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  Un llamado a actuar con cautela y responsabilidad

  Por Jorge Pizarro, Presidente del Senado

7 de enero de 2011

ImagenChile enfrentará en las próximas semanas importantes desafíos en materia de Relaciones Internacionales. Se ha anunciado la visita del Presidente peruano Alan García y de Ecuador, Rafael Correa; además, estamos ad portas de que se tome una decisión en el tema del reconocimiento al Estado Palestino. Todos estos asuntos, con mayor o menor cercanía, tocan intereses chilenos y tendrán profundas consecuencias para el futuro de la Nación.

 

Por eso, celebramos que el Gobierno esté dispuesto a compartir, consultar y socializar la información con que dispone para actuar en cada uno de estos casos, así como que esté llano a llevar una política de Relaciones Exteriores con carácter de Estado, y no con un sesgo político de una coalición en particular. La continuidad de los principios, miradas y actuaciones es vital para dar consistencia a las posturas que Chile ha defendido en los foros mundiales.

 

De hecho, el Senado ha tomado un importante acuerdo para solicitar el reconocimiento del Estado Palestino, al tiempo que ha insistido en el respeto a la legalidad internacional y a la coexistencia pacífica de ambas naciones. En ese sentido, Chile puede ayudar a que el multilateralismo opere a favor de distender las relaciones entre los países.

 

Pero al mismo tiempo, no podemos poner en duda que la demanda por territorio marítimo presentada por Perú, guarda complejas e inciertas consecuencias. Lejos de ser esta una situación cómoda en las relaciones con nuestro vecino del norte, es evidente que se ha entrado en un periodo de tensión, desconfianza y de incertidumbre en los vínculos con Lima. Lejos de querer que el conflicto escale, todos los actores nacionales nos hemos puesto de acuerdo para responder con una política de Estado frente a un acto en el que coincidimos todos, es inamistoso.

 

Las visitas de los Presidentes García y Correa ayudan a mantener el diálogo vigente y para dar certezas de normalidad jurídica y fronteriza, tema que es esencial para que La Haya comprenda que no existe un diferendo real de límites con Perú. Estas visitas con positivas desde el punto de vista de transformarlas en un espacio cordial en donde dejar muy en claro nuestras diferencias.

 

Pero de todas maneras, el llamado es a actuar con extrema cautela. Cualquier paso en falso puede tener vastas consecuencias en varias generaciones de compatriotas, por lo que pedimos que se intensifique el diálogo, el intercambio de opinión e información entre todos los sectores políticos y sociales del país, con el Gobierno, que es el encargado de llevar adelante la diplomacia.

 

La política de Relaciones Exteriores es uno de los bienes más delicados de nuestra nación. En parte porque nuestro aislamiento geográfico nos ha impelido a desarrollar una diplomacia que nos acerque no sólo a los mercados, sino también a los debates y conversaciones del mundo moderno y desarrollado. Ese es un capital invaluable que Chile posee y no es aceptable que se le ponga en riesgo, bajo ninguna circunstancia. Menos aún por percepciones ideológicas o por afanes de figuración.

 

Hemos visto cómo, lamentablemente, en muchos temas el Gobierno ha caído en descrédito por el permanente abuso de la "letra chica" o la simple falta a la palabra empeñada. Pero en materia de Relaciones Internacionales, no es excusable un tipo de error de esta naturaleza. Por eso es que creemos firmemente en que las Relaciones Exteriores son un tema de todo el país, y no sólo de la Cancillería o la Presidencia, pese a que -insisto- es el Presidente quien conduce estas materias.

 

Por lo mismo, desde el Senado llamamos al Gobierno y al Parlamento a actuar con suma responsabilidad y a debatir internamente cada paso que se quiera dar ante el caso peruano y muchos otros de igual o mayor sensibilidad. La sobreexposición es mala, peor cuando ésta se intenta en materias de la diplomacia, los resultados pueden ser insospechadamente desastrosos e irreversibles.

 

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