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  La pronta y generosa respuesta internacional

  Por Jorge Pizarro, Presidente del Senado

19 de marzo de 2010

 Tras conocerse la verdadera magnitud y el impacto humano y económico del devastador terremoto que afectó a una amplia zona del territorio chileno en la madrugada del 27 de febrero pasado, la comunidad internacional evidenció una inmediata sensibilidad y un conmovedor grado de solidaridad. Se inició con celeridad, y en coordinación con las autoridades nacionales, un amplio despliegue de ayuda humanitaria, que ha resultado extremadamente necesario, atendida la extrema gravedad de esta catástrofe.

 

A pocos días de ocurrido el terremoto tuvimos en Chile la visita del Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki Moon, quien constató en terreno sus graves secuelas. Este hecho, constituye, en si mismo, un símbolo del compromiso del sistema internacional con la superación de la emergencia y la reconstrucción del país. Comenzando por los países limítrofes, aquellos del entorno latinoamericano y el Caribe, así como muchos Estados del resto del orbe, todos han estado entregando un apoyo material y un respaldo moral que, en realidad, necesitamos más que nunca.

 

Justo es reconocer que Chile ha evidenciado un acelerado proceso de desarrollo económico y social, particularmente en los últimos veinte años. Sin embargo, estamos aun muy lejos de acercarnos al denominado "primer mundo" o al "club" de los países desarrollados. Las graves falencias evidenciadas, tanto por el sector privado como por el público  en materia de gestión de crisis, nos revelan que aun nos encontramos a medio camino de un desarrollo económico y social  acelerado y sostenible.

 

Es por lo mismo que la ayuda internacional ha sido tan necesaria, en materia de transporte, salud, alimentos básicos, agua, comunicaciones y rescate. El compromiso del mundo ha sido, por fortuna, adecuado, dinámico y desinteresado, lo que compromete nuestra gratitud, especialmente con aquellas naciones de un menor grado de desarrollo relativo que la nuestra. A pesar de ello, no han dudado en entregar su aporte solidario y generoso.

 

La terrible devastación dejada por esta catástrofe de la naturaleza, considerado entre de los 6 terremotos más violentos de la historia conocida, nos debe llevar a retomar con fuerza la idea reiteradamente sugerida en los organismos internacionales, en orden a generar un fondo mundial contra los desastres naturales, con el doble objetivo invertir en la prevención y en mecanismo modernos de alerta temprana, así como disponer de recursos inmediatos para enfrentar las consecuencias de una devastación a gran escala. Tras los eventos de Haití y de Chile, creemos que ha llegado la hora de viabilizar una llamada "agenda para las emergencias" y comprometer, desde ya, la colaboración de los países más desarrollados en su impulso y puesta en práctica. Esta es una fórmula práctica de aprendizaje de las dolorosas lecciones que nos dejan estos desastres naturales, que por lo demás acompañarán al mundo por siempre.

 

En este orden de ideas, parece de toda lógica considerar el establecimiento de entes regionales de gestión de crisis de emergencias, para alcanzar un mayor dinamismo y fluidez en la llegada de la ayuda y en la organización de la atención de las urgencias sociales. Estimamos que estos son temas de debate urgente en los organismos gubernamentales y parlamentarios regionales, que están llamados a responder con agilidad a estas demandas acuciantes de los ciudadanos de todos los países. 

 

Tenemos la certeza de que Chile se levantará una vez más, con la inestimable y fundamental cooperación del mundo entero, que ha demostrado su dimensión más humana y solidaria, no solo a nivel de gobiernos, sino de organismos humanitarios, sector privado, ONGs , medios de comunicación social, artistas e intelectuales y sencillos habitantes de todo el planeta. Todos ellos  nos hacen renovar la confianza en la condición humana. "Gracias"  es -a la vez-  un concepto rico en significado, así como un término muy sencillo.: "Gracias" es el único concepto que se nos ocurre,  para reconocer tanta ayuda internacional y tanto gesto de cariño que Chile ha recibido en estos días aciagos.

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