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CREACIÓN DE CIRCUNSCRIPCIÓN EN REGIÓN DE ARICA Y PARINACOTA


El señor ZALDÍVAR, don Adolfo (Presidente).- Proyecto de ley, en segundo trámite constitucional, que crea nueva circunscripción senatorial y Dirección Regional del Servicio Electoral en Arica y Parinacota, con informes de las Comisiones de Gobierno, Descentralización y Regionalización y de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento.
--Los antecedentes sobre el proyecto (5432-06) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley:
En segundo trámite, sesión 2ª, en 12 de marzo de 2008.
Informes de Comisión:
Gobierno, sesión 8ª, en 8 de abril de 2008.
Constitución, sesión 48ª, en 3 de septiembre de 2008.
Discusión:
Sesiones 10ª, en 9 de abril de 2008 (pasa a Comisión de Constitución); 48ª, en 3 de septiembre de 2008 (queda para segunda discusión).
El señor ZALDÍVAR, don Adolfo (Presidente).- Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor HOFFMANN (Secretario General).- El objetivo principal de la iniciativa es instituir la nueva circunscripción senatorial correspondiente al territorio de la Región de Arica y Parinacota, fijar normas para la instalación de la Dirección Regional del Servicio Electoral en el mismo ámbito territorial y establecer adecuaciones en materias electorales.
Al respecto, cabe hacer notar que la ley Nº 20.266, publicada el 7 de junio del año en curso, regula en la planta de personal del Servicio Electoral la creación de los cargos necesarios para la Región de Arica y Parinacota y adecua normas sobre constitución de partidos políticos en dicha unidad territorial, circunstancia que motivó al Ejecutivo a presentar una indicación al proyecto en relación.
La Comisión de Gobierno, Descentralización y Regionalización discutió la iniciativa solo en general y aprobó la idea de legislar por la unanimidad de sus miembros presentes (Senadores señores Bianchi, Orpis, Pérez Varela y Sabag), en los mismos términos en que lo hizo la Cámara de Diputados.
En sesión de 9 de abril del año en curso, la Sala acordó enviar el proyecto a la Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento, la que concluyó, por la unanimidad de sus integrantes (Senadores señora Alvear y señores Espina, Gómez, Larraín y Muñoz Aburto), que el hecho de que se cree una nueva circunscripción senatorial no está en pugna con el artículo 49 de nuestra Carta Fundamental, ya que ese precepto no establece una relación entre Región y circunscripción. En consecuencia, puede haber circunscripciones senatoriales que abarquen una Región, una parte de ella o más de una Región.
Cabe tener presente que los artículos 1º permanente y primero y segundo transitorios requieren para su aprobación el voto conforme de 22 señores Senadores, en tanto que el artículo tercero transitorio necesita para ser aprobado el voto favorable de 21 señores Senadores.
Finalmente, corresponde señalar que en sesión del día 3 de septiembre se solicitó segunda discusión respecto de este proyecto de ley.
El señor ZALDÍVAR, don Adolfo (Presidente).- En la segunda discusión, ofrezco la palabra.
Tiene la palabra el Honorable señor Orpis.


El señor ORPIS.- Señor Presidente, aun cuando el debate sobre la creación de una nueva circunscripción senatorial para Arica y Parinacota ya se realizó, yo, al menos, deseo reiterar los conceptos que señalé en la ocasión anterior.
Desde mi punto de vista, este asunto debió haber sido resuelto cuando se creó la nueva unidad territorial. Esa era la oportunidad lógica para abordarlo. Es cuando tendría que haberse dotado a la Región de sus propias autoridades políticas y administrativas. Lamentablemente, no ocurrió así, y ahora se intenta encararlo a través de distintas iniciativas legales.
Por mi parte, más allá de que el día de mañana se discuta o no el cambio del sistema electoral, considero fundamental que las Regiones tengan, a lo menos, sus propias autoridades políticas y administrativas. Si en el futuro se modifica el sistema electoral, que se modifique para todas.
Una de las grandes razones -al margen de las geopolíticas- por las cuales se creó la Región de Arica y Parinacota fueron, precisamente, las diferencias que existían entre ella y la de Tarapacá desde un punto de vista geográfico, cultural, de intereses. Entonces, es absurdo que hoy, existiendo ambas como espacios territoriales distintos, mantengan la unidad respecto de quienes son sus autoridades políticas, en particular en el Senado.
A mi juicio, más temprano que tarde se deberá abordar el tema para que Arica y Parinacota tenga su propia circunscripción electoral y, consiguientemente, sus propios Senadores. Yo espero que esta sea la oportunidad de hacerlo, pues, de lo contrario, sería la única Región discriminada en el país en una materia de tanta trascendencia.
Por eso, señor Presidente -lo dije cuando antes y lo reitero hoy-, es importante instituir esta circunscripción senatorial.
Se señala como argumento contrario la población. Sin embargo, las circunscripciones senatoriales siempre han tenido mayor vinculación con el territorio. Se busca que los Diputados sean elegidos en proporción a la cantidad de habitantes, y los Senadores, en base a grandes unidades territoriales. Y hay varias Regiones que tienen una población bastante menor que la de Arica y Parinacota o la de Tarapacá: la de Aisén, la de Magallanes, la de Los Lagos.
Por lo anterior, señor Presidente, reiterando los conceptos, me parece importante que se resuelva definitivamente el punto y se cree hoy una nueva circunscripción senatorial para la Decimoquinta Región.
El señor ZALDÍVAR, don Adolfo (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Escalona.


El señor ESCALONA.- Señor Presidente, efectivamente, como dice el Senador señor Orpis, este debate ya se realizó. No obstante, quisiera hacer un par de comentarios con el objeto de fundamentar mi voto.
El argumento principal que se dio en la primera oportunidad en contra de la creación de la nueva circunscripción es que ello perpetuaría el sistema binominal. Yo, en verdad, encuentro ilógico tal argumento, pues el sistema binominal ha sido el instrumento con el cual se ha constituido el Parlamento los años 89, 93, 97, 2001 y 2005. Y, por lo tanto, en la medida en que han concurrido millones de personas a hacer uso de ese mecanismo electoral con el objeto de constituir el Congreso Nacional, resulta contradictorio pensar que la creación de una nueva circunscripción, que abarca un número limitado de electores, será un factor eternizador.
En los hechos, el sistema binominal ha operado. Cosa distinta es la vigencia de la propuesta -hasta ahora cuenta con el quórum constitucional requerido- que pretende modificarlo. En mi opinión, la realidad del país indica claramente que la perpetuación del sistema binominal no le hace bien a la democracia; no contribuye a la diversidad de fuerzas; afecta el ejercicio del pluralismo; tiene como efecto, además, que sectores significativos de opinión pública queden marginados del Parlamento porque, como es lógico, tiende a favorecer la participación en él de aquellos candidatos que forman parte de las listas de los grandes bloques políticos. En consecuencia, cuando una fuerza significativa no forma parte de uno de ellos, queda excluida del Congreso Nacional. Y ello no contribuye a la democracia y forma parte de una discusión que se ha llevado a cabo en reiteradas ocasiones en el Parlamento. Y no hace mucho tiempo, con motivo de la propuesta del Ejecutivo de modificar el número de Diputados, se volvió a realizar.
Esos son los argumentos que, en mi opinión, permanecen.
El sistema binominal, de una manera u otra, tarde o temprano, tendrá que ser reemplazado. Y no hay posibilidad de hacerlo si no es sobre la base de un acuerdo político de los dos bloques mayoritarios existentes hoy en el país o a través de la modificación sustantiva del actual escenario político que permita a una mayoría alcanzar un quórum constitucional elevadísimo. Y en verdad eso no se ve como alternativa de corto plazo.
Pero aun cuando no aparezcan en este lapso las condiciones para reemplazar el sistema binominal, como quien dice a la vuelta de la esquina, las fuerzas democráticas que aspiramos al pleno ejercicio de la diversidad y del pluralismo mantendremos esa posición para que ello ocurra y seamos capaces de cambiar el sistema binominal por uno de representación proporcional.
En el intertanto, aparece como ilógico castigar a la nueva Región de Arica y Parinacota y obstruir o bloquear la posibilidad de que se pueda conformar una nueva circunscripción senatorial.
Encuentro que ese argumento, de acuerdo con la realidad del país y el ejercicio de las sucesivas votaciones habidas desde el restablecimiento de la democracia hasta la fecha, carece de la justicia electoral con que debiésemos operar.
Y desde se punto de vista, en consecuencia, quiero manifestar mi voto a favor de la generación de esta circunscripción senatorial.
El señor ZALDÍVAR, don Adolfo (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Núñez.


El señor NÚÑEZ.- Señor Presidente, cuando se crearon las dos últimas Regiones, tanto en la Comisión de Gobierno como en la Sala, hice presente que necesariamente se iba a plantear el tema de la representación de una de ellas en el Senado. Y, francamente, todavía no entiendo cómo, no obstante haberse creado por la unanimidad de esta Corporación la Región de Arica y Parinacota, algunos colegas se van a oponer por el tema del sistema binominal.
Por cierto, desde que soy parlamentario, he estado por modificar dicho sistema. No considero conveniente que tal mecanismo siga presidiendo la forma como los chilenos son representados en ciertas instituciones. Como creo que eso ocasiona un grave error a la democracia, debemos ponernos de acuerdo para enmendarlo.
Pero ese no es el tema.
Lo cierto es que el Senado creó una Región y ahora, por un acto de mayoría, la propia Corporación va a privar a aquella de tener Senadores, lo cual me parece francamente ilógico. Si creamos una Región, no podemos privarla de tener representación en la Cámara Alta.
Si bien esto no tiene impedimento legal ni constitucional, por lo menos posee un inconveniente lógico y hasta ético. Además, no se trata de cualquier Región, sino de una que se encuentra nada menos que en la frontera de nuestro país, que al momento mismo de crearse generó una situación bastante delicada con nuestros vecinos del norte.
En consecuencia, estamos en presencia de una zona estratégica para Chile. Y no sería bueno que en el Senado de la República -que tanta preocupación tiene normalmente por los temas internacionales, particularmente, por los relacionados con los vecinos- la priváramos de contar con representación senatorial, máxime cuando necesariamente debe enfrentar asuntos muy delicados desde el punto de vista internacional.
Parlamentarios nuestros que han estado ahí -como el Honorable señor Flores y los ex Senadores señores Bitar y Palza-, no solo tuvieron que ver con los temas propios de la parte norte de la Región de Tarapacá, sino que en muchas oportunidades nos ilustraron de la situación que estaban viviendo tanto en la relación con Bolivia como con Perú. De modo que, en mi opinión, estamos cometiendo un grave error, porque dimos origen a una Región y ahora la estamos privando de la posibilidad de contar con Senadores, lo que, además, puede generar una situación de cuidado en el norte.
Por cierto es una Región bastante más delicada que sus congéneres del resto del país, salvo Magallanes, tal vez.
Por lo tanto, estamos cometiendo un acto de irresponsabilidad al vincular la situación con el sistema binominal. Nadie me va a convencer de lo contrario. Por eso, dicho sistema debe terminar. Ojalá que nos pongamos luego de acuerdo, porque estamos causando un grave perjuicio a la democracia. Éste no es el momento para cometer un doble error: dejar a una Región sin representación senatorial y, al mismo tiempo, afectar a una zona particularmente delicada, como es la Región de Arica y Parinacota.
Votaré a favor del proyecto.
El señor ZALDÍVAR, don Adolfo (Presidente).- Tiene la palabra el señor Ministro.


El señor VIERA-GALLO (Ministro Secretario General de la Presidencia).- Señor Presidente, varios señores Senadores, tanto de Gobierno como de Oposición, han dado razones más que suficientes -que también sustenta el Ejecutivo- para crear esta nueva circunscripción electoral.
En realidad, la Constitución señala que los Senadores serán "elegidos por circunscripciones senatoriales¿en consideración a las regiones.". Para quienes participamos en la reforma constitucional de 2005 y eliminamos el número de Senadores de la Carta Fundamental, esa frase implica el piso para que cada Región tenga circunscripción.
El decir "en consideración a las regiones", significa que se abrió a la posibilidad de que hubiera más circunscripciones por regiones, o una que estuviera en dos regiones, como ocurre con la de Los Lagos. Pero a nadie se le pasó por la mente que pudiera haber Regiones sin circunscripciones senatoriales. Esa anomalía es completamente ilógica. Por cierto, no está reñida con la Constitución, pero ese no fue el espíritu de la reforma.
No advierto razón alguna, ni tampoco el Gobierno, para negar a una Región, que reúne todas las características de tal y que fue creada por el Parlamento, la posibilidad de tener representación en la Cámara de Senadores. La tiene la de Diputados. ¿Por qué no la puede tener el Senado?
Además, los habitantes de Arica se sienten perjudicados -a veces con razón- o no tomados en cuenta suficientemente, por las políticas llevadas a cabo por el Estado y no solo por el Gobierno.
En este momento, hay una mesa de conversaciones entre las fuerzas vivas de Arica y el gobierno regional para hacer una propuesta sobre lo que parecen ser las líneas gruesas de desarrollo permanente de la Región de Arica y Parinacota, que va, por cierto, más allá del término del actual Gobierno. Y, por ser una zona extrema -separada de Iquique por 400 kilómetros de desierto y ubicada a tantas horas de vuelo en avión-, parece lógico, entonces, que esa avanzada del territorio nacional tenga una consideración especial. Pero, al mismo tiempo, es necesario que cuente al menos con la representación senatorial que poseen las demás Regiones del país.
Si hoy la votación fuera adversa -como puede ocurrir por lo que han manifestado algunos señores Senadores-, de todas maneras, queda la posibilidad de la Comisión Mixta. Esperamos que en ella se pueda dilucidar la eventual controversia entre la Cámara de Diputados y el Senado.
El señor ZALDÍVAR, don Adolfo (Presidente).- A petición de algunos señores Senadores, procederemos a abrir la votación. En consecuencia, cada uno tendrá cinco minutos para fundar el voto.
En votación.
Tiene la palabra el Honorable señor Gazmuri.
--(Durante la votación).
El señor ROMERO.- Estoy inscrito desde un principio, señor Presidente.
El señor BIANCHI.- Yo también lo estoy.
El señor ZALDÍVAR, don Adolfo (Presidente).- La Mesa ha concedido la palabra por estricto orden.
El señor ROMERO.- De acuerdo con el Reglamento, tiene que haber alternancia entre los oradores.
El señor ZALDÍVAR, don Adolfo (Presidente).- Como otras veces eso se ha representado, al igual como lo hace ahora Su Señoría, hoy he ido por otro camino, a fin de mantener la alternancia que el Honorable señor Romero señala.
¡No sé cómo dejarlos contentos!
El señor ROMERO.- Renuncio a mi derecho, señor Presidente.
El señor ZALDÍVAR, don Adolfo (Presidente).- Senador señor Romero, vamos a atender su¿
El señor ROMERO.- Bórreme de la lista, señor Presidente.
El señor ZALDÍVAR, don Adolfo (Presidente).- En todo caso, es una facultad de la Mesa, Su Señoría.
El señor ROMERO.- Que no ejerce.
El señor ZALDÍVAR, don Adolfo (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Gazmuri.


El señor GAZMURI.- Señor Presidente, solo para anunciar que votaré en contra del proyecto. Tengo fundadas razones para proceder así.
Lo primero que quiero decir es que yo voté por la creación de la Región de Arica y Parinacota con reservas, como también lo hice respecto de la de Los Ríos, según quedó constancia en la fundamentación de mi voto.
Básicamente en ese momento argumenté que no me parecía conveniente generar nuevas Regiones sin un debate más a fondo sobre el proceso de regionalización en el país y acerca de lo que queríamos.
Por desgracia, se generaron fuertes movimientos de opinión tanto en el norte como en Valdivia. Y, por tanto, nos pronunciamos respecto de esa iniciativa con algunas prevenciones. Yo por lo menos hice varias, que constan en la fundamentación de mi voto.
Es irreal que Arica no tenga Senadores. Va a tener dos, elegidos por la antigua Primera Región.
A mi juicio, quedó despejado en la discusión anterior lo relativo a la constitucionalidad. Recuerdo un muy buen fundamento en ese sentido del Senador señor Chadwick.
Ahora, mi razón no tiene que ver con la cuestión poblacional -entiendo que, como se dice aquí, la tradición histórica en Chile ha sido que el Senado representa territorio, y que la proporcionalidad debería darse en la Cámara de Diputados-, sino, básicamente, con el hecho de que por lo menos yo no estoy disponible a aprobar, con mi voto, la mantención, perpetuación o extensión del sistema binominal.
Existe tal sistema. Eso lo comprendo. Pero nos fue impuesto. Las fuerzas que hemos representado a la mayoría del país durante 18 años hemos ganado todas nuestras batallas político-electorales con la bandera de derogar el sistema binominal e ir a uno proporcional.
Desgraciadamente, en eso no hemos tenido el concurso indispensable de la Derecha, que ha sido obcecada en su idea de mantener un sistema insólito en el mundo. Porque no logra ninguno de los objetivos de los sistemas electorales; dificulta al extremo la formación de mayorías -cuestión que todos los procesos en el mundo tienden a favorecer- y, al mismo tiempo, impide, en la práctica, la expresión de minorías significativas.
Por consiguiente, no voy a concurrir con mi voto a preservar dicho sistema.
Lamento que se produzca una situación relativamente anómala respecto de Arica. Eso lo entiendo. Y durante un período de tiempo se tendrá a dos Regiones representadas por dos Senadores. Y si mañana se presenta la misma situación en la de Los Ríos, voy a votar de igual manera. Porque hay una anomalía mayor: el sistema electoral de Chile constituye una camisa de fuerza para nuestra democracia. Y yo por lo menos no voy a concurrir a sancionar positivamente el sistema binominal.
Anuncio mi voto en contra, señor Presidente.
El señor ZALDÍVAR, don Adolfo (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Arancibia.


El señor ARANCIBIA.- Señor Presidente, más o menos en la línea esgrimida por el señor Senador que me antecedió en el uso de la palabra, deseo recordar los incentivos que me motivaron a aprobar el proyecto o generación de la ley que creó la Región de Arica y Parinacota. Ellos tenían mucho peso y fundamento para mí, por razones estratégicas, geopolíticas y consideraciones de desarrollo económico. Todo eso nos llevó a establecer esta nueva Región, con intendente y toda la estructura adecuada, para tratar de favorecer su progreso, lo cual nos interesa por la ubicación geográfica que posee.
Pero en verdad -independiente del tema binominal, que no es lo que me ilumina para participar en este debate- encuentro difícil de explicar que vayamos a elegir en un lugar geográfico específico de Chile un alcalde, un Diputado y un Senador con la misma votación. Hay algo que no me hace sentido. Porque si encontramos que la diferencia la genera Putre, ¡por favor, seamos serios!
Aquí estamos frente a una cuestión de falta de lógica.
Y si me vienen a decir que Arica no tiene Senador, eso significa que yo estaría desconociendo el trabajo de mi querido amigo el Honorable señor Orpis, a quien he visto "sacarse la mugre" recorriendo el territorio, defendiendo a su gente y planteando todas las necesidades de un lugar tan importante para nosotros.
Y menciono a ese señor Senador por razones obvias, y no al Honorable señor Flores, quien tiene los mismos merecimientos.
Entonces, hablar de que en esa Región están sin Senador no lo considero razonable.
Para mi la cuestión no es el sistema binominal, sino el de la lógica. No puede ser que en aquella vayamos a tener tres autoridades. ¡No sé cómo se van a encontrar en las ceremonias después, porque pesarán lo mismo!
El señor ALLAMAND.- ¡Uno al lado del otro...!
El señor ARANCIBIA.- ¡O uno encima del otro! Pero pesarán lo mismo. Y eso no me hace juicio.
Por lo expuesto, voy a votar en contra del proyecto.
El señor ZALDÍVAR, don Adolfo (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Pizarro.


El señor PIZARRO.- Señor Presidente, lamento que se esté dando de nuevo esta discusión, más aún después de que se pidió a la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia que aclarara el aspecto constitucional.
Creo que el informe es meridianamente claro. Dice: "En conclusión, visto que la iniciativa en informe crea una nueva circunscripción senatorial y que tal materia es propia de la ley orgánica constitucional, la Comisión entiende que ella no está en pugna con el artículo 49 de la Constitución Política de la República, precepto que no establece una relación entre una región y una circunscripción. En consecuencia, puede haber circunscripciones senatoriales que abarquen una región o una parte de ella o más de una región.".
Y eso es lo que sucede hoy en día en otra circunscripción. La de la antigua Décima Región abarca dos Regiones. Y en el caso de Arica y Parinacota e Iquique sucede lo mismo. Por lo tanto, el argumento que aquí se ha esgrimido queda total y absolutamente fuera de lógica.
Pero pienso que hay que ir más al tema de fondo. Y este tiene que ver con la composición del Senado y la necesidad -como se ha dicho- de generar condiciones para que, objetivamente, avancemos hacia un sistema que sea más inclusivo, más representativo y que concilie los dos elementos que siempre ha tenido el Senado: de representación territorial y de representación política y de población.
Hoy día no estamos en el mejor de los equilibrios. Y sostener acá que el crear una Región inmediatamente implica un aumento de dos Senadores o que se establece una nueva circunscripción, va en el sentido contrario de la lógica que debería imperar para buscar un acuerdo político que signifique avanzar hacia una mayor representatividad.
No puedo aceptar el argumento del señor Ministro en el sentido de que esta es una cuestión con la que vamos a solucionar los problemas de Arica. Porque si me dice que con dos Senadores resolvemos los problemas de Arica, estaría dispuesto a nombrar a 10 Senadores de inmediato, si con eso arreglamos la situación.
Francamente, el argumento no resiste el menor análisis. Por el contrario, aquí se trata de dar señales en la línea correcta.
En la actualidad, Arica y Parinacota tienen dos Senadores. Cada uno podrá opinar lo que quiera al respecto, pero la Región cuenta con dos. Y tendrá el mismo número en el futuro, porque así lo permite la actual normativa. Ojalá que ellos sean muy representativos y que los ariqueños no se arrepientan después de por quién votaron. Porque hoy día señalan que no poseen Senadores. Y aquí tenemos a dos distinguidos Honorables colegas que ejercen tal representación.
Me parece que esgrimir acá que se aprobó por unanimidad la creación de la Región y que con esa misma lógica tenemos que aprobar esta nueva circunscripción, es exagerar más allá de lo razonable el argumento. Porque jamás se planteó -junto con el establecimiento de la Región- una nueva circunscripción. Si hubiera sido así, no se habría aprobado.
Esto se conversó. En mi caso -dejo constancia-, hice ver que entendía que la creación de la nueva Región no incluía ni consideraba la de una nueva circunscripción. Porque si no, en ese mismo instante, habría votado en contra.
El Gobierno ha insistido con obsesión al respecto. Y esto lo pasa como quien dice "por secretaría". Porque lo que importa del proyecto es la creación de la Dirección Regional Electoral, lo cual acepto. Es un problema administrativo.
Pero aquí se incorpora al final, como algo que pareciera no tener mayor importancia, un número 3), por el que se agrega la siguiente frase: "20ª Circunscripción, constituida por la XV Región, de Arica y Parinacota.".
La forma como podemos avanzar hacia una mejor representatividad territorial y política en la composición del Senado es una cuestión mucho más seria, grande e importante como para pasarla "por secretaría".
Yo, por lo menos, me voy a oponer a ello y votaré en contra.
El señor ZALDÍVAR, don Adolfo (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Frei.


El señor FREI (don Eduardo).- Señor Presidente, voy a hablar como representante de la Región de Los Ríos y parte de la de Los Lagos. Porque, junto al Senador señor Allamand, tenemos la nueva provincia de Los Ríos; tres comunas de la provincia de Osorno, que se encuentra partida en dos (posee cuatro comunas en la Región de Los Lagos, las que conformaban antiguamente la Décima Región sur).
Por lo tanto, además de todos los argumentos relativos al sistema binominal, al problema estratégico y a la distribución del Parlamento, me parece una total injusticia que en el proyecto se considere la situación de solo una de las dos últimas Regiones creadas y se excluya la de la provincia de Osorno, de la Décima Región.
La provincia de Osorno en múltiples oportunidades ha solicitado que se dé término a su división. En la actualidad, como dije, se encuentra cortada en dos, pues hay cuatro comunas que prácticamente carecen de representación, porque las distancias son muy grandes y por eso, entre otras cosas, se creó la Región de Los Ríos. Como consecuencia de ello, en sus distritos electorales existe una representación desigual y, desde el punto de vista de la administración interior, cuenta con un gobernador; en fin.
Eso no se corrige en el proyecto en debate, el cual se refiere a una de las dos últimas Regiones creadas y deja fuera a la otra. ¡Absoluta injusticia! Por esta y las demás consideraciones acerca del sistema binominal, no estoy dispuesto a apoyarlo.
Es muy legítimo que la Región de Arica y Parinacota quiera tener dos Senadores. Pero hay otras que también pueden aspirar a lo mismo. Y no entiendo por qué hoy día se la privilegia en desmedro de la de Los Ríos.
Por lo expuesto, no estoy de acuerdo con esta reforma legal.
El señor HOFFMANN (Secretario General).- ¿Cómo vota Su Señoría?
El señor FREI (don Eduardo).- No concurriré con mi voto a la aprobación de la iniciativa.
El señor ZALDÍVAR, don Adolfo (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Naranjo.


El señor NARANJO.- Señor Presidente, se han entregado argumentos bastante precisos y claros en orden a que no se justifica, bajo ninguna circunstancia, crear una nueva circunscripción senatorial.
La mayoría de nosotros tenía una buena evaluación de los Honorables colegas que representan a la Primera Región. Sin embargo, en el curso del debate hemos escuchado reiteradamente que la de Arica y Parinacota no cuenta con representación en esta Alta Cámara.
Creí que entre nosotros existía un criterio común mínimo en el sentido de que los Senadores señores Orpis y Flores representaban bien a esa nueva Región. Pero de los razonamientos a favor del proyecto ha quedado clara la inexistencia de tal representación.
Lo anterior querría decir que Sus Señorías solo llegarían hasta Iquique y no irían a Arica ni a Parinacota.
Tengo la impresión de que no es así, de manera que el argumento de la falta de representación no se sostiene. Esta recae en ellos, tal como sucede con los Senadores señores Frei y Allamand, que representan a dos Regiones.
Y, dado que el propio informe de la Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento clarifica que la Carta Fundamental no establece una relación entre circunscripción y Región, perfectamente se puede ser Senador por más de una de estas.
Se han aducido motivos geopolíticos, estratégicos, limítrofes. Pues bien, eso fue precisamente lo que se tuvo en vista al crear la Región de Arica y Parinacota, no el aumentar en dos el número de Senadores.
Aún más. Algunos afirman que la creación de ella no implicaba perpetuar el sistema binominal. Discrepo de tal apreciación. Pienso que al mantener el criterio de la exclusión se perpetúa dicho mecanismo, porque cuando se elija Senadores por la nueva circunscripción quedarán excluidas ciertas fuerzas políticas.
Eso es lo que me induce a votar en contra. Porque el criterio de la exclusión se volvería a aplicar, se volvería a extender. Y lo estaríamos aceptando al crear una nueva circunscripción.
De otro lado, señor Presidente, considero legítimo que haya un mínimo de representación por Región. Pero debe considerarse una segunda variable: la proporcionalidad en cuanto a la población de cada una. De lo contrario -como muy bien señaló el Honorable señor Arancibia- todas las autoridades van a ser iguales; vale decir, el alcalde tendrá la misma representación que el Diputado o el Senador.
Entonces, uno se pregunta: ¿cómo va a ser posible una relación entre esa Región y la Metropolitana -con la enorme cantidad de habitantes que posee-, Concepción o Valparaíso, por citar otras? No me parece justo.
Mientras no entremos de lleno a analizar a fondo la manera de representar a la ciudadanía en nuestro país, creo que una nueva circunscripción no ayuda en absoluto. Al revés, genera más distorsiones y mantiene el criterio de la exclusión.
Sobre la base de esas observaciones, voto que no, señor Presidente.
El señor ZALDÍVAR, don Adolfo (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Navarro.


El señor NAVARRO.- Señor Presidente, estimo que en el ánimo de todos quienes han expuesto una opinión crítica al proyecto, de ningún modo y bajo circunstancia alguna está el privar a una Región de contar con Senadores. Hay una reflexión política.
Algunos han expresado -y en particular, el señor Ministro- su voluntad cierta en torno a terminar con el sistema binominal. Pero ello no es así. La Concertación va a cumplir 20 años en el poder y no ha presentado ni un solo proyecto, -¡ni uno solo, y el señor Presidente lo sabe bien!- para terminar con ese mecanismo electoral.
O sea, Pinochet excluyó a los comunistas durante 17 años. ¡La Concertación va a cumplir 20¿!
Esa es la verdad. Esos son los crudos hechos.
Siento que se ha pecado de condescendencia. Yo diría que la Concertación se "achanchó" en esta materia. Le gustó el binominal -seamos francos-, porque cuando a uno no le agradan las cosas trata de cambiarlas. Y tal conducta se externaliza en acciones concretas. Mas, ello no ha ocurrido.
Por consiguiente, si votamos positivamente el proyecto consolidaremos algo que decimos que no nos gusta, pero lo mantenemos.
Esa es la esquizofrenia política: decir una cosa y hacer otra.
Los problemas de Arica -la cesantía, la falta de agua, los conflictos geopolíticos con el Perú- no se resuelven con más parlamentarios. Y estos, si existiera un mecanismo electoral más integrado, no serían ni una dádiva ni el intento de resolver todas las dificultades, sino parte de un sistema democrático.
No creo que se vaya a producir una situación delicada si efectivamente la Región de Arica y Parinacota no elige Senadores. Lo que corresponde es estudiar el fondo de la cuestión y discutir lo que a la gente de allá le interesa: que le solucionen los problemas.
¡Se muere Arica! Y lo saben los parlamentarios.
¡Se ahoga Arica! Ha estado demasiado tiempo abandonada. Si uno la compara con Iquique y su Zona Franca, concluye que geopolíticamente el país ha cedido la primera y protegido -para decirlo de algún modo- a la segunda.
En ese sentido, no es que los Senadores que hoy representan a Arica valgan menos que los de Iquique. Lo que pasa es que enfrentamos dificultades de orden geopolítico y especialmente político, de inversiones y de preocupación.
Oponerse al proyecto no significa negar a la Decimoquinta Región la posibilidad de ser representada en la Cámara Alta. En concreto, debe servir para desarrollar un debate de fondo. Y no es efectivo que carezca de Senadores: tiene dos. Pero abordemos en profundidad, con las otras Regiones, no solo este asunto sino el sistema integral.
Adicionalmente, quiero manifestar que respecto de la misma composición de esta rama del Congreso existen áreas que debiéramos examinar.
Aquí se ha dicho que esta Corporación constituye una Cámara de representación territorial y que, por ende, el número de habitantes no importa.
A mi juicio, tenemos una representación "desproporcional". Algunas Regiones tienen 80 mil habitantes y eligen 2 Senadores. En cambio, otras con un millón, un millón y medio o dos millones de habitantes también eligen 2 Senadores. Esto sucede en circunscripciones de Santiago.
Y, por cierto, no es lo mismo trabajar para el electorado de un millón de habitantes que para otro de 35 mil -¡treinta y cinco mil!-, como ocurre en algunas Regiones (y percibiendo las mismas asignaciones, a propósito de un debate no siempre querido ni bienvenido). Sin embargo, se establecen similares condiciones de trabajo para todos, independiente del número de electores que uno representa. Ello atenta contra una mayor eficiencia de la Corporación.
La iniciativa nos abre un debate mayor. Y el Ministro señor Viera-Gallo ha insinuado que podría resolverse en Comisión Mixta.
Si en esa instancia se pretende negociar algún tipo de elemento, nos gustaría saberlo. Pero está claro que ahora no se hallan dadas las condiciones para aprobar el proyecto.
Reitero: no se trata de negarnos a la posibilidad de que la Región de Arica y Parinacota elija Senadores, sino de abordar, de una vez por todas, los problemas de fondo. Y en el texto propuesto estos no se resuelven, sino que se consolidan.
En efecto, se consolida la discriminación, la exclusión. Y yo no estoy disponible para aprobar un proyecto en ese sentido.
Voto en contra.
El señor ZALDÍVAR, don Adolfo (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Cantero.


El señor CANTERO.- Señor Presidente, cuando discutimos los proyectos relacionados con el que ahora nos ocupa señalé que consideraba un acto irresponsable de parte del Gobierno avanzar en la creación de Regiones sin hacer un análisis del sistema de administración territorial, de la división político-administrativa de nuestro país.
Manifesté que me parecía un acto demagógico, un acto de motivación político-electoral imperdonable.
El tiempo me va dando la razón.
Lo concreto es que comparto plenamente el informe de la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia cuando sostiene que el artículo 49 de la Carta Fundamental no establece una relación entre una Región y una circunscripción. En consecuencia, puede haber circunscripciones senatoriales que abarquen una Región o una parte de ella o más de una Región.
En mi opinión, no debiera existir en la Sala dos interpretaciones sobre ese punto. Creo que es absolutamente claro según se desprende del tenor de la Constitución.
Para que haya más equidad y justicia, cuando se reclama que alguna Región podría quedar sin este beneficio, anuncio desde ya mi voto en contra, a fin de que las dos permanezcan en iguales condiciones.
¿Por qué? Porque siento que es preciso discutir en su integralidad la Ley de Partidos Políticos -que tiene un enfoque centralista exacerbado- y el sistema electoral -que no solo es excluyente, sino que resulta odioso, sin ninguna duda-. No obstante, la asimetría antidemocrática, perversa, de establecer una inequidad tan grande entre aquel candidato que va dentro de un partido respecto de otro que se postula como independiente y debe enfrentarse, en el sistema electoral binominal, a la sumatoria de votos de dos candidatos, a mi juicio, repugna la inteligencia y los principios democráticos.
Mientras no exista en el Parlamento disposición a abordar estas temáticas con responsabilidad y con seriedad; mientras continúe la desafección política, que es la forma como la ciudadanía muestra su desagrado, su molestia, su falta de complacencia con la actitud de los partidos políticos y de los políticos que se desenvuelven en los ámbitos de decisión, anuncio que no apoyaré nominaciones ni creaciones de ninguna naturaleza.
Mi voto no estará disponible ni para Arica y Parinacota ni tampoco para la Región de Los Lagos.
Más temprano que tarde el Senado, en particular, y el Congreso, en general, deberán abordar esas materias, porque realmente resulta un insulto a la inteligencia sostener durante tantos años tal inequidad, que es de una injusticia y una asimetría que -como dije- repugna los principios democráticos.
Voto que no.
El señor ZALDÍVAR, don Adolfo (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Gómez.


El señor GÓMEZ.- Señor Presidente, el informe de la Comisión de Constitución por lo menos deja claro que el actual artículo 49 de la Carta Fundamental no señala una relación directa entre la creación de una Región y la de una circunscripción, sino que esta última se entrega a una Ley Orgánica, lo cual estamos discutiendo acá.
Al margen de que uno esté de acuerdo o no con el sistema binominal, discusión que hemos venido sosteniendo por años, es menester tomar en cuenta ciertos elementos que hacen que uno considere la posibilidad de que exista una Región nueva con representación senatorial o parlamentaria.
No todo tiene que ver con el número de personas o con la existencia o no de una Región, sino también con la necesidad y el sentimiento existentes en algunas partes del país de contar con una representación especial.
A mi juicio, Arica es uno de los lugares en los que la gente requiere una representación propia y particular: sentirse representados.
He escuchado que los Senadores Orpis y Flores son, por supuesto, representantes de la Región. Y el primero de ellos dijo estar disponible a una división senatorial.
Por lo tanto, no miraría las cosas solo en atención al debate que se ha dado en la Sala, que me parece que es de fondo según lo que ha expresado el Honorable señor Cantero. Eso, en mi opinión, lo vamos a discutir en unos 25 años más, o cuando tengamos una mayoría que nos permita debatir y resolver el problema. Pero no podemos generar estas situaciones que, en verdad, producen cierta rabia, indignación, en las personas que viven en esa nueva Región.
Al margen de las cuestiones de fondo, de los temas en discusión que se han señalado, en este instante hay un proyecto presentado por el Ejecutivo y la gente de la Región de Arica y Parinacota requiere una representación particular.
Me resulta curioso el debate. Es preciso conocer las Regiones extremas. De Iquique a Arica hay más de 390 kilómetros. Entonces, las relaciones y las necesidades existentes en una u otra ciudad son distintas. Por eso, a veces se necesitan autoridades que representen a esas Regiones de una manera especial, de acuerdo con sus intereses.
Por lo tanto, si hay que entrar al debate de fondo hagámoslo, pero creo que se va a dar en 25 años más.
En consecuencia, en este caso particular y en atención a la propuesta formulada, votaré a favor.
El señor ZALDÍVAR, don Adolfo (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Allamand.


El señor ALLAMAND.- Señor Presidente, voy a hacer algunos pequeños comentarios con relación a la materia en debate.
En primer lugar, coincido con el planteamiento del Honorable señor Núñez, en cuanto al sinsentido que implicaría crear esta Región y, simultáneamente, no proveerla de una representación senatorial, acorde con su calidad de tal. Es evidente que aquí se produce, si pudiéramos usar el término, una suerte de inequidad desde el punto de vista de la representación.
Entiendo el hecho de que algunas Regiones, particularmente por su tamaño, puedan tener más de dos Senadores, que es precisamente lo que ocurre en una parte importante del país. Pero lo que no existe es la situación inversa, es decir, Regiones sin Senadores.
Es posible que una Región, como la de Los Lagos o la Metropolitana, y otras tantas, que por su extensión, por su tamaño, por su población, tenga cuatro Senadores. Sin embargo, lo que no ocurre es la hipótesis inversa. Entonces, desde el punto de vista de la identidad de la Región, del sentido de su creación y, francamente, de su importancia geopolítica, creo que carece de sentido el privar a Arica de contar con dos Senadores.
En segundo término, coincido también con el argumento del Honorable señor Escalona.
Aquí subyace la cuestión de la ratificación o no ratificación del sistema binominal. Ese no es el punto que hoy está en discusión. De hecho alguien podría sostener que siempre que se concurre a votar en las elecciones parlamentarias, en la práctica lo que se hace es ratificar y validar, una y otra vez, la existencia del sistema.
Por lo tanto, nadie puede entender, en lo que respecta al debate sobre cuál sistema electoral le conviene más a Chile, que el simple hecho de aportar y darle a Arica dos Senadores implique una validación del sistema binominal. Es evidente lo que aquí se ha señalado en tal sentido.
En seguida, voy a agregar un argumento que también es de sentido común.
He notado en algunos parlamentarios que han hecho uso de la palabra una cierta reticencia, por así decirlo, a la idea de generar más circunscripciones senatoriales. Se hace una caricatura al decir: "Mire, si la forma de resolver los problemas de la Regiones fuera crear más cupos senatoriales, entonces por qué no creamos una cantidad indefinida de estos".
Cada vez que los parlamentarios de la Concertación formulan una propuesta -que, por lo demás, siempre es bastante vaga- tendiente a modificar el sistema electoral, invariablemente aumentan el número de parlamentarios, tanto en la Cámara cuanto en el Senado.
En consecuencia, pretender hacer ver que el aumento de la representación senatorial sería per se un asunto incorrecto, tampoco tiene sentido. En algún minuto habrá que discutir sin demagogia si la Cámara Alta funciona mejor con 38 Senadores o con un número mayor.
En definitiva, todos los argumentos apuntan a la lógica de que Arica tenga dos Senadores. Y por eso voy a apoyar el proyecto.
El señor ZALDÍVAR, don Adolfo (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Muñoz Barra.


El señor MUÑOZ BARRA.- Señor Presidente, también votaré en contra, porque cuanto afiance el sistema binominal vigente, al menos para estas bancadas, resulta del todo inconsecuente. Y la opinión pública así lo entenderá.
Un Senador sostuvo aquí que es inapropiado crear Regiones y no plantear también el establecimiento de circunscripciones electorales. Pero recuerdo que, cuando se debatió el punto, los Ministros que se encontraban presentes en la Sala nunca señalaron que lo uno venía con lo otro. Incluso, a efectos de conseguir los votos requeridos, manifestaron que en ese instante no se estaba mirando la situación en comento. Y hoy se nos expone como argumento que la votación de esta tarde debe ser igual que la de aquella oportunidad.
Yo votaré en contra, por esas razones y por muchas otras. Pienso que la opinión pública nacional no vería con mucho agrado que creáramos más plazas de parlamentarios. Me parece que "hay momentos y momentos".
Ahora, estimo que lo expresado por el Senador señor Cantero es lo fundamental: estamos haciendo una especie de camisa a la medida para determinadas circunstancias, que todos conocemos, pero no se va al fondo en cuanto a analizar, a corregir, a modificar el sistema para las regiones o para todo el país.
En consecuencia, como Senador del Partido Por la Democracia, voto que no.
El señor ZALDÍVAR, don Adolfo (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Letelier.


El señor LETELIER.- Señor Presidente, estimados colegas, se han puesto varios argumentos sobre la mesa. Uno es el sistema electoral. Otro, si debe haber o no Senadores por cada Región que se genere.
Respecto al sistema electoral, hay un debate pendiente en nuestro país. No llegó a buen puerto el esfuerzo por un mecanismo más inclusivo, un acuerdo político que permitiera romper la exclusión existente en nuestra sociedad.
Siento que esa es una tarea pendiente, y muy pendiente.
Vinculado a esa discusión se encuentra también lo relativo a si el Senado representa adecuadamente a todos los chilenos.
En tal sentido, uno puede preguntarse por qué algunas Regiones tienen dos circunscripciones, y otras, una; por qué la Metropolitana, que concentra cerca de cuarenta por ciento de la población nacional, elige la misma cantidad de Senadores que la de La Araucanía, que cuenta con alrededor de tres por ciento de la población del país. No existe ninguna razón geopolítica -¡ninguna!- para que la Novena Región tenga dos circunscripciones, y Santiago, también dos.
Creo que hay un debate pendiente sobre el particular.
Resulta evidente que algunos territorios de Chile pueden estar bien representados, y otros, subrepresentados.
No somos un país federal. La representación senatorial no es de estados dentro de un Estado federal, contrariamente a lo que a veces se insinúa aquí. Somos un Estado unitario. Por ende, el debate en torno a si los Senadores se establecen por Región o por más de una Región a veces se distorsiona, porque se confunde el concepto.
Reitero: no somos un país federado.
En consecuencia, que existan o no Senadores en Arica y Parinacota para mí no tiene que ver con que cada Región requiere representación per se, o con que una Región deba ser representada por dos, cuatro u ocho parlamentarios.
A veces en el Congreso somos muy discriminadores contra la Región Metropolitana.
En la Sexta Región, que representamos con el Honorable señor Chadwick, sufrimos en algunas ocasiones lo que yo llamo "patología de los mexicanos": muy cerca del diablo y muy lejos de Dios. Porque la poca distancia con Santiago se manifiesta en forma grave, de muchas maneras, para quienes nos encontramos más cerca.
Doy un ejemplo: el casino que se construye en la Sexta Región, ¿es para esta o para Santiago?
Y uno ve lo que sucede con la creación de universidades fiscales. La Sexta Región es la única que no cuenta con una universidad estatal en su territorio. ¡La única!
Uno puede establecer diferentes razones en cuanto a por qué los territorios generan realidades diversas.
¿Por qué lo digo, señor Presidente? Porque la Metropolitana es una Región más, y no se deberá discriminar contra ella cuando, en el marco de una reforma, debatamos más a fondo sobre cuántos Senadores se necesitan.
Mi opinión acerca del proyecto en análisis tiene otra consideración, señor Presidente.
Voy a votar a favor. Pero lo haré por una consideración geopolítica: me asiste la convicción de que el Estado chileno, con todas sus fortalezas, ha sido tremendamente débil para proteger sus zonas extremas. No hemos tenido la fortaleza exhibida por nuestros vecinos. No hemos dispuesto de recursos, o de planificación, o de capacidad. Y ello no es responsabilidad ni de este Gobierno, ni de los anteriores, ni del Régimen militar: tiene que ver con un factor histórico.
Si hay algo que debemos hacer mirando al futuro, pensando en la necesaria alianza estratégica geopolítica entre Chile y Perú proyectada hacia el Pacífico, donde se centrarán el comercio, las relaciones, el desarrollo de los próximos 200 años, tal vez, ello es fortalecer política, económica, social y culturalmente las zonas fronterizas.
Sin duda, la presencia de parlamentarios en esa Región puede contribuir a eso.
No es suficiente; no es la salvación. Quienes sostienen que ello resuelve los problemas de Arica le están mintiendo a Arica, absolutamente.
Es cierto que la iniciativa en análisis no contribuye al debate de la reforma al sistema electoral. Pero sí constituye un tema de interés de Estado.
Por eso, voto a favor.
El señor ZALDÍVAR, don Adolfo (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Novoa.


El señor NOVOA.- Señor Presidente, por cierto, el sistema electoral no se encuentra en discusión en este momento. Empero, con relación a los conceptos que se han vertido respecto a la camisa de fuerza del binominal, a las exclusiones y a una cantidad de cosas que normalmente se oyen acerca de él, quisiera recordar que en Chile existen cuatro sistemas electorales distintos.
Primero: sistema mayoritario con segunda vuelta, a través del que se elige Presidente de la República.
Segundo: sistema mayoritario sin segunda vuelta, por medio del cual se elige a los alcaldes.
Tercero: sistema binominal, que es proporcional restringido o mayoritario, un poco más amplio que el anterior, con el que se elige a diputados y senadores.
Y cuarto: sistema ampliamente proporcional, a través del cual se eligen concejales (6, 8 ó 10, según la comuna).
Esos cuatro sistemas producen los mismos resultados: los excluidos son aquellos que no obtienen votos.
Por lo tanto, basta ya de seguir hablando sobre la base de clichés o de conceptos que no tienen consistencia ni sustento.
Yo feliz votaría a favor de elegir dos Senadores más por Arica si ello consolidara el sistema binominal, pues pienso que este mecanismo ha sido muy bueno para el país.
Sin embargo, no me pronunciaré de esa manera. En primer lugar, porque al crearse la Región pertinente aquí se dijo en forma clara y expresa: "No vinculemos la creación de Regiones con la de nuevos Senadores". ¿Y por qué lo hicimos? Porque pensamos que existiría una tentación enorme para crear otras veinte Regiones con cuarenta Senadores más. Y, así, cada partido, o cada alianza, o cada grupo se iría arreglando en forma de tener su regioncita, con sus senadorcitos y diputados.
Otro argumento: creo que de una vez por todas debemos ver las cosas de frente y con realismo.
Acá se piensa que los problemas de ciertas zonas del país se arreglan con figuras: estableciendo una región, instalando un gobierno regional, generando burocracia y creando más parlamentarios.
¿Qué ha significado para Arica la nueva Región? Hasta el momento, ¡nada! ¿Por qué? Porque lo que importa es la voluntad política de desarrollar las Regiones, no la decisión administrativa o política de crear autoridades.
Considero que, si pensamos que porque generamos otra provincia o una nueva región o porque ponemos más Senadores arreglaremos los problemas del país, seguiremos profundamente equivocados.
Voto que no.
El señor ZALDÍVAR, don Adolfo (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Larraín.


El señor LARRAÍN.- Señor Presidente, hemos podido ver en este debate que las consideraciones políticas han sido dejadas a un lado a la hora de tomar decisiones. Porque observamos en distintas bancadas opiniones discrepantes sobre la materia que nos ocupa.
En mi concepto, aquello refleja que este asunto es perfectamente debatible, según los puntos de vista que se sustenten y las variables que uno quiera reafirmar.
Convengo en que la regionalización es una cuestión que no hemos abordado debidamente y en que la creación de nuevas Regiones no se ha hecho de la manera que uno quisiera.
Llevamos más de 30 años con el sistema actual, y las Regiones no han sido evaluadas en cuanto a su aporte como tales, su identidad interna, su funcionamiento, su efectividad.
Pienso que eso debería ser previo a la creación de más Regiones.
El mapa regional existente, a mi entender, no corresponde a la realidad nacional. Muchas Regiones son un "injerto de mono en loro": no responden a ninguna realidad, no poseen identidad alguna, y, por lo tanto, no justifican su existencia.
Me parecería razonable revisar las Regiones. Y si ese fuera el paso, quizá se abriría la posibilidad de crear otras que correspondieran a cierta realidad.
No quiero hacer un análisis exhaustivo sobre el punto. Pero he planteado que mi Región, la del Maule, se divida en dos. Porque, a decir verdad, el Maule Norte no guarda relación, vinculación, conexión, identidad alguna con el Maule Sur. Por ejemplo, ¿qué tiene que ver Curicó con Cauquenes? ¡Absolutamente nada! ¿Qué conexión hay entre ellas? ¡Cero!
Por lo tanto, si queremos Regiones con algún funcionamiento, obviamente hay que revisar el sistema.
Ahora, el centralismo existente en las Regiones es pavoroso. ¡El Maule Norte se lleva la tajada del león! ¡Al Maule Sur le llegan las migajas!
En consecuencia, hay asimismo inequidades muy fuertes, producto de un doble centralismo. Porque el centralismo no solo es santiaguino: también se da a nivel de la capital regional, ya que en torno a ella giran el desarrollo, el funcionamiento y el potenciamiento de la Región pertinente.
Entonces, a mi juicio, muchas Regiones deberían ser revisadas.
En cambio, lo que está de más es la concepción de las provincias, porque estas carecen de mayor relevancia. Y si lo graficamos en el peso específico de su autoridad principal, observamos que los intendentes sí tienen autoridad -no mucha, pero alguna-, mientras los gobernadores no pasan de ser relacionadores públicos de los gobiernos de turno, sin atribuciones, sin recursos, y por ende, figuras meramente decorativas.
Es necesario, pues, revisar las Regiones. No lo hemos hecho. Hemos seguido el camino del salame: por tajaditas. Procedimos así en la Región de Los Ríos y en la de Arica y Parinacota. En todo caso, felicito a su gente, porque consiguió lo que otros todavía no hemos logrado.
Yo por lo menos voy a persistir, mientras tenga fuerzas, en que se cree la Región del Maule Sur. Y espero que en otros lugares se cristalicen también muchos sueños y anhelos regionales para generar espacios nuevos.
Lo hizo Arica. Habiéndolo hecho, contar o no con representación parlamentaria propia pasa a ser algo importante. Y si bien constitucionalmente -como lo hemos dicho- no se desprende que deba tenerla, sería muy extraño que no dispusiera de ella.
Además, estimo que, tratándose de una Región donde hay razones geopolíticas merecedoras de mayor consideración, aquello refuerza la necesidad de tener allí una presencia significativa.
¿Va a resolver eso los problemas de Arica y Parinacota? Por cierto que no.
Aquí falta una mirada distinta, una mirada de desarrollo: cómo generamos los incentivos correctos para levantar una Región que se halla muy postergada.
No cabe la menor duda de que una nueva circunscripción senatorial no solucionará tales problemas. Pero, al revés, no dar esa señal sería muy mal leído internamente, porque implicaría falta de consideración a la nueva Región, que requiere, por su relevancia, una mirada distinta desde el punto de vista parlamentario.
Por las razones expuestas, pienso que lo justo es que la recién creada Región de Arica y Parinacota tenga su propia representación senatorial.
En consecuencia, voy a concurrir con mi voto favorable a la aprobación de esta iniciativa, que además viene acompañada por el sistema binominal.
Me alegro de que el Gobierno haya propuesto esta creación dentro del referido sistema, lo cual sirve para validar su importancia, pues demuestra que al final todavía no se han planteado mecanismos alternativos mejores que tengan credibilidad ante el propio Ejecutivo.
En mi concepto, ese es un argumento de peso para votar que sí.
El señor ZALDÍVAR, don Adolfo (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Longueira.


El señor LONGUEIRA.- Señor Presidente, el proyecto que nos ocupa me parece muy útil, porque siempre he sostenido la tesis de que no se quiere cambiar el sistema binominal. Y esta es la mejor demostración, ya que por primera vez vamos a legislar para aplicarlo en una nueva circunscripción.
Algunos no tienen problema para hacerlo. Si alguien está tan en contra del sistema binominal, no veo por qué va a concurrir con su voto favorable con aquel propósito.
Por lo tanto, estimo que este debate pone de manifiesto que el sistema en comento no es tan malo. Algunos sostienen que debe eliminarse, cambiarse, pero cuando llega la hora de votar lo perfeccionan, lo extienden a nuevas Regiones.
Quiero señalar, asimismo, que ninguna Región va a quedar sin Senadores.
Lo que considero por completo desproporcionado es que esta Corporación llegue a tener 40 miembros y que solo 4 de ellos sean de la Región Metropolitana. O sea, el 10 por ciento de los Senadores representaría a 40 por ciento de los chilenos.
Ya hoy día, de los 38 Senadores, 4 corresponden a la Región Metropolitana. Y seguir profundizando esa distorsión lleva a que la Cámara Alta pierda categoría.
Lo que se está haciendo aquí implicará que desde las alcaldías se salte, no a las diputaciones, sino a las senadurías.
No sé por qué el Alcalde de Arica tendría que pasar por la Cámara de Diputados, como debiera ser antes de llegar al Senado. Y lo mismo el de Iquique, el de Coihaique, en fin.
Todas las alcaldías del país van a ser trampolines electorales para llegar a esta Alta Corporación.
En mi concepto, el Senado debe mantener carácter nacional, legislativo, más que administrativo.
Con suerte en las ceremonias se menciona a los Senadores, señor Presidente.
Establecer una categoría en el sentido de que cada Región debe tener Senadores exclusivos de ella distorsiona absolutamente la realidad.
Yo, como Senador por la Región Metropolitana, represento a la provincia de Cordillera, a parte del área metropolitana, con 8 distritos. Y hay Senadores muy talentosos que pueden representar perfectamente a dos Regiones que, sumadas, son bastante más pequeñas que otras circunscripciones.
Sé que a lo mejor resulta más grato, más popular, decir que sí a la gente de Arica. Pero pienso que por la vía de atomizar la Cámara Alta con una representación mucho más local se la hace perder categoría.
El Senado es una Corporación nacional, una Corporación que legisla. Esa es su importancia.
Por lo tanto, el diseño de los distritos y de las circunscripciones puede ser muy distinto, muy variado. Es algo que ya se señaló.
De hecho, al crearse la Región de Los Ríos, nadie planteó que fuera una inconstitucionalidad el que quedaran Senadores representándola integralmente a ella y a parte de la de Los Lagos. En consecuencia, como algunos de ellos corresponden a media Región, a una Región completa, a una Región y media, me parece un criterio completamente válido que en el caso de otros se contemplen dos Regiones.
A mi juicio, aumentar la cantidad de miembros de esta Corporación sobre la base de la lógica de crear Regiones determinará, finalmente, que el Senado, con el tiempo, pierda categoría y prestancia. Resulta fundamental que seamos cuidadosos, para que la representación en esta rama del Congreso, cualesquiera que sean las personas que la ejerzan o los partidos a que pertenezcan, diga relación al mayor nivel posible. Y creo que ello apunta a localizar la votación.
Por esa razón -y muchas otras, señor Presidente-, voy a votar en contra de la creación de una circunscripción senatorial, no solo en la Región de Arica y Parinacota, sino también en cualquier otra, si alguien consiguiese el día de mañana los votos requeridos para establecerla.
El señor PROKURICA (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Zaldívar.


El señor ZALDÍVAR (don Adolfo).- Señor Presidente, más que la importancia o no de crear una circunscripción senatorial -en este caso, la de Arica y Parinacota-, me motiva la cuestión de fondo.
Desde la testera he presenciado una discusión inteligente, con mucho sentido. Y mi reflexión es que esta va mucho más allá de la iniciativa en sí. Ese es el problema serio. O sea, debemos precisar bien en lo que nos ocupamos.
En ese sentido, cabe recordar que en el país se aplica un sistema bicameral, el cual obedece al criterio de que una parte se genera en razón de la población, y otra, del territorio. Si ello es algo básico, no cabe desconocerlo y apuntar a que solo debería mediar una cierta correspondencia en función de la cantidad de la población para definir dónde existe una Región que merezca ser tal.
Francamente, esa discusión no la hemos tenido en serio. Y se plantea una dificultad de fondo, porque el centralismo no da para más. Se requieren Regiones, pero Regiones de verdad, que puedan desarrollarse en propiedad. Y a eso no se está contribuyendo.
En el pasado había en Chile tres o cuatro instancias de poder importantes: Santiago, Valparaíso, Concepción y Coquimbo. Posteriormente, el país de alguna forma fue creciendo y fusionándose, hasta llegar a lo de hoy. Sin embargo, las Regiones no se han fortalecido. Valparaíso, por ejemplo, es menos -¡pero mucho menos!- de lo que fue en el siglo XIX. ¡Y qué decir de Concepción! ¡O de Coquimbo o de Copiapó!
¡Eso es lo grave!
Hace un rato escuché al Honorable señor Letelier decir -y con mucha razón- que en la Sexta Región no existe una universidad pública. Al respecto, hago presente a Su Señoría, al Senado y a Chile que en la Undécima Región, con 120 mil kilómetros cuadrados -la quinta parte del territorio nacional-, no hay una sola universidad.
En consecuencia, hablemos en serio.
¿Y cuál es la voluntad política para contribuir a que la Región de Aisén logre una situación de correspondencia con el resto del país? ¡Ninguna! Y, por la forma como se están haciendo las cosas, ello no se conseguirá. Pero llevamos dos años en una discusión sobre el Transantiago, como si fuera el único problema en Chile, sin que todos esos otros aspectos pesen o tengan sentido.
Entonces, ¿cómo conseguir el equilibrio?
Se han expuesto, con mucha razón, algunos argumentos en el sentido de que el Senado, como van las cosas y por la forma como se va generando, perderá toda especificidad, toda respetabilidad. Puede ser.
Pero lo más grave es que carecemos de un sistema político que refleje la correspondencia real a que he hecho referencia. No quiero ser ofensivo con nadie, pero ¿en qué se diferencia la Sexta Región de la Séptima? ¿En qué se diferencian en la historia? En nada. Es la misma zona del valle central. ¿En qué se diferencian en términos étnicos? En nada. ¿En qué se diferencian económicamente? En nada. ¿Cuál es la diferencia? Al parecer, no existe. ¡Pero conforman dos Regiones!
Y aquí hemos andado haciendo verdaderos malabarismos para configurar otras: la de Los Lagos, la de Los Ríos. En fin, exageramos hasta en los propios nombres para poder adquirir justeza o seguridad en cuanto a lo que hacemos.
Sin embargo, no contribuimos realmente a la descentralización. La población se sigue concentrando hoy día -y lo seguirá haciendo- en Santiago. Y las decisiones continuarán tomándose allá. ¿Quién se va a provincia por un incentivo real? Al contrario, ¿quién no intenta venirse de provincia a la Capital?
Con esta manera de legislar, nos encontramos lejos de generar un sistema político fuerte y sólido. ¡Y ello, más allá de discutir acerca del binominal, que a estas alturas es prácticamente un accidente en el tema en debate! El problema radica en que no estamos construyendo un país y un Estado unitario que también cuente con una posibilidad de descentralizarse, para que la ecuación política por definir obedezca a una lógica.
De lo contrario, cambiemos asimismo el sistema bicameral por otro unicameral. ¡Porque lo que se observa carece de lógica! ¡Lo existente hoy día prácticamente es una suerte de engendro político!
Y el presidencialismo que nos rige, frente a un Congreso feble, se traducirá en un debilitamiento cada vez mayor de la sociedad civil y, a la larga, de la sociedad chilena, en general.
El que ideó la división del país en trece Regiones se ciñó a una concepción determinada. Pero, francamente, por la forma como se siguió avanzando en este ámbito, creo que no existió ni el ánimo de corregir esa idea ni el de mantenerla.
Por mi parte, difiero de tal criterio. Habría sido mejor diseñar Regiones más grandes, más fuertes, pero con una debida correspondencia en todo, con un poder efectivo, sin ser este el remedo que es hoy, el cual no logra compensar un centralismo cada vez más abusador y que lleva a los excesos que vivimos, realidad en la que no se da importancia a los problemas de las Regiones y en la que no pesan las decisiones que estas puedan tomar.
Y, en último término, ello se pretende corregir con la incorporación de dos, cuatro, seis u ocho Senadores más. ¡Pero si estos no serían definitivamente determinantes en la política!
Por lo tanto, señor Presidente, voy a rechazar en general el proyecto, pues creo que está mal concebido, a fin de obligar a que logremos una forma de abordar el problema real de cómo se estructura el poder político -por ende, el Senado y la Cámara de Diputados-, de manera que la ecuación se resuelva legítimamente y no como hoy. Es una lástima ver que la gente en nuestras Regiones prácticamente no está en condiciones de participar en el desarrollo del país, porque sus puntos de vista no pesan, no son tomados en cuenta.
Por ello, dado que el asunto va mucho más allá de tener un par de Senadores, más o menos, o de darle a una Región la posibilidad de contar con dos Senadores, creo que lo que debemos hacer es abrirnos, de una vez por todas, a discutir el problema de fondo, para ver cómo establecer un sistema político en Chile.
El señor PROKURICA (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Ruiz-Esquide.


El señor RUIZ-ESQUIDE.- Señor Presidente, desde hace bastante tiempo se ha llevado a cabo en esta Corporación el debate acerca de las ventajas comparativas de las regiones según exista o no un mayor número de parlamentarios.
Después de recoger varias observaciones, quisiera señalar muy brevemente lo siguiente. Chile registra -y lo hemos sostenido muchas veces- una descompensación muy fuerte en el régimen presidencial vigente, frente a las atribuciones del Senado o de la Cámara de Diputados, en su conjunto. Ello determina que, a la larga, o se efectúa una corrección o tendrá lugar, probablemente, un choque muy fuerte si de pronto nos encontramos con Senadores un poco más tajantes en su posición o con un Primer Mandatario que entiende que el presidencialismo es más de lo que ya le corresponde en virtud de la Carta Fundamental.
Por eso, lo primero que uno debe asimilar aquí es tanto el bien nacional como el de Arica. Nadie lo está negando. A mi juicio, con dos Senadores más en esa Región, la verdad es que, como se ha dicho, no sucederá mayor cosa, desgraciadamente. Pero así es.
Ahora bien, deseo formular una observación marginal respecto de lo que es el sistema binominal. Difiero de lo manifestado aquí por un señor Senador. Creo que sí es un método que nos está complicando la existencia en cuanto a la real representatividad de los organismos a los cuales rige. Y, por lo tanto, no se puede aseverar que es inocuo el que se cambie o no.
El punto más de fondo -ya lo han señalado algunos Honorables colegas- es qué queremos como régimen universal. Pienso que el hecho de que se cuente con tres o cuatro modos de elegir también es una falta de racionalidad, porque todos deberían regularse de la misma manera.
Sin embargo, el tema mayor, para mí, se refiere a que cuando comenzó la regionalización, allá por los años 1966-1967 -en la Región que represento o en parte de ella fue lo primero que se hizo como práctica piloto-, fue concebida de otra forma.
Las regiones responden -y desde su creación en adelante- más bien a una concepción política que no tiene nada que ver con la historia. En aquella que represento existe, históricamente, una antinomia entre Chillán y Concepción, por lo que se plantea una interrogante en cuanto a la función que cabe desempeñar en ese caso. Si alguien pregunta hoy si se representa a la Segunda o a la Quinta Región, suena a chiste.
Por mi parte, señor Presidente, voy a votar en contra, porque es preciso resolver en serio el problema de fondo.
Dejo establecido, una vez más -por cuanto nunca se ha tocado el punto y no sé si median ideas o voluntad como para estudiarlo-, que soy partidario de un Senado nacional, elegido nacionalmente. Las experiencias extranjeras al respecto han sido buenas, en términos de dar mayor amplitud al debate. Y la situación de los Senadores se consolidaría, pari passu, frente a la conducta de los ministros, sin que necesitaran acudir, cual mendicantes, a pedir un hospital o cualquier cosa.
Además, nada hemos ganado con el modelo de las actuales regiones. Se ha señalado que nunca más habrá una modificación en ese ámbito. Por lo tanto, como en su momento presentamos proyectos para dividir también la Región del Biobío, donde efectivamente concurren razones étnicas, de subdesarrollo extremo, para tal efecto, no veo por qué ahora se votaría por una nueva Región si se ha dicho que no se aludirá más al asunto, no se abordará el tema de fondo ni servirá de mucho el que haya dos o tres Senadores más por cada una de ellas. Ante un sistema como el actual, me pronunciaré en contra, por las razones dadas.
Y deseo insistir, aunque ello obtenga poca recepción, en un Senado nacional. En Colombia, donde se aplica ese sistema, se han logrado buenos resultados. Lo malo sería una concentración de Senadores que pudieran ser elegidos con los votos de Santiago. Sin embargo, la experiencia colombiana es diferente. En ese país existe menos concentración que en Chile -estoy de acuerdo-, pero también ha ocurrido algo muy sencillo: la cantidad de gente que vuelve desde las regiones a Bogotá es tal que termina votando por congéneres que han vivido en esas zonas. En Santiago, no menos de 30 ó 35 por ciento de la población corresponde a personas que han pasado por la experiencia de vivir en otras regiones y que mantienen sus relaciones. Es muy probable que en ese caso haya votos para uno u otro tipo de Senadores.
Por lo demás, la verdad es que entre los representantes de las regiones -no es el caso del actual Senado, sino de los anteriores- se han contado bastantes santiaguinos. Y, en consecuencia, no ha existido ninguna razón como para que suceda lo señalado.
En estas condiciones, señor Presidente, votaré en contra del proyecto. Pero insistiré en la conveniencia de una discusión de fondo sobre el asunto y de un sistema general, para todo el país, que tenga en cuenta las necesidades que presenta la estructura política y no solo las ventajas comparativas de una u otra Región. Porque, a modo de ejemplo, en aquella que represento hay un fuerte movimiento para que genere otras dos. Incluso, existen dudas acerca de si la división debe ser, de norte a sur, entre este y oeste, o al revés, entre norte y sur, considerándose algunos otros sectores y agregándose parte de Malleco.
El señor ZALDÍVAR, don Adolfo (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Bianchi.


El señor BIANCHI.- Señor Presidente, realmente no pensaba intervenir. Más bien quería escuchar las distintas posiciones de mis Honorables colegas. Pero me hace mucha fuerza la idea de hacerlo, primero, porque no están los votos para la aprobación del proyecto.
En consecuencia, solo me resta expresar a los Senadores señores Orpis y Flores -y lo digo con mucho afecto y consideración- que continúen con la buena práctica que han desarrollado hasta el momento. Porque nadie puede colocar en duda el compromiso y ejercicio político que ambos han llevado a cabo en la Región que representan.
Sin embargo, quise tomar la palabra porque me resulta imposible tolerar la poca deferencia exhibida por el Senador señor Longueira. ¡Y eso no se lo puedo aguantar ni a Su Señoría ni a nadie! Estimo que ha cometido una horrorosa falta de respeto al afirmar que esta Institución debe cuidarse de que entren concejales o alcaldes por ser de una clase distinta.
¿Usted cree, colega Longueira, que he desprestigiado a esta Corporación? ¿Estima que pertenezco a una clase distinta?
El señor LONGUEIRA.- No he dicho eso.
El señor BIANCHI.- ¡Sí lo dijo, señor Senador! Y me parece que constituye una falta de respeto enorme hacia cualquier ciudadano con las capacidades intelectuales, técnicas, humanas -un valor humano que no se compra en ningún lugar-, para representar a otros.
Reitero que, en verdad, me iba a abstener de usar de la palabra. Pero es imposible dejar pasar semejante actitud en contra de alguien que puede tener el legítimo derecho o deseo de representar a la gente en el Senado de nuestra nación.
Más allá de eso, señor Presidente, estoy seguro de que aquí he honrado fundamentalmente a los habitantes de la Región de Magallanes y a cualquier otra persona. Adquirí una experiencia municipal que no es menor y que ya quisiera cualquier otro, la cual harto deja, harto enseña, para poder representar también de mejor manera las inquietudes de la población.
En segundo lugar, tampoco estoy de acuerdo con la creación de regiones de papel. Pienso que las regiones deben contar con representantes que exhiban un sentido de pertenencia; que interpreten el sentimiento de la ciudadanía, no de un cierto nivel intelectual ni social o económico. Me refiero a la gente a la que cualquiera de nosotros va a pedirle el voto. Las que votan son las personas.
Por lo tanto, señor Presidente, entendiendo que no están los votos ni la disposición para aprobar el proyecto, y habiendo ya discutido este asunto varias veces, creo que el Estado tiene una gran deuda al no hacer un seguimiento de las Regiones y al no brindar a estas, en especial a las extremas -si no me equivoco, lo dijo el Senador señor Núñez y me sumo a ello absolutamente-, un tratamiento geopolítico. Porque es el Estado el que debe pronunciarse, y no lo ha hecho. Hoy, señor Presidente, no existen gobiernos regionales: lo que hay son administraciones regionales. Y, en consecuencia, se hace totalmente necesario que el Gobierno central y el Estado de Chile articulen de mejor manera a cada una de las Regiones.
Ojalá, señor Presidente, que no se sigan creando regiones de papel que luego no tengan una auténtica representación.
He dicho.
El señor ZALDÍVAR, don Adolfo (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Pérez Varela.


El señor PÉREZ VARELA.- Señor Presidente, tampoco iba a intervenir en el debate, pero, al contrario del señor Senador que me antecedió en el uso de la palabra, no he escuchado en esta Sala una afrenta o una mirada despreciativa hacia las personas.
Yo creo que el Senador señor Longueira hizo un análisis político del efecto perverso que puede provocar el ir minimizando o achicando las Regiones, pues con ello se está contribuyendo a que el Senado de la República deje de tener estatura para mirar al país en su conjunto, tal como corresponde a su función principal.
Ese es el tema de fondo.
Uno podrá estar de acuerdo o en desacuerdo con lo anterior, pero no puede interpretarse de las palabras del Honorable señor Longueira que se esté objetando o vetando el ingreso de personas con determinadas características a la Cámara Alta. Su Señoría apunta a cuidar que el Senado tenga la mirada de país, la mirada nacional que se requiere.
Si vamos a continuar con una política indiscriminada de creación de Regiones, corremos el riesgo de vernos enfrentados a la distorsión a la que el Senador señor Longueira sugiere poner atención.
Por lo tanto, quiero dejar bien en claro que no he escuchado ninguna falta de respeto, ninguna acción de menoscabo hacia nadie. Por el contrario, se nos pidió tener especial interés en que nuestra institución mantenga una mirada de país que nos permita a todos contribuir al bien común.
Yendo derechamente al proyecto que nos ocupa, señor Presidente, creo que aquí estamos frente a una situación básica.
En la Comisión de Gobierno me tocó trabajar, junto con los Senadores señores Orpis y Flores, en la creación de la nueva Región de Arica y Parinacota. Incluso, nos constituimos en ella en alguna oportunidad. Y me parece que, por su importancia geopolítica, merece una respuesta en cuanto a la necesidad de contar con el conjunto de autoridades de las instituciones del Estado.
Desde esa perspectiva, me parece indispensable que esté constituido en la zona el Poder Ejecutivo, pero también debe contarse allí con la presencia de instituciones representativas como la Cámara de Diputados y el Senado, porque así podemos dar mayor fuerza geopolítica al norte de Chile, que tanta voluntad política requiere para crecer y desarrollarse.
Por eso, voy a votar favorablemente la iniciativa.
El señor HOFFMANN (Secretario General).- ¿Algún señor Senador no ha emitido su voto?
El señor ZALDÍVAR, don Adolfo (Presidente).- Terminada la votación.
--Se rechaza el proyecto (16 votos por la negativa, 15 por la afirmativa y 2 abstenciones).
Votaron por la negativa la señora Alvear y los señores Arancibia, Ávila, Cantero, Chadwick, Gazmuri, Kuschel, Longueira, Muñoz Barra, Naranjo, Navarro, Novoa, Pizarro, Ruiz-Esquide, Sabag y Zaldívar (don Adolfo).
Votaron por la afirmativa los señores Allamand, Coloma, Escalona, Flores, García, Gómez, Horvath, Larraín, Letelier, Muñoz Aburto, Núñez, Orpis, Pérez Varela, Prokurica y Romero.
Se abstuvieron los señores Espina y Frei.
El señor ZALDÍVAR, don Adolfo (Presidente).- Como el proyecto fue aprobado por la Cámara de Diputados, la Mesa propone a los miembros de la Comisión de Gobierno para que integren la Comisión Mixta que deberá formarse.
El señor PIZARRO.- ¡Esa Comisión perdió drásticamente¿!
El señor NARANJO.- ¡Y había aprobado el proyecto cuatro por cero!
El señor PIZARRO.- ¿Me permite, señor Presidente?
El señor ZALDÍVAR, don Adolfo (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Pizarro.


El señor PIZARRO.- Fuera de bromas, señor Presidente, pienso que la Comisión Mixta debe estar conformada de una manera lógica. ¿Usted se imagina que la integren los miembros de la Comisión de Gobierno, que por unanimidad recomendaron a la Sala de este Senado aprobar un proyecto que finalmente ha sido rechazado?
Yo propongo que representen a esta Corporación los integrantes de la Comisión de Constitución, considerando que hay un tema de constitucionalidad envuelto, o bien se designe a Senadores que sean más representativos de la decisión que ha adoptado la Sala. Si no, ¿qué se va a ir a negociar a la Comisión Mixta?

El señor ZALDÍVAR, don Adolfo (Presidente).- Son hombres de honor, así que actuarán como corresponde.
El señor PIZARRO.- ¡Después de escuchar al Honorable señor Núñez, no hay ninguna posibilidad¿!
El señor ZALDÍVAR, don Adolfo (Presidente).- Además, señor Senador, el artículo 46 del Reglamento, ubicado en el Párrafo 2°, "Comisiones Mixtas"¿
El señor PIZARRO.- ¡De honor, sí¿!
El señor ZALDÍVAR, don Adolfo (Presidente).- Si me permite continuar, Su Señoría.
Quiero recordar a la Sala que en nuestro Reglamento existe una norma expresa -el artículo 46- que establece que "La representación del Senado estará integrada por los miembros de la Comisión permanente que tuvo a su cargo el estudio del proyecto".
El señor PIZARRO.- ¡Ah, bueno! Siendo así¿
El señor ZALDÍVAR, don Adolfo (Presidente).- En consecuencia,¿
El señor PIZARRO.- ¡Sé que vamos a tener la mejor defensa posible¿!
El señor ZALDÍVAR, don Adolfo (Presidente).- ¿ se designa para representar al Senado en la Comisión Mixta a los integrantes de la Comisión de Gobierno, en el bien entendido de que tienen que expresar y representar el sentir de la Corporación en cuanto tal.
--Así se acuerda.
El señor NÚÑEZ.- Señor Presidente, hubo dos abstenciones que inciden el resultado. Por lo tanto, habría que repetir la votación.
El señor ZALDÍVAR, don Adolfo (Presidente).- No, señor Senador, porque el proyecto tiene rango orgánico constitucional, de tal modo que, aun cuando las dos abstenciones se agregaran a la posición favorable, no se alcanzaría el quórum necesario.