No podemos arriesgarnos a esta grave vulnerabilidad

Muchas son las lecciones que nos dejó el reciente terremoto y maremoto, del 27 de febrero último, que cobró centenares de valiosas vidas humanas y provocó destrucción y millonarias pérdidas en la zona centro-sur del país, entre estas, la urgente necesidad que tiene Chile de encontrar una pronta y eficaz solución a nuestra mayor vulnerabilidad: las comunicaciones.

Subsanar esta debilidad requiere la urgente modificación del sistema de comunicaciones y lograr una mayor coordinación entre las instituciones armadas, civiles y las redes sociales, especialmente en situaciones de emergencia. En esto coincidimos con el Comandante en Jefe del Ejército, general Juan Miguel Fuente-Alba, cuando abordamos el tema durante la visita protocolar del jueves último.

Pero no solo requerimos de urgentes modificaciones legislativas y mejor coordinación, sino que como país, tenemos que hacer las inversiones que sean necesarias, aunque sea difícil, en momentos en que se buscan los caminos para allegar los recursos necesarios para financiar la reconstrucción. En pleno siglo XXI un país como Chile, que con entusiasmo se incorporó a la globalización y se abrió al mundo, no puede contar con sistemas de comunicaciones que ya quedaron obsoletos como quedó comprobado en la emergencia.

Y ésta inversión en comunicaciones debe ser una decisión de Estado. Quedó claro que no podemos depender del sector privado, ni de los servicios que estos puedan entregar, porque en los momentos de mayor angustia, cuando los familiares querían saber de los suyos, simplemente las líneas de celulares estaban caídas. Colapsadas, dijeron los representantes de las empresas. Como sea, lo cierto es que ello no nos puede suceder nuevamente.

Por ello, me parece que como país tenemos y debemos analizar alternativas que aunque sean más caras, permitan mantener siempre las comunicaciones y la conectividad, especialmente frente a situaciones de emergencia.

Tenemos que reflexionar sobre distintas alternativas en materia de comunicaciones, aunque sabemos que pueden significar una cuantiosa inversión, pero si tuviésemos un satélite habría un margen de autonomía en el sistema.

Y frente al desafío que representa para Chile mejorar sustancialmente las comunicaciones, valoro el nombramiento como Subsecretario de Defensa del general en reciente retiro Oscar Izurieta, porque su trayectoria profesional ayudará en la necesaria coordinación que deberá haber en este ámbito primero, entre las propias Fuerzas Armadas y luego con la sociedad civil.

Chile es uno sólo y juntos tendremos que ponernos de pie y sacar adelante la reconstrucción. Las Fuerzas Armadas están participando en éste proceso ayudando a normalizar la situación en las zonas más desvastadas, pero también tendremos que determinar el rol que jugarán en los desafíos futuros y en tiempos de paz, en que los uniformados también están al servicio de la ciudadanía