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REPÚBLICA DE CHILE
DIARIO DE SESIONES DEL SENADO
PUBLICACIÓN OFICIAL
LEGISLATURA 330ª, EXTRAORDINARIA
Sesión Conjunta del Senado y de la Cámara de Diputados, en jueves 2 de marzo de 1995, para recibir al Presidente de la República Federativa de Brasil, Excelentísimo señor Fernando Henrique Cardoso
(De 12:35 a 13:21)
PRESIDENCIA DEL SEÑOR GABRIEL VALDÉS, PRESIDENTE DEL SENADO
SECRETARIO, EL DEL SENADO, SEÑOR RAFAEL EYZAGUIRRE ECHEVERRÍA
(Integran también la Mesa el Presidente de la Cámara de Diputados, señor Vicente Sota Barros, y el Secretario de la misma Corporación, señor Carlos Loyola Opazo).
____________________
VERSIÓN TAQUIGRÁFICA
I. ASISTENCIA
Asistieron los Senadores señores:
-Alessandri Besa, Arturo
-Bitar Chacra, Sergio
-Calderón Aránguiz, Rolando
-Cantuarias Larrondo, Eugenio
-Carrera Villavicencio, María Elena
-Cooper Valencia, Alberto
-Díaz Sánchez, Nicolás
-Díez Urzúa, Sergio
-Errázuriz Talavera, Francisco Javier
-Feliú Segovia, Olga
-Fernández Fernández, Sergio
-Frei Bolívar, Arturo
-Frei Ruiz-Tagle, Carmen
-Gazmurí Mujica, Jaime
-Hamilton Depassier, Juan
-Hormazábal Sánchez, Ricardo
-Huerta Celis, Vicente Enrique
-Lagos Cosgrove, Julio
-Larraín Fernández, Hernán
-Larre Asenjo, Enrique
-Lavandera Illanes, Jorge
-Letelier Bobadilla, Carlos
-Martin Díaz, Ricardo
-Matta Aragay, Manuel Antonio
-Mc-Intyre Mendoza, Ronald
-Muñoz Barra, Roberto
-Núñez Muñoz, Ricardo
-Ominami Pascual, Carlos
-Otero Lathrop, Miguel
-Pérez Walker, Ignacio
-Piñera Echenique, Sebastián
-Prat Alemparte, Francisco
-Ríos Santander, Mario
-Romero Pizarro, Sergio
-Ruiz De Giorgio, José
-Ruiz-Esquide Jara, Mariano
-Sinclair Oyaneder, Santiago
-Sule Candia, Anselmo
-Thayer Arteaga, William
-Urenda Zegers, Beltrán
-Valdés Subercaseaux, Gabriel
-Zaldívar Larraín, Adolfo
-Zaldívar Larraín, Andrés
Y los Diputados señores:
-Acuña Cisternas, Mario
-Aguiló Melo, Sergio
-Alvarado Andrade, Claudio
-Allamand Zavala, Andrés
-Allende Bussi, Isabel
-Arancibia Calderón, Armando
-Aylwin Azocar, Andrés
-Balbontín Arteaga, Ignacio
-Bartolucci Johnston, Francisco
-Bayo Veloso, Francisco
-Bombal Otaegui, Carlos
-Caminondo Sáez, Carlos
-Ceroni Fuentes, Guillermo
-Coloma Correa, Juan Antonio
-Correa de la Cerda, Sergio
-Cristi Marfil, María Angélica
-Chadwick Piñera, Andrés
-De la Maza Maillet, Iván
-Dupré Silva, Carlos
-Elgueta Barrientos, Sergio
-Elizalde Hevia, Ramón
-Encina Moriamez, Francisco
-Escalona Medina, Camilo
-Espina Otero, Alberto
-Estévez Valencia, Jaime
-Fantuzzi Hernández, Ángel
-Ferrada Valenzuela, Luis Valentín
-Fuentealba Vildósola, Renán
-Gajardo Chacón, Rubén
-Galilea Vidaurre, José Antonio
-García Ruminot, José
-García-Huidobro Sanfuentes, Alejandro
-González Rodríguez, José Luis
-Gutiérrez Román, Homero
-Hamuy Berr, Mario
-Hernández Saffirio, Miguel
-Jara Wolff, Octavio
-Jeame Barrueto, Víctor
-Jocelyn-Holt Letelier, Tomás
-Jürgensen Caesar, Harry
-Karelovic Vrandecic, Vicente
-Kuschel Silva, Carlos Ignacio
-Latorre Carmena, Juan Carlos
-Leay Moran, Cristian
-Letelier Morel, Juan Pablo
-Letelier Norambuena, Felipe
-Longton Guerrero, Arturo
-Longueira Montes, Pablo
-Luksic Sandoval, Zarko
-Makluf Campos, José
-Martínez Labbé, Rosauro
-Martínez Ocamica, Gutenberg
-Masferrer Pellizzari, Juan
-Matthei Fornet, Evelyn
-Melero Abaroa, Patricio
-Montes Cisternas, Carlos
-Morales Morales, Sergio
-Moreira Barros, Iván
-Munizaga Rodríguez, Eugenio
-Naranjo Ortiz, Jaime
-Navarro Brain, Alejandro
-Ojeda Uribe, Sergio
-Orpis Bouchon, Jaime
-Ortiz Novoa, José Miguel
-Palma Irarrázabal, Andrés
-Palma Irarrázabal, Joaquín
-Pérez Lobos, Aníbal
-Pérez Várela, Víctor
-Pizarro Soto, Jorge
-Prochelle Aguilar, Marina
-Prokurica Prokurica, Baldo
--Rebolledo Leyton, Romy
-Reyes Alvarado, Víctor
-Rocha Manrique, Jaime
-Rodríguez Cataldo, Claudio
-Saa Díaz, María Antonieta
-Sabag Castillo, Hosaín
-Salas de la Fuente, Edmundo
-Seguel Molina, Rodolfo
-Silva Ortiz, Exequiel
-Solís Cabezas, Valentín
-Sota Barros, Vicente
-Tuma Zedan, Eugenio
-Ulloa Aguillón, Jorge
-Urrutia Avila, Raúl
-Urrutia Cárdenas, Salvador
-Valcarce Medina, Carlos
-Valenzuela Herrera, Felipe
-Vega Vera, Osvaldo
-Venegas Rubio, Samuel
-Viera-Gallo Quesney, José Antonio
-Vilches Guzmán, Carlos
-Villegas González, Erick
-Villouta Concha, Edmundo
-Walker Prieto, Ignacio
-Wörner Tapia, Martita
-Zambrano Opazo, Héctor
Concurrieron, además, los señores Ministros del Interior, de Relaciones Exteriores, de Hacienda, Secretario General de Gobierno, del Trabajo y Previsión Social, de Minería, Presidente de la Comisión Nacional de Energía y Vicepresidente Ejecutivo de la Corporación de Fomento de la Producción.
-Actúa de Secretario, el del Senado, señor Rafael Eyzaguirre Echeverría.
El Honorable Cuerpo Diplomático asiste representado por los Embajadores:
De España, señor Nabor García García; de Polonia, señor Zdzislaw Jan Ryn; de Brasil, señor Guilherme Leite-Ribeiro; de República Dominicana, señor Néstor Vargas Gómez; de Hungría, señor Gyula Nemeth; de Finlandia, señora Maija Kaarina Lahteenmaki; de Sudáfrica, señor Len Malan Brand; de Suecia, señora Madeleine Stroje Wilkens; de Federación de Rusia, señor Vasili P. Gromov; de Croacia, señor Frene Krnic; de Ecuador, señor Rodrigo Valdez Baquero; de Argentina, señor Eduardo Héctor Iglesias; de Comunidades Europeas, señor Kurt Juul; de Austria, señor Horst Dieter Rennan; de Jordania, señor Atef Halaseh;de Guatemala, señor Fernando Hurtado Prem; de Colombia, señor Jorge Mario Eastman; de Tailandia, señor Santad Kiartitat; de República Checa, señor MartIn Povejsil; de Honduras, señor José Roberto Martínez Ordóñez; de Venezuela, señor Julio César Moreno León; de Portugal, señor Luis Meneses Cordeiro; de Uruguay, señor Juan Bautista Oddone Silverster; de Costa Rica, señor Luis Bernall Montes de Oca; de Rumania, señor Vasile Dan; de Bélgica, señor Miguel Delfosse; de El .Salvador, señor Hugo Roberto Carrilo Corleto; de Panamá, señor Vicente Garisto Mead; de Nicaragua, señor Roberto Parrales Sánchez y de Italia, señor Emanuele Costa.
Por los Encargados de Negocios Ad Interim:
De Bulgaria, señor Pavel Gueorgiev Pachev; de República Federativa de Yugoslavia, señor Svetislav Rajevic; de Nicaragua señora María Josefina Lagos de Cardenal, y de El Salvador, señor Carlos Alfonso Barahona Rivas.
Asimismo, se hallaron presentes los siguientes representantes de organismos internacionales:
Del Banco Interamericano de Desarrolle señor Paul E. Kohling; de la Organización Internacional de las Migraciones, señor Reberto Kozak; de la Organización de Estados Americanos, señor Augusto Gally Gigli; la Oficina Regional de la UNESCO, señor José Rivero Herrera, y de la Organización Panamericana de la Salud y Organización Mundial de la Salud, señor Gustavo Mora Patiño.
Se encuentran presentes, finalmente, el Presidente de la Corte Suprema, señor Marcos Aburto Ochoa; el Vicecomandante en Jefe del Ejército, Mayor General señor Guillermo Garín Aguirre; el representante del Comandante en Jefe de la Armada, Vicealmirante señor Germán Goddard Duffeu; el Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea, General del Aire señor Ramón Vega Hidalgo; el General Director de Carabineros, General señor Rodolfo Stange Oelckers; el Director General de la Policía de Investigaciones, señor Nelson Meri Figueroa; el Gobernador Provincial de Valparaíso, señor Luis Bork Vega; el Alcalde de Valparaíso, señor Hernán Pinto Miranda; el Alcalde de Viña del Mar, señor Jorge Santibáñez Ceardi; el Comandante en Jefe de la Primera Zona Naval, Contraalmirante señor Hernán Couyoumdjian B.; el Comandante de la Guarnición de Ejército, Coronel señor José Miguel Piuzzi Cabrera; el Jefe de la Segunda Zona de Carabineros, General Luis Sueyras Moore y altas personalidades y autoridades civiles y militares.
LLEGADA DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA FEDERATIVA DE BRASIL
A las 12:16 llega al recinto del Congreso Nacional el Presidente de la República Federativa de Brasil, Excelentísimo señor Fernando Henrique Cardoso, acompañado por su Comitiva Oficial integrada por el Ministro de Estado de Relaciones Exteriores, señor Luiz Felipe Laspreia; el Ministro de Estado de Educación y Deporte, señor Paulo Renato Souza; el Ministro de Estado de Cultura, señor Francisco Correa Weffort; el Ministro de Estado de Planificación y Presupuesto, señor José Serra; el Jefe de la Casa Militar de la Presidencia de la República, General señor Alberto Cardoso; el Senador señor Arthur de Távola; el Diputado, señor Benito Gama; el Diputado, señor Franco Montoro; el Diputado señor Alsino Affonso; los señores Fernando Gasparian y Vilmar Faria y la señora Regina Marta Barbosa Paria; el Subsecretario General de Asuntos Políticos del Ministerio de Relaciones Exteriores, señor Fernando Guimaraes Reis; el Jefe de Gabinete del Ministro de Estado de Relaciones Exteriores, señor Carlos Moreira Garcia; el Jefe de Asesoría Especial de la Presidencia de la República, señor Gelson Fonseca; el Jefe de la Coordenadoria de Apoyo y Ceremonial de la Presidencia de la República, señor Julio Cesar Gomes; el Jefe de Ceremonial del Ministerio de Relaciones Exteriores, señor Frederico Cezar de Araújo; el Jefe de la Dirección de Integración Latinoamericana del Ministerio de Relaciones Exteriores, señor Renato Luiz Rodríguez Marques; la Jefa de la Secretaría de Prensa del Ministerio de Relaciones Exteriores, señora Vera Lucía Crivano Machado; el Jefe de Ceremonial de la Presidencia de la República, señor Walter Pecly Moreira; el Jefe del Departamento de América Latina del Ministerio de Relaciones Exteriores, señor Marcelo Andrade de Moraes Jardis; el Adjunto de la Coordenadoria de Apoyo y Ceremonial de la Presidencia de la República, señor Eduardo Augusto Ibiapina de Seisas y otras personalidades civiles y militares.
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En el acceso es recibido por el Embajador, Coordinador con el Congreso Nacional, señor Mariano Fontecilla de Santiago Concha y por la Comisión de Reja integrada por los Senadores señora María Elena Carrera Villavicencio y señores Sergio Bitar Chacra, Vicente Huerta Celis, Julio Lagos Cosgrove, Hernán Larraín Fernández, Manuel Antonio Matta Aragay, Anselmo Sule Candía y William Thayer Arteaga, y por los Diputados señora María Angélica Cristi Marfil y los señores Gabriel Ascencio Fuentes, Guillermo Ceroni Fuentes, Juan Pablo Letelier Morel, Iván Moreira Barros, Baldo Prokurica Prokurica, Víctor Reyes Alvarado y Rodolfo Seguel Molina.
En el Pórtico del Salón de Honor es recibido por la Comisión de Pórtico integrada por los Senadores señores Arturo Alessandri Besa, Francisco Javier Errázuriz Talavera, Juan Hamilton Depassier, Ronald Mc-Intyre Mendoza, Roberto Muñoz Barra, Ricardo Núñez Muñoz, Ignacio Pérez Walker y Beltrán Urenda Zegers, y por los Diputados, señores Francisco Bayo Veloso, Miguel Hernández Saffirio, Vicente Karelovic Vrandecic, Juan Masferrer Pellizzari, Alejandro Navarro Brain, Exequiel Silva Ortiz, Salvador Urrutia Cárdenas y Carlos Vilches Guzmán y por los Presidentes del Senado y de la Cámara de Diputados.
II. APERTURA DE LA SESIÓN
--Se abrió la sesión a las 12:35, en presencia de 43 señores Senadores y 97 señores Diputados.
El señor VALDÉS (Presidente del Senado).- En el nombre de Dios, se abre esta Sesión Conjunta del Congreso Nacional.

III. RECIBIMIENTO A PRESIDENTE DE REPÚBLICA FEDERATIVA DE BRASIL

El señor VALDÉS (Presidente del Senado).- Excelentísimo señor Presidente de la República Federativa de Brasil, don Fernando Henrique Cardoso; señor Ministro de Relaciones Exteriores de Brasil y distinguida comitiva; señor Presidente de la Excelentísima Corte Suprema de Justicia; Excelentísimo señor Presidente de la Cámara de Diputados; Honorables señoras y señores Senadores y Diputados; Excelentísimos Embajadores; señores Ministros y Subsecretarios de Estado; autoridades civiles, militares y eclesiásticas; señoras y señores:
Con profunda alegría recibimos en esta Sesión Conjunta del Congreso Nacional al Presidente de Brasil, Excelentísimo señor Fernando Henrique Cardoso.
Sabe el señor Presidente cuán hondo es el afecto que nuestra nación ha profesado desde siempre a la vuestra y cómo nos hemos sentido atraídos por la elegancia de vuestra cultura, la generosidad de vuestro pueblo y el hondo sentido humano de su convivencia.
Como ningún otro país, Brasil ha sido crisol de unidad de diferentes razas y orígenes, compenetración de culturas, simbiosis de valores. Brasil es la manifestación de una voluntad de ser: ¡O maior do mundo! Es la expresión de fe y esperanza de un pueblo que ama a su patria y confía en sí mismo.
La amistad con Brasil, que con razón se ha definido como sin límites, ha sido para los chilenos la constante más singular de nuestra historia a nivel de gobiernos, de intelectuales, de cultura y de pueblo.
No olvidamos la grandeza de estadista del Barón de Río Branco, cuyo genio marcó, en paz, la dimensión gigantesca del territorio; los gestos de amistad del Emperador don Pedro respecto de nuestro país, y la ininterrumpida y fluida, diría íntima correspondencia que todos los gobiernos -incluidos los de más diferente signo- mantuvieron permanentemente hacia Chile.
Muchas manifestaciones de cooperación y amistad extraordinarias podrían señalarse como expresión de una común vivencia de valores y de confianza plena en un entendimiento espontáneo.
Siempre la visita de un Jefe de Estado brasileño es una gran fiesta para Chile. Pero lo es más, hoy día, con su presencia, señor Presidente.
En los años sesenta, cuando la libertad se oscureció en su país, con un crecido y valiosísimo grupo de intelectuales, profesionales y artistas, viajó a Chile, donde encontraron amigos, trabajo y libertad.
Permítaseme decir que desde entonces, personalmente, trabamos una amistad que se fue acentuando año a año por decenios.
Aquí no solamente cultivó amistades, sino que irradió la fuerza y originalidad de su pensamiento, la vitalidad de su cultura, y plasmó en exitosos escritos interpretaciones sobre América Latina y su difícil desarrollo.
Desde su centro de estudios de Sao Paulo, CEBRAP, creó una corriente intelectual que rápidamente alcanzó repercusión internacional; y su participación fue obligada en los más importantes eventos académicos y políticos mundiales, como uno de los pensadores más lúcidos, rigurosos y representativos de nuestra América y del nuevo pensamiento social.
Con paso firme ingresó a la política -actividad no siempre tranquila, ni preferida por los intelectuales-, y fue elegido Senador por Sao Paulo. Rápidamente descolló, y quienes lo conocíamos, sus amigos de todos los continentes, supimos que se iniciaba la carrera del líder que su país requería.
Ministro de Relaciones Exteriores y al poco tiempo de Hacienda, propuso y obtuvo la aprobación democrática del Plan Real, que en poco tiempo ha galvanizado la gigantesca capacidad de Brasil. Y hace pocos meses, en un acto de lucidez admirable, el pueblo lo eligió su Presidente.
Los chilenos todos, a través de sus legítimos representantes, quieren expresar en este momento su alegría porque otra vez el pueblo del mayor país hermano ha demostrado su sabiduría.
Queremos también expresar nuestra confianza en la enorme capacidad de ese país, confianza que Chile siempre ha tenido y que hace años formulara -mejor que yo- Pablo Neruda cuando escribió:
"Brasilia aislada en su milagro humano, en medio del espacio brasilero, es como una imposición de la suprema voluntad creadora del hombre. Desde aquí nos sentiremos dignos de volar a los planetas".
Como todo gran artista, nuestro poeta veía lo que muchos no podían vislumbrar, y trazaba las implicaciones de la arquitectura y los espacios que, de otra manera, podrían permanecer desconocidos. Neruda advirtió, en la creación de Brasilia, "la utilidad del pensamiento constructivo: la creación como deber social, la satisfacción espacial de la inteligencia".
He ahí tres instrumentos para la construcción de la ancha avenida por la cual deben caminar nuestros países con majestad y vigor, atentos a las posibilidades más que a las dificultades; impulsados por la energía del esfuerzo común de la asociación política, cultural, industrial, financiera y científica. Porque solamente si nos sentimos dignos de volar a los planetas podremos conquistar y conservar esta tierra.
Somos con Brasil dos países optimistas que, sobre sólidas bases, edifican su futuro.
Chile ve oportunidades en todo el mundo y realiza una activa política de apertura con todas las naciones y regiones. Creemos que un país de la dimensión y de las características del nuestro debe aprovechar todos los espacios y oportunidades que la globalización de la economía mundial ofrece para nuestros productos y servicios, para competir, para adquirir lo que necesitamos y proporcionar lo que tenemos, en libre y leal competencia.
Jugamos la carta de la internacionalización para proteger lo propio. Aceptamos participar en el juego aunque no estamos aún de acuerdo con sus reglas. No tenemos poder para cambiarlas, pero sí para superarlas. Así disminuimos los riesgos de crisis locales y tíos protegemos de los vaivenes de una economía mundial que se torna azarosa y peligrosa para los países en desarrollo.
Hemos avanzado mucho. Pero sabemos que en la economía globalizada no hay navegantes solitarios, ni grandes ni pequeños, Por ello buscamos socios y aliados con quienes compartir esfuerzos y recursos.
América Latina no es una opción que podemos rechazar o frustrar. América Latina nos interesa vitalmente. Por eso vemos nuestros esfuerzos por ingresar al Acuerdo de Libre Comercio de Norteamérica como un complemento y no como una alternativa a nuestro afán por encontrar una forma de participación a fondo y estable en el MERCOSUR.
Queremos obtener seguridades en el mundo internacional. La apertura nos ha costado; ha significado sacrificios, y deseamos estabilizarla. De América Latina somos y en ella estamos. No escogemos, ni es posible hacerlo. Somos parte integrante del Cono Sur. Lo que en el MERCOSUR suceda es y será parte sustancial de nuestras circunstancias, y no podemos renunciar a participar en su proceso de integración. Pero tampoco queremos renunciar a otras oportunidades que nos dan seguridad y mercado, como el ALCAN -nombre español del NAFTA-, que tarde o temprano estará abierto a todos los países del hemisferio. Y nos encontramos seguros de que habrá convergencia en el futuro. No sabemos exactamente cuál será el proceso ni dónde estará la confluencia.
Pero sí sabemos que no será producto del azar, sino del esfuerzo común y -repito las palabras del poeta- "De la utilidad del pensamiento constructivo y de la creación como deber social".
Será, quizás, la síntesis del realismo mágico y el pragmatismo pluralista, a lo que Su Excelencia se ha referido en tantas ocasiones.
Para Chile, América Latina es infinitamente más que un objetivo de política exterior y de actividad diplomática.
América Latina constituye nuestro destino, íntimamente relacionado con el libre desarrollo en él tiempo y en el espacio de lo que es esencial en nuestro ser como nación; es la tarea que tenemos para ser nosotros mismos, para conservar nuestra identidad.
Por ello, nos preocupan inmensamente y nos afectan la crisis mexicana, tan profunda, y el conflicto entre Ecuador y Perú. Consideramos que éste ha constituido un hecho de extrema gravedad. El derramamiento de sangre y el irrespeto a los tratados y acuerdos afectan no sólo a los países que se enfrentan, sino a toda la región. Los hermanos se dividen, los vecinos se observan con sospecha, la imagen del continente se deteriora, la solidaridad se pone en duda, a veces la esperanza se debilita. Por eso, los acuerdos de Brasilia deben ser respetados e implementados aceleradamente. Y nos alegramos de las decisiones adoptadas en los últimos días y logradas por la acción de los países garantes. Porque somos firmes partidarios de respetar la intangibilidad de los tratados, única forma de establecer la paz internacional, asimismo somos partidarios de las soluciones jurídicas a todas las controversias.
Tal vez, Excelentísimo señor Presidente, llegó el momento de reunir en Sao Paulo el Parlamento Latinoamericano, para asumir su función de entendimiento; para exigir cordura y expresar el pensamiento de los pueblos.
Señor Presidente, para nosotros es un honor y una enorme satisfacción que una de sus primera visitas como Jefe de Estado sea a Chile. Al regresar podrá decirles a los brasileños que la esperanza que han puesto en usted es también la esperanza dé todos los chilenos. Porque el progreso de vuestra gran nación significa progreso para la nuestra. Porque usted representa para Brasil la oportunidad de asumir un liderazgo en el nuevo mundo que se está creando. Y ésa es una oportunidad que todos debemos compartir. Porque, de alguna manera, vuestros años en Chile aportaron a vuestro éxito. Porque sus triunfos, señor Presidente, serán también nuestros triunfos.
Muchas gracias.
-(Aplausos).

El señor VALDÉS (Presidente del Senado).- Tiene la palabra el señor Presidente de la Cámara de Diputados.

El señor SOTA (Presidente de la Cámara de Diputados).- Excelentísimo señor Presidente de la República Federativa de Brasil, don Fernando Henrique Cardoso; señor Ministro de Relaciones Exteriores de Brasil y distinguida comitiva; Excelentísimo señor Presidente del Senado de la República, don Gabriel Valdés; Excelentísimo señor Presidente de la Corte Suprema, don Marcos Aburto; Honorables señoras y señores Senadores y Diputados; Excelentísimos Embajadores; señores Ministros y Subsecretarios de Estado; autoridades militares, civiles y eclesiásticas; señoras y señores:
Para el Congreso Nacional -y particularmente para la Cámara de Diputados, que represento en este solemne acto- es un insigne honor acoger en su visita oficial a Chile al Excelentísimo señor Presidente de la República Federativa de Brasil, don Fernando Henrique Cardoso. Nuestra Patria es una tierra ya conocida y amada por Su Excelencia y por los miembros de su familia, durante los largos años de ausencia obligada del terruño propio.
En ese entonces -no tan lejano-, las cualidades intelectuales de Vuestra Excelencia, orientadas especialmente al estudio de las sociedades latinoamericanas, marcaron a varias generaciones de profesionales chilenos y provenientes de naciones hermanas. Las contribuciones suyas para explicar "7a internacionalización de los mercados internos y la teoría de la dependencia" quedaron integradas al patrimonio desarrollista de la CEPAL y han inspirado a políticos, cientistas y sociólogos preocupados por la suerte de los pueblos indoamericanos, suerte que, en el caso de Brasil, ha quedado entregada -por la voluntad mayoritaria de sus conciudadanos- a la conducción de Vuestra Excelencia. .
Seductora responsabilidad para dar progreso y dignidad a los millones de mujeres y hombres de su país, que representan casi la mitad de la población de América Latina. Un país-continente donde los comportamientos más modernos se dan la mano con una porfiada fidelidad a las herencias precolombina y colonial, mezclándose en notable paleta étnica las diferentes riquezas culturales.
Un país -el suyo, señor Presidente- donde los amantes de las variadas expresiones de la cultura moderna se extasían ante los modelos arquitectónicos de Niemeyer; la pintura de Portinari y Di Cavalcanti, los escritos de Machado de Asís, Graciliano Ramos, Guimaraes Rosa y Jorge Amado; las cadencias sonoras de Vinicius de Moraes, y las obras clásicas de Villa-Lobos.
Y es su país tan admirado -Excelencia- el que ha sido testigo de su fecunda acción como Parlamentario y Ministro de Estado, autor y realizador de programas de singular envergadura, capaces de enrielar la economía nacional cuando estaba sometida a serios quebrantos.
Conocemos también, Excelentísimo señor Presidente, sus propuestas para legislar sobre la modernización del Estado, sin olvidar el papel regulador de éste en los procesos de desarrollo con verdadero contenido social y humano.
El Congreso Nacional de Chile estará atento a las iniciativas legislativas del Parlamento brasileño en las materias señaladas. Asimismo, impulsará los proyectos de cooperación con Brasil, insistiendo en aquellos que tiendan a una complementación económica, pero también cultural, intensa y permanente.
Desde ya, el Senado y la Cámara de Diputados se han abocado al conocimiento del Tratado del Mercado Común del Cono Sur, uno de los proyectos integracionistas más importantes del Continente, a cuya concepción y realización sabemos que Vuestra Excelencia ha estado íntimamente ligado. Así ha respondido Brasil a la existencia de vastas zonas de libre intercambio que recorren América desde Alaska a Tierra del Fuego: Pacto Andino, ALADI, CARICOM, Grupo de los Tres y, últimamente, NAFTA o ALCAN.
El MERCOSUR aspira a convertirse en una verdadera Unión Aduanera de Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay, que representan un conglomerado de 200 millones de personas y el 51 por ciento del producto interno bruto de América Latina, armonizando las políticas económicas y fiscales de sus integrantes. Para Chile, un acuerdo con los firmantes de ese Tratado es de verdadera trascendencia y nosotros lo distinguimos, entre las zonas recientemente creadas, como enormemente atractivo, serio y coherente.
Pero, además, nuestra concordancia con Brasil y demás miembros del Mercado Común del Cono Sur significa la posibilidad concreta de un estrecho acercamiento entre nuestras geografías, impulsando la creación de corredores bioceánicos que, atravesando los territorios de los países signatarios, ligarían los puertos del Sur brasileño con sus homólogos chilenos del Norte.
Se justifica, pues, el carácter prioritario que Chile ha dado a sus negociaciones con los Estados suscriptores del MERCOSUR y, a ese título, éste es el momento para agradecer a Vuestra Excelencia el valioso y decidido apoyo que ha prestado a nuestro país para avanzar en ellas.
Queremos señalar, asimismo, que Vuestra Excelencia es un hombre amante de la paz. En tal virtud, ha subrayado que América Latina se vanagloriaba -hasta hace poco- de ser excepcionalmente EL Continente de la Paz, con los consiguientes bienes de prestigio y de progreso para sus habitantes.
Hoy, cuando desgraciadamente se reavivan conflictos entre vecinos de Brasil y de Chile, estamos seguros de que Vuestra Excelencia usará su prestigio personal y el de su Gobierno para -en conjunto con los demás garantes del Protocolo de Río de Janeiro, de 1942- lograr una convivencia durable y amistosa entre los pueblos del Perú Ecuador.
Permítame, en fin, Señor Presidente, recordar un gesto de su Gobierno que nos llena de satisfacción y que es demostrativo de su espíritu latinoamericanista: varios Estados de Brasil han introducido el idioma castellano en la enseñanza secundaria. Tengo la verdadera satisfacción de informar a su Excelencia que la Cámara de Diputados, por su parte, está solicitando al Ministerio de Educación incluir el portugués en el currículum de nuestra enseñanza media. El conocimiento y la práctica recíprocos de nuestros respectivos idiomas maternos será, sin duda, un modo eficaz de incrementar la comprensión y el afecto entre brasileños y chilenos.
Excelentísimo señor Presidente, traduzco fielmente el sentimiento de la Cámara de Diputados al expresarle que acogemos en Vuestra Excelencia al estadista capaz de continuar una secular tradición que señala a Brasil y a Chile como ejemplarmente unidos en un camino de paz y prosperidad para sus pueblos.
He dicho.
-(Aplausos).

El señor VALDÉS (Presidente del Senado).- Tiene la palabra el señor Presidente! de la República Federativa de Brasil.

El señor CARDOSO (Presidente de la República Federativa de Brasil).- Excelentísimos señores Gabriel Valdés, Presidente del Senado; Vicente Sota de Barros Moreira, Presidente de la Cámara de Diputados; y Marcos Aburto Ochoa, Presidente de la Corte Suprema; Excelentísimos señores Embajadores, Senadores, Diputados y Ministros de Estado; autoridades civiles, militares y eclesiásticas; señoras y señores:
Agradezco conmovido las palabras de bienvenida con que me han recibido, en nombre de este Congreso, los Presidentes del Senado y de la Cámara. Las expresiones con que se refirieron a mí y a Brasil reflejan una vez más, la amistad que une a chilenos y brasileños.
Vuestras Excelencias son hombres que honran la vida política de este país y de América. Les pido que acepten, junto con todos los demás representantes del pueblo chileno, los homenajes que les traigo, en mi nombre y en el de todos los brasileños.
Agradezco al Presidente de la Cámara, quien, como dije hace poco, también se apellida de Barros Moreira, y que, por esa a afinidad, fue capaz tan felizmente traducir aquí la estima de los chilenos para con los brasileños y el reconocimiento de algunos de los mayores valores de nuestra cultura.
Quiero dirigir una palabra especial de saludo y afecto a don Gabriel Valdés, a quien me siento ligado por la admiración que los discípulos tributan a los maestros.
Una de las más destacadas figuras políticas de América Latina, un caballero a la manera chilena, luchador incansable, Gabriel Valdés es una lección permanente de dedicación a la Patria y ejemplo de servicio a la causa de la democracia y de los intereses del pueblo. Deseo, con el tributo de las palabras de Pablo Neruda, homenajear a don Gabriel: "Quise conversar con todo el mundo. No temí el contagio de los adversos, de los enemigos. Y seguiré haciéndolo. Pienso que el diálogo no puede agotarse, que ningún conflicto es un túnel cerrado y que puede entrar la luz del entendimiento por los dos extremos".
-(Aplausos).
Señores Congresistas, ésta es la Casa del Pueblo, y Valparaíso el escenario por excelencia de la democracia chilena.
Ser recibido en el Congreso chileno es un honor muy especial para mí. Parlamentario yo mismo, estoy profundamente ligado a Chile por lazos eternos de gratitud al país que me recibió con los brazos abiertos de la libertad. Estoy cierto de que, al traer a este Congreso la palabra del Brasil que estamos construyendo, hablo directamente al pueblo chileno, a su interés y amistad por Brasil, a su vocación de buen relacionamiento con otros pueblos en busca del desarrollo y del bienestar.
El Parlamento representa la soberanía en su dimensión más notable: la soberanía popular, identidad suprema del Estado moderno y conquista del humanismo liberal. Pocos pueblos en América tienen una tradición de soberanía popular y de democracia como el pueblo chileno.
Esa democracia da muestras de su vitalidad por la manera decidida con que los chilenos la reconstruyeron después de un período de excepción que afectó a todo el Continente.
El pueblo chileno ejerce su soberanía no sólo en el sentido de su patriotismo y de la intransigente defensa de los intereses nacionales. La ejerce, sobre todo, a través de la conciencia de que, por la distribución del bienestar a toda la población, se asegura un sentimiento de cohesión nacional, de lealtad al país, de comunidad con el resto de la sociedad.
De Chile, América Latina recibe el ejemplo de cómo un país en desarrollo puede conseguir, con esfuerzo y determinación, integrar las dos grandes fuerzas que conducen al mundo, con el fin de la confrontación ideológica y de la competencia estratégica: la democracia política y la libertad económica.
El progreso chileno, visible en todos los sectores, habla con elocuencia de los consensos que se lograron en este país y de cómo ellos son decisivos para alterar los destinos de una nación. Al actualizar modelos de desarrollo con una visión crítica del pasado, y con los ojos puestos en los desafíos y lecciones del mundo contemporáneo, Chile muestra caminos propios, que nos interesa conocer, a fin de que podamos nosotros también encontrar nuestro propio camino. Fuera de la democracia y de la libertad económica, no existen fórmulas que se puedan repetir automáticamente de país a país; sin embargo, Chile muestra con vigor cómo la democracia y la libertad económica pueden operar las transformaciones hace tanto tiempo requeridas por nuestras sociedades.
Señores Congresistas, también Brasil surca caminos de renovación y de transformación. Sé que lo que ocurre en mi país es seguido con gran atención en Chile. Por esa razón, quiero extenderme aquí sobre la naturaleza y el alcance de esas transformaciones y sobre cómo ellas pueden contribuir para elevar aún más el nivel de nuestras relaciones.
La democracia es hoy un dato objetivo de la realidad brasileña. Restaurada en 1985, proporcionó desde entonces los años de mayor libertad y participación de nuestra Historia. Resistió la muerte de un Presidente recién electo, el "impeachment" de otro y a un intenso proceso de autoinvestigación en el ámbito del Congreso. Las instituciones salieron fortalecidas de esos episodios.
Se apagó por completo, en la conciencia de los brasileños, la posibilidad de cualquier alternativa institucional en Brasil fuera de la democracia y de la libertad.
Era, por lo tanto, en el campo de la libertad económica y de la estabilidad donde restaban los mayores desafíos. Hablo de libertad económica y de estabilidad, no como fines en sí mismos, no como conceptos ideológicos, sino como instrumentos de crecimiento, de generación de empleos y de riqueza, de competitividad externa, de distribución de renta, de incremento en los indicadores sociales y de un mejor desempeño del Estado en el cumplimiento de sus funciones primordiales.
Era preciso un gran salto hacia adelante en el área económica, que abandonase la estrategia de tímidos ajustes en un modelo económico superado para introducir cambios apreciables en materia de combate a la cultura de la inflación que se creara en Brasil, de control de los principales factores que la alimentaban -como la indexación y el gasto público-, de apertura comercial al exterior, de incentivo a las inversiones productivas.
Esos son los principios que están en el origen del Plan Real, génesis de la transformación económica que se opera en Brasil.
Comenzamos 1995 con la estabilización de nuestra economía y con datos concretos que indican que volvemos a crecer en forma sostenida, generando empleos y mejorando el nivel general de los salarios y de las ventas como hace mucho no ocurría en Brasil. En 1994, la economía creció 5,7%, después de haber crecido 5,0% en 1993. Las perspectivas para este año y los siguientes son de crecimiento continuado. La inflación, que se mantuvo en un nivel próximo al 40% mensual por largo período de tiempo, hoy bajó a una cifra en torno al 1% al mes. La inflación era uno de los más crueles factores de concentración social del la renta, corroyendo, día a día, el poder del compra de los salarios de la gente más humilde, que no tenía cómo protegerse de ella. Desde la introducción de la nueva moneda, la estabilidad de precios proporcionó ganancias en la masa salarial estimadas en US $15 mil millones, en menos de un año.
Esa es la respuesta que finalmente conseguimos dar a la demanda creciente de la sociedad brasileña por un cambio en la situación del país, una situación que se caracterizaba por una inflación altísima, bajo nivel de inversión, desempleo y falta de horizontes económicos y sociales. Reconquistamos la autoestima y la confianza y dimos a nosotros mismos, los brasileños, una de demostración de que somos capaces de reaccionar, de crear consenso en torno de una idea ¿la estabilidad- si podemos comprobar que ella es lo mejor para todos.
El desafío, ahora, es precisamente dar sustentabilidad a la estabilización y al crecimiento, sin perder de vista la urgencia de medidas eficaces de alcance social para corregir graves distorsiones acentuadas en últimos años. En otras palabras, existen reformas, de base constitucional y legal, que la sociedad brasileña debe perseguir determinación.
El Gobierno ya encaminó al Congreso un primer grupo de propuestas que considera esenciales para promover la inversión nacional y extranjera, en sectores que antes estaban reservados al capital estatal o que sufrían restricciones. Esas propuestas atienden a la urgencia de dar a diversos sectores claves en la infraestructura -energía, recursos minerales, telecomunicaciones y transporte- condiciones para contribuir al aumento de la productividad de la economía brasileña.
Un segundo grupo de reformas tiene relación con la mantención del equilibrio presupuestario, la piedra de tope de la estabilización. Las reformas fiscal, tributaria y previsional deben asegurar que el Estado brasileño pueda cumplir sus funciones básicas sin desestabilizar la economía.
Estamos empeñados en asegurar la competitividad de nuestro sector exportador, no sólo garantizándole las condiciones para entonces de su productividad, sino también reduciendo la carga tributaria y los demás costos estructurales que inciden sobre los precios de los productos brasileños.
La integración económica regional, en el ámbito del MERCOSUR, es irreversible y, en su proceso de consolidación, ejercerá efecto irradiador y creará nuevas oportunidades de negocios para los países vecinos, como Chile.
Estamos muy empeñados en que Chile y el MERCOSUR continúen el camino, que está abierto, de una integración creciente. Esta mañana, en reunión con el Presidente Frei y sus señores Ministros, reafirmamos ese deseo, que es recíproco. Y aquí, ante el Congreso chileno, quiero decir, con toda franqueza y sinceridad, que para nosotros, los brasileños, y para los países integrantes del MERCOSUR, un relacionamiento entre Chile y éste, en las formas que sabremos encontrar, será decisivo para que ese nuevo Mercado -que, mucho más que un mercado, es un sentimiento común de solidaridad, un sentimiento de que somos capaces de crear un polo propio que sustente nuestras economías y nuestro intercambio comercial- facilite nuestro diálogo con el resto del mundo.
Es con mucho empeño, por tanto, que en esta visita a Chile, especialmente aquí, a la Casa del Pueblo chileno, me refiero a los caminos que vamos a recorrer juntos, en la certeza de una integración creciente, honrando los sueños de nuestros antepasados, que abrieron un camino de comunicación entre Brasil y Chile, que es secular.
-(Aplausos).
Vamos a proseguir el proceso de privatización con el ritmo y dentro de los imperativos de la propia eficiencia del Estado.
Estamos, a través del Programa Comunidad Solidaria, basado en la asociación sociedad-Gobierno, comprometidos en acciones efectivas que contribuyan a reducir el foso que separa a un gran número de brasileños de los beneficios del progreso material y del bienestar.
Tenemos conciencia de la dimensión del desafío que esas reformas representan.
Tenemos también conciencia de que recientes acontecimientos económicos modificaron el escenario externo. La crisis enfrentada por México impone nuevas y complejas tareas para el sistema financiero mundial. La integración de los mercados financieros a escala global hace que éstos sean cada vez más interdependientes. La movilidad de los capitales y los avances en el sistema de información tornaron a los mercados financieros sensibles y volátiles, al mismo tiempo que se ampliaron las oportunidades de inversión. Es en este cuadro donde la estrecha cooperación entre las autoridades monetarias y las Tesorerías a escala global se hace necesaria, tanto en el diseño de los sistemas regulatorios como en la coordinación de las políticas macroeconómicas. Percibimos hoy que la evolución de los mercados impone una transformación en la mentalidad de los Gobiernos.
En particular, debe repensarse, a escala global, la existencia de un mecanismo al cual puedan recurrir, en última instancia, países que se encuentren en situación de crisis temporal de liquidez.
La crisis mexicana podrá haber generado temores y récelos que son infundados en relación a Brasil, así como respecto de Chile, pero que no dejan de ser un dato real que debemos tomar en cuenta. Estamos firmemente dispuestos a utilizar esa dimensión de desafío para continuar, con redoblado ánimo, las necesarias reformas.
Las instituciones de Breton Woods, organizadas al final de la Segunda Guerra Mundial para permitir la liquidez del sistema de cambios internacional, son hoy insuficientes para hacer frente a un aspecto nuevo de este desafío. Y es en ese sentido que la crisis mexicana destaca con más vigor, pues evidencia un proceso de desajuste de los sistemas internacionales para garantizar la liquidez cuando existe una masa enorme de capital que fluctúa en el mundo, que no obedece a ningún banco central y que es capaz de jugarse especulativamente contra cualquier instituto emisor. No se trata de un problema latinoamericano; tampoco de uno mexicano, y mucho menos de un problema chileno o brasileño (en esa materia podemos estar tranquilos). Se trata de una necesidad de reajustar, con coraje, las instituciones financieras internacionales.
Yo esperaría, señor Valdés y señor Presidente de la Cámara -mi casi compatriota Barros Moreira--, que en la reunión del Grupo de los Siete (integrado por los ricos), que se realizará en Canadá, este asunto fuera analizado en el contexto global y no como un malestar ocasional en algún país perdido de América Latina; que fuera visto en la proporción debida como un problema que atañe a todos, y no simplemente a nuestro continente, o a un sector latinoamericano de él.
Como el Congreso Nacional chileno, el de Brasil es la conciencia de la nación, caja de resonancia de las demandas sociales, espacio de construcción de acciones dirigidas al bien común.
Estoy seguro de que, como la propia idea de las reformas tiene consenso en la sociedad brasileña, las propuestas para realizarlas encontrarán acogida y recibirán las indispensables contribuciones del Parlamento de mi país para transformarse en realidad. El Congreso es el responsable final de los cambios que necesitamos para modernizarnos.
Señores congresistas, les traigo el mensaje de un Brasil que se renueva, que amplía sus perspectivas y desea más que nunca que su relación con Chile y con los más hermanos latinoamericanos se proyecte como instrumento de desarrollo y bienestar de toda nuestra región.
Es por eso mismo que fueron más que oportunas las palabras de los señores Presidentes del Senado y de la Cámara de Chile al mencionar la preocupación genuina de todos nosotros, los latinoamericanos, en cuanto a la obtención de la paz en esta refriega entre Ecuador y Perú, donde sólo hará ganadores si los Jefes de Estado son capaces -como dijo ayer el Presidente Sanguinetti, al tomar posesión de la Presidente Uruguay- de actuar como estadistas y de respetar la sangre vertida por los jóvenes de sus ejércitos que con lealtad dedicaron su vida a la Patria. Ahora se requiere esa misma lealtad con la Patria para que los Jefes de Estado firmen la paz y, acatando los acuerdos, los tratados y la juridicidad, sean capaces de encontrar los caminos de la negociación alrededor de una mesa de decisiones y no en las selvas amazónicas, que no interesan a nadie.
--(Aplausos).
Traigo un mensaje de confianza en Brasil. Y estoy cierto de que para su logro el Congreso Nacional de Chile tendrá un papel que desempeñar.
Al recibirme aquí, en representación del pueblo brasileño y de nuestra antigua y sólida amistad, Vuestras Excelencias muestran con sinceridad la extensión de su compromiso con América Latina.
Agradezco, una vez más, tanta hospitalidad y tan buena acogida, y los saludo como participantes de la historia de prosperidad y progreso que Chile está construyendo, en armonía con lo mejor que el espíritu humano logró conquistar: la libertad y la soberanía del pueblo.
Muchas gracias.

El señor VALDÉS (Presidente del Senado).- Terminado este acto de homenaje a Su Excelencia el Presidente de Brasil.
Se levanta la sesión.
-Se levantó a las 13:21.
Manuel Ocaña Vergara,
Jefe de la Redacción.