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  Con énfasis en educación a los jóvenes respaldan proyecto que sanciona conducción bajo la influencia del alcohol o drogas

  La Sala aprobó el proyecto del Ejecutivo, en segundo trámite y acordó que el 07 de noviembre a las 12:00 horas, vence el plazo para presentar indicaciones. Asimismo, se estableció que durante la discusión en particular de la iniciativa, sea analizada también por la Comisión de Constitución además, de la de Transportes y Telecomunicaciones.

12 de octubre de 2011

Por 30 votos a favor , uno en contra y una abstención, la Sala del Senado ratificó la idea de legislar de la iniciativa, en segundo trámite y que tiene por objetivo endurecer las sanciones para quienes conduzcan vehículos motorizados u ocasionen un accidente de tránsito en estado de ebriedad o bajo la influencia del alcohol o de sustancias estupefacientes o sicotrópicas.

El proyecto del Ejecutivo disminuye los niveles de aceptación de la presencia de alcohol en la sangre, de 0,5 a 0,3 gramos por mil de alcohol, para los conductores que manejen bajo la influencia del alcohol, y de 1,0 a 0,8 para quienes conduzcan en estado de ebriedad. Asimismo, aumenta las sanciones en los casos de suspensión de la licencia de conducir.

Durante el debate en la Sala, senadores de diversos sectores concordaron en destacar la moción de los senadores José Antonio Gómez y Carlos Cantero, que apunta legislar en esa misma dirección y que se encuentra cumpliendo su primer trámite constitucional.

Durante la sesión intervinieron los senadores Baldo Prokurica, Guido Girardi, Francisco Chahuán, Juan Pablo Letelier, José Antonio Gómez, Hernán Larraín, Lily Pérez San Martin, Mariano Ruiz-Esquide, Alberto Espina, Alejandro Navarro, Alejandro García-Huidobro, Jaime Orpis y Carlos Larraín Peña.

El senador Prokurica subrayó que "la filosofía del proyecto es tolerancia cero con el consumo de alcohol al momento de manejar un vehículo. Lo que pasa es que no hay ningún país del mundo que indique en su legislación  indicadores a cero para sus exámenes, porque puede dar falso positivo, en caso que una persona comiera alguna fruta".

En ese sentido, el senador Girardi comentó que la iniciativa "es muy relevante para el vivir cotidiano de nuestro país; una de las principales causas de muerte de los jóvenes es por accidentes de tránsito. Cuando se hacen autopsias de las personas que fallecen, ya sea como peatones o conductores, casi el 80% tienen presenciad de alcohol en la sangre; hay que establecer criterios de tolerancia cero en su consumo, el cero no es absoluto, por eso esta legislación señala el 0,3, porque si alguien ingiere un medicamento con base de algo de alcohol, no aparecerá en el examen".

El senador Chahuán destacó que "este proyecto, para los efectos de la penalidad, ha delimitado claramente las conductas infractoras. El umbral 0,3 gramos por mil de alcohol, para los conductores que manejen bajo la influencia del alcohol, fue dado por los expertos del Servicio Médico Legal, quienes establecieron dicho rango para evitar que los exámenes dieran falsos positivos".

El senador Letelier insistió que "necesitamos cambiar la cultura de nuestro país sobre este tema; que haya conciencia social, si una persona bebe alcohol, debe pasar las llaves. Hay que diferenciar las penas entre los conductores profesionales y el resto de los ciudadanos, porque los primeros deben tener sanciones muy graves y retirarles inmediatamente sus licencias de conducir; me preocupa que este proyecto no tenga los efectos socialmente regresivos".

El senador Gómez, recordó que "la moción presentada el senador  Carlos Cantero, fue a raíz de nuestro compromiso con los ciudadanos de Antofagasta y de la agrupación que realiza la Campaña Aún Te Espero, para establecer una nueva Ley de Tránsito en cuanto al manejo bajo la influencia de alcohol y estado de ebriedad. El gobierno se comprometió que una vez que la Sala ratifique este proyecto, se incluyan los contenidos de nuestra moción y que serán presentados vía indicaciones".

El senador Larraín Fernández, indicó que "rebajar el indicador a 0,3 confunde a la ciudadanía. ¿Por qué no enviamos una señal clara al país y  le decimos que se acabó la posibilidad que la persona puede conducir y tomarse un trago a la vez?, cualquier otra fórmula es irreal".  Además, no entiendo ¿por qué se suprimió un texto que prohíbe a los conductores de vehículos  admitir a las personas en estado de ebriedad?, creo que todo esto hay que analizarlo en su discusión en particular.

La senadora Pérez San Martín dijo que "las leyes no tienen fuerza por si sola, sino van acompañadas por campañas de publicidad en medios, como la televisión. También, hay que realizar una campaña educativa en los colegios, principalmente a los niños y jóvenes. Estos últimos son los que conducen vehículos y motos en la playas y los que ocasionan graves accidentes de tránsito".

El senador Pizarro, precisó que "el tema de fondo no es que exista el alcohol, sino hay una falta de cultura y responsabilidad de quien conduce un vehículo; no se puede echar la culpa a la publicidad u otro tema. Lo que se necesita es modificar el sistema de licencia de conducción de vehículos, que debe ser estandarizada, exigente y cumplir con las normas establecidas".

El senador Ruiz-Esquide recordó que "hay siete proyectos en el Senado, sobre este tema y cuyo tratamiento no ha sido concluido. Hay que  educar a las personas desde pequeñas; es indispensable hacer un esfuerzo por disminuir la cantidad de vehículos que hay en circulación, porque no tenemos un nivel de carreteras apropiadas; también se debe eliminar la publicidad al respecto y por supuesto, el que bebe no maneja un vehículo".

El senador Espina manifestó que "no sé si esta normativa ayudará a reducir los accidentes de tránsito producto de las personas que conducen en estado de ebriedad o bajo la influencia del alcohol. Me gustaría que en la siguiente tramitación, se invitara a penalistas para analizar la legislación comparada, en especial, como fue resuelto este tema en Francia o España, y conocer cuáles fueron los efectos que produjo esta normativa".

El senador Navarro denunció que "Chile cuenta con pocos equipamientos para medir in situ el grado de alcohol en la sangre, hay sólo nueve cromatógrafos y cuestan cerca de 66 millones de pesos. El único mecanismo de efectividad comprobada, para disminuir el porcentaje de accidentes a causa de la influencia del alcohol en el mundo, es establecer castigos mediante un sistema de puntajes en las licencias de conducir; se trata de un criterio de advertencia y que en Inglaterra ha tenido gran éxito".

El senador García-Huidobro recordó que "este proyecto es fruto de muchas mociones parlamentarias que el gobierno recogió; la idea es establecer tolerancia cero para quienes conducen y quieran beber alcohol. Me preocupa que el texto no deja tan especificado los exámenes a quienes hayan consumido sustancias sicotrópicas o estupefacientes".

El senador Orpis concordó con su par y señaló que "durante la discusión en particular de este proyecto, indicaré que se precise la manera de cómo se tipificará las conductas asociadas bajo los efectos de la drogas. Esto es un tema muy relevante y que debe quedar especificada en esta normativa".

Una posición contraria presentó el senador Larraín Peña, quien comentó que "soy enemigo del ánimo punitivo que  refleja este proyecto. Hay delitos muy graves en nuestra legislación y  que tienen penas inferiores que acá se contemplan. Hoy se nos prohíbe casi todo, que comamos papas fritas, o que tomemos una copita de vino; además, se ha comprobado a nivel internacional que mayores sanciones o multas no significa que se incurran menos estos delitos".

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