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PRÓRROGA DE VIGENCIA DE ESTADO DE EXCEPCIÓN CONSTITUCIONAL DE EMERGENCIA POR GRAVE ALTERACIÓN DEL ORDEN PÚBLICO EN PROVINCIAS DE BIOBÍO Y ARAUCO (REGIÓN DEL BIOBÍO) Y DE CAUTÍN Y MALLECO (REGIÓN DE LA ARAUCANÍA)


La señora RINCÓN.- Gracias, Presidente.
La Araucanía, al igual que Chile, necesita paz y diálogo. Necesita paz y diálogo para crecer y desarrollarse.
La decisión del Gobierno de declarar estado de excepción constitucional en comunas de las Regiones del Biobío y de La Araucanía es un reconocimiento a la incapacidad de resolver mediante las vías de diálogo un conflicto centenario, como se ha demostrado en otros conflictos similares en otros lugares. Esto, sin lugar a dudas, es el fracaso de la política.
La situación de orden público es tremendamente grave y peligrosa. Esta es una responsabilidad del Gobierno y de las policías.
¿Tiene sentido en ese escenario involucrar a las Fuerzas Armadas en el control de este conflicto? Debemos hacer, sin lugar a duda, todos los esfuerzos para que el diálogo entre las partes se transforme en el principal protagonista de la paz.
La presencia de las Fuerzas Armadas en la zona sur, Presidente, técnicamente refleja un proceso que muta desde la fragilidad democrática y territorial hacia una guerra de baja intensidad, cuestión que solo significará una escalada de violencia si no hacemos algo más.
Debemos fortalecer el sentido de justicia nuevamente en la zona, no solo en la aplicación de la ley, sino también para acelerar las causas judiciales y convocar a un gran acuerdo histórico-territorial a un nuevo Parlamento.
El problema o conflicto en La Araucanía no solo es social y político; también es cultural y económico.
Recuerdo con fuerza a Muhammad Yunus, Premio Nobel de Economía, quien sostenía que los pobres no tienen derechos humanos porque no cuentan con acceso al dinero.
Esto pareciera ser la toma de decisiones contra alguien de una naturaleza distinta.
Este es un conflicto entre chilenos. Por ende, no son las armas las que deben mediar en este conflicto. El estado de excepción constitucional no es, creo yo, el camino en la línea de lo correcto.
Como dijo Sergio Micco, Director del Instituto Nacional de Derechos Humanos, "Las armas deben guardar silencio". "Lo esencial es una investigación pronta y exhaustiva. Los tiempos de la justicia penal no son los tiempos de la paz social".
Esta situación no se soluciona con la votación a favor o en contra de un estado de excepción constitucional, requiere de una profunda discusión que no hemos realizado en décadas.
El reencuentro, la paz y el desarrollo de nuestro país pasa necesariamente por la desmilitarización y el diálogo urgente y oportuno con las comunidades y las autoridades.
Existe una violencia inaceptable, y el Gobierno con sus medios no tiene la capacidad de resolverla. Aunque sea una extensión de quince días, no creo que las armas vayan a resolver el problema, pero aun así hay que proteger a la ciudadanía. Por ello, debemos utilizar todos los medios a disposición con el fin de fortalecer los canales de diálogo. Basta leer este fin de semana el esfuerzo del Centro Nansen, que señaló que el diálogo es la forma de construir soluciones.
Creo profundamente en que el monopolio de las fuerzas es del Estado, y tenemos que defender aquello. Es fundamental que exista orden, respeto, que las personas tengan seguridad. Y, en este escenario en donde no existe, las Fuerzas Armadas son las que tienen que permitir que construyamos o mantengamos un Estado de derecho.
Junto con el Senador Lagos presentaremos una indicación al proyecto de Ley de Presupuestos para constituir una comisión de reencuentro en la que podamos realizar una evaluación no tan solo de las acciones del Estado chileno en el Wallmapu durante los últimos treinta días del estado de excepción constitucional, sino que además respecto de lo que se ha hecho durante el mandato del actual Gobierno y de los gobiernos anteriores.
Insto al Gobierno a perseverar por la vía del diálogo, con o sin estado de excepción constitucional, y de cara a la ciudadanía y a las comunidades. Como segunda autoridad de nuestro país, me ofrezco para mediar en este diálogo y fortalecerlo en aras de buscar una solución al conflicto.
Por tanto, no se trata de aprobar o rechazar; se trata de hacer las cosas de manera distinta.
Presidente, a través de usted, solicito al Primer Mandatario de nuestro país que dé respuesta favorable a la solicitud que haremos con el Senador Lagos para que se constituyan los fondos, pero, más importante aún, para que se constituya en esa comisión.
No estoy en condiciones de rechazar la solicitud del Gobierno, pero tampoco creo que sea este el camino. Por ello, me abstengo.