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MODIFICACIÓN A LEGISLACIÓN SOBRE EXPENDIO, COMERCIALIZACIÓN Y PRODUCCIÓN DE BEBIDAS ALCOHÓLICAS


La señora ALLENDE (Presidenta).- Corresponde votar en general el proyecto de ley, en segundo trámite constitucional, que establece modificaciones a la legislación sobre expendio, comercialización y producción de bebidas alcohólicas, con informe y nuevo primer informe de la Comisión de Salud.
--Los antecedentes sobre el proyecto (2973-11, 4181-11, 4192-11 y 4379-11) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley:
En segundo trámite, sesión 26ª, en 11 de junio de 2008.
Informes de Comisión:
Salud: sesión 9ª, en 13 de abril de 2011.
Salud (nuevo): sesión 21, en 8 de mayo de 2013.
Discusión:
Sesiones 11ª, en 20 de abril de 2011 (se aplaza su discusión); 30ª, en 12 de junio de 2013 (queda para segunda discusión); 42ª, en 30 de julio de 2013 (el aplazamiento de la votación se retira); 2ª, en 18 de marzo de 2014 (se aplaza la votación).
La señora ALLENDE (Presidenta).- Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor LABBÉ (Secretario General).- Hago presente que, en sesión de 18 de marzo recién pasado, se solicitó el aplazamiento de la votación.
Cabe recordar que la Comisión de Salud discutió el proyecto en general y en particular en virtud del acuerdo adoptado por la Sala con fecha 5 de mayo de 2009.
Se hace presente que el N° 5 del artículo 3° del proyecto es de rango orgánico constitucional, por lo que requiere, para su aprobación, los votos favorables de 21 señores Senadores.
Del mismo modo, cabe recordar que, conforme a un acuerdo adoptado por la Sala con fecha 6 de abril de 2011, el proyecto debe ser considerado en su segundo informe por las Comisiones de Agricultura y de Salud, unidas.

El señor ROSSI.- ¿Me permite, señora Presidenta?
La señora ALLENDE (Presidenta).- Tiene la palabra Su Señoría.
El señor ROSSI.- Señora Presidenta, la verdad es que el presente proyecto de ley se viene tramitando desde hace bastantes años en el Congreso, ha sido ampliamente debatido tanto en la Comisión de Salud como en la de Agricultura y -yo diría- su discusión es muy ad hoc si uno revisa la propuesta de reforma tributaria del Gobierno de la Presidenta Bachelet.
Justamente, se establecen algunos impuestos llamados¿
Hay un poco de bulla en la Sala, señora Presidenta, y se están celebrando muchas reuniones paralelas.
La señora ALLENDE (Presidenta).- Así es, señor Senador.
En todo caso, aprovecho de aclarar lo siguiente.
Este proyecto está con votación aplazada.
Entonces, voy a poner en votación la idea de legislar, y Su Señoría podrá fundamentar su pronunciamiento. Luego se fijará un plazo para formular indicaciones y la iniciativa volverá a las Comisiones respectivas.
En votación la idea de legislar.
--(Durante la votación).
La señora ALLENDE (Presidenta).- Para fundamentar su voto, tiene la palabra el Honorable señor Rossi.
El señor ROSSI.- Señora Presidenta, pienso que este proyecto es importante. Y lo vinculo con los impuestos correctivos toda vez que con el sistema tributario también se busca reducir las externalidades negativas derivadas del consumo de ciertas sustancias; en este caso, de alcohol.
No quiero dar las estadísticas que hemos mostrado, tanto en la Comisión como en la Sala, a propósito de otras iniciativas, sobre la cantidad de muertes ocasionadas por el consumo de alcohol, la morbilidad, los accidentes de tránsito y el ausentismo laboral. La principal causa de este último, con las consiguientes pérdidas económicas para el país, es justamente el consumo de alcohol.
Ahora, el proyecto en debate apunta asimismo al consumo infantil. En efecto, no solo consagra restricciones en cuanto a la publicidad o los puntos de venta, sino que también incorpora un cambio en el currículum educacional con el objeto de fomentar la prevención del consumo de alcohol, que finalmente es la sustancia que más daño provoca a los niños, como lo muestran las distintas estadísticas del SENDA.
Aquí ha habido un debate bien interesante, porque hay muchos intereses en juego -ellos son legítimos- y cada grupo defiende de alguna manera su negocio.
Ahora bien, cuando uno dice que mediante esta iniciativa vamos a prohibir la publicidad en un recinto deportivo tratándose de espectáculos masivos o a los cuales asistan menores, evidentemente toca ciertos intereses. Pero al final del día debe ponerlos todos en la balanza y ver cuál es el más importante. Y nosotros pensamos que el más significativo es evitar que los niños consuman alcohol.
Por tanto, restringir la publicidad en eventos masivos o a los que asistan menores es un objetivo relevante. Y está demostrado que ello sí incide en el consumo.
Lo mismo pasa con la vestimenta futbolística. Por ejemplo, con la clásica polera de Colo-Colo, que lleva el anuncio de Cristal. Sin duda, cuando un niño ve a su ídolo con una camiseta que muestra una marca de cerveza o de cualquier otra bebida alcohólica hace una asociación entre su consumo y ciertas cosas positivas. ¡Es su ídolo el que lleva la marca de una bebida alcohólica!
Por eso el proyecto en discusión establece restricciones. No es algo que se le ocurrió a un parlamentario, sin fundamento científico alguno. ¡Tiene fundamento científico! ¡Está demostrado que medidas de esta naturaleza reducen el consumo de alcohol, particularmente en los menores!
Lo propio sucede al aumentar el precio del alcohol: a mayor precio, menor consumo.
Lo mismo ocurre en el caso del tabaco. Y está demostrado por la OMS.
Después, el proyecto que nos ocupa contempla una serie de restricciones en cuanto a los horarios de publicidad en televisión y radio.
Asimismo, impone la obligación de rotular.
Al respecto se dio un debate en que muchos señalaron que era inconstitucional obligar a rotular las bebidas alcohólicas con una advertencia que indicara el daño que el alcohol ocasiona en el hígado o las consecuencias para el feto en caso de consumirlo una mujer embarazada.
A decir verdad, no nos parece adecuado que con el argumento de que se trata de un derecho de propiedad del que vende la bebida alcohólica se procure evitar la rotulación. De hecho, la Ley Antitabaco obliga claramente a incluir en la cajetilla un rótulo o una imagen donde aparezca una advertencia destinada a evitar el consumo de cigarrillos.
Aquí estamos hablando de una superficie a mi juicio bastante pobre: 15 por ciento del total del etiquetado. Y se establece que las letras del envase deben tener ciertas características, pues quienes venden determinados productos en el mercado tienden a no entregar información suficiente y evitar que la gente tome decisiones adecuadas. Para ello, con ingenio, ponen letras con colores menos llamativos o de menor tamaño, a fin de que las advertencias no se vean.
Por otra parte, este proyecto prohíbe la publicidad de alcohol en carreteras y calles, en actividades deportivas o -como dije- en recintos donde asistan menores.
Asimismo, prohíbe la venta en estaciones de servicio y en los establecimientos emplazados en ese lugar.
En consecuencia, como Sus Señorías ven, la iniciativa en debate conjuga elementos de prevención en el ámbito de la educación -quizás este es el pilar más importante-, pero también impone restricciones con relación a la publicidad y a los puntos de venta.
Espero que podamos aprobar la idea de legislar, para avanzar en la discusión particular y tener una ley que remplace rápidamente a la normativa en vigor, que se halla obsoleta.
La señora ALLENDE (Presidenta).- Señor Senador, se atuvo fielmente a su tiempo; incluso, le sobraron algunos segundos. Así que lo felicito.

A continuación está inscrito el Honorable señor Chahuán, quien en este momento no se encuentra en el Hemiciclo.
Por lo tanto, le ofreceré la palabra¿
El señor CHAHUÁN.- ¡Llegué, señora Presidenta!
La señora ALLENDE (Presidenta).- Tiene la palabra Su Señoría.
El señor CHAHUÁN.- Salí de la Sala justamente para ver si encontraba una botella de vino de exportación. Porque las viñas chilenas que exportan contemplan al dorso del envase determinadas advertencias, según los países a los cuales destinan su producto. En cambio, los vinos distribuidos en Chile carecen de un etiquetado de tal índole.
Señora Presidenta, este proyecto de ley fusionó cuatro mociones (de tres de ellas es coautor el Senador que habla), y su tramitación en el Congreso Nacional ha durado siete años y medio.
Logramos finalmente, luego de que se trabó una litis entre las Comisiones de Salud y de Agricultura de la Cámara de Diputados, llegar a un acuerdo respecto de varias materias. Algunas fueron contempladas en un proyecto distinto. Por ejemplo, la que dice relación con la publicidad de bebidas alcohólicas en espectáculos deportivos, que no estaba dentro de la moción que presenté originalmente.
En la Comisión de Salud del Senado tuvimos la oportunidad de hacer una discusión abierta. Invitamos a todos los actores, incluidos los distribuidores y productores de bebidas alcohólicas, quienes manifestaron su voluntad de avanzar en el sentido que propone esta normativa.
Incluso, con las autoridades salientes del Ministerio de Agricultura acordamos una serie de indicaciones a los efectos de mejorar la redacción de la iniciativa.
Tales indicaciones no han podido debatirse justamente porque no hemos logrado pasar esta valla: la aprobación de la idea de legislar.
Entonces, tenemos varias fórmulas: devolver el proyecto a la Comisión de Salud, con autorización de la Sala para que lo discuta en general y en particular, y ser capaces de debatir esas mejoras; o bien -como ya se había aprobado; y esto lo podrá chequear el señor Secretario de la Corporación-, considerar la alternativa de que avance a las Comisiones unidas de Agricultura y de Salud.
Por eso, simplemente pido tener la posibilidad de introducir al proyecto las mejoras que tienen el acuerdo del Ministerio de Agricultura saliente -será necesario hablar con sus nuevas autoridades-; de los productores y distribuidores de bebidas alcohólicas, y, también, de los miembros de la Comisión.
Repito: lo único que pido es tener la oportunidad procesal de debatir las mejoras que se proponen para este proyecto.
Como señalé anteriormente, tres de las mociones que le dieron origen a esta iniciativa son de mi coautoría, y una, de la entonces Diputada María Angélica Cristi, entre otros miembros de la Cámara Baja.
Ahora, nuestro objetivo básico es establecer etiquetados; fijar una política preventiva en las enseñanzas básica y media -esto fue materia de discusión en sesión anterior y se contempla en la modificación al artículo 39 de la ley Nº 19.925-, y proceder a una mayor regulación para el otorgamiento de las patentes de bebidas alcohólicas.
Finalmente, respecto al merchandising de equipos deportivos, habíamos llegado a un acuerdo en el sentido de prohibirlo solo en artículos destinados a menores, para los efectos de ir facilitando la implementación de la ley en proyecto.
En consecuencia, señora Presidenta, solicito que aprobemos la idea de legislar y autorizar a la Comisión de Salud para que discuta la iniciativa en general y en particular, a fin de traerla mejorada a la Sala, con los perfeccionamientos que en su momento concitaron acuerdo y no fue posible incorporar, o en su defecto -como se había aprobado- enviarla a las Comisiones unidas de Salud y de Agricultura.
He dicho.
La señora ALLENDE (Presidenta).- Tiene la palabra el Senador señor Guillier.


El señor GUILLIER.- Señora Presidenta, por cierto, le daré mi apoyo a este proyecto, pues me parece que está en línea con lo que el mismo Congreso Nacional ha aprobado en materias vinculadas con la regulación del consumo de elementos nocivos para la salud: el tabaco, productos azucarados o ricos en sal, en fin.
Estimo correcto que apostemos no solo a la educación formal, al control de los efectos publicitarios que generan necesidades -lo sabemos-, sino también a que la futura ley dé una clara señal en el sentido de que quiere proteger fundamentalmente a los menores de edad del consumo excesivo de alcohol -incluso, en muchos casos, precipitado-, posibilitando todo lo que tienda a limitar la publicidad.
Por lo tanto, voto que sí.
La señora ALLENDE (Presidenta).- Lo felicito por su capacidad de síntesis, señor Senador. Fundamentó su voto en un tiempo muy preciso.

Tiene la palabra el Honorable señor Coloma.
El señor COLOMA.- ¡Yo no voy a hacer una síntesis¿!
Señora Presidenta, este proyecto lo hemos discutido muchas veces. Imagino que el personal encargado de redactar la Versión Oficial debe tener que repetir los mismos argumentos que hemos dado en otras ocasiones. Incluso, este novel Senado, que ha celebrado solo tres sesiones, ya ha dedicado dos a esta iniciativa.
O sea, en esta materia no hay mucho más que agregar.
Yo simplemente quiero puntualizar, para los efectos del fundamento de mi voto, que tras la enmienda de la legislación sobre expendio, comercialización y producción de bebidas alcohólicas se esconden tres ideas matrices muy distintas, que nada tienen que ver entre sí.
Algunas apuntan en el sentido correcto. Por ejemplo, las normas vinculadas a la educación. Y me parece que ahí el problema radica en que más falta que sobra.
Al respecto, pienso que hay un espacio para mejorar la enseñanza acerca de cuestiones como el expendio y comercialización de bebidas alcohólicas, la cual podría ser mucho más profunda. Creo que ese aspecto está tratado muy a la pasada. Y se trata de un tema en sí mismo, al cual -como ha ocurrido en otras iniciativas- se le da una relevancia especial.
Una segunda línea de normas tiene que ver con las rotulaciones de este tipo de productos, que en general considero bien inspiradas.
Para ser franco, no comparto algunas de las apreciaciones que se han planteado.
El Senador Pizarro apuntó en esa dirección durante una sesión anterior. Y dijo que colocar en el envase que el consumo de alcohol "anula" la capacidad de conducir no es igual que "disminuye", concepto que se utiliza en muchas partes del mundo.
Pero me parece que son normas cuyo sentido está bien inspirado.
Además, hay una tercera línea -es la que más importa, y se halla en juego en esta materia-, vinculada a un conjunto de prohibiciones directas o indirectas en un ámbito muy sensible para una actividad que es lícita.
Porque si alguien me dice que es ilícito que un empresario vitivinícola de la Séptima, Octava o Sexta Regiones produzca alcohol, significa que en todas las campañas que se hacen para vender vino en el extranjero hay un objeto -valga la redundancia- ilícito.
Pues bien, el proyecto en debate prohíbe la publicidad comercial o no comercial vinculada a actividades deportivas.
Y no sé, señora Presidenta, cuál es el sentido de entender que un negocio lícito es capaz de generar otro de tipo ilícito. Eso es tan ridículo como sostener que los chilenos pueden ver los partidos de la Bundesliga, que es patrocinada por Heineken, pero que en nuestro país Cristal no puede auspiciar a Colo-Colo (esto lo digo para efectos bien prácticos y sensibles).
Entonces, desde mi perspectiva, esa lógica nada tiene que ver con una idea matriz que me parezca razonable.
Yo no tengo ningún problema en avanzar en materia educacional; en materia de rotulación, con las prevenciones que he planteado. Pero me parece que, en esta lógica medio chiita de generar un mundo de prohibiciones totales, a este Parlamento se le pasa la mano.
Oí atentamente algunas intervenciones en la sesión pasada. Me decían que esto estaba en la normativa de la OCDE, que hay montón de legislación comparada. Me di la lata de ver si era así. No lo encontré en ninguna parte. Al contrario, en los programas de televisión que uno ve en otros lugares existe una armonía razonable entre una industria lícita y las actividades deportivas.
Incluso, este proyecto avanza mucho más en el merchandising. O sea, a propósito de esta normativa legal, que dice relación con la comercialización de productos, se hace respecto a la libertad de emprender una excepción que a mi juicio no apunta en el sentido correcto.
Fui duramente criticado en la sesión anterior. No sé si lo seré ahora. Pero yo actúo por convicciones.
Y es mi convicción, como Senador, defender intereses regionales -en este caso, la actividad vitivinícola- absolutamente legítimos.
Estoy de acuerdo con las dos primeras ideas matrices, mas no con la tercera. En consecuencia, como se vota en bloque, no aprobaré la idea de legislar en lo que respecta al tercer tema.
He dicho.
La señora ALLENDE (Presidenta).- Tiene la palabra el Senador señor Navarro.


El señor NAVARRO.- Señora Presidenta, tal como lo hemos venido sosteniendo desde el año 2007, cuando ingresó el primer proyecto de ley que buscaba el etiquetado de las bebidas alcohólicas, desde el momento en que exportamos vino -el buen vino chileno- a Canadá, a California, a Europa la legislación internacional nos exige poner en sus envases "El consumo abusivo de este producto puede causar dependencia o daños a la salud". ¡Normativa internacional!
Por cierto, el problema derivado de la ingesta excesiva de alcohol es más grave que el consumo de marihuana; en el caso del alcohol los costos son infinitamente mayores.
Respecto de esta droga blanda se establece una protección social en el sentido de que quien bebe alcohol es alguien que disfruta la vida y no un ser dependiente, un enfermo.
Pues bien: ¿qué sucede cuando pretendemos regular la actividad vinculada con el alcohol, como lo hicimos con el tabaco al obligar a poner en el etiquetado de las cajetillas la advertencia "El tabaco produce cáncer"?
Agricultura, años 2006-2007: "Veamos cuando esté listo el proyecto en Salud".
¡Nueve años pasaron desde el ingreso a la Comisión de Agricultura de un proyecto de mi autoría, el cual quedó a la espera del de la de Salud! ¡Y hoy día una vez más se pide que regrese a Salud, para seguir buscando consensos!
Aquí hemos establecido un mecanismo para atacar la dependencia -lamentablemente masiva- de cientos de miles de adolescentes de nuestro país que a los 12, 14, 17 años encabezan todas las estadísticas de América Latina sobre consumo de alcohol.
Queremos salirle al paso a un flagelo nacional que ocasiona pérdidas por más de tres mil millones de dólares.
En definitiva, no pretendemos prohibir el consumo, sino, al igual como lo hicimos en el caso del tabaco, establecer regulaciones a la venta de alcohol. O sea, respetamos la libertad de quien desea beber.
Ahora, alguien podrá hacerlo y enfermarse. ¿Pero quién paga el costo? El Estado, que debe procurarle tratamiento y hacerse cargo no solo de su salud física, sino asimismo de la mental. Entonces, esa persona se convierte en una carga para la sociedad y en una viga para la familia.
Ligar este debate a los productores de uva, de vino, de pisco significa una visión estrecha, mediocre, desde los puntos de vista de la salud pública y de la defensa de intereses.
Hemos dicho que la recaudación de impuestos por venta de alcohol es infinitamente más baja que el costo que la sociedad debe solventar con motivo de las enfermedades asociadas al consumo.
Entonces, hay una asimetría, señora Presidenta.
Llegamos a un acuerdo con relación al tabaco. Regulamos su consumo. Dentro de pocos días vamos a hacerlo objeto -espero que con el apoyo del Senador Coloma y de muchos otros parlamentarios- de mayores impuestos. Y lo propio sucederá con la ingesta de alcohol. Porque ambas drogas dañan la salud y en la mayoría de los casos el Estado se hace cargo del efecto nocivo que provoca su consumo.
Por eso, esta iniciativa no va al corazón de la actividad económica relacionada con el alcohol: busca regular la ingesta de este por la vía de influir en los consumidores, de advertirlos, de educarlos.
En tal sentido, no cabe más dilación.
Aquí se ha hablado del merchandising.
La verdad es que hacer publicidad en los estadios, donde se promueve el deporte, con una droga blanda no parece ser lo más adecuado.
Algunos podrían plantear la promoción de la marihuana. Porque también se debate en torno a si es droga dura o blanda.
Muchos amigos míos son profesionales exitosos -les ha ido muy bien en la vida; son brillantes- que todavía consumen marihuana: se pegan sus "huiros" los fines de semana. Y, sin duda, terminarán sus días siendo excelentes personas, buenos padres.
Sin embargo, conozco también casos de personas que están en las garras del alcohol, de donde es imposible sacarlas.
Porque, como fenómeno social, la ingesta de alcohol es muy distinta del consumo de marihuana. Y podríamos abrir debate al respecto.
¡Los alcohólicos son enfermos y deben ser tratados como tales!
Corresponde a una política pública incidir en que haya menos consumo de alcohol. Y a eso apunta el etiquetado.
Señora Presidenta, voy a votar a favor. No estoy de acuerdo en que el proyecto vuelva a Comisiones. Creo que debe aprobarse cuanto antes una legislación que regule el etiquetado, mediante el cual se procura advertir sobre los riesgos que tiene el consumo de alcohol en Chile.
¡Patagonia sin represas!
¡Nueva Constitución, ahora!
¡No más AFP!
La señora ALLENDE (Presidenta).- Tiene la palabra la Honorable señora Muñoz.


La señora MUÑOZ.- Señora Presidenta, no voy a entrar en mayores argumentos, pues este debate, como se ha dicho en la Sala, tiene larga data y, por tanto, las Senadoras y los Senadores que nos acabamos de incorporar queremos tal vez entregar una visión ceñida a lo que venía discutiéndose.
De hecho, este proyecto representa un avance notable con respecto a un problema grave existente en nuestro país: la instalación de la cultura alcohólica, que desgraciadamente se ha profundizado, y todo el negocio construido en torno al hábito de consumir alcohol.
Considero de la máxima relevancia las medidas propuestas en el articulado, sobre todo la orientada a instalar en las mallas curriculares de los establecimientos educacionales una campaña destinada a prevenir a nuestros jóvenes sobre lo que significa la ingesta de alcohol.
Yo solo quisiera referirme a una señal confusa que a aquel respecto entrega esta iniciativa: mientras por un lado se hará prevención por la vía curricular en los establecimientos de enseñanza, por otro se va a permitir el consumo de alcohol en ellos, bajo ciertas condiciones, para Fiestas Patrias, para aniversarios, etcétera.
Pienso que, si se va a advertir sobre el daño que ocasiona la ingesta de alcohol, es una señal confusa que, aunque la autorización la dé la dirección del establecimiento pertinente, a solicitud del centro de padres y apoderados, se permita el consumo en tales ocasiones.
Yo eliminaría la posibilidad de consumir alcohol en los establecimientos educacionales, sea cual fuere lo que se esté conmemorando.
Y quiero referirme a otra señal confusa que se da, señora Presidenta -ya tocó el punto el Senador Navarro-, esta vez a las industrias productoras de bebidas alcohólicas.
En la Región de Coquimbo se produce mucho pisco. Y seguramente hay financiamiento de campañas. Entonces, alguna sospecha puede instalarse cuando se ligan los efectos del consumo de alcohol con las actividades industriales y productivas vinculadas a las bebidas alcohólicas.
El encadenamiento que se registra en torno a las empresas productoras de alcohol en la Cuarta Región es de suma importancia: alrededor de 3 mil pequeños agricultores de las provincias de Choapa, de Elqui y de Limarí se hallan encadenados a dicha actividad.
Por consiguiente, una medida regulatoria como la planteada implicará un gran retroceso, en particular para esos pequeños agricultores y en general para una actividad económica muy relevante: es exportadora, ha adquirido prestigio, existe en ella una enorme inversión. Habrá, en definitiva, desconfianza, temores y un retroceso que puede llevar a un desempleo significativo.
Voy a votar en general a favor, señora Presidenta, pero con las observaciones que formulé, pues estimo que puede haber depresión laboral, particularmente en la Región de Coquimbo.
La señora ALLENDE (Presidenta).- Tiene la palabra la Honorable señora Lily Pérez.


La señora PÉREZ (doña Lily).- Señora Presidenta, tienen mucho sentido las observaciones de los colegas Juan Antonio Coloma y Adriana Muñoz.
Como señal del Senado, yo también aprobaré la idea de legislar. Empero, durante la discusión en particular, una vez que el proyecto regrese a las Comisiones respectivas, será muy pertinente hacer los cambios necesarios para evitar que se afecte, por ejemplo, al mercado productor, que es relevante. En muchas regiones -también en la Región Cordillera, de Valparaíso- existen productores de vino que podrían registrar un crecimiento adverso, con la consiguiente baja en la empleabilidad, sobre todo en la que favorece a numerosas mujeres que laboran en el sector.
Está de otro lado lo concerniente a la propaganda que se hace a sabiendas de lo que varios Senadores han expresado acá, en esta Sala: que es contradictorio ver a futbolistas con camisetas donde se publicita una marca de bebida alcohólica. A mí también me resulta un tanto chocante.
Entonces, pienso que es hora de que comencemos a decidirnos por una legislación que vaya en la línea correcta, aunque sea impopular.
En materia de consumo de alcohol, nosotros aprobamos una ley de tolerancia cero que fue muy criticada: a través de los medios de comunicación; por distintos estamentos de la sociedad, en fin. Pero yo estoy convencida de que los legisladores hicimos lo correcto. De hecho, nuestro objetivo era lograr bajar la tasa de accidentes y de muertes provocados por personas que consumían alcohol y manejaban. Y eso se ha ido logrando.
Ahora bien, todas las leyes de este tipo, para que cumplan su propósito, deben tener como factor común la educación y el aprendizaje.
Por eso considero tan significativa la norma de este proyecto que obliga a incluir en las mallas curriculares de los establecimientos educacionales medidas preventivas acerca del consumo de alcohol. Y, sobre el particular, recuerdo que hace un par de años, durante la discusión del proyecto de Ley de Presupuestos, a base de una indicación de mi autoría, sacamos adelante un protocolo de acuerdo vinculado con la incorporación de medidas de aquella índole.
Señora Presidenta, aprobaré en general el proyecto, pero con todas las prevenciones hechas. Porque si bien debemos dar una señal, a la vez tenemos que preocuparnos de que no se afecte ni a los productores de vino -son muy numerosos; se encuentran en muchas regiones, y (por qué no decirlo) constituyen orgullo para nuestro país en el ámbito de las exportaciones-, ni tampoco a los clubes deportivos que viven de la publicidad que hacen a las bebidas alcohólicas.
Entonces, me parece adecuado bajar el consumo de alcohol en nuestro país y prevenir por la vía de la educación.
Apruebo la idea de legislar, con las prevenciones que hice para tenerlas presentes en la discusión particular.
La señora ALLENDE (Presidenta).- Tiene la palabra al Senador señor Espina.


El señor ESPINA.- Señora Presidenta, este proyecto mezcla en muchas de sus normas -perdónenme la expresión- peras con manzanas.
Cuando uno lo estudia se encuentra con disposiciones que apuntan en la dirección correcta. Por ejemplo, la destinada (sin duda, debe perfeccionarse) a mejorar todo lo relacionado con la educación de los niños para evitar que caigan en el consumo abusivo de alcohol, uno de los principales problemas de nuestro país y quizás mayor que el de las drogas.
De otro lado, se regula la venta de alcohol, prohibiéndose clara y categóricamente el expendio a menores de 18 años.
Por otra parte, se eleva a 18 años la edad mínima para ingresar a discotecas, bares o pubs donde se vende alcohol.
O sea, hay un grupo de preceptos que buscan consagrar con mayor nitidez la prohibición de vender alcohol a los menores.
Hago la salvedad de que, además, se faculta a la autoridad para pedir el carné de identidad a todo tipo de personas a los efectos de verificar el cumplimiento de la ley, lo que, como vemos en el proyecto que trataremos a continuación, se prohíbe en el caso de las policías. Pero, según la iniciativa que nos ocupa, los fiscalizadores podrán solicitarle el carné de identidad a quien quieran para verificar el acatamiento a la ley.
Pero ese no es el tema en discusión. Lo que ocurre, señora Presidenta, es que la ley en proyecto contiene normas que, a mi juicio, constituyen un profundo error y, además, son impracticables.
La primera de ellas dispone que en los recintos deportivos no se puede efectuar publicidad a bebidas alcohólicas, sin distinguir -al revés de lo que hace España, por ejemplo- su grado alcohólico.
Yo quiero saber cómo se va a proceder ante la transmisión televisiva de una competencia internacional donde haya publicidad a bebidas alcohólicas: por ejemplo, la final de la Champions League o la de la Copa Libertadores de América.
Aquí se prohíbe publicitar bebidas alcohólicas en todo espectáculo deportivo.
Luego se dispone que en las camisetas de los equipos de cualquier deporte no puede efectuarse publicidad a bebidas alcohólicas.
A nivel mundial, en el fútbol, en el básquetbol y en otras disciplinas deportivas las camisetas lucen los nombres de los principales jugadores en la espalda y, además, llevan la publicidad de la empresa que patrocina al equipo. ¡Pero en Chile no se podrán vender camisetas con esta característica¿!
Una cosa es establecer normas preventivas; otra, consignar disposiciones pedagógicas, y otra, imponer limitaciones similares en cuanto a lo que es factible hacer en televisión.
Nosotros aprobamos ciertas restricciones respecto a la publicidad del tabaco. Uno podría pensar, entonces, en una equivalencia en el caso de las bebidas alcohólicas, particularmente tratándose de las que tienen mayor graduación.
Pienso, en consecuencia, que algunas normas de este proyecto son susceptibles de perfeccionamientos. Pero otras me parecen, derechamente, un profundo error.
Esto es como el chiste sobre el sofá de don Otto. Creer que porque en la transmisión televisiva de la final de la Copa Libertadores de América, por ejemplo, se hará publicidad a bebidas alcohólicas vendidas por los auspiciadores de ese torneo los niños consumirán más alcohol implica eludir la cuestión de fondo, cual es incorporar de una vez por todas en los currículos cursos permanentes de formación para procurar que los alumnos se alejen de ese flagelo.
Señora Presidenta, si este proyecto se aprueba como está, en ningún evento deportivo exhibido en Chile podrá hacerse publicidad a bebidas alcohólicas.
Yo me pregunto qué pasará con las transmisiones nacionales e internacionales del Campeonato Mundial de Fútbol que se realizará dentro de algunos meses y en el cual, probablemente, habrá publicidad a bebidas alcohólicas.
Entonces, sobre la base de que algunas normas de esta iniciativa son perfectibles y otras están profundamente equivocadas, voy a abstenerme, pues si estas perduran, entre otras cosas, se infligirá un daño tremendo a la actividad deportiva de nuestro país.
La señora ALLENDE (Presidenta).- Tiene la palabra al Senador señor Orpis.


El señor ORPIS.- Señora Presidenta, este proyecto, a mi entender, va en la línea correcta, y en los dos ámbitos.
Hoy día, 25 por ciento de la deserción escolar en Chile deriva del abuso en el consumo de alcohol y drogas. Como país, debemos hacernos cargo de esa realidad. Y lo peor es no asumirla.
Por lo tanto, yo celebro -aprobaré la idea de legislar- el enfoque preventivo que tiene la ley en proyecto.
Pero quiero hacer una salvedad.
En el artículo 4° -página 17 del comparado- se dice: "Los planes y programas de estudio y prevención a que se refieren los incisos primero, segundo y final del artículo 39 de la ley N° 19.925, deberán estar en ejecución un año después de la publicación de esta ley.".
La ley antes individualizada, que dispone que en los establecimientos educacionales deben existir aquellos programas, se promulgó el año 2003 y se publicó en 2004. En el inciso final de su artículo 39 se expresa: "Una comisión interministerial, compuesta por representantes de los Ministerios de Educación, de Salud y de Trabajo y Previsión Social, estará encargada de implementar y fomentar programas de prevención del abuso de bebidas alcohólicas", etcétera.
Han pasado diez años. A los Ministerios de Salud, de Educación y del Trabajo y Previsión Social se los responsabilizó de la implementación de los programas pertinentes en los establecimientos educacionales, en empresas, en servicios públicos y en municipalidades.
A mí me gustaría saber qué han hecho durante diez años esos Secretarios de Estado para dar cumplimiento al artículo 39 de la ley N° 19.925. Y quiero pedir el envío de un oficio, señora Presidenta, porque ese cuerpo legal, que se halla vigente, no se ha aplicado para procurar la solución de un problema extremadamente grave para nuestro país.
Ahora, como manifesté, en el artículo 4° se preceptúa que los planes y programas respectivos deberán estar en ejecución un año después de publicada la ley en proyecto. Pero la implementación debió concretarse mucho antes. ¡La ley que la ordenó tiene diez años de vigencia!
Señora Presidenta, sobre la base de la experiencia que en materia de alcohol y drogas hemos tenido en la Corporación La Esperanza y de un proyecto que aprobó este Parlamento, debo advertir que, si en el currículo no se prevén espacios para hacer prevención contra el consumo de drogas y alcohol, lo que se dispone en la materia será letra muerta, tanto más cuanto que se incorpora dentro de objetivos transversales que se van diluyendo.
A los efectos de atacar un problema de tanta envergadura, es indispensable dar dentro del aula espacios para desarrollar programas a ese respecto. De lo contrario, no habrá resultados positivos.
Por consiguiente, las indicaciones que voy a presentar durante la discusión particular irán en aquella línea.
También quiero hacerme cargo del aspecto publicitario, señora Presidenta.
A mi entender, el efecto imitativo existe.
Por ejemplo, cuando en un estadio u otro recinto los principales líderes deportivos publicitan bebidas alcohólicas en sus camisetas, la señal es en el sentido de que su consumo resulta inocuo, no tiene repercusiones, es neutro. En definitiva, ese efecto neutro es imitativo. Porque, a la larga, se dice: "Consumir alcohol no es tan grave. Abusar de su ingesta no es demasiado peligroso".
Entonces, el efecto imitativo tiene lugar. Por lo tanto, debe discutirse a fondo el punto. No hay que limitarse al financiamiento de los espectáculos deportivos.
Yo recuerdo que años atrás la Fórmula 1 hacía publicidad a cigarrillos. Pero eso ya no existe. Empresas que venden otros productos financiarán el deporte, actividad sin duda importante.
En mi concepto, es contradictorio promover el consumo de bebidas alcohólicas valiéndose del deporte, actividad que en sí misma propende a la vida saludable.
Por lo tanto, en la línea gruesa de este proyecto, estimo que los dos ámbitos son importantes, tanto el publicitario como el preventivo, pero seguramente es preciso efectuar correcciones en relación con ambos durante la discusión particular.
Votaré que sí.
La señora ALLENDE (Presidenta).- La Mesa tiene presente la petición de oficio formulada por Su Señoría.
Los Senadores señora Pérez y señores Prokurica, García-Huidobro, Letelier y Harboe desean adherir a ella.
Si le parece a la Sala, se mandará el oficio en los términos solicitados.
--Así se acuerda.
La señora ALLENDE (Presidenta).- Tiene la palabra el Honorable señor Letelier.


El señor LETELIER.- Señora Presidenta, estimados colegas, deseo comenzar mi reflexión por la referencia que un señor Senador de las bancas de enfrente hizo hace un momento a los campeonatos en Europa, a la publicidad.
Antes de entrar en ese tipo de discusión, la pregunta es si existe voluntad política para restringir la publicidad en el alcohol.
En lo personal, soy colocolino por razones de familia. Es algo casi hereditario. A los jugadores del equipo de la Región que represento y al que sigo, O'Higgins, les conozco el nombre; pero el grupo familiar a veces lo matricula o inscribe a uno de joven en un club. Ese es mi caso, en relación con Colo Colo. Y debo manifestar que una de las cosas que me molestan es que la camiseta exhiba la publicidad de un fabricante de bebidas alcohólicas. Creo que es una contradicción.
Años atrás escuché una advertencia en la Cámara de Diputados: "Si se dispone una restricción, ¡pobre Colo-Colo!". ¡Las huifas¿! ¡Van a llegar diez o treinta empresas interesadas en el contrato!
Por lo tanto, juzgo que esa clase de aproximación al debate no es correcta.
¿Qué vamos a hacer si restringimos la publicidad en televisión o en los estadios? Simplemente pondremos a esos recintos en la realidad de Chile. Y se resolverá la cuestión planteada por un señor Senador que me antecedió en el uso de la palabra.
Lo que me inquieta es que no seamos capaces, como institución, de comprender que el consumo de alcohol resulta problemático. La libertad de iniciativa económica y de fabricar productos de esa índole se contrapone con los impactos del consumo en nuestra sociedad.
¡Para qué hablar de lo que ocurre con los jóvenes que recurren al destilado! Es algo serio. La cantidad de los que mueren cada fin de semana es dramática.
Con mi Honorable colega García-Huidobro representamos la Región donde se producen, a nuestro juicio -no al de un señor Senador por Maule-, los mejores vinos de Chile. Algunos dirán que se trata de otros, pero de los tintos no cabe duda. Y entendemos que el apoyo a esa industria no es contradictorio con que ella asuma algún tipo de avisaje en el sentido de que el consumo en exceso es negativo.
A mí no me gusta la forma como el proyecto propone lo anterior, especificándose hasta el tamaño de la letra. Pienso que la regulación se puede hacer de otro modo. Mas sí me parece adecuado que se verifique una advertencia. La industria de la cerveza la realiza hace tiempo, habiendo comenzado un autocontrol por iniciativa propia.
En atención al objetivo que se persigue, a las ideas matrices, no al texto, y en el entendido de que se debe efectuar un perfeccionamiento, voy a votar a favor.
Considero, sí, que cuando se reglamenta en exceso el tamaño de la letra -repito- en el aviso, el espacio que ha de ocupar en una botella, se comete un error, por lo menos en la forma como aquí se determina.
Creo que sería muy conveniente ver si, tratándose del tabaco, la publicidad negativa para el consumo -no el que exista la advertencia- ha resultado útil y provocado más impacto en reducirlo que los impuestos y el alza del precio, o si ha sido más eficaz la restricción de la publicidad y del lugar donde se puede fumar.
No estoy en contra de que las personas libremente decidan adoptar dicho hábito. Por cierto, tampoco estoy en contra del consumo de mostos. Comprendo que es una industria que aporta al país. Pero también me parece que limitar la publicidad es una señal de civilización, en verdad, que tenemos que aprender a dar.
Y en las actividades deportivas¿
La señora ALLENDE (Presidenta).- Se agotó su tiempo, pero puede terminar la idea, señor Senador.
El señor LETELIER.- Estimo que deberíamos llegar a un consenso básico en relación con las actividades deportivas: ni la comida chatarra ni la que exhibe exceso de azúcar ni el alcohol deberían asociarse a acciones que tienen que ver con otro propósito, que es una vida sana.
A mi juicio, el programa Elige Vivir Sano, independientemente de cuándo se generó, persigue una finalidad muy positiva: enseñarnos a cambiar nuestros hábitos.
Reitero que voy a votar a favor. Mantengo mis reservas sobre el artículo 1°, en particular acerca del etiquetado -no respecto de poner la advertencia, sino de cómo-, pero comprendiendo que se efectúa un avance.
He dicho.
La señora ALLENDE (Presidenta).- Puede intervenir el Honorable señor Harboe.


El señor HARBOE.- Señora Presidenta, como es obvio, la discusión de un nuevo proyecto de ley destinado a reglar la publicidad en materia de productos alcohólicos obedece a que lamentablemente no hemos sido capaces de crear la cultura del consumo responsable. Cuando se demanda al legislador la regulación por medio de una norma legal es porque la autorregulación no ha funcionado o la realidad no se adecua, por desgracia, con el modelo de sociedad que queremos promover.
Las cifras dan cuenta de que Chile registra un flagelo de exceso en el consumo de alcohol, con consecuencias sociales.
La Organización Mundial de la Salud señala que el 3,8 por ciento de las muertes en el mundo durante 2012 se asociaron a algún grado de consumo de alcohol o a accidentes vinculados con el producto. El 9,7 por ciento de las ocurridas en nuestro país en 2004 presentaron la misma característica.
La entidad expresa que el 6,7 por ciento de los hombres sufre algún tipo de trastorno de dependencia o psicosis alcohólicas.
La Organización Panamericana de la Salud expone que entre 2007 y 2009 tuvieron lugar 79 mil 456 muertes en accidentes en los que el alcohol fue la causa relevante, 2 mil 67 de ellas en nuestro país.
En Chile, durante 2012, hubo 3 mil 678 accidentes de esa índole, con 148 fallecidos y 632 lesionados graves.
La Comisión Nacional de Seguridad de Tránsito ha dado a conocer que en la Región de Biobío se verificaron 641 accidentes de tal naturaleza, con 33 fallecidos, en 2012.
Cuando el Congreso Nacional despachó la denominada "Ley de Tolerancia Cero", aquellos en los cuales el consumo de alcohol juega un rol determinante bajaron considerablemente.
¿Hemos logrado crear una cultura de ingestión responsable? No. Lo que ha sucedido es que, por temor a una sanción, se ha obviado el consumo de alcohol. En consecuencia, tenemos que empezar a ver qué tipo de regulación, aparte de la sancionatoria, es la que se requiere para conseguir ese primer efecto.
El proyecto efectivamente contiene normas positivas, como la inclusión, en las mallas curriculares, de elementos de educación para establecer los riesgos en el consumo de alcohol y de drogas. Ello no debiera ser materia de debate. El Ministro de Educación, en el proceso de reforma en este ámbito, debiera incorporar clases respecto de la prevención en el consumo de alcohol y de drogas, flagelos que afectan a nuestros niños y cada vez más a jóvenes.
Cabe observar que la iniciativa, dentro de sus ideas matrices, tiene por objetivo establecer una regulación en la publicidad. Veamos la relación entre esta última y el consumo. La Academia Americana de Pediatría, en un estudio dado a conocer en 2001, informó que el 56 por ciento de los jóvenes de 5° a 12° grado escolar reconocían la influencia de la publicidad en el consumo de bebidas alcohólicas. Se transforma en una necesidad, por lo tanto, el establecimiento de mecanismos en la materia.
Ahora bien, creo que el proyecto avanza en la línea correcta, en el sentido de determinar ciertas regulaciones al respecto, pero adolece, a mi juicio -y ello será objeto del debate en particular-, de defectos bastante negativos.
Por de pronto, no sé qué tuvieron en vista los autores de la moción al determinar que la publicidad televisiva ha de ser desde las 23 en adelante, cuando se ha dispuesto, a través de un mecanismo de autorregulación, que a partir de las 22 los canales están facultados para transmitir programas dirigidos a personas de más de 18 años, o sea, mayores de edad, de acuerdo con el Código Civil. No observo, entonces, una relación apropiada.
Tampoco la observo en la cantidad de ideas matrices, porque he logrado identificar al menos cinco: regular la publicidad que incentiva el consumo de alcohol; revertir el consumo en los menores de edad; incorporar en el envase y la publicidad leyendas que adviertan sobre los efectos; estimular el cumplimiento de las normas de la ley N° 19.925, y facilitar la fiscalización.
En consecuencia, mi percepción es que al proyecto le debemos introducir perfeccionamientos si queremos conformar un mecanismo regulatorio que incentive la creación de una cultura de consumo responsable.
No me parece que restricciones que no dicen relación con el respeto a la industria vitivinícola y su productividad sean adecuadas. En el Senado se requiere equilibrar nuestra legítima aspiración¿
La señora ALLENDE (Presidenta).- Puede concluir la idea, Su Señoría.
El señor HARBOE.-¿ de crear una cultura responsable en el consumo de alcohol con la promoción de los encadenamientos productivos.
Por eso, voy a votar a favor de la idea de legislar, pero presentaré indicaciones en la discusión particular.
He dicho.
La señora ALLENDE (Presidenta).- Tiene la palabra el Honorable señor Girardi.


El señor GIRARDI.- Señora Presidenta, deseo valorar el proyecto y el rol del Senador señor Chahuán, porque creo que Chile tiene que dar un salto adelante.
En muchas áreas vivimos un retraso bastante dramático. Una parte muy importante del programa de la Presidenta Bachelet implica volver a la Revolución Francesa. Es decir, el restablecimiento, en una sociedad como la nuestra, de la educación y la salud como un derecho dice relación con una conquista que en los países desarrollados existe desde el siglo XVIII, y en gran parte de los demás, desde los inicios del siglo XIX.
Cuando se trata del alcoholismo, del tabaco, de la comida chatarra, estimo que hoy día existe un pensamiento universal, un consenso, en orden a que son males que la sociedad tiene que enfrentar.
Juzgo que hay categorías distintas, sí, en esos casos. Me parece que toda cantidad de tabaco daña la salud. El derecho a fumar es inalienable, pero el producto no tiene una dosis de umbral y cada cual sabrá si se expone o no a hacer un cáncer, un enfisema, un infarto, un accidente vascular. Lo que nosotros hemos cuestionado es la publicidad engañosa y el hecho de dirigirla a los niños a fin de reemplazar a los fumadores que en el planeta se están perdiendo por una toma de conciencia civilizadora. Y a quienes queremos defender es a los afectados en forma pasiva, obligados a asumir su condición como consecuencia de los fumadores y de la práctica de su hábito en lugares inapropiados.
La situación de la comida chatarra también es distinta, porque ella no debiera existir. Es alta en sal, grasa y azúcar, y termina por llevar a que las primeras causas de muerte en países como los nuestros y los desarrollados se encuentren en enfermedades crónicas no transmisibles que tienen que ver con una dieta inadecuada y la falta de actividad física.
Hoy día se registra -repito- un consenso universal en relación con el problema. El logro de estos objetivos constituye un bien social.
Hago una diferencia con el alcohol, porque este, en dosis normales, razonables, no presenta ninguna dificultad, y con el proyecto de ley buscamos regular el consumo excesivo y la situación de los niños.
Por lo tanto, quiero centrar el esfuerzo de la iniciativa justamente en los asuntos más complejos, ligados a la publicidad y a su rol actual.
A mí me preocupa la "moda" -es algo que se construye desde las políticas de publicidad- de que los jóvenes enfrenten problemas de alcoholismo ya desde los 12 años.
¿Y por qué pongo esta atención en la publicidad? Porque vivimos en una sociedad en la que el consumo está asociado a la libertad. Hoy día, la libertad se entiende como una posibilidad de las personas y el derecho y la capacidad de consumir.
El consumo y la publicidad tienen que ver con el estatus. Los individuos son en cuanto pueden consumir, y ello establece un estatus social, económico. Pero lo más grave es que ambos factores se han transformado en las nuevas catedrales espirituales y tienden a reemplazar los valores. Y las modas, la adhesión a las marcas o los sentidos de pertenencia finalmente importan gratificaciones frente a la soledad, a la ansiedad. Los malls y las discotecas, entonces, devienen en centros espirituales, en las verdaderas catedrales del siglo XXI y en medios para resolver los problemas.
Por eso es que la publicidad puede resultar tan perniciosa. Tenemos un modelo económico que se sustenta en ella para estimular el consumo, el cual se concreta a través del endeudamiento, y se desarrolla todo un ciclo de cómo vive la sociedad en el siglo XXI.
Pero nosotros, en este contexto, no estamos en una campaña contra el alcohol: estamos en una campaña contra el beber excesivo y el reclutamiento, para estas lógicas de consumo, de niños en cualquier lugar del planeta. ¿Por qué? Porque evidentemente es pernicioso que un niño consuma alcohol, en la medida en que carece del criterio suficiente para poder distinguir la publicidad engañosa, que siempre asocia el producto al éxito, al liderazgo, a la salud, al deporte. Y, por eso, tenemos que erradicar la posibilidad -le pido un minuto para terminar, señora Presidenta- de que un pequeño efectúe una vinculación indebida entre el alcohol y la salud, relación que no es cierta.
Los que afirman aquí que puede existir una asociación entre alcohol y deporte están defendiendo la publicidad engañosa. Lo mismo dice relación con el tabaco y con la comida chatarra. Porque, como obviamente hay un cuestionamiento al consumo de alcohol, de tabaco o de comida chatarra por los niños, el cual es generado por la publicidad, lo que hace esta última es bloquear y blanquear los males y las externalidades. ¿Cómo? Por la vía de asociar esos productos a cosas saludables, por ejemplo, y a la más saludable de todas, que es el deporte. A ello obedece el que se objete la regulación de la publicidad y del uso del deporte para engañar a los niños.
He dicho.
La señora ALLENDE (Presidenta).- Puede intervenir el Senador señor Ossandón.


El señor OSSANDÓN.- Señora Presidenta, seré muy breve.
Voy a votar a favor de la idea de legislar, porque me parece que es preciso tratar la cuestión del alcoholismo, pero me gustaría consignar un par de cosas.
Ojalá se acompañaran en la nueva etapa un par de datos más duros, como el de cuánto ha aumentado el alcoholismo en los jóvenes por la propaganda en el deporte.
No creo que influya mucho el que afecte o no la situación de una industria. No podemos poner la salud de las personas sobre los intereses económicos.
Pero me parece que debiéramos apuntar, aprovechando que va a haber una reforma, a un perfeccionamiento en la educación, porque la verdadera manera de prevenir el alcoholismo se encuentra en ese ámbito y en la familia. Resultaría deseable la existencia de normas que incentivaran este último objetivo en el núcleo familiar y ayudasen a lograrlo.
Por lo tanto, me pronunciaré por la aprobación, mas estimo que el proyecto necesita bastante perfeccionamiento, porque algunas normas generan muchas dudas de integración, como la relativa a actividades en las cuales un padre o una madre asistan a algún lugar con un menor de edad y se apliquen ciertas restricciones.
He dicho.
La señora ALLENDE (Presidenta).- Tiene la palabra el Senador señor Allamand.


El señor ALLAMAND.- Señora Presidenta, solo haré un par de comentarios en relación con este proyecto, en consonancia con lo que ya se ha indicado en la Sala.
También voy a votar a favor de la idea de legislar, fundamentalmente porque creo importante que el país asuma el grave problema que tenemos en esta materia, en particular entre los jóvenes.
Como aquí se ha señalado, hay ciertas normas que apuntan en la dirección correcta y que cualquiera podría calificar como absolutamente inobjetables. ¿Quién podría estar en contra, por ejemplo, de que se establezcan en los currículos, tanto de enseñanza básica como de enseñanza media, grados mucho más altos de información, de pedagogía, en cuanto al daño que genera el consumo excesivo de alcohol?
En las antípodas están las normas sobre publicidad deportiva, que yo francamente considero inadecuadas. Y creo que los argumentos mencionados acá en términos de su inconveniencia son lo suficientemente sólidos.
Hay otras normas que ameritarían un análisis técnico y un debate quizás mayor. Es el caso de aquella que prohíbe el expendio de bebidas alcohólicas en las estaciones de servicio.
En algunos países desarrollados -estoy pensando, derechamente, en Estados Unidos-, la restricción a la venta de alcohol es bastante alta. En ese país no se puede consumir algunos tipos de alcohol y no se puede comprar en determinados lugares. Efectivamente, en muchos Estados hay tiendas especiales -las llamadas "liquor stores"- donde específicamente se pueden adquirir estos productos. En otras partes ello no es posible. Y además hay restricciones desde el punto de vista horario.
En consecuencia, creo que existe un espacio importante para perfeccionar las normas del proyecto. Algunas están bien orientadas; otras están, desde mi perspectiva, equivocadas, y hay otras que, en términos de las experiencias comparadas, podrían contribuir a lograr una mejor legislación en nuestro país, sobre la base de que sí debemos enfrentar los problemas de alcoholismo a nivel general y, particularmente, su impacto entre los jóvenes.
Muchas gracias.
La señora ALLENDE (Presidenta).- Tiene la palabra la Senadora señora Goic.


La señora GOIC.- Señora Presidenta, mi intervención tiene por objeto, básicamente, respaldar la idea de legislar en esta materia.
Me parece que todos los argumentos que se han entregado apuntan en esa línea. Todos reconocemos y compartimos el diagnóstico del problema que se genera con el consumo abusivo de alcohol; de cómo cada vez esto se da en las etapas más tempranas del desarrollo de los niños y niñas, y de que tenemos que hacernos cargo, como sociedad, de todos sus efectos, de todo el impacto que tiene a nivel personal, social, familiar, en términos de salud.
Es evidente que aquí se requiere la discusión particular. Hay normas que, efectivamente, pueden ser perfectibles. Las cuatro mociones que se juntaron -en una de las cuales incluso participé yo, desde la Cámara de Diputados- han sufrido cambios y creo que es necesario revisarlas.
Coincido, por ejemplo, con lo que planteaba la Senadora Muñoz. Es contradictorio que hablemos de mejorar el currículo en la escuela, pero que permitamos, excepcionalmente, que en cierta fiesta se pueda consumir alcohol al interior del establecimiento educacional. Me acuerdo de que en mi región decidimos que en los actos públicos no se brindaría con vino. Si había que dar el ejemplo, teníamos que partir por casa. Y podría citar otros casos, varios de los cuales ya se han planteado aquí, en la Sala.
Asimismo, deseo hacer una reflexión más global. Uno piensa: sería estupendo terminar por ley con el consumo abusivo de alcohol. Ojalá fuera tan fácil. O que por ley terminara la violencia intrafamiliar o la violencia contra la mujer. Desgraciadamente, no es así. Porque lo que tenemos por delante es el desafío de cambiar hábitos. Y eso, en mi opinión, requiere un esfuerzo especial.
De ahí que sea tan importante no solo incluir la información, o la incorporación del tema en los currículos en el nivel escolar, desde los primeros ciclos, sino también discutir el efecto de la publicidad. Todos conocemos las formas en que esta va instalando mensajes y sabemos que muchas veces los niños no tienen capacidad para filtrar: en la televisión, en los juegos, en la red.
Y, a pesar de que sea una discusión difícil de abordar, en términos de hasta qué punto regular o cómo fiscalizar, por las aprensiones que se han planteado acá, creo que es un debate al cual no le podemos hacer el quite, pues ahí está el centro de cómo, a partir de una ley, podemos ser capaces de generar hábitos que son necesarios para cuidar la salud y el desarrollo, sobre todo de nuestros niños.
Así que, señora Presidenta, respaldo la idea de legislar.

La señora ALLENDE (Presidenta).- Señor Secretario.
El señor LABBÉ (Secretario General).- ¿Algún señor Senador no ha emitido su voto?
El señor GARCÍA-HUIDOBRO.- ¿Me permite, señora Presidenta?
La señora ALLENDE (Presidenta).- ¿Desea intervenir, señor Senador?
El señor GARCÍA-HUIDOBRO.- No, solo plantear una cuestión reglamentaria.
Yo votaría a favor del proyecto, señora Presidenta, pero, conforme al artículo 8° del Reglamento, estoy inhabilitado para ello.
Gracias.
La señora ALLENDE (Presidenta).- Ha pedido la palabra el Senador señor García.


El señor GARCÍA.- Gracias, señora Presidenta.
Voy a aprobar la idea de legislar, pero, tal como lo han manifestado varias señoras y señores Senadores en sus intervenciones, esta iniciativa necesita que en su discusión particular midamos las consecuencias de lo que pueden significar algunas de las normas que se proponen.
Yo estaba leyendo, por ejemplo, que se pretende prohibir la publicidad de bebidas alcohólicas en calles y carreteras. Y me pregunto si toda la propaganda que existe en el camino Valparaíso-Santiago, a ambos costados de la vía, en relación con los nombres de viñas, de distintas cepas y calidad de vinos, constituye promoción o publicidad. Más de alguien podría interpretar que sí lo es.
Sin embargo, en torno a esa zona, igual que como ocurre en otros lugares del país -la Senadora Adriana Muñoz relataba lo que pasa en su región con los miles de campesinos que participan de la actividad de producción de pisco-, se genera una actividad económica sumamente importante. Son millares los empleos.
En mi opinión, nosotros tenemos que poner el acento en el consumo responsable, en todo lo que signifique prevenir. Porque, digamos las cosas como son, beber un vaso de vino de manera prudente, de manera responsable, no tiene por qué ser delito. Tengo entendido que el vino, por lo demás, está considerado, para todos los efectos, como alimento.
Por eso, creo que aquí lo razonable es aprobar la idea de legislar, pero midiendo, en la discusión particular, las consecuencias que ello puede significar.
Pienso que la intención es muy buena. Sin embargo, tenemos que procurar que no se destruyan industrias que están exportando, que dan abundante empleo, que generan mucha actividad económica.
Gracias.
La señora ALLENDE (Presidenta).- Señor Secretario, ahora sí.
El señor LABBÉ (Secretario General).- ¿Algún señor Senador no ha emitido su voto?
La señora ALLENDE (Presidenta).- Terminada la votación.
--Se aprueba en general el proyecto (30 votos a favor y 4 abstenciones), dejándose constancia de que se cumple el quórum constitucional exigido, y se fija plazo para presentar indicaciones hasta el 5 de mayo de 2014.
Votaron por la afirmativa las señoras Allende, Goic, Muñoz y Pérez (doña Lily) y los señores Allamand, Araya, Bianchi, Chahuán, De Urresti, Espina, García, Girardi, Guillier, Harboe, Horvath, Lagos, Larraín, Letelier, Montes, Moreira, Navarro, Orpis, Ossandón, Pizarro, Prokurica, Quinteros, Rossi, Tuma, Walker (don Patricio) y Zaldívar (don Andrés).
Se abstuvieron las señoras Van Rysselberghe y Von Baer y los señores Coloma y Pérez Varela.
La señora ALLENDE (Presidenta).- Recuerdo que el proyecto será visto en su segundo informe por las Comisiones de Agricultura y de Salud, unidas.