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HOMENAJE EN MEMORIA DE GENERAL DIRECTOR DE CARABINEROS, SEÑOR JOSÉ ALEJANDRO BERNALES RAMÍREZ, Y COMITIVA, RECIENTEMENTE FALLECIDOS


El señor ZALDÍVAR, don Adolfo (Presidente).- Antes de conceder el uso de la palabra a los señores Senadores que en nombre de la Corporación intervendrán, debo precisar que, por acuerdo unánime de los Comités y, de alguna manera, acogiendo el clamor popular que se desbordó en las calles de Santiago y a lo largo de todo Chile durante los días posteriores a tan tristes pérdidas, el Senado rinde hoy este merecido homenaje al General señor José Alejandro Bernales, a los Comandantes Orozco y Tapia y al Capitán Fuenzalida.
En ese sentido, nuestra Corporación, en nombre de la nación toda, realiza tal reconocimiento; y para ello cada Comité ha designado un señor Senador que lo representará.
En primer lugar, tiene la palabra el Honorable señor García, en nombre del Comité Renovación Nacional.

El señor GARCÍA.- Señor Presidente, prudencia, justicia, templanza, fortaleza, dignidad humana, protección de la vida, principio de proporcionalidad, secreto profesional, honestidad profesional, imparcialidad profesional, lealtad a la misión y honor de carabinero.
Así se definen los valores y principios del "ser profesional" de Carabineros de Chile. Al repasarlos uno a uno, podemos concluir que el General Director de Carabineros don José Alejandro Bernales Ramírez (Q.E.P.D.) encarnó cada uno de ellos, haciendo de su vida profesional un ejemplo que perdurará por siempre en su amada institución.
Señor Presidente, señoras Senadoras, señores Senadores, señor General Director de Carabineros, don Eduardo Gordon, y comitiva institucional; familias del ex General Director don Alejandro Bernales y de su señora Teresa Bianchini; familias del señor Teniente Coronel don Óscar Tapia Bacigalupo y de su señora Carolina Reyes; familia del señor Teniente Coronel don Ricardo Orozco Ugalde; familia del señor Capitán don Mauricio Fuenzalida Ayala, señoras y señores:
Me dirijo a ustedes, por especial misión que me han encomendado los Senadores de Renovación Nacional, para rendir sentido homenaje de admiración y gratitud a la vida y obra del General Director de Carabineros don José Alejandro Bernales Ramírez, fallecido trágicamente en un accidente aéreo en la ciudad de Panamá, en cumplimiento de una visita institucional.
Murió junto a su esposa, señora Teresa Bianchini Frost, con quien le unía un amor sincero y hermoso, dejando tres hijos, Alejandro Javier, Cristián Antonio y Francisco Tomás, nueras y nietos.
Les unía además una profunda fe en Dios, una activa participación en la Iglesia Católica, preparando parejas de novios para el matrimonio, entre otras tareas religiosas, y les unía también el mismo amor por Carabineros de Chile, ya que la señora Teresa presidió la Corporación de Ayuda a la Familia de Carabineros, realizando una intensa labor social y humanitaria, llegando a crear un centro de rehabilitación integral para hijos de Carabineros, establecimiento líder en la recuperación y estimulación de niños con discapacidad o capacidades diferentes, que los limitan en su crecimiento, castigando la calidad de vida que todo niño merece.
Dejó de existir junto a sus camaradas de armas el Teniente Coronel Ricardo Orozco Ugalde, el Teniente Coronel Óscar Tapia Bacigalupo y el Capitán Mauricio Fuenzalida Ayala. También perdió la vida la señora Carolina Reyes, esposa del Teniente Coronel Óscar Tapia.
La tragedia de Panamá, que llevó de la vida terrenal a personas tan queridas y de virtudes ciudadanas tan notables, inundó al país de un profundo dolor y a Carabineros de Chile, de una tristeza difícil de superar.
El día del fatal accidente me encontraba en mi oficina en Temuco, la que se ubica a solo media cuadra de la Jefatura de la Novena Zona de Carabineros de Chile. Confirmada la muerte del General Bernales, me dirigí de inmediato hasta dicha jefatura para expresar mi pésame. Durante el trayecto, vi a muchos carabineros con lágrimas en sus rostros, expresión de la conmoción que el hecho provocó en cada uno de los integrantes de la Institución, sin excepción.
Hoy, los Senadores de Renovación Nacional, reiteramos a todos los familiares de las personas fallecidas nuestros sentimientos de afecto y dolor por el duelo que les aflige, nos unimos en íntima oración por el eterno descanso de las almas que Dios llamó a su lado, pidiendo asimismo que otorgue cristiano consuelo a todos sus seres queridos y a la noble institución de Carabineros de Chile.
Pedimos igualmente para que se agilice la investigación que debe determinar las causas de la tragedia aérea. Estoy seguro de que ello traerá mayor tranquilidad a las familias y a Chile entero. La verdad de lo ocurrido es indispensable para encontrar la necesaria paz, ante tan dolorosa partida.
Señor Presidente, señoras Senadoras, señores Senadores, invitados especiales, conocí al General Bernales durante el ejercicio de la jefatura de la Novena Zona de Carabineros de Chile, Región de La Araucanía. Allí aprendí de sus valores y principios; conocí su templanza y apego estricto al Estado de Derecho. No fue fácil su misión en nuestra Región; sin embargo, con constancia y profesionalismo, logró desarticular la organización denominada "Coordinadora Arauco Malleco", cuyos principales líderes cumplen condena por incendios terroristas en la Octava y Novena Regiones.
El 28 de noviembre de 2003, el General Bernales dejó la jefatura de la Novena Zona para asumir otra delicada y difícil misión: la Dirección de Inteligencia Institucional. Dos años más tarde fue nombrado General Director de Carabineros, cargo que ejerció con orgullo y humildad, con energía y prudencia, con mucha cercanía a su gente; con toda razón la prensa dijo: "Sangre verde corre por sus venas"; una manera de definir su alto profesionalismo y su absoluto compromiso con el éxito de la institución y con la seguridad de la ciudadanía.
Fuerte es el eco en nuestros oídos de una de las muchas frases que lo retrataban: "No se me va a caer una estrella, si en un momento se me caen las lágrimas.". Porque así era la cercanía con su gente, y porque así era el dolor que sentía cuando uno de los suyos encontraba la muerte en cumplimiento de su deber.
El General Director de Carabineros don José Alejandro Bernales Ramírez fue un hombre de excepción, un Carabinero de honor, un servidor público ejemplar, un chileno que demostró con hechos su profundo y sincero amor por Chile.
Por ello, los homenajes se multiplican a lo largo y ancho del territorio nacional.
Tengo en mis manos copia de una carta del Senador señor Romero dirigida a la señora Presidenta de la República, mediante la cual solicita que en la ciudad de Los Andes -donde el General prestó sus primeros servicios en la Institución y conoció a su esposa, señora Teresa Bianchini-, el primer puerto terrestre de Chile próximo a ser inaugurado, lleve el nombre "Puerto Terrestre General Director de Carabineros José Alejandro Bernales". Esperamos que esta iniciativa prospere. Así como esperamos también que las acciones que busquen tributar homenaje en memoria del General Bernales y su esposa se materialicen con prontitud.
Al concluir, permítanme recordar la primera estrofa del himno de Carabineros de Chile:
"Orden y Patria es nuestro lema,
la ley espejo de nuestro honor;
del sacrificio somos emblema
Carabineros de la Nación.".
General Bernales, sepa usted que todo Chile reconoce que el orden y la patria fueron su lema; el cumplimiento de la ley fue su honor; el sacrificio máximo lo llevó a la eternidad. Es usted un nuevo mártir de Carabineros de Chile, un nuevo héroe de la patria.
He dicho.
--(Aplausos en la Sala y en tribunas).
El señor ZALDÍVAR, don Adolfo (Presidente).- En el tiempo del Comité Demócrata Cristiano, tiene la palabra la Honorable señora Alvear.


La señora ALVEAR.- Señor Presidente, señora Senadora, señores Senadores, señor General Director de Carabineros, familiares del General Bernales y de la comitiva que lo acompañaba en su viaje, quienes han vivido momentos muy duros, al igual que todo Chile.
No es fácil para mí hoy día hablar del General Bernales.
Lo hago en nombre propio y en representación de la Democracia Cristiana.
Aún están vivas en nuestra memoria las imágenes, las palabras y los reconocimientos con que sus restos fueron despedidos recientemente junto a los de su esposa y de toda la comitiva que lo acompañaba en Panamá.
Parece imposible decir algo que no se haya dicho.
Por ello, hoy he querido dirigir estas palabras de homenaje al General Bernales, recogiendo lo que ya mucho hemos escuchado o visto. No habrá, entonces, ocasión para sorprenderse con este tributo. Porque lo verdaderamente admirable es constatar cómo un hombre sencillo, un esposo, un padre cariñoso y un Carabinero dedicado fue capaz de llegar tan profundo en el alma de un pueblo, en el alma de Chile.
Por eso, por haber sido un servidor público destacado y querido, hoy el Senado también le rinde un homenaje.
Muchos de los que estamos aquí tuvimos el privilegio de conocerlo y pudimos trabajar con él. Nos unía un afán común: la lucha contra el delito y el hacer de este país un lugar más tranquilo.
Como herencia, el General Alejandro Bernales deja una Institución que avanza a paso firme en el cumplimiento de su misión; querida y respetada, profesional y eficaz, cercana a la ciudadanía. Así lo demuestran las últimas encuestas, que ubican a Carabineros como una de las instituciones más confiables de la sociedad.
Tras esa valoración ciudadana hay una valiosa organización que ve coronados sus esfuerzos por acercarse y comprender a la comunidad, y que ha exhibido el liderazgo para guiar este proceso.
Vale la pena resaltar que no solo en Chile se ven los frutos de esa reputación. Cuando fui Ministra de Relaciones Exteriores me sentía inmensamente orgullosa cada vez que nos pedían cooperación, y la primera solicitud siempre era que nuestros Carabineros pudieran ayudar a las policías de los distintos países de la región.
Y me sentía más orgullosa aún al saber que, en muchas ocasiones, con motivo de las recomendaciones que se daban a jóvenes extranjeros que deseaban venir a Chile, además de interiorizarlos acerca de los lugares atractivos del país, del clima, etcétera, les advertían especialmente: "Si te detiene algún Carabinero, no se te ocurra ofrecerle dinero, porque irás preso".
¡Por Dios, señor Presidente, señora Senadora y señores Senadores, qué orgullosa me sentía cuando hacían esa afirmación!
Podemos señalar, entonces, que este líder deja a Carabineros y a los chilenos un gran legado.
Por un lado, el Plan Estratégico Bicentenario, carta de navegación que establece políticas claras con miras al 2010.
Este plan propone enfrentar la victimización delictual con un enfoque innovador. Esto significa enfatizar la capacitación del personal, la incorporación de nuevas tecnologías en la labor preventiva, el fortalecimiento de la gestión con indicadores de eficiencia orientados a la obtención de resultados, como es la reducción de la victimización.
Son también parte de este legado la incorporación de conceptos que han sido más propios del mundo privado. Me refiero, por ejemplo, a la lógica de servicios de calidad al usuario, que ha permitido la puesta en marcha de programas que implican la permanencia de efectivos policiales en los barrios, como el delegado comunitario y los vigilantes del Plan Cuadrante. También la apertura de la Institución hacia la comunidad, que ha posibilitado, incluso, que sea ella la que evalúe a sus unidades policiales.
Sin embargo, nos parece que las virtudes del General Bernales no solo alcanzaban el ámbito estrictamente profesional. Él era un hombre creyente, un esposo enamorado, un padre querido y un jefe preocupado de las personas con las que trabajaba. Su labor como guía de encuentros matrimoniales, las iniciativas para la socialización con sus carabineros, su preocupación por sus funcionarios y sus familias, nos hablan de la esencia profundamente cristiana del General Alejandro Bernales.
Estuvo allí, sacando la voz para defender a los suyos, cuando algún carabinero resultó muerto o herido. Estuvo allí para acompañar a sus viudas y huérfanos. Y, en sus últimos días, lo vimos compartiendo un café y dando apoyo a los carabineros que hacían frente a la emergencia en Chaitén.
Por ello, su despedida y la de toda su comitiva fue desbordada de tanto afecto espontáneo, de tanto cariño retribuido.
El General Bernales representó a cada chileno al acompañar los restos de muchos carabineros que honraron con su vida el servicio.
Pues bien, al momento de su partida, todos los chilenos y chilenas representaron el sentimiento de la Institución completa en calles, plazas y esquinas.
El testimonio de vida del General Bernales es señero en la forma como los cristianos debemos entender el servicio público.
Ya lo decía el Cardenal Silva Henríquez:
"El pueblo chileno es un pueblo muy noble, muy generoso y muy leal.
"Se merece lo mejor. A quienes tienen vocación o responsabilidad de servicio público les pido que sirvan a Chile, en sus hombres y mujeres, con especial dedicación.
"Cada ciudadano debe dar lo mejor de sí para que Chile no pierda nunca su vocación de justicia y libertad.".
Estimados Senadores y familiares de las víctimas, quiero hacer propicia esta instancia para rendir un justo tributo a todas las autoridades del sector Defensa, que han tenido la responsabilidad de apoyar la continuidad institucional de Carabineros en momentos tan difíciles.
En este proceso han rescatado lo mejor de la experiencia del General Bernales y han combinado aquello con una mirada prospectiva, de continuidad, liderazgo y eficacia del nuevo Alto Mando. Como Senadora, tuve la ocasión de conversar con el General Gordon en muchas oportunidades.
Hombres como el General Bernales nos animan a cumplir nuestro rol con el máximo rigor, en beneficio de los chilenos y chilenas que han delegado en nosotros sus sueños, sus anhelos y sus esperanzas de hacer de esta patria un lugar más justo, más humano y en paz.
Por ello, solo podemos honrar su testimonio sirviendo mejor a Chile, entregando excelencia en nuestro trabajo y recordando que los cristianos, los humanistas y los buenos hombres y mujeres entregan a su patria lo mejor de sí, se esfuerzan siempre por nuestro país y tienen como norte su bien superior.
La labor profesional y humana del General Bernales da testimonio de aquello en todos los aspectos de su vida.
He dicho.
--(Aplausos en la Sala y en tribunas).
El señor ZALDÍVAR, don Adolfo (Presidente).- En el turno del Comité Partido Por la Democracia, tiene la palabra el Honorable señor Muñoz Barra.


El señor MUÑOZ BARRA.- Señor Presidente, señores Senadores, la ciudadanía quedó conmocionada por la muerte, en un accidente aéreo en Ciudad de Panamá, del General Director de Carabineros don José Bernales Ramírez, de su esposa, señora Teresa Bianchini Frost, y de los miembros de la comitiva que los acompañaba: Comandante Oscar Mario Tapia Bacigalupo y su esposa Carolina Reyes Cruz, Comandante Ricardo Javier Orozco Ugalde y Capitán Mauricio Fuenzalida.
Las muestras de dolor y de afecto colectivo que todos observamos en sus funerales -como se ha recordado aquí- fueron la reacción espontánea de nuestro pueblo ante la muerte de un hombre, de un Carabinero, de un profesional, cuyos méritos personales y técnicos trascendieron a la Institución.
El General Bernales -qué duda cabe- fue un profesional de natural inteligencia, a la que unía una sólida formación especializada en Ciencias Policiales y Seguridad Pública. Pero fue más que eso: entendió que las competencias que requería un oficial de Carabineros para cumplir a cabalidad con su liderazgo exigían estar al tanto no solo de los nuevos conocimientos sobre la especialidad policial, sino también de otras disciplinas, particularmente las relacionadas con las personas, como la Gestión de Recursos Humanos y la Inteligencia Emocional.
En una de sus declaraciones a la prensa, demostrativa de cómo entendía el mando, expresó lo siguiente:
"Usar uniforme no implica ser mal genio o que uno se sienta con un poder enorme... Cuando hablo de humanizar el mando lo digo basado en los valores, en la doctrina, junto con la disciplina y la jerarquía. Así, cualquier Jefe dentro de la escala puede mandar, pero sin pasar a llevar a los demás. Creo que en todo esto la inteligencia emocional me ayuda mucho".
Y, como recordó un Honorable colega, también afirmó: "No se me va a caer una estrella si en un momento se me caen las lágrimas y tampoco se me cae una estrella cuando tengo que dar a alguien de baja.".
Fue un Jefe moderno respecto a cómo entendía y practicaba las complejidades de la gestión en Carabineros. Combinó sus conocimientos teóricos y su experiencia con el uso de las nuevas tecnologías de la información y de las comunicaciones.
Modernizó la gestión en Carabineros, incorporando, entre otras medidas, indicadores de gestión, cumplimiento de metas y cuentas públicas a la comunidad, a lo que ya estamos acostumbrados los Senadores.
Manejaba sus computadores, utilizaba las planillas Excel y recurría -como Sus Señorías lo saben- a una pantalla de plasma que le permitía realizar videoconferencias con cuarteles de Carabineros en distintas zonas del país.
La verdad es que a veces parecía el presidente de una gran empresa, aunque él decía: "No somos una empresa, pero vamos a ser la mejor.".
Tenía una gran meta: "El Carabinero del Bicentenario", al que definía como "un profesional probo, muy inserto en la comunidad. Tiene que utilizar la tecnología. Tiene que proyectarse hacia el futuro. La visión institucional que tengo es de primer nivel en el orden nacional e internacional, inspirada en valores como vocación de servicio, disciplina, honradez, lealtad, valentía, tolerancia e imparcialidad. Quiero que todo nuestro personal sea poseedor de un profundo respeto por las personas.".
Otra dimensión de la personalidad del General José Bernales fue su preocupación por todos quienes se hallaban vinculados a Carabineros de Chile, particularmente por los que eran víctimas de la lucha contra la delincuencia, y sus familiares. Siempre estuvo con ellos; es decir, no solo en el momento de sus funerales o de su ingreso al sistema hospitalario, sino también con posterioridad, cuando los familiares de las víctimas, esposas e hijos experimentan con amargura la profundidad de la ausencia. En esos actos lo acompañó siempre su esposa la señora Teresa Bianchini, quien, entre otras tareas, ejerció la presidencia de la Corporación de Ayuda a la Familia de Carabineros, y creó el Centro de Rehabilitación Integral para Hijos de Carabineros. Quienes conocieron a la señora Teresa, la calificaron como "una mujer encantadora, excelente madre de sus tres hijos, una persona muy querida, solidaria e íntegra".
El General Bernales fue un hombre cercano a la gente, qué duda cabe. Con sencillez, alternaba con todos aquellos que se le acercaban o con quienes debía tratar. Y Sus Señorías lo saben muy bien.
Antes de asumir la Dirección de Carabineros, le correspondió desempeñar el mando en la difícil Región de La Araucanía -que representamos algunos Senadores-, el que ejerció con autoridad y éxito. Al respecto, debo recordar que desarticuló la Coordinadora Arauco Malleco, organización de mapuches que realizó actos de violencia y daños a la propiedad, como una forma de luchar equivocadamente por sus reivindicaciones.
Permítanme manifestar que no deja de ser significativo que uno de los dirigentes mapuches, sin renunciar a sus demandas, haya formulado declaraciones elogiosas, durante sus funerales, respecto al rol que cumplió el General Bernales en aquella oportunidad, valorando su disposición al diálogo y a la negociación.
En esa misma Región le correspondió participar en la implementación, como plan piloto, de la Reforma Procesal Penal -como bien se recordó-, y crear, además, la Unidad Integral Investigativa para conocer los delitos de connotación social en coordinación con el Ministerio Público.
Honorables colegas, deseo hacer referencia a quienes integraban la comitiva del General José Bernales y su esposa. Me refiero al Comandante Oscar Mario Tapia Bacigalupo y a su esposa, Carolina Reyes Cruz, al Comandante Ricardo Javier Orozco Ugalde y al Capitán Mauricio Fuenzalida.
Ellos fueron destacados oficiales que han recibido el cariño y el reconocimiento de sus pares. Ellas, las señoras Teresa y Carolina, fueron nobles mujeres que supieron enfrentar con valor ser compañeras de quienes cumplen una función exigente durante extensas jornadas de trabajo y con evidentes riesgos.
A sus familiares, particularmente a sus viudas, señoras Carmen Gloria Ubilla de Orozco y Catalina Villegas de Fuenzalida, y a sus hijos, les hago llegar mis condolencias, en nombre del Partido Por la Democracia, al cual pertenezco.
El General José Bernales Ramírez fue un hombre íntegro, un profesional innovador, un Jefe ecuánime, quien, por su inteligencia, conocimientos y preocupación por sus subalternos, era poseedor de prestigio y autoridad indiscutibles.
Fue, asimismo, un ciudadano ejemplar. Reunía en alto grado las competencias necesarias para desempeñar el difícil cargo de General Director de Carabineros.
A ese hombre ejemplar rindo homenaje en nombre de mi colectividad. Y hago llegar nuestras sentidas condolencias a sus hijos, Alejandro Javier, Cristian Antonio y Francisco Tomás. Ellos tienen en sus padres un gran ejemplo a seguir.
He dicho.
--(Aplausos en la Sala y en tribunas).
El señor ZALDÍVAR, don Adolfo (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Ávila, representante del Partido Radical, en el tiempo del Comité Mixto.


El señor ÁVILA.- Señor Presidente, Honorables colegas:
El Partido Radical también se asocia a este homenaje. Pero lo consagramos al ser humano de carne y hueso, no al héroe mítico construido por los medios a partir de un accidente lamentable.
Ampliamos nuestro reconocimiento a todas las víctimas de aquel hecho luctuoso. Les hacemos llegar a sus deudos el más sincero sentimiento de pesar.
Concretamente, vayan nuestras condolencias a las familias Bernales Bianchini y Tapia Reyes. También, a la esposa e hijos del Teniente Coronel Ricardo Orozco, y a la esposa e hijo del Capitán Mauricio Fuenzalida.
Particularmente, no tengo recuerdo de un suceso en que el fenómeno televisivo haya sacudido con tan arrolladora fuerza el lado emocional de la población. No solo el conjunto de la sociedad sino que además todas las instituciones del país sucumbieron a una suerte de catarsis colectiva. Ahí están los tres días de duelo nacional para confirmarlo.
Soy consciente del riesgo que involucra tomar distancia del estremecimiento generalizado que produjo la inclemente descarga mediática.
De mis palabras, nadie intente desprender falta de sensibilidad. Al contrario: hay sensibilidad, y mucha, pero dirigida a la Institución y a todos sus miembros por las pérdidas humanas que han debido lamentar.
Tan valiosa es la vida del más modesto efectivo de Carabineros que muere en actos de servicio como la de su General Director. Uno y otros han ido tejiendo el devenir institucional hecho carne en la historia de la república.
Parafraseando a Nicanor Parra, podemos expresar, entonces, que todos los auténticos servidores públicos, por el solo hecho de morir, son héroes.
He dicho.
--(Aplausos en la Sala y en tribunas).
El señor ZALDÍVAR, don Adolfo (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Letelier, en representación del Comité Socialista.


El señor LETELIER.- Señor Presidente, estimados colegas; familiares del General José Alejandro Bernales, del Comandante Ricardo Orozco, del Comandante Óscar Tapia y de su señora, Carolina Reyes, y del Capitán Mauricio Fuenzalida; General Director de Carabineros, don Eduardo Gordon, y comitiva institucional:
En representación de los Senadores del Partido Socialista de Chile, me ha tocado intervenir en este acto en que la Cámara Alta rinde homenaje al extinto General Director de Carabineros José Bernales y esposa, al Comandante Orozco, al Comandante Tapia y señora, y al Capitán Fuenzalida, fallecidos recientemente en Panamá mientras cumplían funciones propias de su Institución.
Sin lugar a dudas, la muerte del General Bernales y de su comitiva tocó muy profundamente a todas las chilenas y chilenos, quienes a lo largo y ancho del país izaron nuestra bandera a media asta y concurrieron por miles a las comisarías, tenencias y retenes, por más lejos de sus hogares que estuvieran, para entregar sus condolencias a los funcionarios de Carabineros que se encontraban en tales recintos.
Chile se unió, dejando de lado las diferencias políticas y las diferencias sociales, para decir adiós al General Bernales.
Los carteles con expresiones como "General del pueblo", "Un buen General", "Luchador contra la delincuencia", que la gente espontáneamente levantó al paso de su féretro, demuestran el cariño y aprecio que le tenían los chilenos y chilenas.
Como parte de nuestro pueblo, los socialistas no estuvimos ausentes de ese sentimiento de gran pesar, que hoy, a más de un mes de ocurrida la tragedia, reiteramos a sus familiares y colegas de la Institución presentes hoy en las tribunas de esta Alta Cámara.
Señores Senadores, señoras Senadoras, si hay algo que nos explica tales muestras de dolor, admiración y cariño dadas por toda la comunidad nacional, inéditas en nuestro país, son la gran personalidad del General Bernales y la cercanía que alcanzó con su pueblo durante su mandato como General Director de Carabineros.
En efecto, a la cabeza de su querida Institución, ejerció el mando evidenciando un gran carisma, un tremendo liderazgo, pero, sobre todo, mostrándose como un General de carne y hueso -así lo han señalado aquí varios Senadores- que sufría cuando uno de los suyos resultaba herido o era asesinado y que no temía expresar con lágrimas su gran pesar e impotencia.
Todo eso nos demostró a los chilenos que estábamos en presencia de un General distinto: un General de gran humanidad, con caridad cristiana, sensible y muy abierto.
Pero, al mismo tiempo, era un General con carácter y coraje para enfrentar los desafíos, y muy especialmente las agresiones y asesinatos perpetrados contra funcionarios de su Institución; un General comprometido no solo con la modernización de Carabineros de Chile, con el proyecto destinado a crear la Institución para el Bicentenario, sino también con la lucha contra la delincuencia.
Para el General Bernales, servir a la comunidad era un objetivo de vida. Y así actuó a lo largo de toda su existencia como uniformado.
Por tal motivo, durante su gestión como General Director se preocupó especialmente por hacer de Carabineros una institución confiable y cercana a los chilenos, sobre todo a los más modestos, a aquellos que más requerían sus servicios.
Todo eso transformó al General Bernales en un hombre respetado e incluso querido por la gran mayoría de sus compatriotas -hecho no menor-, ya que durante su mandato promovió e inculcó en su gente el valor del respeto a los derechos de todos los ciudadanos, haciendo a un lado a los funcionarios involucrados en actos reñidos con la ley.
Chile perdió a un gran servidor público. La memoria y el legado del General Bernales no son patrimonio solo de su Institución, sino de todos los chilenos.
Tal como lo señaló la Presidenta de la República, Michelle Bachelet, con ocasión del fallecimiento del entonces General Director, "Es muy valioso para el país que una institución policial haya alcanzado tal grado de compenetración con la gente como ha hecho Carabineros de Chile, que hoy es la expresión del Derecho, de la defensa de la Ley y de los valores que dan sentido democrático".
Los Senadores socialistas, sinceramente, reconocemos y valoramos la senda del General Bernales, quien entregó todo por su Institución y por asegurar a los chilenos protección, tranquilidad y paz.
A sus familiares, especialmente a sus hijos, quienes enfrentaron con hidalguía la dura experiencia de la tragedia ocurrida, les expresamos desde aquí nuestro más profundo sentimiento de solidaridad y respeto.
Nos sumamos a la demanda, al reclamo, al deseo de que las investigaciones arrojen cuanto antes todos los antecedentes que se requieren para tener plena tranquilidad.
Obviamente, sabemos que el legado del General Bernales se plasmará en los cientos de jóvenes que año tras año ingresan a la Institución. Su consigna de no descansar hasta dar con los asesinos de carabineros y derrotar a la delincuencia es el sello que seguirán los que están hoy y los que vendrán mañana.
Carabineros continuará siendo una institución confiable para la inmensa mayoría de los chilenos. Y eso lo debemos en gran parte a la semilla que sembró el General José Alejandro Bernales Ramírez.
He dicho.
--(Aplausos en la Sala y en tribunas)
El señor ZALDÍVAR, don Adolfo (Presidente).- En el turno del Comité Independientes, tiene la palabra el Honorable señor Bianchi.


El señor BIANCHI.- Señor Presidente, señoras Senadoras, señores Senadores, señor General Director de Carabineros y comitiva institucional que lo acompaña, familiares de las víctimas:
Nos convoca el día de hoy el propósito de tributar un sentido homenaje a un General ejemplo de servidor público que dirigió a Carabineros de Chile con tanta distinción y altruismo, liderazgo que lo llevó a ser uno de los eslabones más importantes para colocar a esa respetada Institución en el sitial que hoy conocemos.
Muy pocas veces en nuestro país hemos visto cómo miles de compatriotas han llorado la pérdida de alguien considerado en forma espontánea como líder positivo. Es el caso del extinto General Director de Carabineros don José Alejandro Bernales, quien pereció en un lamentable accidente junto a su esposa, señora Teresa Bianchini Frost, y a los miembros de la comitiva que los acompañaba: Teniente Coronel don Óscar Tapia, Comandante don Ricardo Orozco, Capitán don Mauricio Fuenzalida y señora Carolina Reyes.
La ciudadanía pudo darse cuenta de cómo una persona con dotes innegables, excelente hombre, Carabinero, General intachable, incansable en la búsqueda de un país más ordenado y justo, nos dejó en circunstancias tan dolorosas.
Los chilenos apreciamos al auténtico servidor público. Conocemos sus sacrificios, su entrega y su profesionalismo en el combate contra la delincuencia.
Valoramos asimismo el Plan Cuadrante y otras medidas asumidas por el General Bernales, a quien merecidamente, en forma póstuma, se le reconoce como "El General del pueblo". Y esperamos que así sea recordado siempre.
Bajo su liderazgo profundizó la modernización institucional de Carabineros; se preocupó permanentemente por mantenerlo como una institución confiable y vecina a la comunidad, y reflejó, igualmente, su ansiedad por brindarle seguridad a toda la gente.
Ante la tragedia, en forma natural, como si se tratara de una parte de sus familias, a lo largo de todo el país, de norte a sur, miles de chilenas y chilenos izaron a media asta la bandera nacional en sus hogares y en sus lugares de trabajo.
Aún recordamos las imágenes de la gente que se acercaba al carabinero más cercano para estrecharle la mano y expresarle así su conmoción y su pésame.
Carabineros de Chile es hoy la expresión del Derecho y de la defensa de la ley. La Institución le debe al General Bernales el ser hoy más profesional, más eficiente y más cercana a la gente. Su trayectoria le permitió alcanzar un gran conocimiento de aquella, de su problemática y de sus desafíos. Asimismo, su cercanía con la comunidad le posibilitó dar solución a los requerimientos de esta. Los diversos compromisos que asumió contribuyeron a su extenso conocimiento del país, de sus regiones y de las necesidades de la ciudadanía.
No solo la Región Metropolitana fue testigo de los avances promovidos por el General Bernales, ya que todas las Regiones, incluso las más alejadas, fueron incluidas en el Plan Cuadrante y en el proceso de modernización de la tantas veces mencionada institución policial.
A modo de testimonio, citaré las propias palabras del General Bernales cuando afirmó: "Carabineros de Chile ya no es el mismo, pues cambiamos, para hacer frente con más energía, ímpetu y sobre todo profesionalismo a aquellos que pretenden quebrantar la paz social y la tranquilidad de la ciudadanía". Y añadió: "Tenemos certeza en el trabajo conjunto, en que una verdadera alianza vecino-carabinero es la fórmula que permitirá contar con espacios públicos seguros y desarrollar una vida en comunidad en armonía y en paz".
Señor Presidente, hemos perdido a un gran servidor público, a un gran General, a un gran hombre. Y creemos que el mejor homenaje que se le puede rendir al General Bernales es prolongar su trabajo y sus enseñanzas, para que su Institución pueda servir a la patria de la mejor forma posible.
He dicho.
--(Aplausos en la Sala y en tribunas).
El señor ZALDÍVAR, don Adolfo (Presidente).- En el tiempo del Comité Unión Demócrata Independiente, tiene la palabra el Honorable señor Arancibia.


El señor ARANCIBIA.- Señor Presidente; señoras Senadoras y señores Senadores; mi muy estimado amigo Eduardo Gordon; queridos familiares del General Bernales y de los miembros de la comitiva que lo acompañaba en el momento del accidente:
En representación de los Senadores de la Unión Demócrata Independiente, tengo el privilegio de participar en el homenaje que el Senado de la República les rinde al General señor Alejandro Bernales y a los integrantes de la comitiva que lo acompañaba cuando se produjo el fatal accidente; homenaje que, ciertamente, quedará impreso en la historia de esta Corporación; homenaje originado en un hecho triste, penoso, pero de toda justicia en su fondo.
"Los grandes Generales no mueren, sólo sus cuerpos se desvanecen". Esta antigua frase de la cultura militar alude a la huella ejemplar que personalidades de excepción dejan como legado a sus instituciones y a sus comunidades.
Es el caso de José Alejandro Bernales Ramírez, General Director de Carabineros de Chile, cuyo trágico deceso conmovió a todo nuestro país. Y el pueblo chileno, intuitivo como es, percibió que la muerte le había quitado a un varón excepcional.
Al enterarse del suceso, surgieron en la memoria colectiva las conductas, lealtades, corajes y firmezas que le habían visto mostrar desde el más alto cargo de Carabineros de Chile, institución a la que el mismo pueblo califica como "la más abnegadamente servicial".
Y la gente se estremeció ante la pérdida de un hombre de esa jerarquía.
Pero los hombres de esa jerarquía no se improvisan. Y, por lo tanto, una somera referencia a los distintos pasos que marcaron su vida servirá para hacer justicia y justificar el sentido de este homenaje en el Senado de la República.
José Alejandro nació en Santiago el 29 de enero de 1949, en un luminoso día de verano capitalino. Luego de recibir en su hogar una formación cristiana y humana que le permitió ingresar a la Escuela de Carabineros de Chile a comienzos de 1970, egresó de ella el 16 de enero de 1972, tras superar con éxito las duras exigencias que demanda la formación de los futuros oficiales durante sus dos años en el alma máter institucional.
El inicio de su carrera como Oficial lo acerca a nuestro primer puerto, al ser destinado a la 7ª Comisaría de Valparaíso, y luego sube a la cordillera, a Los Andes, donde pienso que debe de haber conocido a la joven Teresa Bianchini Frost, su compañera de toda la vida, con quien se casa en 1975. De esa unión nacen sus tres hijos: Alejandro Javier, Cristián Antonio y Francisco Tomás.
En lo académico, el Oficial de Carabineros Alejandro Bernales es graduado de la Academia de Ciencias Políticas, Profesor Institucional y Magíster en Ciencias Policiales y Seguridad Pública, por mencionar las calificaciones más complejas de obtener. Y créanme que algún grado de autoridad me asiste en los méritos que se requieren para obtener estos logros.
En lo profesional, el Coronel Bernales asume la gran responsabilidad formadora de sus subordinados al ser designado Director de la Escuela de Suboficiales de la Institución y, posteriormente, de la Escuela de Carabineros de Chile, dos destinaciones de privilegio que corona con su ascenso a General el 2 de noviembre de 1999 y, cuatro años más tarde, a General Inspector.
Culmina su carrera al ser designado General Director de Carabineros de Chile el 27 de noviembre de 2005.
Al margen de esta información biográfica, impresionaron las muchas formas que tomó su cariño por aquellos a quienes siempre llamó "sus" carabineros, posesivo que los hombres suelen guardar solo para sus familiares más cercanos y que nos muestra que sintió por ellos lo que un buen padre: responsabilidad por hacerlos mejores, respaldo en los tiempos difíciles, resolución cuando los atacaban, felicidad cuando lograban un éxito. Con un agregado valioso: inalterablemente dispuesto a castigar con la ley a quien los maltratara mientras cumplían su deber de resguardar el orden de la Patria.
"Que no se duerman¿ Que no se duerman, porque los vamos a encontrar", dijo, con los ojos húmedos de pena, pero con tono firme y resuelto, respecto de quienes habían asesinado a uno de "sus" carabineros. Desde ese momento, adquirió una estatura especial para los chilenos.
La gente no se equivocó en absoluto y su juicio sobre el General hizo que su fallecimiento fuera causa de profunda pena en todo el cuerpo social de la Patria. El golpe de la noticia sobre las imágenes guardadas en millones de memorias conmovidas fue seguido de una caudalosa información sobre aspectos más personales del General Bernales.
En ese cúmulo de informaciones resaltan los aspectos especialmente relevantes de su esposa, dama que no le iba en zaga en jerarquía espiritual. Católicos practicantes ambos, crearon una familia con tres hijos que mostraron su recia formación al enfrentar estoicamente el terrible drama de perder a sus padres en un accidente absurdo.
Pero el matrimonio Bernales Bianchini fue más allá de su hogar para expandir su experiencia de vida espiritual. Ambos organizaban y conducían las reuniones de reflexión para matrimonios de oficiales y personal de Carabineros aportando el consejo elocuente de su propio ejemplo. Todo ello, quitando tiempo a su descanso y sin descuidar los deberes abrumadores de él, como General Director, y de ella, como conductora personal de diferentes programas en beneficio de las mujeres de la Institución, de las esposas y viudas de carabineros, de sus hijos y de niños discapacitados a quienes se les entregaban cuidados y tratamientos especiales, entre los que cabe destacar el llevarlos a las unidades policiales que disponían de caballos para brindarles tratamientos de hipoterapia que tanto bien les procuran.
He querido dejar para el final el tratar de reseñar los rasgos que diseñaron la excepcional familia que formó el General Bernales, porque quienes conocemos la vida militar sabemos lo que es hacer familia en una sucesión de ausencias y destinaciones inexorables, y valoramos mucho los notables logros obtenidos por el General y su esposa, Teresita. La actitud de sus tres hijos durante las exequias que conmovieron a Chile nos mostraron con elocuencia lo que se consigue de estos cuando los padres constituyen una estructura moral y espiritual de depurados caracteres.
No podría terminar mis palabras sin hacer una referencia a los integrantes de su delegación: el Comandante Oscar Tapia y su esposa, Carolina Reyes; el Comandante Ricardo Orozco y el Capitán Mauricio Fuenzalida, a quienes el destino se llevó en la plenitud de sus existencias y cuando el futuro predecible les auguraba éxitos profesionales y venturas personales y familiares. Vayan para sus familias nuestras sentidas condolencias.
Finalmente, quisiera expresar que el General Bernales le dio un significado trascendente a su existencia en el legado que entregó a su Institución, Carabineros de Chile, y en sus tres hijos, que ya demuestran ser sus dignos herederos.
En consecuencia, se le puede aplicar con justicia lo dicho al comienzo: "Los grandes generales no mueren, sólo sus cuerpos se desvanecen."
Gracias.
--(Aplausos en la Sala y en tribunas).
El señor ZALDÍVAR, don Adolfo (Presidente).- Habiéndose cumplido su objetivo, se levanta la sesión.
--Se levantó a las 19:28.