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  Ratifican Convención Internacional contra Municiones de Racimo

  Tras la aprobación en la Comisión de Relaciones Exteriores, la iniciativa que está cumpliendo su segundo trámite constitucional en el Senado quedó en condiciones de ser discutida y votada en la Comisión de Hacienda para luego ser analizada en Sala.

7 de mayo de 2010

En sus últimos trámites legislativos se encuentra el proyecto de acuerdo aprobatorio de la Convención sobre Municiones en Racimo, adoptada en la Conferencia Diplomática de Dublín el 30 de mayo de 2008, pues sólo falta que la Comisión de Hacienda y la Sala del Senado se pronuncien sobre el mismo, para que quede en condiciones de ser promulgado por el Presidente de la República.

Esto, luego que la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, aprobara en forma unánime el convenio internacional, que se enmarca en la política de Estado que ha tenido Chile en torno a eliminar las minas antipersonales y las bombas de racimo.

Según explicó el presidente de esa instancia legislativa, senador Hernán Larraín, la aprobación de este proyecto de acuerdo por parte de la Comisión de Relaciones Exteriores "es un paso muy positivo y espero que sea una señal valiosa para esta política que tiene Chile de terminar con las minas antipersonales, ahora con las bombas de  racimo y luego con la posición de desarme nuclear que ha representado el Presidente en la reciente cumbre de Washington. La Comisión ha dado un paso más consolidando esta política de Estado".

El legislador destacó  la posición unánime de la Comisión frente a este convenio internacional, argumentando que "Chile ha firmado proyectos para determinar la fabricación, producción, el uso y la existencia de bombas de racimo en nuestro país, considerando que se trata de un arma extremadamente peligrosa que en su explosión no discrimina el blanco y por tanto afecta no solo a militares sino que también a civiles y personas indefensas".

CONSTRUYENDO UN ACUERDO

Cabe señalar que en el marco de las reuniones del Proceso de Oslo, iniciado en febrero de 2007, la Conferencia de Dublín tuvo como objetivo concluir un instrumento internacional jurídicamente vinculante que prohibiera el uso, la producción, la transferencia y el almacenamiento de las municiones en racimo que causen "daño inaceptable" a la población civil.

Asimismo, se buscó establecer un marco de cooperación y asistencia que asegurara un adecuado suministro de ayuda y rehabilitación a los sobrevivientes y a sus comunidades, la limpieza de áreas contaminadas, y la educación sobre el riesgo y la destrucción de stock de las municiones de racimo prohibidas.

El mencionado Proceso de Oslo surgió por la falta de consenso, en el ámbito de la Convención para la Prohibición de Ciertas Armas Convencionales -CAC-, en orden a negociar un instrumento jurídicamente vinculante que pudiera abordar el problema humanitario que entrañan las municiones en racimo.

Chile participó en el Proceso de Oslo desde el inicio, al compartir la preocupación mundial generada por el uso de las municiones en racimo, que produce víctimas civiles durante y después de los conflictos.

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