Desde este Senado abrí puertas para el diálogo

Esta es la última columna que escribo como Presidente del Senado de la República.  Me sucederá en el cargo mi honorable colega Camilo Escalona, un hombre que ha demostrado con creces su compromiso con la democracia y con la búsqueda incansable de más justicia, más igualdad, más equidad. Me considero muy honrado de poder dejar en sus manos este cargo y estoy seguro de que el senador Escalona honrará esta responsabilidad.

Ha sido un año pleno de sucesos y de novedades. He resaltado ya varias veces que 2011 fue el año de la emergencia de una nueva ciudadanía, más consciente de sus derechos y más decidida a expresar públicamente -en la calle, si es necesario- sus demandas y anhelos.

Cómo ha cambiado la percepción que teníamos del país. Qué estimulante y qué sano es que la gente se organice, se exprese y luche por lo que cree y por lo que quiere.

Chile parecía un país que avanzaba por inercia. En cambio, hoy vemos un país activo, efervescente, que rebulle en Aysén, en Calama, en Santiago, en Valparaíso. Sin duda, ello ha significado un gran desafío para las autoridades y para nosotros, los políticos, los representantes de la ciudadanía en este Congreso Nacional.

Se nos ha hecho más perentoria aún la necesidad de sintonizar con la gente y de adelantarnos a lo que está ocurriendo en el país. Sabemos que la popularidad de los partidos -y de la política y los políticos en general- es baja. Y ello puede ser, en gran medida, porque no supimos ver lo que venía.

Personalmente, considero un privilegio vivir en este tiempo y ser testigo de cómo un país despierta y exige más a quienes han asumido la función pública de la política. Desde este Senado abrí puertas para el diálogo entre estudiantes, académicos y autoridades cuando las legítimas y justas demandas por una educación gratuita y de calidad se tradujeron en amplias movilizaciones ciudadanas y tomas de recintos educacionales. Creo que esa es una de las funciones importantes del Congreso Nacional, la institución democrática por excelencia, donde día a día dialogamos entre personas que tenemos idearios políticos diferentes.

Hicimos muchas cosas en este período. Quiero destacar el Congreso del Futuro, cuando reunimos a científicos, académicos, parlamentarios y organizaciones sociales para abordar los temas que están definiendo nuestra manera de convivir sobre este planeta. Me alegra que el llamado a tomar decisiones informadas haya sido recibido con entusiasmo. Me alegra que cada vez más personas tengan conciencia de que la ciencia y la tecnología no son neutras y que sus avances deben pasar por el tamiz de la sociedad que queremos nosotros vivir.

No quiero dejar pasar esta oportunidad para agradecer a todas y todos quienes trabajan en el Senado de la República. Durante todo este periodo hemos recibido  junto al Vicepresidente, el senador Juan Pablo Letelier, el apoyo, la dedicación y el afecto de cada una y cada uno.

En el tiempo que viene continuaré con mis esfuerzos por construir una fuerza progresista que responda a los desafíos del tiempo presente y que se abra a un futuro tan complejo como desafiante.