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REPÚBLICA DE CHILE
DIARIO DE SESIONES DEL SENADO
PUBLICACIÓN OFICIAL
LEGISLATURA 368ª
Sesión 80ª, en miércoles 2 de septiembre de 2020
Especial
(Celebrada telemáticamente, de 12:09 a 14:53)
PRESIDENCIA DE SEÑORA ADRIANA MUÑOZ D'ALBORA, PRESIDENTA, Y SEÑOR RABINDRANATH QUINTEROS LARA, VICEPRESIDENTE
SECRETARIO, EL SEÑOR RAÚL GUZMÁN URIBE, TITULAR
____________________
VERSIÓN TAQUIGRÁFICA
I. ASISTENCIA
Asistieron telemáticamente las señoras y los señores:
--Allende Bussi, Isabel
--Alvarado Andrade, Claudio
--Aravena Acuña, Carmen Gloria
--Araya Guerrero, Pedro
--Castro Prieto, Juan
--Chahuán Chahuán, Francisco
--Coloma Correa, Juan Antonio
--De Urresti Longton, Alfonso
--Durana Semir, José Miguel
--Ebensperger Orrego, Luz
--Elizalde Soto, Álvaro
--Galilea Vial, Rodrigo
--García Ruminot, José
--García-Huidobro Sanfuentes, Alejandro
--Girardi Lavín, Guido
--Goic Boroevic, Carolina
--Guillier Álvarez, Alejandro
--Harboe Bascuñán, Felipe
--Huenchumilla Jaramillo, Francisco
--Insulza Salinas, José Miguel
--Kast Sommerhoff, Felipe
--Lagos Weber, Ricardo
--Latorre Riveros, Juan Ignacio
--Letelier Morel, Juan Pablo
--Montes Cisternas, Carlos
--Moreira Barros, Iván
--Muñoz D´Albora, Adriana
--Navarro Brain, Alejandro
--Órdenes Neira, Ximena
--Ossandón Irarrázabal, Manuel José
--Pizarro Soto, Jorge
--Prohens Espinosa, Rafael
--Provoste Campillay, Yasna
--Pugh Olavarría, Kenneth
--Quintana Leal, Jaime
--Quinteros Lara, Rabindranath
--Rincón González, Ximena
--Sabat Fernández, Marcela
--Sandoval Plaza, David
--Soria Quiroga, Jorge
--Van Rysselberghe Herrera, Jacqueline
--Von Baer Jahn, Ena
Concurrieron, además, telemáticamente, el señor Mario Marcel, Presidente del Consejo del Banco Central; el Vicepresidente, señor Joaquín Vial Ruiz-Tagle; los Consejeros señora Rosanna Costa Costa y señores Alberto Naudon Dell'Oro y Pablo García Silva; el Fiscal, señor Juan Pablo Araya; el Gerente de la División de Mercados Financieros, señor Beltrán de Ramón; la Gerenta de la División de Política Financiera, señora Solange Berstein; el Gerente de la División de Política Monetaria, señor Elías Albagli; la Gerenta de la División de Estadísticas, señora Gloria Peña, y el Jefe de Servicios Tecnológicos, señor Fernando Coulon.
Actuó de Secretario General el señor Raúl Guzmán Uribe.
II. APERTURA DE LA SESIÓN
--Se abrió la sesión a las 12:09.

La señora MUÑOZ (Presidenta).- En el nombre de Dios y de la Patria, se abre la sesión.
III. ORDEN DEL DÍA


INFORME DEL CONSEJO DEL BANCO CENTRAL DE CHILE

La señora MUÑOZ (Presidenta).- Esta sesión especial ha sido convocada para que el Consejo del Banco Central presente al Senado la evaluación del avance de las políticas y programas del año en curso, como asimismo el informe de las proposiciones para el año calendario siguiente, según lo dispuesto en el artículo 80 de la ley N° 18.840, Orgánica Constitucional del Banco Central de Chile.
Tiene la palabra el señor Secretario.

El señor GUZMÁN (Secretario General).- Gracias, señora Presidenta.
En esta sesión participarán de manera remota, por parte del Banco Central, el señor Mario Marcel, Presidente del Consejo; la señora Rosanna Costa y los señores Joaquín Vial, Alberto Naudon y Pablo García, consejeros, y los señores Juan Pablo Araya, Beltrán de Ramón, Solange Berstein, Elías Albagli, señora Gloria Peña y señor Fernando Coulon, a todos quienes se les remitió la respectiva invitación y han confirmado su participación.
Es todo, señora Presidenta.

La señora MUÑOZ (Presidenta).- Le doy la palabra, entonces, al Presidente del Banco Central, don Mario Marcel.

El señor MARCEL (Presidente del Banco Central).- Señora Presidenta del Senado, Senadora Adriana Muñoz; Honorables Senadoras y Senadores, a nombre del Consejo del Banco Central de Chile, agradezco la invitación para presentar el informe que, de acuerdo con la Ley Orgánica Constitucional del Banco Central, debemos entregar anualmente al Senado.
En cumplimiento de esta obligación, la presentación que sigue incluye nuestra visión de los hechos macroeconómicos y financieros recientes de la economía chilena e internacional, así como sus perspectivas e implicancias para la conducción de la política monetaria, según el contenido del Informe de Política Monetaria (IPoM) de septiembre de 2020, que fue publicado esta mañana. A ello se agregan otras materias de relevancia institucional, relacionadas con el desempeño del Banco en la consecución de los objetivos que le asigna la ley, la evolución del balance y el desarrollo tecnológico.
En el documento del IPoM de septiembre, junto con una explicación más detallada del balance institucional, puede encontrarse una reseña de las principales decisiones adoptadas por el Consejo en lo que va de 2020 e información sobre la administración de las reservas internacionales.
INFORME DE POLÍTICA MONETARIA
La evolución del escenario macroeconómico, en Chile y el mundo, sigue determinada por el desarrollo del COVID-19 y las medidas de contención necesarias para proteger la salud de la población. La información de la que disponemos nos muestra que, tras una aguda caída a comienzos del segundo trimestre, en los últimos meses la economía chilena ha dado signos de estabilización, combinándose una incipiente mejora en algunos sectores y deterioros en el margen en otros. Dicha estabilización ha respondido a la evolución de las restricciones sanitarias, a la adaptación de varios sectores a las nuevas condiciones de funcionamiento y al impulso de las políticas económicas.
Sin embargo, el impacto económico de la pandemia es muy significativo y la recuperación representará grandes desafíos para las políticas públicas, las instituciones y los actores económicos. La magnitud de este desafío se manifiesta especialmente en el elevado número de personas y empresas que han visto afectada su fuente de ingreso. Revertir la pérdida de empleos, la caída de ingresos de los hogares, el deterioro del consumo y responder a las necesidades de financiamiento de las empresas, evitando quiebras y facilitando su reactivación, constituyen los mayores desafíos para la política económica en la etapa que se abre.
Como mostraré más adelante, dados los datos conocidos de actividad y las perspectivas de corto plazo, estimamos que el PIB finalizará el 2020 con una caída de entre -4,5 y -5,5 por ciento, cifra que se compara con el rango entre -5,5 y -7,5 por ciento estimado en el IPoM de junio y que supone una recuperación importante en la segunda mitad del año. No obstante, el cierre de las holguras de capacidad abiertas en este período y la convergencia de la inflación a la meta culminarán recién hacia 2022. Asimismo, este escenario sigue rodeado aún de altos niveles de incertidumbre e importantes riesgos.
Permítanme pasar, entonces, a dar cuenta de los detalles del escenario que he resumido en estos párrafos.
Escenario macroeconómico
La evolución de la pandemia sigue siendo el factor determinante en el desarrollo del escenario macroeconómico. A varios meses de su aparición, el COVID-19 ha afectado a todos los países del mundo en el curso de este año, pero su dinámica actual es diversa. En algunos países se aprecia una evolución más favorable, mientras que en otros se observan rebrotes o el aumento de los contagios aún no logra ser controlado. En algunos países con buenas respuestas sanitarias a la pandemia se ha podido evitar restablecer restricciones más duras ante nuevos focos epidémicos. América Latina, en su conjunto, concentra en la actualidad el mayor número de nuevos contagios, pero diferencias en la trayectoria de los países.
En el gráfico de la izquierda, aparece la evolución de los casos nuevos confirmados en las economías más grandes del mundo, y en el de la derecha, la evolución de los países de América Latina, donde se pueden observar las diferencias en la trayectoria que están siguiendo los países y la posición actual en la que se ubican.
En Chile, los indicadores sanitarios han mejorado y las autoridades han puesto en marcha un plan de desconfinamiento gradual a nivel país. Así, el porcentaje de la población nacional sujeto a cuarentenas ha bajado desde su máximo de 54 por ciento, en julio, a 40 por ciento, esta semana. Particularmente marcados han sido los cambios en la Región Metropolitana, donde se pasó de un 98 por ciento de la población en cuarentena a un 46 por ciento. En términos de actividad, la proporción del PIB generado en zonas en cuarentena ha bajado desde un 65 por ciento a un 45 por ciento. La relación entre territorios en cuarentena y actividad económica, sin embargo, dista de ser mecánica -como se mostrará en la lámina siguiente-, dependiendo de especificidades sectoriales, la intensidad de las medidas en aplicación y el comportamiento efectivo de las personas. Mirando hacia adelante, el proceso de desconfinamiento no está exento del riesgo de retrocesos, tal como ha ocurrido en otras partes del mundo y en algunas regiones del país.
En esta lámina vemos la relación entre cambios en la movilidad de las personas y la variación anual del Producto. Si bien hay una relación estadística entre ellas, la ubicación de los países no se sitúa perfectamente en esa correlación, lo cual se diferencia en función de los factores que acabo de señalar.
A nivel global, la flexibilización de los confinamientos y el aumento de la movilidad han cooperado para que la actividad haya superado los mínimos alcanzados entre abril y mayo. La producción, ventas y expectativas muestran mejoras en algunos países, como se muestra en la siguiente lámina.
Se destaca que en China los datos del segundo trimestre superaron lo esperado.
En este gráfico se ve cómo en el caso de China, que corresponde a la línea roja, en términos de producción industrial, luego de las caídas de comienzo de año, se ha producido una recuperación importante y ya los niveles de producción superan los del inicio de este episodio, mientras que en el resto de las economías más grandes del mundo esa recuperación aún no se alcanza, pese a que ya ha empezado una reactivación significativa. En el caso de las ventas, esto ha sido algo más ágil. Ahí se ven encima países como Estados Unidos y la zona euro, donde las ventas ya han recuperado los niveles previos al impacto de la pandemia.
Los mercados financieros y los precios de las materias primas se han visto favorecidos por estas tendencias, así como por las condiciones monetarias altamente expansivas que han impulsado los principales bancos centrales. El precio del cobre ha oscilado en torno a 3 dólares la libra y la volatilidad en los mercados ha tenido reducciones importantes desde sus máximos en marzo y abril. Esto constituye una diferencia importante respecto de shocks externos que han afectado a la economía chilena en otras ocasiones.
En nuestro país, la economía se contrajo 14,1 por ciento anual en el segundo trimestre, el peor registro en varias décadas. La mayor caída mes a mes se verificó en abril, atenuándose en mayo y recuperándose levemente en junio y algo más en julio. La gran contracción inicial también se dio en un conjunto amplio de países, aunque con algunos matices.
En esta lámina vemos lo ocurrido en distintos países del mundo en el primer semestre, separando entre primer y segundo trimestre del año.
Entre los factores que explican las diferencias entre los países está la fecha de aparición de los primeros casos, la velocidad con que aumentaron los contagios, la estrictez de las medidas de contención adoptadas y la respuesta de la población. En el caso de China, el mayor impacto de la pandemia se registró en el primer trimestre. Perú, por otro lado, anota una drástica caída en el segundo trimestre, al haberse aplicado una estricta cuarentena nacional.
En ese último gráfico, donde se representa la situación de varios países, Chile se ubica en la mitad inferior, favorecido en parte por el crecimiento positivo del primer trimestre, mientras que otros países comenzaron su contracción desde ese momento, a lo cual se sumó un segundo trimestre muy negativo. Observamos ahí algunos países de la región, algunos países desarrollados y otras economías importantes del mundo, particularmente el caso de China.
La información más reciente para Chile sugiere que la actividad está teniendo un repunte en sectores que habían sido especialmente golpeados, como el comercio y algunos servicios. Así lo vemos en el siguiente gráfico.
Esto revela que algunas actividades han logrado adaptarse con mayor rapidez a las nuevas condiciones de funcionamiento, destacando el uso más intenso de canales online para las ventas y el trabajo remoto. Por el contrario, sectores como la construcción, altamente intensivos en trabajo presencial, han sufrido consecuencias mayores que las previstas, dada la extensión territorial y temporal de las cuarentenas.
La línea roja muestra cómo el sector de la construcción tuvo una caída ininterrumpida durante la primera mitad del año, mientras que otros sectores, como el del comercio, por ejemplo, que tuvieron una caída muy marcada, ya han comenzado una cierta recuperación.
Debido a su carácter altamente contagioso, la pandemia provocó una contracción particularmente aguda de la demanda y de la oferta en rubros intensivos en interacción social, afectando directamente los ingresos de empresas y personas que se desempeñan en ellos. Esto ha tenido un fuerte impacto en el mercado laboral, incluido el trabajo por cuenta propia. Lo podremos ver en la gráfica siguiente.
Es así como en el trimestre móvil finalizado en julio, la caída anual de la ocupación afectó a algo más de 1,8 millones de puestos de trabajo. Alrededor de la mitad de esta cifra corresponde a empleos asalariados, mayoritariamente formales. Otras 760 mil ocupaciones interrumpidas corresponden no a asalariados, pero sí a trabajadores por cuenta propia, familiares no remunerados y empleadores. Dadas las restricciones a la movilidad, estos últimos no solo no se han podido desempeñar como es habitual, sino que el sector no asalariado no ha podido cumplir su tradicional rol de amortiguación frente a este tipo de coyunturas. Y también es probable que ello explique parte importante del inusual aumento de la inactividad que se ha observado en este período.
Sectorialmente, la caída de la ocupación ha sido generalizada, destacando el comercio, la construcción y servicios de alojamiento y alimentación.
Lo observado en Chile se repite en muchos países, aunque con diversa intensidad. Dependiendo de sus características propias, se observan fuertes caídas del empleo, disminuciones significativas de las horas trabajadas y aumentos de la inactividad.
Según la Organización Internacional del Trabajo, comparado con el último trimestre de 2019, en el segundo trimestre de este año las horas trabajadas retrocedieron 14 por ciento a nivel global, equivalente a 400 millones de empleos a tiempo completo. La baja ha estado liderada por Sudamérica, con una reducción de casi el 21 por ciento, donde la inactividad ha crecido sustantivamente. En lo que resta de 2020, la OIT anticipa que, a nivel mundial, las horas trabajadas continuarán por debajo de los registros previos a la pandemia.
Entonces, en los gráficos que tenemos en la pantalla vemos, por un lado, el comportamiento de los niveles de empleo, y, por otro lado, el de las horas trabajadas totales, comparando a Chile con algunos otros países de la región y otras economías del mundo.
En Chile, la reducción de los ingresos laborales ha seguido reflejándose en la evolución de los salarios nominales y en el total de horas trabajadas, permaneciendo ambos en torno a sus mínimos históricos. Al mismo tiempo, los datos del Informe de Percepciones de Negocios (IPN) de agosto, basados en entrevistas a más de 100 ejecutivos de empresas y una encuesta online a otros 760 -que están reflejados en la gráfica- muestran que casi el 70 por ciento de los consultados indicó que su empresa ha realizado recortes, ya sea por menores comisiones y bonos, reducciones de horas extras trabajadas o de sueldos base, entre otros.
El gasto de los hogares ha sido muy afectado por la disminución de los ingresos, lo que se refleja en la fuerte contracción que tuvo la demanda en el segundo trimestre, en particular el consumo privado. Particularmente marcada es la caída del consumo de servicios, donde las medidas de distanciamiento social tienen efectos significativos, entre otros, en la drástica caída del gasto en restaurantes y hoteles, transporte, salud y actividades de esparcimiento.
Con todo, las perspectivas para el consumo en el corto plazo han mejorado en el tercer trimestre debido a una serie de medidas de apoyo y que se reflejan en mejores expectativas empresariales -especialmente para el comercio- y, más recientemente, en las expectativas de los consumidores.
En los últimos meses se ha implementado un número importante de programas de ayuda directa, subsidios, postergaciones de pagos y rebajas impositivas. Con ello, el balance entre la caída de los ingresos y las ayudas recibidas mejoró significativamente entre el segundo y el tercer trimestre.
Entonces, en este gráfico tenemos en la barra de la izquierda la caída de los ingresos laborales comparado con los beneficios recibidos por los trabajadores. Esto para el segundo trimestre, la barra de la izquierda; y para el tercer trimestre la barra de la derecha.
Vemos que en el paso del segundo al tercer trimestre no solamente la caída de los ingresos laborales fue algo menor, sino que el acceso a transferencias por concepto de beneficios sociales aumentó significativamente. Esto no considera aún el efecto del retiro de los fondos de pensiones, a lo que me voy a referir a continuación.
En efecto, a lo anterior se suma la aprobación del retiro de una parte de los ahorros previsionales. Se estima que esto involucrará recursos del orden del 6 por ciento del producto, de los que cerca de la mitad se destinará a consumo.
Como se resume en uno de los recuadros de este IPoM, la evidencia sobre el uso de los ahorros retirados es aún limitada. Aunque meramente cualitativo, lo recogido en diversas encuestas muestra que este impulsará tanto el consumo habitual como el durable, al mismo tiempo que otra parte se destinará al pago de compromisos financieros, ahorros e inversión.
Los datos de ventas minoristas recogidos en boletas electrónicas -que se muestran en la gráfica siguiente- son coherentes con un repunte del consumo en las últimas semanas. Según estas cifras, comparadas las primeras semanas de agosto con la última quincena de julio, las ventas del comercio minorista mostraron un importante repunte, concentrado en el segmento de grandes tiendas, que había sido el más afectado desde el inicio de las cuarentenas.
Respecto de las eventuales implicancias para la actividad, los efectos en el consumo estarían más sesgados hacia la compra de bienes, cuya producción y comercialización tiene un mayor componente importado y es menos intensiva en empleo. Sin perjuicio de ello, no cabe duda de que esta medida aportará significativamente al repunte de la demanda y la actividad en el corto plazo, lo que está recogido en nuestras proyecciones. En cuanto a los efectos de más largo plazo, debe considerarse el impacto de la reducción de los ahorros previsionales, si es que estos no son compensados, sobre la inversión y la capacidad de crecimiento de largo plazo del país.
El Banco Central, por su parte, ha adoptado una serie de medidas orientadas a proporcionar liquidez a los mercados y estimular el flujo de crédito al sector productivo, de manera de evitar un ciclo desinflacionario más severo y prevenir riesgos para la estabilidad financiera, que pudieran elevar el costo económico y social del actual shock.
Así, tras la Reunión de Política Monetaria de junio, las tasas de interés a distintos plazos tuvieron una baja relevante, acorde con la intensificación del estímulo monetario que se anunció en esa reunión por medio de la compra de activos y el anuncio de la segunda etapa de la Facilidad de Financiamiento Condicional al Incremento de las Colocaciones (FCIC).
El descenso de las tasas de interés de largo plazo se revirtió durante la fase final de la discusión del retiro de una parte de los ahorros previsionales, en coherencia con la caída de los precios de los activos en que están invertidos. No obstante, tras anunciarse un conjunto de medidas del Banco Central y los reguladores, y de que las AFP implementaran una estrategia de gestión de cartera que mitigó los impactos sobre los mercados locales, la volatilidad se ha reducido y las tasas de interés han vuelto a bajar. Las valoraciones bursátiles, en tanto, han seguido una trayectoria por debajo de sus símiles extranjeros.
Entonces, en estos dos gráficos tenemos la evolución del tipo de cambio y de las tasas de interés de largo plazo desde abril hasta la actualidad. Y marcado en las líneas puntuadas, primero, la Reunión de Política Monetaria de junio; en segundo lugar, la fecha en que se aprobó, en primer trámite, el retiro de los fondos de ahorro previsional en la Cámara de Diputados; y tercero, el momento en que el Banco anunció, comenzó a definir la manera en que actuaría frente a los ajustes de cartera necesarios para el retiro de los fondos de pensiones.
Entonces, vemos acá cómo, luego de la Reunión de Política Monetaria de junio, se produjo una baja importante en las tasas de interés de largo plazo, prácticamente 50 puntos base; también en ese momento se elevó el tipo de cambio.
Posteriormente, con la aprobación del proyecto, en primera instancia, esas tasas de largo plazo subieron ante la preocupación de los mercados, respecto de la manera en que podría efectuarse la desinversión en activos financieros que parten en los fondos de pensiones. Y luego, cuando el Banco Central anunció que apoyaría o facilitaría el ajuste de los mercados, seguido luego de medidas específicas para ello, nuevamente las tasas de interés volvieron a bajar hasta ubicarse en el punto más bajo, en niveles similares a los que había alcanzado a comienzos de junio.
El Banco Central, además, perdón...
Espérese un segundito, que me perdí.
Las medidas de política para enfrentar la actual crisis deben ser capaces de reconocer las características distintivas de esta última. En particular, la actual recesión se diferencia de otros episodios previos en cuanto a que su origen no es económico, de modo que la caída de la actividad no se produce por problemas en sectores o mercados específicos, sino por la suspensión del funcionamiento normal de empresas y actividades para combatir los contagios del COVID-19. Esto implica que las medidas económicas adoptadas deban buscar que empresas y personas sobrelleven este período de confinamiento, evitando daños más permanentes.
Lo fundamental para mitigar los efectos de la pandemia es lograr que el crédito fluya hacia las empresas y les permita amortiguar las importantes caídas en sus flujos de caja. Para esto se han implementado diversas medidas, con algunos elementos en común.
Primero, los bancos centrales, en distintas partes del mundo, junto con bajar su tasa de referencia a su nivel mínimo han establecido programas especiales de financiamiento a la banca, condicionales al aumento de los préstamos entregados. Algunos ejemplos de ello son los programas de crédito del Banco de Inglaterra, del Banco Central Europeo y el programa FCIC del Banco Central de Chile.
Segundo, los gobiernos han comprometido recursos que sirven de garantías para los préstamos, que en el caso chileno corresponden a las garantías Fogape. En Chile, la suma de ambos programas equivale a algo más de 15 por ciento del producto, comparable a los recursos que se han comprometido en Brasil, pero muy por sobre lo hecho en otros países latinoamericanos, como Perú, Colombia y México.
Entonces, tenemos en la pantalla un resumen de las medidas de estímulo al crédito que se han aplicado en distintos países, y vemos que Chile se ubica en el rango superior en términos de la magnitud del volumen de recursos comprometidos en estas medidas.
Por supuesto, hay otras medidas que han tomado los bancos centrales, como la compra de activos en el mercado de renta fija, que corresponden a otras áreas de la política seguida por los Bancos Centrales: fundamentalmente, contribuir a resguardar la estabilidad financiera, que no están incluidas dentro de este resumen.
Así, la suma de la liquidez provista por el Banco, las garantías estatales, diversos ajustes regulatorios y la adecuada solvencia de la banca, han contribuido a que las colocaciones comerciales muestren tasas de expansión superiores a 10 por ciento hacia mediados de año, cuestión que se representa en la gráfica siguiente.
Vemos entonces cómo han evolucionado las colocaciones comerciales reales en comparación con el Imacec no minero; vemos cómo en general han estado relativamente correlacionadas, excepto en el último período, donde pese a haber una caída importante de actividad, las colocaciones comerciales han crecido.
Este comportamiento del crédito es muy distinto de lo que se observó en recesiones pasadas. De hecho, tanto en el año 98 como en 2008, a pocos meses de registrado el inicio del período de variación negativa de la actividad, el crédito comercial comenzaba a descender, en contraste con el crecimiento que ha tenido en este episodio, como se ve en el contraste entre la línea verde de este gráfico, con la línea azul oscuro y naranja correspondiente a otros episodios recesivos.
De este modo, a la fecha se han cursado cerca de 230 mil créditos a pequeñas y medianas empresas ligados a estos instrumentos. Asimismo, se han efectuado casi 1,5 millones de reprogramaciones, 15 por ciento de las cuales corresponden a créditos comerciales, y el grueso corresponde a créditos hipotecarios. Como se da cuenta en uno de los recuadros de este IPoM, el análisis a nivel individual de las empresas muestra que gran número de estos créditos ha llegado a aquellas cuyas ventas han sido más afectadas por la pandemia. La evidencia indica que este acceso al crédito ha apoyado la continuidad operacional de estas empresas y ha ayudado a mitigar la caída en la inversión.
Quisiera señalar que esta información que está, como se señala acá, explicada en uno de los recuadros del IPoM, ha resultado de la posibilidad de combinar información sobre crédito, proveniente del sistema financiero, con información sobre el comportamiento de las ventas y el empleo de las empresas, provenientes de fuentes tributarias. Entonces este es un tipo de análisis que años atrás no podíamos hacer; pero ahora afortunadamente, con la colaboración de los organismos relevantes, hemos podido combinar estas bases de datos y tener un análisis a nivel micro, a nivel caso a caso, de cómo se han comportado las ventas de las empresas, en qué medida aquellas que han tenido una caída mayor o simplemente han interrumpido sus actividades han podido acceder al crédito, y cómo el acceso a ese crédito ha permitido darles continuidad, recuperar algunos niveles de producción o de servicios y recuperar o mantener la caída de la inversión.
Por su parte, el programa de compra de activos anunciado por el Banco Central en junio ha contribuido a mejorar las condiciones de financiamiento en el mercado de bonos bancarios y corporativos, que en general es el mercado donde se financian las empresas de mayor tamaño. En este contexto, las perspectivas para la inversión también han mejorado respecto del último IPoM, apoyadas en la evolución reciente de las importaciones de maquinarias y equipos, grandes proyectos asociados al sector energético y los recientes anuncios de inversión pública y medidas de reactivación para el período 2021-22.
Considerando el desempeño de la economía en el segundo trimestre, el retiro gradual de las medidas sanitarias más estrictas y el impulso temporal de las políticas de apoyo a los ingresos, en el escenario de proyección se acota la contracción económica prevista para 2020. Así, se estima que este año el producto caerá entre -4,5 y -5,5 por ciento (comparado con el rango de -5,5 a -7,5 por ciento en el IPoM de junio), rango que sigue siendo más amplio que lo habitual, reflejando la mayor incertidumbre en torno a los impactos de la pandemia. Hacia 2021, el producto crecerá entre 4 y 5 por ciento, y en el 22 lo hará entre 3 y 4 por ciento, cifras similares a las que en este último caso se dan en el IPoM de junio, mientras que las proyecciones para el 2021 se ubican algo por debajo de las que se daban en junio, dada la menor caída que a su vez se proyecta para el producto en el 2020.
La evolución de la actividad estará determinada por el avance del control de la pandemia y la capacidad de empresas y hogares para superar sus efectos adversos. La proyección asume que los sectores donde la interacción social tiene mayor relevancia seguirán viéndose afectados mientras no exista una vacuna, por lo que su actividad tardará varios trimestres en retomar sus niveles de prepandemia. Al mismo tiempo, tanto empresas como personas podrán recuperar sus niveles de ingreso en la medida que la actividad se recupere, proceso en el que será fundamental el apoyo de la política monetaria. El mayor control de la pandemia a nivel global también permitirá que el impulso externo mejore significativamente el próximo año respecto del 2020.
En cuanto al gasto, tras contraerse 4,2 por ciento este año, el consumo total retomará tasas de expansión positivas en 2021 y 2022, coherentes con una recuperación del empleo y los ingresos de los hogares, y con el efecto positivo de corto plazo que tiene el retiro de ahorros previsionales. Se suma el efecto base que dejará la contracción de este año. La proyección prevé que la recuperación del crecimiento económico traerá aparejado un aumento de los niveles de empleo, aunque con rezagos que dependerán de las categorías ocupacionales, sectores y actividades involucradas.
Así, es probable que, con el levantamiento de las medidas sanitarias más estrictas, el empleo de sectores como la construcción y el comercio muestren un repunte importante, lo mismo que el empleo por cuenta propia. Sin embargo, en actividades afectadas más permanentemente por el distanciamiento social, cambios en las formas de producción o tecnología, los rezagos pueden ser mucho más extensos. En el corto plazo, la recuperación prevista para el consumo estaría más sesgada hacia bienes que hacia servicios.
Así, tras aumentar 6,8 por ciento en 2021, en 2022 el consumo total reducirá su expansión a 1,7 por ciento, considerando que ya se habrá disipado el estímulo transitorio en el gasto de los hogares otorgado por distintas medidas de apoyo a los ingresos y que 2021 dejará una mayor base de comparación.
La formación bruta de capital fijo, en particular su componente de construcción, se irá recuperando en la medida que se levanten las cuarentenas, especialmente en aquellas obras que quedaron interrumpidas. La proyección también contempla que se retomarán los proyectos de inversión aplazados este año, tal como se deriva del Catastro de la Corporación de Bienes de Capital del segundo trimestre. La elevada expansividad de la política monetaria, el aumento de la inversión pública y las medidas de reactivación anunciados por el Gobierno también apoyarán su recuperación. La inversión no minera aumentará el próximo año, pero tendrá un dinamismo menor que el previsto antes de la pandemia, dado el aumento del endeudamiento corporativo que ha sido necesario para cubrir los déficits de caja de los últimos trimestres.
Considerando todo lo anterior, este IPoM contempla que la formación bruta de capital fijo se contraerá 10,6 por ciento anual, para luego crecer 8 y 4,9 por ciento anual en 2021 y 2022, respectivamente.
Las proyecciones de este IPoM consideran que este año y el próximo el Fisco aportará un significativo impulso a la economía, coherente con las distintas medidas anunciadas por el Gobierno. Con todo, se supone que este impulso se irá reduciendo en la medida que la economía converja a sus tasas de crecimiento tendencial y se dé inicio al proceso de consolidación fiscal anunciado por las autoridades.
Respecto del saldo en cuenta corriente de la balanza de pagos, a diferencia del IPoM de junio, se proyecta que será negativo este año y el próximo. Esto considera que las restricciones de liquidez para los hogares y empresas serán menores que las previstas, debido a las medidas de apoyo a los ingresos de los hogares por parte del Gobierno y el retiro de parte del ahorro previsional. Se agrega un deterioro de la inversión algo inferior que lo anticipado, así como perspectivas de recuperación algo mejores. Todo lo anterior reduce el ahorro doméstico de manera relevante en 2021 respecto de lo considerado en junio.
Entonces, todas estas variables a las que acabo de hacer referencia se muestran en el cuadro que está en la pantalla para el producto; la demanda interna, sus componentes de formación bruta de capital fijo, el consumo, el comercio exterior, la cuenta corriente, y el comportamiento del ahorro y la relación de la formación bruta de capital fijo respecto del producto.
Respecto del escenario externo, las perspectivas de crecimiento mundial siguen apuntando a que, tras una significativa recesión este año, en 2021 y 2022 se retomarán tasas de expansión por sobre los promedios de los últimos diez años. Este panorama es levemente más favorable que lo previsto hace unos meses, especialmente por el mejor comportamiento esperado para la Eurozona y China. Ello, debido a los mayores estímulos que han dispuesto sus autoridades, agregándose el desconfinamiento en el bloque europeo y el desempeño de China mejor que lo anticipado en el segundo trimestre.
Esto contrasta con América Latina, donde la situación sanitaria sigue especialmente compleja, a pesar de las prolongadas y estrictas restricciones sanitarias en varios casos. La región es una de las más golpeadas en materia de actividad y empleo, proyectándose una contracción superior al 9 por ciento este año.
En base a los antecedentes citados, para los socios comerciales de Chile se anticipa una contracción del PIB de 3,5 por ciento en 2020 y una expansión de 4,7 por ciento en 2021. Para 2022, se sigue esperando un crecimiento de 4,5 por ciento. Las condiciones financieras externas seguirán favorables, coherente con una política monetaria global que se mantendrá expansiva, de acuerdo con los anuncios de las distintas autoridades y la recuperación de la economía mundial. Los términos de intercambio serán mejores que en años anteriores. Ello considera que en el período 2020-2022 el precio del cobre y del petróleo promediarán 2,8 dólares la libra y 46 dólares el barril, respectivamente. Ambas proyecciones superan lo previsto en junio, atendiendo las alzas efectivas de los últimos meses y las perspectivas de una recuperación de la economía mundial que será algo más rápida
Todas esas cifras están resumidas en el cuadro que está en la pantalla.
La inflación, por su parte, como lo vemos en la siguiente gráfica, convergerá a 3 por ciento hacia 2022, con un nivel que, en el corto plazo, no bajará de 2 por ciento anual. Si bien en el corto plazo esta trayectoria está algo por sobre la prevista en junio, en buena parte debido al mayor consumo que se proyecta, a mediano plazo su principal determinante sigue siendo la menor actividad acumulada. La medida subyacente se mantendrá por sobre el 2,5 por ciento en el corto plazo, convergiendo al 3 por ciento, también en 2022. Las expectativas de inflación a dos años siguen en torno a 3 por ciento
La política monetaria se mantendrá altamente expansiva, combinando una tasa de política monetaria en su mínimo de 0,5 por ciento y medidas no convencionales. Estas últimas serán renovadas o ampliadas si la recuperación de la economía y la convergencia de la inflación a la meta así lo requieren. A su vez, la tasa de política monetaria seguirá en su nivel mínimo durante gran parte del horizonte de política monetaria de dos años. Con esto, durante los próximos dos años, el Banco entregará un significativo impulso monetario a la economía.
Todo ello se refleja en las decisiones de política monetaria que adoptó ayer el Consejo en su reunión correspondiente.
El escenario macroeconómico sigue mostrando más incertidumbre que la habitual. Las proyecciones reconocen que el distanciamiento social alterará de manera más prolongada la forma de operar en áreas donde la interacción social es clave. No obstante, no puede descartarse que estos impactos superen lo estimado, lo que podría tener efectos especialmente dañinos en la recuperación del mercado laboral, debido a la importante cantidad de personas que se emplean en estas actividades. Esto podría debilitar aún más la demanda, afectaría negativamente al crecimiento y la convergencia inflacionaria, y requeriría de un impulso monetario mayor que el previsto.
Por otro lado, el panorama de riesgos sanitarios se ve más equilibrado que hace unos meses. La experiencia acumulada, las medidas de prevención y el refuerzo de los sistemas de salud reducen la probabilidad de que ante un rebrote del virus se repitan los episodios más álgidos de meses anteriores. Así, es posible que el desconfinamiento se desarrolle a una velocidad algo mayor, permitiendo que la actividad y el empleo muestren un repunte más rápido, especialmente en el caso de que se acelere la generación de una vacuna. En tal caso, la convergencia inflacionaria requeriría de un impulso monetario algo menos prolongado.
La posibilidad de escenarios de riesgo más negativos, especialmente asociados a las cicatrices económicas que la pandemia está dejando, sigue presente. Las diversas medidas han permitido mantener un flujo de crédito acorde con las necesidades de capital de trabajo e inversión, rompiendo la relación procíclica del crédito. En adelante, la materialización de inversiones, las adecuaciones productivas en sectores que se han visto obligados a cambios profundos en su operación y los aumentos en los niveles de actividad requerirán que este financiamiento siga presente. Por esto, es esencial asegurar un flujo sostenido de crédito, procurando que el sistema financiero no vea deteriorados sus niveles de capitalización y liquidez, ya sea por cambios regulatorios o por un deterioro más marcado de la capacidad de repago de hogares y empresas.
Si se produjera un estrangulamiento del crédito, este se transformaría en un amplificador de la recesión, como ha ocurrido en otras ocasiones, sacando a la economía de la trayectoria prevista en este Informe. Esto generaría mayores requerimientos sobre la política monetaria, que no es obvio que pudieran ser satisfechos.
De esta manera, el Consejo del Banco Central seguirá aplicando una política monetaria altamente expansiva, manteniendo la tasa de política monetaria en su mínimo técnico durante un tiempo prolongado, complementada por medidas no convencionales, y estará atento a prevenir riesgos para la estabilidad financiera.
Con esto, señora Presidenta, concluye el resumen de todo lo que está contenido en el Informe de Política Monetaria.
AVANCES Y DESAFÍOS INSTITUCIONALES
Ahora, es importante recordar que la Ley Orgánica Constitucional del Banco Central de Chile dispone la obligación de presentar al Senado, antes del 30 de septiembre de cada año, "una evaluación del avance de las políticas y programas del año en curso, como asimismo, un informe de aquellos propuestos para el año calendario siguiente, en el cual se indicarán las proyecciones económicas generales sobre las que se basan dichos antecedentes y los efectos que se pudieren producir en las principales partidas de los estados financieros".
Así, lo reflejado en el Informe en los últimos años lo hemos complementado en esta cuenta institucional mediante la incorporación de temas relacionados con el desempeño del Banco como órgano del Estado. Es así como en los dos informes anteriores nos hemos referido al Plan Estratégico que está siguiendo el Banco y a la evaluación externa de las políticas aplicadas por la institución.
En esta oportunidad, me voy a referir rápidamente a tres temas institucionales que son importantes: en primer lugar, dado que el año pasado presentamos las conclusiones de esta evaluación externa y las recomendaciones que se formularon, resumiré muy brevemente cómo estas se han ido materializando y cómo han sido seguidas por el Banco; en segundo lugar, mostraré cómo las medidas no convencionales que ha aplicado el Banco Central han incidido sobre su balance, y, por último, algunos avances del Banco en materia tecnológica.
Seguimiento de las recomendaciones del Panel de Evaluación Independiente
Respecto del primer tema, es importante recordar que en 2018 se encargó una evaluación externa a un panel de expertos en banca central, política monetaria y estabilidad financiera. Este panel, que fue presidido por la ex Gobernadora del Banco Central de Israel, emitió un informe en septiembre de 2019, del cual se dio cuenta en esta misma instancia, y junto con valorar positivamente el desempeño del Banco, formuló cuarenta recomendaciones de mejora.
De este conjunto de recomendaciones, el Consejo descartó dos y se comprometió a avanzar en las restantes. Todo eso está reflejado en el cuadro que está en la pantalla.
A este respecto podemos informar que, a poco menos de un año, se han cumplido plenamente veintitrés de las treinta y ocho recomendaciones validadas por el Consejo; otras diez están próximas a completarse, y cinco se encuentran todavía en estudio, cuatro de las cuales corresponden a materias que requieren reformas legales.
Entre las principales iniciativas surgidas en cumplimiento de estas recomendaciones, está la actualización del documento marco de Política Monetaria del Banco Central. En este punto se hicieron algunos ajustes en la manera en que se desarrolla e implementa la política monetaria, incluyendo la eliminación del rango de tolerancia para la meta de inflación en la definición de esta. También, en cumplimiento de estas recomendaciones, se preparó un documento marco para la Política Financiera del Banco Central.
Es importante destacar estas dos iniciativas.
Hemos visto en la prensa cómo en los últimos días se ha puesto de relieve, por ejemplo, la revisión de política monetaria que ha hecho la Reserva Federal de Estados Unidos. Ante ello, afortunadamente nuestro Banco Central se adelantó en su proceso en algunos ámbitos, lo que dio a conocer a fines del año pasado. En buena medida, muchos de los temas que están recogidos en las conclusiones de la Reserva Federal están presentes en nuestro propio marco de política monetaria.
Por otra parte, la actualización del marco de la política financiera ha sido especialmente útil para enfrentar las tensiones que han tenido los mercados financieros en los últimos meses.
También es importante destacar de esta agenda, Presidenta, la reforma constitucional y de la ley orgánica que faculta al Banco Central para adquirir instrumentos del Fisco en el mercado secundario para contener riesgos para la estabilidad financiera, especialmente por la amplia comprensión y apoyo que recibimos de este Senado durante su discusión.
En cuanto a las recomendaciones próximas a completarse, hago presente que estamos a punto de terminar un acuerdo marco con la Comisión para el Mercado Financiero, que permitirá una mejor coordinación entre ambas instituciones con el fin de monitorear el sector financiero.
Además, hemos resuelto dar un carácter periódico a las evaluaciones institucionales. La que se presentó el año pasado fue un evento aislado -por así decirlo-; pues bien, siguiendo la recomendación del panel de expertos, vamos a darle a esa evaluación una periodicidad bianual. Por lo tanto, la próxima evaluación se hará el próximo año, y vamos a ir cambiando el foco, cubriendo distintas áreas de desempeño de la institución.
Medidas especiales y balance institucional
En cuanto al balance institucional, he señalado que el Banco desde noviembre del año pasado está adoptando una serie de medidas orientadas a estabilizar los mercados financieros, a facilitar los ajustes que estos han estado experimentando y a estimular el flujo del crédito.
Estas medidas, cuya historia e intensidad se resumen en el gráfico que está en la pantalla, inciden no solamente sobre lo que ocurre en la economía o en los mercados, sino también en el balance del Banco.
Tales medidas, en algunos casos, han incrementado los activos del Banco: por ejemplo, en lo relativo a la facilidad de crédito condicional al incremento de las colocaciones. Otro activo son los préstamos al sector bancario.
En otros casos, se han reducido algunos activos, como ocurrió con las reservas internacionales, producto de la intervención cambiaria.
También se han reducido algunos pasivos del Banco que devengaban intereses y han aumentado otros que no los devengaban, como es el caso del circulante u otros que tienen un costo financiero algo mayor.
En resumen, en el agregado estas operaciones han involucrado un crecimiento del balance del Banco de 86 por ciento en un año (esto lo vemos en el extremo derecho de la serie), lo que equivale a casi 10 puntos del producto. Al mismo tiempo, se han producido cambios importantes en la composición del balance en la dirección de lo que he señalado.
Ahora, lo interesante es que, como producto de las características de estos activos y pasivos y de los cambios en el tamaño del balance y en su composición, se ha observado una evolución positiva del patrimonio de Banco.
Cabe recordar que el patrimonio del Banco Central ha permanecido en terreno negativo durante muchos años, a raíz del legado de la crisis financiera de los años ochenta a través de la deuda subordinada, por el hecho de tener pasivos con un costo financiero importante y, además, por los efectos de la evolución del tipo de cambio.
Todo eso mantuvo el patrimonio del Banco en negativo durante muchos años.
Pero, en la actualidad, se ha revertido esa situación. Por primera vez en mucho tiempo, el balance del Banco Central está arrojando un patrimonio positivo. Si bien todavía puede haber alguna volatilidad en los próximos años, de mantenerse esta situación hasta el 2025, es posible que el Banco Central, por primera vez en su historia, esté en condiciones de entregarle utilidades al Fisco, que es, por supuesto, su propietario.
Este es un cambio bien importante en términos de la situación financiera del Banco y de cómo este contribuye a los recursos del país.
Desarrollo tecnológico
Por último, en este repaso de temas institucionales se hace referencia a lo relativo al desarrollo tecnológico, tanto en lo que respecta al funcionamiento de la institución, incluido todo el desarrollo de plataformas y mecanismos para operar de manera remota dadas las condiciones en las que hemos tenido que funcionar en estos meses, como en lo referente a lo que hemos hecho para darles más resiliencia a los sistemas del Banco, desarrollando una infraestructura que no dependa de los actuales centros de procesamiento. Así, se han fortalecido los mecanismos de protección contra los ciberataques.
En lo que se refiere a la sustancia y objeto del trabajo del Banco, hemos creado un observatorio y una serie de instancias de experimentación para ir probando y evaluando la aplicación de nuevas tecnologías en la industria financiera y sus implicancias para la regulación de la misma industria.
El desarrollo tecnológico está cambiando las características del sistema financiero de una manera muy importante, en comparación con la forma tradicional en que han operado los bancos centrales, que es relacionándose con el resto de la economía a través de la banca comercial, integrando una serie de funciones. Hoy día esas funciones se pueden separar, lo cual está cambiando la manera en que operan los bancos centrales en todo el mundo, considerando incluso la emisión de monedas digitales por parte de estas instituciones.
Todos esos son temas vinculados con la evolución del Banco en el ámbito institucional.
REFLEXIONES FINALES
Concluyo, Presidenta, señalando que en el curso de esta presentación hemos revisado el desempeño de la economía chilena en el contexto de la pandemia del COVID-19; las respuestas de política articuladas por el Banco a los diversos desafíos del último año, y los avances que en paralelo hemos venido logrando en nuestra agenda institucional.
El balance, hasta este punto, muestra que la economía ha logrado limitar la presión de la crisis global generada por la pandemia, alcanzando la estabilidad suficiente para emprender una recuperación. El Banco Central ha contribuido a ello, sin abandonar su agenda institucional de mediano plazo.
Todo esto, sin embargo, está muy lejos de implicar que la crisis ha sido superada y que el trabajo está hecho. Mientras las cifras para la actividad en 2020 comienzan a estabilizarse, revelándose que se ha logrado evitar una catástrofe mayor, la evolución de la economía en 2021 y 2022 determinará el legado más profundo de este episodio.
Para siquiera recuperar lo perdido en el último año, queda un largo y dificultoso camino, lleno de desafíos y riesgos. Medido solo en la dimensión de ingreso per cápita, a fines de este año habremos retrocedido a un nivel equivalente al de 2013. De haberse mantenido la tendencia del crecimiento entre 1990 y 2008, para 2025 estaríamos cerca de duplicar el ingreso per cápita de 2008. Sin embargo, la suma de los años de bajo crecimiento, la crisis social y la crisis por COVID-19 solo nos permiten proyectar que para 2025 el ingreso per cápita habrá acumulado un aumento del orden de 25 por ciento respecto de su valor en 2008; es decir, una cuarta parte de lo que podría haber resultado de mantenerse esa tendencia de más largo plazo. Para siquiera llegar a plantearnos acortar esta brecha, será necesario crear cientos de miles de empleos, recuperar sostenidamente el consumo, reactivar la inversión y mantener el crecimiento del crédito.
Al mismo tiempo, será fundamental evitar nuevos retrocesos que hagan aún más difícil la recuperación. Esto incluye el riesgo no solo de una aceleración de los contagios, sino también de la quiebra de empresas y del colapso de los sectores más afectados por el distanciamiento social, con la consecuente pérdida de capital humano y social. Especialmente importante será evitar la inestabilidad financiera producto del deterioro de la cartera de créditos, el costo de fondeo o la pérdida de liquidez.
El Banco está consciente de estos desafíos y riesgos y estará alerta para contribuir al máximo dentro del marco de sus mandatos y facultades institucionales, pero se requerirán muchas más voluntades para articular una respuesta de política a la altura de la tarea involucrada. Será responsabilidad de todos que la recuperación sea más rápida, más robusta, más sostenible y más equitativa que en otras crisis económicas de nuestra la historia. En esta perspectiva, retomar una senda de crecimiento involucra, a nuestro entender, seis grandes desafíos, a los cuales voy a hacer referencia solo en términos de subtítulo, en función del tiempo.
El primero es recuperar el mercado laboral, severamente afectado por la detención abrupta de actividades en todos los sectores y territorios. Este es un desafío de la máxima importancia para el bienestar de la población y requiere ser abordado con urgencia, decisión y realismo.
El segundo es suavizar la transición de los hogares y empresas desde una fase de apoyo en emergencia a una fase de reactivación, incorporando los nuevos desafíos surgidos del distanciamiento social.
En tercer lugar, será necesario recuperar, reestructurar y reconvertir los sectores más afectados por la pandemia.
Cuarto, la materialización de inversiones, adecuaciones productivas y aumentos de los niveles de actividad requerirá financiamiento adecuado, que no provendrá del mero dinamismo de los ingresos. Por ello, va a ser importante asegurar un flujo sostenido de crédito, como lo he mencionado en varias oportunidades.
En quinto lugar, será necesario reducir significativamente la incertidumbre, que está a punto de completar un año muy por encima de sus niveles históricos.
Y un sexto desafío será elevar la capacidad de crecimiento de largo plazo.
En este Informe, Presidenta, no hemos actualizado las estimaciones de crecimiento tendencial de nuestra economía debido a la cantidad de variables que están en movimiento simultáneo, pero es evidente que en estos meses han aparecido factores que podrían presionar esa capacidad de crecimiento a la baja.
Estos no son fenómenos irreversibles frente a los cuales la innovación y el desarrollo tecnológico no puedan tener un efecto compensatorio, pero creo que hay que reconocer que el desafío de elevar el crecimiento potencial es hoy mayor que el que teníamos hace un año.
La revisión de este listado debería hacer evidente que estos desafíos exceden largamente los mandatos y competencias del Banco Central. Gran parte de las políticas necesarias para generar empleo, facilitar la adecuación o la reconversión productiva y elevar la productividad se encuentran en el ámbito del Ejecutivo, de las reformas estructurales que se discuten en este Congreso o de la iniciativa privada. Esto no quiere decir que el Banco Central sea indiferente o ajeno a lo que se pueda lograr en este ámbito.
Recuperar la economía chilena de los shocks sufridos en el último año es esencial para lograr mayores niveles de bienestar para la población, reconciliando el progreso económico con el progreso social. El Banco Central puede contribuir a este esfuerzo aportando un marco de estabilidad macroeconómica necesario para que las políticas, iniciativas y proyectos puedan desarrollarse, así como datos y antecedentes que puedan apoyar la toma de decisiones.
Honorables Senadoras y Senadores, hemos vivido tiempos extraordinariamente difíciles, en los que hemos demostrado el valor de la cooperación y la coordinación para enfrentar shocks políticos, sanitarios y económicos de enorme envergadura. Pero esta tarea no estará completa hasta que podamos volver a poner de pie nuestra economía, recuperando la capacidad y las expectativas para aspirar a un país mejor.
En los últimos meses, el Banco Central de Chile ha debido responder ante escenarios inéditos y volátiles. En este período hemos constatado que se puede conciliar transparencia con oportunidad; autonomía con colaboración; rapidez con responsabilidad, y creatividad con rigurosidad.
Estas mismas motivaciones, valores y capacidades estarán disponibles para la tarea aún más ardua de la recuperación, un despliegue que requiere el aporte de un conjunto más amplio de actores.
Siendo este propio Senado uno de esos actores clave, quedamos ahora a su disposición para las preguntas, comentarios y sugerencias relacionadas con este Informe y, en un horizonte más largo, para seguir cooperando por el progreso del país.
Gracias, Presidenta.

La señora MUÑOZ (Presidenta).- Muchas gracias, don Mario Marcel, Presidente del Banco Central de Chile.
Consulto si hay otro expositor del Banco que quiera hacer uso de la palabra.
¿Hay alguien más, Presidente, que vaya a intervenir, además de usted?

El señor MARCEL (Presidente del Banco Central).- No, Presidenta.

La señora MUÑOZ (Presidenta).- Entonces, abrimos la conversación y el uso de la palabra.
¿Quién se ha inscrito?

El señor GUZMÁN (Secretario General).- El Senador señor Coloma y el Senador señor García están solicitando la palabra en la pantalla, señora Presidenta.

La señora MUÑOZ (Presidenta).- Senador Coloma, tiene la palabra.

El señor COLOMA.- Señora Presidenta, muy breve.
En primer lugar, le agradezco al Presidente del Banco Central. Creo que siempre es bueno escuchar a una institución tan relevante, que pienso que ha cumplido una función muy importante en esta pandemia. Yo quería partir diciéndolo, porque uno ve las reacciones de bancos centrales en otros países y me parece que han sido en general mucho más lentas. Considero que esta ha sido mucho más rápida y ha estado a la altura. Y yo por lo menos sentía la obligación de plantearlo en el contexto del Informe de Política Monetaria. Creo que eso es fundamental.
Ahora, respecto de algunas consultas o reflexiones, voy a ser muy breve.
En cuanto al PIB, si uno suma entre el estallido social y violencia y la pandemia, ¿cómo es el agregado de esos dos elementos, para tener la visión asociada de la crisis que estamos viviendo y su magnitud?
En la misma lógica, y si bien nos traen cifras que son, obviamente -en ello insiste el Banco Central-, las más complicadas de muchas décadas, se plantea que para el próximo año ven una realidad mucho más auspiciosa.
Me gustaría que pudieran profundizar un poco en eso, de dónde sacan exactamente esos cálculos, pues es complicado hacerlos, ya que estamos todavía con una noticia en desarrollo, aún la mitad del país se encuentra en cuarentena y no sabemos bien qué ocurrirá con un eventual rebrote. Por eso, me gustaría tener los datos que ustedes puedan plantear.
En tercer lugar, hay una cosa interesante que señalan, en el sentido de que hacen mucha referencia a la cuarentena. ¿Ustedes han estudiado cuánto influye? Ello, más allá del tema de salud, porque ustedes hacen una diferencia clara en cuanto a que los temas sanitarios debe verlos el Ministerio de Salud, y eso tiene su lógica. Pero desde la perspectiva económica, ¿cuál es el efecto de cada día de cuarentena, por así plantearlo? Lo consulto para tener una idea económica de qué supone esto, porque lo más complejo sería -y eso usted lo insinúa- que a la pandemia de salud se le agregara una suerte de pandemia económica. Creo que eso es muy relevante.
En cuarto término, ¿tienen algún análisis más amplio del efecto del teletrabajo -me parece que esto lo plantearon en otras ocasiones- o de lo telemático a esta altura, que ha cambiado completamente las costumbres? Sería bueno cuantificar qué está significando eso respecto de lo que viene, respecto del futuro, respecto de las políticas públicas, del impacto económico. Yo pienso que eso lo vamos a tener que ver. Esto de alguna manera adelantó un montón de temas que aparentemente se iban a dar. Me gustaría conocer la visión del Banco Central en esa lógica.
Y, por último, quisiera escuchar una pequeña evaluación del esfuerzo fiscal que se ha hecho en este trimestre dentro de la actividad económica. Pienso que también es bueno tener unas aproximaciones de ustedes respecto de si lo califican como yo creo que es, pero puede que haya una visión distinta, de suficiente. Considero que ha habido un esfuerzo grande en esa materia. Entonces, en esta lógica, sería bueno contar con una visión de ustedes, como Banco Central, acerca de ese esfuerzo.
Muchas gracias, Presidenta. He sido muy breve para dar espacio a las respuestas y a los otros colegas.
Gracias.

La señora MUÑOZ (Presidenta).- Muchas gracias, Senador Coloma.
Tiene la palabra el Senador García Ruminot.

El señor GARCÍA.- Señora Presidenta, saludo, por su intermedio, al señor Presidente del Banco Central, a la señora consejera, a los señores consejeros, a los ejecutivos y, por supuesto, a las señoras Senadoras y a los señores Senadores.
Lo primero que quisiera señalar, sumándome a las palabras del Senador Juan Antonio Coloma, es nuestro reconocimiento al Banco Central por su actuación durante todos estos meses de crisis, en las distintas crisis que hemos tenido que enfrentar como país.
Agradezco mucho el sentido republicano de sus informes, y particularmente de este, que se hace en momentos muy muy difíciles para el mundo y, por supuesto, muy difíciles para Chile.
La objetividad, la seriedad, la profundidad en las materias que aborda el Informe, y que para nosotros constituye un insumo fundamental en todos nuestros análisis económicos y sociales -porque, finalmente, la economía tiene que estar al servicio de las personas-, cobra mucha mucha relevancia.
Por eso, yo agradezco mucho -reitero- el sentido republicano y la objetividad de estos informes.
Los desafíos, como bien lo dijo don Mario Marcel en su exposición, son básicamente cuatro.
Revertir la pérdida de empleos. Eso tiene un sentido social, un sentido económico, un sentido de realización personal, que las personas puedan volver a trabajar.
Ir disminuyendo significativamente con la mayor fuerza la pérdida de ingresos en los hogares. Necesitamos que los hogares recuperen su capacidad de generar ingresos y, de esa forma, también aumentar el consumo. Ello es muy importante.
Y, por supuesto, es preciso asegurar el flujo de créditos para capital de trabajo, de manera que las empresas puedan sobrevivir a la disminución de ingresos, en muchos casos dramática. Es lo que ocurre con el turismo, con la construcción, en que la pérdida de ingresos ha sido muy muy grande, tal como ha quedado graficado en los distintos cuadros que nos ha presentado el Presidente del Banco Central.
Es pronto para poder sacar conclusiones más optimistas, porque si bien hay una disminución importante, a mi juicio significativa, en la caída del producto interno bruto para este año 2020 -se había dicho que podíamos caer entre un 7,5 y un 5,5 y ahora el Banco Central nos señala que la caída más probable estará entre un 5,5 y un 4,5-, pero es una caída de nuestro producto interno bruto, del conjunto de bienes y servicios que nuestro economía genera.
Lo anterior uno podría considerarlo una noticia positiva.
Sin embargo, hay una reducción de la estimación de crecimiento de la economía para el próximo año.
La última estimación señalaba que la economía iba a crecer entre 4,75 y 6,25 el año 2021, pero ahora esa estimación se reduce a un rango entre 4 y 5 por ciento del producto interno bruto. Eso significa una recuperación más lenta, una recuperación menor a la que se había estimado en junio recién pasado.
Claramente, el desafío del empleo, el desafío de los ingresos de los hogares tienen primera prioridad, primera importancia nacional, por supuesto, junto con la superación de la emergencia sanitaria.
Yo quería también hacer una breve referencia a lo que informó el Presidente del Banco Central respecto del panel de evaluación independiente del Instituto Emisor.
Efectivamente, fue una muy buena noticia del año pasado cómo los expertos internacionales evalúan muy muy bien al Banco Central de Chile. Lo colocan como uno de los mejores bancos centrales del mundo, y eso tiene que ser motivo de orgullo para todos nosotros. Y que el Banco Central, en medio de todas las emergencias y de la epidemia, continúe con su proceso de modernización, francamente lleva a felicitarlos por ello.
Y, finalmente, nos entregó noticias positivas acerca del balance del Banco Central. Ha dicho que por primera vez en muchos años tendrá resultados positivos y que podría haber utilidades y que esas utilidades podrían ser entregadas al Fisco.
Por lo tanto, la única pregunta que le hago al Presidente del Banco Central, reiterando mis saludos, mis felicitaciones, es si tienen ustedes alguna estimación de cuánto pudiera ser ese aporte al Fisco, porque todos sabemos que una de las dificultades que enfrentamos precisamente es la debilidad de nuestras cuentas fiscales.
Tanto el llamado "estallido social" de octubre de 2019 como la pandemia nos han obligado a endeudarnos. Para el próximo año se estima que la deuda pública bruta será del orden de 40 puntos de nuestro producto interno bruto. Y, por lo tanto, cualquier ingreso fiscal...

La señora MUÑOZ (Presidenta).- Dele más minutos, Secretario.
Está sin audio, Senador.
Por favor, dele más minutos al Senador.

El señor GUZMÁN (Secretario General).- Ahí está con audio.

El señor GARCÍA.- Termino inmediatamente, porque en realidad esa es mi consulta: si tienen estimado cuánto pudiera ser el aporte al Fisco y cuándo podría ser esto: 2021, 2022.
Esa es mi consulta.
Reitero mis saludos al Presidente del Banco Central, a su consejera, a sus consejeros, a sus ejecutivos.
Muchas gracias por este importante Informe de Política Monetaria.

La señora MUÑOZ (Presidenta).- Gracias, Senador García Ruminot.
Están inscritos los Senadores Montes, Pizarro y Lagos.
Senador Montes, tiene la palabra.

El señor MONTES.- Señora Presidenta, quiero saludar al Presidente del Banco Central y a todo el equipo del directorio, especialmente, como siempre, a Rossana Costa.
En primer lugar, yo por definición no soy autocomplaciente, pero especialmente en un momento como el actual. Porque uno puede decir "Qué bueno que haga bien su pega el Banco Central", pero otra cosa es señalar "La realidad tiene problemas", y tratar de descubrir los problemas y de ver cómo hacerlo mejor.
Yo creo que una responsabilidad del Parlamento es esa: poder hacer una lectura de realidad para ver dónde están los posibles problemas y cómo enfrentarlos.
Valoro el trabajo que hace el Banco Central y su informe, que va completando y agregando distintas dimensiones. Pero, claro, a uno le tiene que preocupar la realidad también.
Una primera cuestión que me parece clara del Informe es que aquí se proyecta un crecimiento mejor para el 2020 que lo que se había dicho antes por el Gobierno al menos, pero empeora para el 2021.
¿Cómo interpretamos esto? ¿Qué significa? ¿Que la recuperación va a ser un poco antes pero más lenta? ¿Qué va a implicar esto en empleo? ¿Cómo se ve el empleo en 2020, 2021? A mí me preocupa mucho el 2020, porque creo que va a ser muy determinante del 2021.
Entonces, ¿qué está pasando el 2020? ¿Qué explica este mayor crecimiento? ¿Tiene que ver con estos estímulos de demanda, fundamentalmente con la protección social, el retiro del 10 por ciento? ¿Y cómo se puede fortalecer esto para asegurar que el 2021 avanza mejor y no más lento, no empeora como aquí se dice?
Y ojalá se pudiera hacer algún análisis por sectores de la economía, pues hay algunos que están quebrando o preparándose para morir, porque no pueden pagar, tienen estrechez de financiamiento, particularmente el sector gastronómico, el del turismo y el de los servicios.
Yo creo que el mayor riesgo que enfrentamos, el problema más serio, es el rebrote de la emergencia sanitaria. Podemos hacer muchos análisis económicos, pero si no ponemos en el centro el tema sanitario y no redoblamos los esfuerzos en eso, va a ocurrir lo mismo que en España, Australia, Perú, que han vivido rebrotes muy significativos, que al final generan un impacto muy fuerte en lo económico. Y en el caso de Alemania e Italia han logrado contener esto.
Entonces, tenemos que ver qué hacemos.
Y esto no es solo un problema de los médicos, porque la vida ha demostrado que el tema sanitario tiene harto que ver con la protección social. Y si va a haber rebrote y nos preparamos para un rebrote, no tan fuerte o más fuerte o mediano, debemos preparar el paquete de protección social para ese escenario, porque la ausencia de protección social en un contexto de rebrote profundiza el rebrote, lo amplía.
Yo les preguntaría cómo ven en su análisis el rebrote y de qué envergadura lo estiman, porque puede ser bajo, mediano o muy alto.
Y la segunda cuestión que es muy seria es el tema del enfoque de reactivación.
Aquí hemos creado un Fondo COVID con 12 mil millones de dólares adicionales. Esta semana se ha revelado que buena parte de esa plata ya está destinada. Entonces, la pregunta que uno se hace es si va a bastar con los 12 mil millones de dólares o hay que empezar a pensar en que hay que ir más allá de ese monto.
No sé cómo lo están viendo ustedes, ya sea por la vía del endeudamiento o por otros caminos, porque ya tenemos comprometidos alrededor de 10 mil millones de dólares de los 12 mil.
Entonces, la pregunta es hasta cuándo y cómo mantener el impulso fiscal, en qué condiciones puede bajar, qué haríamos si hay un rebrote fuerte y tenemos que pensar en ampliar esto.
La tercera cosa que me preocupa mucho es el tema de la inversión pública.
Ustedes dicen que está subiendo. Efectivamente, en julio me decían que hay sectores que subieron su inversión hasta 19 por ciento. Pero no sabemos, porque a nosotros nos llegan noticias muy parciales. Se dice que hay una serie de proyectos en marcha: 2.544. Pero no hemos podido llegar a la lista.
En Vivienda sabemos lo que hay y que ese sector está contenido porque le disminuyeron mucho los recursos para este año, razón por la cual hay muchos proyectos que no están listos. Parece que Obras Públicas está más avanzado, en fin.
¿Qué hacer en inversión pública 2020 y preparando el 2021 de tal manera de que esta sea el eje? Porque la inversión privada va a venir a partir de un cambio en el escenario, no por sí sola. Entonces, eso se requiere mucho.
En cuarto lugar, me quiero referir al tema de las pymes.
Presidente, me extrañó mucho su carta del viernes a los bancos en que planteaba que el Fogape ya estaba desacelerándose y que, por lo tanto, no estaba en condiciones de flexibilizar ciertas normas. A mí me gustaría que explicara más eso. Yo no leí la carta, sino una nota de prensa sobre la carta, y la verdad es que el tema del crédito es bien fundamental.
En el caso del Fogape, estamos llegando a una parte de las empresas. De los 10.300 millones de dólares que ya se han invertido, una parte está quedando en la pequeña empresa -como 3.200- y una buena parte se la ha llevado la gran empresa. Y quisiéramos ver qué haremos con las pequeñas. Las empresas pequeñas cubiertas son un porcentaje reducido del total, como un quinto del total, sumando todas las empresas, de acuerdo con el informe del Servicio de Impuestos Internos, que indica que alcanzan a un millón 45 mil. Entonces, queríamos ver cómo se está abordando lo relativo a la pyme y qué ocurre con el Fogape.
Finalmente, se halla lo tocante a los hogares. ¿Qué va a pasar con ellos? Hoy día estamos en un proceso de demanda producto de la protección social, del conjunto de bonos respecto de los cuales tampoco sabemos. El Presidente dijo que eran 14 millones las personas protegidas; nosotros todavía no podemos determinar de dónde saca la cuenta de los 14 millones...

La señora MUÑOZ (Presidenta).- Está sin audio.
Dele micrófono, señor Secretario.

El señor GUZMÁN (Secretario General).- Se lo vamos a activar.

El señor MONTES.- Ahí.

El señor GUZMÁN (Secretario General).- Ahí sí.

El señor MONTES.- Gracias.
Estamos pidiendo saber, señora Presidenta, cuántas son las familias realmente protegidas y en qué envergadura. Sabemos que en el último pago se registró un promedio de 187 mil pesos por familia; el anterior fue de 160 mil, en fin.
No sabemos de cuántas familias se trata, ni cuál es la envergadura del apoyo: estoy hablando del IFE: IFE1, IFE2 e IFE3.
Necesitamos saber aquello.
Pero lo concreto es que este es un impulso que tiene una duración. Estamos tratando de que se postergue un par de meses, en fin. Eso se va a ver ahora, en el debate. No sabemos qué quiere hacer el Gobierno de aquí a fin de año. Una de las cuestiones que le estamos preguntando tiene que ver con cuál es su plan de aquí a fin de año tanto en protección social como en apoyo a las empresas y la reactivación. Esto queremos verlo más en su conjunto.
Sin embargo, lo cierto es que los hogares se encuentran muy endeudados y siguen estándolo. Se dice que gran parte de los recursos provenientes del retiro del 10 por ciento de los fondos previsionales se fueron a consumo: la mitad. Cuánto se destinó a pagar deudas no lo sé, pero están muy endeudados. Por lo tanto, después de este efecto, qué va a ocurrir con la demanda y cuál es el riesgo de que no puedan seguir pagando, porque eso sí que tendría un efecto sobre el sector financiero y los créditos.
Yo pediría una explicación mayor al respecto.
A mí me gustaría entender mejor esto, y voy a releer su informe para ver cuál es la perspectiva de reactivación que ustedes sugieren, que ustedes estimulan más, y qué cosas estamos haciendo bien y cuáles creen que hay que fortalecer en lo sanitario, en inversión, en pequeña empresa y en empresas y en los hogares.
Creo que no está todo dicho; no está todo perfecto. Hay que lograr hacer algunas cosas con mayor fuerza.
Gracias, señora Presidenta.

La señora MUÑOZ (Presidenta).- Tiene la palabra el Senador Jorge Pizarro.
Quizás pueda activar el micrófono desde su computador, pues no tiene audio.

El señor PIZARRO.- ¿Ahí? ¿Ahí sí?

La señora MUÑOZ (Presidenta).- Ahí se escucha bien.

El señor PIZARRO.- Muchas gracias, señora Presidenta.
Buenas tardes al Presidente del Banco Central y a su Consejo. Como todos mis colegas, quiero agradecer la presentación del informe.
Tratando de ser breve, a mí me encantaría compartir el optimismo de este informe. Porque en verdad en el último que se nos entregó todos veíamos como compleja la situación que se nos venía, y el informe ya era realista o pesimista (así lo dijimos).
Mi impresión es que cierto optimismo que se refleja en este informe no guarda ninguna relación con lo que uno está viendo en la vida diaria de las personas.
Entonces, la pregunta es si esta visión un poquito más optimista en el sentido de que podemos tener una caída menor producto de lo que ha sido una suerte de mayor consumo en el último tiempo obedece a una cuestión pasajera o a algo más permanente. Si es derivado solo de los 10 mil a 11 mil millones de dólares con los que se ha empezado a consumir, a pagar deudas o a generar mayor movimiento en la economía del país debido al retiro del 10 por ciento de los fondos previsionales, entonces estamos en un problema grave: ¡gravísimo! Porque eso es flor de un día; no sé cuánto va a durar.
De hecho, no debemos olvidar que ya existe gente que está diciendo: "Hay que ir por otro 10 por ciento; y después, en dos meses más, iremos por otro 10 por ciento".
Entonces, me parece que lo que se está viendo en la práctica es un panorama mucho más oscuro en términos del futuro en materia de empleo. La situación del trabajo en el país es más que dramática si uno compara julio con julio, de este año y del anterior. En julio de este año, con respecto al mismo mes del año pasado, tenemos 1.830.000 empleos menos, y además debemos pensar que existen aproximadamente 700 mil personas que se encuentran en los programas de suspensión laboral. Cuando se termine ese programa cuántas de ellas van a volver a tener un empleo real, cuántas van a quedar cesantes. Ahí es donde surgen cifras que imagino son compartidas, porque han sido entregadas por varias instituciones: 2 millones 300 mil personas sin empleo.
Si a eso agregamos que quienes tienen trabajo hoy día han sufrido una baja importante en sus ingresos -porque eso es así; a mucha gente no la han echado, pero le han reducido sus ingresos-, quiere decir que estamos enfrentando un futuro tremendamente difícil y complejo. El desafío de generar empleo y de hacerlo además para todos quienes lo han perdido o para los que están incorporándose recién al mundo laboral parece que va a ir mucho más lento o va a ser más difícil de concretar que una reactivación de la economía o una mayor inversión en algunos niveles.
Ahí, pues, es donde uno dice: "Bueno, este es un tema respecto del cual hay que preocuparse e irlo viendo con anticipación". Porque lo que implica en términos sociales el no tener esperanza de que en algún momento en el corto plazo se pueda contar con empleo, además con decisiones políticas importantes para el país durante este año y el próximo, en que para muchos hay niveles de incertidumbre, de presión social, de expresión de falta de confianza en quienes, por ejemplo, deben realizar inversiones, va a retardar mucho más el fenómeno de reactivación de la economía.
En consecuencia, creo que hay que hacer un esfuerzo mayor por tratar de construir una propuesta, un proyecto de reactivación de la economía que contemple los asuntos vinculados con el empleo, que esté más socializado, que sea parte de decisiones o de propuestas más compartidas. Echo mucho de menos en todo este proceso que hemos tenido que el sector privado, los inversionistas, los empleadores sean mucho más proactivos en cuanto a determinar la forma en que creen que se puede salir de esta crisis en conjunto con los trabajadores, que son los afectados.
El mundo laboral no ha tenido posibilidad de expresarse respecto de estos temas; o no ha sido escuchado, o no ha tenido un rol protagónico o no se lo toma en consideración. Al respecto, pienso que el Ejecutivo tiene que jugar un papel más significativo para generar convocatoria e ir conduciendo al país hacia una propuesta de reactivación de la economía con un alto énfasis en empleo, por los efectos sociales, que deben ir de la mano con la emergencia sanitaria y la protección de nuestra gente.
Creo que ello es totalmente compartido.
Por consiguiente, el rol que deben jugar además - como lo han señalado mis colegas- la inversión pública, la política fiscal para apoyar los programas que impliquen creación de empleo ha de ser a mi juicio mucho más proactivo: inversión para activar la economía, pero también recursos para tener mayor capacidad de generación de empleo, o de sustentar o sostener el que hoy día existe, pero que, producto de la caída económica que han registrado importantes sectores creadores de empleo, como el caso del turismo que se ha puesto tantas veces, se ha vuelto particularmente sensible, porque ese sector...

La señora MUÑOZ (Presidenta).- Está sin micrófono, señor Senador.
Hay que darle audio para que termine su intervención.

El señor PIZARRO.- ¿Ahí? ¿Ahí sí?

La señora MUÑOZ (Presidenta).- Ahí sí.

El señor PIZARRO.- Voy a terminar en seguida, señora Presidenta, para no quitarles el tiempo al resto de mis colegas.
Decía que, por ejemplo, en el sector del turismo, que presenta una caída tremenda, su reactivación se ve mucho más compleja y difícil. En turismo además existe una calidad de empleo para quienes más necesitamos: gente joven y mujeres fundamentalmente.
Por lo tanto, la pregunta es de qué modo como país, como sociedad vamos articulando medidas que ayuden a mejorar la situación del empleo y la reactivación en ese ámbito.
En el caso del turismo, hay otros países abocados a ello. A vía ejemplar, Japón ha hecho una campaña gigantesca de promoción del turismo interno, subvencionando, subsidiando directamente. Yo no sé si una política de ese tipo es factible establecerla acá; pero eso requiere el acuerdo con otros sectores y entender que cuando estamos enfocándonos, por ejemplo, en ese segmento, estamos haciéndolo también priorizando trabajo para los sectores a los que les cuesta más, que básicamente son el de las mujeres y el de los jóvenes.
Pongo aquello como ejemplo, señora Presidenta, porque creo que nos falta mucho todavía para tener una propuesta más compartida y en la que participen todos quienes tienen algo que decir: los empleadores, los inversionistas, los trabajadores, el mundo político, el mundo social, el mundo académico. Es decir, aquí hay que tratar de que el discurso que plantea que "de esta salimos todos juntos" se pueda comenzar a hacer realidad.
Muchas gracias, Presidenta.

La señora MUÑOZ (Presidenta).- Tiene la palabra el Senador Ricardo Lagos.

El señor LAGOS.- Señora Presidenta, trataré, como lo han hecho todos quienes me han antecedido en el uso de la palabra, de ser breve. Pero en este, mi caso, procuraré tener éxito.
Agradezco el informe del Banco Central.
Pero voy a entrar directo al grano.
Primero, a varios Senadores -y me debo incluir- nos ocurre, teniendo aquí a las autoridades del Banco Central y a sus consejeros capturando la atención de los colegas, que caemos en la tendencia o en la tentación de tratar de abarcar muchos temas, algunos de los cuales seguramente, si uno es estricto y purista, escapan al mandato propio de esta entidad. Pero considero importante que el Banco Central también palpe y se empape un poco de lo que sucede en lo que hacemos en el día a día, de lo que percibimos que está aconteciendo y de nuestra relación con el Gobierno. Porque así como reconozco -y lo alabo además- el rol que el Instituto Emisor ha jugado a la hora de coordinarse con el Ejecutivo, a la hora de que fuimos capaces de establecer una nueva reforma constitucional y de modificar la Ley Orgánica del Banco Central en medio de la crisis, para darle más atribuciones a este organismo, donde todos colaboramos, hay que reconocer también que el Banco Central ha desempeñado un rol importante al momento de facilitar y apalancar créditos, de generar ciertas flexibilidades, de poner determinadas condicionalidades en el otorgamiento de créditos respecto de la banca para que presten recursos a la pequeña y mediana empresas. Además, el año pasado tuvo que intervenir por el tema del dólar. O sea, ha habido un rol que ha jugado el Instituto Emisor en que, entendiendo cuál su mandato constitucional específico, al final la economía está interrelacionada. En consecuencia, si bien el Banco Central no puede resolver los problemas de la pequeña y mediana empresas, creo que tiene que hacer el esfuerzo de entender qué hay detrás de nuestras -no sé si la palabra es "reclamos"- preocupaciones.
En este sentido, quisiera decir -y tal vez puede sonar injusto- que comparto algo de lo que decía el Senador Pizarro en cuanto a que las cifras no son tan desfavorables. Se esperaba que fueran más negativas en el Imacec en el día de ayer. Vemos que el Banco Central señala que es menos negativo de lo que se pensó en un minuto con respecto al año 2021... (falla de audio en transmisión telemática)...
En concreto -y lo digo acá-, lo que yo le pediría al Banco Central -porque uno siempre le pide a este organismo, junto con agradecerle sus informes- es que nos dijeran si tienen contemplado tratar de anticiparse desde el punto de vista de los escenarios, que es lo deben hacer y así proceden. Porque yo estoy preocupado del tema de los rebrotes, para ser bien franco, pues vemos que países desarrollados que han implementado políticas mucho más agresivas que las nuestras a la hora de enfrentar la crisis de la pandemia han experimentado rebrotes con mucha intensidad y que los han afectado, debiendo reimponer medidas de aislamiento que terminan perjudicando la economía. Estoy pensando en Nueva Zelandia, o en otros países, como España, que se demoraron muchísimo en abordar este asunto y que ahora están de nuevo con el problema.
Entonces, en nuestra situación veo que el Gobierno ha hecho un esfuerzo grande en materia de salud y que todavía esto es muy desigual. Por ejemplo, en la Región de Valparaíso, a pesar del confinamiento que ha tenido -va para los dos meses y fracción-, las cifras aumentan. Y, al mismo tiempo, en algunos sectores de la Región Metropolitana se liberalizan las medidas, y ahora nos llega la información -no sé si será cierta; pero esto lo vemos por las redes sociales- de que para el 18 de septiembre se van a levantar las cuarentenas por tres días. ¡O sea, de qué me están hablando! Me cuesta entenderlo. Si eso fuera cierto, me parecería muy extraño. Porque si hay razones de salud, no veo por qué se van a levantar las restricciones solo por tres días, salvo para estimular económicamente al país.
Sin embargo, todo eso tiene todo un impacto.
¿A qué voy con decirle esto al Banco Central? A ver si pueden considerar qué ocurrirá con los rebrotes y qué acontecerá pasado mañana.
En materia de empleo, uno habla con personas vinculadas con el sector privado o ve las encuestas, y observa claramente que no va a haber una vuelta atrás, o sea, no vamos a volver -comillas- a la normalidad. Muchas empresas se habrán ajustado; van a seguir trabajando tal vez de una manera distinta a como lo hacían antes desde el punto de vista de la necesidad de los recursos humanos. Y esto nos va a acompañar un tiempo largo. No conozco a nadie que me diga que no vamos a tener desempleo de dos dígitos por al menos casi dos años, cifra a la que no estábamos acostumbrados. Nos habíamos desacostumbrado a eso en Chile, pues se hablaba del 6, del 7, del 8 por ciento; de la tasa natural de desempleo, etcétera, y ahora vamos a tener que convivir con dos dígitos por mucho tiempo y con una economía que no será todo lo pujante que quisiéramos, y con todos los desafíos que tenemos por delante -y con esto voy finalizando- en materia de políticas públicas, con una nueva Constitución tal vez con un nuevo rol, con derechos que se van a querer consagrar en su texto y con un endeudamiento que nos está llevando a límites más altos y que nos va a topar la posibilidad de tener más ingresos. Podemos hacer un esfuerzo por los gastos y vamos a tener que realizar una reforma tributaria, en fin.
Luego, en todo este panorama, ¿qué le pido al Banco Central? A mi juicio, que va a tener que abrirse a ser muy agudo y tal vez más ambicioso -no es que no lo haya sido; es por lo que viene- en materia de prever escenarios.
Creo que no estamos -tal vez hablo por mí mismo- computando bien qué va a ocurrir mañana, porque uno sigue con el chip de que, levantada la pandemia, vamos a volver a la normalidad, que aquella no va a existir nunca más. Pero cuesta hacerse la idea de que eso no será nunca más así, y la pregunta que surge es qué vamos a tener por delante: ¿un mercado laboral completamente distinto, que ya estaba amenazado por otros temas, como la inteligencia artificial, etcétera? ¿Y ahora cómo enfrentamos esto?
Por consiguiente, entendiendo que el Banco Central tiene su mandato bien claro, me parece que va a tener que seguir haciendo esfuerzos para vincularse más en este debate. Y esto genera tensiones -yo lo sé-, por el rol que ha jugado de autonomía, de desvincularse de lo político, de ser lo más técnico posible. Pero al final las decisiones que se deben tomar en materia económica son políticas.
Señora Presidenta, quisiera terminar también con una mirada positiva. Creo que nosotros en Chile al menos no hemos permitido discutir sobre el tipo de ayuda a implementar producto de lo que hemos hecho y, entre otras cosas, por el rol que ha jugado el Banco Central y otra institucionalidad chilena.
No se trata de caer en la autocomplacencia. Yo sé que hay sectores que no gustan de estos temas y dicen: "No, yo no soy autocomplaciente".
En verdad, señora Presidenta, veo a otros países de la región y miro para atrás cuando discutíamos un "bono COVID" de 50 mil pesos, en que decíamos que debía ser de 80 o 100 mil pesos, y después terminamos con un bono de medio millón de pesos. Y como la cosa ya no dio abasto y por la lentitud del Gobierno derivamos en el retiro del 10 por ciento de los fondos previsionales.
Con ello quiero decir que hemos tenido la capacidad de poner mucho sobre la mesa a la hora de apoyar, pero sigue siendo insuficiente para las necesidades que hay. Pero mirando alrededor, porque las cosas no son en un vacío, yo creo que...

La señora MUÑOZ (Presidenta).- Está sin audio, Senador.
Señor Secretario, por favor, actívele el micrófono a Su Señoría para que concluya la intervención.

El señor LAGOS.- ¡Bueno, fracasé miserablemente en tratar de ser más breve que mis antecesores! Pero...

La señora MUÑOZ (Presidenta).- ¡Lo sabíamos desde antes...!

El señor LAGOS.- ¡Usted me conoce, pues, señora Presidenta...!
Termino con lo siguiente.
Quiero decir que, sin ser autocomplaciente, hay que valorar también el tipo de institucionalidad que nos ha permitido, con responsabilidad, discutir que, en vez de 50 mil pesos, tengamos bonos de distinta naturaleza y diferentes tipos de apoyo. Claro, siguen siendo insuficientes, siguen siendo segmentados. Todos los déficits los conocemos. Pero creo que, en vista de la discusión que viene, sería bueno que igualmente valoráramos parte de lo que hemos realizado. Porque a ratos siento en algunas intervenciones -no digo que hoy- que pareciera que todo es tan gris y tan oscuro, cuando, teniendo muchos déficits, precisamente por lo que hemos hecho es que podamos plantearnos tal vez superarlos.
Es todo, señora Presidenta.
Muchas gracias.

La señora MUÑOZ (Presidenta).- Tiene la palabra la Senadora Ximena Rincón.

La señora RINCÓN.- Señora Presidenta, la verdad es que escuché atentamente el informe del Presidente del Banco Central -saludo, a través suyo, a su Presidente, a la consejera-, y me alegro de contar con una institucionalidad robusta, como lo han señalado quienes me antecedieron en el uso de la palabra, pero sí me quedo muy preocupada, sobre todo -no sé si lo dijo el Senador Pizarro-, por el tema de las expectativas y de lo que está aconteciendo en algunos sectores.
Hoy día tuvimos sesión en la Comisión de Economía con el sector del turismo: todo el sector de gastronomía, hotelería, servicios. Y la situación es crítica.
Entonces, cuando escuchamos en la Cámara de Diputados que hay algunos que van por el segundo 10 por ciento, eso obedece a una falta o una ausencia de propuestas desde el Ejecutivo que ayuden a enfrentar la situación de crisis que viene hacia adelante.
En ese sentido, a mí me preocupa cuál es el rol que va a jugar el Banco Central. El Banco Central es una institución claramente autónoma. Ha defendido -y está bien- ese rol, pero ha hecho aproximaciones y ha emitido opiniones que no han mantenido siempre esa autonomía. Y lo digo justamente por el tema del 10 por ciento. Creo que el Presidente se sumó a quienes, de manera ruda y muy agresiva, señalaron que esta medida iba a ser catastrófica. Sin embargo, los mismos datos que muestra hoy día el Presidente dan cuenta de que no solo no fue catastrófica, sino que fue clave para enfrentar una situación crítica.
Ha habido aportes del Estado a través de los proyectos del Gobierno que se han aprobado en el Parlamento para un segmento de la ciudadanía, pero claramente han sido insuficientes, lentos, tardíos y con una serie de requisitos que hacen que terminen siendo poco efectivos.
Al final, el retiro del 10 por ciento vino a aportar la agilidad, la contundencia, la rapidez que se requería para atender a la ciudadanía.
¿Qué me preocupa? Me preocupa una falta de mirada de largo plazo en estas materias; me preocupa que tengamos sectores que a la fecha no reciben respuesta del Ejecutivo, y me preocupa que no tengamos una propuesta de largo plazo en lo que significa la política económica, en la que el Banco Central puede jugar un rol, y un rol importante.
Dentro de las cosas que se dijeron respecto del 10 por ciento, se sostuvo que este retiro iba a tener efectos no necesariamente positivos -creo que esas fueron las expresiones que se ocuparon-; y me gustaría saber -de hecho, oficiamos al respecto a la CMF y al Ministerio de Hacienda- cuál ha sido el flujo de moneda extranjera durante el período de discusión del proyecto del 10 por ciento y post 10 por ciento; qué pasó en ese escenario. Y lo digo porque fue una de las cosas que se usó como argumento para estar en contra de esa iniciativa.
Y también me gustaría saber cómo está viendo el escenario macroeconómico el Banco Central respecto a lo que viene hacia adelante, porque el 10 por ciento se va a acabar, y hay sectores que no tienen acceso a aquella herramienta y que tampoco han tenido acceso a otras herramientas. Lo decían algunas de las expositoras hoy día en la Comisión de Economía: "No calificamos para el IFE, ni calificamos para el Fogape y tampoco tenemos ahorros propios que nos permitan enfrentar esta situación".
En ese escenario, obviamente, cabe preguntar cómo lo está viendo el Banco Central; cuáles son las medidas que debieran aplicarse. Porque no contar con recursos significa impactar en las familias de nuestro país y, por tanto, en la economía. Y eso obviamente es un escenario desastroso.
A mi juicio, tenemos que abordarlo, porque cuando se plantea ese segundo 10 por ciento, la respuesta debiera ser: ese 10 por ciento ahora le corresponde al Estado y no más a los ahorros de los trabajadores.
Eso, Presidenta.
Muchas gracias al Presidente del Banco Central y al Consejo.

La señora MUÑOZ (Presidenta).- Gracias, Senadora Rincón.
Quiero advertir a los colegas que faltan diez minutos para el término de la sesión y están inscritos los Senadores señores Girardi y Chahuán y señora Allende.
Entonces, quiero solicitarles que sean breves para que el Presidente del Banco tenga la posibilidad de responder. Si no, tendríamos que contar con el acuerdo de la Sala para prorrogar por un rato la sesión. Además, les recuerdo que tenemos reunión de Régimen Interior a las 3 y a las 4, sesión de Sala.
Así que les pido a los colegas la mayor brevedad posible en sus intervenciones.
Senador Girardi, tiene la palabra.

El señor GIRARDI.- Señora Presidenta, también quiero agradecer al Banco Central. Me parece muy importante la reflexión y el planteamiento que hacen, pero tengo algunas dudas, que yo se las he planteado a nuestro Presidente, a Mario Marcel, sobre cómo se inserta esto en el escenario que vamos a vivir, porque las pandemias van a seguir repitiéndose, ya que estamos ante una crisis ecológica. Y por las mismas razones que hubo esta, van a venir otras; es lo más probable.
Estamos viviendo un proceso de gran aceleramiento. Y la pandemia ha hecho algo que tal vez no era esperado, pero que iba a ocurrir de todas maneras: aceleró el proceso de digitalización del planeta.
El punto es cómo se inserta una economía para el siglo XXI, que está siendo pensada desde un chasís institucional del siglo XX,...

La señora MUÑOZ (Presidenta).- Se escucha baja tu intervención, Guido. ¿Puedes hablar más fuerte?

El señor GIRARDI.- ... desde una lógica totalmente analógica. ¿Cómo se inserta? ¿Cómo dialoga un modelo de desarrollo, un modelo de crecimiento económico cuando tu chasís institucional está obsoleto? Responde a una era que ya está dejando de existir, que es la segunda revolución industrial, que estaba caracterizada, por ejemplo, por el petróleo, que era el centro geopolítico y dinamizador de la economía, que ya no lo es; o que estaba caracterizada porque la mano de obra era el factor de productividad más importante, y ya no lo es.
¿Cómo se inserta esto en esta revolución tecnológica, en esta metamorfosis que estamos viviendo, donde lo importante son los datos, la inteligencia artificial, y cuyas consecuencias vamos a empezar a vivir nosotros?
¿Cómo entendemos, por ejemplo, que las prioridades tienen que ser el acceso a internet? Hay jóvenes que no van a poder estudiar ni ahora ni a futuro si no tienen internet. La pandemia ha producido un proceso de trabajo a distancia, lo cual ha generado que quienes no tienen internet queden fuera.
Entonces, aquí tenemos que empezar a establecer prioridades.
¿Cómo opera un Estado? Yo creo que el Gobierno ha actuado muchas veces con tardanza, con negligencia, con ineficacia, con falta de sensibilidad. Pero también quiero decir que tenemos un Estado anacrónico, un Estado que no posee interoperabilidad, donde no dialoga un Ministerio con otro. Necesitamos un Estado digital que pueda justamente abarcar y hacerse cargo de esta nueva economía.
Tenemos un punto: estamos hablando aquí de empleo, pero el proceso de automatización, de reemplazo por robótica, por inteligencia artificial; la modalidad de cambio de prestación de servicios por tareas, por plataformas van a cuestionar profundamente todo el modelo de seguridad social, todo el modelo y concepción de la institución del empleo.
¿Dónde está esa reflexión?
O sea, a mí me parece que tenemos que poner esos aspectos como elementos centrales de lo que viene, porque yo no entiendo cómo, entonces, se planifica el futuro cuando estamos combatiendo con las sombras de un mundo que ya está dejando de existir.
A mi juicio, debemos hacer una reflexión mayor de cómo Chile aprovecha las oportunidades, y tiene oportunidades de nicho; de cómo fortalece, por ejemplo, el desarrollo en ámbitos donde podemos ser competitivos a nivel mundial, como son las energías solares, como es el desarrollo del hidrógeno.
Tal vez el hidrógeno debiéramos pensarlo desde ya. Y no estoy hablando a cincuenta años, sino de aquí a diez años. Debiéramos pensarlo ya como el reemplazo de lo que fue el cobre, de lo que fue la estrategia del salitre en el pasado, pero es mucho más interesante, porque requiere de capital humano, requiere de técnicos, requiere de doctores.
Creo que tenemos que empezar a pensar también el país con relación a su vocación y cómo esta se inserta en la economía mundial.
Uno de los cambios que va a haber es no solamente el reemplazo por la robótica y la inteligencia artificial, es no solamente que las plataformas van a disminuir la necesidad de personal, sino que esta era digital hará que los empresarios, a lo mejor, a futuro no van a contratar trabajadores chilenos, sino que van a poder contratar trabajadores y trabajadoras que van a estar localizados en cualquier parte del mundo.
¿Cómo se enfrenta la seguridad social? ¿Cómo se enfrenta un modelo de pensiones, que está basado en aportes de seis puntos del empleador, cuando a lo mejor ya no va a haber tantos empleadores, ni los trabajadores van a tener contrato fijo?
Entonces, Mario, creo que es muy importante poner esto en algún espacio de reflexión.
En la Comisión de Futuro nosotros constituimos una Comisión para estudiar, con todas las universidades, un estado digital interoperable. Estamos trabajando en otro equipo, que está viendo todas las consecuencias de la tecnología y la inteligencia artificial. Porque, además, este es un escenario muy dinámico: la inteligencia artificial crece cien veces de un año a otro, y es importante analizar los impactos que va a tener sobre la institución del empleo y todas las implicancias asociadas. Evidentemente, son temas muy relevantes, y hay que considerarlos.
Asimismo, tenemos un equipo de todos los rectores de universidades que están trabajando y modelando escenarios futuros, para poder anticiparse. Los cambios van a ser aceleradísimos y yo creo que el problema más grave es la desincronización que está produciendo el aceleramiento tecnológico con la lentitud que tienen todas las instituciones, los parlamentos, en reaccionar frente a estos cambios y en no poderlos procesar oportunamente. Vamos detrás de los procesos, y no acompañándolos, ni menos delante de ellos.
Entonces, me gustaría saber cómo el Banco Central mira esta revolución tecnológica, esta nueva era, esta nueva economía, cuando nosotros tenemos todo un chasís y una visión más bien anclada y varada en un siglo que ya está terminando, y que es, en consecuencia, inapropiada para el nuevo mundo que viene.

La señora MUÑOZ (Presidenta).- Gracias, Senador Girardi.
Senador Chahuán, tiene la palabra.
¿Senador Chahuán?
Sí, lo veo, Senador Navarro, sé que quiere intervenir.
Estoy llamando al Senador Chahuán, pero si no está le voy a dar la palabra a la Senadora Allende y después a usted.
¿No está el Senador Chahuán?
Senadora Allende, tiene la palabra.

La señora ALLENDE.- Gracias, Presidenta.
Un saludo, por supuesto, a Mario Marcel y a todo el Consejo del Banco Central.
Muy breve.
Bueno, obviamente es muy importante y necesario recibir esta información; ayuda. Sin embargo, yo también comparto que nos deja un poco la sensación de que falta información más desagregada.
Yo entiendo las grandes cifras que se nos entregan, pero uno se queda con las realidades diferentes que enfrentamos cada región. Cuando aterrizamos esa información lo que vemos es que hay sectores muy importantes sin protección social, sin ayuda, porque no la han recibido o han quedado fuera. Hemos tenido que pelear, literalmente, para que las trabajadoras de casa particular puedan acceder al Seguro de Cesantía; para que transportistas puedan recibir un bono. Esperamos mañana que los garzones entren a algún tipo de apoyo.
Entonces, las grandes cifras que nos entrega el Banco Central son innegables, pero otra cosa es cuando se desagregan y vemos lo que ocurre en regiones.
Eso es lo primero que quiero decir.
Segundo, yo también comparto que nos hace falta saber cuál sería la estrategia más adecuada, según el Banco Central, para una mejor reactivación, más en el largo plazo, porque vamos a convivir con la pandemia y con la cesantía, que es brutal, además de la suspensión y el no regreso al trabajo, la inactivad, en fin; eso es muy tremendo.
Por último, para hacerlo bien rápido, uno tiene sus dudas, y lo quiero expresar así. Nosotros desde un comienzo planteamos una renta universal que hubiese sido menos focalizada y al 80 por ciento, y probablemente a esta altura habríamos ganado mucho más tiempo que el que nos toma tratar de ver por sectores que quedaron afuera, que no llegan, que no acceden, en fin.
Sería bueno saber, de haber una respuesta frente a eso, si era correcto hacer una política tan fraccionada y focalizada. Pero dentro de eso, hay un tema que he visto que no se ha tocado y que nos afecta muchísimo a las mujeres. O sea, si a alguien ha afectado la pandemia es a las mujeres. No me refiero solo a la violencia, obviamente. Estoy hablando de la menor empleabilidad, estoy hablando del grado de informalidad existente, estoy hablando de las menores pensiones, estoy hablando de cómo han tenido que hacerse cargo de las tareas -lo que no se valoriza- sin mayor ayuda, y de todo el tema de las cuidadoras de aquellos adultos mayores que no son autovalentes; es un aporte de ellas que nunca se menciona.
Entonces, por un lado sería bueno que alguna vez se hiciera una medición de lo que significa el aporte económico que hacen las mujeres para sustentar este sistema, haciéndose cargo donde no hay cuidadoras, pero, por otro lado, quiero saber qué medida específica se va a tomar en relación con las mujeres.
Eso, Presidenta, para ser breve.
Muchas gracias.

La señora MUÑOZ (Presidenta).- Gracias, Senadora Allende.
Senador Navarro, tiene la palabra.

El señor NAVARRO.- Gracias, Presidenta.
Quiero saludar al Presidente Mario Marcel. Nos hemos encontrado sucesivamente en esta cuenta los últimos dieciséis años con el Banco Central, y está claro que se trata de una cuenta establecida como un deber del Banco Central y un deber del Senado escucharla.
Muchas veces le hemos planteado al Presidente -antes era consejero- que el Banco Central de los Estados Unidos incorpora la preocupación sobre el empleo, no solo de la inflación, que es la preocupación central de nuestro Instituto Emisor. Y en la nueva Constitución está claro que, respetando, por cierto, su absoluta autonomía, se tiene que introducir una variante que se adapte más a las necesidades del país, y qué más importante que el empleo, particularmente por el anuncio del 30 por ciento de cesantía. El Banco Central sin duda lo puede hacer. Si no, no existirían los bancos centrales, porque la economía es la clave de la generación de empleo.
En 1980, durante la dictadura, se llegó a un salvataje a la banca por más de cuatro mil millones de dólares de ese entonces. Imagino que el Banco Central aprobó en ese momento un movimiento de esa envergadura por parte del Gobierno para ir en salvataje de la banca, cuando además había una cesantía del 30 por ciento.
Hoy estamos en 30 por ciento -lo ha dicho la Subdirectora del INE: en 28 y tantos por ciento- y la pregunta es: el Banco Central no tiene tuición para preocuparse del empleo, y está claro que la inflación es un elemento central, pero ¿cuál es la proyección respecto del empleo?
Aquí ya se ha recordado el Fogape. Se lo dijimos al Ministro Briones: que iba a tener que volver varias veces al Senado, porque no funcionó, no ha resuelto el problema. Por tanto, el Banco Central debiera tener una opinión sobre las medidas para mejorar la economía, si su tarea central es manejar la inflación para que haya una buena economía, cuando hay acciones de los gobiernos, no necesariamente de Derecha, pueden ser de Izquierda, sobre el particular.
Mi pregunta es sobre el Fogape y las medidas del Gobierno: qué tanto han incidido y cómo proyectan estas acciones en los meses que vienen, que van a ser muy duros.
Algunos de los que están en esta reunión tienen la edad suficiente para recordar el PEM y el POJH. Yo lo recuerdo muy muy claramente: mi madre trabajó en el PEM y en el POJH, y mucha gente lo pasó muy mal en los ochenta y lo va a volver a pasar mal en el 2020 producto de esto.
En segundo lugar, respecto del 10 por ciento, el Gobierno, decía Carlos Montes -y yo confío en las cifras que él entrega-, ha gastado menos de los 12 mil millones de dólares, pero el 10 por ciento ha significado en cifras oficiales de la Superintendencia de Pensiones, al 1° de septiembre del 2020, 12.600 millones de dólares, que han traspasado las AFP a los usuarios. Son 8,5 millones los afiliados que han sacado su plata.
Es decir, aquí, los trabajadores de Chile, el pueblo, han puesto más dinero en la reactivación económica que el Gobierno, y por tanto, toda esta demonización que hizo Briones, que hizo Economía, que hizo el Gobierno sobre el impacto del 10 por ciento, que nunca respondieron en la Sala -el Ministro Briones nunca responde en la Sala, ¡se va de la Sala una y otra vez!; el Senador De Urresti lo sabe muy bien-, fue equivocada.
Por otro lado, ya tuve la posibilidad -no recuerdo si estaba Mario Marcel- de preguntar al Banco Central, el 2008, cuando vino la pérdida producto de la burbuja inmobiliaria de Estados Unidos, en una reunión presencial, con varios consejeros, cómo protegíamos los fondos de las AFP, porque la pérdida del 50 por ciento de ellos era no solo dramática, sino avergonzante. Y el Banco Central me señaló que no tenían tuición sobre aquello. Es decir, sobre el mayor ahorro disponible para la activación económica del sector privado dicho organismo no tiene ninguna tuición. Y me gustaría saber, a la luz de estos antecedentes, si el Presidente estima que en el Banco Central debe haber una preocupación respecto de la mayor masa de ahorro disponible en Chile para activar la economía, toda vez que en la discusión de la nueva Constitución -yo espero estar en ese debate, ya sea como Senador o donde estuviere- las funciones del Banco Central van a ser revisadas, porque claramente las que hoy día tiene son insuficientes. Vamos a cautelar su autonomía, pero claramente las funciones que tiene deben ser revisadas. Podría dar más. En mi opinión, en el Banco Central hay mayor capacidad y materia gris para hacer mucho más.
Y por último, el Ministro Briones ha anunciado 0 por ciento de reajuste para el salario mínimo, y esto sí le compete al Banco Central, porque es el que cautela la inflación.
La inflación, señora Presidenta, da cuenta de que el Ministro de Hacienda le dice a una fuerza laboral de cinco y medio millones de trabajadores que es 0 por ciento el reajuste del sueldo mínimo; da cuenta de los niveles de inflación actuales, reales y proyectados para que, efectivamente, un alza del sueldo mínimo afecte la inflación o la economía.
Parece una bofetada inmerecida, en momentos de crisis, de abandono, de miedo, de pánico, el saber que hay 0 por ciento de reajuste...

La señora MUÑOZ (Presidenta).- Senador Navarro, está sin audio.
Le pido que concluya su intervención, porque ya estamos pasados en la hora de término de la sesión.

El señor NAVARRO.- Vale, señora Presidenta.
Estaba entusiasmado. No sé en qué momento me dejaron de escuchar, cuándo las notas de mi voz dejaron de llegar a ustedes, porque no controlo este micrófono.
Solo les quiero decir que el 0 por ciento del reajuste anunciado por Briones no alcanzará ni siquiera para ir a votar el 25 de octubre. La gente se gastará más de una luca y media, más que 1.500 pesos para ir a cumplir con su deber cívico, porque este Gobierno todavía no anuncia la gratuidad del transporte público para ese día.
¿Cuál es la incidencia? ¿Por qué un reajuste de 0 por ciento? ¿Se disparó la inflación en Chile, Presidente del Banco Central, Mario Marcel, para tener ese guarismo?
He dicho.

La señora MUÑOZ (Presidenta).- Gracias, Senador Navarro.
Voy a ofrecer la palabra a don Mario Marcel, Presidente del Banco Central, para que se haga cargo de los planteamientos hechos por los colegas en sus intervenciones.
Tiene la palabra, don Mario.

El señor MARCEL (Presidente del Banco Central).- Muchas gracias, señora Presidenta, y muchas gracias a las Senadoras y Senadores que intervinieron en el debate.
Son varios los temas y hartas las preguntas, así que trataré de cubrirlas lo mejor posible, dentro del tiempo que resta.
En primer lugar, respecto de la consulta del Senador Coloma sobre el efecto del estallido social y de la pandemia sobre la actividad, me parece que en el mismo informe hay un gráfico. Pero, en todo caso, si uno compara las proyecciones actuales de actividad económica con las que tenía el propio Banco Central antes del estallido social, es decir, las correspondientes al Informe de Política Monetaria de septiembre del año pasado, eso da para este año y los siguientes una diferencia del orden del 10 por ciento. O sea, el producto, para el cierre de este año y también para el próximo, será cercano al 10 por ciento por debajo de lo que habría estado de acuerdo a las proyecciones que hicimos en septiembre del año pasado, previo a todos los acontecimientos que han afectado al país.
De esa diferencia de 10 por ciento, alrededor de dos tercios corresponden al impacto de la pandemia del coronavirus y el resto al efecto del estallido social.
Esa es parte de la realidad con la que hemos lidiado y con la cual seguiremos tratando en el futuro, y también nos indica los desafíos que tenemos por delante.
En ese sentido, creo que el hecho de que se proyecte una caída algo menor de la actividad para este año no cambia significativamente el hecho de que nos enfrentamos a una situación económica considerablemente más negativa que la que veíamos hasta hace un año. ¡Mucho más negativa!
Por tanto, me parece difícil poder calificar este informe como optimista. Quizás, como durante varios meses hemos tenido noticias negativas agregadas a las otras y hemos visto empeorar todas las proyecciones, a lo mejor cuando estas dejan de empeorar o son algo menos negativas nos parecen optimistas, pero la verdad es que, por supuesto, la situación de la economía hoy día es de una debilidad mucho mayor y de niveles de actividad considerablemente menores a los que esperábamos hace no mucho tiempo.
Ahora, en nuestras proyecciones, básicamente tomamos en cuenta cómo se va ajustando el punto inicial desde el que estas se hacen, considerando lo que realmente ha ocurrido en la actividad; cómo se prevé que evolucionen las cuarentenas, dado lo importantes que han sido en esta última etapa; cuál es la magnitud de las transferencias que reciben las personas y el impacto de otras políticas, especialmente sobre el crédito. Es en función de eso que elaboramos las proyecciones de actividad. Tratamos de ser lo más realistas y de tomar la información más fidedigna posible.
Y, en esa coyuntura, parte de esta menor caída de actividad tiene que ver con una economía que, especialmente en algunos sectores, fue capaz de adecuarse algo mejor a lo que se esperaba en estas condiciones tan negativas, y con el hecho de que han aumentado las transferencias y el apoyo a los ingresos de los hogares, manteniéndose el flujo positivo del crédito. Esos son los elementos que soportan esta proyección.
Ahora, varios Senadores y Senadoras han preguntado sobre el riesgo de los rebrotes y el efecto de las cuarentenas, en particular el Senador Coloma, quien consultó por la cuantificación del efecto de estas últimas.
En informes anteriores hemos presentado esos datos. Básicamente, hasta abril-comienzos de mayo el tipo de cuarentenas que teníamos implicaban una pérdida de actividad del orden del 12 por ciento del PIB mensual, más o menos equivalente al 1 por ciento del PIB anual: cada mes completo con ese tipo de cuarentena.
Sin embargo, después esta medida se intensificó, y cuando eso ocurrió, nos encontramos con cifras más cercanas al 20 por ciento del producto mensual.
En el fondo, desde marzo en adelante, pero especialmente a partir de mayo, hemos tenido cuarentenas más largas y más intensas en términos del efecto sobre la actividad económica. Y eso explica por qué nos fuimos moviendo de las proyecciones que hubo al comienzo, por ahí por marzo, de caídas del orden del dos y medio, hasta llegar a este rango del IPoM anterior. Y eso ahora se ha corregido algo al alza en función de lo que se prevé como evolución futura de la actividad, condicionada por las normas sanitarias.
El Senador Coloma preguntó también sobre el efecto del teletrabajo, lo mismo que el Senador Montes, me parece.
Incluimos algo respecto del teletrabajo -perdón, fue el Senador Lagos Weber- en nuestro informe de percepciones de negocios, en el cual hacemos entrevistas a empresas de todo el país, donde igualmente hemos empezado a aplicar encuestas para responder a preguntas más ligadas a la coyuntura.
Y por ahí por abril-mayo de este año, cerca de un 20 por ciento de las empresas consideraba que podía desarrollar la mayor parte de sus funciones a través del teletrabajo; alrededor de un tercio decía que no podía recurrir a esta modalidad para ninguna función relevante, y el resto se ubicaba en una posición intermedia.
Creo que esa perspectiva se ha ido ratificando con la evolución en el tiempo, probablemente de manera más intensa de lo que en ese momento se preveía para el teletrabajo.
Con relación a la pregunta del Senador García, que mencionó el rol del Banco Central como proveedor de información, me gustaría señalar algunas cosas que están en preparación y en las que estamos avanzando.
Primero, en este análisis de microdatos de las empresas hemos sacado algunas conclusiones sobre su comportamiento en el curso de la pandemia: las empresas que han reducido a cero sus ventas o que han tenido descensos muy importantes y cómo han accedido al crédito. Esa información la vamos a desarrollar más en un informe que se va a presentar más adelante. Pero, en el fondo, esta capacidad para ir cruzando datos ayuda bastante a entender la realidad, porque, como muchos de ustedes han planteado, efectivamente los grandes agregados, los promedios esconden realidades que pueden ser muy diversas.
Entonces, ahí hay un tipo de información que el Banco Central se encuentra en condiciones de ir incorporando en su análisis y de compartir con el Congreso Nacional, con la opinión pública, con los analistas.
También tenemos en preparación una separata del IPoM de diciembre que versa sobre dinámicas de precios, que creo que se puede relacionar con la pregunta del Senador Navarro acerca del comportamiento de la inflación.
Y también en el informe de estabilidad financiera que se va a presentar en noviembre vamos a acompañar un capítulo especial sobre los contagios internacionales, no de las pandemias, sino de las crisis financieras, en este caso.
Todos son temas que está trabajando el Banco Central y que aportan a la discusión, no solamente orientados a su propio uso.
El Senador García, al igual que otros Senadores, preguntó por la relación entre los ajustes de las proyecciones para el 2020 y el 2021. El hecho de que para el 2021 se esté proyectando un rango de crecimiento algo menor al que preveíamos en el IPoM de junio es, fundamentalmente, reflejo de la circunstancia de tener en el 2020 una caída menor a la que se había previsto.
Por lo tanto, para el mismo nivel de actividad en el 2021, 2022, si cayó menos en el 2020, va a aparecer un crecimiento también menor en el 2021.
En el fondo, si comparáramos el nivel de producto que está proyectado para el 2022 hoy día, con la actual trayectoria, versus el nivel que se proyectaba en junio, con una caída más pronunciada el 2020 y una recuperación más acentuada el 2021, ese nivel de producto sería prácticamente el mismo.
En el fondo, es el efecto de la comparación de dos años, en los cuales especialmente el 2020 está teniendo un cambio importante en el nivel de actividad.
Respecto del balance del Banco Central, nosotros destacamos más el hecho de recuperar un patrimonio positivo que las magnitudes involucradas. Particularmente la referencia a la posibilidad de entregar excedentes al Fisco se halla planteada para el caso de que esta situación se mantenga durante los próximos cinco años, dado que una parte importante de esa mejora en el balance del Banco se vincula con el comportamiento del tipo de cambio. El Banco Central tiene activos en moneda extranjera, que son las reservas internacionales, y pasivos en moneda local, que son los bonos que emite o el propio circulante.
Entonces, parte de la mejora del presente año tiene que ver con el comportamiento del tipo de cambio, con la depreciación del tipo de cambio, pero a más largo plazo los factores más permanentes, relacionados con los intereses que se pagan por los pasivos y los intereses que se ganan por los activos, van a ir generando que se vaya afirmando ese valor positivo del patrimonio y se pueda ir trasladando a utilidades que puedan ser distribuidas al Fisco. Pero eso recién va a ocurrir el año 2025.
No hablamos de algo de una gran envergadura, que vaya a cambiar mucho la situación fiscal del país, pero nos parece que la circunstancia de que eso ocurra, después de décadas en las cuales el Banco Central ha manifestado pérdidas contables y patrimonio negativo, es un dato importante de reconocer.
El Senador Montes se declara no autocomplaciente. Y creo que es una definición que podemos compartir. Buena parte del informe y de la presentación que les acabo de hacer están orientados a decir: "Mire, todavía quedan muchas cosas por realizar. Hay heridas muy profundas que va a dejar esta contracción de la economía y todo el fenómeno de la pandemia y, sobre todo, el legado en el mercado del trabajo va a ser muy pesado y debería ser una prioridad muy importante hacia el futuro".
Entonces, el hecho de que se estén corrigiendo las proyecciones, en el sentido de que sean menos negativas para el 2020, está muy lejos de la autocomplacencia; simplemente significa reconocer algunos elementos que se hallan en juego en el presente año, pero, obviamente, los desafíos que quedan para adelante son de enorme envergadura. Algunos tienen que ver con las estrategias de desarrollo; otros, con el comportamiento de ciertos mercados y con la dinámica de la propia recuperación.
Entonces, tratamos de recoger algunas de esas cosas en esta presentación.
El Senador Montes preguntaba qué influía sobre la relación entre proyección 2020-2021. Bueno, hay elementos de política que son importantes, en especial todo lo que ha permitido incrementar el flujo de crédito a las empresas. Aquello ha posibilitado que muchas de ellas puedan sobrevivir en una situación en la cual, si eso no hubiera estado disponible, a lo mejor habríamos tenido muchas más... (falla de audio de alrededor de medio minuto en transmisión telemática).
Los sectores más afectados, por supuesto, son aquellos que requieren el trabajo presencial y la interacción insustituible; o sea, no hay muchas formas de desarrollar... (falla de audio en transmisión telemática)... si no es presencial. El sector de la construcción ha sufrido un deterioro significativo... (falla de audio en transmisión telemática)... el cambio en las condiciones sanitarias lo permitan de manera... (falla de audio en transmisión telemática).

La señora MUÑOZ (Presidenta).- Está con mala señal, Presidente.
Se escucha poco.

El señor MARCEL (Presidente del Banco Central).- Ah, bueno, usted me indica cuánto se perdió.
Básicamente, estaba hablando de que el sector de la construcción es muy intensivo en trabajo presencial, que requiere la interacción... (falla de audio en transmisión telemática). Por supuesto que se ha visto más afectado, pero también puede tener una recuperación un poco mayor que los otros sectores a medida que las restricciones vayan permitiendo que se restablezca este tipo de trabajo.
Respecto de los riesgos de un rebrote de la pandemia sanitaria, preocupación que han manifestado varios Senadores, entre ellos el mismo Senador Montes, por supuesto que es importante. Pero aquí hay que tener en cuenta que... (falla de audio en transmisión telemática)... donde se necesita conocer mejor las características de este virus, que... (falla de audio en transmisión telemática)... También se han ido descubriendo estrategias más efectivas para dar... (falla de audio en transmisión telemática)... con aquellas situaciones en las cuales se requiere hospitalización, cuidados intensivos y donde se encuentra en riesgo la vida de las personas.
Entonces, lo que han hecho varios países, que incluyo... (falla de audio de aproximadamente medio minuto en transmisión telemática)... de cuarentenas o restricciones que imperaron en un comienzo.
En ese sentido, es importante, por un lado, todo el trabajo que se haga en el ámbito de la salud para fortalecer todas las estrategias de testeo, monitoreo, aislamiento, y por el otro, todas las inversiones y estrategias necesarias para tratar de mejor manera a los enfermos más graves.
Por lo tanto, estamos en una situación en la cual la dinámica de la economía depende de lo que ocurre en el ámbito de la salud. Por lo tanto, lo mejor que le puede ocurrir a la economía en estos momentos es que las personas ajusten sus comportamientos, que las capacidades del sistema de salud mejoren, que se sigan estrategias adecuadas de monitoreo y de tratamiento de los casos.
Respecto del Fondo COVID y los recursos comprometidos, lo que podemos decir es que, por supuesto, este año se está produciendo un impulso fiscal positivo, expansivo. Este año el déficit fiscal va a ser muy superior al que se preveía en la época en que se discutía el Presupuesto en este mismo Congreso el año pasado.
Por supuesto, la composición de ese balance, y la composición del gasto hacen una diferencia importante. La inversión en infraestructura va a ser significativa, especialmente en los próximos meses, dado que va a tardar más tiempo en recuperarse la inversión privada, que es distinta a la minería, y que, al mismo tiempo, genera algún tipo de complementariedad con la inversión privada y también empleo.
Entonces, ese obviamente debería ser un énfasis importante, pero lo estamos viendo a pocas semanas de que comience a discutirse el Presupuesto del 2021. Es algo que obviamente, en términos de proposición, se está preparando en el ámbito del Ejecutivo, con el cual nosotros no tenemos mayor relación en esta materia.
El Senador Montes también preguntaba por la respuesta que se entregó a la ABIF en relación con el tema de los créditos Fogape. En realidad, el requerimiento de la ABIF tiene que ver con la facilidad del Crédito Condicional al Incremento de las Colocaciones del Banco Central, la FCIC.
La FCIC es una ventanilla de los bancos a un crédito en términos muy favorables, pero que tiene condiciones. Y estas están dadas fundamentalmente por la capacidad para girar recursos de esa ventanilla, dependiendo del flujo de crédito que van entregando los bancos.
Ahora, hay un segundo factor, que tiene que ver con el hecho de que estos créditos van contra una garantía que entregan los bancos; a esa garantía se la llama "colateral".
Inicialmente, cuando se echó a andar el FCIC, esas garantías eran bonos, básicamente instrumentos de renta fija. Eran bonos de los bancos, del Gobierno, de las empresas.
Eso posteriormente se amplió a créditos de la cartera de evaluación individual. Primero fueron los créditos menos riesgosos; se fue ampliando a créditos de un nivel algo mayor de riesgo. Y se les permitió, al mismo tiempo, a los bancos reemplazar colaterales, representados por créditos, por aumentar esos colaterales, vis a vis aquellos representados por bonos.
Entonces, lo que la ABIF planteó fue la posibilidad de ampliar aún más los colaterales elegibles hacia créditos de mayor riesgo.
El análisis que hicimos fue que si uno toma la totalidad de los instrumentos elegibles como colaterales, es más que suficiente para respaldar todo el flujo máximo de créditos que está contemplado en el FCIC 2.
Entonces, tiene que ver con aquello la respuesta que entregamos.
La operación del Fogape en realidad es la otra parte de lo que determina el flujo de crédito a las empresas, que es la garantía que entrega el Estado.
En esto, lo que nos parece que está ocurriendo es que se está produciendo una desaceleración de los créditos con garantía Fogape, que ocurre en cierta medida porque se está produciendo un cambio en las necesidades de las empresas, un cambio desde aquellas necesidades que estaban ligadas a la subsistencia, a financiar capital de trabajo cuando las ventas estaban cayendo muy dramáticamente, a una etapa en la cual las empresas empiezan a prepararse para la reactivación: muchas de ellas tienen que hacer algunas inversiones; tienen que hacer adecuaciones; tienen que volver a contratar trabajadores. Y para todo eso también necesitan financiamiento.
Entiendo que esto se discutió ayer en una sesión en el Congreso. Por tanto, lo que ocurra con las garantías Fogape es algo que está más bien en el ámbito del Ejecutivo.
En el caso nuestro, como decía, no vemos en este momento una necesidad inminente de ampliar los colaterales que sirven como garantías para el flujo de FCIC. Y eso es lo que está en la respuesta de la ABIF.
El Senador Montes también preguntaba por las familias que están realmente protegidas por el Ingreso Familiar de Emergencia, la situación de los hogares que están muy endeudados.
Yo diría que, en general, tiene que ver con este problema de tratar con grandes agregados o con promedios vis a vis la granularidad que hay que empezar a buscar. O sea, en estos momentos hay muchos programas en operación, muchos beneficios distintos. Eso no quiere decir que todo el mundo los esté recibiendo, ni que todo el mundo esté recibiendo alguno. Pero la verdad es que en estos momentos se va haciendo muy necesario tener la capacidad para evaluar qué sectores están recibiendo qué tipo de beneficios, hasta cuándo los van a recibir, si corresponden a lo que ellos necesitan o no.
Este es un momento que hay que aprovechar.
Nosotros damos como ejemplo lo que hemos hecho con la información más detallada de las empresas, pero hoy día existen las bases de datos con las cuales poder identificar quién está recibiendo qué beneficio, y dónde se puedan combinar esas bases de datos para saber efectivamente dónde están los sectores más necesitados.
Pero lo que uno debería poder concluir a estas alturas es que con la cantidad de programas que están en operación, más el tema del retiro del 10 por ciento de los Fondos de Pensiones, es difícil poder pensar en la evolución futura de este tipo de apoyo sobre la base de instrumentos de una amplia generalidad, porque se van a ir diferenciando cada vez más los casos de hogares con mayores problemas de aquellos que los van resolviendo de a poco.
Por último, se preguntaba por temas que deberían fortalecerse en una perspectiva de reactivación.
En mi presentación lo mencioné al final de manera más o menos rápida, está un poco más desarrollado en el texto de la presentación, pero ahí identificábamos seis desafíos que tienen que ver con el mercado del trabajo, con la transición en el tipo de programas que se están aplicando, el flujo de crédito, el caso de los sectores que están más golpeados por la pandemia y el distanciamiento social, el crecimiento potencial en el largo plazo.
Ahí hay algunas ideas que se plantean. En general, son todas cosas que no tienen mucho que ver con el Banco Central. Pero nos parece que, al menos en términos de una visión de cómo se puede ir produciendo la reactivación de nuestra economía, es importante mencionarlos.
El Senador Pizarro hacía referencia al contraste con la vida diaria de las personas. No cabe duda de que eso es fundamental. Y para nosotros es muy valioso cuando tenemos este tipo de diálogo con los parlamentarios, porque, por supuesto, tienen ustedes una percepción de lo que ocurre efectivamente con las personas en las regiones, en los territorios, en los distintos sectores, que es diferente a la que uno puede tener simplemente al analizar estadísticas.
También preguntaba por cuán pasajero o permanente podía ser el aumento del consumo. Nosotros señalamos que, por supuesto, el aumento del consumo, que se financia con el retiro de los ahorros previsionales, es de carácter transitorio, pero está ocurriendo en un momento muy importante del ciclo, está ocurriendo en el momento de mayor debilidad en términos de ingreso y de actividad.
Entonces, es algo que fue oportuno. Y que hacia adelante puede ir siendo reemplazado por consumo, demanda, financiado con ingresos de los trabajadores que vayan recuperando sus empleos, por la reducción del ahorro precautorio que han tenido algunas personas, o del ahorro que es producto del hecho de que hay ciertos servicios que no se pueden consumir.
En ese sentido, él tiene razón, en cuanto a que el comportamiento de los ingresos de las personas, especialmente de las de menor ingreso, no necesariamente sigue el comportamiento de la actividad.
El tema que más se menciona en nuestra presentación es el del mercado del trabajo.
Estamos conscientes de que hay problemas importantes en distintas dimensiones dentro del mercado del trabajo y donde la recuperación del empleo, de los ingresos, de la actividad independiente no será homogénea ni a la misma velocidad para las diversas ocupaciones en los distintos sectores.
Entonces, ese es un tema que nuevamente consideramos de primera prioridad en términos de las preocupaciones que debemos atender hacia adelante.
El Senador también se refería a la idea de tener un proyecto de reactivación más socializado. Yo lo acabo de mencionar en nuestra presentación, donde está más desarrollada.
Luego, con respecto a la proactividad en la creación de empleos y el rol de las empresas, si comparamos la situación de Chile con la de otros países, especialmente europeos, donde, por ejemplo, no ha crecido mucho la tasa de desocupación, creo que en buena medida eso ocurrió por dos razones.
Primero, porque esas naciones europeas tienen un sistema de seguridad social más sólido que el nuestro, pero además porque muchas de ellas siguieron la estrategia de incentivar económicamente a las empresas para mantener los contratos con sus trabajadores, es decir, mantener a sus trabajadores contratados.
Nosotros, por las características de nuestro mercado del trabajo, por el grado de rotación laboral que existe, por las dudas que genera el hecho de actuar a través de las empresas, no operamos de esa manera, y eso provocó que hoy día tengamos un número mucho mayor de trabajadores que han perdido sus empleos.
Entonces, aquí hay un tema que tiene que ver con la institucionalidad laboral, con la seguridad social y también con la forma como vemos a la empresa jugando un papel dentro de ese proceso.
Creo que esto, de cara a la recuperación, es mucho más importante, porque si se quiere incentivar la contratación de trabajadores eso tiene que ocurrir a través de las empresas.
Ese es un tema que seguramente se va a discutir en las próximas semanas, pero que es importante tenerlo presente en este momento.
El Senador también daba el ejemplo del sector turístico. En esta presentación nosotros mencionamos que para ciertos sectores, por los cambios en las normas de distanciamiento social y por otro tipo de modificación, que serán más permanentes, no va a bastar solamente el levantamiento de las cuarentenas para que recuperen sus niveles de actividad, toda vez que tendrán que alterar sus formas de funcionamiento, tendrán que implementar un cierto grado de reconversión, para lo cual se requiere un tipo de apoyo más proactivo desde las políticas públicas.
Nuevamente, ese no es el tipo de cosas que le corresponden al Banco Central, pero las anotamos porque forman parte de la realidad a la que nos tenemos que enfrentar.
Por otra parte, el Senador Lagos Weber hacía referencia al rol del Banco Central en la promoción del crédito.
Creo que su planteamiento sobre la importancia de anticipar escenarios es muy importante. Nosotros tratamos de construir ciertos escenarios en el IPoM, pero no les asignamos números específicos, sino que más bien damos una indicación cualitativa de lo que ello implica. Sin embargo, es algo que podemos elaborar un poco más para futuros informes.
Y también mencionó el riesgo de rebrote de la pandemia, a lo cual ya me referí.
Asimismo, el Senador aludió al hecho de que muchas empresas no van a volver a lo que hacían antes. No estoy seguro de si eso lo podemos traducir en la proyección de un desempleo de dos dígitos para los próximos dos años por el hecho de que existen distintas características y dimensiones del mercado laboral.
Sin embargo, en la medida que haya un cambio en las características del sector productivo, donde el segmento de los servicios es particularmente uno de los más golpeados, entonces eso, por supuesto, significará que la restauración de lo que había antes no va a ser fácil y probablemente no ocurra. Tenemos que pensar en una evolución distinta de algunos sectores.
Finalmente, con respecto al tipo de ayuda, al tipo de apoyos a través de los subsidios que se aplican, también hice mención de ello a propósito de los comentarios del Senador Pizarro.
Con relación a las preguntas y comentarios de la Senadora Rincón, yo quisiera ser claro en cuanto a que el Banco Central no se involucró en la discusión del retiro del 10 por ciento, especialmente a partir de la aprobación del proyecto en la Cámara de Diputados.
La única ocasión en la cual nosotros hicimos alguna referencia al tema fue en una sesión especial de la Comisión de Hacienda del Senado, a la que fuimos invitados, y muchos Senadores acá presentes podrán recordar que nuestro primer planteamiento fue decir: "En el tema del retiro del 10 por ciento hay involucrados temas previsionales. Los temas previsionales no son parte del mandato del Banco Central y, por lo tanto, no nos podemos pronunciar respecto de ellos".
Y luego, cuando se tocaron los temas de carácter más macroeconómico, nosotros señalamos la necesidad de tener cuidado con el efecto que esto pudiera acarrear sobre las tasas de interés de largo plazo.
Por lo tanto, a medida que fue avanzando el proyecto, especialmente cuando ya fue aprobado, la preocupación del Banco Central apuntó a cómo apoyar o facilitar el ajuste de los fondos de pensiones para que ese aumento de las tasas de interés no se produjera y para que la adecuación y la recomposición de portafolio fueran lo más ordenado posible.
Para eso anunciamos una serie de medidas: la facilidad de compra al contado con venta a plazo; la compra de bonos bancarios; la compra de depósitos a plazo. Y esto se complementó con medidas que tomó la Superintendencia de Pensiones y con el propio comportamiento de los fondos de pensiones.
Eso permitió entonces que, tal como mostré en un gráfico durante el curso de la presentación, después del aumento de las tasas de interés de largo plazo en el curso de la discusión legislativa de esta reforma, una vez que esta fue aprobada y que anunciamos cómo apoyaríamos o facilitaríamos el ajuste de las carteras, estas tasas de interés volvieron a bajar.
Entonces, la preocupación del Banco Central fue cómo ayudar a que dicho proceso no generara efectos negativos para la economía. Y ese objetivo me parece que se logró plenamente.
Lo que otros actores hayan aseverado acerca de los impactos que esta reforma podría acarrear son cosas que ellos podrán explicar. Algunos emitieron documentos, etcétera. Pero agradecería que no se sumara al Banco Central a estos juicios, porque -repito- la única intervención, el único pronunciamiento del organismo emisor desde las etapas finales de la discusión en la Cámara de Diputados se dio en la instancia de la Comisión de Hacienda del Senado y la minuta con el resumen de lo que nosotros señalamos está publicada en la página web institucional.
En cuanto a los flujos en moneda extranjera que se generaron a propósito de los ajustes de portafolios de los fondos previsionales, por supuesto, las AFP liquidaron una proporción importante de activos en el exterior. En términos generales, consistió en inversiones en renta fija que, al mismo tiempo, requieren coberturas cambiarias.
Por lo tanto, parte de la liquidación de esos activos y del efecto cambiario se vieron compensados por el hecho de que al mismo tiempo había que deshacer las posiciones forward, que se requerían para la cobertura cambiaria de esas operaciones.
Entonces, eso redujo el impacto cambiario del retiro de los fondos de pensiones y los ajustes que debieran hacer las AFP.
Podemos entregar después más detalles de cómo se fueron comportando los flujos en moneda extranjera de los distintos actores; porque, además de los fondos de pensiones, por supuesto están los actores no residentes y los residentes distintos de los fondos de pensiones.
Ahora, nuevamente la Senadora Rincón hace referencia al hecho de que los fondos provenientes del retiro del 10 por ciento se van a acabar. Hay sectores que no tienen acceso y entonces mencionaba yo respecto de esto... (falla de audio en transmisión telemática)... consumo, y si estamos proyectando un crecimiento mayor el próximo año no es por esto, sino por el efecto de las trabas fiscales y de ingreso disponible también... (falla de audio en transmisión telemática)... trabajadores vayan recuperando su... (falla de audio en transmisión telemática)... por una reducción del ahorro en la medida que se... (falla de audio en transmisión telemática)... panorama más adelante.
Pero, nuevamente, si uno llegara... (falla de audio en transmisión telemática)... que no han tenido algunos beneficios o transferencias en este período, lo importante es poder identificar esos sectores y llegar... (falla de audio en transmisión telemática)... algún tipo de apoyo que necesiten.
Las preguntas del Senador Girardi son... (falla de audio en transmisión telemática)... más relevantes del Banco Central, como el proceso de digitalización... (falla de audio en transmisión telemática)... llega el Banco Central por varios lados.
El enfoque que planteé en el curso de mi presentación... (falla de audio en transmisión telemática)... de los bancos centrales para efectos de... (falla de audio en transmisión telemática)... la política monetaria, lo hacen a través de las... (falla de audio en transmisión telemática)... que tienen con los bancos comerciales.
Aquí... (falla de audio en transmisión telemática)... comerciales, como lo hemos visto. La institución reúne un conjunto de funciones, que tienen que ver con la... (falla de audio en transmisión telemática)... de ahorros, con el otorgamiento de préstamos, con... (falla de audio en transmisión telemática)... etcétera.
Lo que está ocurriendo con... (falla de audio en transmisión telemática)... es que esas funciones necesariamente... (falla de audio en transmisión telemática)... prestadas generalmente por una entidad, un banco comercial.
Por lo tanto, respecto del Banco Central, primero, hay que empezar a entender que... (falla de audio en transmisión telemática)... la política monetaria, estamos enfrentando ese tipo de realidades.
En segundo lugar, el Banco Central también ha comenzado a aplicar estas nuevas tecnologías a sus propias operaciones... (falla de audio en transmisión telemática)... Y hay varios bancos centrales que están empezando a implementar monedas digitales, emitidas por ellos; o sea, no son... (falla de audio en transmisión telemática)... iniciativas privadas, sino también por los propios bancos centrales.
Los medios de pagos digitales se han ido transformando e intensificando, y hoy día, especialmente por la pandemia, han aumentado su cobertura. Hay aquí... (falla de audio en transmisión telemática)... que tiene que ver directamente con las funciones que realizan y correalizan los bancos centrales.
Por su parte, la operabilidad es un elemento adicional para relevar la importancia de poder reunir y utilizar las bases de datos que se encuentran disponibles en el sector público, algo a lo cual también hizo referencia el Senador Girardi.
Aquí se han planteado muchos temas que son pertinentes para la economía. Algunos están relacionados más directamente con el quehacer de los bancos centrales; otros tienen que ver con perspectivas de más largo plazo que nos pueden interesar, pero no necesariamente están dentro de nuestras competencias.
Finalmente, voy a referirme a los comentarios de la Senadora Allende y del Senador Navarro.
La Senadora Allende preguntó por información desagregada por región. Nosotros tratamos de recoger información cualitativa regional a través del Informe de Percepciones de Negocios. De hecho, en nuestro informe entregamos y analizamos los datos separadamente por macrozonas. Estamos intentando acelerar la publicación de las Cuentas Nacionales con carácter regional, pero todavía hay mucho terreno por cubrir. Este tema lo conversamos mucho con la gente en las regiones, donde presentamos nuestros informes regularmente.
Respecto de las estrategias para la reactivación, la convivencia del riesgo de contagio con la cesantía es parte de la realidad que ya describí y con la que vamos a tener que convivir. Por lo tanto, debe seguir manteniéndose o intensificarse la preocupación central por el mercado del trabajo, especialmente, como decía la Senadora, por el efecto sobre las mujeres.
En el caso de las mujeres, se han visto más afectadas no solo por la pérdida de empleos y la caída de las remuneraciones, sino por el hecho de que esto ocurre después de un período en el cual la tasa de participación de la mujer había venido subiendo de manera importante. Entonces, el retroceso es particularmente costoso y doloroso, razón por la cual hay que buscar la manera en que esto sea adecuadamente reconocido y mitigado en las políticas que se implementen.
Por último, el Senador Navarro hizo referencia al tema de los mandatos del Banco Central y consultó hasta dónde es necesario agregar uno relacionado por la preocupación por el empleo.
La verdad es que, en una coyuntura como la actual, en que hemos tenido una caída tan importante de la actividad y un deterioro significativo del mercado del trabajo, y donde el aumento del desempleo más la brecha de actividad que se abre son un determinante fundamental para la inflación futura, la orientación de la política monetaria hoy día no es muy distinta de la que habría si tuviéramos un mandato para recuperar el empleo. Porque para recuperar la inflación, para converger a la meta de inflación que teníamos, necesitamos reducir significativamente esa brecha de actividad.
Entonces, este es el tipo de escenario donde no hay contradicción con ese tipo de mandatos.
Ahora, respecto del reajuste del ingreso mínimo y la inflación, lo único que podemos plantear es que en estos momentos la inflación está por debajo del 2,5 por ciento, y va a ir convergiendo gradualmente a la meta de 3 por ciento. Por tanto, no estamos en un período particularmente inflacionario. Pero, por supuesto, la forma en que se desarrollan las negociaciones en torno al ingreso mínimo no es una materia de competencia del Banco Central.
Con eso, Presidenta, creo que he cubierto en lo que he podido los temas que surgieron durante la discusión. Pido disculpas si no alcancé a profundizar lo suficiente. En todo caso, siempre espero que tengamos la oportunidad de trabajar estas materias con mayor profundidad.
Hacemos un trabajo constante con la Comisión de Hacienda y pronto vamos a estar presentando el Informe de Estabilidad Financiera. Ahí vamos a tener la oportunidad de profundizar sobre algunos de esos puntos. Nos llevamos varios temas para trabajar, los que he mencionado en las reacciones a algunos de los comentarios de ustedes.
Muchas gracias.

La señora MUÑOZ (Presidenta).- Muchas gracias, don Mario Marcel, Presidente del Banco Central de Chile, por presentar al Senado de la República la evaluación del avance de las políticas y programas del año en curso, como asimismo el informe de las proposiciones para el año que viene.
Le agradecemos mucho su participación y la de todo el equipo del Banco Central, que ha estado con nosotros esta tarde.

El señor MARCEL (Presidente del Banco Central).- Muchas gracias, señora Presidenta.

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La señora MUÑOZ (Presidenta).- Le voy a dar la palabra el Secretario, porque tenemos una Cuenta agregada.

El señor GUZMÁN (Secretario General).- Gracias, señora Presidenta.
En este momento han llegado a la Mesa los siguientes documentos:
Informes
Uno de la Comisión de Trabajo y Previsión Social y otro de la Comisión de Hacienda, ambos recaídos en el proyecto de ley que incorpora a las trabajadoras y los trabajadores de casa particular al seguro de desempleo de la ley N° 19.728 (boletín Nº 13.742-13) (con urgencia calificada de "discusión inmediata").
--Queda para tabla.

La señora MUÑOZ (Presidenta).- Muy bien.
Por haberse cumplido su objeto, se levanta la sesión.
--Se levantó a las 14:53.
Julio Cámara Oyarzo
Director de la Redacción