ministro Mañalich, al Ministro De Solminihac, al Ministro Hinzpeter y a los demás funcionarios.
Y lo digo, señor Presidente, por una cuestión muy de fondo. Porque, críticas más, críticas menos, la realidad es que, mirado el asunto luego de transcurrido un año, este país, que podría estar aún devastado -como le ocurrió a otras naciones o incluso a la nuestra, a propósito de hechos similares pasados-, funciona normalmente. Por supuesto, con muchos problemas en los que todavía hay que avanzar.
Sin embargo -perdón que lo diga, pero es bueno dejar constancia de ello en la historia fidedigna de este debate-, aquí hubo 12 millones de personas (75 por ciento de la población) cuyas zonas vivieron las consecuencias del terremoto: cinco ciudades con más de 100 mil habitantes; 45 ciudades con una población superior a los 5 mil habitantes; 900 pueblos y comunidades. En total, 200 mil viviendas resultaron destruidas; 6 mil escuelas situadas en las Regiones afectadas quedaron gravemente dañadas, 4 mil de ellas con daños serios; más de un millón de jóvenes no pudieron iniciar su año escolar; 40 hospitales resultaron con averías y 17 de ellos quedaron inutilizables.
Los avances logrados por el Gobierno en cada una de estas áreas han sido notables. Los esfuerzos por resolver cada uno de los problemas son un ejemplo de cómo debe trabajar un país en estos asuntos.
Y hago esta reflexión porque, a mi juicio, este debate ha sido mucho más constructivo de lo que uno escucha en los medios de comunicación, en las declaraciones que se realizan fuera del Hemiciclo. En efecto, algunos señores Senadores han planteado inquietudes, dudas, objeciones. Pero, en definitiva, sus expresiones han estado orientadas a lograr el éxito del avance en la reconstrucción.
No obstante, también noto -lo digo con mucha franqueza- que el lenguaje que se utiliza en la Sala, las formas que se emplean frente a los Ministros para plantearles lo que se que se estima conveniente, no siempre es el mismo que se usa en radios locales o regionales u otros medios nacionales para criticar al Gobierno. Porque esto se ha hecho de una manera brutal y, a mi juicio, absolutamente exagerada, y no es el modo de enfrentar un tema nacional.
Tanto la Oposición como nosotros tenemos el deber de fiscalizar que en las distintas áreas: vivienda, salud, educación, infraestructura y obras públicas, se vayan cumpliendo las metas propuestas por el Ejecutivo.
Pero hay dos maneras de hacerlo. Una es expresar crudamente la deficiencia que existe, proponer cómo solucionarla y alegrarse de que ello se logre. Y otra consiste en describir el problema, ahondar la dificultad, exacerbar a la población y, finalmente, no contribuir a su solución.
Yo tengo la impresión de que, a un año del terremoto, lo razonable es que la Oposición cumpla con su trabajo de fiscalizar y efectúe un aporte concreto acerca de cómo lograr que la reconstrucción sea más eficiente. Y nosotros debemos hacer exactamente lo mismo.
Por esa razón, señor Presidente, considero muy importante que se haga un seguimiento a las obras que se realizan en materia de reconstrucción. Porque no siempre lo que una autoridad anuncia o propone se ejecuta en terreno. Pero es muy distinto enfrentar a la opinión pública con un ánimo propositivo y constructivo, a fin de describir un problema y señalar que se está haciendo el mejor esfuerzo por resolverlo, que quedarse en la crítica dura, que desorienta, que desacredita o que pretende demostrar que durante el último año el Gobierno no ha sido lo eficiente que a mi juicio ha sido.
¿Hay asuntos pendientes? Por supuesto. ¿Quién podría pensar lo contrario después de un terremoto de la envergadura del que nos afectó? ¿Quién podría pretender tener resuelto en plenitud el problema habitacional, conociendo todos los trámites, burocracias y dificultades que se deben enfrentar para construir las viviendas que faltan?
Pero es muy distinto decirle a una persona: "Mire, el Gobierno es mediocre, no le va a construir su vivienda", que señalarle: "No se preocupe, estamos colaborando para que su vivienda se pueda construir y tenemos varias sugerencias para superar la burocracia existente".
Y eso ocurre en diferentes áreas.
Por eso, señor Presidente, quiero expresar nuestro apoyo al Ejecutivo. Vamos a fiscalizarlo, pero de una manera propositiva y constructiva, porque estamos ante una política de Estado, y la gente espera que la abordemos con la responsabilidad y la altura de miras que la emergencia y el drama que vivimos ameritan.
Gracias.
El señor GIRARDI (Presidente).- Ha llegado la hora fijada para el término de esta sesión y quedan dos oradores por intervenir: la Senadora señora Alvear y el Honorable señor Pérez Varela.
Tenemos dos alternativas: prorrogar la hora o seguir tratando este asunto en el primer lugar del Orden del Día de la sesión fijada para la tarde. En este caso, hablarían los Senadores que faltan y luego se procedería a la votación.
El señor NAVARRO.- ¿Hay proyectos de acuerdo sobre el particular?
El señor GIRARDI (Presidente).- Sí, Su Señoría.
De no haber objeción, se levantaría la sesión.
El señor TUMA.- Yo también estaba inscrito para usar de la palabra, señor Presidente.
El señor GIRARDI (Presidente).- Se agregaría, entonces, al Honorable señor Tuma.
Si le parece a la Sala, en la sesión de la tarde, luego de las tres intervenciones mencionadas, se procederá a votar los proyectos de acuerdo.
La señora ALVEAR.- Está bien, señor Presidente.
La señora RINCÓN.- Conforme.
--Así se acuerda.
El señor GIRARDI (Presidente).- No habiendo más asuntos que tratar, se levanta la sesión.