Una experiencia internacional por la Transparencia
21 de septiembre de 2012Hace unas semanas tuve la oportunidad de participar en un Grupo de Estudio convocado por la Organización Mundial de Parlamentarios Contra la Corrupción (GOPAC), el Banco Mundial y el Parlamento Europeo, que se llevó a cabo en la ciudad de Bruselas, Bélgica. GOPAC es una red internacional de parlamentarios dedicados a la buena gobernabilidad y a combatir la corrupción en todo el mundo, quién forjó una alianza con las mencionadas instituciones para generar un texto que fuese útil a los parlamentos en su labor de fiscalización y rendición de cuentas de los gobiernos.
Participar de este encuentro internacional, invitado como único parlamentario de América del Sur, para discutir y analizar dichas temáticas representa un honor y un reconocimiento a lo que Chile ha estado haciendo en materia de transparencia y combate a la corrupción a través de mecanismos que han sido impulsados por nuestro Congreso.
Desde el año 2005 con la Reforma Constitucional, Chile ha venido realizando un trabajo que pretende generar mecanismos de prevención en comportamientos irregulares, instalando la probidad y transparencia en la Carta Política y, luego, con la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública, promulgada el 2008 y que empezara a regir desde abril de 2009, exigiendo estándares de transparencia activa y pasiva en todos los Órganos del Estado.
La creación y actuación del Consejo Para la Transparencia, creado en esta última normativa, ha posibilitado asegurar el cumplimiento de estos principios gradualmente en nuestro país. Estas definiciones adoptadas por Chile lo han convertido en un líder en nuestra región y en un buen ejemplo de legislaciones modernas en la materia.
En la reunión de Bruselas tuve la oportunidad de analizar pormenorizadamente junto a un grupo de destacados académicos y congresistas provenientes de más los diversos rincones del mundo, las distintas vías que existen para asegurar el control de la acción de los gobiernos evitando con ello la corrupción. En efecto, existen numerosas alternativas para lograr una debida rendición de cuentas, tanto a nivel institucional como ciudadano, que transparenten la gestión pública y garanticen el mejor uso de los recursos y el adecuado funcionamiento de las atribuciones de las entidades públicas. No todos estos mecanismos son aplicables en cualquier lugar, por cuanto muchos de ellos tienen que ver con la cultura política de cada país o región. Sin embargo, su estudio crítico, bajo la lupa de una pluralidad de miradas, permitió resaltar las ventajas de cada una, así como sus limitaciones.
El fruto de este trabajo será conocido en un texto y en un manual legislativo que conoceremos en un año más, aproximadamente. Estoy seguro que él será especialmente útil para perfeccionar la democracia y asegurar su compromiso con la ciudadanía.
La presencia de Chile en este tipo de encuentros, sin duda, potencia el trabajo realizado en nuestro congreso, el que se ha extendido en la región a través de la Red de Parlamentarios Pro Transparencia y Probidad de América Latina -organismo el cual presido-, que permite avanzar en el perfeccionamiento de esta legislación por medio de políticas públicas que tienen criterios compartidos ampliamente.
La falta de credibilidad y desconfianza en las instituciones y la clase política existe. La corrupción y los excesos de las autoridades también. Instancias como estas permiten conocer e intercambiar ideas e iniciativas que nos llevan por el camino que busca mejorar la función que cumplen los cuerpos legislativos en la lucha por la probidad y buena gobernabilidad.