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“Hay que postergar el revalúo de los bienes raíces”

Por Carlos Larraín, senador por la Región de Los Ríos

28 de diciembre de 2012

Estoy a favor del proyecto que posterga el revalúo de bienes raíces con destino habitacional hasta el 1 de enero de 2014.

 

Fui concejal durante 14 años y eso me permitió respaldar dicha iniciativa legal y asegurar que la prórroga es sumamente conveniente. Durante ese período en la Municipalidad de Las Condes trabajé esencialmente el tema del urbanismo y, de hecho, redacté un plan regulador tres veces.

 

En la actualidad, los planes reguladores tienen efectos muy deletéreos, muy destructivos en la vida de las ciudades. Porque por una simple línea o un trazo se cambia el valor de las propiedades de manera abrupta.

 

Al reclasificarse aquellas propiedades, según el tipo de densidad, la tasa de ocupación y las alturas autorizadas pueden valer uno o diez. Mientras valen diez, muchas propiedades siguen en baja.  Esta situación es absolutamente ruinosa para el dueño de esos roles y constituye además un incentivo indefectible para destruir la ciudad.

 

Suelen oírse quejas de personas que se lamentan porque hay ciudades que se desnaturalizan, se deshumanizan, desapareciendo las características de los barrios. Esos cambios afectan la manera en que vivimos. Quizás, alguna parte de la dureza que varios de nosotros deploramos en la vida contemporánea tenga que ver con el tipo de ciudad que construimos.

 

Mucho de eso deriva del impacto que tienen los planes reguladores mal estudiados, que no comprenden el efecto global que provocan. Muchas veces, esos impactos son impulsados por los propios municipios, y se debe a que éstos se encuentran tan interesados -como los ministros de Hacienda- en aumentar la recaudación pública, dado que se quedan con una fracción de lo que entra por concepto de contribuciones a los bienes raíces. De tal manera, así se sube el avalúo pero no cambia la vida para el vecino. Para el 90% de los chilenos el ahorro está cristalizado en la vivienda, y el impuesto territorial efectivamente se come ese patrimonio

 

Las personas envejecen, quieren seguir viviendo donde mismo y, en lo posible, morir ahí. No es una demanda exagerada. Muchas veces están por medio la viudez, aumentan los gastos de salud y otros y suben además las contribuciones.

 

O sea, ahí hay un problema de justicia que nos debiera acuciar a todos. La injusticia afecta al abuelito o a la tía vieja de 85 años que quedó sola diez años antes, porque los hombres fallecemos primero.

 

Por estos antecedentes, hago presente que los efectos de los planes reguladores en la destrucción de las ciudades tienen directa relación con la disminución de los patrimonios familiares. Esto debiera tenerse en cuenta debido a que los ajustes que realiza el Servicio de Impuestos Internos son por grandes bloques: toman un plano, ven cuáles son las tendencias comerciales ¡y apliquemos un multiplicador!

 

Creo que esta situación es más compleja que eso, y se debiera analizar con un sentido más humano, considerando los sentimientos y la forma de vida que tenemos las personas.

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