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MODIFICACIÓN DE DIVERSOS CUERPOS NORMATIVOS EN MATERIA
DE INTEGRACIÓN SOCIAL Y URBANA


La señora PROVOSTE (Presidenta).- Vamos a iniciar el Orden del Día, pero antes les damos la más cordial bienvenida al Ministro de Vivienda y a los Subsecretarios de Vivienda y de la Secretaría General de la Presidencia, quienes se encuentran presentes en la Sala.
Corresponde iniciar la discusión del proyecto de ley, en segundo trámite constitucional, que modifica diversos cuerpos normativos en materia de integración social y urbana, con un nuevo primer informe de la Comisión de Vivienda y Urbanismo y urgencia calificada de "discusión inmediata". Estamos en la discusión en general.
--A la tramitación legislativa de este proyecto (boletín 12.288-14) se puede acceder a través del vínculo ubicado en la parte superior de su título.
La señora PROVOSTE (Presidenta).- Le ofrezco la palabra al señor Secretario para que realice la relación de esta iniciativa.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- Gracias.
La señora Presidenta pone en discusión el proyecto de ley, en segundo trámite constitucional, iniciado en mensaje de Su Excelencia el Presidente de la República, que modifica diversos cuerpos normativos en materia de integración social y urbana, iniciativa correspondiente al boletín N° 12.288-14. Como se indicó, el Ejecutivo hizo presente la urgencia para su despacho, calificándola de "discusión inmediata".
El principal objetivo de este proyecto es mejorar los niveles de integración social y urbana de las ciudades, y lograr un adecuado desarrollo de estas a lo largo del país. Para ello, se pretende aumentar la construcción de viviendas sociales con integración social, a través de la densificación equilibrada en zonas con potencial de desarrollo urbano y modernizar la gestión del Ministerio de Vivienda y Urbanismo.
La Comisión de Vivienda y Urbanismo hace presente que, con fecha 11 de mayo de 2020, despachó el primer informe de la iniciativa legal en examen, dándose cuenta en la Sala del Senado el 21 de julio de ese mismo año. Sin perjuicio de lo anterior, esta última instancia, con fecha 6 de octubre de 2020, envió el proyecto a la Comisión para un nuevo primer informe, autorizándola para discutirlo en general y en particular a la vez.
En su nuevo primer informe, la referida Comisión rechazó en general el proyecto de ley por 3 votos en contra y 2 a favor. Votaron en contra los Senadores señores Latorre, Navarro y Soria; y, a favor, los Senadores señores Castro y Sandoval. Asimismo, dicho informe deja constancia de que el Ejecutivo y los miembros de la Comisión presentaron sendas indicaciones a la iniciativa, las cuales no fueron consideradas, toda vez que se desechó la idea de legislar.
El texto cuyo rechazo en general propone la Comisión de Vivienda y Urbanismo se transcribe, a título ilustrativo, en las páginas 196 y siguientes del nuevo primer informe y en el boletín que Sus Señorías tienen a disposición en la Sala, el que también se encuentra disponible en la plataforma de la sesión remota o telemática y que ha sido remitido a los correos electrónicos de todas las señoras y los señores Senadores.
Es todo, señora Presidenta.
La señora PROVOSTE (Presidenta).- Muchas gracias.
Le solicito al Senador Carlos Montes, Presidente de la Comisión de Vivienda y Urbanismo, que pueda rendir ante la Sala el informe de este proyecto de ley.
Senador Montes, tiene la palabra.


El señor MONTES.- Gracias, Presidenta.
La verdad es que no me resulta fácil hablar después del alegato anterior. Yo nunca he tratado al Senador Coloma como "inferior moralmente"; creo que él recurre a un juego para fortalecer su punto de vista, pero hay que ser un poquito más serio.
Bueno, el proyecto, en segundo trámite constitucional, se originó en mensaje de Su Excelencia el Presidente de la República, y modifica diversos cuerpos normativos en materia de integración social y urbana. Es del caso resaltar que, con fecha 11 de mayo de 2020, la Comisión de Vivienda despachó el primer informe de la iniciativa en examen, dándose cuenta en la Sala del Senado el 21 de julio de ese año. Sin perjuicio de lo anterior, esta última instancia, con fecha 6 de octubre de 2020, envió el proyecto a la Comisión para un nuevo primer informe, autorizándola para discutirlo en general y en particular.
Durante el análisis en general de la iniciativa, con ocasión del nuevo primer informe, asistieron el Ministro de Vivienda y Urbanismo, señor Felipe Ward, y el Subsecretario del ramo, señor Guillermo Rolando. Además, se contó con el aporte permanente de sus asesores legislativos. Asimismo, concurrieron numerosos invitados que expresaron pormenorizadamente sus opiniones respecto de la materia. En efecto, estuvieron presentes los representantes del Consejo Nacional de Desarrollo Urbano, del Colegio de Arquitectos de Chile, de la Plataforma Ciudad Constituyente, de la Asociación Chilena de Municipalidades, de la Asociación de Municipalidades de Chile y de la Asociación Chilena de Barrios y Zonas Patrimoniales.
Ello, sin perjuicio de todos los expositores que asistieron en distintas etapas del debate, representantes de variados movimientos y comités de vivienda.
En el seno de la Comisión la iniciativa se analizó en ocho sesiones, al cabo de las cuales se sometió a votación en general, rechazándose por 3 votos contra 2, en virtud de los argumentos esgrimidos por los miembros de la instancia, de los que se da cuenta en el informe respectivo.
Como consecuencia de haberse desechado la idea de legislar, la Comisión de Vivienda no se pronunció acerca de las cincuenta y una indicaciones consideradas para la discusión en particular, la que no se produjo debido al aludido rechazo en general.
A este respecto, es oportuno recordar que desde el Ministerio de Vivienda y Urbanismo se señaló que el Gobierno, a través de sus indicaciones, pretendía modificar algunas de las principales preocupaciones que fueron planteadas en el curso de la tramitación, incluso eliminando aspectos controvertidos.
En esa línea, resaltó que la iniciativa contenía una suerte de rol interventor que se entregaba al Ministerio en relación a los planos reguladores, lo que sería desechado y reemplazado solo por una tutela del Minvu, respetando la autonomía que les corresponde a los organismos locales en la confección y aprobación de los instrumentos de planificación territorial.
Por ello, en su momento el Secretario de Estado remarcó que los principales lineamientos del proyecto, en tanto se acogieran las aludidas indicaciones, serían los siguientes: obligación en los planos reguladores de establecer zonas de integración; traspaso de las glosas 11 y 12 del Presupuesto, que son recursos para comprar terrenos, a una ley permanente; modificación de las condiciones del artículo 50 de la Ley General de Urbanismo y Construcciones, para efectos de agilizar los procesos del plan regulador de determinada comuna; establecimiento de zonas de regeneración; e incorporación de nuevas funciones del Ministerio.
Este nuevo segundo informe, como ya he dicho, fue rechazado en la Comisión. La Sala tiene opciones: rechazarlo, al igual como se plantea en el informe e ir a una Comisión Mixta, donde se pudiesen resolver los problemas pendientes. La otra posibilidad es aprobarlo y el proyecto volvería a la Comisión de Vivienda para su discusión en particular, o sea, para que el conjunto de indicaciones se discuta, ojalá con un plazo determinado.
Quiero dejar en claro que detrás de esto hay dos debates: uno, de opciones más permanentes y de fondo que se buscaban en el proyecto original, el que tuvo muchas observaciones y fue muy discutido en el ambiente académico, político, social y en distintos sectores; y otro, que pone énfasis en las respuestas a la delicada situación actual de la vivienda en Chile, que está en crisis a lo largo de todo nuestro país.
En ese sentido, las indicaciones tienden a coincidir en torno a cuatro materias: hacerse cargo del déficit en los planos reguladores; que las glosas 11 y 12 se transformen en ley; modificar el artículo 50 de la Ley General de Vivienda y Urbanismo, relacionado con los planos reguladores, cuyos procesos de tramitación se han ido incrementando: hoy día demoran hasta treinta y seis meses, siendo que originalmente en el 2006 se demoraban solo un mes; y establecer zonas de regeneración urbana con participación ciudadana de las comunidades.
La Sala tendrá que decidir al respecto, cada uno tiene su opinión. Yo, por ahora, me limito a poner el tema como está, objetivamente.
Eso es todo, señora Presidenta.
La señora PROVOSTE (Presidenta).- Muchas gracias.
Ha solicitado también la palabra en la Sala el Ministro Felipe Ward.
Ministro, puede intervenir.


El señor WARD (Ministro de Vivienda y Urbanismo).- Muchísimas gracias, señora Presidenta.
Un gusto poder saludar a las señoras y los señores parlamentarios y estar acompañado por el Subsecretario de Vivienda, don Guillermo Rolando, y el Subsecretario de la Segprés, don Máximo Francisco Pavez.
Presidenta, quisiera agradecer la oportunidad de dar a conocer nuestra opinión como Gobierno y como Ministerio de Vivienda en torno a esta iniciativa.
Creo que lo que ha señalado el Senador señor Montes es muy preciso, da una cuenta muy fidedigna de lo que ha ocurrido con esta iniciativa tanto en la Sala como en la Comisión; y también su informe contiene someramente un juicio de valor que nos parece adecuado.
Obviamente, hoy día hay una crisis de la cual conviene hacerse cargo con herramientas nuevas. Porque, como comentamos hace algunas semanas en esta misma Sala junto al Subsecretario, el aumento de los asentamientos precarios en Chile nos hace ver la necesidad de contar con nuevas herramientas para enfrentar esta situación. Es por eso que, como conversamos siempre con el Subsecretario, frente a una situación urgente, se requieren también herramientas de carácter urgente.
De ahí que estamos hoy día, Presidenta, solicitando que pueda revisarse esta iniciativa y que se revierta lo ocurrido en la Comisión. Y lo quiero decir con todas sus letras: yo creo que lo que ocurrió en la Comisión de Vivienda obedeció a un momento político distinto; es un proyecto totalmente diferente el que tenemos en este momento.
En octubre o noviembre del año pasado, Presidenta, tuvimos la oportunidad de conversar también en esta Sala respecto de la iniciativa en debate y de convenir su envío a la Comisión para un segundo primer informe. Eso fue lo que técnicamente se convino, y nos pareció muy bien. Pero hubo un espacio de seis meses en que no tuvimos la ocasión de analizar las indicaciones junto con los parlamentarios. Porque nosotros, como Gobierno, como Ministerio, presentamos una serie de indicaciones y no pudimos entrar al fondo de ellas debido a que finalmente, producto de diversas circunstancias, asociadas por cierto a la pandemia y a la recepción de dirigentes que fueron invitados por la Comisión, no se pudo abordar el fondo del proyecto. Y ahora este viene con un informe rechazado sin siquiera haber podido cumplirse el mandato que se entregó en su oportunidad en la Sala de revisar las indicaciones. Es decir, se fijó un plazo para formularlas, se presentaron indicaciones parlamentarias, y también por parte del Ejecutivo, pero no entramos en su análisis.
Por tanto, Presidenta, quisiera en tres minutos hacerme cargo de lo que es este nuevo proyecto, porque, tal como esbozaba el Senador Montes, es distinto al que entró hace un buen tiempo al Congreso y que fue despachado por la Cámara de Diputados.
En esta iniciativa, y precisamente en lo que respecta a las indicaciones, abordamos cuatro puntos que paso a enunciar en forma muy somera.
Primero, el rol clave de los municipios y de los gobiernos regionales en el resguardo y promoción de la integración social urbana.
¿Quién puede oponerse a la integración urbana? Yo sé que nadie en esta Sala lo haría. Y es por eso, Presidenta, que hacemos el llamado a que el proyecto sea aprobado en general de forma unánime, para que vuelva a la Comisión y ahí podamos discutir las indicaciones que presentó el Ejecutivo y que ahora vengo en ratificar; es decir, las indicaciones que formulamos como Ejecutivo y como Ministerio son ratificadas en este acto, y son las mismas que vamos a discutir y que los señores Senadores conocen desde hace algunos meses.
En segundo lugar, el rol activo del Ministerio en la gestión y la adquisición de suelo.
Tal como dijo el Senador Montes, las glosas 11 y 12, muy exitosas, muy importantes para nosotros, es bueno llevarlas a una normativa permanente, más allá de la Ley de Presupuestos, y es algo en lo cual estamos de acuerdo.
Entonces, estando de acuerdo en las materias relevantes, no hay razón para no entrar al fondo de la iniciativa. Sería una señal que verdaderamente los dirigentes sociales no comprenderían si la rechazáramos sin haber podido discutir las indicaciones.
La única petición que hacemos el día de hoy es que se vote en general el proyecto. ¿Y qué es la votación en general de acuerdo a la normativa constitucional? La detección de un problema, la propuesta de solución y el tiempo legislativo. En estos tres aspectos estamos de acuerdo, Presidenta y estimados Senadores.
El tercer punto, de cuatro que contienen la iniciativa y las indicaciones que hemos presentado, dice relación con el procedimiento expedito de habilitación normativa para proyectos de comités de viviendas, a fin de poder aplicar el artículo 50 de la Ley General de Urbanismo y Construcciones.
Nadie se opone a esto. Estamos todos de acuerdo en tener más herramientas. Lo decía -por su intermedio, Presidenta- el Senador Montes: son muy largos los tiempos que toman los procesos al interior del Ministerio, y esta propuesta apunta justamente a reducirlos incluso a un tercio, si logramos modificar el artículo 50 de la Ley General de Urbanismo y Construcciones.
Y, finalmente, en cuarto y último lugar, Presidenta, para no entrar en materia, porque sé que las señoras Senadoras y los señores Senadores conocen esta iniciativa bajo el nombre de "integración social", respecto de lo cual, por supuesto, nadie puede oponerse, están las normas para revertir los problemas constructivos críticos y la segregación.
Este proyecto y las indicaciones nos entregan más herramientas para poder eliminar la segregación. Si creemos verdaderamente en la integración social, tenemos que llevar la ciudad adonde están los vecinos y, también, acercar a los vecinos a la ciudad. Creo que hay que confiar en las decisiones de las personas, no impedir los desplazamientos humanos, los desplazamientos urbanos y construir las ciudades desde el territorio y desde los barrios. El proceso de integración social va a seguir ocurriendo; es imparable, naturalmente. Nosotros en el Ministerio consideramos que la integración social no es otra cosa que personas viviendo al lado de personas -es así de simple-, independientemente de su situación socioeconómica.
Por eso, estimada Presidenta, agradezco mucho, y también agradecemos como Ministerio, las palabras del Senador Montes.
Reitero: la petición que hacemos hoy día a la Sala es que el proyecto pueda ser aprobado en general, ojalá de forma unánime -es decir, que se rechace el informe-, para poder entrar al análisis de las indicaciones. Es tan simple como eso: entrar en el estudio de las cincuenta y una indicaciones a que hacía mención el Senador Montes, y si es posible con un plazo, de forma que no pasen seis o siete meses antes de que la iniciativa vuelva a la Sala con su segundo informe, a fin de poder despacharla, para que vaya a tercer trámite a la Cámara de Diputados. Es decir, que se vote a favor, volver a discutirla en la Comisión y que se abra un plazo de indicaciones relativamente breve para que se reciban las indicaciones que puedan formular los señores parlamentarios.
Muchas gracias, Presidenta.
La señora PROVOSTE (Presidenta).- A usted, Ministro.
Le ofrezco la palabra en la Sala al Senador David Sandoval.
Hago presente que están inscritos el Senador Juan Castro, el Senador Francisco Chahuán y, de manera telemática, el Senador Carlos Montes, el Senador Rabindranath Quinteros y la Senadora Isabel Allende.
Senador Sandoval, tiene usted la palabra.


El señor SANDOVAL.- Muchas gracias, Presidenta.
Quiero saludar, por su intermedio, al Ministro Ward y a los Subsecretarios Guillermo Rolando y Máximo Pavez, que nos acompañan el día de hoy y con quienes, particularmente con los dos primeros, nos tocó participar en gran parte del proceso de tramitación de este proyecto de ley de integración social urbana.
En realidad, si uno analiza el contexto de la discusión original, los contenidos originales de este proyecto y los compara con lo que hoy día se está tratando, casi entrando ya en la discusión en particular, se ve que son dos proyectos radicalmente distintos. Es más, el primero contenía algunos capítulos de materias que a juicio nuestro no iban al fondo del objetivo, que era la integración social y urbana, como fue, por ejemplo, el cambio de nomenclatura ministerial, lo que, en verdad, generó toda una percepción delicada por parte del mundo gremial por los eventuales efectos que pudiera tener.
Pero eso no está en la iniciativa en debate. Y efectivamente, como bien dicen hoy día el Presidente de la Comisión, Senador Carlos Montes, y el Ministro, si viéramos en detalle las indicaciones -desgraciadamente, no las tienen en este minuto todos los Senadores-, nos daríamos cuenta de que este proyecto es absoluta y radicalmente distinto.
Deseo señalar que, en mi condición de Presidente de la Comisión hasta ese momento, me correspondió recibir a numerosas instituciones de diferentes ámbitos. Incluso, la última sesión se realizó el lunes recién pasado con dirigentes sociales del más amplio perfil político que uno pudiera pensar. Participaron en ella Marilyn Elgueta, Karla Urzúa, Margarita Urra, por mencionar solo algunas dirigentas de organizaciones sociales. Pero, aparte de esas personas, estuvieron en la discusión Ukamau y entidades de diferentes naturaleza en lo que fue el detalle del comentario original, que generó bastante suspicacia y, en especial, muchas dudas, de las cuales nosotros nos hicimos parte y ampliamos al máximo posible la discusión a objeto de lograr precisamente consensuar los puntos de encuentro sobre el particular.
¿Qué nos señaló el mundo académico de las ONG y de los comités de vivienda? Ellos, en una máxima que yo creo que es bueno que la tengamos aquí en el tapete, nos manifestaron que en el contexto académico de las ONG y de los comités hay un consenso técnico de lo que se debe hacer para resolver el agudo problema que afecta a tantos miles de familias en nuestro país que viven hacinadas, allegadas o que, lisa y llanamente, viven todavía en la mayor precariedad, como son los campamentos y las tomas.
¿Y qué nos dijeron? Que tenían consenso en qué se debía hacer para resolver el problema que hoy día están viviendo. Es más, nos interpelaron esas organizaciones a que pudiéramos impulsar un acuerdo político respecto de la necesidad de llevar adelante los cambios que se necesitan. En ese contexto, quiero destacar una sesión especial que se realizó en este mismo Senado, en esta misma Sala, donde presentamos un proyecto a raíz del análisis relacionado con el tema de las tomas y los campamentos; fue un proyecto de resolución que apuntaba precisamente a ese llamado. Concordamos con ese llamado.
Todos estamos contestes en que hay que mejorar sustantivamente todo lo que dice relación con las políticas habitacionales para que, en tiempo, forma y calidad, podamos hacernos cargo de la marginalidad y de la situación que se está viviendo.
Para ello, el proyecto busca resolver muchas dudas que se plantearon acá: el rol de los municipios, el rol de los gobiernos locales, el rol de los instrumentos de planificación territorial, cómo facilitar lo relativo a la regeneración.
Es más, en cuanto al tema de la regeneración, estuvimos en un seminario con Sergio Baeriswyl, del Consejo Nacional de Desarrollo Urbano, y con Luis Fuentes, del Instituto de Estudios Urbanos de la Universidad Católica. Aprovecho de saludarlos a ambos.
Creo que, en la discusión en particular, hay que incorporar un capítulo especial para abordar la regeneración de barrios, la regeneración urbana. Hay todo un trabajo académico y técnico que se ha desarrollado a lo largo de mucho tiempo en esta materia, y sería bueno tenerlo presente para que no se perdiera, pues se necesita harto.
También se debe resguardar el interés de los propios habitantes, muchos de los cuales son vulnerables y viven en barrios muy deteriorados.
Asimismo, se plantea la urgencia de modificar el artículo 50 de la Ley General de Urbanismo y Construcciones con relación al procedimiento excepcional.
En este punto hay que aclarar una cosa. Se hizo presente que se pretendía dar beneficios urbanísticos a inmobiliarias, y eso no necesariamente se descartó. La única excepcionalidad que tendrá este artículo 50 va a estar referida, sola y exclusivamente, a la construcción de viviendas para comités habitacionales.
Quiero quedarme, Presidenta, con lo que señaló Sebastián Bowen, de Techo: el "estallido habitacional", la urgencia habitacional y el campamento oculto.
¡Cuánta gente detrás de las casas vive verdaderos dramas sociales, habitacionales, urbanos, que evidentemente generan una condición humana muy compleja al interior de esas viviendas!
Quiero destacar también las expresiones de Juan Manuel Sánchez, de Corporación Ciudades, quien graficaba la realidad de la vivienda en una trilogía que vale la pena tener presente:
-Los "sin techo": la gente que hoy día está en campamentos, en tomas, los que viven allegados, hacinados. Hay una urgencia por responder a esa demanda.
-Los "con techo": gente que vive en una estructura, pero que por dentro sufre un drama humano y social producto precisamente del hacinamiento y del allegamiento.
-Y, por último, los "sin ciudad": personas que, a pesar de vivir en una ciudad, estaban en las periferias, alejadas de los servicios básicos, del acceso a prestaciones esenciales para la vida más normal.
Con esas tres analógicas dicha entidad nos graficaba muy bien sus planteamientos.
Por eso, Presidenta, creo que hoy día es necesaria la aprobación en general de esta iniciativa -ojalá sea así-, para que después entremos a la discusión en particular.
Finalmente, debemos entender que una nueva Constitución, respecto de lo cual todos estamos atentos de lo que va a acontecer, no establecerá el metro cuadrado de una vivienda o de un sitio. Y la implementación de esa Carta Fundamental no sabemos cuánto tiempo va a requerir. Hoy día el Presidente de la Comisión, Senador Carlos Montes, señaló que se demoraron siete años en dictar las leyes respectivas después de la última modificación de la Constitución del año 1925.
¡La gente no puede esperar ni siete ni cuatro años! Necesitamos hoy día con urgencia implementar estos instrumentos.
Por eso invito a la Sala, Presidenta, a votar a favor en general.
Muchas gracias.
La señora PROVOSTE (Presidenta).- Muchas gracias al Senador David Sandoval.
Le ofrezco la palabra al Senador Juan Castro.


El señor CASTRO.- Gracias, Presidenta.
Por su intermedio, quiero saludar al Ministro y al Subsecretario de Vivienda.
Deseo contarle a esta Honorable Sala que los integrantes de la Comisión hicimos varios aportes al proyecto en una mesa de trabajo técnica, junto con el Ministerio de Vivienda y con nuestros asesores.
Además, la Mesa del Senado citó a una sesión especial, en plena discusión de esta iniciativa, para hablar del gran drama que viven los campamentos en nuestro país.
Este proyecto, al final, se votó en contra en la Comisión. Y eso, en verdad, no fue bueno.
Creo que el contenido de esta iniciativa ayuda mucho a evitar la burocracia que existe actualmente para sacar adelante los proyectos habitacionales. Todos sabemos los problemas que se presentan muchas veces en las municipalidades, producto de que tales proyectos tienen muchas objeciones y dificultades.
Por eso, es sumamente importante que esta Honorable Sala, el día de hoy, pueda revertir la votación que hubo en la Comisión y aprobar la idea de legislar, a fin de que la iniciativa vuelva al órgano técnico para ser discutida en particular. Ello es necesario para agilizar muchos proyectos habitacionales que están detenidos y que generan una tremenda burocracia.
El día lunes tuvimos en la Comisión, como dijo el Senador Sandoval, una sesión especial con muchos dirigentes, quienes también se sienten parte de los aportes a esta iniciativa, gracias a las conversaciones que hemos tenido con ellos para que este proyecto avance. Y han expresado una tremenda preocupación, si este se detiene.
Por lo tanto, le pido a esta Honorable Sala aprobar la idea de legislar, para que esta iniciativa siga su tramitación con el fin de solucionar el problema habitacional de muchas familias de nuestro país.
He dicho, Presidenta.
La señora PROVOSTE (Presidenta).- Muchas gracias al Senador Juan Castro.
Ofrezco la palabra al Senador Carlos Montes, Presidente de la Comisión de Vivienda.


El señor MONTES.- Gracias, Presidenta.
La verdad es que la opción para esta Sala es clarísima: si votamos a favor, vuelve a la Comisión de Vivienda; si votamos en contra, va a una Comisión Mixta.
La pregunta es dónde se podrá hacer una mejor iniciativa de ley, en cuál instancia será más fácil perfeccionar la propuesta. Yo tiendo a pensar que sería mejor que vuelva a la Comisión.
Pero eso no implica volver al proyecto original, porque ya está superado. Incluso su título no guarda relación con el texto, pues la iniciativa nada tiene que ver con integración social. Es un conjunto de medidas para enfrentar problemas inmediatos.
Chile vive una crisis muy muy fuerte.
Hoy día hay entre 500 mil y 700 mil familias sin casa, que andan buscando una vivienda. El déficit está bajo 1.500 UF. Sobre 3.000 UF tenemos superávit -¡si es una cosa insólita!-, porque hay un problema de focalización de las políticas en materia de vivienda y de las instancias financieras.
Esto se agudizó mucho con los migrantes y también con la pandemia y las tomas. ¡Tenemos ochenta tomas en la Región Metropolitana en el último año! ¡Ochenta! Y no ha habido una respuesta a la altura de estos problemas.
¡Hay proyectos paralizados! Concepción tiene sesenta y ocho proyectos paralizados en este momento. Yo estuve reunido con sus representantes estos días.
Y sabemos cómo es la segregación y la desigualdad.
El Gobierno ha tenido recursos. ¡Nunca había tenido tantos recursos! El problema es que no ha logrado encontrar una solución real para esta situación.
No voy a repetir la discusión que hubo respecto del proyecto original. Las críticas ya se han expresado.
En el Senado hubo indicaciones fuertes que cuestionaban el enfoque inicial. Al final, se estableció otro enfoque con ejes totalmente distintos. La integración no es lo fundamental, sino buscar apurar las soluciones.
Por eso lo relativo al artículo 50 apunta a reducir el tiempo.
Por eso se quiere meter las glosas 11 y 12 en la ley, lo que no importa mucho porque están contempladas en la Ley de Presupuestos.
Aquí lo que falta es plata, dado que se le rebajó el presupuesto a Vivienda en el último trámite en 12.900 millones de pesos para la Región Metropolitana. Y ahí está el problema mayor.
También se plantea que los planes reguladores tengan la obligación de incorporar ciertos nichos, ciertas situaciones y espacios para que se construyan otro tipo de viviendas sociales.
Estoy convencido de que esto requiere una acción del proceso constituyente, porque en él se pueden incorporar algunas cosas. De hecho, yo presenté un proyecto de reforma sobre el derecho a la vivienda en el año 2012.
Además, se necesita concebir políticas públicas en materia de vivienda con un criterio público y con un rol claro del Estado. Basta recordar las consecuencias negativas cuando se repartieron váucher sin proyecto. Eso fue a finales del Gobierno de Piñera 1.
Muchas de las enmiendas al proyecto, como la relativa a las glosas 11 y 12 -una es un porcentaje de las platas para comprar y otra, una facultad especial, de distintos valores-, fueron hechas en la Comisión con el Ministro Monckeberg. A mí me tocó trabajarlas.
Ahora se le quiere dar más estabilidad a esto, pero las glosas están hoy día en el Presupuesto. Sin embargo, aquí lo que importa es que pongan más plata.
En algunos aspectos de la iniciativa existen avances puntuales para entrar al mercado de la vivienda. No obstante, la vida ha demostrado que la compra de terrenos solo hace que suba el valor de estos. De este modo, se establecerían obligaciones a los desarrolladores y se terminarían incrementando los costos, pero sin atacar el problema de fondo.
Cuando yo llegué al Parlamento las viviendas costaban 300 y 400 UF. Hoy día vamos en 1.100 y 1.200 UF con algunos mejoramientos, pero con una presión del valor del suelo y de los factores especulativos realmente impresionante.
Necesitamos hacer cambios en esto. Por eso queremos terminar con la evasión y la exención tributarias en este ámbito. Estamos hablando de 700 millones de dólares este año. Y si miramos hacia atrás, han sido más de 20 mil millones de dólares en una exención injustificada, que se creó para otro objetivo. Mientras se construían casas sociales de bajo nivel, se edificó gran parte del barrio alto con esta exención. Recién, hace muy poco tiempo, se logró bajarla.
También hay que reservar suelo urbano para integración social, como lo ha hecho Colombia, Brasil, España y muchos países. Aquí no contamos con ello.
Hay que incorporar mecanismos de recuperación de plusvalía, como lo hacen muchos países, al menos respecto a las principales obras públicas, como las del Metro. ¡En estos momentos no hay recuperación de plusvalía! Algo incluimos para los que cambiaban el uso de suelo, pero es una cuestión limitada.
Creamos una franquicia de 8 mil UF para la venta con la finalidad de captar plusvalía, pero también fue muy limitado.
Debemos revisar el impuesto territorial. La Viña Cousiño Macul está haciendo un tremendo negocio y es porque no ha pagado nunca contribuciones ni impuestos sobre el terreno. Y ahora lo está apurando, y va a tener una tremenda utilidad. Eso se produce por problemas en la ley.
Necesitamos disponer de un fondo para mejorar las casas que construimos mal durante años. No podemos seguir con viviendas de 34, 38 metros cuadrados, edificadas con malos materiales.
Tenemos que planificar.
Y ojalá que los que quieran ser gobierno para los próximos cuatro años entiendan que hay que construir cuatrocientas mil viviendas de calidad en Chile. Esto se ha hecho y se puede replicar, en barrios adecuados, para enfrentar el tema de fondo.
Estamos acercándonos a una situación crítica, parecida a la del año 90, que afectó a este segmento social.
Por eso, en lo inmediato, hay que destinar más recursos -como tanto hemos hablado con el Ministro- para este año y echar a caminar un plan mayor.
Gracias, Presidenta.
La señora PROVOSTE (Presidenta).- Muchas gracias al Senador Carlos Montes.
Le ofrecemos la palabra en la Sala al Senador José Miguel Durana.


El señor DURANA.- Gracias, Presidenta.
Este proyecto tiene como objetivo mejorar los niveles de integración social y urbana en las ciudades y lograr un adecuado desarrollo de ellas a lo largo del país, aumentando la construcción de viviendas sociales con integración social a través de un proceso de densificación equilibrada en zonas con potencial desarrollo urbano.
También se busca modernizar y fortalecer la gestión del Ministerio, así como la de sus órganos territoriales, con nuevas atribuciones, destinadas a infundir el principio de inclusión e integración urbana en nuestro ordenamiento jurídico, potenciando proyectos de viviendas integradas en zonas con adecuados estándares de calidad de vida, lo que obviamente va a mejorar la condición de quienes hoy día participan en comités de viviendas.
Además, se dispone implementar políticas de suelo que incentiven iniciativas habitacionales de integración, que van a resguardar que los instrumentos de planificación territorial impulsen estos proyectos de integración social y urbana.
Asimismo, el texto contempla medidas de trascendental importancia, como promover que los comités de vivienda puedan acceder a suelo urbano bien localizado y que dichos terrenos cuenten de manera rápida y oportuna con las necesarias normas urbanísticas para el desarrollo de sus proyectos habitacionales; facilitar la regeneración integral de barrios deteriorados o altamente segregados, y, finalmente, establecer la integración social como criterio rector de la planificación urbana, debiendo fundamentalmente las municipalidades, a través de las direcciones de obras municipales y de los gobiernos regionales, incorporar en estos planes reguladores disposiciones que resguarden e incentiven la construcción de viviendas sociales y el acceso a bienes públicos urbanos.
Entre los beneficios normativos, destacan la altura, la densidad, el coeficiente de constructibilidad, el coeficiente de ocupación, la dotación de estacionamientos.
Además, se adecúan los planes reguladores intercomunales con el objeto de establecer zonas de integración urbana, reducir el déficit habitacional, obviamente acompañado de la planificación y construcción de ciudades diversas, amables e inclusivas. Es lo mínimo que esperan nuestros ciudadanos en las diferentes regiones, cuya realidad es muy distinta en el norte, en el centro y en el sur del país.
El proyecto, finalmente, contempla medidas de trascendental importancia, como la promoción de los comités de vivienda, básicamente en función de facilitar la generación integral de barrios sobre la base fundamental de la construcción de viviendas sociales con acceso a buenos terrenos para generar mejor calidad de vida.
Creemos, sí, que esta iniciativa ha desperdiciado la oportunidad de incorporar con mayor decisión al mundo privado en la colaboración que permita resolver de manera más eficiente el problema de la integración urbana; más aún en estos tiempos, cuando la reactivación económica es una prioridad nacional y existe un número tan importante de personas que carecen de una vivienda propia y muchas otras de empleo, por lo que una regulación podría permitir esa ecuación en torno a incentivar la inversión inmobiliaria con una perspectiva de integración social.
En esta Sala tenemos la gran oportunidad de asumir el compromiso de que las modificaciones o aclaraciones que este proyecto merezca sean introducidas durante la fase de indicaciones. De esta forma permitiremos que se pueda avanzar en la implementación de adecuadas políticas habitacionales, materia de una de las políticas públicas más esperadas por nuestros compatriotas.
Voto a favor, Presidenta.
La señora PROVOSTE (Presidenta).- Muchas gracias al Senador Durana.
Le ofrezco la palabra, telemáticamente, al Senador Rabindranath Quinteros.


El señor QUINTEROS.- Gracias, Presidenta.
Después de escuchar las distintas intervenciones, creo que este debate parte de un diagnóstico compartido: por un lado, una alta segregación social en nuestras ciudades, expresada en el desigual acceso a sus bienes públicos y separación de sus habitantes en función de ingresos, y, por otro, un aumento del déficit de viviendas, que se hace patente con el crecimiento explosivo de personas viviendo en campamentos, pero que también se expresa de manera más velada a través de centenares de miles que se encuentran en condición de allegados o de hacinados.
También hay una visión común sobre las causas de estos fenómenos y sobre sus desastrosos efectos en materias tan diversas como salud, educación, seguridad, transporte, sustentabilidad ambiental y trabajo.
Sin embargo, las diferencias afloran a la hora de establecer los instrumentos para hacerse cargo de esta realidad. ¿Más o menos mercado? ¿Más o menos Estado? ¿Más o menos descentralización? ¿Más o menos atribuciones para los municipios y para los gobiernos regionales? La respuesta necesariamente será compleja, porque envuelve muchas variables.
Se deben ponderar los criterios urbanísticos, pero también los económicos, considerando el aumento de las brechas sociales con ocasión de la crisis provocada por la pandemia. Además, hay que tener presente el momento político que vive el país, a punto de iniciar un proceso constituyente, con una creciente demanda de participación en todos los asuntos, en especial en los que atañen a la ciudad, y con gran desconfianza en los actores sociales involucrados.
El proyecto inicial del Ejecutivo, aprobado en la Cámara de Diputados, ha ido cambiando en el marco de la discusión en general llevada a cabo en la Comisión de Vivienda de este Senado. Ha habido voluntad del Gobierno en ese sentido, pero no se ha alcanzado un acuerdo, y a estas alturas es difícil que se transforme en ley durante el presente mandato.
En estas condiciones, soy de la opinión de seguir avanzando en este proyecto, que muy probablemente servirá de base a un futuro gobierno para formular sus propias propuestas. Y si lo considera incompatible y cuenta con las mayorías para ello, podrá vetarlo, si no hubiese sido promulgado, o modificarlo en caso contrario. Nunca se parte de cero.
Además, hay una institucionalidad en este ámbito que va más allá del gobierno de turno y que está expresada en un Consejo Nacional de Desarrollo Urbano, que ha propuesto una política nacional e iniciativas en diversas materias, incluido el problema del suelo.
Este tema nos acompañará un buen tiempo. Ni siquiera podemos esperar que sea resuelto en un período presidencial, por lo que no debemos seguir postergándolo.
Hubiera sido conveniente que votáramos la idea de legislar sobre un texto ya modificado con las indicaciones del Ejecutivo, pero no ha sido así, y no me explico las razones de ello, en circunstancias de que la Comisión tenía facultades para discutirlo en general y en particular.
Espero que en la discusión en particular esto ocurra y se incorporen las modificaciones recomendadas por especialistas, organizaciones sociales y municipios. Habrá también ocasión de recibir la opinión de los nuevos gobernadores regionales, que tienen atribuciones en materia de ordenamiento territorial y de gobernanza en áreas metropolitanas.
Probablemente, el proyecto que logre aprobarse tenga aún limitaciones. Como decía, se trata de reformas que requieren un largo período para que se transformen en obras concretas, pero no se puede seguir dilatando y nada impide volver a revisarlas de nuevo.
En mi región, a comienzos del año pasado, había cerca de mil y tantas familias en campamentos. Hoy día estamos llegando a las tres mil. Solamente en Chiloé más de trescientas familias ya están viviendo en campamentos. A pesar de las duras condiciones del invierno, esas cifras siguen aumentando.
El déficit regional se estima en treinta mil viviendas.
Los casos más urgentes, que eran esperados por años, requieren una respuesta ahora, con los programas y terrenos disponibles, que el Gobierno debe gestionar. El resto, al menos, necesita que se le dé un horizonte definido, acotado, y para eso requerimos nuevos instrumentos y mayores recursos.
La ciudad que queremos, más integrada y sustentable, surgirá de otros debates, más de fondo, que serán posibles porque no existirán vetos y habremos profundizado nuestra democracia y la participación de las comunidades, y la función social de la propiedad se encontrará debidamente recogida en la Nueva Constitución...
La señora PROVOSTE (Presidenta).- Secretario, dele el tiempo adicional para que pueda concluir el Senador Rabindranath Quinteros.
Senador Quinteros, tiene que activar su micrófono.
El señor QUINTEROS.- Decía que será el tiempo de contar con mayores instrumentos y un Estado más fuerte, más activo, más descentralizado, para romper la lógica segregadora que resulta de la primacía del mercado, de la política de subsidios y las soluciones centralistas.
Llegará el tiempo, incluso, de preguntarnos si la ciudad de Santiago puede seguir creciendo indefinidamente.
Pero mientras tanto, Presidenta, creo que no debemos permanecer inmovilizados, y por esas razones anuncio mi voto a favor de la idea de legislar.
Gracias, Presidenta.
La señora PROVOSTE (Presidenta).- Muchas gracias al Senador Rabindranath Quinteros.
Han pedido la palabra por punto de reglamento el Senador Claudio Alvarado y la Senadora Carolina Goic.
Senador Alvarado, tiene la palabra.
El señor ALVARADO.- Señora Presidenta, solicito, si lo tiene a bien, que recabe el acuerdo de la Sala para la apertura de la votación.
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La señora PROVOSTE (Presidenta).- Senadora Carolina Goic, tiene la palabra.
La señora GOIC.- Señora Presidenta, lo mismo, pero además me gustaría solicitar que pudiéramos ver después el tercer punto de la tabla, que es la Ley Dominga. Hay muchas mamás y papás que la están pidiendo. Entonces, solicito que la pudiéramos ver y dejar pendiente el segundo proyecto. Además, es una votación en general.
La señora PROVOSTE (Presidenta).- Si le parece a la Sala, podemos acoger los planteamientos de ambos Senadores.
El señor COLOMA.- Permítame, Presidenta, preguntarle primero a la Senadora Von Baer.
Deme dos minutos, por favor.
La señora PROVOSTE (Presidenta).- Dejaremos pendiente la solicitud de la Senadora Goic para los próximos cinco minutos.
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La señora PROVOSTE (Presidenta).- Si le parece a la Sala, se abrirá la votación.
Acordado
En votación general.
--(Durante la votación).
El señor GUZMÁN (Secretario General).- Gracias, señora Presidenta.
Se encuentra abierta la votación en la Sala.
Como se indicó en la relación, la Comisión, en el nuevo primer informe, rechazó la idea de legislar. En ese contexto, y para facilitar la votación, la opción "sí" sería por aprobar la idea de legislar y la opción "no" sería por rechazarla.
La señora PROVOSTE (Presidenta).- Señor Secretario, proceda a tomar la votación a quienes ya han hecho uso de la palabra, porque el Senador Rabindranath Quinteros había manifestado su disposición de voto.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- Gracias, señora Presidenta.
Senador señor Quinteros, ¿cómo vota?
¿Senador señor Quinteros?
Senador señor Quinteros, ¿cómo vota?
El señor QUINTEROS.- A favor.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- Vota a favor.
Senador señor Montes, ¿cómo vota?
El señor MONTES.- Voto a favor porque prefiero mejorar el proyecto en la Comisión de Vivienda que mandarlo a Comisión Mixta, por las dificultades que eso implica. Y creo que la iniciativa se puede mejorar mucho, porque hay bastantes puntos más o menos avanzados.
Voto a favor.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- Gracias.
Vota a favor.
La Senadora señora Van Rysselberghe solicitó adelantar su voto.
¿Cómo vota, Senadora?
La señora VAN RYSSELBERGHE.- Voto a favor.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- Gracias.
A favor.
El Senador señor Pugh también solicitó adelantar su voto.
¿Cómo vota, Senador?
El señor PUGH.- Voto a favor, señor Secretario.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- Gracias.
Vota a favor.
Senadora señora Sabat, ¿cómo vota?
La señora SABAT.- A favor.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- Gracias.
A favor.
Senador señor Prohens, ¿cómo vota?
El señor PROHENS.- A favor, Secretario.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- Gracias.
A favor.
Senador señor Soria, ¿cómo vota?
El señor SORIA.-... (falla de audio en transmisión telemática)... Secretario.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- ¿Cómo, perdón? ¿A favor?
El señor SORIA.- No, en contra, señor Secretario.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- Vota en contra.
Gracias.
Senadora señora Allende, ¿cómo vota?
La señora PROVOSTE (Presidenta).- La Senadora Allende había solicitado la palabra.
Puede intervenir, Senadora.


La señora ALLENDE.- Señora Presidenta, junto con saludar al Ministro, al Subsecretario, a las autoridades que nos acompañan, quiero señalar que este es un tremendo tema.
Chile, desgraciadamente, es uno de los países de la OCDE donde existe mayor segregación urbana. Y esto es absolutamente visible si uno compara ciertas ciudades de la zona oriente de la Capital, que probablemente tienen un estándar y una calidad de vida equiparable a los países más altamente desarrollados, con otras realidades, de otras comunas, en las cuales faltan, por cierto, infraestructura, espacios verdes y donde se vive en condiciones de habitabilidad muy mala y con gran hacinamiento.
Entonces, es muy dramático, porque no tenemos integración, sino más bien una gran segregación. Aparte de eso, existe un déficit de viviendas cada vez mayor. Por otro lado, la pandemia ha hecho incluso que mucha gente hoy día no sea capaz de solventar arriendos y se traslade a campamentos. Y, por otra parte, también está el fenómeno de la migración.
Esto mismo se repite en nuestra Región de Valparaíso. Lamentablemente, como hemos dicho otras veces, es la región con el mayor número de campamentos, incluso con el más grande de todo el país, en Viña del Mar. Como señalé, en nuestra región tenemos lo mismo. La propia ciudad de Viña del Mar, conocida como Ciudad Jardín, en su parte baja no tiene ninguna relación con lo que ocurre cuando uno sube a los cerros y observa la precariedad de las viviendas sociales y los campamentos que ahí se encuentran.
Por lo tanto, es muy urgente que podamos tener una verdadera política, mucho más progresiva, que considere no solo cómo ser más eficaces a la hora de disminuir el déficit de vivienda -hay setecientas mil familias que necesitan una vivienda, las que nos faltan dramáticamente-, sino también que se preocupe de la calidad de vida en el barrio, en los servicios, en el acceso al transporte. Porque no podemos seguir esta política que tuvimos por años según la cual se mandaba a los sectores más vulnerables a la periferia, donde no hay servicios, donde no hay conectividad, donde la gente tiene que estar tres horas en el transporte para lograr llegar a su trabajo, lo que es realmente injustificable.
Por eso llegó la hora de hacer un cambio mucho más drástico y también de ser mucho más proactivos, como corresponde, en términos de lo que es un mercado de suelo, porque la especulación es dramática. En la Región de Valparaíso la falta de suelo hace que muchas veces se esté construyendo incluso en lugares de riesgo, donde se sabe que puede haber derrumbes o incendios, y esto es simplemente por la especulación, la falta de suelo, la falta de planificación.
Yo creo que es tremendamente importante que aquí, como ha señalado el Ministro, haya cambios a través de indicaciones, las que vamos a ver en particular. Eso es muy relevante, claramente, en la línea que aquí se ha esbozado, como promover que los comités de vivienda puedan acceder a suelos urbanos bien localizados, de manera rápida y oportuna; o la regeneración integral de barrios deteriorados.
¡Para qué decir de lo que sucede en la ciudad de Valparaíso, con la cantidad de barrios deteriorados o muy segregados! Y sus habitantes no cuentan con los recursos. Por lo tanto, no hay cómo solucionar el problema, salvo que se haga un verdadero plan maestro de regeneración y así beneficiar a las familias que viven en esas condiciones.
Y el tercer principio que orienta estos cambios, que ha hecho que este prácticamente sea un nuevo proyecto, es establecer la integración social como un criterio rector de la planificación urbana. Por lo tanto, los municipios y los gores debieran incorporar eso en los planes reguladores.
Es muy importante, entonces, aprobar este proyecto para que vuelva a la Comisión. Presidenta, desde ya, anuncio mi voto favorable, para que en la Comisión se vean todas las indicaciones respecto de lo que aquí se ha mencionado: hacer permanentes las actuales glosas, cómo facilitar más recursos, cómo hacer más expeditas las políticas.
Cuando hablamos de integración tenemos que considerar a lo menos, por un lado, la segregación que hoy día existe en términos de acceso a servicios públicos, pero también, por otro lado, la diversidad que tiene que coexistir, que es lo que no ocurre. Por eso también debemos dar un paso sustantivo.
Nosotros tuvimos como Senado una sesión especial donde escuchamos a representantes de muchos campamentos, a organizaciones. Hay muchísimas, ¡muchísimas!, organizaciones que han trabajado, que siguen trabajando y que están pendientes del tema habitacional y cómo hacer verdaderamente más ciudades; cómo lograr que se aborde la situación no solo de aquellos que no tienen viviendas, sino también de quienes tienen vivienda pero están ya muy deterioradas, o que viven, como dije, en esta condición segregada, que ni siquiera acceden a servicios públicos o conectividad.
Por eso, Presidenta, voy a votar a favor, pues creo que es muy importante que se vea en particular, se avance y logremos tanto ir terminando con el déficit de vivienda como mejorando la calidad de nuestras ciudades, que significa conectividad, acceso a servicios, espacios verdes, construcción y habitabilidad cada día más sustentable, que tanta falta nos hace.
He dicho.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- La Senadora señora Allende durante su intervención manifestó que votaba a favor.
¿Es así?
La señora PROVOSTE (Presidenta).- ¿Senadora Allende?
La señora ALLENDE.- Yo dije que votaba a favor.
La señora PROVOSTE (Presidenta).- Muchísimas gracias.
En la Sala, le ofrezco la palabra al Senador Guido Girardi.


El señor GIRARDI.- Señora Presidenta, este es un proyecto muy relevante, porque tenemos un drama en Chile. Por una parte, hay un déficit de cerca de ochocientas mil viviendas. ¿Qué significan ochocientas mil viviendas? Que alrededor de dos millones y medio de chilenos y chilenas, de familias, no tienen acceso a la vivienda.
Eso debiera ser una prioridad nacional, como es en la salud la lista de espera, como es tener una educación de calidad, como es contar con un sistema de pensiones que garantice dignidad para las personas.
A mí me parece que este es un tema central.
Pero los chilenos no necesitan viviendas, necesitan barrios, necesitan territorios para la vida, necesitan dignidad en el vivir. Además de las viviendas, la política de desarrollo urbano debe considerar los desafíos que tenemos para adelante. En el 2030 por primera vez vamos a tener más personas mayores de sesenta años que menores de quince. Y deberemos construir territorios para poder enfrentar y prevenir las pandemias, que disminuyan la movilidad.
Uno de los problemas que tiene hoy día la sociedad es la depresión. Y en todos los estudios científicos se establece una asociación directa entre contaminación atmosférica y depresión, entre contaminación atmosférica y aparición de daños neuronales degenerativos, como alzhéimer. Está demostrado que las personas que viven a menos de 50 metros de lugares donde transitan vehículos, de avenidas, tienen un 11 por ciento más de riesgos de alzhéimer, de daños degenerativos y de depresión.
Por lo tanto, deberemos avanzar en esa dimensión.
El PM2,5 es uno de los principales causantes de infarto al corazón. Es decir, la contaminación no solo genera problemas respiratorios, sino que también está generando problemas de salud mental, de párkinson, de alzhéimer.
Hay un síndrome que se llama "síndrome de déficit de naturaleza", que está estudiado. Los seres humanos fuimos evolucionando dentro de la naturaleza, por lo que las ciudades deben incorporar criterios de naturaleza dentro de ellas. Tenemos que incorporar agricultura dentro de las ciudades; es lo que está ocurriendo en todas las ciudades del mundo. Debemos tener barrios con ciclovías, con veredas que sean más importantes que las calles. Muchas veces los alcaldes salen y llaman a los medios de comunicación para tapar un hoyo en la calle y se olvidan de las veredas por donde transitan las personas y los adultos y las adultas mayores. Necesitamos un concepto de territorio amable, que haya barrios iluminados. Los niños y las niñas de los lugares desfavorecidos no pueden estudiar hace más de un año y medio, quedaron sin educación, porque no tiene internet. El internet debe ser incorporado a los proyectos de vivienda.
En la Comisión de Desafíos del Futuro hay una iniciativa que se llama "Chile, Potencia forestal". Una de las ideas presentes en todas partes del mundo para enfrentar el cambio climático apunta a que toda la vivienda social, que todos los edificios a futuro se hagan en madera, como ocurre en Europa, como está sucediendo en los países escandinavos, donde tener una casa de madera es lo que da estatus, a diferencia de Chile. Un kilo de cemento genera 0,85 kilos de CO2, o sea, 850 gramos de CO2. No podemos seguir destruyendo los ecosistemas. La madera es mucho más amable. Además, es antisísmica. Hoy día hay tecnología en madera tan dura como el acero, pero veinte veces más liviana.
¿Cómo podemos usar la capacidad que Chile tiene, con una vocación forestal del 35 por ciento de su territorio, para ayudar a resolver un problema estructural respecto de la dignidad de los barrios, no solo de las viviendas? Que se construya en madera, en altura en madera, pero que se cuente con todos estos elementos; que al mismo tiempo estén cerca los colegios, los consultorios. No necesitamos viviendas, sino territorios para la vida; que tengan, como hemos dicho, naturaleza, dignidades, lugares donde hacer actividad física, dado que Chile es un país sedentario y la obesidad es el principal causante de otra pandemia oculta, que mata mucho más que el COVID en el mundo y en Chile.
Presidenta, yo voy a votar a favor de este proyecto. Quiero que vaya a la Comisión.
Eso sí, quiero pedirle al Gobierno que tenga una política de suelos inteligente; de recuperación de suelos; que no permitamos que la especulación gane. Pero que se haga en torno a habilitar ecosistemas para la vida y no solo viviendas que son lugares de pobreza, de degradación, al lado de basureros, sino viviendas dignas...
La señora PROVOSTE (Presidenta).- Tiene un minuto para terminar, Senador. ¿O ya terminó?
El señor GIRARDI.- Gracias, Presidenta.
Los principales problemas que tenemos en el mundo son las pandemias, como el COVID. Y habrá muchas más, y tenemos que prepararnos. Son las pandemias de los infartos, los accidentes vasculares, la hipertensión, la diabetes, que nos están diezmando, y también los problemas de salud mental.
Los territorios son los mayores interactuantes, son los que definen justamente eso. Si uno ve una ciudad como Los Ángeles y la compara con los mismos habitantes de ciudades de Bélgica u Holanda, como unas están hechas para la vida y la otra para los autos, las ciudades europeas tienen una carga de enfermedades de salud mental, de todos estos aspectos muy menor a la que tienen otras ciudades.
Por lo tanto, debemos construir barrios y ciudades para la salud, para la vida. Y esto es lo que está...
La señora PROVOSTE (Presidenta).- Muchas gracias.
Le ofrecemos la palabra a la Senadora Carmen Gloria Aravena.


La señora ARAVENA.- Señora Presidenta, quiero fundamentar mi voto, principalmente porque fui parte de la Comisión de Vivienda cuando se comenzó a tramitar este proyecto.
Puedo dar fe de que, efectivamente, al principio no fue fácil la discusión. Hubo muchos cambios que propusimos como Senadores, con una gran participación de toda la sociedad civil, investigadores, dirigentes. Recuerdo con mucho cariño cómo ellos pidieron muchas mejoras que veo reflejadas en las minutas que nos han enviado.
Quiero expresar mi preocupación, porque no hay nadie, de ningún color político, que no constate los problemas del déficit habitacional que hoy día tenemos -producto de muchos factores: la pandemia; la situación económica mundial; la migración, que no es una situación puntual de Chile, es de toda Latinoamérica-, que está dejando a más de setecientas mil familias sin viviendas.
También debemos mejorar las condiciones de vivienda de las personas que sí tienen vivienda, al igual que los barrios, etcétera.
Me llama la atención que haya sido rechazado por parte importante de los integrantes de la Comisión. Evidentemente, respeto sus decisiones, pero ante los argumentos de que debemos esperar un Gobierno transformador o que decida una Constituyente, creo que hay miles de familias que no pueden esperar.
Es probable que la implementación de una nueva Constitución dure muchos años, pero la vida es todos los días.
Hoy día nuestra ciudadanía requiere soluciones urgentes.
Veo en todo lo que he escuchado ahora una gran unidad, una gran conciencia de que este proyecto debe ser tramitado.
No me cabe duda de que hoy día la Comisión está bien representada por todos los sectores y va a poder avanzar.
Quiero destacar -para ir terminando- el hecho de que considero muy valioso que el Ministerio de Vivienda no solo tenga, por una glosa especial del presupuesto anual, la posibilidad de comprar terrenos: el banco de terrenos públicos es muy importante para los efectos de disminuir la especulación y los altos valores que sobre ellos se registran.
Hay comunas en mi Región, como Pucón, que llevan veinte años sin poder construir viviendas sociales, porque evidentemente compiten con el sector inmobiliario de turismo, con el cual es difícil hacerlo.
Por otro lado, me parece muy relevante que le demos la facultad al Serviu para que pueda aumentar los subsidios en caso de ser necesario.
En cuanto a los instrumentos de planificación contenidos en el artículo 50 de la Ley General de Urbanismo y Construcciones, van a acelerarse, y considero muy valioso que también podamos facultar para la regeneración de barrios segregados. En mi Región hay muchísimos, como en todas las regiones de nuestro país, y tampoco debemos olvidarlos. Porque, por una parte, seguramente quienes reciban viviendas de ahora en adelante lo harán en bastantes mejores condiciones; pero hace treinta años, cuando Chile tenía otra situación económica, prácticamente ni siquiera existía la posibilidad de estacionar vehículos, y no había espacios para plazas, ni plazoletas, etcétera.
Por último, deseo plantear que algo que estimo muy muy significativo es que se generen modificaciones al plan regulador que permitan incorporar ya como obligación lo relativo a la exigencia de la integración urbana, porque es una cuestión muy necesaria.
También algo no menor -no sé si ya se ha mencionado- tiene que ver con la factibilidad de acelerar procesos de tramitación de los distintos permisos que se requieren para construir. Todos los Senadores que estamos acá trabajamos con comités de vivienda y sabemos lo complejo que es este asunto.
Espero que todas estas modificaciones incluyan igualmente rapidez en la aprobación de los planos reguladores y plazos más acotados. No es posible que los comités de vivienda esperen entre diez y quince años para realmente ver su casa propia.
Por último, agradezco al Presidente de la Comisión el que haya puesto hoy día en votación este proyecto y también los miles de correos que enviaron muchos comités de vivienda que pedían que lo votáramos, por la importancia que tiene tanto para nuestro país como para ellos.
Voto a favor.
La señora PROVOSTE (Presidenta).- Muchas gracias a la Senadora Carmen Gloria Aravena.
Tiene la palabra en la Sala el Senador Juan Ignacio Latorre.


El señor LATORRE.- Presidenta, este proyecto, obviamente, parte del programa del Presidente Piñera: lo ingresa el 2018; tiene un amplio debate en la Cámara de Diputados; también genera gran resistencia de múltiples organizaciones sociales, de pobladores, de comités de vivienda, de barrios patrimoniales, de votos en contra de la Oposición -no de toda, pero ciertamente de varias de sus bancadas- en la Cámara Baja. Y luego, al pasar al Senado, también con el contexto del estallido social, de alguna manera se congeló la tramitación de esta iniciativa, que exhibe un bonito título: "Integración social urbana".
Nadie puede estar en contra de ese horizonte: debemos hacernos cargo de ciudades más integradas, más inclusivas; de superar la segregación; de superar la lógica neoliberal de construcción de ciudades, de privatización, de cómo se fueron marginando a sectores vulnerables y pobres a las periferias de la ciudad básicamente por el precio del suelo, la especulación inmobiliaria, en fin.
De todo eso creo que hay un diagnóstico bastante compartido, así como respecto de la forma en que en este Gobierno han aumentado los campamentos, las tomas de terrenos, el déficit habitacional, el hacinamiento, el allegamiento, que es estructural, que obviamente no es responsabilidad de esta Administración: es estructural de la sociedad, pero de alguna manera ha aumentado en los últimos años y tenemos que hacernos cargo de aquello también.
¿Cuál es mi punto? Que esta propuesta de ley, si bien el Ejecutivo se comprometió a presentar indicaciones que todavía no han sido aprobadas, que en algún sentido podrían mejorar o hacer menos malo su texto con respecto a las críticas que tuvo en la Cámara de Diputados, las cuales demoró muchísimo en enviar y en que tardó bastante en establecer mesas de conversación amplias y diversas con las organizaciones de la sociedad civil, si se aprueba en la Sala o se rechaza y vamos a una Comisión Mixta, en cualquier caso va a demorar varios meses su tramitación. Por lo tanto, será una herramienta que el actual Gobierno no alcanzará a implementar, porque le quedan muy poquitos meses de mandato, y dejará una ley permanente, de amarre para la próxima Administración y ad portas del proceso constituyente.
¿Qué quiero decir? Que a mi juicio el Gobierno tiene herramientas administrativas, presupuestarias, incluso puede plantear una "ley corta" a fin de aprobar de manera rápida, con amplio consenso, y enfrentar en parte, o lo que alcance en los meses que le quedan, el déficit habitacional, la situación humanitaria en los campamentos, una serie de realidades para acelerar procesos burocráticos con los comités de vivienda. Hay un montón de herramientas que el Ejecutivo podría implementar en lo que le queda de mandato mientras se tramita este proyecto de ley, que no va a alcanzar a implementar.
Por eso planteo más bien que se deje abierta la discusión sobre esta iniciativa, por cuanto sin duda los candidatos presidenciales que ahora deben enfrentarse en primarias y después en noviembre levantarán sus propuestas programáticas con respecto a las nociones y a las herramientas de integración social urbana, y, obviamente, en el proceso constituyente se podrá dar el debate de fondo sobre el derecho social a la vivienda; el derecho a una ciudad justa; la función social del suelo; el rol del Estado; los bancos de suelo; el establecimiento de una empresa nacional de construcción como existe en muchos otros países donde el Estado construye no solo a través de entes o de gestión inmobiliaria, en que, por ejemplo, hay edificios públicos para subsidios de arriendo bien integrados, bastante equipados, de buena calidad.
De otro lado, ¿cómo enfrentamos la realidad de la vivienda social mal construida? Me ha tocado visitar acá, en la Región de Valparaíso, muchas viviendas sociales mal construidas, en que las familias han esperado largos años y el sueño de la casa propia se transforma en una pesadilla muchas veces por especulación inmobiliaria, corrupción inmobiliaria, etcétera.
Este proyecto no se hace cargo de nada de aquello.
Por consiguiente, mi postura de rechazo a la idea de legislar respecto de este proyecto ciertamente no es en contra de la idea de integración social urbana. Yo estoy a favor de que Chile garantice el derecho social a la vivienda y a la construcción democrática de una ciudad justa; de superar la lógica de la especulación inmobiliaria, de los fondos de inversión, los cuales muchas veces son un negocio para el sector inmobiliario, e incluso la vivienda social puede terminar siendo un negocio.
Queremos superar esa idea neoliberal que se instaló con fuerza en dictadura y que después se ha seguido profundizando en democracia, más allá del volumen y de la velocidad de construcción de viviendas sociales, en que comparto lo que señaló el Senador Montes, en el sentido de que cualquier Gobierno que venga tendrá que hacerse cargo y construir al menos cien mil viviendas al año.
Pero la pregunta es qué concepción de ciudad democrática y justa queremos construir y con qué herramientas.
Ese es mi argumento de fondo, Presidenta. Y el llamado al Ejecutivo es a que utilice herramientas presupuestarias y administrativas para hacerse cargo de este problema en el corto plazo, en los meses que le quedan de gestión, en vez de seguir esperando y mirando cómo se tramita este proyecto de ley, que no alcanzará a implementar.
Por eso mi voto en contra de la idea de legislar, Presidenta.
La señora PROVOSTE (Presidenta).- Muchas gracias al Senador Juan Ignacio Latorre.
En la Sala le ofrezco la palabra a la Senadora Carolina Goic.
La señora GOIC.- No.
La señora PROVOSTE (Presidenta).- ¿No?
Era solo para punto de reglamento.
La señora GOIC.- Sí.
Gracias.
La señora PROVOSTE (Presidenta).- Senador Alvarado, ¿lo suyo era solo una cuestión de reglamento o desea intervenir?
Tiene la palabra Su Señoría.


El señor ALVARADO.- Señora Presidenta, por su intermedio, me llama profundamente la atención la intervención de mi antecesor en este Hemiciclo, el Senador Latorre.
Me llama profundamente la atención que se haya rechazado la idea de legislar en la Comisión cuando el proyecto apunta a medidas tan importantes como implementar políticas y programas habitacionales que promuevan e induzcan de forma idónea a la integración e inclusión social y urbana.
Me llama la atención que se haya rechazado la idea de legislar cuando el proyecto busca implementar políticas de suelo, estableciendo medidas que propicien la construcción de viviendas destinadas a beneficiarios de los programas habitacionales del Estado en terrenos públicos o privados.
Me llama la atención que se haya rechazado la idea de legislar en la Comisión cuando el proyecto promueve resguardar que los instrumentos de planificación territorial contemplen criterios de integración e inclusión social y urbana, mediante disposiciones que incentiven la construcción de viviendas destinadas a beneficiarios de los programas habitacionales del Estado.
Me llama también profundamente la atención que se señale que este debate había que postergarlo y dejarlo para la Convención Constitucional. Y yo me pregunto: el Congreso, el Senado de la República, la Cámara de Diputados, ¿deben dejar de cumplir su rol de legislar a la espera de la Convención Constitucional?
¡Obviamente que no!
Es nuestra obligación, es nuestro deber: lo que tenemos que hacer -y para lo cual estamos acá, en el Hemiciclo- es precisamente cumplir con nuestras facultades y función principal, que es la de legislar.
Por lo tanto, me alegro de que en el contexto de todo el debate de esta tarde mayoritariamente los Senadores se estén expresando a favor de la tramitación de este proyecto.
No hacer aquello significa postergar soluciones para familias vulnerables que no tienen una vivienda digna, que están en campamentos y que requieren pronto una solución.
Por lo tanto, señora Presidenta, voto a favor.
La señora PROVOSTE (Presidenta).- Muchas gracias al Senador Alvarado.
Les ofreceré la palabra primero al Senador Alfonso de Urresti, y luego, a los Senadores Jorge Soria y Felipe Kast.
Puede intervenir, Su Señoría.


El señor DE URRESTI.- Presidenta, a quienes sigan este debate, con el paso del tiempo y sobre la base de la historia de la ley, les será difícil comprender que ante un diagnóstico común de un problema que tenemos en todo el territorio -porque esto no es patrimonio de una zona o de un lugar específico del país, sino una realidad lacerante que recorre todas las regiones, todas las ciudades-, de déficit de vivienda, de construcción mala o precaria, de ausencia de barrio, de ausencia de políticas urbanas, nosotros estemos discutiendo un proyecto que no va al fondo del asunto.
Cuando uno revisa, a propósito de esta discusión, legislación comparada o experiencias de otros países, le resulta extraño explicar que en Chile la política de vivienda social está entregada al mercado. Todos conocemos esto, porque no hay ningún Senador o Senadora en este Hemiciclo -no tengo duda de ello- que no haya estado acompañando a comités de vivienda, que hacen una verdadera odisea para poder construir, porque en definitiva quien determina la construcción y dónde se realiza es el mercado.
Aquí es donde hay que cambiar una lógica. Por eso es relevante el debate constitucional. Así como la Derecha decía que no importaba la Constitución, que daba lo mismo, que no era trascedente, hoy día estamos apostando a cambiar el eje de la discusión.
¿Cómo es posible que la especulación inmobiliaria para vivienda social haya elevado el costo de la hectárea a precios exorbitantes?
En Panguipulli la hectárea está a 200 millones de pesos; en cualquier comuna. En Valdivia no hay suelo. Entonces, es un peregrinar de los comités de vivienda el buscar dónde hay un terreno. Y luego ese terreno que se compra hay que factibilizarlo, hacer el radio operacional, las calles, que son cuestiones absolutamente difíciles.
En nuestro país se privatizó y se entregó todo a las EGIS y a todas las instituciones de intermediación, que son tremendamente regidas por el concepto de mercado.
Hay buenas empresas que hacen el trabajo y acompañan. Pero nosotros tenemos una institución, el Ministerio de Vivienda y los servius regionales y provinciales, pero claramente no da abasto.
Mientras no tengamos una política de suelo, una reserva de suelo que haga el Estado a fin de que se vaya urbanizando e instalando la vivienda social estaremos condenados a estas lógicas de mercado: encuentren un terreno; cómprenlo, y de ahí vamos viendo cómo lo urbanizamos o logramos factibilizarlo para la empresa.
Los ejemplos que podríamos señalar de la región -y no quiero hacer la referencia solo a la Región de Los Ríos, a cada una de sus doce comunas- son brutales.
Creo que en algún momento habrá que hacerles un homenaje de heroísmo a los dirigentes, la mayoría mujeres, que sin conocimientos técnicos tienen que bregar, mantener a sus comités, juntar el dinero, reunirlo y estar pensando quién diablos es la empresa constructora. Es una situación en que el Estado mira, observa, transfiere este subsidio, pero muchas veces ni siquiera se hace cargo de la calidad, de la diferencia asimétrica entre buenas poblaciones en una misma ciudad y otras villas que son absolutamente precarias, de mala calidad. Y depende de si la empresa lo hizo bien.
Hoy día hemos instalado, con varios de los Senadores acá presentes, el debate sobre el alza del precio del material de construcción. Muchos comités de vivienda nos dicen: "Miren, está todo perfecto. Pero con lo que actualmente cuestan los materiales es imposible construir; porque subieron 20 a 30 por ciento la madera, los clavos, el cemento, lo que hace que el proyecto sea absolutamente inviable".
Uno ve el contraste entre lindos proyectos de integración, lindos proyectos de vivienda social y otros que francamente son destinados a no convertirse en un barrio, sino en un gueto, arrojando, trasladando a la gente con menores recursos a la periferia de la ciudad. Y ahí no llegan ni la micro ni el colectivo; no hay carabineros; no hay escuela; no hay jardín infantil; no hay infraestructura urbana.
Me parece que acá hay que relevar el rol público. Ello, para sacar ese dogma que la Derecha ha instalado y que desgraciadamente se ha profundizado en nuestro país, en cuanto a que es el mercado, sus distintos agentes, los que van armando la ciudad.
Aquí debe haber una planificación, un banco de suelo, una reserva y se ha de terminar con la especulación de alguien que está en el límite urbano o cuenta con determinado retazo de terreno y que lo...
La señora PROVOSTE (Presidenta).- Puede continuar, Senador De Urresti.
Por favor, active su micrófono para que pueda concluir su intervención.
El señor DE URRESTI.- Perfecto. Ya termino.
Decía, Presidenta, que pienso que ahí debe producirse un debate.
Voy a votar a favor de este proyecto de ley, porque a mi juicio hay que perfeccionarlo en la Comisión; no voy a negar eso. Sin embargo, es necesario ir al tema de fondo.
Ahora bien, algo que se ha señalado acá tiene que ver la recuperación de la plusvalía. ¿Cuántas veces tenemos, por la construcción de una gran avenida o del metro, que la plusvalía del terreno que se ve factibilizado no la aprovecha el Estado? Simplemente engrosa la especulación y las ganancias del privado.
Otra cosa tremendamente relevante, y ojalá que los integrantes de la Comisión o las autoridades de Vivienda puedan referirse a esto: ¿Qué ocurre con la gran cantidad de terrenos que tenemos, por ejemplo, en las Fuerzas Armadas?
En todas las ciudades hay extensos paños que pertenecen a la Fuerza Aérea, al Ejército o a la Marina, que están en buenas ubicaciones y que no son utilizados para vivienda social. Y prácticamente hay que mirar como el perro en la carnicería cuando no hay terrenos disponibles para vivienda.
Creo que ese es el debate que debiera instalarse; esa es la discusión en serio: recuperar el rol público; banco de suelo, reservas de suelo urbano, y también cantidad de terrenos que están en manos de las Fuerzas Armadas, muchos de los cuales han sido traspasados de manera muy oscura, las que se han convertido en empresas inmobiliarias en muchos lugares del Gran Santiago, en regiones y en distintas comunas.
Voy a votar a favor por esas razones. Sin embargo, me parece que el debate de fondo tiene que ir por la línea de un cambio ideológico del rol público que ha de tener la nueva Constitución para asegurar viviendas y barrios efectivamente integrados.
La señora PROVOSTE (Presidenta).- Muchas gracias al Senador Alfonso de Urresti.
Le daré la palabra en la Sala al Senador Juan Ignacio Coloma.
¿Punto de reglamento, Senador Letelier?
El señor COLOMA.- ¿Juan Antonio o Juan Ignacio?
La señora PROVOSTE (Presidenta).- Después del Senador Coloma, en la Sala están inscritos el Senador Insulza, el Senador Letelier, el Senador Chahuán. Y telemáticamente han pedido intervenir el Senador Kast y el Senador Soria.
Senador Kast, ¿quiere adelantar su voto sin fundamento o desea hacer uso de la palabra?
¿Quiere hacer uso de la palabra?
Está inscrito, pero podrá intervenir con posterioridad al Senador Soria.
Tiene la palabra el Senador Juan Antonio Coloma.


El señor COLOMA.- Presidenta, quiero partir señalando que, desde mi perspectiva a lo menos, este no es un tema que se resuelva según la Constitución que nos toque; es mi visión. Esta materia siempre estará dentro de una sociedad: en todas las constituciones y en todos los escenarios.
Al igual como puede ser con la salud, con la educación, en el caso de la vivienda será una cuestión permanente que acompañará al ser humano siempre. Y no hay una solución final al respecto.
Chile ha tenido distintos momentos. Hace cuarenta años había una situación de allegados mucho más compleja que la que tenemos hoy día, que no debemos minimizarla para nada, que era muy dramática, y se estableció una política pública de vivienda muy importante, la cual desde el punto de vista del análisis fue muy exitosa.
Posteriormente fueron evolucionando, y hace treinta años ya eran problemas diferentes vinculados a veces con la deuda y que han ido cambiando.
Hace quince o veinte años se produjo un debate muy relevante sobre el tamaño de las viviendas: qué era hogar, si era simplemente construir soluciones habitacionales o había que tratar de generar una lógica de familia dentro de esa vivienda.
Y se discutió aquí, en el Senado, si podíamos establecer un metraje mínimo para una vivienda social, donde se produjo un debate muy interesante, y al final se acordó no generar metraje alguno porque tal parámetro va cambiando.
Me acuerdo que en ese momento una gran aspiración era que las viviendas sociales fueran de 50 metros cuadrados: estoy hablando de hace quince años. Hoy día es otra realidad. Hoy día se construyen viviendas comparativamente mucho mejores, y el Ministro de Vivienda lo sabe bien, al igual que el Subsecretario, porque ambos han ayudado en esa línea.
Pero tal vez los problemas de ahora son distintos. Y yo creo que este proyecto asume de buena manera el desafío actual, que básicamente tiene que ver con cómo se puede revertir el alto nivel de segregación residencial y se tiende a un eficiente acceso a bienes públicos en forma pareja, a los efectos de ofrecer otro horizonte. Ese es, a mi juicio, el eje de la presente discusión.
Por eso a mí el tema de la integración social y urbana me representa, porque considero que uno debe fijar un énfasis -no es el único, y no puede serlo, pero fijar un énfasis-, porque no hay nada más poderoso que cuando a una verdad le llega su hora. A veces esa hora tiene que ver con los accesos; otras, con los tamaños, y, en ocasiones, con la dignidad, pero hoy día tiene que ver con la integración y con la capacidad de acceso a bienes públicos. Eso hace un país donde existe una justicia mucho más profunda.
Desde mi perspectiva, creo que el aislamiento territorial que hoy día se está produciendo genera efectos de vulnerabilidad, por ejemplo, con la cotidianeidad de la pobreza, con la movilidad social reducida, con dificultades en el acceso a la educación. Y se van replicando conductas de exclusión, de desconfianza, de violencia. Ante esas cuestiones, de alguna manera, estamos llamados como Parlamento a buscar un nuevo escenario. Y por eso a mí me gusta esa lógica desafiante que marca el proyecto.
Hay que avanzar hacia ciudades más integradas, sustentables, con calidad urbanística, más humanas, más ricas en diversidad, más poderosas en oportunidades.
Así puede mejorar la convivencia de individuos que provienen de distintas realidades socioeconómicas y, probablemente, ese va a ser un tema que nos va a acompañar por mucho tiempo.
Entonces, yo miraría este llamado como algo positivo: un llamado a cambiar un poquito el eje e incluir también -y lo especificó bien una Senadora con anterioridad- los problemas nuevos que se producen.
Por ejemplo, la migración es un desafío que genera déficits y hay que buscar soluciones integradas.
También un efecto de la pandemia es que ha frenado una capacidad de construcción importante respecto de la oferta inmobiliaria a la ciudadanía.
Por supuesto que hay temas que van apareciendo, pero la lógica es que su solución vaya inserta en una forma distinta de ver el desafío de la vivienda en Chile. Es lo que a mí me convoca, y a ese asunto me parece que se está apuntando en el sentido correcto y por ello que se está produciendo un acuerdo bien amplio, y ojalá podamos seguir por ese camino, en cuanto a aprobar este proyecto.
Voto con entusiasmo a favor.
La señora PROVOSTE (Presidenta).- Muchas gracias, Senador Coloma.
Le ofrecemos la palabra al Senador Jorge Soria.
Déjenos activar su micrófono.
Lo estamos escuchando, Senador.
El señor SORIA.- ¿Sí?, ¿hablo?
La señora PROVOSTE (Presidenta).- Hable no más, lo estamos escuchando.


El señor SORIA.- Gracias, señora Presidenta.
Quiero cambiar mi voto para que el proyecto vuelva a la Comisión de Vivienda, donde se podrá discutir lo que han planteado mis compañeros Senadores. Creo que es el mejor camino.
Eso era todo, Presidenta.
Gracias.
La señora PROVOSTE (Presidenta).- Muchas gracias al Senador Jorge Soria.
Le ofrezco la palabra en la Sala al Senador José Miguel Insulza.


El señor INSULZA.- Gracias, Presidenta.
En una primera nota, quiero referirme a algo que dijo hace un rato el Senador Alvarado, en el sentido de que no entendía cómo se rechazaba este proyecto y mencionó una serie de principios.
Yo considero importante entender que, primero, no es bueno nunca referirse de esa manera y censurar las opiniones de los señores Senadores, de los colegas.
Pero, además, está claro que cuando se discute un proyecto en general no solamente se ve la aprobación de la idea de legislar, como habitualmente se señala, sino que también significa, de alguna manera, pronunciarse sobre sus contenidos, porque después resulta muy difícil rehacer todo lo que uno encuentra que falta en una iniciativa.
De pronto, algún proyecto puede parecer muy importante según su título, pero las normas que está aplicando pueden no ser suficientes para lograr ninguno de los objetivos que plantea.
Quería empezar clarificando ese punto. Después no basta señalar: "pero todo lo vamos a cambiar en la discusión en particular", porque todos sabemos que muchas veces la discusión en particular no sirve para arreglar las cosas, o no es suficiente.
Ahora, creo que el proyecto es importante, desde luego. Y gira fundamentalmente en torno a conceptos que todos compartimos: integración e inclusión. Todos queremos establecer ciudades que no solo estén bien planificadas, bien desarrolladas, bien concebidas estructuralmente, sino también que propendan a la integración de la población dentro de un medio que sea mucho más grato y a la inclusión de todos en la misma urbe que habitan.
A mi juicio, la iniciativa considera temas interesantes en cuanto a políticas de suelo; contiene una política de supervisión que pretende asegurar que todos respeten los principios de integración e inclusión, y también provee de instrumentos nuevos, y en muchos planos, que ciertamente mejorarán la calidad de vida en la ciudad.
Pero eso no significa que no haya una importante cantidad de críticas que señalar, Presidenta, y mi preocupación es si efectivamente se podrán superar en una discusión en particular.
La primera, desde luego, es una confianza excesiva en el mercado; o sea, una vez más tenemos el mercado regulando la gestión del terreno, la gestión del suelo; o sea, regulando o mezclando. Y sin duda ciñéndose a determinadas normas. Pero no cabe ninguna duda de que el sentido de este proyecto es facilitar, precisamente, que el mercado pueda desplegar toda su potencialidad para ir construyendo viviendas y desarrollando la ciudad.
Y lo anterior sobre la base de una política de bastante centralización. Por ejemplo, que el Minvu tenga derecho a corregir los planos reguladores de las distintas ciudades del país, y hablamos de ciudades muy diversas, o sea, la centralización no es solamente la facultad para intervenir en todas las ciudades, sino para intervenir además de la misma manera.
¡Cómo va a ser lo mismo un plano regulador de Santiago o de Valparaíso que uno de Arica o de Copiapó!
Ciertamente son distintos.
Y, según la normativa, va a existir cierta autoridad central que los va a regular a todos, dialogando, sí, con los gobiernos regionales y con los municipios, cosa que solo puede desarrollar un Gobierno local, pero no dialogando con las comunidades.
A mi juicio, el proyecto también presenta el vicio de centralización que estamos tratando de corregir, donde esperaba que las elecciones de hace dos días fueran una señal clara en esa materia.
Además, la iniciativa muestra fuertes problemas en cuanto a los beneficios que trae para las inmobiliarias en materia de altura, densidad y uso de suelos. Hay la entrega de suelos por concepto de concesiones al mercado inmobiliario, lo que perjudica la postulación de los comités de vivienda.
Y sin duda que los guetos verticales se ven favorecidos en este proyecto.
Por otra parte, hay cierta parte de la normativa que afecta la autonomía municipal -repito- en cuanto a los planos reguladores.
Presidenta, no quiero abundar mucho en la materia, pero existen una serie de carencias en el proyecto. Y se nos está pidiendo, lo dijo claramente el Senador Montes, lo que llamaríamos un "salto de fe". ¿Dónde vamos a corregir mejor ciertos aspectos: en la Comisión especializada o en la Comisión Mixta?
No podría votar en contra, si bien considero profundamente insatisfactorio el proyecto, y me compro la idea de que es necesario y de que probablemente la Comisión de Vivienda del Senado sea el mejor lugar donde se puedan tratar de corregir las muchas deficiencias que presenta.
Además, no creo que este asunto pueda aguardar al proceso constituyente. Yo espero que el proceso constituyente no demore más de un año, pero después de ese plazo habrá muchas otras leyes que reorganizar, y cuando lleguemos a una normativa como la que analizamos ahora vamos a estar ya bien avanzados en el próximo gobierno. Y creo que esta materia es bastante más urgente.
Por lo tanto, Presidenta, haciendo fe en nuestra Comisión de Vivienda y en su capacidad para corregir los grandes defectos que el proyecto presenta, voto a favor.
Gracias.
La señora PROVOSTE (Presidenta).- Muchas gracias, Senador José Miguel Insulza.
Ofrezco la palabra al Senador Felipe Kast.


El señor KAST.- Muchas gracias, Presidenta.
Hoy día enfrentamos una agenda que valoro, y agradezco al Gobierno que la esté empujando. Por mucho tiempo la política de vivienda en nuestro país estuvo reducida simplemente a la cantidad de viviendas construidas, al techo asignado; como si las familias tuviesen que contabilizarse solo como un número.
Me alegra que hoy día el Minvu esté cambiando y buscando generar integración social y que efectivamente tengamos barrios más integrados. Y paradójicamente algunos de los que critican este proyecto lo hacen por aquello que busca corregir respecto de sus propias críticas.
Porque la iniciativa busca darle atribuciones al Minvu, al Estado, para poder intervenir; no para ir en contra de la libertad de las personas, sino para poder aumentar su calidad de vida y generar barrios integrados; para poder promover que los comités de vivienda tengan una vocación de integración, y no simplemente que sigamos aumentando la segregación que tanto daño nos ha hecho.
Por mucho tiempo la construcción de la vivienda social se consideró un hecho aislado, y no nos dimos cuenta de que, en el fondo, cuando se construye una casa, un barrio, se construye un ecosistema que requiere externalidades: áreas verdes, servicios públicos, seguridad ciudadana; requiere que los niños no vivan encerrados en sus casas, sino que puedan salir a disfrutar los espacios públicos.
La verdad es que a muchos nos chocó y nos dolió bastante cuando se rechazó este proyecto de ley en la Comisión de Vivienda, porque incluso se rechazó la idea de legislar.
Entonces, realmente considero que respecto de esta agenda, me van a perdonar, y coincido con lo que decía el Senador Alvarado, nosotros como Parlamento no podemos declararnos interdictos mientras exista el proceso constitucional: ¡si no, vámonos todos para la casa!
Acá hay un país que debe salir adelante, que tenemos que poner de pie; un país que, de hecho, espera que nosotros sigamos trabajando y que en ningún caso sustituyamos nuestra vocación social; y por eso mismo existe este proyecto de ley.
En tal sentido, saludo al Ministro de Vivienda y al Subsecretario de Vivienda, quienes se encuentran participando de la sesión. De hecho, este mismo Subsecretario estuvo trabajando por mucho tiempo con los campamentos. Es una persona que trabajó en un Techo para Chile, que estuvo en la reconstrucción, y, por lo tanto, su vocación social se encuentra tremendamente demostrada en su vida pública; además, se preocupó no solo de sacar adelante temas sobre vivienda, sino que también ha trabajado para que el deporte y la cultura estén presentes en los barrios más vulnerables del país.
Honestamente creo en esta agenda social relacionada con políticas de vivienda en la que el trabajo del Ministerio ya no solo se basa en la vivienda, sino que en la construcción del barrio, en el urbanismo, en la ciudad, en generar ciudades más justas. Y en eso tenemos una tarea pendiente, porque existen municipios que cuentan con ingresos de países europeos y otros con ingresos de países africanos.
¡Y eso no puede ser!
Considero que el paso que dimos el día domingo hacia una mayor descentralización claramente trata de generar una mirada conjunta respecto de aquellas materias.
Y este proyecto de ley en concreto avanza en la dirección correcta, al contar con elementos tan claves como el rol activo del Ministerio y de los comités de vivienda en la adquisición y la gestión del suelo, un gran tema que todos sabemos que resulta muy complejo y que siempre lo será.
Creo que es una cuestión central.
Asimismo, la importancia de los municipios y de los gobiernos regionales en el resguardo y la promoción de la integración social. De nuevo, considero que deben ser ejes de políticas públicas estructurales y no simplemente cambios cosméticos.
Por lo mismo, Presidenta, obviamente voto a favor.
Y espero que exista una unidad transversal en estas materias, para poder seguir avanzando y construyendo un solo Chile, donde los espacios públicos efectivamente permitan encontrarnos entre todos.
Gracias, Presidenta.
La señora PROVOSTE (Presidenta).- Muchas gracias, Senador Felipe Kast.
¿Consignaron su votación?
El señor GUZMÁN (Secretario General).- Sí, a favor.
La señora PROVOSTE (Presidenta).- Le ofrezco la palabra en la Sala al Senador Juan Pablo Letelier.


El señor LETELIER.- Señora Presidenta, viendo la intención y el nombre del proyecto, uno no puede menos que aplaudirlo. Y en ese contexto, a lo menos se nos sobreponen cuatro puntos discutibles.
Uno se relaciona con la pregunta de si avanzar en el debate de esta propuesta en la Comisión de Vivienda del Senado o en una Comisión Mixta. Me cuesta lo que voy a decir, pero apostaré a que lo resolvamos en nuestra Comisión de Vivienda.
Por lo tanto, voy a votar a favor en general.
Y digo que me cuesta por dos razones, que corresponden al segundo y tercer punto. Ha habido varios compromisos del Ministerio de Vivienda acordados aquí, en la Sala, para resolver temas relacionados con su burocracia y sus malas políticas, ¡y hasta ahora no ha pasado nada!
Quiero poner de ejemplo la discusión sobre los calculistas en la Ley de Presupuestos, quienes son los responsables de la burocracia de los Serviu y que hacen que los proyectos demoren un año de sobra o más en aprobarse; pongo solo ese ejemplo.
Estas son las cosas que hacen creer poco -¡creer poco!- en la voluntad del Ejecutivo para abordar ciertos temas. ¿Y por qué? Porque, en tercer término, Presidenta, aquí se sobrepone otra discusión que no es propia de la presente iniciativa, pero que se relaciona con las atribuciones del Ministerio de Vivienda.
La "Ley Poduje", por así llamarla, le entregó al Ministerio de Vivienda -y lo mismo pasa en Transportes- un paquete de atribuciones para la autorregulación y en materia normativa, donde se le delegaron facultades tremendas, ¡tremendas! Y producto de que varios colegas se encuentran insatisfechos sobre cómo se han usado dichas facultades, se quieren incorporar otros temas en este proyecto.
Y es la razón por la que tengo dudas, porque siento que los distintos ministerios de Vivienda no han querido aflojar ni entregar poder, sino que han querido centralizar el poder en exceso en algo que requiere, por cierto, integración social y urbana. Pero, ¿saben?, estamos inmersos en un proceso de regionalización, un proceso en donde quienes deben definir el ordenamiento territorial tienen que ser las autoridades locales: los gobernadores, con los municipios y con la gente.
El Ministerio de Vivienda no quiso aflojar y entregar los Serviu a los gobiernos regionales; no quiso soltar ese poder, aunque era parte del compromiso para desarrollar políticas de integración.
¿Por qué la gente en Santiago va a saber mejor lo que pasa en las regiones? ¡No saben!
Presidenta, respecto de la política de integración, el Ministerio de Vivienda es culpable de la migración de las personas a las grandes comunas, porque en las localidades rurales les dicen: "No pueden construir una nueva vía al lado de donde ya hubo una, pues están en terrenos adyacentes". Ello porque se encuentran preocupados desde Santiago de la pelea con las inmobiliarias, pero se olvidan que no en todas las regiones la situación es igual; o bien, cuando generan los programas de integración social no construyen viviendas de integración social en las comunas intermedias, obligando a los profesionales de comunas como Nancagua, Quinta de Tilcoco, u otros lugares a tener que emigrar a las capitales provinciales. Porque están mirando el país desde Santiago. Y esa problemática tampoco se encuentra bien reflejada en el proyecto.
Y respecto de la política para compra de suelos, que es un tema tremendamente importante, en el texto queda bien ambiguo quién va a tomar la decisión. Porque hoy día, con la glosa 11, yo veo a las autoridades de Vivienda haciendo políticas electorales e informándoles a sus amigos a quiénes va a comprar un terreno para sus comités de vivienda, saltándose incluso a los alcaldes en ejercicio y electos.
Por tanto, yo tengo muchas dudas.
Y tengo muchas dudas porque me apasiona la política de vivienda. Creo que es uno de los instrumentos más importantes de la política social y de integración en la sociedad.
El Senador Montes se equivocó -y pido un minuto más, Presidenta- al decir que cuando llegó al Parlamento el monto del subsidio era como de 200 UF. Está superequivocado: ¡eran 90 UF para la vivienda progresiva, primera etapa! Los postulantes recibían 90 UF, con 10 UF de ahorro y 10 UF de deuda, para que la gente de trabajo, la gente pobre no quedara tan comprometida.
Hemos avanzado tremendamente; valoro lo que hemos realizado. Pero nos quedan por hacer muchas cosas para asegurar que la política de suelos no distorsione los subsidios; para asegurar que podamos hacernos cargo de algo que en los noventa era bueno y que ahora no lo es, que son las viviendas sociales, los blocks, que se construyeron profusamente en la región que yo represento, la Región de O'Higgins, específicamente en las comunas de San Fernando y Rancagua, donde levantamos guetos para los estándares de hoy, pero que, según los parámetros de los 90, eran una tremenda solución por la escasez de casas.
Señora Presidenta, yo haré un voto de fe.
Voy a votar a favor, pero espero realmente que el Ministerio de Vivienda se abra a hacer un debate transversal en esta materia, pensando en políticas de Estado, pensando en la gente que necesita una vivienda, vivienda que es la principal aspiración de la gran mayoría de las familias chilenas.
He dicho.
La señora PROVOSTE (Presidenta).- Muchas gracias al Senador Juan Pablo Letelier.
Tiene la palabra en la Sala el Senador Francisco Chahuán.


El señor CHAHUÁN.- Señora Presidenta, Honorable Sala, si hay uno de los temas por los cuales estoy en política activa es justamente el derecho a una vivienda digna.
Desde los catorce años he estado trabajando en los campamentos de mi ciudad, en Valparaíso y Viña del Mar. Nos tocó hacernos cargo de un centro abierto en Reñaca Alto, en el paradero 3 y medio, cuando tenía catorce años.
Y le quiero decir lo siguiente.
Es absolutamente necesario terminar con la política de la segregación: la construcción de guetos de pobreza y también, lamentablemente, de guetos de riqueza.
Por eso la integración social es fundamental.
Les quiero contar una experiencia, Presidenta y Honorable Sala.
Hace un tiempo, junto con los pescadores de la caleta Higuerillas, dimos una pelea muy importante para dotar de vivienda digna a los pescadores artesanales. Y, sí, los dueños de esos predios habían donado a la caleta los terrenos que estaban frente al club de yates.
Sin embargo, se levantaron los vecinos reclamando que cómo los pescadores artesanales iban a estar en un lugar tan privilegiado para la comuna de Concón, con una primera vista al mar.
Y dimos una pelea sin precedentes.
Llegamos a la Contraloría General de la República, tanto a la regional como a la nacional, y validamos que los pescadores artesanales de la caleta Higuerillas tuvieran el derecho a emplazarse en el predio que les habían donado.
Se nos dijeron muchas cosas, por ejemplo que se iba a romper el estándar de las viviendas del sector. Pues bien, los pescadores artesanales de la caleta Higuerillas hoy día viven en el lugar, son vecinos del club de yates y le han dado vida al sector.
Entonces, lo que les quiero señalar es lo siguiente: nunca más la segregación de los más pobres en aquellos sectores donde no hay servicios o donde, finalmente, les cueste hacer una vida digna con igualdad de oportunidades.
Otro caso es la lucha que dimos con los vecinos de la Parcela 11 de Forestal, la cual finalmente logramos regularizar y entregarles sus títulos de dominio. ¡Una lucha de tantos años! Y ellos claramente tomaron la decisión de radicarse, no erradicarse. ¡Radicarse!
El trabajo que hicimos con el campamento Manuel Bustos, particularmente con algunos de sus comités, con los que hemos trabajado insistentemente. Quiero destacar acá a la dirigenta María Tapia, quien ha hecho un esfuerzo extraordinario. Ahí ya estamos en proceso de urbanización y de entrega de los títulos de dominio.
Estos que debieran ser titulares no le importan a nadie: ni a este Hemiciclo ni a los medios. Y esta es la política en serio. ¡Para esto estamos en política! Para cambiar la condición de vida de las personas. ¡Redignificarlas!
Mi hijo estuvo trabajando y se fue a vivir un tiempo al campamento de la Felipe Camiroaga, como coordinador de Techo, para dotar de mayor dignidad a los vecinos de ese campamento.
Nuestra región tiene los campamentos más grandes de Chile y aquellos donde los servicios cuesta que lleguen: Pampa Ilusión en Valparaíso, que fue objeto de dos incendios voraces y de los cuales los vecinos se levantaron una y otra vez.
Y podría mencionarles cada uno de ellos: la Parcela 15, donde logramos, después de una gestión con Esval, que llegara el agua potable y el alcantarillado.
¡Eso es hacer política en serio! ¡Para eso es la política!
Pero veo que hay poco interés, ¡hay poco interés!, porque estamos más preocupados de la cuña del matinal, de la cuña para generar un conflicto.
Yo les quiero pedir que volvamos a redignificar la política como un instrumento al servicio de las personas. Y eso implica hacerse cargo de la realidad que viven miles de chilenos: la segregación, los guetos, la necesidad de incorporar a los vecinos a las posibilidades de gozar del desarrollo para que cada uno de ellos se sienta parte de un proyecto identitario, de un proyecto común.
Esa es una de las razones por las cuales la política hoy día está tan desprestigiada.
Sin lugar a dudas, creo que este proyecto debe ser aprobado y debemos trabajarlo en la Comisión para despacharlo.
La señora PROVOSTE (Presidenta).- Muchísimas gracias al Senador Francisco Chahuán.
Tenemos las dos últimas solicitudes de palabra: del Senador Alejandro García-Huidobro y del Senador Francisco Huenchumilla.
Tiene la palabra el Senador Alejandro García-Huidobro.


El señor GARCÍA-HUIDOBRO.- Muchas gracias, Presidenta.
En primer lugar, quiero saludar al Ministro Felipe Ward y a nuestro Subsecretario, quienes hoy día están acompañándonos en este importante proyecto, que es fundamental para el desarrollo de nuestro país, sobre todo para las personas que han esperado tanto tiempo en campamentos, debido a toda la lentitud en la entrega de soluciones para los distintos comités.
También quiero hacer mías las palabras que expresó el Senador Girardi en lo que respecta a la importancia de la madera en las futuras construcciones del país. Y felicito al Ministro Ward por la petición que ha hecho justamente a la Diprés para disponer de los recursos suficientes y partir con el plan piloto en mi región, que se anunció hace mucho tiempo y que todavía no se ha implementado por la falta de un convenio de asesoría con el Banco Mundial.
Y eso es fundamental para avanzar fuertemente en lo que es la integración de la madera, especialmente en la construcción de nuestras viviendas sociales y no sociales, de edificios, etcétera.
Por lo tanto, le pido y le insisto al Ministro Ward -y también le agradezco su preocupación- que ojalá la Diprés nos dé la autorización lo antes posible para firmar ese convenio con el Banco Mundial.
En segundo término, me parece importante hablar de lo que ha sido en general la lentitud de todos los procesos.
Ustedes bien saben que tenemos comités donde la gente lleva dieciocho, veinte años esperando. ¡Se mueren esperando la posibilidad de tener algo tan importante para su vida como es una vivienda!
Por eso es fundamental apurar este proyecto y ojalá tengamos un mínimo de tiempo para avanzar y para que sea ley lo antes posible.
¡Para qué decir lo que ocurre muchas veces con los cambios de uso de suelo o con los problemas que muchas veces nos pone la gente del SAG! ¡Demoras y demoras, y después un papel para allá, un papel para acá!
¡Para qué decir el problema con las EGIS! Hay muchas que realmente no tienen la capacidad para realizar su trabajo con rapidez. Las EGIS, o los Serviu, tienen que estar devolviendo los papeles a cada rato, lo cual significa meses y meses de espera cuando las familias tienen hasta los subsidios aprobados, y que muchas veces inclusive se vencen.
Por lo tanto, yo quiero valorar eso.
Creo que es muy importante apurar los tiempos de construcción, los tiempos de preparación de los proyectos, porque, sin duda, en ese sentido tenemos una deuda con el país y debemos avanzar rápidamente.
Creo que este proyecto es fundamental, señora Presidenta.
Por otro lado, quiero destacar la situación que se ha originado -este tema lo planteé en una hora de Incidentes y en el día de ayer me ha llegado respuesta- con los valores actuales de los materiales de construcción: han subido las maderas, han subido los clavos, ha subido el fierro. ¡Ha subido todo! Y eso me preocupa.
Entonces, le pregunto al Ministro, antes de que termine esta sesión, qué vamos a hacer. Porque muchas veces no hay interés en algunas empresas para apoyar y asumir la reparación de viviendas. Tenemos un programa muy importante para todo el país, pero hay empresas que dicen: "No me atrevo porque han subido tanto los materiales de construcción que a lo mejor voy a salir para atrás".
Y ese es un tema fundamental.
La otra vez -y lo conversamos con el Senador De Urresti-, presentamos un proyecto de acuerdo al respecto, pues necesitamos una manera para que el presupuesto, que tenemos este año, se haga real. Si no, vamos a tener la plata, pero no podremos levantar esas construcciones, que son fundamentales. Y eso el Ministro lo sabe.
Por último, quiero valorar y agradecerle al Ministro Felipe Ward por la preocupación que ha mostrado por los guetos.
En estos momentos tenemos ya dos poblaciones que serán objeto de una segunda oportunidad por la mala construcción que se hizo en los años 90. Me refiero a la población Vicuña Mackenna en mi región, en Rancagua.
Y también quiero agradecerle al Ministro Ward la preocupación que ha mostrado por la población Baltazar Castro, pues hoy día se firmó la resolución de los 110 primeros subsidios para que esas personas puedan tener una vivienda digna. El día de mañana se demolerán esas construcciones, porque son guetos invivibles.
Y también quiero plantearle al Ministro Ward -yo sé que está preocupado- la situación de la población Algarrobo, que entrará justamente en ese proceso.
Creo que tenemos que dignificar la vida de las personas...
La señora PROVOSTE (Presidenta).- Senador, puede activar su micrófono para concluir su intervención.
El señor GARCÍA-HUIDOBRO.- Gracias, Presidenta.
Creo que este es un tema que nos apasiona a todos, porque, sin duda, nos estimula el estar preocupados de la gente que más sufre y que está esperando durante años.
Solamente quiero manifestar que estoy muy contento por el proceso que viene en Rancagua y en otras partes, para ir acabando los guetos. Y acabar los guetos significa entregarles una vida digna a esas personas.
En el caso de la población Baltazar Castro, como bien dije, hoy día se firmó la resolución de 110 subsidios para iniciar la demolición y para que esos vecinos tengan la posibilidad de comprar una nueva vivienda.
Eso es muy importante, pues se está haciendo justicia a muchas personas que han sufrido durante años esta situación.
Voto a favor, señora Presidenta.
Y felicito al Ministro y al Subsecretario por el trabajo que están haciendo, así como también a todos los miembros de la Comisión de Vivienda para que podamos activar este proyecto.
La señora PROVOSTE (Presidenta).- Muchas gracias, Senador García-Huidobro.
Tiene la palabra el Senador Francisco Huenchumilla.


El señor HUENCHUMILLA.- Muchas gracias, Presidenta.
En mi intervención me voy a basar en las intervenciones del Senador Montes, del Ministro de Vivienda y de los Senadores De Urresti y Letelier.
El Senador Montes nos dijo que en una primera instancia se había rechazado la idea de legislar, porque este proyecto no estaba acorde con las necesidades de los tiempos presentes y que incluso -así lo dijo el Senador- hasta su nombre estaba absolutamente obsoleto.
Entonces, quiero entender que el rechazo de la idea de legislar obedecía a que sustantivamente el contenido del proyecto no respondía a los requerimientos del presente.
El Ministro dice: "Mire, nosotros presentamos indicaciones y estamos mejorando sustancialmente el proyecto. Todas las quejas y los reparos se subsanan mediante estas indicaciones". Eso es lo que dice el Ministro.
Pero el Senador De Urresti plantea una cuestión, a mi juicio, muy relevante cuando dice: "Mire, el problema de este proyecto es que tiene un fundamento ideológico en virtud del cual la política de vivienda se basa en el mercado". Y esa es una cosa fundamental, porque hoy día el escenario político chileno cambió: el derecho a la vivienda ya no puede estar entregado a los vaivenes del mercado.
Eso fue lo que se discutió, lo que se ha votado y lo que ha dado lugar a la Convención Constituyente. Hay ciertos bienes públicos como la educación, la salud, la seguridad, el medioambiente y la vivienda, que ya no será posible entregarlos al mercado.
Entonces, la pregunta es: un proyecto cuyas ideas matrices y centrales se basan en un esquema viejo, que ya está superado, ¿es posible, con indicaciones, mejorarlo?
Y ahí me voy a lo que planteaba el Senador Letelier. ¿Dónde se arregla mejor? ¿En la Comisión técnica o en la Comisión Mixta?
Pero yo quiero recordarles, señoras y señores Senadores, que en ambas instancias el proyecto debe respetar sus ideas matrices y, por lo tanto, todas las indicaciones del Ejecutivo tienen que estar dentro de las ideas matrices, ya sea en la Comisión respectiva o en la Comisión Mixta.
Por consiguiente, no vaya a ser cosa que pongamos un motor nuevo en un chasís viejo, como sería el proyecto que fue rechazado primitivamente en su idea de legislar.
Ahora, después de todas las intervenciones que he escuchado, fundamentalmente las de los miembros de la Comisión, ellos han señalado que es posible hacer cambios, con las nuevas indicaciones del Ejecutivo y los nuevos compromisos, en ese chasís que contiene ideas matrices que no responden a esta época.
Y digo esto, porque en materia de terrenos y vivienda los intereses de las inmobiliarias son inmensos y no van a faltar, si no hacemos las cosas bien, aquellas interesadas en recurrir a mecanismos judiciales constitucionales para, a lo mejor, alegar la inaplicabilidad de ciertas normas que nosotros podemos aprobar, si es que estas nuevas indicaciones mejores no se adaptan a lo que fue primitivamente la idea matriz del proyecto.
Entonces, a mí me cuesta porque no conozco el detalle, pero debo quedarme con la inmensa mayoría de los discursos y de las decisiones de mis colegas, en el sentido de que parece conveniente que el proyecto vuelva a la Comisión para mejorarlo, no obstante, que las ideas matrices responden a un mundo pasado, a un esquema antiguo, a una concepción distinta del derecho a la vivienda.
Entonces, haciendo fe en lo que dijeron el Senador Montes, el Ministro, los Senadores De Urresti, Letelier y tantos otros, voy a votar a favor de este proyecto.
Muchas gracias, señora Presidenta.
La señora PROVOSTE (Presidenta).- Muchas gracias.
Señor Secretario, le solicito que tome la votación de los Senadores y Senadoras que están aún pendientes.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- Gracias, señora Presidenta.
Senador señor Guillier, ¿cómo vota?


El señor GUILLIER.- No sé si se escucha bien, porque estaba con problemas en internet.
La señora PROVOSTE (Presidenta).- Se escucha bien, Senador.
Si pudiera partir dando su opción de voto, se lo agradeceríamos.
El señor GUILLIER.- Ya.
Muchas gracias.
La verdad que estoy bastante dudoso, porque me hago cargo de lo que se ha planteado acá en el sentido de que cuando un país está viviendo cambios tan importantes, como los que suceden hoy en Chile, cuesta casarse con proyectos cuya concepción emana de una visión ya superada dramáticamente y en poco tiempo es muy difícil modificar.
Sin embargo, como todos estamos entendiendo la lección y escuchando lo que está pasando en el país, comprenderemos que hoy día se avanza mucho más hacia la noción, la convicción y el principio de que la vivienda es mucho más un derecho que un bien de mercado.
Y al respecto quiero informar de un tema muy puntual: el acceso al suelo.
Las principales organizaciones -¡ojo!- empresariales de la Segunda Región; el Consejo Gremial del Clúster Minero de la Región de Antofagasta, que reúne a los grandes gremios, a los medianos, incluso a los de pymes de las áreas de servicios mineros, industriales, energía, construcción, comercio, turismo, transporte, logística, servicios en general, nos entrega otra visión.
Y además de la vivienda, en el norte tenemos otro problema: los pymes no tienen dónde trabajar; tienen emprendimientos, tienen contratos y compran sus equipos, sus maquinarias, pero no tienen dónde funcionar, porque no hay terreno. Cualquiera que haya ido al norte y se para en Calama o en la misma Antofagasta y mira hacia los alrededores ve un desierto infinito y se pregunta: ¿cómo es que no hay terrenos? Y empieza el tema de las pertenencias mineras especulativas, que incluso en algunas partes de Antofagasta se hallan en pleno corazón de la ciudad y han derivado en proyectos inmobiliarios o de instalación de grandes casinos.
Segundo, el precio para construir viviendas resulta inaccesible. Y además no hay, por el plano regulador. Y el precio, ¡tremendo! Pero en el norte se da una característica, y es que el Estado es el dueño de los terrenos. Entonces, la gran pregunta que se hacen en Antofagasta es: ¿cómo puede ser aceptable, éticamente, que haya gente viviendo en los cerros, en medio de los roqueríos y del polvo, fuera de toda infraestructura, donde no es posible llegar con una ambulancia o un carro de Bomberos, donde cada vez que hay un incendio puede desaparecer una población completa, como pasó con un campamento boliviano -eran ciudadanos bolivianos-, donde murió una alta cantidad de personas, o recientemente, hace menos de un mes, en otro incendio, que arrasó 27 viviendas? ¡A Dios gracias, nadie murió!
El Estado se niega a entregar terrenos, aplicando un sistema de traspasos lentísimo, mientras se acumula y crecen los campamentos. Hace diez o doce años, el lema en el norte era "Antofagasta sin campamentos". Bueno, ¡ahora hay más campamentos que nunca, con gente trepada a los cerros, arriba de obras de infraestructura, como las aducciones de agua potable! La gente construye encima. Las calles tienen, a lo más, 3 o 4 metros de ancho. Si se produce una tragedia, no hay cómo llegar, como pasó en el incendio mencionado. Paradoja: Bomberos no pudo llegar; llegó el carro lanzaagua de Carabineros, que posee, parece, más poderío, pudo encaramarse a los cerros y con el agua que llevaba ayudó a contener el siniestro.
Pero lo están pidiendo los empresarios, que no pueden hacer emprendimientos. No se puede construir viviendas, y la calidad de estas es deficitaria. Las que se entregan a los dos, tres años están quebradas enteras. Hay denuncias todos los días. Y a uno, como Senador, lo invitan a ver, y cuando va, no tiene ninguna explicación que dar.
Bueno, por lo pronto, yo pediría, sobre todo al señor Ministro de Bienes Nacionales, que recibiera al Consejo Gremial del Clúster Minero de la Región de Antofagasta, porque se ha negado a recibirlos sabiendo que le van a plantear este tema. Y que no los mande con una funcionaria que lo único que hace es repetirles la política ya existente, sin capacidad alguna para tomar decisiones ni para interlocutar, salvo para señalar lo que dice la política.
Ya sabemos lo que dice la política. Es un desastre en Antofagasta, en Calama, en Tocopilla, en Taltal. Hay tomas "cuicas", tomas de clase media acomodada. Usted va a una toma y se encuentra con profesionales universitarios, con gran cantidad de profesores desde luego, porque no hay terreno y no hay vivienda. ¡En pleno desierto! Eso es lo que nadie entiende, y por lo tanto, hay que terminar con este modelo de hacer negocios con los suelos por parte del Estado, porque el Estado no está para hacer ganancias a costa de su gente poniendo en riesgo su vida, como es vivir en un campamento atrapado en los cerros.
La verdad es que yo no sé si este proyecto da para ser capaz de tomar con sensibilidad las necesidades de la gente y no los esquemas ideológicos de lo que es la propiedad, el negocio y otros temas.
Lo que yo quiero...
La señora PROVOSTE (Presidenta).- Active su micrófono, Senador, para que pueda concluir.
El señor GUILLIER.- Gracias.
Muy breve.
Démonos la oportunidad de debatirlo, y si no llegamos a un acuerdo razonable que esté a la altura de los tiempos, la Convención Constituyente se encargará de ello, porque el derecho a la vivienda va a ser uno de los grandes temas, no me cabe ninguna duda. Ahí vamos a quedar registrados si votamos a favor o no de tal concepción.
Así que es un anticipo de los debates que vienen; me parece bien conversarlo.
Voy a votar a favor.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- Gracias.
El Senador señor Guillier vota a favor.
¿Alguna señora Senadora o algún señor Senador aún no ha emitido su voto?
La señora PROVOSTE (Presidenta).- Terminada la votación.
--Se aprueba en general el proyecto (37 votos a favor, 1 en contra y 1 pareo).
Votaron por la afirmativa las señoras Allende, Aravena, Carvajal, Ebensperger, Goic, Órdenes, Provoste, Rincón, Sabat, Van Rysselberghe y Von Baer y los señores Alvarado, Castro, Chahuán, Coloma, De Urresti, Durana, Elizalde, Galilea, García-Huidobro, Girardi, Guillier, Huenchumilla, Insulza, Kast, Lagos, Letelier, Montes, Moreira, Ossandón, Pizarro, Prohens, Pugh, Quintana, Quinteros, Sandoval y Soria.
Votó por la negativa el señor Latorre.
No votó, por estar pareado, el señor García.
La señora PROVOSTE (Presidenta).- Aprobado en general el proyecto de ley, vuelve a la Comisión de Vivienda, con plazo para presentar indicaciones hasta el viernes 2 de julio.