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INFORME DE COMISIÓN ESPECIAL PARA ESTUDIO DE REFORMAS A SISTEMA DE ADMINISTRACIÓN DE FONDOS DE PENSIONES


El señor GIRARDI.- Señora Presidenta, qué duda cabe de que este es uno de los temas políticos pendientes. Para el Senador que habla, el que nos ocupa es un problema de esa naturaleza. Porque, para muchos de nosotros, el sistema de AFP no es más que un instrumento elaborado para validar un modelo de capitalismo oligárquico, neoliberal y que se sustenta en tres ejes: en una Constitución antidemocrática, en una estructura educacional privatizadora y en un régimen de seguridad social que transformó el derecho a la previsión en un bien de consumo. Ello, porque la gente con dinero recibe hoy día una pensión decente y los que carecen de recursos están condenados a la miseria.
Chile debe avergonzarse de su desigualdad; pero, sobre todo, de condenar a la pobreza a personas que han llegado a 65 años.
El sistema es totalmente injusto y requiere cambios profundos, porque es la "caja negra" del modelo neoliberal. Y por eso es tan difícil tocarlo: porque detrás se encuentran los llamados "poderes fácticos", detrás se halla la forma como se ordena el régimen económico del país.
Si queremos democratizar Chile, si queremos construir una sociedad más justa, resulta evidente que aquí estaríamos tocando el centro neurálgico, el sistema nervioso central de la construcción del poder económico, del poder político. Por eso, me parece que se trata de una prioridad. Porque el mecanismo nunca fue pensado en términos de garantizar pensiones dignas: fue pensado como negocio y modelo de perpetuación o fortalecimiento de un modelo económico que hoy día está en crisis en el mundo entero.
Es cierto lo expresado por mi Honorable colega Zaldívar acerca de que el estado de bienestar que otorga pensiones dignas en Europa se encuentra en crisis; pero mucho más lo está nuestro sistema, que condena a la pobreza, a la miseria, a miles de personas.
--(Aplausos en tribunas).
La señora ALLENDE (Presidenta).- Puede redondear la idea para concluir, señor Senador.
El señor GIRARDI.- Y no solo condena a la pobreza y a la miseria a miles de personas, sino que también percibe utilidades vergonzosas. Nosotros hemos sido cómplices de un mecanismo en virtud del cual, cuando todos los chilenos experimentan pérdidas, estas entidades aumentan la utilidad que obtienen.
--(Manifestaciones en tribunas).
¡Díganme qué justicia hay en ello!
La reforma de la Presidenta Bachelet fue muy importante, en efecto, pero hoy día es preciso abordar la cuestión de fondo. Constituyó una medida de dignidad, mas no le tocó un pelo de la cola al negocio, a la industria injusta de las AFP. ¡Hay que incorporar de una vez por todas en esta sociedad, del mismo modo como estamos procediendo en la reforma de la educación, de la salud, el derecho a la previsión social, que requiere una modificación constitucional, y la solidaridad en el sistema!
Ese es el gran desafío que tenemos por delante y al que quiero invitar a las organizaciones presentes, al Gobierno y al Congreso, porque, en caso contrario, no habrá verdaderos derechos humanos en nuestro país ni verdadera democracia.
He dicho.
--(Aplausos en tribunas).