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La urgencia de un decreto de zona de catástrofe

Por Lily Pérez, senadora por la Región de Valparaíso

10 de octubre de 2013

Imagen foto_00000014Creo que el objetivo que tiene esta sesión especial sobre los efectos de las heladas en nuestra agricultura, es lograr cosas concretas.

 

Valoro los esfuerzos que hace el Gobierno, en particular las medidas anunciadas por los ministros de Agricultura, del Trabajo y de Hacienda. Pero creo, con franqueza y cariño, que no son suficientes. Si no tuviésemos esta sesión especial y los medios de comunicación no hubiesen transmitido la verdadera tragedia que significan las heladas que han afectado desde la Región de Atacama hasta la Región del Maule, ellos no tendrían las soluciones que necesitan.

 

Es una tragedia porque, por ejemplo, en la Quinta Región Valparaíso-Cordillera represento a 26 comunas que se han visto afectadas por sequías y heladas. Las condiciones climáticas obviamente no son variables que se puedan controlar, pero efectivamente hay que tomar medidas aunque sean de carácter transitorio. Nosotros logramos, por ejemplo, un delegado especial. El Subsecretario de Interior es nuestro delegado presidencial para enfrentar los problemas de sequía.

 

Pero ello no es suficiente porque son medidas transitorias, paliativas. Necesitamos medidas a mediano y largo plazo. Por esa razón, estamos convencidos de que no basta con renovar los decretos de escases hídrica. Se requiere un decreto de zona de catástrofe que permita inyectar recursos frescos, distintos y nuevos para enfrentar la situación.

 

Quisiera señalar que la Asociación de Agricultores, por ejemplo del Valle del Aconcagua, que son las dos provincias de Los Andes y San Felipe, han hecho una estimación con datos proporcionados por los afectados, los productores y el Sistema de Información y Riesgo Empresarial (SIREM). Tienen aproximadamente un 35% de daño y hectáreas afectadas o pérdidas por estas heladas.

 

Tenemos una gran cantidad de agricultores que son afectados, muchos de ellos exportan, hay grandes, medianos y chicos. Las heladas los afectan a todos por igual. Pero, al final del día, ¿siempre quiénes son los más afectados? Las mujeres temporeras que trabajan en este tipo de faenas y que son cerca del 70 % de estos trabajadores. Son nuestras mujeres las que ponen la cara, las que mantienen sus familias.

 

Necesitamos anuncios que sean sustantivos y constantes en el tiempo para que personas que hoy están quedando sin trabajo por este fenómeno, puedan realmente mantener sus hogares en estos meses que quedan. Ellos trabajan en la agricultura, porque es mucha la gente en nuestro país que vive y trabaja en la tierra.

 

Quiero pedirle al Gobierno que apoye a la gente que nosotros representamos, la mayor parte de las cuales –en mi caso- se ha visto afectada por las heladas que hoy se traducen en un grave problema económico, de gran impacto social y laboral.

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