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REFORMA CONSTITUCIONAL SOBRE SEGUNDO RETIRO EXCEPCIONAL DE FONDOS ACUMULADOS DE CAPITALIZACIÓN INDIVIDUAL


La señora RINCÓN.- Gracias, Presidenta.
Pido disculpas a mi colega Jaime Quintana, por no haberlo escuchado atentamente, pero hemos conversado sobre este tema.
La verdad, Presidenta, es que hoy día estamos enfrentados a una discusión que, sin lugar a dudas, muchos de nosotros no quisiéramos. El tener que pedirles a los trabajadores, hombres y mujeres de nuestro país, que usen sus ahorros para enfrentar la pandemia es algo que no nos gusta.
Creo que, como lo ha dicho el Senador Quintana, es una mala política pública, pero frente a la ausencia de una política pública es imposible no pensar en aprobar este proyecto de reforma constitucional.
Cuando uno mira los datos, y he escuchado atentamente las intervenciones que hubo en la Comisión de Constitución, que llevó adelante el Senador De Urresti, quien la preside, cuando uno observaba los datos del Presidente del Banco Central y comprobaba que más de 12 millones de afiliados retiraron parte de sus ahorros o todos sus ahorros, que para la mayoría de ellos representaron dos ingresos mensuales, y cuando uno piensa lo que ha durado la pandemia y lo que esta parte del ahorro significó en la vida de esas familias, no puede sino pensar que era una medida desesperada.
La Senadora Provoste dijo en su intervención que durante años se les ha repetido a los trabajadores de nuestro país, hombres y mujeres, que estos dineros son suyos, y creo que esta mala política pública tuvo varias virtudes, una de ellas fue ratificar lo que se ha dicho por tanto tiempo: los dineros son de los trabajadores, y frente a la ausencia de una política de gobierno, sus ahorros son los que les han permitido enfrentar la dolorosa situación a los que los ha expuesto la pandemia; como también fueron los ahorros de los trabajadores en el Seguro de Cesantía los que permitieron suspender las relaciones laborales.
¡Los ahorros de los trabajadores, Presidenta!
Y lo digo porque durante todo este tiempo, desde marzo, en que presentamos el proyecto de ley que posibilitaba el retiro del 10 por ciento de los ahorros, el Gobierno ha repetido sin cansarse que esta no es una buena medida; pero pese a que lo ha repetido incansablemente, primero, no ha ofrecido ninguna otra solución, y segundo, termina presentando al debate de este Parlamento aquello que considera malo, como alternativa.
Presidenta, si pensamos en las familias de nuestro país, si pensamos en hombres y mujeres que no calificaron nunca para acceder a una ayuda del Estado, a través del IFE 1, IFE 2, o IFE 3; si pensamos en el conjunto de hombres y mujeres emprendedores que hoy día están endeudados, con la obligación de pagar las cotizaciones previsionales de sus trabajadores suspendidos y que no califican para el Fogape ni para ninguna otra ayuda, ¿qué les decimos? ¿Que esta es una mala política pública? ¿Qué les decimos? ¿Que esta es una mala idea y que vean cómo se las arreglan?
Es dramática la situación de millones de hombres y mujeres en nuestro país, y yo al menos no estoy en condiciones de decirles que tienen que enfrentarla como puedan. Esto es lo único que se ha podido ofrecer. Cuando en marzo presentamos el proyecto y le pedimos patrocino al Gobierno, no respondió.
En esa iniciativa, Presidenta, hablábamos de que el Gobierno tenía que ayudar a que las familias más sencillas pudieran recuperar sus ahorros a través de un bono de reconocimiento, y le pedíamos que se pusiera en el lugar de los que más lo necesitaban, pero no respondió.
Entonces, creo que se insiste majaderamente en que no es bueno esto.
Después de todo un debate largo, de horas, en la Comisión de Constitución, en que se aprobaron todas las indicaciones, en que presentamos además -podría certificarlo el Presidente de la Comisión- una indicación que decía que los trabajadores podían devolverlo voluntariamente, el Gobierno guardó silencio; en que aprobamos que aquellos acreedores de pensiones alimenticias pudieran reemplazar al deudor para retirar el 10 por ciento, el Gobierno guardó silencio.
Y ¿qué es lo que hace, Presidenta? Este domingo, en la tarde, anuncia a todo el país que presentó un requerimiento al Tribunal Constitucional. O sea, da un portazo, un portazo a la única esperanza de hombres y mujeres que veían que con sus ahorros iban a salvar los dos próximos meses.
No contento con ello, el Gobierno, que no recurrió respecto del primer retiro, presenta un proyecto de ley, que viene a ser, como decía mi colega aquí al lado, una mala copia de lo que hicieron nuestros colegas en la Cámara de Diputados; una mala copia porque limitaba; una mala copia porque cobraba impuestos; una mala copia porque establecía un reintegro obligatorio; una mala copia porque no consideraba las pensiones de alimentos.
Presidenta, insiste el Gobierno en su incapacidad de entender que aquí debe haber solidaridad; insiste el Gobierno en limitar el retiro de un monto determinado; insiste el Gobierno en cobrar impuestos cuando no es capaz de cobrar a aquellos que lo estafan y les dan perdonazos. O sea,...
La señora MUÑOZ (Presidenta).- Un minuto, Senadora.
La señora RINCÓN.- O sea, Presidenta, no se entiende el drama que se vive en Chile y lo que esta conducta obtusa, egoísta del Gobierno puede provocar desde el punto de vista social.
No me gusta que los trabajadores tengan que recurrir a sus ahorros, pero menos me gusta pensar que hay familias que pueden perder sus viviendas, que pueden quedar en una situación crítica producto del no pago de los estudios de sus hijos, o que simplemente no tengan como enfrentar mañana el desayuno en sus casas.
Presidenta, yo voy a aprobar este proyecto de ley, porque es una reforma constitucional, que malamente puede ser inconstitucional, y porque hoy día quien gobierna no quiere ejercer su rol y no plantea una alternativa distinta.
Gracias, Presidenta.