Click acá para ir directamente al contenido
REPUBLICA DE CHILE
DIARIO DE SESIONES DEL SENADO
PUBLICACION OFICIAL
LEGISLATURA 330ª, ORDINARIA
Sesión 7ª, en jueves 20 de octubre de 1994
Ordinaria
(De 11 a 13:26)
PRESIDENCIA DE LOS SEÑORES RICARDO NUÑEZ, VICEPRESIDENTE,
E IGNACIO PEREZ, PRESIDENTE ACCIDENTAL
SECRETARIOS, EL TITULAR, SEÑOR RAFAEL EYZAGUIRRE ECHEVERRIA,
Y EL PROSECRETARIO, SEÑOR JOSE LUIS LAGOS LOPEZ
____________________
VERSION TAQUIGRAFICA
I. ASISTENCIA
Asistieron los señores:
-Bitar Chacra, Sergio
-Cantuarias Larrondo, Eugenio
-Diez Urzúa, Sergio
-Errázuriz Talavera, Francisco Javier
-Feliú Segovia, Olga
-Fernández Fernández, Sergio
-Frei Bolívar, Arturo
-Hamilton Depassier, Juan
-Hormazábal Sánchez, Ricardo
-Horvath Kiss, Antonio
-Huerta Celis, Vicente Enrique
-Larraín Fernández, Hernán
-Larre Asenjo, Enrique
-Lavandero Illanes, Jorge
-Letelier Bobadilla, Carlos
-Martin Díaz, Ricardo
-Matta Aragay, Manuel Antonio
-Mc-Intyre Mendoza, Ronald
-Muñoz Barra, Roberto
-Núñez Muñoz, Ricardo
-Otero Lathrop, Miguel
-Páez Verdugo, Sergio
-Pérez Walker, Ignacio
-Piñera Echenique, Sebastián
-Prat Alemparte, Francisco
-Romero Pizarro, Sergio
-Ruiz De Giorgio, José
-Ruiz-Esquide Jara, Mariano
-Siebert Held, Bruno
-Sinclair Oyaneder, Santiago
-Sule Candia, Anselmo
-Thayer Arteaga, William
-Urenda Zegers, Beltrán
Actuó de Secretario el señor Rafael Eyzaguirre Echeverría, y de Prosecretario, el señor José Luis Lagos López.
II. APERTURA DE LA SESION
-Se abrió la sesión a las 11, en presencia de 33 señores Senadores.
El señor NUÑEZ (Vicepresidente).- En el nombre de Dios, se abre la sesión.
III. TRAMITACION DE ACTAS

El señor NUÑEZ (Vicepresidente).- Se da por aprobada el acta de la sesión 29a, ordinaria, en 1° de septiembre del presente año, que no ha sido observada.
El acta de la sesión 31a, extraordinaria, en 7 de septiembre del año en curso, se encuentra en Secretaría a disposición de los señores Senadores hasta la sesión próxima, para su aprobación.
IV. CUENTA

El señor NUÑEZ (Vicepresidente).- Se va a dar cuenta de los asuntos que han llegado a Secretaría.

El señor LAGOS (Prosecretario).- Las siguientes son las comunicaciones recibidas:
Mensaje
De Su Excelencia el Presidente de la República, con el que retira la urgencia y la hace presente, nuevamente, en el carácter de "Suma", al proyecto de acuerdo que aprueba el Convenio de Cooperación Técnica y Científica para el Desarrollo de los Pueblos Andinos y la Protección de los Camélidos Sudamericanos Domésticos, suscrito entre los Gobiernos de la República de Chile y la República del Perú, en marzo de 1994, y su Protocolo Adicional.
-Queda retirada la urgencia, se tiene presente la nueva calificación y se manda agregar el documento a sus antecedentes.
Oficios
Del señor Ministro de Relaciones Exteriores, con el que responde un oficio enviado en nombre del Senador señor Horvath, referido a las informaciones difundidas en medios de comunicación de Argentina y Brasil, desde mayo del presente año, relativas a la situación limítrofe de Laguna del Desierto y del Campo de Hielo Patagónico del Sur.
-Quedan a disposición de los señores Senadores.
Informes
De la Comisión de Hacienda, recaído en el proyecto, en segundo trámite constitucional, que modifica la Ley sobre Impuesto a la Renta en lo relativo al régimen de participación en los gananciales. (Con urgencia calificada de "Discusión Inmediata"). (Véase en los Anexos, documento 1).
De la Comisión Mixta encargada de proponer la forma de resolver las divergencias suscitadas entre el Senado y la Cámara de Diputados, con ocasión de la tramitación del proyecto de ley sobre composición, organización y atribuciones de la Corte Suprema y modificaciones a los recursos de queja y casación. (Con urgencia calificada de "Simple"). (Véase en los Anexos, documento 2).
-Quedan para tabla.
El señor NUÑEZ (Vicepresidente).- Terminada la Cuenta.

REGULACION DE ADMINISTRADORAS DE RECURSOS DE TERCEROS. NUEVO PLAZO PARA INDICACIONES

El señor PRAT.- ¿Me permite, señor Presidente?

El señor NUÑEZ (Vicepresidente).- Tiene la palabra Su Señoría.

El señor PRAT.- En la Comisión de Economía se halla pendiente el proyecto que regula el funcionamiento de las Administradoras de Recursos Financieros de Terceros para la Adquisición de Bienes -entiendo que el Ejecutivo está haciendo presente la urgencia; y existe inquietud nacional sobre el particular-, cuyo plazo para presentar indicaciones ha vencido. Por tanto, solicito que, por acuerdo de Comités, se reabra aquél, a fin de incorporar algunas proposiciones surgidas para mejorar la iniciativa. Propongo que el nuevo término sea el 9 de noviembre próximo.

El señor HORMAZABAL.- Pido la palabra, señor Presidente.

El señor NUÑEZ (Vicepresidente).- La tiene, Su Señoría.

El señor HORMAZABAL.- ¿Qué urgencia se está pidiendo?

El señor LARRE.- Se solicita ampliar el plazo para presentar indicaciones, señor Senador.

El señor HORMAZABAL.- Pero el Ejecutivo va a plantear la "Simple Urgencia".
Pues bien, como la próxima semana es regional, no podremos ver el proyecto. Preferiría, entonces, que el plazo no fuera el 9 de noviembre, sino antes, porque esta iniciativa -originada en moción del entonces Senador señor Ortiz- ha estado pendiente demasiado tiempo (incluso, fue estudiada por la Comisión de Economía cuando yo participaba en ella).
Por consiguiente, debido a que hoy día están en debate temas que nos obligan a apresurarnos, sugiero que se fije plazo para presentar indicaciones hasta el 2 ó 3 de noviembre próximo.

El señor LARRE.- ¿Me permite, señor Presidente?

El señor NUÑEZ (Vicepresidente).- Tiene la palabra Su Señoría.

El señor LARRE.- Con motivo de la semana regional, el Senado no va a sesionar hasta el 2 de noviembre. De manera que, aceptando en parte la proposición del Honorable señor Hormazábal, podríamos dejar como fecha límite, en vez del 9, el lunes 7. Así, la Comisión tendría la oportunidad de analizar la iniciativa esa misma semana.

El señor HORMAZABAL.- Señor Presidente, durante la semana regional uno debe aprovechar de estudiar determinados temas. Este proyecto necesita ser despachado en forma urgente, porque hay miles de personas que están siendo estafadas en este mismo momento por no existir normas adecuadas sobre el particular. La iniciativa lleva demasiado tiempo en tramitación.
Propongo que se fije como plazo el 2 de noviembre, a las 18. De ese modo, la Comisión de Economía puede empezar a tratar el proyecto casi de inmediato.
Como dije, es un asunto que debemos ver con premura.

El señor PRAT.- Señor Presidente, si esa proposición generara acuerdo, yo no tendría problemas en que fuera el 2 de noviembre.
Respecto de la urgencia del proyecto, hoy día se va a calificar de "Simple". Pero anteriormente se ha dado preferencia a otras iniciativas debido a las urgencias, que son calificadas por el Ejecutivo.

El señor NUÑEZ (Vicepresidente).- ¿Habría acuerdo para fijar como nuevo plazo para presentar indicaciones el miércoles 2 de noviembre, a las 18?
Acordado.
-------------------

El señor NUÑEZ (Vicepresidente).- Solicito el asentimiento de la Sala para tratar en el primer lugar del Orden del Día el proyecto signado con el N° 1; luego, el N° 2; a continuación, el N°5, y, en seguida, los N°s. 3 y 4, a fin de contar en la discusión de estas dos últimas iniciativas con la presencia de los señores Ministro de Economía, Fomento y Reconstrucción, y Subsecretario de Pesca.
-Así se acuerda.
V. ORDEN DEL DIA



MODIFICACION DE LEY SOBRE IMPUESTO A LA RENTA EN LO RELATIVO A REGIMEN DE PARTICIPACION EN GANANCIALES


El señor NUÑEZ (Vicepresidente).- Corresponde tratar el proyecto, en segundo trámite constitucional, que modifica la Ley sobre Impuesto a la Renta en lo relativo al régimen de participación en los gananciales, iniciado en mensaje de Su Excelencia el Presidente de la República, con urgencia calificada de "Discusión Inmediata" e informado por la Comisión de Hacienda.
-Los antecedentes sobre el proyecto figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley:
En segundo trámite, sesión 5a, en 18 de octubre de 1994.
Informe de Comisión:
Hacienda, sesión 7a, en 20 de octubre de 1994.

El señor EYZAGUIRRE (Secretario).- La Comisión de Hacienda deja constancia en su informe de que la ley N° 19.335, publicada en 1994, estableció un régimen de participación en los gananciales y de que se han producido en la aplicación de la Ley sobre Impuesto a la Renta discriminaciones que deben ser resueltas mediante una iniciativa legal.
La Comisión -integrada por los Senadores señores Lavandero (Presidente), Errázuriz, Ominami, Páez y Piñera-, por unanimidad, recomienda aprobar el proyecto en los mismos términos en que lo hizo la Cámara de Diputados.
El señor NUÑEZ (Vicepresidente).- En discusión general y particular el proyecto.

Tiene la palabra el Honorable señor Hamilton.

El señor HAMILTON.- Señor Presidente, esta iniciativa, que la Comisión de Hacienda ha tenido a bien aprobar por unanimidad, es muy simple. Tiende a ajustar la nueva legislación en materia de régimen de bienes matrimoniales con la normativa tributaria.
En efecto, cuando existe régimen de participación en los gananciales y se liquida, todas las rentas que uno de los cónyuges percibe del otro constituyen, de no mediar la aprobación de la presente iniciativa, renta afecta a tributación, no obstante haberse pagado los impuestos respectivos en su oportunidad. O sea, se estaría consagrando una doble tributación.
El proyecto corrige esa anomalía que -como digo- se produciría por la aplicación de la nueva modalidad que ha contemplado la ley en materia de régimen patrimonial del matrimonio.
En consecuencia, estoy de acuerdo con el informe de la Comisión de Hacienda y soy partidario de aprobar la iniciativa tal como ha sido propuesta.

El señor NUÑEZ (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Piñera.

El señor PIÑERA.- Señor Presidente, es indudable que desde el punto de vista tributario, tal como quedó configurada, la ley que estableció el régimen de participación en los gananciales da lugar a una doble tributación injustificada: una, cuando el cónyuge genera la renta, y otra, cuando se liquida la sociedad, tal como indicó en forma tan clara el Senador señor Hamilton. Por tanto, creo necesario aprobar el proyecto.
Sin embargo, deseo hacer dos comentarios.
La Ley sobre Impuesto a la Renta -es decir, el decreto ley N° 824, de 1974- señala en su artículo 17, número 29°, que no constituyen renta "Los ingresos que no se consideren rentas o que se reputen capital según texto expreso de una ley.". En consecuencia, lo mejor -se trata de un problema de técnica legislativa- habría sido volver a la ley N° 19.335, que estableció el régimen de participación en los gananciales, y agregar a su texto que la división de éstos no constituye renta. Esa es la forma tradicional de eximir del pago de impuesto a la renta. El proyecto ha seguido un camino distinto.
Por otro lado, quiero recordar que en la ley N° 19.335 se cometió un error muy importante, que también pudo haberse corregido mediante la iniciativa en debate. Me refiero a la definición de adulterio.
Se dice en la norma pertinente -junto a otros señores Senadores, observamos el punto cuando se debatió el proyecto- que "Cometen adulterio la mujer casada que yace con varón que no sea su marido y el varón que yace con mujer que no sea su cónyuge.". Si bien la ley quitó el carácter de figura penal al adulterio al establecerlo como infracción al deber de fidelidad...

El señor MUÑOZ BARRA.- Me gustaría saber qué tiene que ver eso con el proyecto que estamos analizando, señor Presidente.

El señor HAMILTON.- ¡Nada!

El señor PIÑERA.- Lo aclaro de inmediato: si estamos corrigiendo un error de una ley y existe otro manifiesto, creo que debe aprovecharse la ocasión para solucionar todos los problemas.
Por tal razón, señor Presidente, solicito que se oficie a la señora Ministra de Justicia haciéndole ver la conveniencia de que, cada vez que se presente un proyecto tendiente a corregir errores de una normativa, se realice una pequeña investigación para ver si tiene otros, a fin de enmendarlos todos a través de un mismo texto. Ello significaría una mayor economía procesal, pues evitaría estudiar varias iniciativas para corregir una misma ley.
Sin perjuicio de lo anterior, señor Presidente, anuncio nuestros votos favorables al proyecto en debate.

El señor NÚÑEZ (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Hormazábal.

El señor HORMAZABAL.- Señor Presidente, la naturaleza humana nos expone a incurrir en errores. De modo que es perfectamente factible plantear la corrección de las situaciones a que se refiere la iniciativa en debate.
No obstante, el tema planteado por el Senador señor Piñera no tiene mucho que ver con el proyecto que nos ocupa, cuya motivación esencial es evitar dos discriminaciones que se producen a partir del nuevo régimen patrimonial del matrimonio en relación al de sociedad conyugal. Ese es su único objetivo: evitar tales discriminaciones y favorecer una nueva opción para los cónyuges. Y la Comisión especializada le ha dado su aprobación.
Por ello, ahí debe ponerse el énfasis en la discusión. Y sugiero aprobar la iniciativa sin mayor trámite, atendidas su sencillez y lo indispensable de la modificación que propone.
En segundo lugar, quiero recoger lo que se ha dicho en orden a corregir errores. Me encanta escuchar al Honorable señor Piñera afirmar que es necesario corregirlos todos de una vez, porque podría entenderse como un buen anuncio de que la Oposición de Derecha estaría dispuesta a enmendar todos los grandes errores que contiene la Constitución sancionada en plena dictadura, con lo cual estaríamos en condiciones de iniciar un proceso de cambios formales como corresponde.

El señor NUÑEZ (Vicepresidente).- El Honorable señor Piñera ha solicitado enviar un oficio, en su nombre, a la señora Ministra de Justicia.
Si le parece a la Sala, se accederá a la petición de Su Señoría.
Acordado.
Tiene la palabra el Honorable señor Piñera.

El señor PIÑERA.- Seré muy breve, señor Presidente.
A veces se debate simplemente por debatir. Lo que estoy diciendo es muy simple. Se aprobó una iniciativa de ley en el Congreso hace dos meses; contiene dos errores manifiestos; se hace notar esta situación, y el Ejecutivo reacciona con un proyecto que corrige uno y no el otro. Creo que no es una forma inteligente de legislar.
Ahora, los problemas que tiene el Senador señor Hormazábal de fijación de cualquier tema que aquí se discuta con las reformas constitucionales, son comprensibles; pero no es necesario reiterarlos con tanta insistencia.

El señor NUÑEZ (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Errázu-riz.

El señor ERRAZURIZ.- Señor Presidente, este proyecto -lo aprobamos ayer por unanimidad en la Comisión de Hacienda- tiene urgencia calificada de "Discusión Inmediata". Por lo tanto, corresponde votarlo sin tanto debate, sobre todo cuando éste se centra en aspectos que nada tienen que ver con la materia de fondo. Se trata tan sólo de corregir un error en que incurrieron el Ejecutivo y el Parlamento al despachar una iniciativa de ley; y lo único que cabe ahora, entonces, es enmendarlo.
Por lo tanto, ruego a mis Honorables colegas que, para los efectos de avanzar en la tabla y de la eficiencia de nuestra labor legislativa, nos aboquemos a las materias que nos competen; es decir, a hablar sobre lo que está en discusión en cada caso, haciendo observaciones atingentes a ello. Y lo señalo porque dos señores Senadores se han referido a temas totalmente ajenos al debate.
Señor Presidente, junto con señalar que votaré favorablemente la iniciativa, propongo despacharla de inmediato y seguir avanzando en la tabla. El señor NUÑEZ (Vicepresidente).- La Mesa comparte la observación del Honorable señor Errázuriz, pero varios señores Senadores han solicitado intervenir.
Tiene la palabra el Honorable señor Urenda.

El señor URENDA.- Señor Presidente, no me parece apropiado que algunos señores Senadores se atribuyan el derecho a decir si los demás pueden o no pueden opinar sobre un proyecto.
En este caso, la primera observación que me merece la iniciativa es su calificación de "Discusión Inmediata". Porque de su sola lectura aparece que no existe la urgencia tan extraordinaria a que se alude, tanto más cuanto que entrará en vigor cuando lo haga la ley 19.335 -o sea, transcurridos tres meses desde la publicación de ésta, el 23 de septiembre último-, que permitirá un nuevo régimen patrimonial en las relaciones conyugales, cuya aplicación en lo que concierne a las materias que trata el proyecto en debate probablemente tardará muchos meses, o quizás años. Porque pasará un tiempo en que exista el nuevo régimen, y sólo cuando él termine habrá oportunidad de aplicar las normas tributarias pertinentes. Entonces, no se ve por qué asignar a la materia una urgencia extraordinaria, sin perjuicio de lo evidente del error que se cometió.
Hago este reclamo porque en definitiva, sean simples o no las cosas, el Senado no tiene por qué abocarse a resolverlas sin disponer de la menor ocasión de estudiarlas. Bien podría ocurrir -desgraciadamente, no cuento en este momento con el texto de la Ley sobre Impuesto a la Renta- que fuera necesario modificar otra norma para cumplir con el objetivo que aquí se persigue.
En todo caso, me parece que la "Discusión Inmediata" debe reservarse para proyectos cuyo retardo puede causar daño. Pero no es ésta la situación.
Segundo, y dentro de este mismo criterio, ya que se trataba de complementar un nuevo régimen, quizás era también la oportunidad de analizar la situación de injusticia que hoy subsiste en materia tributaria en lo que dice relación a los regímenes matrimoniales. Porque el de separación de bienes, o el de comunidad de bienes, u otro, no deberían ser determinados por razones tributarias, sino por la conveniencia de los cónyuges o el criterio que éstos estiman que deben mantener en sus relaciones. Porque, ¿qué ocurre? Que hoy día el régimen de comunidad de bienes, desde el punto de vista tributario, aparece castigado. En efecto, los ingresos percibidos son de ambos cónyuges, pero se consideran como si fueran de una sola persona, y como nuestro sistema tributario, en conformidad a las normas de la Ley sobre Impuesto a la Renta, es progresivo, significa que el conjunto de las rentas obtenidas bajo el régimen de sociedad conyugal pagará más impuesto que el que correspondería al de separación de bienes, ya que, en este último caso, podría considerarse que hay dos personas que de alguna forma, ya sea directa o indirectamente, están generando ingresos.
Junto con representar lo anterior, debo señalar que se trata de un proyecto que no precisa la urgencia de "Despacho Inmediato" que se le ha dado, por cuanto probablemente no va a regir sino en varios años más. Por lo tanto, hago presente, primero, mi protesta porque se nos obligue a pronunciarnos sin tener oportunidad razonable de analizar la materia, y segundo, el hecho de que no se haya aprovechado la ocasión para comprender en el proyecto otros puntos complementarios que apuntan en la misma dirección del proyecto.
Votaré a favor la iniciativa, pues evidentemente corrige una situación que debe ser subsanada. Sin embargo, dejo constancia -reitero-, en primer lugar, de mi rechazo a la urgencia de "Discusión Inmediata" a un proyecto que no tiene ninguna premura, y, en segundo término, lamento que no se haya utilizado esta coyuntura para enmendar la situación a que hice referencia.
He dicho.

El señor NUÑEZ (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Muñoz Barra.
El señor MUÑOZ BARRA.- Señor Presidente, sólo deseo señalar que participo del ánimo general de votar sin mayor debate, pues el proyecto es bastante obvio: tal como lo han planteado algunos señores Senadores que me han antecedido en el uso de la palabra, no parece justificable, en ningún caso, una doble tributación. Por lo demás, el informe unánime de la Comisión respectiva también avala lo claro que es él. Por lo tanto, solicito que, si es posible, lo votemos de inmediato.

El señor NUÑEZ (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Errázu-riz.

El señor ERRAZURIZ.- Señor Presidente, sólo deseo hacer una aclaración.
Un señor Senador que me precedió en el uso de la palabra señaló que no estima oportuno que el proyecto sea tramitado con tanta premura, y que, además, no corresponde calificarlo con la urgencia de "Discusión Inmediata".
Al respecto, cabe señalar, primero, que la calificación de las urgencias es una atribución que no pertenece al Senado lamentablemente, pero que debería tener por lo menos durante la legislatura ordinaria. Y así lo estoy planteando en un proyecto de reforma constitucional.
Segundo, en relación a la necesidad de un despacho rápido, creo que basta leer el informe de la Comisión de Hacienda, que señala claramente que "las rentas que perciba uno de los cónyuges de parte del otro al término del nuevo régimen patrimonial de participación en los gananciales," -puede ocurrir hoy- "constituirán para el cónyuge que las recibe, una renta afecta". Y, en seguida, dice: "afecta al pago de impuesto de primera categoría y de impuesto global complementario, ya que no se encuentra gravada en segunda categoría ni en los números 1 al 4 del artículo 20 de la Ley de la Renta; por tanto, correspondería clasificarla en el número 5 del mismo artículo,". De allí surge la urgencia, porque, de no ocurrir así, a partir de noviembre próximo quedaría claramente manifestada una discriminación, injusta, que el proyecto pretende corregir. Y eso originó la necesidad de que el Ejecutivo hiciera presente la "Discusión Inmediata".
Sin embargo, reitero lo que planteé antes: la conveniencia de abocarnos de una vez a avanzar en el estudio de los proyectos en tabla y despachar esta materia, respecto de la cual, por lo demás, parece haber unanimidad.
He dicho.

El señor NUÑEZ (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Hor-mazábal.

El señor HORMAZABAL.- Señor Presidente, en primer lugar, los Senadores democratacristianos -como ya dije- vamos a respaldar el proyecto, y nos sumamos a la propuesta de votarlo.
En segundo término, queremos recoger de manera positiva algunas observaciones que se han hecho. Yo comparto la preocupación del Honorable colega Urenda, pues me habría gustado que nuestro trabajo hubiere sido complementado con la presencia de los funcionarios de la Dirección del Servicio de Impuestos Internos, a fin de haber analizado otros aspectos y las legítimas dudas que aquí surgen: si era o no mejor otra alternativa desde el punto de vista legislativo. Eso lo comparto, y ha sido la expresión unánime de los Senadores de mi bancada.
En tercer lugar, quiero manifestar que me agrada que un representante del Pacto opositor, como el Senador señor Francisco Javier Errázuriz, declare ser partidario de que las urgencias sean calificadas por el Congreso, como lo hemos propuesto los Senadores democratacristianos y de la Concertación en diversas oportunidades,...

El señor ERRAZURIZ.- ¿Me permite una interrupción, señor Senador?

El señor HORMAZABAL.- ... sin contar hasta este momento con el respaldo del Pacto opositor. En todo caso, como viene un conjunto de reformas constitucionales en que se plantea precisamente el tema de la modernización, vuelvo a hacer un llamado público a la Oposición a que no rechace la idea de legislar, que le dé la bienvenida a la modernización, entre otros aspectos, de la tarea legislativa, en donde podemos introducir estos cambios.

El señor ERRAZURIZ.- ¿Me permite, Honorable colega?
El señor HORMAZABAL.- He terminado mi intervención, señor Presidente, porque no es mi afán presidir el Senado.
-Se aprueba en general y particular el proyecto.




RESTRICCIONES A ACTIVIDADES RELACIONADAS CON EL TABACO. INFORME DE COMISION MIXTA


El señor NUÑEZ (Vicepresidente).- En el segundo lugar del Orden del Día, figura el informe de la Comisión Mixta, recaído en el proyecto sobre restricciones a actividades relacionadas con el tabaco.
-Los antecedentes sobre el proyecto figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley: (moción de los ex Senadores Soto y Palza, y de los señores Díaz, Huerta y Ruiz-Esquide).
En primer trámite, sesión 27ª, en 30 de agosto de 1990.
En tercer trámite, sesión 18a, en 4 de agosto de 1994.
En trámite de Comisión Mixta, sesión 30a, en 6 de septiembre de 1994.
Informes de Comisión:
Salud, sesión 38ª, en 12 de septiembre de 1994.
Salud (segundo), sesión 8a, en 7 de julio de 1992.
Salud (nuevo), sesión 12a, en 21 de julio de 1992.
Salud (segundo nuevo), sesión 13a, en 23 de julio de 1992.
Mixta, sesión 6a, en 19 de octubre de 1994.
Discusión:
Sesiones 51a, en 14 de abril de 1992 (se aprueba en general); 10a y 12a, en 14 y 21 de julio de 1992 (queda pendiente la discusión particular); 13a, en 23 de julio de 1992 (se despacha); 29a, en 1 ° de septiembre de 1994 (queda pendiente la discusión del tercer trámite); 30ª, en 6 de septiembre de 1994 (se despacha el tercer trámite).

El señor EYZAGUIRRE (Secretario).- En el informe, se deja constancia de los miembros del Senado -los Senadores integrantes de la Comisión de Salud- y de la Cámara de Diputados que formaron parte de la Comisión Mixta, y de que se eligió como Presidente de la misma al Honorable señor Ruiz-Esquide.
Asimismo, se hace presente que el artículo 12 del proyecto -establece una facultad de competencia para los juzgados de policía local- es de quórum orgánico constitucional, por lo cual requiere de 26 señores Senadores para su aprobación, y que todas las demás disposiciones son de quórum simple. Se señala también que el texto de dicha norma fue puesto en conocimiento de la Excelentísima Corte Suprema, la que emitió informe favorable.
A continuación, la Comisión analiza las discrepancias suscitadas entre el Senado y la Cámara de Diputados durante la tramitación de la iniciativa, y hace diversas proposiciones. Deja establecido en el informe que casi todos los acuerdos fueron unánimes, salvo algunos adoptados por mayoría.
El señor NUÑEZ (Vicepresidente).- Si le parece a la Sala, procederíamos a votar el informe, salvo que algún señor Senador desee referirse nuevamente a esta materia, respecto de la cual tuvimos oportunidad de pronunciarnos tanto en el debate en general como en particular.


El señor SINCLAIR.- ¿Me permite, señor Presidente?

El señor NUÑEZ (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Sinclair.
El señor SINCLAIR.- Señor Presidente, en nombre de mi bancada, pido segunda discusión.

El señor NUÑEZ (Vicepresidente).- En atención a que no existe plazo determinado para despachar esta materia y a que reglamentariamente corresponde acceder a lo solicitado, el proyecto queda para segunda discusión, lo cual significa que se verá en la próxima sesión ordinaria.
En la primera discusión, ofrezco la palabra.

El señor FERNANDEZ.- ¿Me permite, señor Presidente?

El señor NUÑEZ (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Fernández.
El señor FERNANDEZ.- Señor Presidente, en atención a que hay un artículo cuya aprobación requiere quórum de ley orgánica constitucional, todo el informe debe ser votado favorablemente a lo menos por 26 señores Senadores y no solamente el artículo 12, como se ha señalado.

El señor EYZAGUIRRE (Secretario).- Los informes de las Comisiones Mixtas se aprueban o rechazan en una sola y única votación. De modo que el señor Senador tiene toda la razón, y así lo establece la Ley Orgánica Constitucional del Congreso.
En consecuencia, todo el articulado del proyecto debe considerarse como de ley orgánica para estos efectos.

El señor NUÑEZ (Vicepresidente).- Para segunda discusión, queda pendiente el informe.
De conformidad con el acuerdo adoptado al inicio de esta sesión, corresponde tratar el proyecto que figura en el quinto lugar de la tabl

a.


INCORPORACION DE MINISTRO DE RELACIONES EXTERIORES A CONSEJO DIRECTIVO DE COMISION NACIONAL DE MEDIO AMBIENTE


El señor NUÑEZ (Vicepresidente).- Proyecto de ley de la Cámara de Diputados que modifica la ley N° 19.300, de Bases Generales del Medio Ambiente, para incorporar al Ministro de Relaciones Exteriores al Consejo Directivo de la Comisión Nacional del Medio Ambiente, con informe de la Comisión de Medio Ambiente y Bienes Nacionales.
-Los antecedentes sobre el proyecto figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley:
En segundo trámite, sesión 17a, en 3 de agosto de 1994.
Informe de Comisión:
Medio Ambiente y Bienes Nacionales, sesión 3a, en 6 de octubre de 1994.

El señor EYZAGUIRRE (Secretario).- El proyecto tuvo su origen en mensaje del Ejecutivo y, por ser de artículo único, la Comisión propone discutirlo en la Sala en general y particular a la vez. Hace presente, asimismo, que, por tratarse de una modificación a una norma que regula una materia propia de ley orgánica constitucional, debe ser aprobado por las cuatro séptimas partes de los señores Senadores en ejercicio, de acuerdo con el inciso segundo del artículo 63 de la Constitución Política.
Advierto que en este momento no hay el quórum suficiente, por lo cual habría que llamar a los señores Senadores o dejar la iniciativa para segunda discusión.
El Ejecutivo formuló una indicación sustitutiva del artículo único del proyecto que reemplaza íntegramente el inciso primero del artículo 71 de la ley N° 19.300, en los términos siguientes: "La Dirección Superior de la Comisión corresponderá a un Consejo Directivo integrado por el Ministro Secretario General de la Presidencia, quien lo presidirá con el título de Presidente de la Comisión Nacional del Medio Ambiente, y por los Ministros de Relaciones Exteriores; Defensa Nacional; Economía, Fomento y Reconstrucción; Planificación y Cooperación; Educación; Obras Públicas; Salud; Vivienda y Urbanismo; Agricultura; Minería; Transportes y Telecomunicaciones, y Bienes Nacionales.".
Esta indicación sustitutiva fue aprobada por unanimidad en la Comisión.
El señor NUÑEZ (Vicepresidente).- En discusión general y particular el proyecto.

Tiene la palabra el Honorable señor Hormazábal.
El señor HORMAZABAL.- Señor Presidente, en la tabla figuran varios proyectos con algunas disposiciones que deben ser aprobadas con quórum propio de leyes orgánicas constitucionales. Como hay diversos colegas que se encuentran trabajando en las Subcomisiones encargadas del estudio del Presupuesto de la Nación, sugiero dejar pendiente el tratamiento de esta iniciativa que, como podrá informar después el Presidente de la Comisión de Bienes Nacionales, fue aprobada por unanimidad. Mientras tanto, podríamos abocarnos al estudio del proyecto referente a los trasplantes de órganos, que cuenta con informe de la Comisión de Salud. Ello permitiría también que los Senadores que están en las Subcomisiones se hicieran presente a fin de votar en conjunto -como lo propuso el señor Presidente- el proyecto signado con el número 4, que también debe ser aprobado con quórum de ley orgánica constitucional. El señor NUÑEZ (Vicepresidente).- Dejaríamos sólo pendiente la votación del proyecto signado con el número 5. El señor RUIZ (don José).- Eso es. Hagamos el alegato y dejemos la votación pendiente.
El señor NUÑEZ (Vicepresidente). - Salvo que algunos señores Senadores deseen usar de la palabra respecto del contenido de la iniciativa, dejaríamos pendiente únicamente la votación del proyecto signado con el número 5, y lo votaríamos conjuntamente con el que figura en el cuarto lugar de la tabla.
El señor FERNANDEZ. - Y a continuación trataríamos el que aparece en el sexto lugar de la tabla.
El señor NUÑEZ (Vicepresidente).- Efectivamente, y que no precisa de quórum especia l.


ELIMINACION DE ANTECEDENTES PENALES

El señor NUÑEZ (Vicepresidente). - Proyecto de ley de la Cámara de Diputados sobre eliminación de antecedentes penales, con informe de la Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento.
-Los antecedentes sobre el proyecto figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley:
En segundo trámite, sesión 1a, en 31 mayo de 1994.
Informe de Comisión:
Constitución, sesión 5a, en 18 de octubre de 1994.

El señor EYZAGUIRRE (Secretario).- El proyecto tuvo origen en moción de los Diputados señores Cornejo, Elgueta, Martínez y los ex Diputados señores Bosselin y Rojo, y en atención a que consta de un artículo único - introduce diversas enmiendas a las disposiciones legales vigentes en sus seis numerales - debe discutirse en general y particular.
La Comisión deja constancia de que se consultó a diversas entidades como el Servicio de Registro Civil e Identificación, Carabineros de Chile, Policía de Investigaciones, Ministerio del Interior, Ministerio de Justicia y Contraloría General de la República, y, en definitiva, por la unanimidad de sus miembros, Honorables señores Diez, Fernández, Larraín, Sule y Zaldívar (don Adolfo), propone rechazar el proyecto.
El señor NUÑEZ (Vicepresidente).- En discusión general y particular la iniciativa.

Tiene la palabra el Honorable señor Hormazábal.

El señor HORMAZABAL.- Señor Presidente, en un proyecto anterior originado también en moción de distinguidos señores Diputados, pedí dejarlo pendiente para poder escuchar la opinión de los autores de la iniciativa. Y mi petición fue aprobada por la unanimidad de la Sala.
La Comisión formuló diversos reparos a la iniciativa, y el propio Ministerio de Justicia advirtió que algunas de estas normas ya se encontraban resueltas en disposiciones vigentes. Sin embargo, en la página 19 del informe se proporciona un importante antecedente en el sentido de que el proyecto "es coincidente con los tratados internacionales sobre derechos humanos ratificados por nuestro país, tales como el Pacto de San José de Costa Rica y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, que establecen como finalidad esencial de las penas privativas de libertad la reforma y la readaptación social de los condenados".
Señor Presidente, como me merece el máximo respeto el papel legislativo de nuestros colegas Diputados, y para evitar una discusión más de fondo, sugiero aprobar el informe de la Comisión, porque, en último caso, los señores Diputados podrían ratificar su criterio dando así lugar a la formación de una Comisión Mixta, porque estimo particularmente interesante el tema que ellos abordan. Y como este rechazo no impide que la Cámara insista en su posición, en nombre del Comité Demócrata Cristiano, solicito acoger el informe que rechaza la idea propuesta por los señores Diputados.
-Se aprueba el informe de la Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento.

El señor NUÑEZ (Vicepresidente).- En consecuencia, habría que designar a los Senadores que participarían en una eventual Comisión Mixta. Propongo a los integrantes de la Comisión de Constitución.

El señor HORMAZABAL.- En el caso de que la Cámara insista.

El señor NUÑEZ (Vicepresidente).- Así es, señor Senador.
Acordado.




NORMAS SOBRE TRASPLANTE DE ORGANOS


El señor NUÑEZ (Vicepresidente).- Corresponde ocuparse en el proyecto de ley de la Cámara de Diputados sobre trasplante de órganos, con informe de la Comisión de Salud.
-Los antecedentes sobre el proyecto figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley:
En segundo trámite, sesión 39a, en 6 de abril de 1993.
Informe de Comisión:
Salud, sesión 6a, en 19 de octubre de 1994.

El señor EYZAGUIRRE (Secretario).- Este proyecto también tuvo origen en moción de los Diputados señora Matthei y señores Arancibia, Bombal, Latorre, Melero, Ojeda y Schaulsohn, y los ex Diputados señores Alessandri (don Gustavo), Morales y Sotomayor, y fue aprobado en general por la unanimidad de la Comisión de Salud del Senado.
La Comisión, presidida por la Honorable señora Carrera e integrada por la Senadora señora Feliú y los Honorables señores Larre, Piñera y Ruiz-Esquide, por unanimidad, acordó aprobar en general el proyecto y, después de una extensa discusión particular del articulado, introdujo las enmiendas que indica al texto de la Cámara de Diputados.
El señor NUÑEZ (Vicepresidente).- En discusión general el proyecto.

Tiene la palabra el Honorable señor Ruiz-Esquide.

El señor RUIZ-ESQUIDE.- Señor Presidente, dado que se trata de la discusión general, después de recoger el criterio de la Comisión sobre la materia y consciente de que la iniciativa deberá volver a ella para estudiar las indicaciones que se formulen al respecto, describiré cuatro o cinco ideas fundamentales en las que se basa el proyecto.
Tal como se informó, la iniciativa tuvo su origen en una moción de varios señores Diputados. A su vez, la Comisión de Salud recibió la opinión muy fundada de diversos sectores de la técnica médica, de las sociedades científicas, de las agrupaciones de ética médica, así como también de profesores que ejercen otras disciplinas. Sobre esa base se elaboró un texto, aprobado prácticamente por la unanimidad de la Comisión, que apunta a legislar acerca de un tema que, si bien no es nuevo en Chile, en el último tiempo ha adquirido enorme preponderancia e importancia para la medicina, así como para lo que debe ser la forma en que los hombres se relacionan entre sí.
Si bien es cierto que esto corresponde a una técnica médica que busca resolver el problema de personas afectadas por determinada enfermedad que tienen la opción de ser curadas y tratadas y de una sobrevida -sobre todo, dando más vida a esos años de sobrevida-, esa técnica también apunta a factores importantes en lo que es la relación entre las personas. Por eso, definimos el proyecto sobre esta materia y el criterio con que el Parlamento desea pronunciarse a través de la Comisión de Salud sobre la base de tres ideas centrales.
Primero, la donación de órganos permite resolver, mediante una técnica médica, determinados problemas de salud de a lo menos mil 500 ó 2 mil chilenos, en especial de aquellos que padecen de ciertas dolencias del riñón, corazón, hígado y también del páncreas, la que tiene un futuro relevante en el país. Por decirlo de alguna manera, nadie duda de que en el mundo entero ésta es una técnica que avanza, y, por lo tanto, estará presente entre nosotros por muchos años, mientras no haya otras soluciones que por el momento no se vislumbran.
El segundo elemento dice relación con el hecho de que el acto de donar parte de nuestro cuerpo -ya sea mientras estamos vivos, o una vez que hayamos fallecido- constituye una expresión de solidaridad hacia el resto de los hombres. La propia Iglesia Católica, a través de Juan Pablo II, ha expresado su voluntad en cuanto a respaldar este tipo de técnica. No sólo es un problema científico o médico, de por sí importante, sino que va más allá. Hoy, entendemos que la gran discusión acerca del valor de nuestro cuerpo, la propiedad que tenemos sobre él y el derecho a trabajar sobre el destino de nuestros órganos, está nimbada por una nueva visión, cual es la caridad, la solidaridad, la fraternidad y la posibilidad de que, a través de esta técnica, podamos ayudar a otros hombres.
La tercera idea está vinculada con un problema ético, que apunta en dos o tres direcciones importantes, porque debe resguardarse que la donación en ningún instante pueda ser motivo de lucro para nadie, ni para quien dona sus órganos, ni para aquel que pudiera tener la tentación de traficar con ellos. Por eso, el proyecto, en forma específica y precisa, señala en sus primeros artículos que la donación es gratuita y que todo acto que así no lo contemple será nulo.
Por otro lado, también apunta al concepto ético del ejercicio de la medicina, y fundamentalmente se refiere a cómo deben efectuarse las expresiones de voluntad para dar un órgano, la forma en que se debe realizar el acto médico y los resguardos que debe tomar el equipo médico para garantizar un tercer aspecto ético, que también es extraordinariamente serio y que motivó parte importante de las discusiones habidas en la Comisión, cual es la seguridad de la muerte, o lo que hoy se denomina seguridad del estado de muerte de quien ha decidido donar órganos una vez fallecido.
Excúsenme, señores Senadores, que me extienda algo a este respecto. Hoy, definimos la muerte como un proceso en el cual no todos lo órganos mueren con la misma rapidez. Por lo tanto, no todos pueden ser trasplantados en el mismo instante, o con la misma secuencia de tiempo. El estado de muerte, más que como muerte cerebral, se define actualmente como el estado de muerte troncoencefálica: es el instante en el que los centros motores de los sistemas respiratorio y circulatorio dejan de funcionar. Por lo tanto, se produce lo que antiguamente se llamaba muerte cerebral, y que hoy se explicita más bien como muerte encefálica. A partir de ese momento, los órganos, para que puedan ser utilizados con posibilidades de éxito, requieren de un determinado tiempo. En todo caso, debe cautelarse el que de manera alguna se pueda trabajar sobre una persona cuyo estado de muerte no está claramente certificado.
En ese sentido, después de escuchar a distintos neurocirujanos y neurólogos, a gente que trabaja sobre este sistema en el momento determinado en los hospitales y en la cual existe cierta coincidencia, se estimó que el estado de muerte debe estar respaldado, a su vez, por tres elementos. Primero, que lo garantice un equipo médico, entendiendo por tal más de una persona que sea capaz de certificar dicha situación.
Segundo, que ese equipo médico sea distinto del que en un momento determinado va a extraer los órganos y a realizar la implantación posterior, lo que se denomina procuramiento de órganos y, luego, implantación. Tercero, que tal estado sea garantizado por la sapiencia de quienes cumplen esa tarea, exigiendo que a lo menos uno de los médicos sea un neurólogo o neurocirujano que esté asentado en el estado anterior de la enfermedad y que justifica poder usar ese cuerpo como donador de órganos, lo que se llama el conocimiento pleno del mal anterior -por ejemplo, en un accidente se puede saber si la destrucción cerebral es categórica-; pero también se debe dejar claramente establecido y comprobado que no existe ninguna otra cosa -ningún examen, antecedente o historia clínica- que no nos dé la seguridad absoluta de que no hubo de por medio drogas, alcohol o algún otro medicamento que pudiera producir un estado de muerte aparente. Por último, el reglamento deberá fijar aquellos elementos que van a corroborar esa muerte que el médico, con el conocimiento clínico del enfermo y a través de este equipo profesional, puede garantizar y asegurar.
Sobre el particular, la Comisión discutió largamente acerca de si algunos elementos deben quedar entregados a la ley o al reglamento. Hoy, para declarar la muerte de una persona, la legislación exige la existencia de dos electroencefalogramas en determinada secuencia de tiempo. La Comisión, a diferencia de lo que señala la legislación chilena en el Código Sanitario y, también, de algunas opiniones expresadas en la Cámara de Diputados, estimó que esta primera garantía evidentemente debe establecerse en la ley. Y se faculta para que en el reglamento se fijen normas precisas y claras tocantes a las corroboraciones técnicas respectivas, que hoy puede ser el electroencefalograma; mañana, el denominado "test de apnea", que es muy técnico para describirlo en este instante, y, a la vez, es factible avanzar hacia otros elementos, como algunos métodos de imaginología (escáner, resonancia magnética u otros).
Basada en esas ideas centrales, la Comisión aprobó un proyecto que, en definitiva, legisla sobre cuatro o cinco aspectos básicos.
El primero de ellos es el relativo a órganos provenientes de donantes vivos. Y en los artículos pertinentes del Título I se señalan exactamente cuáles son las exigencias que deben cumplirse por quien expresa su voluntad en tal sentido.
En segundo lugar, en cuanto a órganos provenientes de donantes en estado de muerte. El donante debe manifestar esta voluntad mediante una declaración firmada ante notario, o al internarse en un establecimiento hospitalario. La revocación del consentimiento es perfectamente posible a través de los mismos mecanismos.
En esta materia, la Comisión tuvo una diferencia con el proyecto despachado por la Cámara de Diputados, donde fundamentalmente venía establecido que en el instante en el que se obtiene o renueva la cédula nacional de identidad la persona será requerida en el sentido de si dona sus órganos para ser utilizados con fines de trasplantes una vez muerta.
La Comisión consideró que ni el contexto, el lugar, la oportunidad, los funcionarios que participan; ni la manera de realizar ese trámite, en un acto público, a veces presionado, parecían adecuados, sobre todo en circunstancias de que aún no existe conciencia muy profunda sobre lo que esto significa. De modo que -repito- no aparece como el momento más apropiado para expresarlo. Y, por eso, requerimos una simple acción notarial, o el instante en que se acuda al hospital, por cualquiera razón, a través de un acta que se suscribirá ante el director del mismo, o quien cumpla esas funciones. No entraré en mayores detalles, pues Sus Señorías tienen a la mano el informe.
En seguida, en otro aspecto, en la donación de órganos provenientes de personas en estado de muerte, se indican las condiciones para catalogar la muerte, con las exigencias ya señaladas, además de las formas y procedimientos a aplicar en cada caso en particular.
Una tercera parte del proyecto apunta a lo que llamamos -no donantes o trasplante de órganos- injerto de tejidos.
Al respecto, se hizo una diferenciación. Porque, evidentemente, pensamos que esto puede efectuarse también mediante un procedimiento claro y preciso pero con menos solemnidad, salvo en lo referido a la donación de córnea, para la cual exigimos el mismo tratamiento que debe seguirse respecto del trasplante de órganos.
Por último, se determinan las sanciones para quienes no cumplan con estas disposiciones y, en definitiva, también a fin de garantizar la modificación del Código Sanitario en los términos que indiqué.

El señor MUÑOZ BARRA.- ¿Me permite una interrupción, señor Senador?

El señor RUIZ-ESQUIDE.- Con la venia de la Mesa, con mucho gusto, señor Senador.

El señor NUÑEZ (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Muñoz Barra.

El señor MUÑOZ BARRA.- Sólo quiero formular una consulta al Honorable colega, relativa a lo señalado por Su Señoría en cuanto a que también se determinó el mismo procedimiento para la extracción de tejidos y de córnea.
No soy técnico en la materia, como el señor Senador; pero a través de algunas conversaciones sostenidas con personas entendidas en la materia me he impuesto del tema, y ahora me surgió la siguiente inquietud: ¿los tejidos corneanos necesitan el mismo tiempo de extracción que los demás órganos para ser utilizados en un trasplante?

El señor RUIZ-ESQUIDE.- Prácticamente requieren el mismo tiempo, señor Senador. Justamente, se describe la córnea como tejido, y no como órgano, porque no tiene circulación, carece de vida propia; es parte de otro órgano, que es el ojo, y, a su vez, no presenta regeneración. Por tal motivo se inscribe en los tejidos. Pero, dadas las características especiales que posee, la connotación real y objetiva que tiene para quien dona el órgano en estado de muerte, la homologó a la situación relativa a los órganos.
El señor MUÑOZ BARRA. - Gracias, señor Senador.

El señor RUIZ-ESQUIDE.- Señor Presidente, hubo tres problemas anunciados por diversos señores Senadores como materia de discusión para el segundo informe, y de las indicaciones consiguientes.
El primero se refiere a una discusión muy larga, existente ya en distintas partes del mundo, acerca de si la declaración de donación de órganos debe ser expresa, como se aprobó en la Comisión, o debe asumirse el criterio de la presunción de voluntad, la donación en la cual todos -se describe por ley - son presuntos donantes, salvo aquel que señale directa y claramente lo contrario.
Es un tema -repito- donde ha habido amplia discusión en el mundo entero, y en algunos países se ha establecido lo segundo. El resultado es discutible, así como también lo es el esfuerzo realizado en otros por provocar mayor donación, con resultados, a veces, bastante menores de lo que uno quisiera.
El segundo aspecto que deberá discutirse más a fondo dice relación a cómo lograremos un mayor resultado y maximización en los esfuerzos que el país entero debe hacer respecto de la política por seguir y de esta técnica.
La iniciativa, tal como se describe en el primer informe de la Comisión de Salud, no señala o una comisión nacional, o una interacción de los distintos sectores, tema que estamos analizando y pensando junto con el Ministerio, que cuenta con un departamento especial para esto, pero al que debemos agregar la participación de la comunidad, de todos quienes de alguna manera tienen que ver con el transporte de los órganos extraídos y, también, con el trabajo en las sociedades científicas.
Esta es una cuestión que con toda seguridad va a ser motivo de análisis en la elaboración del segundo informe de la Comisión.
Y el tercer punto es el relativo a cuál será la política, como país, en términos de inversión en una técnica como ésta.
Hay quienes estiman que esta materia debería quedar librada sólo a las políticas del Ministerio de Salud; y otros que sostenemos -en este sentido, expreso una opinión concreta- que debe darse, a lo menos como una instancia inicial, por unos tres o cuatro años, cierta definición en los presupuestos nacionales, tocante a una capacidad exacta y estricta para recoger más dinero, a objeto de poner en marcha un plan mucho mayor del que ahora disponemos.
Señor Presidente, he tratado de ser lo más breve centrándome en los puntos esenciales del proyecto. Y, dado que la Comisión lo aprobó por unanimidad, se me encomendó solicitar a la Sala la aprobación en general del proyecto, que apunta a una buena técnica, a un acto de solidaridad -que, ojalá, sea cada vez mayor- y, también, a una solución en la medicina social que tenemos actualmente para muchos enfermos.
He dicho.

El señor NUÑEZ (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Larraín.

El señor LARRAIN.- Señor Presidente, tal como se desprende tanto del informe como de la exposición hecha por el señor Senador que me antecedió en el uso de la palabra, nos hallamos frente a un proyecto que, efectivamente, reviste un interés real. La idea del trasplante de órganos, hoy por hoy, dado el desarrollo de la medicina, es una realidad que quizás en otro tiempo sólo pertenecía al mundo de los sueños o de la ficción, y ha permitido contribuir a hacer posible la vida de mucha gente que, precisamente, por limitaciones de distinto tipo, no tiene alguno de sus órganos en condiciones para desarrollarse con normalidad. La factibilidad de que una persona, por su propia decisión, pueda donar sus órganos, para trasplantarlos a otras, por cierto constituye una muestra de solidaridad, de caridad, de amor entre los hombres, que vale la pena recoger, y más aún, fomentar. De manera que a la idea misma, subyacente en el proyecto sobre trasplante de órganos, no nos queda más que darle nuestro impulso y completo respaldo.
Si consideramos además que, por su desarrollo científico, Chile reúne las condiciones médicas para hacerlo y en ello ciertamente se ve particularmente favorecido, debemos buscar la fórmula para estimular tal acción.
A mi juicio, el problema principal que subsiste no radica en los principios ni en las técnicas médicas, sino en los donantes y en el número suficiente de ellos para atender los requerimientos de centenares -si no miles- de personas que esperan la oportunidad de disponer de un órgano para superar su limitación. La actual reglamentación del Código Sanitario al respecto es insuficiente. Tanto es así que el aspecto numérico no ha podido superarse, en parte debido a que la normativa en vigor no permite actuar con la celeridad que requiere una situación de esta índole, tanto en lo referente al momento de tomar la decisión por parte de quien va a efectuar la donación de sus órganos, cuanto a la rapidez necesaria para accionar al producirse la muerte de la persona, para asegurar, de manera efectiva, el cumplimiento de su voluntad dentro del tiempo útil para quien los recibirá.
Lo anterior justifica de modo razonable, a mi juicio, la dictación de este nuevo cuerpo legal. Por ese mismo motivo, nuestra decisión es la de respaldarlo, particularmente porque cumple aquellos aspectos fundamentales que requiere una iniciativa de esta naturaleza.
En mi concepto, hay cinco principios que deben resguardarse en materia de trasplante de órganos, el primero de los cuales es que se haga con fines terapéuticos, es decir, que esté destinado a resolver problemas médicos y no de otra índole. El segundo, que se realice en lugares especialmente habilitados al efecto -hospitales y clínicas- que funcionen bajo las regulaciones vigentes en Chile y que estén autorizados y fiscalizados por el Ministerio de Salud. Un tercer elemento fundamental consiste en que la donación de órganos se efectúe a título gratuito, porque, lamentablemente, ella se puede prestar con frecuencia para un lucro indebido, a pesar de ser el reflejo de un acto de solidaridad humana. El cuarto principio -recogido parcialmente en el proyecto, lo que me produce algún grado de inquietud- se refiere a que el acto debe ser libremente consentido por el donante en vida.
De otro modo, no habría consentimiento. Además, aquél debe ser capaz, es decir, ser responsable ante la ley de sus actos. En tal sentido -ya se anticipó en la discusión- no me parece razonable la donación presunta (creo que en este punto la decisión de la Comisión fue adecuada); es decir, que de algún modo pueda deducirse una suerte de voluntad tácita en la dación de órganos. Tampoco me parece que lo sea -llamo la atención de Sus Señorías al respecto, y en su momento formularé las indicaciones del caso- el contenido del artículo 10, el cual permite la donación post mortem de órganos de los incapaces o de menores de edad por parte de sus representantes legales, o de familiares que puedan autorizarla. Reitero mis reservas sobre el particular, por tratarse de un acto personalísimo, que sólo puede realizar, a mi entender, quien tiene la voluntad real de donar sus órganos.
Finalmente, el quinto principio -bastante elemental, pero igualmente complejo- tiene que ver con la seguridad de la muerte del donante. Ya el señor Senador que me antecedió en el uso de la palabra, con suficientes antecedentes técnicos, anticipó que, desde el punto de vista médico, la muerte generalmente no es instantánea, sino un proceso, en el cual hay un momento en que sobreviene el cese de la vida. Pero ello no se determina en forma matemática, como sucedió en el pasado, cuando se atendía simplemente al paro cardíaco o al respiratorio, como señal de muerte, cuestión que con el correr de los tiempos ha variado. Se trata ciertamente de un proceso más complejo, que el concepto de muerte encefálica ha contribuido a precisar. Es conveniente analizar en todo caso la disposición que hace responsable al equipo médico de seguir un proceso que busque la unanimidad de la gente que no intervendrá posteriormente en el trasplante, como una manera de formarse un juicio independiente y no interesado respecto de lo que se decida.
Por otro lado, si bien se contemplan sanciones para el caso de donaciones a título oneroso, no las hay -al menos en el estudio que he realizado, no aparecen; quizás no tengo todos los antecedentes- en el evento de incumplimiento de los requisitos de certificación del deceso. No sé si están contempladas en el Código Sanitario; pero mi impresión es que no aparecen en el proyecto.
En consecuencia, tratándose de un proceso tan definitivo, creo que durante la discusión particular habrá oportunidad de formular indicaciones para asegurar que, efectivamente, quienes incumplan esos requisitos se vean expuestos a una sanción distinta a la aplicada a los delitos vinculados con la muerte de la persona, o a la correspondiente a negligencia profesional, pues se trata de algo especial y sumamente delicado.
En resumen, en mi opinión, estamos ante una importante iniciativa que contribuye a mejorar la vida de las personas, teniendo como fundamento algo relevante, como es la solidaridad entre los hombres. La actual reglamentación no aborda debidamente el problema, y conviene hacerlo para dar a la capacidad técnica chilena una expresión numérica, pues miles de personas lo están esperando.
Por último, los cinco principios fundamentales que señalé con anterioridad se cumplen de manera razonable en el proyecto. Y, aunque algunas normas me merecen observaciones específicas, en mi opinión, el conjunto es acreedor de nuestra aprobación. Por de pronto, anuncio que votaré favorablemente la idea de legislar.

El señor NUÑEZ (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Thayer.

El señor THAYER.- Señor Presidente, el proyecto en el trámite en que se encuentra debiera ser despachado con razonable rapidez -no ligereza- ojalá hoy día, porque el único riesgo serio que existe es que nos entusiasmemos con el tema y hagamos largas y muy fundadas exposiciones sobre un asunto que, en lo esencial, no debiera admitir debate.
Ciertamente, Chile debe colocarse al nivel actual del desarrollo de la ciencia y de la conciencia social y en la aptitud de asentir a la idea fundamental de la iniciativa. Lo delicado es dictar una ley que cumpla efectivamente el objetivo perseguido y prevea los riesgos de una situación distinta, en la cual están comprometidos problemas de técnica, de ciencia médica, culturales, éticos, jurídicos, de políticas de salud e, incluso, de educación a nivel universitario. Estamos trabajando con la vida y el cuerpo humanos. Recuerdo aquel principio cuya aprobación provocó gran debate en 1925, en cuanto a que la propiedad tiene una función social; pero la existencia humana también la tiene, pues el cuerpo del hombre, aunque deja de ser útil como instrumento de desarrollo de la vida, gracias a la ciencia, puede alcanzar una importante función desde el punto de vista de prolongar la subsistencia de otro.
Todos quienes hemos tenido alguna vinculación con el mundo universitario hemos admirado -y, de alguna manera, seguramente nos hemos emocionado viéndolo- el estudio de los cadáveres por parte de los estudiantes de ciencias médicas. Porque cumplen una función educacional clave. Sin tal trabajo no habría sido posible el desarrollo de la medicina. En fin, muchas cosas podrían decirse adicionalmente; pero el aspecto con el que interesa relacionarnos es la importancia del cadáver reciente, cuando el hombre pasa a la condición de muerto no a través de un acto o hecho, sino más bien -como lo ha dicho el Honorable amigo y médico señor Ruiz-Esquide- de un proceso en que no todas las funciones vitales pueden entenderse terminadas en el mismo instante. Por tales razones, pienso que el proyecto -por lo demás, abonado por un informe de Comisión, a cuyos integrantes me complazco en felicitar por la acuciosidad de su trabajo, al igual que al personal de ella- no merece sino una aprobación general con entusiasmo y convicción. Es de prever, sí, que en la discusión particular tendremos que estudiar aspectos muy delicados. Entre éstos, puede citarse el mencionado en la versada exposición del Honorable señor Larraín, relativo a la presunción de la voluntad de donar. En mi parecer, esto atañe a una cuestión cultural. Conforme a nuestros actuales hábitos culturales, en el respeto al cuerpo del deudo fallecido, está primando el criterio de que aquél no se toque sin mediar una expresa manifestación anterior de voluntad. Pienso que, en la medida en que avance nuestra cultura de solidaridad social, todos llegaremos a comprender que no es un crimen o algo parecido, decidir que los órganos de un cuerpo humano que carecen de todo destino o utilidad permaneciendo en el cadáver pueden retirarse para salvar la vida de un niño, de un joven, de alguien con expectativas de vida. Y entonces la norma legal va a tener que disponer que debe presumirse la actitud racional de permitir la utilización de los órganos. Sin embargo, hay una tarea cultural que tendrá que irse cumpliendo; pero la redacción de la ley sobre estos puntos es materia de la discusión particular. No quiero detenerme ahora en ello, sino solamente reiterar mis congratulaciones a la Comisión por la labor cumplida y anunciar mi voto favorable al proyecto.

El señor NUÑEZ (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Fernández.

El señor FERNANDEZ.- Señor Presidente, nos encontramos ante un proyecto de gran interés social que, desde luego, vamos a aprobar, sin perjuicio de las observaciones que podamos hacer en su articulado.
Como consideración general acerca de la iniciativa, debo decir que el tema de la muerte y del cadáver ha sido estudiado desde muy antiguo en el Derecho, en el aspecto de la propiedad del cuerpo sin vida para el caso en que se pretenda disponer de él. Naturalmente, como en todas los grandes problemas que afectan al Derecho y a las ciencias sociales y morales, no hay uniformidad respecto de la solución que pueda darse a cuestiones de tal naturaleza.
El proyecto está bien orientado. Se dirige a los objetivos deseados, y cumple las normas que se aceptan como básicas desde el punto de vista moral para que una iniciativa de tal tipo pueda aprobarse. Distingue muy acertadamente las donaciones entre vivos, para lo cual se requiere un grado de regulación diferente de las que se producen en el estado de muerte, que tienen un tratamiento distinto.
Una observación aplicable a ambos casos -tal vez propia del debate en particular- es la relativa a la necesidad de dar la máxima publicidad a la donación. Algunos Honorables colegas han señalado la probabilidad de que la donación ante notario -no obstante ser enviada a un registro general- podría carecer de la adecuada publicidad, tomando en cuenta la rapidez del caso, para que alcance a aprovecharse. Por eso estimo necesario que en el estudio en particular se analice cuidadosamente el establecimiento de la máxima publicidad, con el objeto de que se cumpla la finalidad precisa de la donación y se posibilite un accionar rápido y eficaz, evitando recurrir a un registro de dificultoso acceso.
En el caso de donación de órganos de personas muertas, será del caso disponer que se especifique con mucha claridad quién será el receptor o, por lo menos, que se den las líneas generales de esa destinación, con el objeto de evitar lo ocurrido en otros países: la disputa por el órgano donado. Debería saberse claramente quién es el receptor. En los trasplantes entre vivos la individualización es muy fácil, pues el donante puede señalar a qué persona favorecerá; pero en el caso de un muerto la dificultad será mayor cuando se trate de determinar con precisión quién es el receptor. En todo caso, es necesario evitar la ocurrencia de una disputa, la cual afectaría no sólo a los hospitales, sino también, y de modo grave, a la familia. De allí la conveniencia de dictar normas conducentes a dar la máxima publicidad tanto para que se conozca la voluntad efectiva, cuanto para que se disponga de todos los elementos para identificar sin duda alguna al receptor y al donatario.
En lo relativo a la voluntad presunta -aspecto no tratado en el proyecto-, habría que entrar a definir una serie de puntos. Si se presentara alguna indicación -ya se han anunciado- para introducir una norma al respecto, eso cambiaría en forma sustancial el tratamiento del proyecto, re-quiriéndose determinar en tal situación quién decide lo del receptor.
Sobre este último aspecto, me gustaría conocer la opinión del Honorable señor Ruiz-Esquide en cuanto al modo de resolver el problema del receptor en el caso de voluntad presunta. Si el señor Presidente lo permite, solicito al señor Senador explicar el punto.

El señor NUÑEZ (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Ruiz-Esquide.

El señor RUIZ-ESQUIDE.- Evidentemente que en la discusión particular tendremos que ocuparnos de afinar la normas relativas al lugar físico en que se obtendrán los órganos en un momento determinado, o en qué parte del territorio, y cómo ello se relaciona con el establecimiento en que se va a hacer el injerto o el trasplante del órgano; al igual que las disposiciones sobre la obligatoriedad de generar mecanismos que permitan transportar rápidamente los órganos donados para que la operación sea posible, como señalaba el Senador señor Thayer.
Respecto del caso que plantea el Senador señor Fernández, si se aprobase que todos somos presuntamente donantes (salvo que expresemos nuestra voluntad en contrario, por los mecanismos que se fijen), obviamente no habrá un receptor específico cuando se concrete la donación. En tal caso, el órgano de que se trate se enviará directamente al lugar donde, de acuerdo al catastro general que mencioné anteriormente, lo recibirá quien en ese momento lo necesite; o bien, la persona que en esos instantes, en razón de la cercanía del lugar de la muerte del donante, se halle en condiciones de aprovechar ese órgano.
En síntesis, en la situación planteada no podría haber expresión de voluntad respecto de quién será el donatario.
El señor FERNANDEZ.- Gracias, Honorable colega.

El señor NUÑEZ (Vicepresidente).- Por mi parte, no era mi ánimo intervenir, pero, como he estado tratando de profundizar un poco en el tema, al igual que mis estimados colegas, por considerarlo de la máxima trascendencia, voy a exponer brevemente mi punto de vista sobre el proyecto, con el propósito de contribuir a enriquecerlo, ya que si bien no discrepo mayormente de su contenido, he notado algunas carencias.
En primer término, no se hace referencia a la legislación comparada; vale decir, a la legislación que sobre esta materia han ido perfeccionando, día a día, los países más avanzados en este campo. Entiendo que Estados Unidos y Francia se han preocupado, desde hace bastante tiempo, de dictar normas más precisas.
En segundo lugar, no se mencionan entidades u organizaciones de carácter internacional a las cuales uno pueda adherir para los efectos de transformarse, eventualmente, en beneficiario de algún órgano que podamos necesitar en alguna circunstancia específica y grave de nuestra vida. No hay alusión alguna a estas organizaciones, que proliferan particularmente en Europa e, incluso, en el marco de la Comunidad Europea. Entiendo que en ella la legislación permite que cada habitante de los países miembros pueda acceder a bancos de órganos, los cuales son administrados por entidades internacionales ajenas a los Estados integrantes de la Comunidad.
Y, en tercer término, pienso que debiéramos examinar con mayor detenimiento el articulado y tener en cuenta lo que puede deparar el futuro en este aspecto, sobre todo considerando los antecedentes que determinaron la concesión del Premio Nobel de Medicina en los dos últimos años. El otorgado en 1993 recayó también en dos profesores norteamericanos, y les fue concedido en virtud de los progresos logrados en sus investigaciones acerca de los cromosomas del ser humano y, especialmente, por su descubrimiento del gen con estructura discontinua (gen D). Este sería un gen espectacular, por la significación que tendría para la vida, en un sentido más global, en el aspecto biológico, naturalmente. Los estudios sobre el gen D abren la posibilidad de que en un futuro no muy lejano sepamos claramente cuál es el órgano apropiado para cada uno de nosotros. En el último tiempo se ha avanzado de una manera tal que no la habríamos visualizado 20 años atrás. Por eso, creo que es bueno comparar o, por lo menos, tener conocimiento de cómo se han ido adecuando las legislaciones de otros países, como Estados Unidos o Francia, que figuran entre los más desarrollados en este campo.
Sin perjuicio de lo anterior, debemos felicitarnos de que se enfrente el problema en este proyecto, iniciado en la Cámara Baja por moción de señores Diputados de las más diversas bancadas, lo cual indica el interés nacional que despierta el tema.
El señor Mc-Intyre ha pedido la palabra.
Puede hacer uso de ella Su Señoría.

El señor MC-INTYRE.- Señor Presidente, esta iniciativa ha sido objeto de mi preocupación desde que se presentó en la Cámara de Diputados, en 1990. En 1991 planteé en esta Sala mi inquietud por el hecho de que había transcurrido más de un año y seguía pendiente la materia. Y me interesaba en forma muy especial, porque entre los candidatos a trasplante de esa época figuraba un amigo -lo recuerdo con mucho afecto- que padecía una grave enfermedad a los riñones, a raíz de la cual murió un año después.
En general, quienes sufren enfermedades renales esperan esta clase de trasplantes a fin de no tener que someterse a diálisis, que es un tratamiento que presenta enormes dificultades y es sumamente caro. En opinión de los médicos, muchas veces es preferible efectuar un trasplante, cuyo costo ignoro.
Sobre el particular, se ha hecho mención a un aspecto muy delicado: quién dona. La misma pregunta me hacían los enfermos en la oportunidad que señalé. Y lo comprobé personalmente. Por ello, hice pedir a la Subsecretaría de Salud la lista de donantes inscritos en el país hasta esa fecha. Eran menos de 200 personas.
Por lo tanto, de aprobarse el proyecto en la forma en que se encuentra redactado, que exige al donante expresar su voluntad mediante declaración firmada ante notario, quedaremos en la misma premisa anterior.
El número de donantes es muy bajo. Y cuando yo hice las averiguaciones, entre los postulantes inscritos para trasplante de órganos, había decenas de personas cuya única alternativa para evitar la muerte era ésa. Si consideramos que, entonces, el total de candidatos a trasplantes, por diversas enfermedades, era de aproximadamente 10 mil, la posibilidad de acceder al órgano que requerían era muy escasa.
Por lo expuesto, pido a la Comisión que estudie más a fondo los requisitos concernientes a la donación de órganos. A mi juicio, la disposición aprobada por la Cámara de Diputados era más conveniente, ya que cualquier persona, en el momento de obtener o renovar la cédula de identidad podía manifestar su voluntad de donar sus órganos con fines de trasplante una vez muerta. Me parece que las exigencias jurídicas introducidas aquí -autorización notarial, declaraciones juradas, exámenes posteriores- son exageradas.

El señor NUÑEZ (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Urenda.

El señor URENDA.- Señor Presidente, creo que todos coincidimos en la extraordinaria importancia que reviste este proyecto y en el gran valor moral que él encierra. Realmente, más allá de lo que representa la donación de órganos como manifestación de solidaridad, es un gesto que demuestra nuestra igualdad como hijos de Dios. Porque nada nos puede acercar más que el traspaso de un órgano, o que un órgano de una persona sirva para que después de su muerte otro ser humano sobreviva o mejore su condición.
Pienso que la iniciativa ha sido muy bien estudiada; pero, dada su complejidad, será imprescindible corregirla o mejorarla, en alguna medida, en el segundo informe. Y, con el objeto de facilitar el estudio de eventuales indicaciones, quiero formular al señor Senador informante una consulta sobre un aspecto que no aparece incluido en el articulado.
En el caso de donación de un órgano por una persona viva, se establece claramente el nombre e identidad de quien la efectúa. En consecuencia, el individuo que dona lo hace a una persona determinada, y la decisión sobre ello la adopta él mismo. Sin embargo, tratándose de la donación de un órgano después del fallecimiento, más allá de la simple identificación del receptor hay una etapa previa: determinar a quién se le implantará, en el supuesto de que haya más de una persona esperando el mismo tipo de trasplante. Repito: en el texto que se nos propone no se contempla norma alguna que permita decidir ante esta última situación. En un momento dado muere un individuo y existe la posibilidad de aprovechar su corazón, pero resulta que hay 30, 20 ó 50 enfermos inscritos para la misma clase de trasplante. En tal caso, ¿quién decide sobre el receptor? Teniendo presente que esta resolución debe adoptarse con mucha rapidez, tal vez lo más práctico sería que la persona encargada de tomarla fuera alguien vinculado al hospital o establecimiento respectivo, o relacionado con el Sistema de Salud.
Sería conveniente precisar el punto y fijar responsabilidades, porque podría darse lugar a una suerte de comercio o a una disputa sumamente enojosa y extraordinariamente cruel. He revisado el informe de la Comisión y no he encontrado nada sobre este aspecto. Tal vez se deba a que el problema está resuelto en el Código Sanitario o en otro cuerpo legal, o se trata simplemente de una omisión. Si fuere una omisión, pienso que debiera analizarse este aspecto, porque -repito- puede prestarse para situaciones muy enojosas.
No me referiré a algunos detalles de forma o de redacción, porque pueden mejorarse por medio de indicaciones. He querido plantear lo anterior, por la preponderancia que tiene y porque estoy cierto de que el distinguido señor Senador informante, con su amplio conocimiento en la materia, podrá ilustrarme, como también al Senado, para orientar a este respecto las posibles indicaciones que podamos formular.
He dicho.

El señor NUÑEZ (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Hormazábal.
El señor HORMAZABAL.- Con la venia del señor Presidente, concederé una interrupción al Senador señor Ruiz-Esquide, porque, al parecer, desea contestar una inquietud planteada por el Honorable colega señor Urenda.

El señor NUÑEZ (Vicepresidente).- Tiene la palabra, Su Señoría.

El señor RUIZ-ESQUIDE.- Muchas gracias, señor Senador.
La verdad es que lo planteado por el distinguido colega opera de manera habitual, en términos de que si la persona muere, es el equipo receptor, o el equipo médico que hace los trasplantes, el que en definitiva resuelve a quien se destinará el órgano. No está considerado el hecho de que haya una donación "post mortem" específica a un individuo, salvo que expresamente el donante así lo haya decidido.
La experiencia demuestra que la ética de los médicos y la forma en que se está procediendo en esta materia impiden que se presente el temor planteado por Su Señoría. Durante el debate del tema en la Comisión tal vez uno puede llegar a la conclusión de que el asunto es al revés, por cuanto la posibilidad de que alguien disponga donar sus órganos a tal persona, tal vez sea motivo de una mayor discusión, por un posible intento de comercio o -como el señor Senador lo manifestó, con toda razón- por producirse una situación enojosa y a veces difícil.
La donación de los órganos de una persona que haya muerto -salvo que hubiere expresa mención del individuo a quien se pretenda favorecer- es algo que entra en el mecanismo habitual, cual es que los hospitales extraigan el órgano y determinen la persona que lo recibirá.
Concuerdo con el Senador señor Urenda en el sentido de que tal vez es conveniente precisar en forma más adecuada el punto, de manera tal que quede muy claramente especificado todo lo concerniente a la materia.
Es todo, señor Presidente.

El señor NUÑEZ (Vicepresidente).- Puede retomar el uso de la palabra el Honorable señor Hormazábal.

El señor HORMAZABAL.- Señor Presidente, durante el transcurso del debate un distinguido colega hizo una reflexión en el sentido de que mientras nosotros estábamos estudiando la iniciativa alguien falleció, precisando de este modo la necesidad de trasplante que tenía esta persona. Estoy convencido de que no ha sido esa la intención de lo que se afirmó, sino que la idea era marcar la urgencia del problema. En todo caso, deseo manifestar que no me siento responsable, como Senador de la República, de ningún hecho tan lamentable como el ocurrido, porque nuestro proceso legislativo se ha dado un tiempo para examinar la materia en análisis.
Aclaro esto, señor Presidente, ya que en cierto tiempo fuimos hasta interpelados por los medios de comunicación, los cuales cumplen su tarea, por supuesto. Muchas personas, planteando la urgencia que tenían y la desesperación natural por dar continuidad a la vida de sus seres queridos, pensaban que con el simple despacho de esta normativa podrían resolver el problema. Pero, en verdad -al igual que en muchas otras situaciones--, las cosas no son tan sencillas. Creo que en esta Corporación no hay Senador que no esté dispuesto a concurrir con su voto a la aprobación de cualquier proyecto que signifique más vida para los seres humanos y, ojalá, también una mejor calidad de la misma.
Sin embargo, estamos viendo un tema tan complejo que aborda campos distintos: comprende lo relativo a la ética, que es un terreno moral de gran trascendencia; se refiere a un problema jurídico de enorme significación, como se ha expuesto aquí; se abarca un asunto de técnica médica, y, adicionalmente, se enfrenta una situación económica y social. Porque si analizamos las condiciones establecidas en la presente iniciativa legal nos encontraremos con lo siguiente: a pesar de que no hay una ley especial -este proyecto aún no es ley-, Chile se encuentra a la vanguardia en materia de trasplantes, y fue aquí precisamente, en Valparaíso, donde en 1968 un médico de extraordinaria significación -y para mí de particular aprecio-, el doctor Kaplán, realizó en el Hospital Naval el primer trasplante en Chile, apenas un año después que en la célebre Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, hiciera uno similar el doctor Barnard.
De acuerdo a los antecedentes que se entregan en el informe, nuestro país se encuentra en muy buena condición técnica, humana y profesional para desarrollar iniciativas en esta materia. Además, en Chile se hacen trasplantes de riñón en un alto porcentaje. Y según esa misma información que se aporta para el estudio del tema, podemos ver que hay 150 mil personas que han recibido beneficios en el mundo con relación a trasplantes de riñón, por ejemplo. En torno a este tema, se ha dicho que en nuestro país hay muchas oportunidades de hacer trasplantes. No es, entonces, el atraso de esta iniciativa lo que ha impedido que ello pueda concretarse.
Sobre el particular, cabe señalar que, en opinión de los especialistas, hay tres elementos que impiden que aún no se profundice en esa materia: primero, la falta de conciencia en la población respecto del tema; segundo, existe un desconocimiento de conceptos, como, por ejemplo, el de la muerte cerebral -conforme a lo expresado por mi estimado colega y amigo el Senador Ruiz-Esquide, hemos aprendido lo que es la situación de estado de muerte y las diferentes acepciones que se están explorando para definir adecuadamente el concepto de muerte-, y tercero, hay un problema de falta de recursos.
Señor Presidente, sin duda, aprobaremos esta iniciativa introduciéndole las modificaciones indispensables; pero quiero decir que ella presenta limitaciones desde el punto de vista social. Por ejemplo, las exigencias contenidas en el artículo 11 para certificar -a mi juicio, adecuadamente- el rigor de la situación en que nos encontramos, en el sentido de que la persona esté realmente muerta, indican que ello debe ser constatado por un equipo de médicos. Y ocurre que los Senadores de regiones podemos señalar que hay una innumerable cantidad de provincias y de zonas en las cuales la posibilidad de que exista un equipo médico constituye una mera aspiración. Si a esto agregamos la exigencia rigurosa que se establece en dicho precepto, de que los profesionales deben tener determinada especialidad, la situación se agrava, porque en muchos lugares del país no hay médicos que posean la calidad que requiere el proyecto. Incluso, debemos aceptar que, aun cuando lo despachemos con la debida celeridad, no solucionará los problemas a los chilenos que viven en Coquimbo, Atacama o en la Novena o Duodécima Regiones, o en cualquier lugar del país en donde todavía existen carencias en los sistemas de salud y no se puede contar con los especialistas que indica la iniciativa.
Se trata de un problema que va más allá de la buena voluntad de los legisladores, porque parte de una constatación de nuestra realidad objetiva como país.
Ese es el tema social, pero también hay un aspecto económico: ¿cuánto es el costo que pueden tener operaciones de esta envergadura? Con bastante razón, se ha pedido que este factor sea manejado de manera gratuita, con el objeto de evitar el comercio de órganos. Pero todos sabemos que, por la especialidad que involucran las intervenciones, ellas significan un alto gasto para los hospitales que están en condiciones de realizar los trasplantes. Por lo tanto, también sabemos que con esta iniciativa legal no se resolverá el problema de lista de espera de la gente que se encuentra en esta situación, porque siempre se estará sujeto precisamente a la existencia de recursos, que son tremendamente escasos para enfrentar incluso otro tipo de carencias en el ámbito de la medicina.
Ciertamente, el proyecto significa un avance, pero no quiero que haya ciudadanos que crean que con el despacho de la iniciativa se solucionarán todos los problemas pendientes, ya que en este tema se plantean las dificultades que reseñé en el ámbito de la realidad de las regiones del país y lo atinente a los recursos económicos. Adicionalmente, hay también otro aspecto, el cual puede superarse con mayor facilidad, cual es el que se refiere a las técnicas médicas. En la Comisión -y ello consta en el informe-, uno ha podido constatar la solvencia con que distinguidos especialistas del Colegio Médico, de la Sociedad Chilena de Trasplantes, de la Corporación Nacional de Fomento del Trasplante y de otras entidades han expuesto con mucha lucidez sus puntos de vista. Como dije, creo que el tema de las técnicas médicas puede ser resuelto con mayor facilidad.
Pero hay un punto de fondo, y dice relación a los valores, a lo ético. Porque, sin pretender hacer una disquisición sobre el sentido de la vida, estamos entrando en una frontera donde, afortunadamente, pueden encontrarse humanismos laico, cristiano o de otras vertientes. No se trata acá de dilucidar el origen de la vida ni la finalidad trascendente que para algunos creyentes ésta tiene incluso después de la muerte. Estamos hablando de valores en una sociedad cargada de egoísmo, de individualismo, donde el 40 por ciento de los chilenos muchas veces no tiene qué comer, no tiene viviendas dignas, no tiene la forma de resolver sus problemas básicos, mientras otros disfrutan de tanto. La insolidaridad, el egoísmo, se enseñorean.
¿Es posible que quienes no han sido capaces de ser solidarios con otros en vida puedan, en el momento de la muerte, trascender esa limitante? Yo aspiro a que así sea; yo aspiro a que la pequeñez que lleva cada uno de nosotros, en el sentido egoísta o individualista, adquiera una dimensión que nos dé un poco más de trascendencia, aunque sea después de nuestra muerte.
Y aquí surge la siguiente cuestión: cómo fomentar en la sociedad chilena un sentido valórico de solidaridad practicado en vida. ¡Practicado en vida, señor Presidente, no después de la muerte!
Aparece, de nuevo, un tema cultural. Hace algunos meses, nos enteramos, a través de la prensa, de que personas desesperadas por no encontrar empleo o no poder satisfacer las necesidades básicas de su familia ofrecían a la venta sus órganos, en vida. ¿Se puede aceptar, señor Presidente, el comercio de órganos inherentes a la vida de una persona, con sus efectos -a mi juicio, tremendamente dañinos- en lo que puede ser la visión de una sociedad que sólo sobrevivirá si comparte un conjunto de valores?
Hay ahí un problema de la mayor trascendencia, que debe ser abordado en toda su profundidad.
Del mismo modo, señor Presidente, me preocupa el tema de la investigación, pues en el debate realizado en la Comisión destacados especialistas señalaron que los trasplantes no sólo debían efectuarse con fines terapéuticos, sino que además cabía considerarlos con criterios de investigación. El propio señor Vicepresidente titular del Senado, hoy Presidente en ejercicio, ha manifestado que deberíamos tener en cuenta una serie de investigaciones que se están llevando a cabo. Señor Presidente, ¡si el tema planteado por usted es relevante! ¿A qué nos referimos? ¿Al proceso llamado "clonación", al hecho de que actualmente especialistas, en distintos lugares del mundo, están tratando de materializar en el laboratorio lo que se entendía único e imposible de ser creado en otra forma, cual es la repetición de ciertos genes que marcan la percepción individual de la existencia de cada individuo? ¿Podríamos permitir, en un esquema valórico distinto, lo que están intentando algunos científicos en el plano de la producción en serie de supuestos seres humanos; la repetición, a partir del núcleo básico de ADN y de genes idénticos, que se está explorando en el ámbito de los animales, con fines de progreso y para enfrentar problemas de alimentación? Porque algunos están pensando en la idea de repetir lo que parecía irrepetible, en relación con el tema del ser humano único.
Sin embargo, no quiero entrar sólo en el tema de la valoración, para quienes somos creyentes, desde el punto de vista religioso. Para quienes no tienen el don de la fe, ¿se puede concebir, culturalmente, el desarrollo de una sociedad donde empiezan a producirse supuestos seres humanos a partir de meros procesos de laboratorio?
Nosotros hemos discutido, por ejemplo, la fertilización "in vitro", que es una técnica distinta, tendiente a favorecer el desarrollo del afecto y del amor en una pareja que por razones de distinta índole no puede concebir y que, a través de los adelantos médicos, cuenta con la posibilidad de procrear, así como la de realizar luego la parte de la vida afectiva que sólo se encuentra en los roles de madre y de padre.
Si se crean meros seres de laboratorio, ¿cuál será el componente de la sociedad futura que queremos construir, señor Presidente?
A veces, me siento sorprendido y asustado de la cultura individualista que estamos generando, pues parece surgir con más fuerza aquello de que el hombre es el lobo del hombre. En una cultura que sólo estimula el éxito a costa de despedazar a otros, sucederá que, de pronto, si empezamos a repetir únicamente el afán de ganar, de adorar al viejo becerro de oro, las sociedades se van a desplomar. Aquí tenemos un aspecto cultural.
Debemos poner límite al asunto de la investigación. Si no abordamos luego este problema, la sociedad se verá enfrentada, demasiado tarde, a la existencia de procesos que pueden hacer degenerar una concepción de vida tremendamente esencial para el desarrollo de la humanidad.
Creo, señor Presidente, que está abierto el debate que plantea el proyecto; debate que, en mi opinión, debe ser acucioso, serio y fundado. Y cabe incorporar los elementos que indicó usted, señor Presidente, vinculados a lo que está pasando en el mundo en esta materia, pero, eso sí, con la percepción crítica de saber que no podemos seguir repitiendo todo lo que se está haciendo en otras partes.
Segundo: en el debate deben estar representados adecuadamente los distintos valores. Porque el informe de la Comisión habla de una encuesta efectuada en Estados Unidos a personas mayores de 16 años, de las cuales 25 por ciento estarían dispuestas a donar sus órganos, pero el mismo sondeo, en Japón, país que tiene una cultura diferente, arrojó porcentajes mucho más bajos, debido, precisamente, a la existencia de valores culturales distintos. Sería interesante saber cuál sería el resultado en la India, que exhibe otra realidad cultural. Aquí, en Chile, entre 30 y 40 por ciento de las personas ha manifestado la intención de donar sus órganos.
Para mí, el tema ético, el tema cultural, tiene mayor relevancia que los problemas de técnicas médicas, de economía o de sociedad.
Señor Presidente, quiero manifestar la alegría que me provoca aprobar un proyecto de esta naturaleza. Sin embargo, me parece que hay que estudiar adecuadamente algunas de sus normas, para que todos los componentes que lo informan representen el máximo consenso en el Congreso y la ciudadanía cuente con un instrumento apropiado. Pero, ¡por favor!, que ningún chileno que esté viviendo una situación angustiosa, como paciente directo o por un familiar, piense que la sola dictación de la ley va a resolver el problema que, con mucha razón, conmueve, inquieta y hace poner los ojos en quienes legislan, que tenemos el deber ineludible de preocuparnos del bien común de la ciudadanía.
Gracias, señor Presidente.

El señor NUÑEZ (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Otero.

El señor OTERO.- Señor Presidente, prácticamente, ya se ha dicho todo.
No cabe duda de lo expresado por el señor Senador que me precedió en el uso de la palabra, en cuanto a que todo avance científico involucra un nuevo desafío legal, pues, a medida que la ciencia progresa, más circunstancias no reglamentadas se van produciendo. Pero decir que en Chile no se han hecho trasplantes antes de esta iniciativa, como se ha señalado, es faltar a la verdad. Ellos se han efectuado sin que exista una legislación adecuada. Eso es una realidad. Ahora tenemos que legislar, y el problema es hacerlo de acuerdo con nuestros valores éticos y morales y buscar una normativa que sea a tal punto precisa que no pueda ser mal usada.
Estaba mirando, precisamente, el artículo 11, inciso tercero, que da una nueva definición acerca de la muerte. Consulté al Senador señor Ruiz-Esquide cuál era el concepto, y le pregunté si se consideraba viva o muerta una persona cuyo corazón está latiendo. Me respondió: "Si se produce daño irreversible de las funciones encefálicas, la persona se considera muerta, aunque su corazón esté latiendo".
Lo anterior implica un cambio sustancial en nuestra concepción de la vida. Resulta difícil aceptar que a una persona se le pueda decir: "Su familiar, aunque está latiéndole el corazón, para todos los efectos está muerto, y, como donó sus órganos, vamos a proceder a sacárselos".
Obviamente, esto hay que pensarlo. Puede que los médicos tengan razón, pero, ¿es efectivamente así? Hay casos de personas que han permanecido en estado vegetal, sin ninguna función cerebral, por más de diez años y que, de repente, se han recuperado. Si a ellas se les hubiera aplicado el criterio de que se trata, ¿tendrían que haber sido declaradas muertas y habérseles arrancado sus órganos? La respuesta que se me dio fue: "En ese caso, el diagnóstico habría sido incorrecto".
Este ejemplo nos demuestra la enorme complejidad de la ley en proyecto, que nos coloca frente a la necesidad de contestar adecuadamente a nuestra idiosincrasia, a nuestros principios ético-morales y a lo que hemos considerado como vida hasta el día de hoy. A mí me sería terriblemente difícil aceptar que un equipo médico me dijera: "Su madre, aunque su corazón late, está muerta, y, como era generosa y donó sus ojos, se los vamos a sacar".
A lo mejor, estoy equivocado, pero el concepto que hemos tenido de lo que es la vida y de lo que es la muerte nos obliga a someternos a un proceso interno de análisis y, sobre todo, de conciencia científica. ¿Es irrebatible el diagnóstico médico? Hasta ahora, nunca se ha podido acreditar que no se encuentre sujeto a error, porque los seres humanos siempre podemos cometer equivocaciones. Sería suficiente que, por ejemplo, cinco médicos certificaran que una persona cuyo corazón continúa latiendo está muerta, y legalmente así ocurrirá, pudiendo extraérsele sus órganos. ¿Y si el diagnóstico estuviera errado? Este es uno de los problemas en que debemos meditar.
Creo que el proyecto de ley es bueno, que es necesario legislar sobre la materia, y no podemos negarnos a enfrentar las dificultades de aprobar normas acordes con los avances en la medicina, pero dentro de nuestros principios éticos y morales y de nuestras concepciones personales.
De allí que votaré favorablemente la idea de legislar, pero solicito a la Sala otorgar un plazo adecuado para presentar indicaciones, pues no se trata de una preceptiva en la cual pueden formularse indicaciones en una semana o en 10 días: primero debemos interiorizarnos del tema. Personalmente, conversaré con médicos y consultaré a las personas más entendidas en la materia, para que me den la tranquilidad y la certeza de que si voto a favor de estas disposiciones, es porque científicamente así debe ser. Sin embargo, mientras no tenga la seguridad, no puedo aceptar una norma como la que recién mencioné.
Por esa razón, propongo al Senado fijar un plazo no inferior a 30 días para formular indicaciones. Como muy bien lo expresó el señor Senador que me precedió en el uso de la palabra, el despacho de esta iniciativa no solucionará de inmediato los problemas, pero cabe advertir que el apresuramiento en aprobar una normativa de esta naturaleza puede crearnos serias dificultades de conciencia y de repercusión nacional.
Reitero que votaré favorablemente la idea de legislar, y solicito a la Sala fijar un plazo no inferior a 30 días para presentar indicaciones.

El señor ERRAZURIZ.- ¿Me permite, señor Presidente?

El señor NUÑEZ (Vicepresidente).- Había solicitado la palabra el Senador señor Piñera, pero no se encuentra en la Sala.
Por lo tanto, tiene la palabra el Honorable señor Errázuriz.

El señor ERRAZURIZ.- Señor Presidente, en 1989, cuando fui candidato a Presidente de la República, hice presente muchas veces que las discusiones del mañana no serían políticas, sino fundamentalmente de carácter técnico y moral. El proyecto de ley que hoy concita nuestra atención es una clara demostración de lo que expresé en aquel entonces. En efecto, nos ocupa una situación que, junto con ser propia del ámbito médico-tecnológico, reviste una profunda significación ética y moral, con todas las implicancias que de ello se derivan.
No repetiré los argumentos dados en el debate, pero agregaré una visión nueva y diferente, en cuanto al problema postoperatorio del eventual trasplante. Por lo tanto, también resultará indispensable legislar respecto de los esfuerzos para mantener esa vida rescatada de la muerte.
Será necesaria la creación de un banco de drogas para el cuidado y mantención de esa preciosa vida, y estudiar la forma de abordar económicamente esta materia. El costo actual de las drogas utilizadas en un trasplante, por ejemplo, de riñón -20 grageas por mes- es superior a 120 mil pesos mensuales.
Debo consultar al Honorable Senado si dejaremos pendiente de un hilo económico la mantención de esa preciosa vida humana, que -como he señalado- ha sido rescatada de las garras de la muerte gracias a un trasplante. ¿Dejaremos que sólo tenga lugar la angustia de esa persona y la de su familia?
Llamo a los señores Senadores a darnos el tiempo necesario para buscar una solución apropiada a este gravísimo problema, ligado al éxito en la aplicación de la ley de trasplantes, puesto que una cosa no debe estar desligada de la otra. Estimo necesaria la creación de un banco de drogas a objeto de que los trasplantes tengan éxito, entendido el éxito como la mantención de la vida humana y no el mero rescate temporal de ésta, que deja sufriendo a la persona y a su familia.
He dicho.
El señor NUÑEZ (Vicepresidente).- Hago presente que está por cumplirse la hora de término del Orden del Día.
Tiene la palabra el Honorable señor Ruiz-Esquide.

El señor RUIZ-ESQUIDE.- Señor Presidente, en primer lugar, debo agradecer a los señores Senadores las felicitaciones respecto del trabajo realizado por la Comisión, cuya Presidencia fue un honor desempeñar.
En segundo término, deseo expresar que los temas aquí planteados son los que justifican el debate extremadamente largo sostenido en dicho organismo técnico.
En tercer lugar, hago presente que efectivamente hay de por medio problemas antropológicos de una naturaleza que en ocasiones no vislumbramos. La Humanidad lleva miles de años intentando definir la muerte. Tal como señalaba el Senador señor Otero, en esta materia existe un proceso, en el que, de repente, determinados órganos mueren antes que otros. Por decirlo en forma más clara, el ser humano no está muerto "in toto" en determinado momento. Es posible que a un enfermo de la UCI se le retiren las drogas y extemporáneamente tenga algunos latidos cardíacos, pero si el cerebro y el tronco encefálico no funcionan, y la ausencia de capacidad de reacción es absoluta, garantizada -esto sí que lo reconocemos, y por eso es tan estricto el proyecto- con métodos históricos o anamnésicos de ratificación de muerte, entonces puede asumir el criterio que nos ocupa, aun cuando parezca tremendamente fuerte lo que señalamos.
Finalmente, existen tres o cuatro materias que la iniciativa no contempla, y deberemos discutirlas cuando corresponda. La legislación comparada es útil, contamos con ella, y se buscará la forma de entregar a los señores Senadores esos antecedentes. Estamos conscientes de que lo planteado por el señor Presidente es un tema abierto en el Senado, y tendremos que debatir en el futuro preceptivas relacionadas con la fertilización "in vitro" y con procesos que Su Señoría mencionó. Ese será el momento para efectuar un análisis más exhaustivo de estos puntos.
Señor Presidente, desde ya, agradezco aprobación en general de la iniciativa.

El señor NUÑEZ (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Mc-In-tyre.

El señor MC-INTYRE.- Señor Presidente, hace pocos instantes un señor Senador se refirió a mi argumentación. Creo que Su Señoría no entendió bien. Podrá cometer muchos desaciertos, tendrá muchas virtudes; pero, indudablemente, no estaba en la mente de quien expresaba sus puntos de vista el hacerle responsable del fallecimiento de seres humanos.
Lo que he querido hacer resaltar es que para la persona cuyo problema describí había menos de 200 candidatos a donarle órganos. Hemos escuchado aquí que 30 por ciento de la población desea ser donante, pero los que están inscritos por ley y autorizados ascienden a 0,001 por ciento. Y de esto hace 4 años.

El señor NUÑEZ (Vicepresidente).- Por todas las intervenciones tocantes a esta materia tan delicada, que han sido extraordinariamente importantes y sustanciosas, cabe concluir que se acoge la iniciativa.
Si le parece a la Sala, se dará por aprobada.
-Se aprueba en general el proyecto.

El señor NUÑEZ (Vicepresidente).- Por el interés que ha suscitado el tema en los señores Senadores que solamente ahora tuvieron la oportunidad de interiorizarse de los alcances de la iniciativa, creo que deberíamos otorgar, si lo estima conveniente el señor Presidente de la Comisión de Salud, tiempo suficiente para presentar indicaciones. Propongo como plazo el viernes 11 de noviembre.

El señor RUIZ-ESQUIDE.- Señor Presidente, estamos de acuerdo en esa fecha, porque dispondríamos de prácticamente 20 días para tal efecto.

El señor NUÑEZ (Vicepresidente).- ¿Habría acuerdo?

El señor OTERO.- Excúseme, señor Presidente.
Solicité que contáramos con un mínimo de 30 días, pues se trata de un proyecto complicado. Además, debemos ocuparnos en otras iniciativas, como la de la Ley de Presupuestos. En una semana más o en una semana menos no mejoraremos las cosas, pero sí tendremos la posibilidad de estudiarlo.

El señor NUÑEZ (Vicepresidente).- ¿Qué fecha sugiere Su Señoría?

El señor OTERO.- Señor Presidente, propongo el 21 de noviembre.

El señor RUIZ-ESQUIDE.- Conforme, señor Presidente.

El señor NUÑEZ (Vicepresidente).- Si le parece a la Sala, se fijará como plazo para presentar indicaciones el lunes 21 de noviembre, a las 12.
Acordad

o
.
-------------------

El señor RUIZ-ESQUIDE.- ¿Me permite, señor Presidente?

El señor NUÑEZ (Vicepresidente).- Tiene la palabra Su Señoría.

El señor RUIZ-ESQUIDE.- Cumplidas las 13 horas, solicito que se autorice a los integrantes de la Comisión de Salud para concurrir a la Comisión Mixta que estudia el proyecto sobre Estatuto de Atención Primaria de Salud Municipal. Sólo nos resta el análisis de un artículo, de modo que probablemente lo despacharemos en esta oportunidad.
-Se accede
-------------------.

El señor NUÑEZ (Vicepresidente).- La Mesa estima altamente improbable que se logre reunir el quórum necesario para votar el proyecto de ley que incorpora al Ministro de Relaciones Exteriores al Consejo Directivo de la Comisión Nacional del Medio Ambiente. De modo que lo dejaríamos para votación en la sesión próxima.

El señor HORVATH.- ¿Me permite, señor Presidente?

El señor NUÑEZ (Vicepresidente).- Sí, señor Senador.

El señor HORVATH.- Entendí que estábamos esperando el quórum requerido, no que se cerraba el debate. Creo conveniente que la Sala, antes de votar, escuche al menos los argumentos de la Comisión de Medio Ambiente y Bienes Nacionales.

El señor NUÑEZ (Vicepresidente).- Sobre la materia ya se produjo un breve intercambio de opiniones. Ignoro si el señor Senador estuvo presente.

El señor HORVATH.- Sí, señor Presidente. Pero, en mi concepto, merece algún análisis el hecho de que se estén incorporando ya tres Ministerios al Consejo Directivo de la Comisión Nacional del Medio Ambiente. Y van quedando pocos por incorporar. No puede aprobarse la iniciativa sobre tabla.

El señor NUÑEZ (Vicepresidente).- Al terminar la discusión convinimos en que sólo restaba la votación, señor Senador.

El señor HORVATH.- No: en que faltaba quórum. Sólo eso, señor Presidente.

El señor NUÑEZ (Vicepresidente).- Pero el quórum se requería para votar, señor Senador.
En fin, no hay inconveniente alguno en abrir una breve discusión antes de pedir el pronunciamiento de la Sala sobre la materia, que tiene rango de ley orgánica constitucional.

El señor HORVATH.- Muy bien, señor Presidente.

El señor NUÑEZ (Vicepresidente).- Ahora, también quedarán para la sesión próxima los proyectos signados con los números 3 y 4, que fueron informados por la Comisión de Intereses Marítimos, Pesca y Acuicultura.
Restan aún algunos minutos del Orden del Día. Para el Tiempo de Votaciones, hay pendiente una indicación del Honorable señor Bitar, quien no podrá asistir, por tener que participar en una Comisión Mixta.

El señor PEREZ.- ¿Sobre qué proyecto recae la indicación, señor Presidente?

El señor NUÑEZ (Vicepresidente).- Propone aprobar un proyecto de acuerdo que faculte a la Comisión de Régimen Interior para abocarse a la regulación normativa de una Oficina de Presupuesto del Senado y que disponga oficiar a la Cámara de Diputados sugiriéndole crear una instancia semejante a nivel del Congreso Nacional.
Entiendo que en la sesión pasada ya se produjo un intercambio de opiniones sobre el particular. Por lo tanto, ahora sólo corresponde votar la indicación.

El señor RUIZ (don José).- Pido la palabra.

El señor NUÑEZ (Vicepresidente).- Puede hacer uso de ella, Su Señoría.

El señor RUIZ (don José).- Señor Presidente, el problema radica en que no pudo realizarse un debate adecuado, ya que en el Tiempo de Votaciones no cabe discusión alguna.
En lo personal, estimo que una proposición como ésta implica reformar el Reglamento del Senado. Por ende, debiera tomar la forma de un proyecto, a fin de que se estudie y discuta en Comisiones. Porque si aprobáramos la indicación, no habría efecto legal ni reglamentario alguno. Se trataría sólo de una declaración de buenas intenciones, pues, de todas maneras, con posterioridad debería presentarse una iniciativa, que habría de ser informada y luego debatida en la Sala.
Por esas consideraciones, ayer, mientras presidía la sesión, traté de convencer al autor de la indicación de la necesidad de postergar este asunto, a fin de discutirlo en Comités y llegar allí, quizá, a algún acuerdo a su respecto.
Naturalmente, la materia es importante pero requiere de un estudio en Comisiones, pues surgen interrogantes. Por ejemplo, si va a haber una Oficina del Senado destinada a tratar los asuntos atingentes al Presupuesto de la Nación, me pregunto cuál va a ser el papel de la Comisión de Hacienda, que, de hecho, es la que tiene que ver con el tema. Y como éste, hay otros puntos, que no se discutieron porque no se podía hacer en el Tiempo de Votaciones.
En consecuencia, señor Presidente, soy partidario de suspender el tratamiento de esta materia y buscar un acuerdo de Comités que señale el camino más adecuado. Porque, como he dicho, me parece que lo apropiado no es aprobar un proyecto de acuerdo en el Tiempo de Votaciones, sino elaborar un texto que vaya a Comisión y sea analizado con más detalle.

El señor NUÑEZ (Vicepresidente).- Entiendo que el propio señor Bitar presentó un proyecto de ley sobre esta materia, que ya se incorporó en la Cuenta y se envió a las Comisiones de Constitución y de Régimen Interior. De modo que ya hay elementos suficientes para legislar sobre el particular.
Tiene la palabra el Honorable señor Pérez.

El señor PEREZ.- Señor Presidente, la verdad es que se trata simplemente de un proyecto de acuerdo. Y como ha dicho el Senador señor Ruiz De Giorgio, equivale a una declaración de intenciones; no tiene mayor alcance. No obstante, me parece positivo. Y, no estando su autor para retirarlo, creo que lo mejor sería poner en votación el proyecto de acuerdo y aprobarlo. Al menos, nosotros vamos a apoyarlo, por su importancia y porque ha sido requerido por muchas bancadas durante todo este período.

El señor RUIZ (don José).- No hay quórum ni para sesionar, señor Senador.

El señor PEREZ.- El que se requiere para iniciar una sesión es distinto del exigido para continuar.

El señor RUIZ (don José).- Así es. Pero para aprobar cualquier materia se requiere un quórum mínimo.

El señor PEREZ.- De acuerdo. Pero tenemos quórum para sesionar. Para ello basta un Senador. Para votar, no. Eso está claro.

El señor NUÑEZ (Vicepresidente).- Como no hay quórum para votar la indicación, si le parece a la Sala, la dejaremos pendiente hasta el Tiempo de Votaciones de la próxima sesión.
Acordado.
VI. INCIDENTES
PETICIONES DE OFICIOS

El señor EYZAGUIRRE (Secretario).- Han llegado a la Mesa diversas peticiones de oficios.

El señor NUÑEZ (Vicepresidente).- Se les dará curso en la forma reglamentaria.
-------------------
-Los oficios cuyo envío se anuncia son los siguientes:
Del señor Frei (don Arturo):
RENOVACION DE SUBVENCION PARA CORPORACION PRIVADA DE CUENCA DEL CARBON
"A Su Excelencia el Presidente de la República, solicitándole que tenga a bien estudiar la posibilidad de renovar la subvención que se ha otorgado a la Corporación Privada de Desarrollo Social de la Cuenca del Carbón, ex Sindicato de Trabajadores N° 1 de Carbonífera Schwager S.A.". FINANCIAMIENTO DE REPOSICION DE ESCUELA "LA GREDA", EN PENCO (OCTAVA REGION)
"Al señor Ministro de Educación, a fin de que se sirva estudiar la posibilidad de financiar, por la vía del Fondo de Emergencia, la reposición de la Escuela F-562, "La Greda", en la comuna de Penco, que, ante sus deplorables condiciones, se encuentra amenazada de cierre por el Servicio de Salud de Talcahuano.".
OBRAS DE PAVIMENTACION EN COMUNA DE PENCO (OCTAVA REGION)
"Al señor Ministro de Vivienda y Urbanismo, solicitándole que analice la posibilidad de llevar adelante la pavimentación necesaria para completar, en la comuna de Penco, el circuito urbano Central-Penco y el acceso poblacional Cerro Verde Bajo y Bellavista Sur, obras de enorme importancia, ya que por dichas vías circula más del 60 por ciento de la población de la comuna.".
ADQUISICION Y AMPLIACION DE LOCAL DE ESCUELA VIPLA F-584, DE PENCO (OCTAVA REGION)
"Al señor Subsecretario de Desarrollo Regional del Ministerio del Interior, solicitándole que estudie la posibilidad de adquirir y ampliar el local de la Escuela VIPLA F-584, en la comuna de Penco, en atención a que la empresa VIPLA S.A. estaría dispuesta a vender su propiedad en 40 millones de pesos y a que la ampliación del local se estima en alrededor de 60 millones de pesos, dineros de que la Municipalidad carece.".
INFRAESTRUCTURA DEPORTIVA PARA PENCO Y LIRQUEN (OCTAVA REGION)
"Al señor Director General de Deportes y Recreación, con el objeto de que estudie la posibilidad de dotar de la infraestructura adecuada a las dos únicas canchas de fútbol que existen en el radio urbano de Penco, así como de habilitar el gimnasio de Lirquén.".
CALIDAD DE CAMINO PUBLICO PARA CALLES URBANAS DE COMUNA DE PENCO (OCTAVA REGION)
"Al señor Director Nacional de Vialidad, a fin de que se sirva estudiar la posibilidad de otorgar, transitoriamente, carácter de camino público a las calles urbanas de la comuna de Penco que sirvan de vía estructural y de acceso obligado a los recintos portuarios, dado que son utilizadas como rutas de acceso al puerto de Lirquén, por transportes de carga que deterioran el pavimento.".
CONSTRUCCION DE "BY-PASS" EN SECTOR POBLACION DESIDERIO GUZMAN- CEMENTERIO PENCO (OCTAVA REGION)
"Al señor Director Nacional de Vialidad, a fin de que se sirva considerar la posibilidad de financiar y realizar el diseño de ingeniería necesario para la construcción de un "by-pass" en la ruta 150, sector población Desiderio Guzmán-Cementerio Penco, en la comuna de Penco, haciéndole ver que los estudios topográficos y el propio anteproyecto han sido realizados por el Ministerio de Planificación y Cooperación.".
FINANCIAMIENTO DE PROYECTO "PARQUE BORDEMAR", EN COMUNA DE PENCO (OCTAVA REGION)
"Al señor Intendente de la Octava Región, con el objeto de que estudie la posibilidad de financiar el proyecto "Parque Bordemar" en la comuna de Penco, el cual tiene por finalidad recuperar para la ciudad y la Región las playas del balneario de Penco, como asimismo disminuir fuertemente la contaminación de esa comuna.".
RECURSOS PARA REPOSICION DE CONSULTORIO DE PENCO (OCTAVA REGION)
"Al señor Intendente de la Octava Región, pidiéndole que vea la posibilidad de financiar, con cargo al Fondo de Desarrollo Regional, la reposición del Consultorio General Urbano de Penco.".
FONDOS PARA PAVIMENTACION DE CALLE MEMBRILLAR, EN COMUNA DE PENCO (OCTAVA REGION)
"Al señor Intendente de la Octava Región, a fin de que se sirva estudiar la factibilidad de financiar, con cargo al Fondo de Desarrollo Regional, la pavimentación de la calle Membrillar entre las calles Freire y Miramar, de la comuna de Penco.".
RECURSOS PARA PAVIMENTACION DE CALLE MAITEN, EN COMUNA DE PENCO (OCTAVA REGION)
Al señor Intendente de la Octava Región, con el objeto de que estudie la posibilidad de financiar, con cargo al Fondo de Desarrollo Regional, la pavimentación de la calle Maitén entre las calles Jorge Ross y Miramar, de la comuna de Penco.".
-------------------
Del señor Ruiz (don José):
URGENCIA PARA PROYECTO SOBRE EDIFICACION EN TERRENOS DE PLAYA
"Al señor Ministro Secretario General de la Presidencia, solicitándole que el Ejecutivo haga presente la urgencia al proyecto de ley sobre edificación en terrenos de playa.".
-------------------

El señor NUÑEZ (Vicepresidente).- En Incidentes, el primer turno corresponde al Comité Demócrata Cristiano.
Tiene la palabra el Honorable señor Frei.


POLITICA DE ESTADO PARA DESARROLLO CIENTIFICO Y TECNOLOGICO. OFICIOS

El señor FREI (don Arturo).- Señor Presidente, uno de los conceptos más difundidos en el mundo actual es el que afirma que toda sociedad requiere para su modernización y desarrollo del auxilio de la ciencia y la tecnología. Es especialmente importante esta conceptualización cuando nadie duda hoy de que ambas actividades son complementarias e interdependientes y de que ellas, para alcanzar nuevos logros, se necesitan y refuerzan mutuamente.
Permítaseme reflexionar un momento sobre lo que está ocurriendo en Chile con la ciencia y la tecnología, y revisar brevemente cuál es su realidad dentro del concierto latinoamericano y mundial; cuál es el uso y aprovechamiento que se ha hecho de las mismas, y, sobre todo, cuáles son las expectativas que de ellas podemos hacernos para el futuro, a corto y largo plazos.

El señor NUÑEZ (Vicepresidente).- ¿Me excusa una breve interrupción, señor Senador?
Pido autorización de la Sala para que pase a presidir la sesión en mi reemplazo el Honorable señor Pérez.
-Pasa a presidir la sesión el Senador señor Pérez.

El señor PEREZ (Presidente accidental).- Puede continuar, Honorable señor Frei.

El señor FREI (don Arturo).- Gracias, señor Presidente.
En nuestro país, las investigaciones científicas y tecnológicas de nivel internacional con carácter profesional son una realidad reciente, y su puesta en marcha no sobrepasa los sesenta años. Por eso, nuestros científicos han encaminado sus esfuerzos, principalmente, a validarse como tales en los niveles mundiales, a la formación de nuevos científicos y a la consolidación de su actividad en el país.
Y debe señalarse que lo han logrado. Es necesario manifestar que, aunque escaso el número de científicos chilenos (no más de mil quinientos), han podido dar muestras de gran efectividad, porque su alta productividad permite a Chile instalarse en el primer lugar de América Latina en producción científica, si se mide el número anual de publicaciones en revistas de nivel internacional por millón de habitantes de un país, superando a países como Argentina, Brasil, México o Venezuela.
A lo dicho, debemos agregar que esa productividad ha sido, además, de alta calidad, porque la comunidad científica internacional la ha considerado, llegando algunas aportaciones de la física o de las ciencias de la tierra y del espacio a ocupar niveles de privilegio a escala mundial.
Y todo ello, a pesar de que Chile ha destinado tradicionalmente a la inversión en investigación científica un presupuesto muchísimo menor que el realmente necesario, que nunca ha pasado del 0,5 por ciento del producto geográfico bruto y sólo ocasionalmente, este año, gracias a un aporte del Banco Interamericano de Desarrollo, subió al 0,7 por ciento. Lo anterior resulta francamente insignificante si se considera que los países con desarrollo acelerado destinan 2 por ciento de su producto geográfico bruto, y los industrializados, cerca de 2,5 por ciento.
Pero, si el progreso de la actividad científica ha sido medianamente aceptable entendida como iniciación y puesta en escena de nuestras capacidades ante la comunidad internacional, queda absolutamente claro que lo realizado es completamente insuficiente y poco razonable si el país desea impulsarse al desarrollo y a la modernización.
Ahora bien, si creemos que la ciencia y la tecnología son dos pilares básicos para el desarrollo económico y si realmente queremos que el país camine en esa senda, se hace más que urgente corregir las numerosas deficiencias que se observan en el tratamiento de estas materias.
Auscultadas las principales insuficiencias que conspiran contra nuestro desarrollo científico y tecnológico, es menester manifestar que la primera prioridad, si queremos corregir esas deficiencias, la tiene el diseño de una política de Estado en ciencia y tecnología que intente solucionar las carencias que poseemos y que pueda proyectar un mejor futuro para el avance del conocimiento científico.
Ahora bien, cualquier política de Estado que desee ponerse en marcha deberá considerar, entre las deficiencias más notorias, las siguientes: primero, el escaso monto de la inversión destinada a la investigación científica y tecnológica; segundo, la carencia de estímulos sociales para los profesionales de la ciencia y la tecnología; tercero, la existencia de una evidente falta de conexión entre los objetivos de la investigación científica y las políticas diseñadas por los sectores relacionados con ella; cuarto, la profunda desvinculación que hay entre la ciencia y la tecnología con el proceso de desarrollo que vive el país; y quinto, la casi nula participación e interacción de la ciencia nacional con los principales centros de investigación científica de los países industrializados.
Pero no parece lícito enunciar los problemas existentes sin señalar en qué consisten los mismos y sin intentar esbozar algunas ideas que tiendan a su solución.
Acerca del primer punto, el que dice relación a la escasa inversión que el país hace en investigación científica y tecnológica, es urgente aumentar el porcentaje de inversión que se realiza. Para ello -creemos-, no basta elevar los recursos emanados desde el Estado y que se traspasan a la actividad científica a través de las universidades y del FONDECYT, sino que es importante que las empresas privadas alleguen mayores fondos hacia esos organismos o a nuevos entes que se desee crear, porque éste no es un problema sólo del Gobierno, sino del país en su conjunto, y en especial, si pensamos en los primeros beneficiados con el avance científico y tecnológico, de las empresas de carácter productivo.
En esta materia, es imperioso que ellas comprendan que, si bien es cierto que el desarrollo económico del país se ha desenvuelto en un esquema que hace uso de las ventajas comparativas que dan los recursos naturales y la mano de obra barata disponible, no lo es menos que ese esquema deberá -como consecuencia del propio progreso nacional- agotarse rápidamente y que sólo si agregamos a nuestras materias primas el aporte venido de la ciencia y la tecnología podremos mantener grados de competitividad en los mercados internacionales.
Por ello, cabe advertir que si bien existe una ley que permite al contribuyente descontar del pago de impuestos el 50 por ciento de su donación a universidades e institutos profesionales, esa exención no ha sido ni es en sí misma un incentivo a la investigación científico-tecnológica. Por eso, sostenemos que tal franquicia debe extenderse a todo aporte que la empresa pueda hacer a un proyecto específico de investigación, siempre que éste haya sido recomendado por árbitros competentes.
Sobre el segundo punto, el que señala la falta de estímulos sociales para los investigadores profesionales de la ciencia y la tecnología, creemos que se hace imprescindible potenciar los incentivos necesarios para que un mayor número de chilenos puedan dedicarse a la investigación sin que tengan que sufrir una merma en sus ingresos económicos y un menoscabo de sus potencialidades intelectuales.
En Chile no existe una conciencia clara de la importancia que tiene, para el desarrollo, la existencia de investigadores capaces de generar nuevos conocimientos en el campo productivo de bienes y servicios. Con el objeto de poder cambiar esa conciencia, creemos que se hace necesario el diseño de una estrategia nacional en la formulación de estudios de posgrados suficientemente acreditados que permitan la formación de especialistas que no sólo sean capaces de poseer una mayor información, sino que tengan un hábito intelectual y una práctica de trabajos apropiados para que, mediante el método científico, puedan identificar, plantear y encontrar solución a los nuevos problemas.
Pero ése es sólo un aspecto de la cuestión. De nada nos serviría tener una gran pléyade de investigadores si no somos capaces de generar una política de remuneraciones acorde con la necesidad de potenciarlos socialmente, al punto de ponerlos en un nivel económico equivalente al de los países desarrollados, a fin de evitar la fuga de cerebros que año a año se realiza desde nuestro país.
Pero dicha fuga no es sólo consecuencia de las bajas y a veces ridículas remuneraciones que el país ofrece a sus investigadores, sino que también se produce por la carencia de centros de investigación, de laboratorios, de bibliotecas y de becas de perfeccionamiento e intercambio, que son el único y más eficiente vehículo que tiene el investigador para estar permanentemente al día y poder potenciar sus habilidades y talentos.
Acerca del tercer punto, el relativo a la existencia de una inconexión entre los objetivos de la investigación científica realizada y las políticas enunciadas por los organismos encargados de ella, debemos manifestar que las actuales estructuras del sistema científico-tecnológico chileno resultan insuficientes para las necesidades del país, especialmente porque fueron creadas para satisfacer los problemas que presentaba la investigación científica de hace veinticinco años; es decir, fueron formuladas para atender a lo que se requería en momentos en que la investigación científica apenas nacía en Chile.
En el nuevo contexto en que se mueven las investigaciones científicas, es necesario que se reformulen las estructuras institucionales y que se tienda a la creación de una nueva y más moderna institucionalidad que, junto con proyectar y mantener las actuales áreas de desarrollo científico, sea capaz de detectar e impulsar otras que, aunque incipientes o inexistentes en el país, sean requeribles para el futuro cercano o mediano.
En otras palabras, es ineludible que se diseñe una política de desarrollo de la ciencia y la tecnología cuyo objetivo sea mirar la realidad actual del país y avizorar lo que ocurrirá en el futuro para que, con consulta a la comunidad científica, pueda coordinar los esfuerzos de los investigadores y un mejor aprovechamiento de los recursos siempre escasos.
El punto cuatro, que apunta a una profunda desvinculación de la ciencia y la tecnología con el proceso de desarrollo que vive el país, sólo puede superarse con la puesta en marcha de una política de desenvolvimiento científico que sea capaz de interactuar con las necesidades de la empresa y del crecimiento nacional, de manera que pueda superar esta descoordinación de la investigación científico-tecnológica con las expectativas de desarrollo sostenido.
Tal política de desarrollo, como señaláramos, debe ser ejecutada desde un nivel superior por una comisión de alto rango, supraministerial y suprasectorial, que pueda integrar en su composición a todos los sectores del quehacer científico, económico, político y administrativo del país.
Por otra parte, la casi nula participación e interacción de la ciencia nacional con los principales centros de investigación científica que se desarrolla en los países industrializados deben ser suplidas, a la brevedad posible, con el incremento de becas de perfeccionamiento, permanencia e intercambio de nuestros científicos con los centros más calificados de investigación científica, proyectadas dentro de un marco de cooperación del país con las naciones industrializadas.
De ese modo nuestros científicos podrán estar al día en lo que ocurre con las ciencias y la tecnología y podrán poner en marcha en nuestro país los elementos necesarios para ayudar al crecimiento y desarrollo. Lo anterior hace evidente la necesidad de tener presente, en la firma de los tratados de cooperación que el país suscriba, una cláusula relativa al intercambio de científicos; y los tratados y acuerdos bilaterales que ya la contiene deberán reglamentarse para hacer posibles esos intercambios.
Señor Presidente, el país no puede seguir esperando que la ciencia y el desarrollo se integren por sí solos. Debemos entender que llegó la hora de la acción, porque importa demasiado y urgentemente que la ciencia y la tecnología se inserten definitivamente en el proceso de desarrollo que es- tamos viviendo, ya que, de no ser así, nos quedaremos al margen del mundo y no podremos salir del subdesarrollo y la pobreza.
Ahora bien, para llevar adelante las reformas que se requieren tanto en materia de aumento de inversiones como de reestructuración de las instituciones rectoras de la investigación, de inserción en el mundo de los grandes centros de investigación, de planificación de una estrategia global de desarrollo científico, se hace necesaria la formulación de una política de Estado en ciencia y tecnología que tienda a permitir el aumento en número y calidad de nuestros científicos, que posibilite la interacción entre la ciencia y desarrollo económico, que genere recursos para la investigación y, por sobre todo, que piense las necesidades de mediano y largo plazo que Chile tendrá en el futuro.
Señor Presidente, deseo dejar de manifiesto mi especial interés en que Chile lleve adelante una Política de Estado en estas materias, y que, como consecuencia de la misma, el Ejecutivo designe una Comisión Nacional, dependiente directamente del Primer Mandatario, en donde tengan cabida representantes del mundo de la ciencia, de la tecnología, de la empresa, de la Administración del Estado y del Congreso Nacional.
Por lo anterior, solicito oficiar, adjuntando copia de esta intervención, al Presidente de la República y al Ministro de Educación.
-Se acuerda el envío de los oficios solicitados, en nombre del señor Senador, en conformidad al Reglamento, y a petición del señor Pérez (Presidente accidental), se acuerda transcribir también la intervención a las universidades integrantes del Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas .

El señor PEREZ (Presidente accidental).- Restan cinco minutos al Comité Demócrata Cristiano.
Tiene la palabra el Honorable señor Matta.


PREMIO NACIONAL DE ARTE A MARGOT LOYOLA. COMUNICACION

El señor MATTA.- Señor Presidente, Margot Loyola acaba de ser distinguida con el Premio Nacional de Arte. Merecida distinción para quienes conocemos su trayectoria artística.
Ella nació en Linares, en el seno de una familia estrechamente ligada a las tradiciones campesinas, ambiente que la prepara para su posterior interés por el folclor. Realizó estudios de canto y piano en el Conservatorio Nacional de Música de Santiago.
Tiempo después se dedica exclusivamente al estudio y divulgación del folclor musical chileno, perfeccionándose con maestros tan ilustres en la investigación folclórica como el historiador Eugenio Pereira Salas y los compositores Carlos Isamitt y Carlos Lavín. En 1949 es llamada por la Universidad de Chile para dictar clases de danzas y canciones folclóricas en las Escuelas de Temporada, labor que desarrolla ininterrumpidamente hasta 1962.
En 1951 viaja a la Argentina y, poco después, al Perú, a completar sus estudios en las Escuelas de Folclor de Buenos Aires y Lima, lo que marca una etapa muy importante en su carrera artística al establecer vínculos con destacados investigadores y estudiosos del folclor.
Margot Loyola se ha convertido en la mejor embajadora de nuestros cantos y danzas a través de sucesivos viajes por América y Europa, siendo acogida en todas partes con elogiosos comentarios por los críticos entendidos del arte. Sus presentaciones son aclamadas en los principales centros culturales de Francia, España, Unión Soviética, Polonia, Rumania, Bulgaria, Checoslovaquia, Argentina, Perú, Uruguay, Brasil, Ecuador y los Estados Unidos.
La personalidad artística de Margot Loyola es excepcional. En ella se aúnan la vocación de maestra, de investigadora y, por sobre todo, la de intérprete sin igual.
Como maestra ha formado directa o indirectamente a la mayoría de los intérpretes e investigadores del folclor que hay en nuestro país, a través de su intensa labor docente, desempeñada por años en las universidades chilenas.
Su aporte a la investigación de la música chilena es inestimable. Como investigadora ha desarrollado una vasta y sacrificada labor de recolección, viajando en variadas oportunidades a lo largo y ancho del territorio, recogiendo material musical o divulgando nuestros cantos y bailes.
Como intérprete, es reconocida su capacidad, gracias a sus excelentes dotes vocales, que le han permitido abordar diversos géneros musicales, sin desvirtuar el carácter y la esencia del canto folclórico. Su gama interpretativa va desde el complejo canto mapuche hasta la música de salón chileno del siglo pasado, pasando por la música campesina hasta los cantos y bailes de Isla de Pascua. También son notables sus incursiones en la música docta de compositores chilenos contemporáneos. Y donde podemos apreciar en toda su dimensión el arte y la voz de Margot Loyola es en las numerosas grabaciones que tiene a su haber.
En retribución por todo lo que ha hecho en favor de nuestra música nacional, Margot Loyola ha sido objeto de numerosas distinciones y premios a lo largo de su carrera, entre los que figuran los siguientes: Miembro Honoraria de la Asociación Argentina del Folclor; en 1957 logra la más alta distinción al cantar en La Sorbona; en 1968 recibe el premio "La Guitarra de Oro", otorgado por el Instituto de Investigaciones Folclóricas y Musicales de la Universidad de Chile; en 1974 es declarada "Hija Ilustre" de la ciudad de Linares.
El entrañable cariño que siente Margot Loyola por nuestras tradiciones musicales se resume en una chilenísima frase pronunciada por ella durante una muy reciente entrevista: "Si tuviera que morirme de hambre bailando cueca, lo haría con muchísimo gusto".
Finalmente, ruego enviar una comunicación en mi nombre a la señora Margot Loyola, expresándole mis felicitaciones por haber sido distinguida con tan importante premio, que enorgullece a todo Chile y, en forma muy particular, a todos los linarenses.
-Se anuncia el envío de la comunicación solicitada, en nombre del señor Senador, en conformidad al Reglamento, con la adhesión de los Comités del Senad o.


CALIDAD DE SUBCOMISARIA PARA ACTUAL TENENCIA DE CARABINEROS DE CALDERA. OFICIOS

El señor PEREZ (Presidente accidental).- Finalmente, deseo oficiar, en mi nombre, a los Ministros del Interior y 'de Defensa, al General Director de Carabineros, don Rodolfo Stange, y al Subsecretario de esa Institución, planteando la posibilidad de elevar a la categoría de Subcomisaría la actual Tenencia de Carabineros de Caldera. Ello se fundamenta en que en estos momentos la comuna de Caldera sólo cuenta con una Tenencia, la que se hace insuficiente para mantener la seguridad de la ciudadanía, situación que se manifiesta en el sostenido incremento de la delincuencia.
Lo anteriormente expuesto manifiesta la urgente necesidad de estudiar la posibilidad de elevar dicha Tenencia a Subcomisaría, aumentando, por consiguiente, su dotación, lo cual, sin lugar a dudas, beneficiará directamente a la ciudadanía.
-Se anuncia el envío de los oficios solicitados, en nombre del señor Senador, en conformidad al Reglamento.

El señor PÉREZ (Presidente accidental).- No habiendo otros Comités que deseen usar de la palabra, se levanta la sesión.
-Se levantó a las 13:26.
Manuel Ocaña Vergara,
Jefe de la Redacción