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  DE ESTA DESGRACIA HAY QUER HACER UNA GRAN OPORTUNIDAD

  Intervención del senador Alejandro Navarro

24 de marzo de 2010

ImagenSeñor Presidente, sin duda, todos tenemos la más amplia y abierta voluntad de colaborar de manera sincera con el nuevo Gobierno para enfrentar esta catástrofe. Se lo hemos dicho personalmente al Presidente Piñera cuando visitó Dichato; lo acompañé en el helicóptero desde Talcahuano a la comuna de Tomé. Y la verdad es que creemos que lo importante entonces es saber cuándo, Ministro Felipe Larraín -por su intermedio Presidente- va a ingresar la ley de reconstrucción nacional para poder discutir sobre aspectos concretos de un instrumento que nos permita enfrentar la catástrofe.

                       

Se criticó a la Concertación -yo me recuerdo- la Oposición, que hoy día es Gobierno, allá por la década del 90 respecto de contar a los pobres. Y había un debate sobre si las estadísticas eran aceptadas o no.

                       

Yo no quiero ni deseo de que, en definitiva, se traduzca el debate de hoy entre contar a los damnificados y que el tema esté en cuántos damnificados existan.

                       

Lo que quieren los damnificados es, por cierto, atención inmediata. Y eso significa una cosa: primero, reconocer que la herida esta abierta en la Región del Biobío.

                       

No es cierto que haya normalidad. Tenemos toque de queda, tenemos 82 mil viviendas destruidas -¡82 mil!- y, por cierto, entonces, hay que reconocer que el Gobierno saliente, el Gobierno de la Presidenta Bachelet, en mi opinión, no tuvo la percepción adecuada en la profundidad de la tragedia ni de la crisis.

                       

Y el Gobierno entrante la está teniendo de manera progresiva, pero, en mi opinión, no con la rapidez necesaria para atacar el problema vigente.

                       

Hoy está lloviendo en Concepción. Y veía hace algunos minutos las imágenes de las carpas mojadas, de los niños tocando las frazadas mojadas. Es decir, tenemos una urgencia inmediata.

                       

Yo agradezco y felicito la presencia de los seis Ministros que nos han acompañado. Yo espero que eso les dure. Este Senado ha comprobado durante largo tiempo que los Ministros son poco dados a venir y, además, de estar todos ellos presentes, por cierto, han presentado sus power point , que es una modalidad de trabajo más efectiva. Yo solo espero que la presencia nos acompañe durante todo el proceso aquí en la Sala para poder debatir con ellos.

                       

De esta desgracia hay que hacer una gran oportunidad. ¡No cabe ninguna duda! Al Gobierno y el Presidente le tocó el terremoto, como a Alessandri le tocó el 60. Le tocó y hay que enfrentarlo.

                       

Es una desgracia que nos llena, por cierto, de la voluntad de poder trabajar duramente.

                       

Y, en esta llamada "unidad nacional", yo siento que hay que apurarse, porque no sé cuánto va a durar la Luna de miel, para serle muy franco, Ministro.

                       

 ¿Cuánto va a durar este clima? ¿Cuánto va a pasar hasta que no estemos en un debate muy duro? Y, por tanto, hay que hacer las cosas rápido, porque la gente eso es lo que quiere. Eso es lo que pide.

                       

En la Región del Biobío, nos piden unidad; nos piden que trabajemos con Jorge Ulloa en Talcahuano. Nos pide que apoyemos a la Intendenta Jacqueline Van Rysselberghe. No le va a interesar si la solución viene por gracia del Gobierno o por gravia de la Oposición, sino que la solución venga de manera oportuna.

                       

La magnitud fue subestimada -lo dije- y siento que elementos como. No habían teléfonos satelitales. Tuvo que venir la Hillary Clinton para poder comunicarnos con la Región del Biobío.

                       

Yo creo que es una lección de vida, una lección profesional que efectivamente hay que asumir.

                       

Talcahuano, 6 mil 600 casas destruidas, Quirihue, Cobquecura, Penco, Tomé, Coliumo, la Base Naval, Huachipato, ASMAR,  PETROX, las pesqueras, claramente, Cerro Verde Bajo en Penco, allí hay una herida abierta y yo creo que minimizarla es un error.

                       

Tuvimos terremoto, luego un no reconocido maremoto, luego un terremoto social, que fueron los saqueos, cuya explicación tenemos que evaluar, para que no se vuelva a repetir, porque esta respuesta societal que se dio no la queremos, y estamos ad portas de un terremoto laboral.

                       

Yo aquí reitero lo que he dicho en mi Región: un llamado a los empresarios de la Región del Biobío, del Maule a que en definitiva, no abusemos del 159, número 6), que es la cláusula por fuerza mayor o por causa fortuita. Y, en definitiva, los despidos que procedan tengan que hacerse y el Estado vaya rápido en apoyo con el subsidio laboral.

                       

 ¡Son miles y miles los despedidos!

                       

En algunos casos, los estamos defendiendo, porque hay un franco abuso. Es decir, la empresa va a estar trabajando en 15 días más y han sido despedidos en su totalidad sin pagarles las indemnizaciones.

                       

Eso es reírse de la desgracia de los trabajadores.         Yo espero que el Gobierno concurra en defensa y en apoyo, y, por cierto, en un llamado de atención, a aquellos empresarios.

                       

¿Cuánto costará? Fue lo que nos ha expuesto el Ministro de Hacienda. ¿De dónde saldrán los recursos? Es el debate que tenemos que hacer.

                       

¿Endeudamiento internacional?

                       

Ministro, ¿va a haber royalty minero? ¡Sí o no! Porque sabemos que en el royalty se puede recaudar importantes recursos. Y, por lo demás, en este Senado, que no hubo nunca consenso, debiera haberlo respecto del tema si vamos a tener un royalty minero.

                       

¿Impuestos a los que más tienen? ¡Por supuesto! Moderado, una tasa moderada de impuestos a quienes puedan pagarlos.

 ¡Fin a las franquicias tributarias, que podamos terminar!

 Incrementar la tributación de la renta de capital.

Reducir las tasas marginales de impuestos personas.

Todas las medidas posibles.

                       

Ahora, si se trata de ahorro, de verdad, Ministro, he venido planteando durante años que adscribamos al software de código abierto, como Estado, porque entre el 2006 y el 2009 nos costó la friolera de 82 mil millones de pesos el pagar las licencias. Y así lo tiene Brasil, y así lo tienen muchos, Francia, Alemania, que efectivamente no tienen este problema que tenemos.

                       

Si de ahorro se trata, podemos hacer ahorros para poder concurrir.

                       

En el tema de dónde sacar plata, Ricardo Ffrench-Davis ha planteado: revisemos el uso de los fondos de las APF, no para que la gente retire plata para construir su casa. Veamos cómo esta fuente de financiamiento puede reactivar la economía en Chile.      

                       

Hagamos el debate al menos. Porque efectivamente ahí hay fondos que los estamos poniendo en el extranjero. Y hay economistas connotados, que yo respeto mucho, que han dicho que se puede buscar una fórmula, en esta rígida ley de las AFP, para poder ver cómo estos fondos pueden contar en las concesiones.

                       

A mí no me gustan las concesiones de hospitales. Se lo advierto. Yo quiero que el Estado construya los hospitales. Pero, en definitiva, si alguien va a pagar concesiones, bueno, que sean todos los chilenos. Si es un buen negocio, como lo hemos dicho. Si es un buen negocio, entonces, que las AFP inviertan en ese buen negocio en Chile.

                       

Yo les decía que los fondos de pensiones de Australia han venido a Chile a invertir en hidroeléctricas. Y nuestros fondos fueron al exterior a perder plata. En definitiva, ahí hay algo que revisar ahora.

                       

La solución de las viviendas de madera es urgente. Las viviendas de Un Techo para Chile, ¡bien! ¡Felicitaciones a los voluntarios! Pero no sirven para mi Región. Y lo quiero decir con fuerza y sin ningún ánimo en contra de quienes han trabajado duramente para estas viviendas. ¡No sirven! Son viviendas precarias.

                       

Nos reunimos con la CORMA, con Emilio Uribe, con Jorge Cerón, largas horas. La CORMA de mi Región puede construir 20 mil viviendas de alto estándar, de terciado, forradas a un costo no superior a los 800 mil pesos. Y, en definitiva, puede ser una solución inmediata, porque estas viviendas que estamos instalando no sirven. Vamos a tener problemas.

                       

El Ministro mostró unas viviendas. La verdad, Ministro, yo no las he visto en la Región. De súper buena leche, las viviendas que mostraron en la pantalla no son las viviendas que están instalando. No lo son. No hay ninguna de esas viviendas mostradas en mi Región. Las que hay son, por cierto, las de Un Techo para Chile, que están en Cobquecura, que están en Penco, que están en Tomé ya instaladas por voluntarios, pero no nos sirven. Y si tienden ser una solución definitiva,...

    .

Por tanto, como nos vamos a tardar dos a tres años en construir las casas definitivas, necesitamos otro tipo de viviendas que permita estar dos o tres años.

                       

Necesitamos dos puentes sobre el río Biobío. Uno industrial-dual, con tren, y otro urbano.

                       

Es decir, necesitamos reestructurar la ONEMI. Y no hay que empezar a buscar si la ONEMI o el SHOA fueron los responsables. Van a haber demandas. Lo que hay que resolver que no nos vuelva a ocurrir.

                       

Respecto de las responsabilidades, políticamente, por cierto, hay un Intendente de Santiago, Echeverría-Izquierdo fue la que construyó muchos edificios en mi Región.

                       

Yo también espero que el Gobierno facilite de que efectivamente hay personas públicas que están hoy día en un puesto de poder, puedan acceder las personas naturales, a los juicios necesarios en igualdad de condiciones respecto de la búsqueda de responsabilidades. Porque esa gente de clase media perdió todo en mi Región.

                       

Por último, señor Presidente, confiemos más en los dirigentes vecinales, que sí pueden trabajar firmemente, y hay que delegarles capacidades y responsabilidades, porque así lo pueden hacer.

                       

Por último, los damnificados no pueden esperar.

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