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CONCESIÓN DE NACIONALIDAD CHILENA, POR ESPECIAL GRACIA, A DON LUIS ORTIGOZA MARCHISIO


La señora ALLENDE (Presidenta).- Conforme a lo recién acordado, corresponde ocuparse en el proyecto de ley, en segundo trámite constitucional, que concede, por especial gracia, la nacionalidad chilena al artista bailarín don Luis Ortigoza Marchisio, con informe de la Comisión de Derechos Humanos, Nacionalidad y Ciudadanía.
--Los antecedentes sobre el proyecto (9123-17) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley:
En segundo trámite, sesión 72ª, en 26 de noviembre de 2013.
Informe de Comisión:
Derechos Humanos, Nacionalidad y Ciudadanía: sesión 87ª, en 21 de enero de 2014.
La señora ALLENDE (Presidenta).- El proyecto es bastante sencillo. Le pediría a la Senadora señora Lily Pérez que hiciera un informe oral, omitiendo por ahora, si le pareciera a la Sala, el hecho de no disponer del documento escrito.
Si no hay objeción, tiene la palabra Su Señoría.


La señora PÉREZ (doña Lily).- Gracias, señora Presidenta.
Quisiera aprovechar la oportunidad de saludarla y felicitarla nuevamente. Es un orgullo contar por primera vez en este Senado con una Presidenta mujer en este cargo, así que felicitaciones. ¡Muchas felicitaciones desde Amplitud!
También deseo agradecer a la bancada de la UDI por su invitación a integrar dicho Comité, en mi calidad de Senadora independiente, para poder mantenerme en las Comisiones en las que me he desempeñado estos últimos años. En la de Derechos Humanos he trabajado muy duro y he presentado proyectos que están en pleno desarrollo o que ya son leyes.
Por tanto, mis agradecimientos a la Unión Demócrata Independiente.
Dicho eso, paso a informar, de manera muy breve, el proyecto mencionado por la señora Presidenta.
La Comisión de Derechos Humanos, que hasta marzo funcionó bajo la presidencia del Honorable señor Orpis, estudió dicha iniciativa, que busca conceder la nacionalidad chilena, por especial gracia, al artista y bailarín de origen argentino don Luis Ortigoza Marchisio.
El señor Ortigoza forma parte del Ballet de Santiago del Teatro Municipal y, cada vez que realiza una presentación, dice representar a Chile. Él ha entregado grandes, no triunfos: alegrías y satisfacciones -eso es- a nuestro país desde el punto de vista cultural, pues siempre señala que se siente muy orgulloso de representar a Chile en toda muestra de ballet que se efectúa.
Además, él es hombre, y sabemos que hasta el día de hoy son escasos los bailarines de género masculino que integran el Ballet del Teatro Municipal de Santiago.
Por lo tanto, posee todas las características de alguien que se ha ganado, con su propio mérito, esfuerzo y trabajo, en el ámbito de la cultura, el poder representar bien a nuestro país.
La votación de los integrantes de la Comisión de Derechos Humanos (el Senador Juan Pablo Letelier formó parte de ella antes), señores Mariano Ruiz-Esquide, Jaime Orpis -que la presidía- y quien les habla, fue unánime en orden a conceder la nacionalidad chilena por gracia al señor Ortigoza.
El señor WALKER (don Ignacio).- "Si le parece".
El señor CHAHUÁN.- "Si le parece", señora Presidenta.
La señora ALLENDE (Presidenta).- No hay nadie inscrito, de modo que¿
Se acaba de inscribir el Senador señor Letelier, a quien le cedo el uso de la palabra.


El señor LETELIER.- Señora Presidenta, tiendo a ser, como algunos saben, más liberal que otros en estos debates donde se busca entregar la nacionalidad chilena por especial gracia.
Con relación a este tema, nosotros nunca nos hemos puesto de acuerdo, como Senado, en términos históricos -este es el primer proyecto sobre la materia que discute la Corporación con su nueva integración-, en definir la existencia de ciertos criterios.
¿Cuál sería el criterio para conceder la nacionalidad por especial gracia: la actividad que desarrolla la persona; la persistencia en el tiempo de un aporte a la sociedad? Lo pregunto no porque me esté fijando en la edad de las personas que se postulan para obtener el beneficio. No obstante, se trata de entregar la nacionalidad por gracia en un país que otorga todos los derechos a quienes se avecindan en su territorio: se les da cédula de identidad; obtienen la residencia, que es muy simple para quienes vienen a quedarse en Chile; pueden participar en nuestros procesos electorales cuando han permanecido aquí cierto tiempo.
El otorgamiento de la nacionalidad chilena por gracia, por tanto, debería tener un sentido adicional.
El ex Senador Silva Cimma cuestionó en su momento la facilidad con la cual se entregaba a los religiosos. La pregunta, desde el punto de vista de él, que más bien era agnóstico, era: "¿Qué aporte me hace a mí, como chileno, una persona religiosa, que con su deber no más cumple, que solo hace su pega? ¿Se le debería dar la nacionalidad únicamente por eso?". Se supone que tendría que ser por más que realizar simplemente su actividad.
Y creo que en esta oportunidad viene al caso recordar esa reflexión.
A mí me encantan las artes y la diversidad que estas ofrecen, pero no me llama la atención que haya un hombre bailarín. Solamente quienes evidencian falta de amplitud de criterio podrían discutir al respecto, pues el baile es algo inherente a nuestra especie, desde siempre, y se ha manifestado en diferentes formas o formatos. ¡No todos son tan versados en este ámbito como nuestro colega Ricardo Lagos, quien ha dado sus primeros pasos en las tablas y ha avanzado mucho¿!
El punto de fondo, señora Presidenta, dice relación con si la entrega de la nacionalidad chilena por especial gracia tiene un alcance que va más allá. Por ello, les pido a quienes apoyan la iniciativa que entreguen algunos antecedentes adicionales. El informe es bastante escueto. No tengo nada en contra de la persona propuesta. Sin embargo, no fui uno de los que votaron a favor en la Comisión.
En lo que a mí concierne, creo que debemos tener criterios un poquito más amplios. Y lo digo yo, que soy más bien liberal en este asunto, porque soy de los que piensan que la nacionalidad, en este mundo globalizado, ha perdido el valor que tenía en épocas pretéritas.
Por eso, señora Presidenta, me parece que, antes de pasar a votar, sería útil que nos explicaran si en la actualidad basta con ser primer bailarín de un ballet, con hacer la pega, con efectuar un tremendo aporte a la cultura; si eso es suficiente para entregar a alguien la nacionalidad chilena por gracia, o si el criterio será esperar el desarrollo de una trayectoria de vida.
Lo planteo como interrogante antes de que el proyecto sea sometido a votación, señora Presidenta.
La señora ALLENDE (Presidenta).- Tiene la palabra el Senador señor Orpis.


El señor ORPIS.- Señora Presidenta, Honorable Senado, comparto que en el tema del otorgamiento de la nacionalidad chilena por gracia el Senado no ha fijado un criterio específico. Por lo mismo, existen mayores espacios de flexibilidad y libertad para adoptar una decisión en este plano.
Uno de los criterios que muchas veces se han discutido es que, junto con el aporte que realice un extranjero, se debería exigir un determinado tiempo de permanencia en el territorio para los efectos de constatar y consolidar el vínculo.
En mi concepto, lo más importante para otorgar la nacionalidad por gracia es el aporte real que una persona haya efectuado al país y el compromiso que esta haya adquirido con Chile. Y, analizados los antecedentes y considerando los nombres de quienes respaldan la solicitud -aprobada en forma unánime por la Cámara de Diputados-, concuerdo plenamente en que el candidato es acreedor a la nacionalidad por gracia.
Para los efectos del debate, me gustaría mencionar a algunas de las personas que apoyan la postulación de Luis Ortigoza, primer bailarín del Ballet del Teatro Municipal de Santiago. Son: doña Marcia Haydee y doña Luz Lorca, Directora y Subdirectora, respectivamente, de dicha agrupación; don José Luis Domínguez, Director de la Orquesta del Teatro Municipal; don Andrés Rodríguez, Director del Teatro Municipal; doña Carmen Gloria Larenas, periodista crítica de arte; don Javier Ibacache, Director del GAM y periodista; doña Marietta Santi, crítica de arte, entre otras. Son personas cuya seriedad en las actividades que realizan no puede ser puesta en duda.
De ahí que el proyecto haya sido despachado relativamente rápido por nuestra Comisión de Derechos Humanos, Nacionalidad y Ciudadanía, porque es indudable que Luis Ortigoza ha realizado un gran aporte a la cultura de nuestro país. Así lo avalan quienes respaldan la solicitud y, por consiguiente, solicitamos a la Sala acceda al otorgamiento de la nacionalidad chilena por especial gracia respecto de este artista.
He dicho.
La señora ALLENDE (Presidenta).- Tiene la palabra el Senador señor Chahuán.


El señor CHAHUÁN.- Señora Presidenta, el proyecto que busca conceder por especial gracia la nacionalidad chilena al bailarín Luis Ortigoza Marchisio fue ampliamente respaldado por la Comisión de Derechos Humanos, sobre todo por la larga trayectoria que él ha desarrollado en nuestro país.
Quiero recordar que se trata del Primer Bailarín Estrella del Ballet de Santiago del Teatro Municipal. Ha dedicado 25 años de su vida a esa compañía, enalteciendo su nivel y haciendo que sea reconocida internacionalmente como una de las mejores en el mundo.
Tal cual expresó el Senador Orpis, esta concesión de nacionalidad por gracia ha sido también apoyada por sus pares. Y, claramente, cuando uno revisa en el informe los antecedentes de don Luis Ortigoza advierte que tiene todos y cada uno de los merecimientos para recibir esa distinción. En ello lo avalan su trayectoria y su desempeño en el Ballet de Santiago del Teatro Municipal.
Asimismo, es importante destacar que ha sido nominado en dos oportunidades para recibir el prestigioso Premio Benois de la Danse, por su interpretación del Príncipe, en Cascanueces, entre otras actuaciones relevantes.
Por lo mismo, apoyo esta solicitud, pues, a nuestro juicio, se dan todas y cada una de las condiciones para otorgar la nacionalidad por gracia al señor Ortigoza.
He dicho.
La señora ALLENDE (Presidenta).- Tiene la palabra el Senador señor Hernán Larraín.


El señor LARRAÍN.- Señora Presidenta, seré muy breve, ya que las explicaciones dadas por los Senadores Orpis y Chahuán, sumadas a lo que señaló al inicio la Senadora Lily Pérez, me ayudan a ahorrar parte de lo que quería decir ante la inquietud que planteó el Senador Letelier, y que me dejó preocupado.
Nosotros quizás hemos estado llevados por un criterio muy estrecho en esta materia. En general, otorgamos nacionalidades por gracia a "curitas" extranjeros que han realizado una labor muy bonita a lo largo de décadas. Y me parece bien, porque hay un testimonio muy profundo allí.
Pero no podemos circunscribirnos a esa situación. Hay muchos otros ámbitos respecto a los cuales deberíamos tener mayor flexibilidad. Lo que se exige, como lo ha señalado por lo demás la Comisión, es que se trate de personas que tengan notabilidad en algún área específica a cuyo desarrollo en Chile hayan contribuido.
En mi opinión, guardamos deudas muy grandes con numerosos extranjeros en el ámbito de las artes, las letras, la cultura, a quienes no les hemos entregado los reconocimientos debidos y oportunos.
Por lo tanto, no voy a repetir lo que se ha dicho del señor Ortigoza, el Primer Bailarín Estrella de su compañía, cuyo trabajo en Chile ha provocado un impacto en el ballet de nuestro país y del extranjero. Cada vez que él es invitado a bailar afuera pide hacerlo con una bailarina chilena. De manera que él tiene compromisos muy reales con lo que ocurre en nuestra nación.
Además, se trata de un reconocimiento -aquí hay numerosos ex Diputados que recién inician sus tareas como Senadores- aprobado por unanimidad en la Cámara Baja. Imagino que muchos de los que hoy día han llegado desde esa Corporación conocen esta situación y, por ende, también le darán su respaldo.
Por todas esas razones, creo que hace bien nuestro país en reconocer a esta persona. Y no tenemos que esperar que le den un Premio Nobel para entregarle la nacionalidad por gracia. Porque no se requiere tener méritos universales para poder ser nacionalizado chileno; basta con haber destacado fuertemente en determinada área durante largo tiempo.
Pienso que Luis Ortigoza cumple con creces tal exigencia, y ojalá que la unanimidad del Senado pueda así reconocerlo.
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La señora ALLENDE (Presidenta).- Antes de seguir ofreciendo la palabra, quiero saludar al Club Adulto Mayor Oasis, de Rengo, invitado por el Senador señor Letelier.
¡Muy bienvenidos al Senado!
--(Aplausos en la Sala y en tribunas).
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La señora ALLENDE (Presidenta).- Hago presente a la Sala que el Comité Renovación Nacional ha solicitado abrir la votación.
¿Les parece?
Acordado.
En votación.
--(Durante la votación).
La señora ALLENDE (Presidenta).- Tiene la palabra el Senador señor Coloma, para fundamentar el voto.


El señor COLOMA.- Señora Presidenta, la verdad es que me motivó a intervenir lo planteado por un Senador que se autocalificó de liberal en temas como este, porque yo, que poseo una visión más conservadora -no tengo ningún problema en decirlo-, comparto la inquietud genérica que existe sobre este asunto.
Me explico.
La nacionalidad por gracia no es algo que se compre en el supermercado, que deba ser muy fácil de obtener. Yo creo que hay que ser exigente, pues, obviamente, no solo es una superexcepción constitucional, sino que además está llena de significados.
En otras ocasiones no he tenido dudas en rechazar nacionalizaciones por gracia, porque considero que para ello deben juntarse dos elementos centrales.
El primero es haber desarrollado una acción relevante en algún ámbito de acción, cuestión que a mi juicio se cumple en este caso. Yo no voy al ballet como el Senador Lagos, aparentemente, pero sí he oído hablar de la participación de este bailarín, y creo que ha sido una persona muy destacada en esta área.
Alguien podrá decir que es joven, porque efectivamente no tiene mucha edad, pero sí posee una trayectoria por más de 25 años en el desempeño de su labor. Y ese es el segundo elemento que a mi parecer le da contenido a la excepción constitucional.
Es decir, debe tratarse de una acción relevante. Puede ser en el ámbito religioso; ¡bienvenido sea que haya acciones relevantes en ese ámbito! Puede ser en lo deportivo, en lo cultural. Hay bastantes personas que legítimamente, siendo extranjeras y sin querer renunciar a su nacionalidad, hacen un aporte importante al país. Y estimo que este debe reconocerlas en la medida que haya continuidad en el tiempo y no sea algo meramente circunstancial.
En tal sentido, me acuerdo de haber rechazado la nacionalidad por gracia que se pretendía dar a un deportista, que llevaba tres años en Chile, para que defendiera los colores nacionales. Esa no es una lógica adecuada para abordar estos temas. Pero alguien que ha realizado una actividad destacada por más de 25 años y que cuenta con el patrocinio de quizás los más relevantes en este ámbito merece ser objeto de esta excepción constitucional.
Yo me siento contento cuando una persona que ha desarrollado una acción en nuestro país quiere ser adicionalmente chileno. Eso hay que estimularlo en la medida que se cumplan los requisitos y que no se extienda de manera indeterminada, porque obviamente eso haría perder todo el sentido de este reconocimiento.
Por eso, señora Presidenta, después de hacer una reflexión, y siendo exigente en general en estas materias, porque comparto que esto no puede ser simplemente un trámite, creo que aquí por lo menos se cumplen los dos requisitos necesarios desde mi perspectiva para hacer esta excepción constitucional.
Voto a favor.
La señora ALLENDE (Presidenta).- Tiene la palabra el Senador señor Zaldívar.


El señor ZALDÍVAR (don Andrés).- Señora Presidenta, este debate no es el primero que realizamos en el Senado sobre este tema. Varias veces hemos analizado a quién le corresponde o no recibir este reconocimiento por parte del país: la nacionalidad por gracia.
Efectivamente, la concesión de la nacionalidad por gracia era más restringida en tiempos pasados. El número de personas a las cuales se les otorgó hasta el año 1970 es muy menor. Después -por supuesto, estoy de acuerdo con lo sucedido- se ha ampliado el espacio para otorgar este reconocimiento y se ha entregado por prestar un aporte importante en el ámbito religioso, cultural, empresarial, deportivo, etcétera. Y es muy bueno que así sea.
No voy a entrar a emitir juicios en este caso, porque el informe de la Comisión, que se aprobó por unanimidad, es muy lógico e incluye diversos antecedentes que dan mérito para otorgar el beneficio. Pero quiero llamar la atención del Senado sobre algo que ya pasó aquí una vez -no sé si también en otra oportunidad-: llega un proyecto de nacionalidad por gracia aprobado por unanimidad en la Cámara de Diputados -no me pongo en este caso ahora, pero podría producirse nuevamente-, y nosotros lo rechazamos.
Eso significa someter a un agravio a la persona en cuestión, porque se llega a una decisión favorable en la Cámara Baja y después aquí, en el Senado, nosotros votamos en contra. Y ella queda en una situación realmente dramática, injusta.
Entonces, ¿qué hay que hacer? A mi modo de ver, debiéramos corregir el procedimiento.
Por consiguiente, en el próximo tiempo voy a proponer que veamos la forma de que esto sea tratado en una comisión bicameral, que emita un informe sobre las concesiones de nacionalidad por gracia. Ello, a fin de que no nos quedemos solo con la discusión de la Sala, ya que en ella podría surgir en algún momento una objeción para dar este reconocimiento a una persona que hubiera entregado muchos aportes al arte o a la cultura.
Por tal razón, voy a votar a favor. Pero quisiera que nos preocupáramos, como Parlamento, de contar con un procedimiento para otorgar este beneficio a quienes realmente corresponde, mediante un análisis serio de todos los antecedentes. De manera que cuando llegue acá el proyecto no provoquemos una situación del todo contradictoria: que una iniciativa de este tipo sea aprobada por unanimidad en la Cámara Baja y rechazada en el Senado, o al revés.
Espero que nunca suceda eso y que resolvamos el problema.
La señora ALLENDE (Presidenta).- Tiene la palabra el Senador señor Letelier.


El señor LETELIER.- Señora Presidenta, en alguna ocasión me ha tocado votar en contra de proyectos que conceden por especial gracia la nacionalidad chilena precisamente por una cuestión de criterios, por cómo uno evalúa los parámetros para su entrega.
Quise provocar esta discusión porque en un Parlamento que recién se instala, con nuevos Senadores, resulta muy importante hacer esta reflexión.
Esta iniciativa propone entregar, por especial gracia, la nacionalidad chilena a una persona de 48 años cuya carrera está en pleno desarrollo, que no ha terminado de aportar al país, que no ha culminado de realizar una labor como la llevada a cabo por tremendos bailarines; artistas; sacerdotes, con una vocación social extraordinaria, o conservacionistas de larga trayectoria.
En esta materia existen ciertos requisitos constitucionales, como señaló uno de los Senadores que me antecedieron en el uso de la palabra: que el beneficiario tenga cierta trayectoria (dos décadas parece ser un tiempo adecuado).
Entiendo que no estamos aplicando parámetros relativos a si se trata de arte u otra actividad. Imagino que tampoco se halla en cuestión si a uno le gusta o no el tipo de disciplina, pues quizás algunos consideran -no es mi caso- poco masculino el ballet, o tal vez no representativo de lo popular.
Uno puede tener otro punto de vista, pero comprendo que ese aspecto no se está evaluando.
Señora Presidenta, la razón de mi reflexión es que no quiero que mañana, cuando algún parlamentario presente un proyecto de otorgamiento de nacionalidad por especial gracia, se apliquen criterios distintos, ya que pienso que en esta materia la consistencia es tremendamente importante.
Por ejemplo, si en el futuro se quisiera favorecer a un gran conservacionista o ambientalista, ¿alguien podría cuestionarlo porque no le gustan los temas ambientales?
No pretendo agraviar en lo más mínimo a la persona a quien se quiere beneficiar. Solo intento que se definan bien los criterios.
No soy quién para cuestionar esta concesión de nacionalidad por especial gracia. Lo manifesté al principio: "Tiendo a ser muy liberal en este sentido". Pero sé que muchos de mis colegas no.
Parece que vamos a contar con un Senado más liberal respecto de tales parámetros, lo cual considero bueno en un mundo globalizado. Me gusta que adoptemos ese criterio.
La única vez que voté en contra en una iniciativa como esta fue en el caso de un empresario muy connotado de nuestro país, pues consideré que la forma como se quiso definir su trayectoria era discutible, pero no su persona.
Por tanto -lo digo por quien me antecedió en el uso de la palabra-, no porque otros voten a favor de este proyecto uno tiene que sentirse obligado a hacer lo mismo para no provocar un desencuentro con la persona de que se trata.
Voy a votar que sí, señora Presidenta. Y espero que vayamos madurando en la fijación de criterios en este tipo de materias.
Entiendo que hoy esta Corporación -como expresaron los Senadores Coloma y Orpis- tiene una postura más amplia que en otros momentos, y ojalá que también sea así en futuros debates.
El señor LABBÉ (Secretario General).- ¿Algún señor Senador no ha emitido su voto?
La señora ALLENDE (Presidenta).- Terminada la votación.
--Se aprueba en general el proyecto (29 votos a favor y 3 abstenciones); por no haber sido objeto de indicaciones, se aprueba también en particular, y queda despachado en este trámite.
Votaron por la afirmativa las señoras Allende, Goic, Muñoz, Pérez (doña Lily), Van Rysselberghe y Von Baer y los señores Allamand, Bianchi, Chahuán, Coloma, Espina, García-Huidobro, Girardi, Guillier, Harboe, Horvath, Lagos, Larraín (don Hernán), Letelier, Orpis, Ossandón, Pérez Varela, Prokurica, Quintana, Rossi, Tuma, Walker (don Ignacio), Walker (don Patricio) y Zaldívar (don Andrés).
Se abstuvieron los señores Montes, Pizarro y Quinteros.
El señor DE URRESTI.- Señora Presidenta, pido que se incluya mi voto.
La señora ALLENDE (Presidenta).- Se deja constancia de la intención de voto favorable del Honorable señor De Urresti.