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SITUACIÓN ECONÓMICA Y ADMINISTRATIVA DE EMPRESA NACIONAL DEL PETRÓLEO (ENAP)


La señora RINCÓN.- Señor Presidente, estimados colegas, el mercado de los combustibles en nuestro país y en el mundo posee alta incidencia social y política, no solo porque la evolución del precio de los hidrocarburos repercute inmediatamente en la inflación y en la vida de hombres y mujeres, sino también porque el abastecimiento oportuno y la calidad de ellos incide directamente en el funcionamiento de las actividades más relevantes para mantener nuestra economía y nuestra sociedad en funcionamiento.
Sin embargo, este mercado muestra niveles preocupantes de concentración oligopólica, que en este ámbito nuevamente avalan el sobrenombre que nos hemos ganado en el mundo: el "país de los tres". Tan compleja es la situación de concentración que la Fiscalía Nacional Económica rechazó la compra que se quería realizar de Terpel, por considerar que ponía en peligro la libre competencia en el sector.
Y uno de los actores en este rubro, uno de los "tres", como una notable paradoja, es la empresa estatal brasileña Petrobras. No obstante, el Estado de Chile tiene una herramienta poderosa que podría contribuir a disminuir los peligrosos niveles de concentración de dicho mercado y mejorar las condiciones de sustentabilidad de la matriz energética nacional. Esa herramienta es, señor Presidente, la Empresa Nacional del Petróleo.
Y la ENAP es la única empresa de refinería en nuestro país. Posee tres plantas, en Concón, Hualpén y Magallanes, las dos primeras de alta capacidad y complejidad, y cuenta con una red de distribución que, aunque ha mermado por la falta de inversiones por parte del Estado -y no voy a referirme a aquello, porque lo ha relatado muy bien el Senador Gómez-, continúa siendo el pilar fundamental de nuestro abastecimiento.
La refinación es un negocio complejo y difícil. Depende de los precios internacionales del crudo y carece de un control sobre los valores de venta de sus productos. A pesar de lo que creen muchos, la ENAP no tiene un carácter monopólico, en tanto las distribuidoras, especialmente COPEC, cuentan con la posibilidad de importar combustibles directamente refinados desde el extranjero, y la ejercen.
A las dificultades inherentes a la refinación y comercialización de un commodity como el petróleo se agregan algunas necesidades que hoy golpean la línea de refinación y logística de la ENAP y que le dificultan cumplir con su labor.
La mayor de ellas es el alto costo de la energía que utiliza para hacer funcionar sus plantas. Los altos precios que paga por el gas natural, en la práctica, se comen los márgenes de ganancia del negocio. Paradójicamente, el gas que la propia ENAP produce en Magallanes es consumido en un alto porcentaje por la multinacional canadiense Methanex, uno de cuyos históricos directivos está hoy en el directorio de la ENAP en representación de la SOFOFA. En muchas oportunidades hemos escuchado estos nombres repetidos una y mil veces por los Senadores Bianchi y Muñoz Aburto, representantes de la Región de Magallanes.
A ello se suma el absurdo de que el Estado de Chile grave con un impuesto del 6 por ciento la importación de crudos africanos, perjudicando a la única empresa estatal que importa crudo, la ENAP, y favoreciendo a las privadas que pueden importarlo directamente, como COPEC, de la cual (dicho sea de paso) el recién nombrado Ministro de Energía y Presidente de ENAP, quien hoy nos acompaña, fue gerente por casi dos décadas.
--(Aplausos en tribunas).
La refinación en nuestro país es esencial. El rol que ENAP cumple en esta materia se puede apreciar claramente en la mejora de los combustibles desarrollados para descontaminar la Capital en las últimas décadas, con resultados directos en el mejoramiento de la calidad del aire de Santiago.
Sin embargo, sostener dicha capacidad a futuro requiere decisiones e inversiones de importancia, que exceden la gestión de ENAP y que implican la decisión y el convencimiento del Estado, del dueño, que hasta ahora ha tenido ¡seis! representantes en dos años en el directorio de la Empresa.
En tal sentido, nos interesa saber -y estas son mis preguntas al señor Ministro, por intermedio del señor Presidente- qué medidas están tomando la Empresa y, especialmente, el Ministerio de Energía para cautelar el desarrollo de la línea de refinación y logística de ENAP en Chile.
Asimismo, queremos saber:
1.- ¿En qué fecha se enviará al Congreso el proyecto que elimina el impuesto a la importación de crudo, que solo afecta a la ENAP y no a los privados?
2.- ¿De qué forma se está trabajando para bajar los costos de energía que deben enfrentar las refinerías? ¿Qué pasa con la planta cogeneradora de Concón?
3.- ¿Qué medidas se están tomando para ampliar la capacidad de producción de la refinería de Biobío?
Conjuntamente, la oportuna disponibilidad del combustible requiere logística, como quedó demostrado cuando ENAP debió suplir las deficiencias de COPEC en el abastecimiento del Aeropuerto de Santiago, desde enero de este año.
Sin embargo, la falta de inversiones ha llevado a lo contrario. En las últimas décadas, ENAP perdió su logística en Antofagasta y Aysén, esta última en manos de COPEC y ubicada en una zona donde el abastecimiento oportuno y barato de combustible estuvo en el centro de la explosión social más importante de los últimos meses en nuestro país.
--(Aplausos en tribunas).
4.- Al respecto, nos gustaría preguntarle al Ministro, quien ha tenido una amplia experiencia en COPEC, si los subsidios que el Gobierno anunció para controlar los precios de los combustibles en Aysén serán para ENAP o para COPEC.
¿La nueva infraestructura de distribución y almacenamiento comprometida, por ejemplo, para Melinka será para ENAP o para COPEC? ¿Los subsidios para mantener el precio del gas en Magallanes serán para ENAP, que produce el gas, o para la privada GASCO, que lo distribuye?
5.- ¿Está en los planes del Gobierno la privatización de la totalidad o de parte de los terminales de recepción del crudo de Quintero y San Vicente? ¿Deberá ENAP pagarle a un privado por descargar su propio crudo?
6.- Finalmente, ¿apoyará el Gobierno el interés de la Empresa por entrar en la distribución minorista de combustibles y avanzar de esta forma en abrir un mercado altamente concentrado, tal y como ha señalado la Fiscalía Nacional Económica en dos ocasiones: la primera, cuando COPEC compra Terpel Internacional, y la segunda, cuando ENEX pretende adquirir Terpel Chile?
Los chilenos y chilenas podemos comprar hoy combustibles en las estaciones de servicios de una empresa estatal extranjera, pero no en estaciones de nuestra propia empresa.
La actividad de refinación y logística de ENAP es fundamental para la seguridad energética de nuestro país.
Señor Presidente, hace ya algunos días, al asumir la Presidencia del Senado, usted nos señalaba que "Un Estado mínimo es el Estado de la desigualdad" y que "Nuestro país requiere un Estado Protector que ponga fin al lucro en la educación y la salud; que regule los abusos del mercado y redistribuya la riqueza.".
--(Aplausos en tribunas).
Mientras no seamos capaces de entregarle herramientas a ENAP, como empresa estatal, para que lleve adelante la enorme tarea de mejorar nuestros niveles de dependencia energética y avanzar en el afianzamiento del rol del Estado en materia energética, seguiremos desmantelando a quizás la única (y última) herramienta que le queda a este en el negocio de la energía en Chile.
Tal como lo han dicho los trabajadores de ENAP -y hoy nos acompañan en esta sesión los dirigentes sindicales Jorge Fierro, Norberto Díaz, Alejandro Avendaño, Clemente Gálvez, Marcos Vargas, Edgardo Torres, Álvaro Guerra, entre otros- y como lo han señalado ya nuestros colegas de la Región de Magallanes, Senadores Pedro Muñoz Aburto y Carlos Bianchi, queremos una ENAP como una empresa nacional de energía para nuestro país.
He dicho.
--(Aplausos en tribunas).
El señor ESCALONA (Presidente).- Gracias, señora Senadora, por citar mis palabras.