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REGULACIÓN DE MATRIMONIO DE PAREJAS DEL MISMO SEXO EN IGUALDAD DE CONDICIONES. INFORME COMISIÓN MIXTA


La señora RINCÓN.- Gracias, Presidente.
Parto por saludar a los hombres y mujeres que han estado en esta causa. Y lo voy a personalizar en dos que hoy día nos acompañan, entre varias y varios: a Rolando Jiménez, del Movilh, y a Isabel Amor, de la Fundación Iguales.
La verdad es que son muchas y muchos los que han hecho de esta causa algo importante y trascendente.
Hoy, 7 de diciembre del 2021, revisamos en su último paso un proyecto de ley sobre un tema que hace al menos una década ya debería haber estado zanjado en nuestro país. ¿Por qué? Porque habla de libertad de las personas, habla de la libertad de conformar una familia con quien se ama y con quien se desea compartir una vida en común. ¿Por qué? Porque es amor.
Hace más de diez años, el año 2008, un grupo de Diputados, algunos de ellos actuales Senadores, presentaron un proyecto de ley sobre matrimonio igualitario. Luego de la presentación de otras iniciativas, se logró finalmente instalar un debate serio y permanente sobre este tema.
Harari, en su libro 21 lecciones para el siglo XXI, plantea que solo se debe prohibir aquello que cause mal. Claramente, este no es el caso. Y no es solo que no debamos prohibirlo, sino que es nuestro deber reglarlo, regularlo y permitirlo.
¿Qué significa legislar hoy en matrimonio igualitario? Significa coherencia en los principios y valores básicos del humanismo; significa respeto del carácter universal e indivisible de los derechos humanos; significa poner fin a la discriminación arbitraria y afectación de derechos, que sufren niños, niñas y adolescentes
por ser hijos, vivir y ser criados por personas de la comunidad LGBTIQ+; significa el cumplimiento del acuerdo de solución amistosa Peralta Wetzel y otros por parte de Chile; significa el reconocimiento y la protección de todo tipo de familias y no discriminación de niños, niñas y adolescentes por las condiciones de sus padres.
Señor Presidente, el 17 por ciento de familias conformadas por parejas del mismo sexo tienen hijos; el 60 por ciento de estas parejas se plantean tener hijos; el 82 por ciento se plantea llevar adelante un matrimonio; el 92 por ciento de los que suscribieron un acuerdo de unión civil señalan que piensan cambiarse al matrimonio igualitario, pues creen que el AUC -y así es en realidad- ofrece una menor protección.
Además, un importante reconocimiento: la mayoría de los hombres y mujeres que participaron en la encuesta hecha por el Movilh -un 82 por ciento- considera que la aprobación de esta legislación es un hecho histórico.
Señor Presidente, aprobamos este proyecto de ley no solo por la dignidad y la libertad de las personas, en las que creemos firmemente y por las cuales hemos tomado compromisos en diversas iniciativas y no solo en los discursos, sino que también para honrar la obligación de reconocimiento que tiene el Estado tanto con los ciudadanos que desean unirse a otra persona como con los matrimonios celebrados en el extranjero y que en Chile no son reconocidos con las mismas garantías del país de origen, pues son considerados un mero acuerdo de unión civil, dejando en la indefensión a los contrayentes y a sus hijos.
Los eventos recientes nos han hecho ver, una vez más, que nuestro país ya no es el mismo.
En efecto, Chile ha cambiado, y ha cambiado para bien. La ciudadanía nos ha hecho saber que hoy el estándar es más alto. Sin duda, el proceso constituyente incorporará las diferentes visiones de este nuevo país, donde la igualdad de las personas y su dignidad tendrán un lugar preponderante.
Señor Presidente, apruebo esta iniciativa no por mí, sino por mis hijos; la apruebo por un nuevo Chile al que le debemos una nueva oportunidad; la apruebo por las nuevas generaciones, y para que por fin en nuestro país la discriminación por sexo u orientación sexual deje de ser un tema y reconozcamos que el amor es amor.
Hace pocos días recibíamos a la Fundación Iguales y al Movilh: unos con una encuesta que daba cuenta de todo esto; otros con los niños y niñas que son fruto del amor.
Creo que este día, 7 de diciembre, va a ser recordado de manera especial después de Pascua de Reyes.
Por eso, apruebo, Presidente.