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La historia del pabellón y el Acorazado Almirante Latorre: desde su paso por la I Guerra Mundial hasta su destino en Japón

En el marco de la conmemoración de las Glorias Navales, el Senado impulsó la iniciativa de rescatar y poner en exhibición permanente el mítico baúl que durante varias décadas, viajó en el primer acorazado que tuvo Chile, con el pabellón patrio (bandera).

22 de mayo de 2019

Imagen foto_00000010Una historia llena de emotivas coincidencias y avatares es la que acompaña el Baúl que contiene el pabellón patrio (bandera) del acorazado Almirante Latorre que, a partir de hoy, se exhibe en forma permanente, en el hall de ingreso de la Sala de Sesiones del Senado en Valparaíso.

 

En el marco de la conmemoración de las Glorias Navales, la Mesa del Senado, encabezada por el senador Jaime Quintana, impulsó la iniciativa de rescatar este cofre de madera que contiene una bandera chilena y que ha estado resguardado en las dependencias de la corporación desde hace casi 50 años.

 

La idea contó con el apoyo entusiasta de senadores, especialmente, de la Comisión de Defensa que preside el senador Víctor Pérez Varela, del Ministerio de Defensa y de la propia Armada que, en voz del Jefe del Estado Mayor, Vicealmirante de la Armada, Guillermo Lüttges Mathieu siente que “se pone en valor un objeto histórico muy significativo para la institución y la historia de Chile”. “En la Armada, el emblema nacional en los buques se iza en ocasiones especiales, tales como el 21 de mayo y las Fiestas Patrias, pero también con ocasión de combate puesto que se actúa en nombre de la Patria”, señaló.

 

A su turno, el senador Quintana manifestó que “creo que el Almirante Latorre estaría muy orgulloso al saber que la bandera del acorazado que llevaba su nombre es instalada ahora en la sede del Senado en la misma ciudad que el representó”, dijo y agregó que “en su honor, y en homenaje a las Glorias Navales, hacemos humildemente esta contribución a nuestra memoria histórica y al fortalecimiento de nuestras instituciones democráticas”.

 

En tanto, el senador Pérez Varela opinó que con esta ceremonia “se reestablece una tradición en el Senado y la idea es colocar este emblema a disposición del público para que todos conozcan más sobre la figura del Almirante Latorre y la contribución de la Armada porque la Guerra del Pacífico, gracias a la Marina, no se llevó a cabo en tierra pues se habrían producido grandes perjuicios”.

 

¿CÓMO LLEGÓ LA BANDERA AL SENADO?

 

El 29 de Diciembre de 1970, en dependencias de la Presidencia del Senado, en el ex Congreso se realizó un acto solemne en el cual, el entonces Comandante en Jefe de la Armada, almirante Raúl Montero, dio cumplimiento a una solicitud que le hiciera el titular del Senado, Tomás Pablo Elorza: “obtener por intermedio de la Armada una bandera nacional que presidiera los actos de la Corporación”.

 

La institución buscó con suma dedicación “un emblema que encerrara en sus pliegues historia, tradición y espíritu”. Dieron entonces con el “último pabellón patrio que tuvo el acorazado Almirante Latorre”, que sirvió en la escuadra hasta 1959.

 

“La bandera vinculaba historia, tradición y la relación entre las dos instituciones, puesto que el primer acorazado que tuvo Chile fue bautizado en honor al Almirante y Senador Juan José Latorre Benavente”,  dijo Raúl Montero.

 

El Almirante Latorre (1846-1912), también conocido como “Héroe de la Batalla Naval de  Angamos”, por su desempeño en la Guerra del Pacífico, fue senador por Valparaíso en dos periodos (1894- 1900 y 1900-1906).

 

Imagen foto_00000012Cuando Chile cumplió 100 años como república independiente en 1910, el gobierno autorizó la construcción de dos acorazados de 28 mil toneladas que se llamarían “Valparaíso” y “Santiago”. Como en 1912 fallece el destacado héroe de la Guerra del Pacífico, el gobierno decidió cambiar el nombre del acorazado más adelantado en la construcción y lo denominó en su honor como “Almirante Latorre”, siendo así el primero del mundo que se construyó con cañones de 14”.

 

Estaba aún en construcción cuando estalla la Primera Guerra Mundial y el acorazado fue requisado para participar como H.M.S. “Canadá” y bajo ese nombre combatió en la batalla de Jutlandia, el 31 de mayo de 1916.

 

Tras la guerra el acorazado fue nuevamente adquirido por Chile junto a 3 cazatorpedos y un remolcador, a un tercio del precio original. De este modo, reacondicionado y modernizado arribó a Valparaíso el 20 de febrero de 1921 y se constituyó en el buque insignia de la Escuadra.

 

En sus funciones, le correspondieron encabezar diversos viajes y misiones. El acorazado “Almirante Latorre” también tuvo un papel relevante colaborando con la población civil en los terremotos de 1922, en Vallenar; 1928 en Talca y en 1939 en el devastador sismo de Chillán.

 

También enfrentó una explosión e incendio en su sala de máquinas, el 12 de mayo de 1951. La tragedia causó varios muertos y heridos. Posteriormente, el acorazado fue dado de baja el 28 de febrero de 1958 y se vendió a una empresa en Japón en 1959, “sin el armamento y elementos aprovechables para el servicio de la Armada”.

 

 

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