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  Necesitamos un plan de descontaminación agresivo

  Por Juan Pablo Letelier, senador por la Región de O¿Higgins.

22 de junio de 2012

ImagenTenemos un problema grave de emisiones en el país. Nuestra forma de convivencia, nuestra forma de consumo, nuestra forma de transporte, nuestra forma de vida, generan externalidades que son inaguantables. A pesar de las normas para mitigar emisiones en fuentes fijas y en fuentes móviles, nuestras ciudades siguen siendo de las más contaminadas del mundo. Hoy faltan camas en los hospitales, porque la gente se está ahogando por la calidad del aire en que vivimos.

 

Si queremos políticas de Estado discutamos qué vamos a hacer como país.

 

En la Sexta Región se propuso, con mucho atraso, fuera de la norma legal, un plan de descontaminación. Y propone reducir en un quinto, en 10 años, los niveles de emisiones existentes. Es decir, en 10 años más la calidad del aire en la Sexta Región va a ser igual o peor de lo que es ahora. Ese es el plan de descontaminación que nos proponen.

 

No hay una discusión de cuándo se va a declarar la leña un combustible, de una vez por todas. No hay una norma nacional para que el combustible que se vende de diésel sea de la misma calidad en todo el territorio nacional, porque el que se vende en Santiago, no es el mismo que se vende en los otros valles y la calidad de los contaminantes son distintas.

 

Tenemos un problema objetivo. Solo un porcentaje del país se calienta con leña y parece que es una mala opción, porque hoy en día cuesta, en promedio, 30 mil pesos por mes calefaccionarse con leña. Necesitamos probablemente hacer una apuesta de largo plazo con el gas, de ver que los esfuerzos de ENAP que está haciendo para fijar precios distintos puedan ser traspasados a los consumidores, con subsidios si fuera necesario, porque la externalidad de la contaminación es muy grave.

 

Por otra parte, tenemos que definir si vamos a poner una restricción a la cantidad de vehículos que entran al parque automotriz y definir el uso de las vías. Tenemos que tomar decisiones más agresivas para, efectivamente, avanzar en planes de descontaminación.

 

Hace mucho tiempo que estamos reclamando para que exista una norma de material particulado 2,5. Pero también queremos monitoreo y en ese sentido no me parece que se diga que hay monitoreo en todo el país cuando hay una estación de monitoreo en Rancagua y esa ciudad no es la Sexta Región y hay 17 comunas que vinculan a dos provincias que están con problemas de emisiones, con calidades del aire horribles. Yo creo que es bueno sincerarnos: no existe información. No nos digan que hay planes de monitoreo. Vivo en Rengo y no en Rancagua y puedo decir que el aire en Rengo es tan malo como el de Rancagua; que pasa lo mismo en Requinoa; pasa lo mismo en las otras comunas. ¡No hay monitoreo!

 

Necesitamos fijar políticas más consistentes, hacer un debate más a fondo y medidas más duras.

 

En algunas comunas de Santiago, se ve una cantidad de casas que están con chimeneas o con calefactores, quemando leña mojada, y no hay ninguna medida drástica para cortarlo. En la Sexta Región no hay ninguna persona que pueda certificar leña seca y se siguen usando frutales verdes, que están con contaminantes, que es la principal fuente de energía para calefaccionarse que tiene la gente de esfuerzo y humilde.

 

No basta con un plan que esté cambiando calefactores, en el orden de 10 mil o 12 mil al año, como hacen en Temuco con gran esfuerzo. Pero en nada resuelve el problema.

 

Tal como se hizo un plan de electrificación rural; tal como se hizo un plan de agua potable rural, necesitamos una política nacional para cambiar el sistema de calefacción en lo que es buena parte del país, desde el valle central hacia el sur y tener una política de uso del gas distinta, donde ENAP juegue un papel activo, donde el Ministerio de Energía pueda asegurar traspaso de precios distintos, porque de lo contrario vamos a fracasar, no como Gobierno de turno, sino como país en los planes de descontaminación.

 

Nuestros niños y nuestros adultos mayores se están ahogando.

 

Creo en la necesidad de una política de Estado, no de Gobierno. Necesitamos un plan nacional de descontaminación agresivo.

 

Si eso significa tarificar las calles de Santiago para que las fuentes móviles no sigan entrando al centro de Santiago, hay que hacerlo de una vez por todas. Si hay que fijar impuestos adicionales para que no entren tantos vehículos al parque automotriz, hay que hacerlo. Si vamos a definir un esfuerzo para que ciertas empresas medianas y pequeñas, que necesitamos trasladarlas para sacarlas de ciertos valles, hay que incentivarlo con subsidios o con incentivos.

 

El problema es que, si no lo hacemos el costo para la sociedad es demasiado grande. El llamado es a que podamos buscar una política de Estado, no ser autocomplacientes y buscar efectivamente soluciones para nuestro país.

               

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