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PERFECCIONAMIENTO DE LEGISLACIÓN TRIBUTARIA Y FINANCIAMIENTO DE REFORMA EDUCACIONAL. INFORME DE COMISIÓN MIXTA
PERFECCIONAMIENTO DE LEGISLACIÓN TRIBUTARIA Y FINANCIAMIENTO DE REFORMA EDUCACIONAL. INFORME DE COMISIÓN MIXTA


El señor WALKER (don Patricio).- Señor Presidente, me parece que existe bastante acuerdo en que esta no es la reforma tributaria ideal. Nosotros, como Oposición, queríamos una reforma más ambiciosa. Pero ese va a ser un tema de la próxima campaña presidencial.
En todo caso, quisiera valorar la voluntad expresada por todos de mejorar el proyecto de ley que hoy día estamos votando.
El objetivo es uno solo: allegar más recursos a la educación. Y estamos entregando alrededor de mil 200 millones de dólares para ese efecto.
Naturalmente, eso se logrará de muchas maneras, principalmente aumentando al 20 por ciento el impuesto que pagan las empresas. También se han propuesto algunas rebajas tributarias, las que estamos acogiendo.
La verdad es que en la iniciativa original no nos gustaba como estaba redactado lo relativo a los tramos, porque eso no ayudaba a combatir la desigualdad. Es importante que la rebaja tributaria finalmente se concentre en la clase media y no en quienes -y hablo en primera persona del plural- tenemos ingresos altos.
Considero primordial que un profesor o un funcionario público -en la Región de Aysén, que yo represento, hay muchos servidores públicos- tengan un beneficio tributario, pero no quienes percibimos ingresos elevados.
No voy a dar los detalles: son 35 millones de dólares por impuesto al tabaco, 400 millones de dólares se van a recaudar por el uso de la factura electrónica, 88 mil millones de pesos provendrán del Fondo de Apoyo al Mejoramiento de la Gestión Educacional Municipal.
Sin embargo, nos preocupaba mucho lo que dice relación con el crédito tributario para aquellos padres que tienen a sus hijos en la educación particular subvencionada. No porque nos opongamos a este tipo de enseñanza. En lo personal, soy partidario del sistema mixto; pero para que se dé este último tiene que haber un pilar de educación pública fuerte, importante.
¿Y qué ha pasado? En 1980 había un 80 por ciento de estudiantes en la educación pública, y hoy día solo hay un 35 por ciento. Es decir, está muriendo esa enseñanza, lo que es muy lamentable para la democracia, para la integración.
No queremos una educación que segregue, una enseñanza de primera y segunda categoría, sino un sistema mixto de verdad. Y por eso es relevante que se haya establecido un incentivo no solo para la educación particular subvencionada, sino también para la educación pública, para la educación municipalizada.
Asimismo, es importante el que se hubiese aclarado que lo que se entregará para educación preescolar, subvención escolar preferencial y becas y créditos para enseñanza superior no son 4 mil millones de dólares, sino entre 200 y 240 millones de dólares. Porque decir lo contrario, simplemente, sería mentirle al país.
En seguida, quisiera hacer una reflexión, señor Presidente.
Nosotros hemos aprobado varios proyectos de ley en que ha habido desgaste, en los cuales nos hemos demorado mucho tiempo, como los relacionados con el royalty, con el 7 por ciento de descuento a los jubilados, con el posnatal, en fin.
Y yo creo que es muy importante aprender la lección.
Las negociaciones han sido bastantes extensas, muy desgastantes. Muchas veces opera la lógica de desgastar a la contraparte. Pienso que nos falta -y particularmente al Ejecutivo- una mayor capacidad de diálogo y de acuerdo en un tiempo menor. Y doy un ejemplo: en la Región de Aysén -que represento- tuvimos dos meses de movilizaciones, con mucho desgaste, con personas heridas, con gente que perdió sus ojos. ¿Por qué? Porque no hubo capacidad para llegar a acuerdo antes.
Y, en ese sentido, quiero llamar la atención porque la próxima semana empezaremos a legislar sobre el decreto con fuerza de ley N° 15, que establece el Estatuto del Fondo de Fomento y Desarrollo. Le vamos a pedir al Gobierno que, en el subsidio para la inversión y la reinversión de 20 por ciento para las pymes de nuestra Región, opere el beneficio de manera automática y no que se tenga que concursar por un monto.
Igualmente, le solicitaremos que cumpla el compromiso de establecer un salario mínimo regionalizado, de modificar el decreto ley N° 889, como se comprometió en marzo de este año en La Moneda.
Y también, cuando discutamos la Ley Austral y lo relativo a la zona franca, formularemos algunas indicaciones sobre determinados aspectos puntuales y específicos.
Ahora bien, se dice mucho que nosotros no gobernamos, que el poder Ejecutivo es el que "tiene la sartén por el mango". Efectivamente, el Gobierno es el que cuenta con iniciativa exclusiva en materia de tributos y de gastos. Y eso lo sabemos. Pero, en los proyectos del royalty, de descuento del 7 por ciento a los adultos mayores, del posnatal y en el que nos ocupa, se demostró que, cuando se aceptan aportes de la Oposición o de los parlamentarios, en general, el Gobierno no se arrodilla, no se doblega. Simplemente, se trata de buscar soluciones que sean más consensuadas y que ayuden al bien común.
Quiero aclarar, señor Presidente, que no estamos transformando el régimen presidencial -como algunos han dicho- en un régimen parlamentario. Eso no es así. Nosotros tenemos facultades para aceptar o rechazar y, en algunas materias, para modificar lo que nos propone el Poder Ejecutivo. Solo pretendemos conseguir acuerdos que ayuden a lograr de mejor manera el bien común.
Este debate sobre la educación lo hemos logrado gracias a los movimientos sociales, gracias a las federaciones de estudiantes. Si no, no estaríamos discutiendo acerca de ella.
Pero nuestro rol es distinto al de aquellos. No somos una caja de resonancia de los movimientos sociales. Eso lo tengo claro. En una democracia representativa es preciso canalizar, buscar soluciones mirando el bien común. Y si tenemos tesis maximalistas, o todo o nada, no podríamos avanzar en ningún aspecto.
Yo considero que estos mil 200 millones de dólares son buenos, y lo son especialmente para la educación pública, que -insisto, señor Presidente- está muriendo.
Si rechazáramos estos recursos, nos estaríamos dando un gustito pequeño. No voy a decir un "gustito político" -porque la palabra "política" es una expresión con mayúscula, grande-, pero sí uno menor. Y eso, obviamente, no corresponde.
Pero sí tengo una preocupación, cual es que ha existido un incremento del gasto público. Y, de repente, veo la tentación de financiar dicho gasto permanente con ingresos transitorios. E incurrir en esa práctica se conoce como "populismo".
Algunos decían: "¿Por qué no financiamos estos mayores gastos con los impuestos que se deben pagar por la operación entre Codelco y Anglo American? ¿Por qué no financiamos esta reforma con la repatriación de capitales que haremos por una sola vez?".
Esa sería una solución populista, mediocre, de corto plazo, pues necesitamos financiar estos mayores gastos con ingresos permanentes.
Naturalmente, el crecimiento cumple un rol importantísimo para recaudar más ingresos públicos, pero -y hay que decirlo claro- cuando este no cubre las demandas sobre una educación de calidad, pública, robusta, una educación que no segregue sino que integre, resulta imprescindible introducir modificaciones tributarias de fondo para obtener esos recursos y no financiar todo, aun cuando el precio del cobre ahora es alto, con ingresos transitorios que, probablemente, el día de mañana no vamos a tener.
Por esas razones, reiterando que este proyecto no es la reforma a la que aspiramos -esta será tema de la campaña presidencial, de un próximo Gobierno-, votaré a favor, porque sería una irresponsabilidad política negarles a los jóvenes, especialmente a aquellos que acuden a los colegios municipales, mil 200 millones de dólares que contribuirán a evitar la muerte de la educación pública, que es muy importante para el país.
He dicho.