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ANÁLISIS DE FALLO DE CORTE INTERNACIONAL DE JUSTICIA DE LA HAYA SOBRE DIFERENDO MARÍTIMO ENTRE PERÚ Y CHILE


El señor CHAHUÁN.- Señor Presidente, Honorable Sala, lo primero que corresponde hacer es felicitar a los equipos jurídicos que presentaron nuestras alegaciones en La Haya, los cuales fueron designados por la ex Presidenta Bachelet -hoy día Mandataria electa- y ratificados por el Presidente Piñera.
Deseo señalar claramente que, frente a este proceso, el Gobierno de Chile siempre reaccionó de acuerdo con la institucionalidad. Es así como el Presidente de la República, si bien conduce las relaciones exteriores del país, fue de alguna manera comunicando los avances respectivos a las distintas autoridades de nuestra nación. Por de pronto, al Congreso Nacional y, también, al Consejo de Seguridad Nacional, para los efectos de ir entregando institucionalmente esa información, como corresponde, a las Fuerzas Armadas.
Es interesante analizar los elementos centrales del fallo.
En primer lugar, la Corte Internacional de Justicia de La Haya reconoció la existencia de un acuerdo marítimo entre las Partes, y que en el Tratado de 1954 ambos países habrían efectivamente delineado un límite marítimo, basado en un paralelo geográfico, lo cual formó parte central de las alegaciones de Chile.
Segundo, dicho Tribunal confirmó claramente el paralelo del hito N° 1 como el punto de inicio de la frontera marítima. Ello es relevante puesto que, dentro de las pretensiones del Perú, estaba la relativa a la superficie de algunas hectáreas, ubicada a 15 kilómetros al norte de Arica, contigua al aeropuerto de Chacalluta.
Adicionalmente, cabe indicar que, si bien se puede generar una controversia respecto de los límites territoriales terrestres, lo cierto es que, a nuestro juicio, ese tema quedó completamente zanjado, y sería un acto majadero de Perú que intentara finalmente obtener el arbitraje de parte de Estados Unidos, como lo permite el Tratado de 1929.
En tal sentido, la Corte puntualizó claramente que no tiene jurisdicción en lo atinente a límites terrestres. Y, en cuanto a los marítimos, que era la cuestión controvertida, estableció que aquel comienza a partir del hito N° 1 y no desde el punto 266 o "Punto Concordia", como lo pretendía el alegato peruano.
En tercer término, es del caso destacar que el fallo reconoce una zona económica exclusiva para Chile, desde el paralelo que pasa por el hito N° 1 hasta 80 millas marinas y, a partir de ese punto, en la zona al oeste y al sur de una línea equidistante de las líneas de base de ambos países.
Ese aspecto es importante, pues, como lo reconocen tanto la Presidenta electa, Michelle Bachelet cuanto el Presidente Piñera, acá no ha estado en juego la soberanía del país. Chile sigue siendo soberano en su mar territorial, en las primeras doce millas, como también tiene ciertos derechos en la zona contigua y, adicionalmente, posee una zona económica exclusiva.
Sobre el particular, es interesante mencionar que, en mi opinión, no había antecedente jurídico alguno que dijera relación con cortar la proyección del hito N° 1 en la milla 80. Nosotros aspirábamos a que la proyección fuera hasta las 200 millas, como lo sostuvo la tesis esgrimida por tres países sudamericanos: Ecuador, Perú y Chile para efectos de poder consagrar en el nuevo Derecho del Mar la existencia de la zona económica exclusiva, que fue reconocida en los años 70 y 80 en el escenario mundial.
Por tanto, que la Corte Internacional de Justicia sostenga que la razón para acortar la zona económica exclusiva en la milla 80 radica en los usos pesqueros o, bien, en el récord de denuncias por capturas ilegales, nos parece no del todo consistente.
Como he manifestado, el fallo reconoce y cautela en su integridad las 12 millas que constituyen el mar territorial y soberano de Chile, sobre el cual nuestro país mantiene plenos y absolutos derechos.
En quinto lugar, resulta fundamental destacar que la casi totalidad de la pesca existente en la zona norte se obtiene al este de la milla 60 y, en consecuencia, dentro de la zona económica exclusiva reconocida a Chile por la referida Corte.
Ello es relevante, primero, porque, en virtud del fallo se asegura la proyección del puerto de Arica, lo que es primordial y fue parte sustantiva de los alegatos de la defensa en La Haya, y segundo, porque el 84 por ciento de los recursos pesqueros se concentra justamente alrededor de la milla 60. Por tanto, nuestro país conservaría la casi totalidad de sus derechos de pesca y no se vulnerarían las condiciones laborales de nuestros pescadores artesanales.
Nadie sabe lo que el tiempo pueda revelar acerca de lo existente después de la milla 80. Por cierto, ahí se encuentra una fosa de 7 mil metros de profundidad, y es posible que haya riquezas en el suelo o en el subsuelo. Pero vuelvo a insistir: creemos que la Corte ha actuado en forma antojadiza al cortar la proyección de nuestro límite en la milla 80.
Otro aspecto importante es que -como he señalado- se mantiene y resguarda íntegramente la conectividad y el predominio marítimo de Arica, así como su posición geográfica estratégica. Esto era algo determinante y muy esencial para dicha ciudad, y al final se consagra en el fallo.
Un séptimo elemento es que Chile discrepa de la decisión que establece el trazado desde el hito 1 hasta las 80 millas, pues significa que nuestro país debe ceder derechos económicos en una zona de aproximadamente 22 mil kilómetros cuadrados: al oeste de la milla 80, al noreste de la línea equidistante, entre la ya mencionada y hasta la milla 200. Si bien esa zona mantiene en plenitud su libertad de navegación marítima en el área, esta cesión constituye una pérdida lamentable para Chile.
La confirmación del hito N° 1, como punto inicial de la frontera marítima entre ambas partes, ratifica el dominio chileno del triángulo terrestre respectivo.
Quiero llamar a la responsabilidad de las declaraciones, básicamente, porque en Chile tenemos 150 mil migrantes peruanos. Hay también una cantidad importante de migrantes chilenos en el vecino país.
Por otro lado, se ha hecho un esfuerzo académico importante de parte de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso y la Universidad de Lima, intentando reescribir la historia de la Guerra del Pacífico en forma conjunta.
Igualmente, existen relaciones económicas importantes y de consolidación tanto de capitales chilenos en Perú como de inversionistas peruanos en Chile. Pero, por sobre todo, las relaciones vigentes tienen que ver con generar un entendimiento futuro entre ambos pueblos, que van a estar ligados y que en definitiva nos van a permitir garantizar la paz.
Por eso para la implementación del fallo, queremos claramente pedir a Perú que declare que no tiene temas pendientes con Chile.