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DESIGNACIÓN DE SEÑOR EDUARDO ABARZÚA CRUZ


El señor CHAHUÁN.- Señora Presidenta, Honorable Sala, parto por consignar que nosotros vamos a apoyar el nombramiento del señor Eduardo Abarzúa Cruz. Es efectivamente una persona que reúne las condiciones y el criterio necesarios.
Mas quiero pronunciarme respecto del asunto de fondo, tal como lo ha expuesto el Senador señor Coloma.
En el debate de la mañana, con motivo de la sesión especial, mi Honorable colega Quintana reflexionó: "¿Por qué no en Salud la retroexcavadora que planteamos en Educación?". Quiero contarle a Su Señoría -no tuve el tiempo necesario para extenderme sobre el particular- que, ¡en un solo día!, 22 jefes de servicio elegidos y designados por la Alta Dirección Pública recibieron el llamado, no de la Ministra ni de la Subsecretaria, sino de la Jefa de Recursos Humanos del Ministerio para anunciarles que ya no se contaba con su concurso y que, por tanto, se les pedía la renuncia. De lo contrario, se iba a prescindir de sus servicios. Es un caso en que no medió ninguna evaluación de desempeño.
Y lo que ocurrió en Salud sucedió en todas y cada una de las reparticiones públicas. En algunas de esas situaciones presentamos recursos de protección. Por ejemplo, la Corte de Apelaciones de Santiago obligó a la reincorporación de diez funcionarios en Bienes Nacionales y aprobó una orden de no innovar hasta que finalmente se resuelva en definitiva. Son personas que también fueron elegidas por la Alta Dirección Pública.
Asimismo hemos presentado recursos en Aysén -estuve allá para tal efecto- y respecto de la Secretaria Regional Ministerial de Educación de Valparaíso. Y vamos a hacer otro tanto en relación con el FOSIS y ciertas reparticiones públicas en determinadas regiones.
Coincido con el Senador señor Quintana en que cuando una Administración llega, cuando se empodera, los cargos de exclusiva confianza obviamente son prescindibles. Pero si se estableció un sistema de Alta Dirección Pública, durante el Gobierno del Presidente Lagos, en virtud de un acuerdo entre el Gobierno y la Oposición -esta fue leal, constructiva y tuvo una mirada de largo plazo-, para restringir los nombramientos discrecionales de la autoridad respecto de ciertas y determinadas funciones públicas, y dar un carácter profesional, de continuidad en la labor, comentarios como los de Su Señoría constituyen un retroceso. Porque, en definitiva, ¿cuál sería el sentido del sistema? Cada concurso demanda 20 millones de pesos. Evitemos llamarlos, entonces, y designemos a dedo, y dejemos de lado el eufemismo de generar un mecanismo como el que nos ocupa.
Entiendo que el Senador señor Quintana le pide al Honorable señor Lagos que me conteste, como colega por la misma Región que represento. No hay problema. Estoy habituado a ello. Así que espero que este último retruque mis razones con todo cariño. Es cuestión de minutos.
El señor LAGOS.- ¡Conmigo hay que oponer argumentos¿!
El señor CHAHUÁN.- A mi juicio, lo que está en juego es la institucionalidad, la generación, de alguna manera, de Administraciones cada vez más profesionales, y que, en definitiva, más allá de los gobiernos de turno, finalmente sea posible darle continuidad a la función pública. A eso aspiramos. Eso pretendemos. Y ojalá sectores como la Democracia Cristiana y los más serios de la coalición de Gobierno efectivamente estén en la parada.
Deseo destacar, además, que la aplanadora ha sido total respecto de los cargos técnicos. Se podría sostener que no solo alcanza a los de confianza. ¡En los servicios de la Región de Valparaíso no ha quedado nadie! En las secretarías regionales ministeriales de Educación barrieron con todo el mundo.
Lo anterior incluye gente del primer Gobierno de la Presidenta Bachelet que dijo que iba a seguir cumpliendo su función técnico-profesional en el Gobierno del Presidente Piñera. Parece que se aplicó la teoría Rincón y finalmente también quedó fuera de su cargo.
Pido, por lo tanto, que seamos capaces de avanzar en una función cada vez más profesional.
He dicho.