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  Oportunidad para mejorar institucionalidad

  Por Alberto Espina, senador por la Región de La Araucanía

4 de marzo de 2011

ImagenEl proyecto sobre federaciones deportivas mete el dedo en la llaga en un tema extraordinariamente sensible, como es el funcionamiento de esas instituciones. Ha quedado demostrado que las federaciones deportivas hoy día tienen una forma de funcionamiento que termina siendo un obstáculo para el desarrollo del deporte. Los propios deportistas muchas veces tienen como obstáculo a la estructura de la federación.

 

En segundo lugar, personas que quieren incorporarse a dirigir las federaciones a través de los mecanismos de elección que hay hoy día, se les hace absolutamente imposible dirigir la federación, porque sus directivas son electas por asociaciones, muchas de las cuales no existen ni operan.

 

Y hay otros muy buenos dirigentes también que tampoco se sienten con la capacidad de estructura, ni aporte, ni apoyo para poder desarrollar una buena labor. Porque también hay muy buenos dirigentes deportivos.

 

Nosotros hemos dictado tres leyes adicionales para el deporte: la Ley del Deporte, la Ley de Violencia en los Estadios y la Ley de Sociedades Anónimas. No obstante, creo que llegó la hora en que con mucha seriedad y responsabilidad analicemos cómo están funcionando estas leyes.

 

Estas tres iniciativas legales fueron iniciativas muy buenas. El problema es que leyes que en el papel resultan muy buenas, en la aplicación práctica no funcionan. Basta señalar, por ejemplo, que en la Ley del Deporte se establecen modalidades de financiamiento y hay una que no se ha usado nunca, que es el subsidio para el deporte. Está el Fondo Nacional de Desarrollo del Deporte; están las concesiones deportivas, y están las donaciones.

 

El subsidio para el deporte no se ha usado nunca. El sistema de donaciones que debiera ser expedito, claro, simple, ha terminado absolutamente engorroso.

 

Siento que esta es una ley que se podría simplificar, se podría hacer mucho más práctica. Y creo que es el momento de lograr generar un acuerdo.

 

La Ley de Violencia en los Estadios es lo mismo. Siempre escucho que hay críticas y se dice que es una mala ley, pero la verdad de las cosas es que cuando un juez aplica bien esa ley, la ley funciona. Sin duda, es una ley que tiene que tener muchos más temas preventivos.

 

Y la Ley de Sociedades Anónimas, es una ley que en el tema del deporte tiene que mejorarse. En primer lugar, porque es absolutamente incompatible que alguien sea dirigente de un club deportivo, Presidente o cualquiera que sea el nombre, y simultáneamente dueño de la organización, la empresa o la actividad que celebra relaciones comerciales con el club deportivo. ¿A cuáles intereses defiende? ¿El del club deportivo o defiende los intereses de su empresa? Eso es incompatible.

 

Pero, además, hay otras normas que también lo son y que creo que se ha expresado en la última elección del fútbol. Por ejemplo, los préstamos que hacen dirigentes o directores de clubes deportivos de fútbol a clubes chicos. Aquí hay clubes grandes que tienen directores, que tienen dirigentes, y hay clubes chicos que deben plata. Y a veces los clubes grandes les prestan plata a los clubes chicos. La pregunta es, cuando ese club chico tiene que votar por un dirigente del fútbol en el futuro, ¿por quién irá a votar? ¿Por aquel que cree el mejor dirigente? ¿O por aquel con quién tiene un compromiso por plata?.

 

Yo no hago imputaciones personales contra nadie, porque no me consta ni una. Lo que sí sé, que en el tema de las sociedades anónimas deportivas quiero dar cuenta de un solo dato. La razón era permitir que llegaran capitales privados al deporte, que se permitiera, porque no había recursos para incorporarla, que existiera una regulación, que era la Superintendencia de Bancos, especialmente para sacar al deporte adelante, y que se tomaran todos los resguardos para evitar que se distorsionara el sentido de la actividad deportiva.

 

De repente siento que ahí hay que meterle mano para regularlo adecuadamente, porque no sé si muchas veces prevalece el interés deportivo, o a veces el interés deportivo pasa absolutamente a un segundo plano y lo que está interesando exclusivamente son la cantidad de plata que está en juego. Y yo creo que mucho de eso es lo que ha afectado en la última elección del fútbol.

 

Hay varias normas que regular y creo que es una oportunidad. Este proyecto ha permitido por lo menos en este espacio del Senado debatir sobre un tema que es del mayor interés. El deporte es mucho más que una actividad meramente recreativa. Cumple una función social que en todas las sociedades que se han dado cuenta, que lo han captado, que lo han analizado, que han visto a un Estado involucrado, que han visto la abertura del sector privado, han logrado tener un desarrollo deportivo que disminuye la delincuencia, que disminuye la droga, que mejora las condiciones de salud, que mejora la calidad de vida; vivir para vivir un poco más alegre, más contento.

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