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ENVÍO A COMISIÓN DE AGRICULTURA DE PROYECTO QUE ADECUA LEGISLACIÓN NACIONAL A CONVENIO MARCO DE OMS PARA CONTROL DEL TABACO
La señora ALLENDE (Presidenta).- Tal como lo determinamos anteriormente, tiene la palabra el Honorable señor Moreira.


El señor MOREIRA.- Señora Presidenta, conociendo la rigurosidad, ¡la rigurosidad! de este Senado en materia reglamentaria, deseo manifestarle que quise formular una solicitud en la Cuenta, antes de la discusión de este proyecto, precisamente por lo que voy a señalar. Y me atreví a plantearlo, porque así se había hecho en otras oportunidades, con otro Presidente, pues siempre tengo el mayor cuidado por las formas, debido a la rigurosidad del Reglamento del Senado.
Señora Presidenta, para abreviar, a fines del año 2012 se aprobó la norma contenida en el actual artículo 9° de la ley N° 19.419, que entró en vigencia en 2013. Y durante la discusión de esa disposición, que habla de los aditivos, se decidió enviarla a la Comisión de Agricultura del Senado.
Entonces, no entendemos que esta vez no se aplique el mismo criterio, considerando que se trata de la misma norma.
La modificación propuesta, que faculta al Ministerio de Salud para restringir los aditivos, requiere una revisión in extenso. Como señalé anteriormente, el proyecto de ley a que me referí se envió a la Comisión de Agricultura.
Esta petición no se halla a destiempo. Porque, lamentablemente -no sé si lamentablemente-, esta iniciativa terminó su discusión en general, viene de la Comisión de Salud y los distintos gremios, sobre todo de las Regiones Cuarta, Sexta, Séptima y Octava, me han llamado preocupados por esta situación, de la cual no estaban enterados.
Por lo tanto, aquí existen múltiples elementos de análisis.
El problema de los aditivos recae en el tipo de tabaco producido en Chile, ya que para ser convertido en hoja seca debe ser deshidratado y pierde algunas de sus propiedades, las que se restablecen mediante el agregado de aditivos que le devuelven textura y sabor, entre otras particularidades.
Una modificación como la propuesta atentaría, según los distintos gremios y los pequeños y medianos agricultores, contra el cultivo del tabaco en nuestro país. Se estima que existen a lo menos 10 mil pequeños agricultores que se dedican a esta actividad, quienes se verían fuertemente afectados por una enmienda legal como la propuesta.
Por tales razones, señora Presidenta, considero que es de total necesidad que este proyecto pase a la Comisión de Agricultura, para que conozca las modificaciones que se pretenden introducir al artículo 9° de la ley N° 19.419.
Aquí no hay ningún interés por demorar la tramitación de esta iniciativa. Al menos yo no bebo ni fumo. Así que no tengo ningún complejo, -¡ningún complejo!, con respecto a esta materia.
Por lo tanto -por su intermedio, señora Presidenta- hago formalmente esta petición.
--(Aplausos en tribunas).
La señora ALLENDE (Presidenta).- Ruego a los asistentes a las tribunas guardar silencio.
Están prohibidas las manifestaciones. Les solicito ser respetuosos con nuestro Reglamento.
Se hallan inscritos tres Senadores más. Y creo que la Sala deberá resolver esto, en definitiva.
Tiene la palabra el Honorable señor Rossi.


El señor ROSSI.- Señora Presidenta, lamento que cada vez que vemos un proyecto relativo al tabaco, se observen maniobras dilatorias.
Y me gustaría que en las tribunas estuviesen los parientes de la gente que muere producto del tabaco, que esas familias y quienes han sufrido las consecuencias de su consumo pudiesen hacer lobby, como lo efectúan hoy día algunas personas mandatadas por las tabacaleras. Porque lo que hemos visto a partir de ayer¿
--(Manifestaciones en tribunas).
No me importan las pifias.
Este es un tema de salud pública, no de agricultura. Mueren 16 mil personas al año a causa del tabaco. Hay niños que fallecen. Y mujeres embarazadas fuman humo de tabaco en su lugar de trabajo. O sea, esta es una materia eminentemente sanitaria.
Lo único que hacemos hoy es adecuar nuestra legislación a la OMS.
Se aprobó el proyecto ayer y ya empecé a ver un movimiento de personas que señalan que perderán la pega, que habrá una cesantía increíble.
Antes, por lo menos venían los gerentes de las tabacaleras. Y a estos les formulo un llamado a que concurran a hacer lobby, a que den la cara, a que tengan el coraje suficiente para venir a plantear sus reparos pues les estamos arruinando el negocio. Y mientras más les arruinemos el negocio, será mejor, porque la salud de Chile mejorará.
Expreso mi reclamo y mi molestia. Cada vez que buscamos avanzar en este tema sucede que el proyecto deber ir a otra Comisión. Después vendrá la de Constitución. Porque cuando queramos establecer el etiquetado plano, como se hace en muchos países desarrollados -eso bajó el consumo-, dirán que afecta el derecho de propiedad, que las tabacaleras son dueñas de la cajetilla. Entonces, la iniciativa irá a la Comisión de Constitución, después a la de Agricultura, y no la veremos nunca más.
En consecuencia, esta materia debiera tener un enfoque sanitario, y no de otra naturaleza.
He dicho.
--(Aplausos y manifestaciones en tribunas).
La señora ALLENDE (Presidenta).- Tiene la palabra el Senador señor Chahuán.


El señor CHAHUÁN.- Señora Presidenta, Honorable Senado, el 2 de marzo de 2013 se publicó la ley N° 20.660, referida a la mantención de espacios libres de humo de tabaco. Dicha iniciativa tuvo un extenso y arduo debate tanto en la Comisión de Salud como en la Sala de esta Corporación. Incluso, fue objeto de desencuentros con el Ministro de Salud y sus autoridades. Pero no obstante las múltiples dificultades a que se vio enfrentada, finalmente vio la luz, y hoy está plenamente vigente.
En dicha normativa, cuyo objeto fundamental fue establecer espacios donde se podían consumir productos de tabaco sin afectar a quienes se denominó "fumadores pasivos", también se abordaron aspectos relativos a la publicidad del consumo del tabaco y se establecieron infracciones para las contravenciones a las disposiciones introducidas y procedimientos para aplicarlas.
Poco tiempo después de entrar en vigencia, se presentó, en abril del año pasado, esta moción del entonces Senador Ruiz-Esquide y de los Senadores Girardi y Rossi, que persigue adecuar la legislación nacional al estándar del Convenio Marco de la Organización Mundial de la Salud para el Control del Tabaco.
La señora ALLENDE (Presidenta).- Perdón, señor Senador, pero estamos viendo ahora un tema reglamentario, a raíz de una petición.
El señor CHAHUÁN.- A eso voy.
La señora ALLENDE (Presidenta).- Creí que estaba fundamentando respecto del fondo de la materia.
El señor CHAHUÁN.- Señora Presidenta, claramente, creo que debiera zanjarse hoy la idea de legislar. Resulta importante avanzar en esta materia. Tengo algunos reparos acerca de ciertos aspectos del proyecto. Sin embargo, considero que hoy debiéramos aprobar la idea de legislar. Es necesario y urgente, más allá de las indicaciones que tenemos que presentar a la iniciativa en algunas materias que dicen relación con las etiquetas planas -no las comparto- o con la responsabilidad objetiva.
Sin lugar a dudas, creemos que este proyecto debe avanzar. Y hago un llamado a que hoy se vote en general.

La señora ALLENDE (Presidenta).- Quiero reiterar que el proyecto se analizaría en general. Por lo tanto, obviamente, después habría plazo para formular las indicaciones que los Senadores estimen convenientes.
Se encuentra inscrito el Honorable señor Girardi y cinco Senadores más. Les recuerdo que se está resolviendo un tema reglamentario. Entonces, me preocuparé de que se atengan a ello.
Tiene la palabra el Senador señor Girardi.


El señor GIRARDI.- Señora Presidenta, considero que el principal problema de salud pública en Chile es el tabaco.
Nuestra sociedad se estremece cuando aparece, por ejemplo, la epidemia de la meningitis. Y gastamos 50 millones de dólares en vacunar contra la W-135. Pero por meningitis murieron el año pasado 12 personas y hubo 70 casos. En cambio, a causa del tabaco fallecen cada día 46 personas, y al año, 16 mil. Y me pregunto cuál es la poderosa razón por la cual todos nos preocupamos y angustiamos por la meningitis, mientras que por el tabaco estas empresas aparentemente han logrado anestesiar nuestra sensibilidad y preocupación.
Un 15 por ciento del presupuesto de Salud se gasta en financiar los daños que produce el tabaco.
¿Y qué problema tenemos? Que cada vez que deseamos legislar aparecen obstáculos.
Quiero ser específico respecto de lo que discutimos hoy.
A petición del entonces Ministro Mañalich, se presentó una indicación para prohibir el uso de aditivos. Tengo en mi poder un informe del Ministerio de Salud relativo a aditivos, además del Convenio Marco y los estudios de la Organización Mundial de la Salud. Porque tenemos que hacer fe o de lo que dicen las tabacaleras o de lo que señalan las instituciones científicas.
¿Qué sucede con los aditivos?
El señor MOREIRA.- No es el tema.
El señor GIRARDI.- Es que ese es el problema.
Le agregan aditivo al tabaco por los niños, ya que ellos son el objetivo. Le adicionan vainilla, chocolate, por los que evidentemente sienten atracción. Le agregan mentol, pues, además de ser atractivo, anestesia la vía aérea y cuando los niños fuman por primera vez no sienten las molestias que genera el tabaco. Y añaden sustancias para que los menores se hagan adictos más rápido, aumentando la potencia adictiva de la nicotina.
¡De eso estamos hablando! ¡Esos son los aditivos que se quieren prohibir!
¿Y qué pasó en la legislación pasada?
Hicieron lo mismo: ese proyecto y la indicación que estaba en la Comisión de Salud pasaron a la de Agricultura. ¿Y qué sucedió allí? Modificaron la indicación, y con ello el Senado permitió que en Chile estas empresas criminales siguieran abusando de los niños.
¡Ese es el tema en cuestión!
El señor MOREIRA.- Señora Presidenta, por favor.
La señora ALLENDE (Presidenta).- Senador señor Girardi.
--(Manifestaciones en tribunas).
El señor GIRARDI.- Esto se dirige justamente a que este proyecto vaya a la Comisión de Agricultura y se suprima la posibilidad de que Chile regule los aditivos, de que el Ministerio de Salud decida qué aditivo sí y cuál no, y elimine aquellos que constituyen trampas. Para eso se lleva adelante esta discusión, para eso se quiere que la iniciativa pase a Agricultura.
¿Y cuál es el problema? Que hacen lobby, y este es descarado, porque envían a sus trabajadores¿
La señora ALLENDE (Presidenta).- Señor Senador.
El señor GIRARDI.-¿ y les dicen -me mostraron un correo electrónico ayer- que, si se aprueba la ley en proyecto, quedarán sin trabajo. O sea, aquí tenemos a lobbistas indirectos de las empresas, trabajadores amenazados de que perderán sus ocupaciones, cuando todo esto es una falacia.
Chile sigue siendo el país más prevalente del mundo en tabaquismo infantil. La mitad de los niños en cuarto medio fuma. El 38,5 por ciento de primero a cuarto medio lo hace.
¿Quién les vende tabaco ilegal?
¡Estas empresas son totalmente cómplices!
Les quiero entregar una sola muestra de su actitud. En la ley vigente incluimos lo relativo a la advertencia. ¿Qué hacen las compañías? Colocan un adhesivo, un sticker, para tapar la advertencia¿
La señora ALLENDE (Presidenta).- Senador señor Girardi.
El señor GIRARDI.- Eso es lo que ustedes defienden: a empresas que lucran condenando a muerte a 16 mil personas al año.
El señor MOREIRA.- No es el tema.
La señora ALLENDE (Presidenta).- Senador señor Girardi.
El señor GIRARDI.- Por eso, señora Presidenta, este es un tema de competencia de la Comisión de Salud. E irá a la de Agricultura solo para intentar impedir lo que trató de hacer el entonces Ministro Mañalich y los actuales personeros del Ministerio de Salud: regular cuáles aditivos se pueden usar y cuáles no. No se está en contra de ellos. La ley en proyecto prohíbe los que estimulen inadecuadamente o sirvan para enganchar de manera inapropiada a los niños.
Les aseguro que en la Comisión de Agricultura esta norma, que es planetaria, será eliminada.
El señor MOREIRA.- Ha hecho un discurso.
¿Qué pasa con lo relativo al Reglamento?
La señora ALLENDE (Presidenta).- Por favor, les pedí que se limitaran a la discusión reglamentaria.
Le ofreceré la palabra a la señora Ministra, a quien aprovecho de dar la bienvenida.
Antes, pido autorización para que ingresen a la Sala el Subsecretario de Salud Pública, señor Jaime Burrows, y los asesores señores Celso Muñoz y Enrique Accorsi, ex Diputado.
No hay acuerdo.
Tiene la palabra la señora Ministra.


La señora MOLINA (Ministra de Salud).- Señora Presidenta, gracias por permitirme participar.
Como Ministerio de Salud estamos totalmente convencidos -las evidencias científicas así lo avalan- de que el tabaquismo es absolutamente un tema de salud pública. Porque en el sector salud es donde recibimos todos los daños y podemos reconocer el impacto que produce el tabaco, cualquiera sea su calidad en términos agrícolas.
Sin duda, todos los puntos planteados por la mayoría de los Senadores son correctos.
Alrededor de diez tipos de cáncer tienen como causa¿
La señora ALLENDE (Presidenta).- Perdón, señora Ministra. Disculpe la interrupción.
En este momento estamos resolviendo un asunto reglamentario. Entonces, creo que no corresponde entrar al fondo del tema que aborda la iniciativa.
La Sala debe resolver en este momento la situación planteada.
La señora MOLINA (Ministra de Salud).- Okay.
La señora ALLENDE (Presidenta).- Discúlpeme.
La señora MOLINA (Ministra de Salud).- Solamente quería decir que me parece que el tabaquismo es un problema de salud pública.
La señora ALLENDE (Presidenta).- De acuerdo.
Pero le ruego que me entienda. Estamos en un asunto reglamentario y, mientras no se solucione, no corresponde dar la palabra para argumentar respecto de la materia de fondo.
Los señores Senadores deben resolver en este instante.
La señora MOLINA (Ministra de Salud).- No hay problema.

La señora ALLENDE (Presidenta).- Se han inscrito cinco Senadores más.
Pero, si vamos a pronunciarnos acerca de la petición que reglamentariamente formuló el Honorable señor Moreira, lo mejor es darle la palabra al Secretario para que clarifique cómo proceder.
No tiene sentido seguir con este debate. Nos tomaría una hora y esa no es la idea.
El señor PROKURICA.- De acuerdo.
El señor WALKER (don Patricio).- Sí.
La señora ALLENDE (Presidenta).- Aprovecho de disculparme con la gente que nos acompaña en las tribunas, a la que no he saludado. Lo haré en unos minutos más.
Tiene la palabra el señor Secretario.

El señor LABBÉ (Secretario General).- De conformidad con el artículo 131, N° 7, del Reglamento, la indicación que ha formulado el Senador señor Moreira para que el proyecto en cuestión vaya a la Comisión de Agricultura es pertinente.
El inciso final del mismo precepto indica que dicha petición se votará en el acto, si su autor así lo solicita. En caso contrario, se discutirá el proyecto y esta se votará antes de que la Sala se pronuncie respecto de la idea de legislar.
Nada más, señora Presidenta.

La señora ALLENDE (Presidenta).- El señor Senador ya hizo la petición; por tanto, corresponde votar.
Prefiero que efectuemos la votación de inmediato para no dilatar este asunto.
Hay siete Senadores inscritos y no tiene sentido que prolonguemos el debate, en circunstancias de que el señor Secretario ha sido claro al respecto.
En consecuencia, vamos a pronunciarnos acerca de si la iniciativa va a la Comisión de Agricultura o no, tal como lo solicitó el Presidente de dicho órgano.
El señor PÉREZ VARELA.- ¿Cómo se vota?
La señora ALLENDE (Presidenta).- Los que votan "Sí" están de acuerdo con que el proyecto pase a la Comisión de Agricultura.
Los que votan "No" están en desacuerdo, pues estiman que esta materia debe ser vista solo por la de Salud.
El señor COLOMA.- Está bien.
El señor LARRAÍN.- Hay fundamento de voto, por supuesto.
El señor BIANCHI.- Si gana la opción "No", ¿el debate sigue?
La señora ALLENDE (Presidenta).- Claro. La iniciativa está en tabla.
En votación la petición del Honorable señor Moreira para que la iniciativa en comento vaya a la Comisión de Agricultura.
--(Durante la votación).
La señora ALLENDE (Presidenta).- Tiene la palabra el Senador señor Pizarro para fundamentar su voto.


El señor PIZARRO.- Señora Presidenta, había solicitado intervenir antes de que se resolviera votar, para plantearle a la Sala un criterio de cómo seguir la tramitación de este proyecto.
Sin embargo, después de lo que he escuchado, en realidad me interesa dejar constancia de la profunda molestia que se genera entre los colegas cuando se hacen imputaciones gratuitas, antojadizas y que violan el derecho de cualquier Senador a expresar su opinión, aunque a algunos no les guste.
Yo reclamo por eso formalmente como jefe de mi bancada, señora Presidenta.
Las aseveraciones que han hecho dos colegas, a propósito de la indicación de enviar determinada iniciativa a una Comisión equis, cercenan un derecho por la vía de la descalificación o de la imputación, lo que obedece quién sabe a qué intereses.
Hay un dicho antiguo que reza: "Dime de qué presumes y te diré de lo que careces". Cuando se empieza a pensar que los otros responden a determinados intereses, algo habrá. A lo mejor, se tiene alguna experiencia.
A mí no me gusta ese lenguaje. No creo que sea conveniente para los debates en esta Sala.
Aquí se ha pedido que el proyecto en cuestión siga el mismo trámite que ya se tuvo hace dos años en el Senado.
Cualquiera de nosotros posee la facultad de solicitar que una iniciativa pase a determinada Comisión, por las razones que se estimen pertinentes. Eso es lo primero que debemos clarificar, en atención a la sana convivencia entre colegas, quienes tenemos que abordar distintos temas, todos sensibles.
El debate de fondo en esta materia ya lo hicimos. Conversamos y analizamos en su minuto los mismos asuntos que ahora están surgiendo acá. Algunos votaron de una manera; otros, de otra.
Tampoco me parece sano que, haciendo uso de los micrófonos en la Sala, se agreda a trabajadores o a personas que están en las tribunas.
--(Aplausos en tribunas).
No sé quiénes son ni de dónde vienen ni a quiénes representan. No me interesa. Pero no creo que sea bueno dicho comportamiento, porque, con la misma fórmula, después nos descalifican a nosotros.
De lo contrario, usted, señora Presidenta, que tiene que pedir respeto, luego no va a poder controlar ni a la Sala ni al público, dado que se genera un debate que no conduce a nada.
Antes de iniciarse la votación, iba a pedir que nos pronunciáramos primero respecto de la idea de legislar y que después pasáramos el proyecto a la Comisión de Agricultura. Pero ello ya no procede pues ya estamos votando la petición -legítima, por cierto- del Senador Moreira.
Yo, por lo menos, voy a respaldar dicha solicitud,¿
--(Aplausos en tribunas).
¿ fundamentalmente, por las razones que se han esgrimido acá.
La señora ALLENDE (Presidenta).- Son varios los inscritos. Supongo que todos quieren fundamentar el voto.
El señor BIANCHI.- Parece que sí.
La señora ALLENDE (Presidenta).- No me puedo oponer a ello. Cualquier Senador tiene derecho a fundar su pronunciamiento. Es lo que acaba de hacer el Honorable señor Pizarro.
En esta votación se dirime lo que ya se ha explicado, y no cabe negar a un colega la posibilidad de fundamentar su voto.
Hay siete Senadores inscritos. Espero que hagan uso del tiempo reglamentario solamente para el efecto señalado.
Tiene la palabra la Honorable señora Van Rysselberghe.


La señora VAN RYSSELBERGHE.- Señora Presidenta, al igual que los Senadores Rossi y Girardi, yo soy médico y comparto el argumento de que el tabaquismo es un problema de salud.
Sin embargo, durante el debate en la Comisión de Salud, se plantearon ciertos reparos a una serie de aspectos de la iniciativa. Ante ello, me parece bien que el resto de los colegas analice en detalle tales elementos.
Coincido con el Honorable señor Pizarro -siendo nueva en este Senado- en que el tono de esta discusión no es el apropiado.
Creo que no hay que presuponer malas intenciones de parte de las demás Comisiones. Estas tienen el legítimo derecho de expresar una opinión distinta; tienen el legítimo derecho de abordar un tema desde una perspectiva nueva; tienen el legítimo derecho de plantear una posición diferente. Y no por eso uno debe presuponer ocultas intenciones o algún tipo de interés que no sea el de sacar una buena ley que nos represente a todos y que, finalmente, vaya en beneficio general del país.
Hay varios aspectos -el Senador Rossi los señaló, y fueron planteados en la Comisión- que hacen posible que esto vaya incluso a la Comisión de Constitución.
En efecto, resulta que en este proyecto se quiere responsabilizar a las tabacaleras de los daños que produce el tabaco. De buenas a primeras, uno diría: "Suena razonable". Sin embargo, cuando uno empieza a estudiar un poco el asunto, se da cuenta de que, si el Estado de Chile -a través del Instituto de Salud Pública o del órgano que corresponda- permite la venta de un producto y obliga, en virtud de la legislación pertinente, a que se coloquen en las cajetillas advertencias sobre el perjuicio que el consumo de tabaco puede provocar a la salud, resulta bastante incomprensible que, además, se condene al sector de dicho rubro por los eventuales daños.
Por lo tanto, me parece que ahí claramente surge un problema jurídico, que hay que resolver. Estimo que la instancia con más expertise y asesores en esa área es, justamente, la Comisión de Constitución.
Por otra parte, formulé un planteamiento en la Comisión de Salud -hubo distintas opiniones al respecto- con relación al tema de las cajetillas -el Senador Rossi también expuso el punto-: en concreto, si se permite que la advertencia cubra o no el cien por ciento de la cajetilla.
Pedí que me demostraran en dicho órgano técnico, con algún análisis serio, cuál es el impacto que provoca en la salud pública una medida de esta naturaleza. Y ese estudio a mis manos, por lo menos, nunca llegó.
Hasta donde tengo entendido, seríamos el único país del mundo con una cajetilla plana, cubierta cien por ciento por las advertencias que la ley establece.
Entonces, considerando que el proyecto ni siquiera dentro de la Comisión de Salud alcanzó total acuerdo, me parece razonable la petición de que sea visto por un órgano especializado distinto.
Mi querido amigo y compañero Jaime Orpis planteaba que primero se aprobara la idea de legislar y que, posteriormente, se mandara la iniciativa a otra Comisión. Sin embargo, se procedió de manera distinta. Y me parece bien.
Insisto: no cabe presumir malas intenciones por el hecho de querer conocer sobre un tema y opinar al respecto.
Señora Presidenta, voy a votar favorablemente la solicitud de que el proyecto vaya a la Comisión de Agricultura.
--(Aplausos en tribunas).
La señora ALLENDE (Presidenta).- Tiene la palabra el Honorable señor Hernán Larraín.


El señor LARRAÍN.- Señora Presidenta, al igual que el colega Pizarro, yo había pedido intervenir para manifestar mi protesta por la forma como se está llevando a cabo este debate. Lamentablemente, no es la primera vez que algo así ocurre.
Aquí dos Senadores han hecho imputaciones de intención bastante graves.
El Senador Rossi manifestó que había una intención deliberada de paralizar el proyecto, porque alguien solicitó que este vaya a otra Comisión.
A mi juicio, eso es negar un derecho de los Senadores. Podrá la Sala opinar distinto, pero negar un derecho y suponer intenciones me parece completamente improcedente.
¡Ya está bueno de ese trato indebido entre nosotros!
Esa falta de respeto obviamente refleja un descrédito a la función parlamentaria.
El Senador Moreira es el Presidente de la Comisión de Agricultura y está pidiendo que la Sala obre igual a como lo hizo dos años atrás.
El señor ROSSI.- ¡Y entonces dijimos algo similar!
El señor LARRAÍN.- Lamentablemente. Por eso sostengo...
La señora ALLENDE (Presidenta).- Evitemos los diálogos.
El señor LARRAÍN... que no es primera vez que se presumen intenciones. Parece que aquí hay algunos que son dueños de la verdad y que leen la mente de los otros.
¡Eso no es aceptable!
Y lo mismo he de señalar de las expresiones formuladas por el Senador Girardi.
Por su intermedio, señora Presidenta, aquí nadie está defendiendo a una empresa criminal. Eso sí que es más grave todavía, porque constituyen imputaciones morales, Senador Girardi.
¡No tengo por qué aceptárselas! ¡Y este Comité no las acepta!
Quiero decirle que nosotros hablamos por nuestras convicciones.
Yo soy partidario de avanzar en la restricción del tabaco, como lo hemos hecho también en relación con el alcohol. Pero no estoy dispuesto a tolerar que usted haga imputaciones de naturaleza injuriosa.
La señora ALLENDE (Presidenta).- Diríjase a través de la Mesa, señor Senador.
El señor LARRAÍN.- Con todo respeto lo señalo, por intermedio de la Mesa.
--(Aplausos en tribunas).
Pero, además, advierto cierta incoherencia, porque aquí los mismos -al menos, uno de los Senadores que me antecedió en el uso de la palabra- que piden terminar con el consumo del tabaco son los que plantean aumentar el consumo de la marihuana.
El señor ROSSI.- ¡Esa es una imputación inaceptable!
El señor LARRAÍN.- Entonces, no entiendo la lógica.
--(Aplausos en tribunas).
El señor ROSSI.- ¡Yo jamás he dicho que hay que aumentar el consumo de marihuana!
El señor LARRAÍN.- Reitero que no entiendo la lógica.
La señora ALLENDE (Presidenta).- Perdón, Senador Larraín. Les ruego a las tribunas...
El señor ROSSI.- ¡No me falte el respeto, Senador Larraín!
El señor LARRAÍN.- Yo puedo...
La señora ALLENDE (Presidenta).- Un momentito.
En primer lugar, pido a las tribunas guardar respeto y silencio.
El señor ROSSI.- ¡Es inaceptable lo que ha dicho!
La señora ALLENDE (Presidenta).- Senador Rossi.
El señor MOREIRA.- Tranquilícese un poquitito.
El señor ROSSI.- Estoy tranquilo.
La señora ALLENDE (Presidenta).- Si quiere, después le concedo la palabra.
Senador señor Larraín, termine su intervención.
El señor ROSSI.- ¡Empecemos a hablar de Colonia Dignidad ahora!
La señora ALLENDE (Presidenta).- Les pido a los Senadores que guarden mucho respeto; tengan cuidado con sus expresiones, y se dirijan a sus colegas a través de la Mesa.
No hagan imputaciones que no corresponden. Eso constituye una falta de respeto a todos nosotros.
Le voy a dar la palabra, Senador Larraín. Le ruego que se dirija a la Mesa y que trate de no caer en lo que ha caído recién. Lo encuentro muy doloroso y no tiene ningún sentido.
Usted se halla fundamentando el voto. Ocupe el tiempo reglamentario -se le descontará esta interrupción, naturalmente- para terminar de definir su pronunciamiento en cuanto a si la iniciativa pasa o no a la Comisión de Agricultura. Es lo que procede hacer, según el Reglamento.
El señor LARRAÍN.- Gracias, señora Presidenta.
He tenido que recurrir a esa argumentación porque encuentro que estamos llegando a un nivel que no es aceptable. Los Senadores que formularon las imputaciones lo hacen reiteradamente. Y me parece que eso -repito- no es aceptable.
Por esa misma razón, pedí la palabra antes. No pensaba fundamentar el voto. Pero, en vista de su decisión, no me quedó otro camino que expresar mi pensamiento y la opinión de mi bancada, porque considero inaceptable el nivel de descalificaciones que hemos oído hoy en la Sala.
Por lo tanto, haciéndome cargo de las responsabilidades y los derechos que poseen los señores Senadores, voy a apoyar la petición de que el proyecto vaya a la Comisión de Agricultura.
Y si la Sala lo estimara pertinente, el artículo 18 también debiera ser objeto de un análisis especializado, por cuanto dispone un concepto de responsabilidad bastante complejo. Se trata de cierta responsabilidad objetiva de una empresa por actividades que realiza. Hay que evaluar tal planteamiento. Si se va a establecer dicha norma, que se haga bien. En los términos propuestos, me parece mal formulada.
Señora Presidenta, voto a favor de que la iniciativa vaya a la Comisión de Agricultura.
La señora ALLENDE (Presidenta).- Tiene la palabra el Senador señor Pérez Varela.


El señor PÉREZ VARELA.- Señora Presidenta, quiero plantear dos cosas.
La primera es un comentario.
Sin duda, las expresiones descalificatorias debemos erradicarlas de los debates que realizamos sobre distintas materias. En este caso, pareciera que quien no está de acuerdo con los Senadores de las bancadas de enfrente que hablaron antes participa de una organización criminal, está financiado por las tabacaleras o se halla inserto en los más oscuros mundos. ¡Y no es así!
Yo rechazo esa actitud.
Que mi opinión sea diferente a la del Senador Girardi no da pie para que él me acuse de estar coludido con una organización criminal. ¿O acaso la única opción es pensar igual que él? No. Tengo derecho a expresar un parecer distinto. ¡Y no por eso he de ser descalificado!
Por lo tanto, comparto la solicitud que ha formulado el Honorable señor Moreira. Creo que en un proyecto de esta naturaleza la Sala debe conocer las más variadas visiones. Este asunto no afecta a una sola área. Es tan amplia la gama de intereses y elementos que abarca que resulta razonable que las Comisiones de Agricultura, de Salud y, eventualmente, de Constitución nos ilustren para poder resolver de mejor manera.
Además, el Congreso ya ha despachado legislaciones vinculadas a esta misma materia en otras ocasiones. Me parece que esta es la tercera modificación a la Ley del Tabaco en los últimos años. Y hemos ido en la dirección que muchos de los Senadores aquí presentes han querido: en la de restringir el consumo.
Y aunque hemos seguido tal camino, el consumo sigue creciendo. A lo mejor, deberíamos evaluar si la normativa dictada está generando efecto en la ciudadanía.
Por todo lo anterior, cabe analizar el asunto en su más amplia gama. De ahí que voto a favor de la solicitud del Senador señor Moreira.
La señora ALLENDE (Presidenta).- Tiene la palabra el Senador señor Zaldívar.


El señor ZALDÍVAR (don Andrés).- Señora Presidenta, me ahorran argumentos las intervenciones -especialmente, la del Honorable señor Pizarro- que se han hecho sobre la materia. Efectivamente el debate se ha llevado a un ámbito que no correspondía.
Cuando se me consultó el parecer, manifesté que iba a aprobar en general el proyecto, sin perjuicio de que tengo varias observaciones sobre el texto en particular.
Pero, en verdad, el debate fue mucho más allá. Ahora uno se siente en una posición muy incómoda: si vota en un sentido o en otro, empiezan a interpretarse cuáles podrían ser nuestras conductas personales e, incluso, morales.
Y estimo que eso no procede.
Entiendo el apasionamiento de algunos Senadores -lo he visto aquí, en la Sala- al defender la salud de las personas frente al tabaco. Pues bien, de la misma forma como uno recibe su argumentación y la trata de entender -incluso, muchas veces ello modifica la propia opinión-, les pido que también escuchen a quienes piensan diferente.
Un Senador tiene el derecho de pedir que una iniciativa vaya a determinada Comisión. Podrá estar equivocado o no, pero tal prerrogativa existe en nuestro Reglamento. Por tanto, no cabe descalificar la conducta de quienes voten en un sentido o en otro.
Pero hay un asunto aún más delicado. En este punto me siento muy afectado.
Yo he recibido a los trabajadores de una empresa que empaqueta cigarrillos, aquí, en Casablanca. Siempre he procedido igual con quienes me piden audiencia. Si estoy en condiciones de hacerlo, los escucho. En este caso, quedé preocupado por la información que me entregaron.
Pero en ningún momento pensé que podría calificar a esos trabajadores como lobbistas, o como instrumentos de los empresarios, o como personas sin conciencia, sin voluntad, que venían aquí a torcer mi voluntad de votación. No. Al contrario: los escuché con atención, y me pareció bueno que los antecedentes de que disponían los pusieran en conocimiento de nosotros, para ayudarnos a formar nuestra convicción sobre cómo pronunciarnos en definitiva.
Están en su derecho a venir a hacernos sus planteamientos.
--(Aplausos en tribunas).
Pero no por eso podemos descalificar su conducta o afirmar que son instrumentos o meros mensajeros de los empresarios.
Me ahorro de hablar sobre otros temas, porque, como se ha dicho aquí, si uno vota en un sentido a lo mejor está ¡favoreciendo intereses de determinados empresarios o personas...!
Yo, por lo menos -insisto-, iba a aprobar la idea de legislar. Pero, después de la discusión que se ha producido, pienso apoyar la solicitud de que el proyecto vaya a la Comisión de Agricultura, porque en la oportunidad anterior, a propósito de una iniciativa equivalente a esta, se siguió ese trámite. Y creo que se cumplió.
Nos demoraremos un tiempo más, un tiempo menos, pero ojalá que saquemos una buena legislación.
Yo no soy partidario de favorecer el tabaquismo, en ningún sentido. Pero también soy bastante realista en cuanto a las cosas que deben o no hacerse.
Quizás voy a discrepar de algún colega en la votación particular. Pero espero que nos respetemos cuando nos pronunciemos, en un sentido u otro, porque a veces uno puede tener la razón y a veces equivocarse.
Por eso, voy a votar a favor de que el proyecto vaya a la Comisión de Agricultura.
--(Aplausos en tribunas).
La señora ALLENDE (Presidenta).- Ruego a los asistentes en las tribunas guardar silencio.
Hago presente que hay quince Senadores inscritos. Por lo tanto, sin pretender restringir el derecho a fundamentar el voto, pido que, de ser factible, no hagan uso de la palabra todos ellos, sino que se proceda a votar, para que podamos resolver este asunto. Porque no parece razonable entrar en la discusión de fondo cuando estamos pronunciándonos solo respecto de una cuestión reglamentaria: si el proyecto va o no a la Comisión de Agricultura.
De no proceder así, va a terminar el Orden del Día y solo habremos decidido un aspecto reglamentario.
Tiene la palabra la Senadora señora Muñoz.


La señora MUÑOZ.- Señora Presidenta, votaré en contra de que el proyecto vaya a la Comisión de Agricultura, por una experiencia que tuve como Diputada en la presentación, junto con otros colegas, de una iniciativa de ley que apuntaba a regular el uso de plaguicidas en las faenas agrícolas y alrededor de las escuelas y los centros poblados.
Ese proyecto lo presentamos el 2006, si no recuerdo mal, y fue ley de la república recién en 2010 o 2011. Demoró muchísimo. Estaba radicado en la Comisión de Trabajo, pero se solicitó que fuera también a la de Agricultura.
Una de sus disposiciones planteaba la regulación de tales actividades.
Yo sé que mi propuesta era bastante radical. Consistía en eliminar las fumigaciones aéreas, porque se trata de un verdadero veneno que cae sin anuncio previo sobre miles de temporeros, quienes son llamados a reintegrarse a sus faenas inmediatamente después de la operación. Además, se realiza indiscriminadamente en extensas zonas rurales, donde hay poblaciones, y también cerca de los colegios.
La Comisión de Agricultura eliminó esa posibilidad. O sea, se perdió una parte importante del proyecto, que buscaba regular relaciones laborales y proteger la salud de los trabajadores de temporada.
Por eso, señora Presidenta, me voy a oponer.
Aquí estamos protegiendo bienes jurídicos distintos. Y por algo existe la especialización de las Comisiones.
Yo lamento mucho que hoy, debido a que el proyecto a que me referí pasó por la Comisión de Agricultura, la ley respectiva no regule en forma eficaz las fumigaciones aéreas y se siga envenenando a temporeros y temporeras. Por ejemplo, en Vicuña, Región de Coquimbo, los aviones fumigan al lado de los colegios y de los poblados.
Entonces, no tengo una buena experiencia. Siento desconfianza. Creo que el trato debe ser bueno, pero de lado y lado. Se lo digo al Senador Larraín también, por su intermedio, señora Presidenta.
En suma, yo fundamento mi voto en una mala experiencia con un proyecto que podría haber dado origen a una gran ley en beneficio de los trabajadores de temporada, de las poblaciones rurales y de los colegios que están cerca de las grandes empresas agroexportadoras.
La señora ALLENDE (Presidenta).- Tiene la palabra el Senador señor Espina.


El señor ESPINA.- Señora Presidenta, yo no pensaba intervenir. Sin embargo, lo hago para pedirle a usted que la Comisión de Ética reciba al Senador Girardi a efectos de que entregue la información que él ha sostenido en términos de que Senadoras o Senadores se habrían dejado influir por las tabacaleras o estarían siendo presionados por ellas o defendiendo intereses distintos de los del país.
Este es mi segundo período como Senador, y quiero señalar que no estoy dispuesto a aceptar que se hagan imputaciones que jueguen con la honra o el honor de quienes votamos en conciencia a favor de una u otra iniciativa de ley.
Yo, al menos, no he recibido jamás -y lo digo derechamente- a ninguna tabacalera -si algún otro Senador lo hubiese hecho, me parece que habría estado en su derecho- ni a sus trabajadores, pues no me lo han pedido. Y si me lo hubieran pedido y hubiese estado en la Comisión de Agricultura, los habría recibido allí, en una sesión pública.
Quiero solicitarle, señora Presidenta -porque años atrás aquí hubo acusaciones a propósito de otras materias-, que la Comisión de Ética le pida al colega Girardi que entregue los nombres y los casos específicos, pues en esta Corporación se ha hecho costumbre que, cada vez que se toca un tema, él y otros Senadores siembren cizaña y sostengan que el propósito es espurio.
Aquí hay señores Senadores que han dicho que son partidarios de que se legalice el consumo de marihuana. Están en su derecho. Y a mí no se me ocurriría jamás señalar que hacen esa afirmación porque tienen un lobby de los narcotraficantes. No se me pasaría por la mente, porque es un tema que se debate hoy en la sociedad.
Bueno: este también es un tema que se debate en la sociedad.
Por lo tanto, señora Presidenta, esa es mi primera observación: quiero que la Comisión de Ética lo invite y que él entregue los datos.
Porque estamos acostumbrándonos a hacer imputaciones genéricas; a que luego ellas sean recogidas por los medios de comunicación, y, entonces, a que la discusión sea, no sobre si el Senado vota a favor o en contra de una ley porque de acuerdo al leal saber entender de cada uno de sus integrantes es buena o mala, sino sobre las influencias indebidas que se están ejerciendo.
Yo, al menos, eso no lo voy a aceptar, desde la perspectiva de que no se aclare, porque no me parece ético ni correcto que en este Senado no se digan las cosas responsablemente.
En segundo lugar, quiero señalar que estoy a favor de la idea de legislar sobre el proyecto respectivo. Pero considero absolutamente legítimo que la Comisión de Agricultura, como se ha hecho en muchas oportunidades, manifieste que desea revisarlo antes de que la Sala lo vote en general, a fin de tener la visión o la opinión de trabajadores agrícolas, particularmente de la Octava Región, que, según entiendo, se verían afectados. Pienso que es legítimo que ese punto de vista esté puesto arriba de la mesa al momento de pronunciarnos.
Asimismo, considero importante que se resuelva un punto que no es menor.
El proyecto establece que "Las compañías de la industria tabacalera responderán solidaria y objetivamente de todo perjuicio causado por el consumo del tabaco.".
Yo quisiera cambiar algunas expresiones de esa norma, para ver si estaríamos dispuestos a que en otro caso se dijera "Las compañías de la industria vitivinícola responderán solidaria y objetivamente de todo perjuicio causado por el consumo de alcohol en Chile".
--(Aplausos en tribunas).
Señora Presidenta -con esto termino-, yo no estoy defendiendo ningún interés, de ninguna de las tabacaleras; no he hablado con ellas. Pero cuando uno establece una norma de responsabilidad objetiva está cambiando los criterios con que la sociedad occidental resuelve sobre la materia. Porque la responsabilidad objetiva significa que, haya yo tenido o no culpa de algo, por el solo hecho de producirse el daño soy responsable.
Entonces, voy a votar a favor de que el proyecto vaya a la Comisión de Agricultura, a riesgo de todos los insultos e injurias que puedo recibir.
Soy partidario de respaldar la idea de legislar, pues la iniciativa contiene aspectos bastantes razonables; otros son discutibles. Pero quiero que se conozca primero la visión de aquella Comisión, que espero, con el ímpetu y entusiasmo de su Presidente, el Senador Moreira, logre evacuar en breve un informe que nos permita votar en general y proseguir la tramitación del proyecto.
La señora ALLENDE (Presidenta).- Tiene la palabra el Honorable señor Letelier.


El señor LETELIER.- Señora Presidenta, lo primero que voy a hacer es pedir que, cuando se fundamente el voto, todos quienes están en las tribunas escuchen las exposiciones y no se manifiesten.
Me van a perdonar: esto no es un circo romano. Lo digo hoy y lo señalaré en cualquier debate. Porque todas las personas, piensen de una manera u otra, merecen, a mi juicio, el mismo respeto.
Yo soy Senador de una Región en que se produce tabaco, donde la empresa tabacalera de nuestro país tiene oficina. He hablado con los tabaqueros, con los agricultores. También, con trabajadores del sector; y he observado que a ellos les importa poco que sea tabaco lo que están sembrando, que sea tabaco lo que se está procesando: lo que les interesa es contar con un empleo decente, estable, que les permita proyectar a sus familias.
Quiero situar aquello como mi primera reflexión, por cuanto me parece que este tema, que es absolutamente legítimo, necesario, y que motivó a un grupo de dirigentes a acudir al Senado ayer y hoy, debe estar presente en cualquier discusión.
Mi oposición a que el proyecto vaya a la Comisión de Agricultura obedece a que este debate no tiene que ver ni con trabajo ni con el mundo agrícola, sino con la salud pública.
Hay muchos elementos de esta iniciativa que no voy a apoyar. Por ejemplo, estimo un exceso poner publicidad en las dos carátulas, casi en el cien por ciento de la cajetilla. Lo considero casi de un extremismo integrista, como una actitud que atenta contra algo en lo cual yo creo: la libertad de las personas mayores de edad para elegir sus prácticas y sus formas de accionar, siempre que no afecten los derechos de los demás.
En tanto el proyecto aborde aspectos que no lesionen derechos de otros, sin duda lo voy a apoyar: que no se afecte a niños, a adultos; que no se promueva al fumador pasivo.
Todo ello me parece fantástico. Pero yo no soy partidario de que se hagan acusaciones ni calificaciones en orden a que uno tiene vínculo con A, B o C porque sostiene determinada posición.
Creo en la libertad en todos los temas, incluido el autocultivo de marihuana. Pienso que las personas tienen derecho a fumar tabaco. Yo no fumo ni una ni otro. Sin embargo, considero que los adultos pueden elegir lo que quieran.
En seguida, estimo que la iniciativa no dice relación con las atribuciones propias de la Comisión de Agricultura. Aquí no se está hablando de instrumentos de fomento, ni tampoco de elementos que regulen o afecten el cultivo de tabaco, sino de aspectos vinculados con la salud pública y con cierta publicidad, en la línea de un Convenio Macro de la Organización Mundial de la Salud.
En mi opinión, es ahí donde debe radicarse el debate. Y hago un llamado colectivo en este sentido: se trata de un problema de salud pública.
Como expresé, no comparto el conjunto del proyecto. Creo que ciertas cosas van a caer por su propio peso en la discusión particular. Pero no dilatemos la tramitación.
A mi juicio, el que la iniciativa vaya a la Comisión de Agricultura, instancia que tiene muchas otras cosas que ver, solo va a postergar un debate que nos haría bien realizar.
Por eso, votaré que no.
La señora ALLENDE (Presidenta).- Debo comunicarle a la Sala que el Senador señor Tuma me va a remplazar en la testera porque debo representar a la Presidenta de la República en la ceremonia de transmisión de mando del Presidente Santos.
Como Sus Señorías saben, la Primera Mandataria visitará África y me corresponderá a mí asistir a dicho acto en su lugar. Entonces, debo viajar a Colombia en un rato más.
Gracias.
El señor TUMA (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Coloma.


El señor COLOMA.- Señor Presidente, si algo valoro es que el debate haya tomado un curso un poquito más reflexivo.
Porque, para ser franco, me cargan los tutelajes morales; me carga que haya personas que se sientan mejores que otras; me carga que se denigre a trabajadores agrícolas, a trabajadores de empresas legítimas; me carga que se presuponga que algunos son los únicos conocedores de la verdad.
¡Ese es el Chile que realmente a mí y a muchos no nos gusta!
Cada cual puede hacer un análisis de mérito en determinada discusión. Pero si los tutelajes morales o las consignas tratan de remplazar a la reflexión o a la razón, quiere decir que estamos en un problema serio.
Señor Presidente -y lo digo por intermedio de usted-, encuentro inconcebibles las palabras vertidas respecto de los trabajadores que asisten a esta sesión desde las tribunas y, también, de los trabajadores del mundo agrícola, quienes están desarrollando una actividad legítima.
A mí no me gustaría estar en esa posición, sin voz. Porque es muy fácil desde acá, sabiendo que no se puede replicar desde el otro lado, denigrar a una actividad que es perfectamente lícita y que, por supuesto, deseamos que funcione de mejor manera.
Dicho lo anterior, quisiera defender la petición del Presidente de la Comisión de Agricultura, que es exactamente la misma que se hizo hace dos años, en forma transversal, para mejorar un mal proyecto de ley presentado por algunos señores parlamentarios.
Y a todos aquellos a los que les gusta sospechar, elucubrar, deseo señalarles que tengo aquí el informe respectivo. Al final, se logró un acuerdo.
Ese momento está suscrito, entre otros, por Ximena Rincón, ahora Ministra. Pero veo que la titular de Salud tiene una opinión distinta. Porque la entonces Senadora Rincón, en su momento, valoró que pudiera darse la visión de un sector en el que, obviamente, tiene efecto una normativa modificatoria como la que se plantea.
Acá no se trata solo de una prohibición, de un problema de salud.
Es más: el camino de la prohibición que algunos plantean -a mi juicio, con visiones chiitas- ha fracasado en nuestro país.
La pregunta de fondo es por qué, a pesar de la numerosa legislación prohibitiva, Chile es una nación donde aumenta el consumo de tabaco. ¿No será que se han equivocado los instrumentos y hay que apuntar al aspecto educacional, a la prevención en escolares, más que a esta especie de imperio del decir que no?
A mi entender, en esta materia existe un aspecto conceptual muy de fondo. Hay efectos, obviamente, en el mundo agrícola, al igual que en el mundo social. Por tanto, la pregunta que uno debe hacerse es cómo quiere que se legisle.
¿Habrá que esperar, simplemente, que ciertos iluminados puedan apuntarle alguna vez? Porque hasta ahora no lo han hecho.
¿No será preferible, tal vez, acudir a la capacidad de reflexionar y debatir, que es propia del Parlamento, para buscar una mejor legislación?
Recuerdo que hace dos años la Comisión de Agricultura elaboró un informe que cambió sustancialmente el contenido de un proyecto, porque adolecía de muchos errores, y él fue aprobado luego por la Sala.
Dicho sea de paso, la existencia de esos errores fue ratificada por la Contraloría.
¡Y no me vengan a argumentar ahora que el Órgano Contralor también es parte de la ecuación siniestra que hay al otro lado del camino y que impide todo tipo de actuación de los buenos! ¡No!
Entonces -y lo digo por intermedio de la Mesa-, seamos más humildes.
¿En qué le hace mal a este proyecto de ley que se oiga a la Comisión de Agricultura? ¿En qué le haría mal, si surgiera una duda constitucional, que ella pudiera plantearse en el órgano técnico respectivo?
¡Que alguien me conteste eso!
¡En nada!
Por consiguiente, acá se está tratando de evitar que un instrumento legítimo se use con miras a elaborar mejores normas. Vale decir, se pretende inhibir el actuar de ciertas Comisiones para imponer una verdad.
Entonces, señor Presidente -y lo digo con todo respeto-, habiendo contribuido la Comisión de Agricultura en otro momento a elaborar una mejor legislación, me parece indispensable que este tipo de iniciativas puedan ir a esa instancia para escuchar las diversas opiniones.
¡Para legislar bien hay que escuchar bien, hay que ver realidades, y no sentirse dueño de la verdad, ni menos persistir en un camino que, lamentablemente, ha fracasado en Chile!
Por lo anterior, voto a favor de que el proyecto se remita a la Comisión de Agricultura.
--(Aplausos en tribunas).
El señor TUMA (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Allamand.


El señor ALLAMAND.- Señor Presidente, al inicio de esta sesión mi voluntad era votar a favor del proyecto en comento.
Tal como han señalado algunos colegas, esa iniciativa tiene normas correctas y normas muy incorrectas. Ya los colegas Espina y Larraín hicieron referencia a la responsabilidad objetiva.
Y vuelvo a decirlo: algunas disposiciones van en la dirección correcta, y otras, en la dirección incorrecta.
Pero la verdad es que el tono de la intervención del Senador Girardi -entre paréntesis, anticipo que cuando corresponda votar aprobaré gran parte de las normas de dicho proyecto; las otras, por supuesto, las votaré en contra-, en general, coloca a esta Sala en una posición complejísima.
Señor Presidente, yo tengo una valoración muy alta de lo que se ha venido haciendo en el Senado en estos meses.
Creo que lo obrado en materia de reforma tributaria, y particularmente lo que hizo el colega Lagos Weber como Presidente de la Comisión de Hacienda, fue un hito. Pocas veces frente a una cuestión tan compleja se había abierto una instancia de discusión respetuosa, con los resultados que se conocen.
Ayer, todos los miembros de la Comisión de Trabajo, bajo el liderazgo de la Presidenta de ese órgano, Senadora Muñoz, y en presencia de la Ministra del Trabajo, logramos forjar un acuerdo que, ni más ni menos, va a despejar el grave conflicto que se ha venido registrando en los puertos de nuestro país desde hace muchos años, con elevados grados de violencia y daño para la institucionalidad. Se trata de un tema y de un sector extraordinariamente estratégicos. Y me sentí muy contento de haber aportado con un granito de arena para lograr que el Senado sea el lugar donde se resuelven adecuadamente problemas de alta envergadura y de gran complejidad que aquejan a nuestro país.
Dicho eso, señor Presidente, tengo la impresión de que las expresiones del colega Girardi son totalmente disonantes con un elemento central.
¡Cómo pretendemos que este Senado tenga prestigio, relevancia, y cómo pretendemos que la opinión pública respete las decisiones que adopta esta Alta Corporación si entre nosotros incurrimos en descalificaciones como las que escuchamos hoy en este Hemiciclo!
¡Cómo la opinión pública va a poder separar cuando esta Sala apoya por unanimidad un proyecto y los mismos Senadores que han concurrido a un acuerdo o a una votación de pronto se desdoblan y pasan a ser -porque esas son las expresiones- una suerte de facinerosos a la hora de abordar una iniciativa específica!
¡Cómo la opinión pública puede desdoblarnos a quienes nos encontramos en esta Sala, que para algunas cosas somos sujetos respetables, y para otras, sujetos que no merecen ningún respeto!
Eso no funciona, señor Presidente; está mal, y le hace pésimo al Senado.
La política, obviamente -y yo no soy persona que se amilane por las críticas-, tiene argumentos a veces fuertes, a veces incisivos, a veces metafóricos, a veces irónicos. Todo eso forma parte de lo que es la política. Y creo que nadie podría sentirse fuera de ello.
Sin embargo, la descalificación personal, directa, brutal, aviesa no debiera estar entre nosotros. Y no solo respecto de este tema, sino en general, en cualquier materia.
Por lo mismo, me voy a abstener en esta votación, fundamentalmente como un modo de protestar frente a un lenguaje y a una forma de descalificación entre nosotros que deben erradicarse completamente.
Vuelvo a decir: la argumentación fuerte, la ironía, las distintas manifestaciones de lo que son las controversias políticas tienen que estar y van a seguir estando entre nosotros.
Empero, estimo que debemos hacer una muralla china entre lo que son esas formas de expresión y lo que son la descalificación y, sobre todo, la imputación de intenciones, todo lo cual, en mi concepto, ha de estar totalmente fuera de este Hemiciclo.
El señor TUMA (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Orpis.


El señor ORPIS.- Señor Presidente, Honorable Senado, yo estoy por que se apruebe la idea de legislar, ojalá hoy, y por que el proyecto vaya a la Comisión de Agricultura. ¿Y por qué? Porque en el debate ha surgido una cuestión que no es menor.
Aquí tengo el Décimo Estudio Nacional de Drogas en Población Escolar, que incluye al tabaco.
A decir verdad, es bastante contradictoria la información contenida en ese documento.
De una parte, ella se entrega por curso. Y uno advierte, al comparar el año 2011 con el 2013, que existe una baja prácticamente en todos los cursos, desde 8° básico hasta 4° medio.
Por lo tanto, se podría decir que toda la política en materia de regulación, de restricción seria al consumo de tabaco está teniendo efecto.
Sin embargo, de otra parte, el mismo estudio entrega un gráfico según el cual el consumo anual y el consumo mensual aumentan, pero el consumo diario baja.
Es muy importante clarificar ese punto, porque detrás de dicho problema hay una política pública.
Pero la cuestión es bastante más profunda, señor Presidente.
Ese mismo estudio nos entrega los resultados por curso en materia de drogas.
En el ámbito de la marihuana hay ¡una catástrofe!
Aquí tengo un cuadro que pone de manifiesto cómo tras empezar el debate sobre la legalización el consumo se dispara: en 4° medio está llegando a 38,9 por ciento y en todos los cursos aumenta de manera significativa.
Mientras el debate sobre la legalización no existió, el consumo se mantuvo relativamente estable. Parte el debate en 2011, se genera un punto de inflexión y hoy estamos llegando a cifras catastróficas en todos los cursos. En 8° básico, a 15,5 por ciento, en circunstancias de que en 1995 teníamos 3 por ciento.
Y aquello ocurre no solo en el caso de la marihuana. En el de la cocaína sucede exactamente lo mismo: en 1° medio el consumo aumenta 75 por ciento, y en 4° medio, 60 por ciento.
Por consiguiente, estamos convocados a un debate mayor, mucho más profundo, donde hay que ser coherente en el planteamiento, pues en un caso y otro, objetivamente, las drogas hacen daño.
No obstante, aquí hay un discurso en el caso del tabaco y otro en el del resto de las drogas, en circunstancias de que hoy tenemos una catástrofe en drogas como la marihuana y la cocaína.
Así que llamo a un debate mayor sobre la materia, en el cual lo más determinante, desde mi punto de vista, son las políticas preventivas, especialmente a nivel escolar.
El problema no es solo el tabaco. El propio estudio oficial que se entregó la semana precedente nos está indicando que al menos respecto de un tema que se ha abordado con mucha fuerza desde el punto de vista comunicacional la tendencia es a la baja. Pero particularmente con relación a las drogas, en que ha habido un discurso distinto y políticas mucho más flexibles, hoy existe una catástrofe, sobre todo en el caso de la marihuana y la cocaína.
--(Aplausos en tribunas).
El señor TUMA (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Girardi.


El señor GIRARDI.- Voy a justificar mi voto, señor Presidente, pues fui aludido.
En nuestro país han sido una larga marcha las regulaciones sobre el tabaco y, en general, la política de drogas.
Hace algunos años incluso debimos amenazar con una acusación constitucional a un ministro para que por primera vez se discutiera el tema del tabaco y Chile pusiera en ejecución su palabra de llevar adelante el Convenio Marco.
Recuerdo muy bien el día en que, siendo Diputado, llegué a la Comisión de Salud de la Cámara Baja y vi presentadas indicaciones que modificaban totalmente el Acuerdo Marco: estaban suscritas por distintos parlamentarios ¡y eran las indicaciones de las tabacaleras...!
¡Esa es la historia!
Quiero recordar también que el proyecto que yo cuestiono -el discutido durante el Gobierno del Presidente Piñera- no emanó de una moción, sino de una iniciativa del Ministro Mañalich.
Fue el Ministro Mañalich quien señaló, y en reiteradas oportunidades, que había lobby de las tabacaleras. Y fue él quien presentó una indicación para que el Ministerio de Salud tuviera la facultad de prohibir los aditivos. ¿Cuáles? No todos, sino los usados para engañar a los niños.
Porque el objetivo de las tabacaleras son los niños, no la población adulta. Cuando alguien no ha fumado hasta los 20 años, después no va a hacerlo.
¡El objetivo central de las tabacaleras en Chile son los niños!
Por eso tenemos la prevalencia de fumadores en ellos. Y por eso el tabaco está dirigido justamente a capturar ese segmento. ¿Cómo? A través de publicidad engañosa, de publicidad subliminal; por la vía de asociar marcas con éxito, con vínculo, con afecto, con vida saludable.
Pero fundamentalmente se usan los aditivos.
¿Cuáles?
Lo voy a repetir. Porque se habla de discutir racionalmente.
Yo pregunto qué más racional que el informe del Ministerio de Salud sobre los aditivos o que los informes de la Organización Mundial de la Salud.
Científicos de la Academia Americana de Pediatría han estudiado el efecto del mentol como anestésico de la vía aérea.
Esos argumentos no son rebatibles desde el punto de vista científico. Se trata de argumentos serios, hechos por todas las organizaciones de salud a nivel mundial de los países desarrollados; también, por nuestro Ministerio de Salud.
El proyecto pertinente fue presentado por el Ministro Mañalich, con quien tuve muchas diferencias. Pero lo apoyamos en su iniciativa.
¿Saben cómo se echó abajo la norma pertinente?
Yo no estoy haciendo ninguna imputación, señor Presidente.
El proyecto original llevaba una disposición que le permitía al Ministerio de Salud prohibir los aditivos. ¿Cuáles? Los que hacen más adictiva la nicotina, por ejemplo, para cautivar con mayor rapidez a niños de 12 años.
Esa iniciativa fue llevada a la Comisión de Agricultura -yo no hago imputaciones-, y a partir de eso se acabó la posibilidad del Ministerio de Salud de prohibir categóricamente el uso de aditivos.
Yo no hago ninguna imputación. Estoy señalando un hecho: el hecho de que no es bueno que en Chile -a lo mejor algunos no están de acuerdo conmigo- se mezclen tabaco y mentol para lograr más adicción en los niños.
Hay decenas de estudios -los tengo acá: algunos, del Ministerio de Salud de Chile; otros, de la Sociedad Americana de Pediatría y de la Sociedad Europea de Pediatría- que señalan cómo el mentol aumenta la adicción al tabaco.
Esta es la racionalidad que yo propongo: legislemos sobre evidencia, no sobre juicios o prejuicios que no tienen ningún sustento.
La iniciativa en comento está respaldada por el Ministerio de Salud, que quiere recuperar el poder para prohibir los aditivos que son gancho para los niños.
¡Cómo uno no va a tener desazón cuando vive en el país con la más alta prevalencia de tabaco en el mundo!
¡Cómo no va a tener desazón cuando ve que las empresas tabacaleras hacen utilidades millonarias a sabiendas de que pueden destruir la vida de las personas!
Y la destruyen: ¡veinte mil infartos al año son de responsabilidad del tabaco! Y ellas lo saben.
Ahora, el tabaco no es lo mismo que el alcohol.
La persona que bebe alcohol moderadamente no tiene ningún problema.
Sin embargo, cualquier dosis de tabaco es tóxica: no hay cantidad de umbral. Cualquier dosis de tabaco puede provocar cáncer, causar un infarto.
Yo mismo fui partidario, junto con el Senador Moreira, de la tolerancia cero al alcohol. Porque una cosa es el consumo moderado y otra que haya personas que quieran beber y conducir.
El problema con el tabaco deriva de que hoy el blanco son los niños.
En la legislación anterior protegimos a los fumadores pasivos, a quienes aspiraban humo ajeno.
El proyecto a que nos referimos esta tarde apunta a defender a los niños: son ellos las víctimas; son ellos los rehenes de estas políticas; son ellos el objetivo.
El señor TUMA (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Navarro.


El señor NAVARRO.- Señor Presidente, tengo a la vista lo siguiente: "El ministro de Salud, Jaime Mañalich, ahondó las críticas contra el fuerte lobby que han hecho las tabacaleras, en la antesala de la votación que realizará hoy la Cámara de Diputados".
Dice Mañalich al Canal 24 Horas: "El lobby es gigantesco en los pasillos, en las conversaciones, en las llamadas telefónicas a los parlamentarios, en discernir cuál es el punto que se puede tocar para demorar la legislación (...). Esto se manifiesta en disecar la ley".
Y agrega: "Esto se ratificaría en el punto de la iniciativa donde se prohíbe fumar en los espacios" públicos.
Finalmente, dice: "La industria tabacalera pagó" (¡pagó!) "para que los restaurantes dividieran estos espacios, y quiero señalar que esta estrategia ha fracasado en todas partes del planeta".
Ese fue un ministro de ustedes, un ministro de Derecha. Ese fue el Ministro de Sebastián Piñera que acusó a las tabacaleras de lobby, de haber pagado.
No es Guido Girardi.
Por tanto, tenemos aquí un punto en cuestión: hay lobby.
Por eso legislamos para dictar una ley de lobby: una mala ley de lobby -yo voté en contra-, porque, en definitiva, va a causar efecto cero.
Y lo han dicho acá.
Cuando quisimos legislar sobre la materia, el entonces Diputado Navarro presentó la primera iniciativa para establecer el lobby en Chile. Y ello, después de visitar Washington y comprobar que allí había un elemento que podíamos incorporar a nuestra legislación.
Entonces, despejemos las dudas: la denuncia sobre el lobby de las tabacaleras no la hizo Girardi, sino el Ministro Mañalich, el año pasado.
Señor Presidente, el planteamiento para llevar proyectos a la Comisión de Agricultura lo he vivido muchos años.
Fui el primero en presentar una iniciativa de ley sobre etiquetado de bebidas alcohólicas. Y el Senador Coloma lo sabe bien, porque me peleé con él durante largo tiempo. Pero mi iniciativa sigue ahí: ¡9 años sin que se mueva una hoja, por el lobby de la industria vitivinícola, que paró su tratamiento!
En la Sala se dijo: "¡No! Llevémosla de Salud a Agricultura".
Bueno: hoy estamos discutiendo un proyecto del Senador Chahuán -no es el mío-, que llega a Comisión Mixta para ver las restricciones a la publicidad del alcohol y el etiquetado. Y el colega Moreira jugó un rol muy importante para sacar adelante aquello.
Estamos contra las drogas que causan daño.
Por cierto, los 2 mil 500 millones de dólares que según el propio Jaime Mañalich gasta nuestro país para atender a las víctimas del tabaco y la preponderancia de este en 18,5 por ciento de todas las muertes registradas en Chile debieran inducir a dar facilidades para atacar frontalmente el tabaquismo.
En tal sentido, la resistencia a la regulación me parece natural.
Hay algunos libremercadistas: libertad plena para elegir lo que quieran.
Pero en cuestiones valóricas no sucede lo mismo. Por ejemplo, cuando discutimos sobre transgénero condenan la decisión de quienes quieren tener un sexo distinto del de nacimiento.
Es un problema ideológico.
En el caso que nos ocupa se enfrentan la libertad de emprendimiento económico y el derecho de las personas a la salud.
A mi entender, constituye una irresponsabilidad del Senado actuar con dilación en materia de políticas públicas que han sido homogéneas en los dos últimos gobiernos.
El combate al tabaquismo se hizo en la Administración de Sebastián Piñera y se está haciendo hoy, con la Ministra Helia Molina, en el Régimen de la Presidenta Bachelet.
¿Por qué dilatar, entonces?
¿Qué tiene que ver el Ministerio de Agricultura con una materia de salud pública?
Yo siento que es más bien una jugada, una carambola, una triangulación.
Aquí debiéramos procurar el despacho del proyecto respectivo cuanto antes.
Y si hay problemas en el área de los trabajadores, el Estado debe buscar nuevas formas para seguir brindando empleo.
Empero, generar empleo que provoca muerte constituye un grave error.
Los trabajadores que pifian en las tribunas del Senado temen por sus familias, al igual como sucedía con los del sector pesquero cuando aprobamos una mala y maldita ley de pesca.
Sin embargo, creo que se equivocan. Y tarde o temprano lo descubrirán. Porque el mecanismo para mantener el empleo no es apoyar una ley mala, una ley que causa daño, una ley asesina, sino generar condiciones, junto con el Estado y los empleadores, para ver cómo se generan ocupaciones dignas, bien remuneradas y que no perjudiquen a nuestro país.
Yo voto contra el envío del proyecto a la Comisión de Agricultura, señor Presidente, porque creo que es una dilación buscada por quienes hoy se niegan a legislar sobre la materia.
¡Patagonia sin represas!
¡Nueva Constitución, ahora!
¡No más AFP!
El señor TUMA (Vicepresidente).- Corresponde el uso de la palabra al Senador señor Rossi.
Sin embargo, el Senador señor Horvath quiere plantear un punto de Reglamento.
El señor HORVATH.- Señor Presidente, solo deseo pedir formalmente que se autorice a la Comisión de Reconstrucción de Valparaíso para funcionar en forma paralela con la Sala, pues debemos reunirnos en breve con el Delegado Presidencial, quien nos está esperando.
Desde luego, estaremos atentos a las votaciones que se realicen en esta Sala.
El señor TUMA (Vicepresidente).- ¿Habría acuerdo al respecto?
El señor PIZARRO.- Estamos en votación, señor Presidente. No corresponde ocuparse en ese punto.
El señor TUMA (Vicepresidente).- Tiene razón, Su Señoría.
El señor PIZARRO.- Que se espere a que terminemos.
El señor TUMA (Vicepresidente).- Puede intervenir el Honorable señor Rossi.


El señor ROSSI.- Señor Presidente, deseo hacer algunas aclaraciones.
En cuanto a la realización o no de lobby, ya ha expresado el propio Senador señor Navarro que no hemos sido nosotros los que formulamos acusaciones respecto de este asunto en particular. Vamos a saber a ciencia cierta si lo hay o no cuando una ley prohíba a las empresas donar y las donaciones no puedan ser reservadas.
Más allá de eso, no deja de ser sorprendente que siempre exista interés en poner un obstáculo al avance en ciertos temas.
Aquí se ha hecho una aseveración muy grave por el Honorable señor Larraín, quien subraya justamente el trato que debemos mantener unos con otros. Porque cae en la misma confusión que también percibo en el colega Orpis. Manifestó: "Algunos Senadores" -me siento aludido- "han propuesto y promovido el aumento del consumo de la cannabis".
Y eso me llama la atención justamente porque si he peleado por algo toda mi vida es debido a que no creo en las prohibiciones totales: creo en las regulaciones.
Entonces, mi discurso es muy coherente. Lo es tanto, que, cuando planteo que tenemos que revisar la ley N° 20.000, lo hago desde la lógica de que, de permitirse la comercialización de la cannabis, ello se haga con una regulación similar a la que estamos exigiendo hoy día respecto del tabaco.
Jamás se me ocurriría plantear que se puede hacer publicidad o la apología del producto, regalarlo a niños, consumirlo en un espacio cerrado. Ni la cannabis, ni el alcohol, ni el tabaco son para menores.
Lo que siempre he pedido es una discusión sin prejuicios sobre la base de argumentación científica. Y eso es lo que solicito en este caso. Cuando se hace una diferencia antojadiza -y especialmente en el otro sector- entre drogas lícitas e ilícitas, sin considerarse los daños que provoca cada una para la salud, indudablemente se trata de un prejuicio en el momento de enfrentar un debate.
El tabaco, al igual que el alcohol, provoca más muertes y enfermedades que la cannabis.
Por lo tanto, insisto en que no soy partidario de las prohibiciones totales. No me gusta el tutelaje moral. Soy partidario de las regulaciones, sobre todo pensando en la salud pública.
Me llaman poderosamente la atención las declaraciones del Honorable señor Coloma, quien nos acusa de tutelaje moral.
No hemos sido nosotros los que hemos impedido el aborto terapéutico en Chile.
No somos nosotros los que nos situamos sobre el bien y el mal y le decimos a una pareja gay que no puede casarse ni adoptar un hijo.
No fuimos nosotros los que en el pasado no quisimos avanzar en la nueva Ley de Matrimonio Civil.
No hemos sido nosotros los que le hemos puesto reparos hasta al acuerdo de vida en pareja.
No hemos sido nosotros los que pedimos que no se distribuya la píldora del día después, e incluso, en su minuto, que no se enseñe el uso correcto del preservativo.
Llama poderosamente la atención que el señor Senador -por su intermedio, señor Presidente- haga esa afirmación, cuando lo que planteamos es seguir, nada más y nada menos, las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud respecto del tabaco, no la prohibición.
Soy partidario de una política de reducción de daño, desde el punto de vista sanitario. ¿Qué significa eso? Que cada persona adulta tiene derecho a decidir qué hacer con su vida; qué consumir o no.
Pero también soy partidario de tomar ciertas medidas regulatorias para impedir que la decisión individual perjudique a otras personas. Por eso estamos diciendo, por ejemplo, que no se puede fumar en un lugar donde hay niños; que un conductor no puede fumar si hay un menor de edad dentro de su vehículo. Porque mi libertad justamente termina donde empieza la del otro.
Las regulaciones que estamos exponiendo, acordes con lo que está haciendo todo el mundo, básicamente buscan proteger a nuestros pequeños, porque las tabacaleras saben muy bien que la manera de influir y generar adicción es a través de la publicidad. El niño es muy permeable a ese instrumento. Por eso hemos puesto tanto énfasis, en el proyecto de ley, en restringirla.
Le insisto al Senador señor Larraín -por su intermedio, señor Presidente- que jamás se me ocurriría que se le hiciera publicidad a la cannabis. Lo que pido -con esto concluyo- es que apliquemos un tratamiento similar a distintas sustancias, sostengamos un debate sin prejuicios y pongamos la salud pública por sobre cualquier consideración.
Eso no significa restringir las libertades de las personas. Vivimos en democracia, en una comunidad, y tenemos que respetarnos unos a otros y fijar un marco normativo que establezca las reglas mínimas de convivencia. Eso es lo que estamos haciendo en el día de hoy.
He dicho.
El señor TUMA (Vicepresidente).- Puede intervenir el Honorable señor Moreira.


El señor MOREIRA.- Señor Presidente, nunca pensé que mi solicitud iba a provocar una verdadera tormenta de declaraciones, contradicciones, descalificaciones.
Deseo consignar varias cosas importantes.
Aquí se ha mencionado el lobby. A mí me gustaría -y no voy a personalizar- que los acusadores de que un determinado parlamentario ha sido objeto de esa práctica se pusieran los pantalones y lo afirmasen públicamente, con nombre y apellidos. Pero que lo hicieran y no crearan fantasmas.
¡Siempre este; el otro!
Tengo las manos limpias y siempre ha sido así, incluso en los peores momentos de mi vida. Entonces, lo que me molesta -y me duele, que es más- es que los Senadores señores Rossi y Girardi hayan dirigido una expresión hacia todos. Porque cuando me acerqué a ellos para preguntarles, la respuesta fue: "No, si no es para ti".
Con este último mantenemos las más profundas diferencias. Fui criticado por mucha gente de Derecha, y ese colega, por la Izquierda, pero precisamente trabajamos juntos en el proyecto de ley de tolerancia cero y lo sacamos adelante.
En relación con el tabaco, estoy de acuerdo con muchas cosas. Y no soy radical -no fumo ni tomo-, pero encuentro que ciertas medidas de salud son aconsejables. Porque así lo entiendo.
También me acerqué al Honorable señor Rossi para explicarle la situación y puntualizar que aquí no hay ninguna faramalla.
Tengo un deber, me guste o no, como Presidente de la Comisión de Agricultura. Si a mí se me acercan parlamentarios de la Nueva Mayoría y de Oposición con argumentos en el sentido de que se trate un asunto determinado, mi obligación es que ello se verifique.
Mi colega Girardi -por su intermedio, señor Presidente- sabe perfectamente que voy a votar a favor de la idea de legislar. El Honorable señor Rossi, también.
Entonces, tiran algo al voleo y aparezco como representante del lobby. ¿Qué lobby he hecho?
El mismo Senador señor Navarro expresa: "Moreira ha estado en las Comisiones de Agricultura y de Salud, unidas, y ha sido diligente en relación con otra iniciativa". ¡Y ella sí ha sido objeto de lobby, pues! Es la del etiquetado. Lleva ocho años y la estamos sacando adelante.
Me acerqué a quienes han descalificado y les manifesté: "Expreso mi compromiso de que, en forma responsable, con las sesiones que sean necesarias, nos ocuparemos en los puntos de vista que tiene que ver la Comisión de Agricultura".
¡Está bien que las cosas que expongo pasaran de repente cuando uno era Diputado, pero ustedes son Senadores¿! O sea, uno los ve un poquito más arriba de lo que sucede en la otra rama del Congreso.
Lo único que pido, en consecuencia, es que aquí no haya ningún tipo de fantasma.
Tampoco hay trabajadores de primera o segunda categoría. A los caballeros que están en las tribunas no los conozco, con todo respeto.
Hasta un Diputado me dijo: "Trajiste platea". ¡No he hecho nada de eso, porque no tengo plata para costear el traslado de gente desde la Región de Los Lagos, a no ser que con el Honorable señor Quinteros lográramos chartear un avión¿! No tengo esa posibilidad.
Lo que deseo consignar es que si la materia llega a la Comisión de Agricultura, será atendida, independientemente de cómo se dé la votación, en la forma diligente que sea necesaria.
Pero también les pido a los señores Senadores integrantes de Comisiones Mixtas o de un órgano técnico, quienes muchas veces reclaman por las razones que fuere, que asistan.
Para que usted sepa, señor Presidente, me habría sido posible pedir hoy día la hora en dos Comisiones unidas, porque la gente de la Nueva Mayoría no llegó.
Pero ¿cómo procedimos? Hicimos las cosas como corresponde¿
La señora GOIC.- Por mi parte, llegué, y soy de la Nueva Mayoría.
El señor LARRAÍN.- Algunos llegaron.
El señor MOREIRA.- En efecto. Excúseme, Honorable señora Goic. A Su Señoría la tengo presente en todo lugar.
Lo que quiero decir, señor Presiente, es que no incluyamos fantasmas en este tipo de discusiones.
El asunto se podría haber abreviado hace mucho rato. ¡Si era cuestión de votar! ¿Se está de acuerdo o no se está?
Por mi parte, cumplí mi labor de Presidente de la Comisión de Agricultura.
Eso es todo.
El señor TUMA (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Quintana.


El señor QUINTANA.- Señor Presidente, no voy a responsabilizar al Honorable señor Moreira por su propuesta, porque creo que está en su derecho.
Además, Su Señoría llegó hace poco a esta Corporación y no vio lo que ocurrió hace dos años, en otro contexto, en situaciones muy similares. Efectivamente, lo de hoy es un déjà vu de otras discusiones. Esta misma escena es una repetición de lo sucedido en ese momento. La diferencia radica en que en ese tiempo no se trataba de un proyecto de los Senadores señores Girardi y Rossi, sino del Ejecutivo, del Ministro señor Mañalich.
¿Y qué pasó? ¿Por qué digo que se evoca algo ya vivido? Porque las tabacaleras también se encontraban silenciosas, pero muy activas, y preocupadas, por supuesto, de que sus trabajadores siguieran atentamente la discusión, a lo que se sumaba la campaña del terror.
Un caso muy parecido es el de otro debate que tiene lugar por ahí en la Comisión de Educación. Terminar con los aditivos para que los niños fumen precozmente es tan difícil como hacerlo con el lucro en la educación.
Sin lugar a dudas, en el presente debate median intereses económicos. ¡Por favor! ¿O alguien cree que las tabacaleras no lo están siguiendo? ¡Desde luego que lo están haciendo! Se encuentran muy preocupadas de lo que ocurre.
La discusión aquí dice relación con qué hacemos en cuanto a la Comisión de Agricultura. Y quiero decirle, con todo aprecio, al Honorable señor Moreira -por su intermedio, señor Presidente- que Su Señoría puede asumir toda la actitud y diligencia necesarias para poder sacar rápido el asunto en el órgano técnico, mas la cuestión no es esa.
¡Si este es un proyecto de salud pública! Lo que se busca es adecuar la legislación nacional a los estándares de la Organización Mundial de la Salud. Y dentro de ellos se comprende el llamado "etiquetado plano". Esa es la campaña del terror. Es todo.
Dicho concepto significa que no se puede hacer publicidad de la misma manera que hoy día. Porque lo que dice el Senador señor Girardi es así. Efectivamente, el objetivo de las tabacaleras son los niños -no los jóvenes de dieciséis años del liceo-, para iniciarlos precozmente en el consumo.
Estamos haciendo referencia a un factor de la muerte de más de 40 personas al día.
Entiendo que hace un par de años, durante el Gobierno del Presidente Piñera, el Ministerio de Salud gastó unos 200 millones de dólares -podrá corregirnos la doctora Molina, titular de la Cartera- para impedir que anualmente se llegara a 80 fallecidos producto de la meningitis. En este otro caso se trata de 15 mil personas al año.
Alguien hacía una comparación con la conducción bajo la influencia del alcohol o en estado de ebriedad, como consecuencia de lo cual mueren mil 500 personas al año. ¡Aquí se registran -repito- 15 mil en el mismo período! ¡Entre el 8 y el 10 por ciento del presupuesto del Ministerio de Salud se va en cuidados paliativos y en el enfrentamiento de los últimos días de las personas que fallecen por el tabaquismo! ¡Ese es el debate!
¡Qué tiene que ver la Comisión de Agricultura! ¡Si en ninguna parte del proyecto presentado por mis Honorables colegas Rossi y Girardi se prohíbe el cultivo del tabaco! ¿Qué consecuencia podría derivar de la intervención de ese órgano técnico que incidiera en la iniciativa en debate? Ninguna. Lo que se busca es reponer las facultades de salud pública en manos del Ministerio del ramo.
La Comisión podría concluir: "Se perderá empleo en las regiones productoras de tabaco". ¿Y vamos a dejar que sigan muriendo 45 personas al día? No. Ayúdennos a reubicarlas laboralmente, entonces, que no es el caso. Esa es la campaña del terror inducida por las tabacaleras.
Entonces, señor Presidente, me parece que tenemos que reconducir el proyecto adonde corresponde, que es votar, no dilatarlo. Por eso digo que la situación nos recuerda lo que pasó dos años atrás. Ya sabemos lo que va a pasar en la Comisión de Agricultura. Lo que se busca es que el asunto muera. Es una acción dilatoria para no debatir el fondo, el cual dice relación con que tenemos que pronunciarnos a favor.
A algunos colegas les acomodan dichos del Senador señor Girardi que no creo que hayan sido imputaciones directas a ninguno. Otro tanto les sucede con la discusión. Porque algunos han expresado: "Pensaba votar a favor; pero ahora como que no quiero hacerlo". Les resulta cómodo, a mi juicio, que la iniciativa vaya a la Comisión de Agricultura y, en definitiva, no sacarla nunca adelante, a pesar de ser tan importante para evitar que los pequeños -se encuentra centrada en ellos- se inicien tempranamente en el consumo del tabaco.
Por eso, voto en contra.
El señor TUMA (Vicepresidente).- Puede intervenir el Honorable señor Ossandón.


El señor OSSANDÓN.- Seré muy breve, señor Presidente.
Me voy a abstener.
El fondo del proyecto me parece bien. Y debería traducirse en salud.
Juzgo que, con sentido común y un poco de sabiduría y prudencia, se puede proteger a los niños y el aspecto laboral.
Como lo manifestaron acertadamente los Senadores señores Letelier y Allamand, algunas cosas son muy duras, como el etiquetado en el ciento por ciento, pero otras son muy buenas, ya que es preciso reconocer que el tabaco hace mal.
Observo preocupación, a veces, cuando discutimos una cuestión en términos de un empate -porque detrás de todo esto lo hay- y se pierde el objetivo del texto, que es proteger la salud.
Ojalá que mucho de lo expresado aquí en términos de principios se aplique efectivamente. Así que espero -y fundamento mi voto- que la normativa se termine ajustando a su propósito verdadero.
Estimo que el espíritu del proyecto, el del Ministerio de Salud y el que tiene que haber inspirado al Ministro señor Mañalich ha sido, sin perjudicar ni a la agricultura ni al trabajo, el de proteger a los niños y a todos los que de alguna manera son fumadores.
También resulta deseable, después de trabajar en profundidad en el articulado, la protección de la libertad, porque no somos nosotros quienes podemos dirigir la vida en todos los ámbitos.
Muchas gracias.
El señor TUMA (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable señor García.


El señor GARCÍA.- Señor Presidente, la verdad es que el debate tiene mucho de engañoso. Por eso pedí intervenir.
De lo ya expuesto por varios señores Senadores pareciera desprenderse que no hay ninguna regulación para la venta y el consumo del tabaco. Da la impresión de que la iniciativa en examen vendrá a regularlo todo y a partir de cero, en circunstancias de que no es así. Hoy día se encuentra plenamente vigente la ley N° 19.419, de 1995, objeto de una modificación bastante reciente, promulgada el 8 de febrero de 2013, poco más de un año atrás.
De la discusión se deduce, a veces, que el proyecto introduce modificaciones sustantivas. Estoy disponible para que las tratemos.
Por ejemplo, la normativa actual dispone que los daños, enfermedades o efectos del tabaco se reflejen en una advertencia que ocupe el 50 por ciento de la superficie de ambas caras de la cajetilla. El texto que nos ocupa propone que ello se extienda al 100 por ciento. Tratemos el punto. Es algo enteramente razonable. Pero, como se puede apreciar, no estamos partiendo de cero regulación. Contamos con una muy importante.
Mi Honorable colega Girardi ha insistido en el efecto de los aditivos. Me parece que lo propuesto también hay que conversarlo, discutirlo. Veremos su conveniencia. Pero tampoco se trata de cambios sustantivos, absolutos.
Fíjense ustedes que la disposición vigente expresa que "El Ministerio de Salud podrá prohibir el uso de aditivos y sustancias que se incorporen al tabaco en el proceso de fabricación de los productos a los que se refiere esta ley, destinados a ser comercializados en el territorio nacional, cuando tales aditivos y sustancias aumenten los niveles de adicción, daño o riesgo en los consumidores de dichos productos".
"Podrá prohibir". ¿Por qué no se hace? Si existen antecedentes suficientes que indican que tales aditivos están causando mayor adicción, daño o riesgo en los consumidores de tabaco, ¡que los prohíba!
¿Qué hace el proyecto de ley? Dice que "El Ministerio de Salud deberá" -imperativo- "prohibir el uso de aditivos y sustancias que se incorporen al tabaco en el proceso de fabricación de los productos" cuando estos aumenten los niveles de adicción, daño o riesgo en los consumidores. Es decir, algo bastante parecido a la norma vigente.
El Ministerio de Salud tiene facultades para prohibir las sustancias aditivas. Y cuando la ley otorga facultades es para que sean usadas, no para que sean letra muerta. Ahora se presenta un proyecto para que aquello sea obligatorio, imperativo. ¡Bien! Conversémoslo, discutámoslo, pero no me parece adecuado que, a raíz de esta iniciativa legal -que, en mi opinión, no introduce cambios muy sustantivos a la legislación vigente-, entremos en una serie de descalificaciones personales, que nos imputemos unos a otros situaciones de lobby o de presión, cuando en realidad el país es testigo de cómo se ha venido regulando el consumo del tabaco, cómo este se ha ido restringiendo y cómo se ha venido avanzando en esta materia, precisamente para proteger la salud de la población.
Soy partidario de que el proyecto vaya a la Comisión de Agricultura -pienso que no hace ningún daño escuchar a este organismo- y de que luego lo votemos en la Sala.
De hecho, desde ya anuncio mi voto favorable a la idea de legislar.
El señor TUMA (Vicepresidente).- Tiene la palabra la Senadora señora Goic.


La señora GOIC.- Señor Presidente, acepto las excusas que me acaba de dar el Senador Moreira, quien dijo que no estábamos en la Comisión en la mañana.
Como estamos fundamentando el voto sobre un aspecto reglamentario, quiero dejar constancia de mi posición.
Llevamos más de dos horas tratando el tema a través de un debate que perfectamente podría haber servido como discusión general de un proyecto respecto del cual existe coincidencia que hay que discutir.
Los integrantes de la Comisión -y de esto puede dar fe cada uno de ellos- veníamos dispuestos a llegar a la votación general sabiendo que hay algunas normas del proyecto que todavía requieren ser revisadas y que iban a generar polémica. Pero para eso están los distintos trámites reglamentarios que existen: un asunto se discute primero en general y luego vuelve a la Comisión respectiva, con un plazo para que se formulen indicaciones que permitan abordar las diferencias de opinión que existan, como ocurre en este caso.
Insisto en que no voy a entregar argumentos de por qué estoy a favor de la mayor parte del contenido del proyecto, porque eso será parte de la discusión que tendremos, probablemente otro día. Pero sí quiero hacer notar lo anterior.
Lamento que se ensucie un poco el debate con aspectos que nada tienen que ver con el bien jurídico que finalmente se protege con la iniciativa, que es la salud de la población, la salud de los niños, de modo de evitar las muertes que hoy se producen.
Me parece correcto que la iniciativa haya sido vista por la Comisión de Salud y que no vaya a la de Agricultura. Por eso voy a votar que no.
El proyecto contiene también otros elementos relevantes en materia de salud: restituye a la autoridad sanitaria facultades que había perdido.
Eso forma parte también de lo que se ha señalado. Y, en ese sentido, resulta muy valioso el respaldo que la Comisión ha dado a la institucionalidad en este ámbito. La Ley del Tabaco que se tramitó hace ocho años fue el primer asunto que me tocó votar como parlamentaria. Y lo hice con mucho gusto porque, si hay un ejemplo positivo de cómo las leyes ayudan a generar cambios culturales, es precisamente esa normativa. La mayoría de las veces lo que nosotros hacemos es más bien seguir la evolución que se registra en la sociedad y actualizar la legislación a las realidades que la población nos está mostrando. La Ley del Tabaco, al contrario, es de aquellas que han permitido generar, en corto tiempo, cambios de conductas que está demostrado que son nocivas y dañinas para la salud de las personas.
Ojalá que, para lo que resta, pongamos el foco de la discusión ahí, cuidando también la evaluación que con razón hace la ciudadanía de la actividad legislativa y del tratamiento que le damos a este espacio democrático de deliberación que tanto queremos.
El señor LABBÉ (Secretario General).- ¿Algún señor Senador no ha emitido su voto?
El señor TUMA (Vicepresidente).- Terminada la votación.
--Se rechaza la solicitud de que el proyecto pase a la Comisión de Agricultura (21 votos en contra, 11 a favor y 5 abstenciones).
Votaron por la negativa las señoras Allende, Goic y Muñoz y los señores Bianchi, De Urresti, Girardi, Guillier, Horvath, Lagos, Letelier, Matta, Montes, Navarro, Orpis, Prokurica, Quintana, Quinteros, Rossi, Tuma, Ignacio Walker y Patricio Walker.
Votaron por la afirmativa las señoras Van Rysselberghe y Von Baer y los señores Araya, Coloma, Espina, García, Hernán Larraín, Moreira, Pérez Varela, Pizarro y Andrés Zaldívar.
Se abstuvieron la señora Lily Pérez y los señores Allamand, Chahuán, Harboe y Ossandón.
El señor TUMA (Vicepresidente).- Por lo tanto, corresponde iniciar la discusión general.

El señor LARRAÍN.- ¿Me permite, señor Presidente?
El señor TUMA (Vicepresidente).- ¿Punto de reglamento, Senador Larraín?
El señor LARRAÍN.- Sí. He sido aludido y, en consecuencia, quisiera dar una respuesta, si usted me lo permite.
El señor TUMA (Vicepresidente).- Adelante.
El señor LARRAÍN.- Señor Presidente, fui aludido por la Senadora Adriana Muñoz, quien se quejó del tono que utilicé en mi intervención y dijo de manera expresa que yo había ofendido.
Me parece injusta tal apreciación.
Yo no he ofendido a nadie. Aquí hemos sido objeto de ofensas. Y por eso reaccioné en forma dura, pues me pareció que ese trato era inadecuado.
Un Senador -el Senador Rossi, por su intermedio, señor Presidente- manifestó que llevar el proyecto a la Comisión de Agricultura tenía la intención deliberada de demorarlo, dilatarlo, modificarlo.
Esa es una atribución de intenciones. Y considero que ello es impropio.
El Senador Girardi fue más allá, porque dijo que quienes nos encontrábamos en esa posición estábamos defendiendo a organizaciones criminales.
A mí me parece que eso es una injuria. Y, probablemente, como esas organizaciones criminales son una compañía determinada, básicamente, les estamos haciendo una imputación gratuita a sus trabajadores. Porque me imagino que quien trabaja en una organización criminal no es un santo de altar.
Por lo tanto, ahí había una ofensa impropia que era necesario esclarecer.
Adicionalmente, al Senador Rossi le deseo decir que yo no entré en ninguna contradicción ni confusión cuando sostuve que aquí hay personas que son partidarias de restringir el consumo del tabaco o del alcohol¿
El señor PROKURICA.- ¡En la Sala¿!
El señor LARRAÍN.- ¿Perdón?
No le entiendo, discúlpeme.
A ver, me enredé entero con esta interrupción.
Lo que yo señalé es que había una contradicción con las personas que se dicen partidarias de reducir el consumo del tabaco o del alcohol pero que, al mismo tiempo, son partidarias de aumentar el consumo de la marihuana. Eso es entrar en una contradicción.
Y el Senador Rossi -no lo estoy ofendiendo, señor Senador- ha indicado que es partidario de que el consumo de la marihuana tenga el mismo trato¿
El señor TUMA (Vicepresidente).- Senador Larraín, vamos a convertir el debate en...
El señor LARRAÍN.- Es que yo necesito esclarecer, señor Presidente.
El señor TUMA (Vicepresidente).- Le di la palabra para que planteara un punto estrictamente de reglamento.
El señor LARRAÍN.- Estoy haciendo uso estricto del Reglamento y me gustaría terminar mi intervención.
Lo que el Senador Rossi plantea, cuando dice que él quiere que el consumo de marihuana tenga el mismo trato que el consumo del tabaco -porque eso es lo que señaló; no lo estoy tergiversando-, significa cambiar la legislación actual para permitir un mayor consumo de la marihuana. De manera que es perfectamente coherente lo que yo indiqué: que aquí hay una mirada distinta para la marihuana que para el tabaco, cuyo consumo se busca reducir.
Voy a votar favorablemente esta iniciativa y, probablemente, mucho de su articulado, pero no voy a favorecer que otras drogas se empiecen a consumir en forma masiva, por las razones que señaló el Senador Orpis.
He dicho.
El señor TUMA (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Pizarro, para un asunto de reglamento.
El señor ROSSI.- Pido la palabra, señor Presidente, porque he sido mencionado.
El señor TUMA (Vicepresidente).- El hecho de que haya sido mencionado, señor Senador, no significa que deba intervenir.