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IMPLEMENTACIÓN DE PROCESO DE DESCENTRALIZACIÓN DEL PAÍS


El señor QUINTEROS.- Es muy breve, Presidente.
Desgraciadamente, el tiempo me dio la razón, tal como lo señalé cuando hicimos la discusión en general: este proyecto no aborda ninguna cuestión de fondo que incida de manera relevante en las atribuciones que tendrán los nuevos gobernadores regionales. Se trata de un proyecto de "Ley corta" demasiado acotado.
Sin embargo, hay quienes legítimamente han insistido en contar con una versión 2.0 de la Ley sobre Fortalecimiento de la Regionalización, a pesar de que todavía no se pone en práctica la primera versión.
Yo entiendo estas posiciones, sobre todo cuando día tras día vemos nuevas señales del centralismo que asfixia a las regiones: planes nacionales uniformes que no se adaptan a las diferentes realidades regionales o dilaciones excesivas en las decisiones de las autoridades.
Creo que ello les hace un daño tremendo.
La expresión más patente de esa actitud es que estamos discutiendo hoy este proyecto entre la primera y segunda vuelta de la elección de gobernadores regionales: algo absolutamente inconveniente.
Si antes el Gobierno fue reacio a impulsar la elección y las reformas, ¿qué interés va a tener ahora para impulsar este y otros proyectos después de los desastrosos resultados electorales?
Me parece que el verdadero impulso a una efectiva descentralización va a provenir de la acción de las nuevas autoridades electas, que van a contar con el respaldo de amplias mayorías y del propio proceso constituyente, que estoy seguro de que va a recoger el anhelo de las comunidades regionales que han expresado por años y que están listas para asumir un rol protagónico en la toma de decisiones y en la conducción de sus propios destinos.
Desgraciadamente, hemos perdido miserablemente el tiempo.
He dicho.