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Área metropolitana Puerto Montt Puerto Varas

Por Rabindranath Quinteros, senador por la Región de Los Lagos

14 de septiembre de 2017

Imagen foto_00000002Desde hace ya un tiempo, se viene proyectando la idea de consolidar un área metropolitana en la conurbación de las comunas de Puerto Montt y Puerto Varas y si bien geográficamente ambas ciudades son consideradas como una metrópolis, la discusión del tema ha generado diversos tipo de reacciones, desde quienes ven una oportunidad de desarrollo para una macrozona, que se potencia mediante servicios y ofertas complementarios, hasta quienes perciben en esta propuesta la amenaza de un cambio que podría afectar la calidad de vida de sus comunas.

 

Las áreas metropolitanas son, en cualquier escenario, territorios complejos: poseen grandes dimensiones, formas de desarrollo heterogéneas, defienden identidades, proyectan imágenes diferentes y -al poseer cada comuna una administración propia- su relación nunca está del todo exenta de conflictos.

 

Hace 20 años, se reconocían en Chile tres grandes áreas metropolitanas: Gran Santiago, Gran Valparaíso y Gran Concepción, que hasta el día de hoy concentran un porcentaje mayoritario de población, y vivienda de nuestro territorio nacional.

 

Aproximadamente el 50 por ciento de los habitantes del país reside en estas tres áreas. Un 37 por ciento se distribuye en el resto de las ciudades de Chile y un 13 por ciento habita en sectores rurales.

 

Hace 10 años ya eran cinco las áreas metropolitanas definidas y a la fecha ya contabilizamos diez. A las ya mencionadas, se suman Antofagasta, Iquique-Alto Hospicio, Coquimbo-La Serena, Rancagua-Machalí, Chillán-Chillán Viejo, Temuco-Padre Las Casas y Puerto Montt-Puerto Varas.

 

La gran mayoría de estas áreas responden al esquema de dos ciudades vecinas, en algunos casos de características similares, como La Serena-Coquimbo, y en otros, a una ciudad capital y a una vecina de menor tamaño, como Puerto Montt-Puerto Varas o Temuco-Padre Las Casas.

 

De acuerdo al Índice de Calidad de Vida Urbana 2017 elaborado por la Universidad Católica y la Cámara Chilena de la Construcción, Puerto Montt-Puerto Varas ocupa el primer lugar de las diez áreas metropolitanas reconocibles en el país, seguida del Gran Valparaíso y el Gran Concepción.

 

Destaca por presentar una buena evaluación en condiciones laborales, ambiente de negocios, condiciones sociales y vivienda, y salud y medioambiente, entre otros.

 

Es decir, desde ya el área Puerto Montt-Puerto Varas ofrece un vasto potencial de desarrollo metropolitano. Es cierto, estas áreas imponen desafíos múltiples: ordenamiento territorial, conectividad vial y de comunicaciones, transporte público, acceso a múltiples servicios, desarrollo económico e infraestructura pública. Hasta ahora, las herramientas y fórmulas con las que se intenta enfrentar este escenario han resultado poco eficientes.

 

Ni la coordinación entre municipios ni las intervenciones que impulsa el Estado parecen ajustarse a las necesidades de una población, las que van evolucionando y haciéndose cada vez más exigentes, junto con el propio desarrollo de los centros urbanos.

 

Tema aparte son los intereses que despiertan las áreas urbanas en crecimiento. El mercado inmobiliario y la generación de proyectos productivos requieren de reglas claras y de una fiscalización permanente. No se trata de hacerle las cosas difíciles a los inversionistas, sino de cautelar que los negocios consideren en el diseño y ejecución de sus proyectos el desarrollo urbano sostenible y la calidad de vida de la comunidad.

 

Por lo pronto, el proyecto de ley de fortalecimiento de la regionalización del país, que avanza tras un largo trámite, considera la institucionalidad necesaria para hacer frente, desde los gobiernos regionales, al desafío de gestionar las áreas metropolitanas.

 

Sin embargo, existe todavía cierto grado de temor e incomodidad en la población ante el tema, ya sea por desconocimiento, desinformación o por la influencia de determinados intereses.

 

Las áreas metropolitanas no tienen por propósito que la ciudad más grande fagocite a la más pequeña, ni aspiran a que el modelo de gestión de una comuna se imponga sobre la otra.

 

Al contrario, buscan la complementariedad, impulsan la ejecución de nuevas obras, alientan la inversión pública y privada. En definitiva, ofrecen mayores y mejores opciones de vida a sus vecinos.

 

La conurbación Puerto Montt-Puerto Varas seguirá consolidándose como un área metropolitana. Las inversiones del sector privado y los proyectos de la cartera pública así lo demuestran. Y también queda de manifiesto en las relaciones cotidianas que establecen las personas de ambas comunas. Muchos viven en Puerto Varas, pero trabajan en Puerto Montt o usan la infraestructura de servicios de la capital regional y la de esparcimiento en la ciudad del lago.

 

Es, por tanto, una realidad que no se puede negar ni revertir. En tiempos de redes que facilitan las relaciones, no podemos pensar en apelar al aislamiento. El desafío es que, desde la creatividad y el trabajo público-privado, seamos capaces de establecer un diseño serio y de largo plazo que apunte al desarrollo de un área en la que ambas comunas mantengan sus rasgos identitarios y sean, a la vez, capaces de aportar nuevos beneficios a sus habitantes y al desarrollo del sur austral de nuestro país.

 

En ese contexto, ya solicité, a través de la mesa del Senado, oficiar a los Ministerios de Obras Públicas y de Vivienda a fin de que se informe de todas aquellas iniciativas en marcha o en sus distintas etapas de diseño que apunten a la consolidación del área metropolitana Puerto Montt-Puerto Varas, para un mejor y mayor conocimiento de la materia. 

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