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Conozca cómo fue la inauguración del edificio del ex Congreso en 1876

En este reportaje les contamos sobre la inauguración del edificio del ex Congreso, justamente con motivo de la Cuenta del Presidente Errázuriz, el 1 de junio de 1876.

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Salón de Honor a fines del siglo XIX, sin el mural de Subercaseaux.

Entre 1811 -fecha del primer Congreso chileno- hasta 1876, el Poder Legislativo no tuvo sede propia. Cámara de Diputados y Senado, sesionaban en edificios separados y "prestados", en condiciones, a veces, no muy cómodas para la deliberación y el trabajo legislativo.

 

Hace exactamente 145 años, el entonces Presidente Federico Errázuriz Zañartu, se preparaba para rendir el último Mensaje Presidencial de su administración y era la primera vez que la cuenta la daría en el recién construido Salón de Honor del Congreso Nacional.

 

En el elegante edificio de estilo francés, el ambiente de arreglos y terminaciones era frenético en los días previos a este evento. Trabajadores y maestros deambulaban por todo el edificio de modo de tener listo el recinto para la ceremonia republicana más importante del país.

Y es que el proceso de construcción no había sido fácil. Las obras se habían iniciado a mediados de 1850 y enfrentaron numerosos desafíos: el recurso monetario fue un obstáculo, pero también el logístico porque el prestigioso arquitecto que se adjudicó el proyecto, Claude Francois Brunet de Baines, falleció en 1855, con lo cual se frenó abruptamente no solo su ascendente carrera sino también las obras del nuevo Congreso. (Lea más sobre los constructores del edificio)

 

Imagen foto_00000001De acuerdo al registro de Historia Política de la BCN: "Las autoridades de gobierno, encomendaron entonces a Manuel Blanco Encalada, quien se desempeñaba como Ministro Plenipotenciario de Chile en Francia, la función de contratar un nuevo arquitecto que asumiera dichas responsabilidades. De esta manera, el 31 de octubre de 1856 se firmó en París, el contrato entre Lucien Henault y el gobierno chileno".

 

Pero sin duda, el obstáculo más doloroso que enfrentó la edificación de la sede del Poder Legislativo fue la tragedia de la Iglesia de La Compañía, el 8 de diciembre de 1863.  Los encargados de la obra se vieron además en la obligación de modificar los planos originales que contemplaban "la Calle del Congreso" y que dividía a ambos edificios, puesto que -por diversas razones- nadie quería reconstruir el malogrado templo. Así surgieron los jardines del Congreso.

 

EL DISCURSO PRESIDENCIAL: ENTRE CONFLICTOS LIMÍTROFES Y OBRAS PÚBLICAS

Pese a todas las peripecias, el Congreso Pleno se dio cita, ese 1 de junio de 1876, en el reluciente Salón de Honor que, en su debut tenía un aspecto extremadamente sobrio, sin el mural "Descubrimiento de Chile por Almagro" de Fray Pedro Subercaseaux pintura que fue encargada mediante un concurso organizado por los entonces presidentes del Senado, Fernando Lazcano Echaurren, y de la Cámara de Diputados, Carlos Balmaceda Saavedra, recién en 1913.

 

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Recibieron al Presidente de la República, un Congreso Pleno a la usanza del protocolo de la época con trajes formales de chaqueta, levita y sombrero.

La última Cuenta Pública, de Errázuriz Zañartu, refleja los logros y desafíos de su gestión. El discurso comienza detallando su preocupación por la situación internacional y los problemas limítrofes con Argentina, Perú y Bolivia por lo que impulsó la creación del Ministerio de Relaciones Exteriores, dando cuenta así de importantes convenciones y acuerdos consulares. 

La Exposición Internacional de 1875, también figura en el discurso. Esa iniciativa pionera en el desarrollo científico tecnológico, si bien fue costosa, significó todo un impulso al sector de la Quinta Normal, con la presencia de delegaciones de 28 países. Todo un hito para una joven nación que recién salía del colonialismo español.

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Terminada la lectura del discurso, autoridades, parlamentarios y el público en general invadieron las dependencias del Congreso y sus jardines, "admirando la comodidad y el buen gusto de sus instalaciones". Con un estilo greco - latino, el edificio del Congreso Nacional, vio influenciado su primer piso con un orden dórico y corintio en el segundo piso, además de pórticos con columnas corintias, con fustas acanaladas, según detalla la reseña arquitectónica de la BCN.

Como dato anecdótico, el primer piso contemplaba 4 "encantadores patios interiores", que servían de "espacio acogedor y adecuado para las conversaciones y la convivencia cívica". Con el tiempo ese diseño tuvo diversas modificaciones debido a los terremotos e incendios que azotaron al país y al edificio.

Dos de los otroras patios interiores son hoy día, la Sala de Los Presidentes y la Sala de Lectura del Senado los que conservan esa característica iluminación natural provista desde techos con vitrales.

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