Click acá para ir directamente al contenido

Resguardo de Pascua: obligación con sus habitantes, la Isla y el mundo

Por Francisco Chahuán, senador por la región de Valparaíso

4 de agosto de 2017

Imagen foto_00000002La Isla de Pascua es mundialmente conocida por tratarse de un territorio excepcional.  Si bien hasta hace no mucho tiempo se consideraba un destino muy exclusivo, el creciente acceso que existe a vuelos comerciales ha permitido que cada vez más chilenos la conozcan.  Así, lo que solía ser un privilegio de pocos, mayoritariamente turistas extranjeros, hoy está más cerca que nunca, con todo lo bueno y malo que ello trae consigo.

 

Lo anterior sirve, en parte, para comprender la prolongada y compleja discusión que se ha dado en torno a la necesidad de regular la permanencia y residencia en Rapa Nui.  Esta semana, el proyecto establece la forma en que se ejercerán los derechos a residir, permanecer y trasladarse hacia y desde el territorio especial de Isla de Pascua superó una nueva valla, al ser aprobado por la Sala del Senado.  El 14 de agosto fue la fecha fijada para la presentación de indicaciones a la iniciativa que cumple su segundo trámite en la Cámara Alta, período en el cual se espera se hagan llegar las inquietudes y alcances de la comunidad.

 

Lo cierto es que después de varios años, se ve más próxima la posibilidad de concretar este anhelo y ojala el próximo 9 de septiembre pueda pasar a la historia con su promulgación en la misma Isla.  Esto, considerando que el 9 de septiembre de 1888, el capitán Policarpo Toro tomó posesión de Pascua, quedando ese mismo día incorporada al territorio nacional.

 

Por fin comienza a cumplirse un compromiso del Estado de Chile con Rapa Nui y se asume con responsabilidad que las condiciones actuales hacen imprescindible tomar las medidas necesarias para proteger y dar sustentabilidad a este territorio, dada su limitada capacidad de carga, sus recursos finitos y que en el Parque Nacional se han catastrado más de 25.000 sitios arqueológicos que requieren un adecuado resguardo.    En definitiva, el  proyecto lo que busca es algo bastante obvio:  garantizar la sustentabilidad ambiental de la isla, proteger el desarrollo del turismo en su territorio y preservar su patrimonio cultural, porque es un derecho incuestionable de sus habitantes, pero también una obligación que tenemos con el país y el mundo.  

 

Es deber impostergable que nos hagamos cargo, de una buena vez, de este territorio excepcional, único y frágil, de incalculable valor arqueológico, medioambiental y enorme potencial turístico, a lo que se suman sus valores culturales que definitivamente exigen un trato especial, con integración de su comunidad, que merece ser parte de las decisiones para administrar su futuro y definir sus planes de desarrollo.

 

Esta es una buena noticia para los habitantes de la  Isla de Pascua y un orgullo para quienes aspiramos a representar sus intereses de la mejor manera, porque implica dar nuevos pasos para garantizar la preservación de su patrimonio en el más amplio sentido de la palabra.  Es, dicho en otras palabra, un logro esperado, que valoramos y esperamos contribuya a resguardar una de las joyas que guarda nuestro país, cada día más consciente de sus riquezas.

Imprimir