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Entrevistas 'He Dicho'

Senadora Carolina Goic: “haber tenido cáncer cambió el sentido de mi vida y como parlamentaria”

En esta entrevista repasa su trayectoria recordando la tramitación de diversos proyectos, la necesidad de llegar a acuerdos entre colegas y su relación con las redes sociales.

4 de febrero de 2022

Risueña y colaborativa, como siempre, llega Carolina Goic Boroevic al set donde la sometemos al ejercicio de recordar sus 16 años por el Congreso Nacional y los últimos 8 en particular, en la Cámara Alta. Le quedan solo semanas para concluir su periodo senatorial y tras saludar al equipo y a esta entrevistadora reconoció: “tengo sentimientos encontrados”.

 

La asistente social de Universidad Católica llegó el 2006 al hemicilo como diputada de la región de Magallanes. En ese escaño destacó por su rol en la agenda laboral, participando activamente en la ley de extensión de post natal. El 2012 fue diagnosticada con cáncer linfático que la tuvo fuera de las pistas por un año, pero retomó su ritmo de trabajo en el Senado, esta vez centrándose en nuevas reinvidaciones sociales.

 

En octubre de 2020 tomó la decisión de no repostularse. A simple vista resulta difícil de entender dada su exitosa carrera legislativa con más de cincuenta leyes de su autoría y habiéndose ganado el respeto de toda una ciudadanía al gestionar normas emblemáticas relacionadas con la lucha por la equidad de género, los derechos laborales y el acceso equitativo a la salud.

 

Podría haber seguido como senadora, pero me parece que 16 años es un tiempo más que suficiente. Claro que se generan sentimientos encontrados. Tengo la satisfacción de haber justificado mi paso por este edificio plasmando leyes que han cambiado la vida de las personas. También tengo melancolía porque voy a extrañar al equipo que hemos formado y por supuesto, mucho agradecimiento a todos los que confiaron en mi, que se me acercaron para contarme sus problemas”, nos confesó.

 

Revisando su carrera como parlamentaria podemos identificar dos marcadas áreas de interés: lo laboral y lo sanitario. Al parecer esos derroteros estuvieron determinados por su vida personal.

 

CAROLINA MAMÁ, CAROLINA PACIENTE

 

“Mi trabajo en la Cámara Baja se centró en la extensión del post natal de 3 a 6 meses precisamente porque mis hijas nacieron cuando era diputada. Tengo la fortuna de contar con un marido que ha sido super participativo. Realizar este trabajo hubiese sido imposible si no tuviéramos responsabilidades compartidas. Mis hijas le decían a mi marido el ‘Mapi’ porque era mamá y papá a la vez”, nos contó entre risas remarcando la importancia de la protección de la maternidad y la vida familiar.

 

Si hay una norma que marcó su trayectoria fue sin duda la ley Nacional del Cáncer. Habla de ello con emoción y entusiasmo. Recuerda pasajes íntimos de su tratamiento, llamadas que cambiaron el rumbo de los acontecimientos, las dificultades de la tramitación del proyecto y su esperanza en que la ley pueda efectivamente ayudar a los miles de pacientes que necesitan acceder a un diagnóstico y tratamiento oportuno.

 

“Muchos me dijeron que no tenía sentido volver después de vivir un cáncer que te deja muchas enseñanzas. Pero ¿por qué no ser voz de los pacientes que no tienen lo que yo tuve, que viven con temor a perder el trabajo? Haber tenido cáncer, le dio sentido a todo, a mi carrera”, recordó.

CAROLINA, LEGISLADORA

 

La ley nacional del cáncer no solo resultó un hito sanitario sino también legislativo porque fue la primera vez que la ciudadanía tuvo la oportunidad de proponer mejoras al texto. Todo de manera remota gracias a una plataforma de democracia colaborativa del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).

 

Ello le significó una serie de elogios en Redes Sociales (RRSS) incluso siendo trending topic en Twitter, sin embargo, alcanzó la misma figuración -pero de manera muy agresiva- cuando votó en contra del tercer retiro del 10% de fondos de pensiones. “Soy de escuchar y quedarme con lo mejor. Las RRSS ayudan mucho a crear una atmósfera que es artificial por eso soy más de tomar contacto directo con las personas y muchas veces me he topado con críticas y bienvenidas si se dicen con respeto”, reflexionó.

 

Para graficar lo anterior nos contó una anécdota. “Pensar distinto es parte de la democracia. La primera lección que tuve al llegar al Congreso fue en la Comisión de Trabajo de la Cámara. Había dos diputados, uno de derecha y otro de izquierda que debatían fuerte pero después salían abrazados a almorzar, entonces ahí entendí que se trata de debatir ideas no pelearse en lo personal”.

 

Cuando le preguntamos qué consejo daría a los senadores que llegan, se acomoda en su silla y con una sonrisa en los labios no duda en decir: “lo primero es que cuenten hasta 3, hasta 10 o hasta 100 antes de hablar. Siempre hay que escuchar al otro. Nunca hay que olvidar que alguien en el secreto de la urna nos entregó su confianza. Siempre está la señora que ve las noticias y no entiende por qué no nos ponemos de acuerdo”.

 

Mientras reflexiona reconoce que, si hay algo amargo con lo que se va, es no haber podido concretar la reforma a las pensiones pese a los meses y años de negociaciones que encabezó con dos gobiernos. En esa línea, insiste que las “caras nuevas” deben poner su foco en la clase media, los adultos mayores y las mujeres.

 

Pensando en las senadoras que llenarán los escaños que ella y otros congresistas dejarán, se emociona recomendando que “no se olviden que lo que hacemos por una, lo hacemos por todas. Las que nos vamos hemos dado luchas por ellas, para que les sea más fácil aportar”.

 

Apagamos las cámaras y nos confiesa con entusiasmo que seguirá en el servicio público porque desde marzo liderará una fundación -que denominó ‘Todas’- que busca empoderar los liderazgos femeninos, porque  lo suyo es recoger una experiencia personal, identificar una necesidad, reflejarla en la sociedad e identificar una solución, por ella y por todos.

 

 

 

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