La necesidad de asegurar una ecuánime expresión de distintas visiones

Es francamente inexplicable la decisión del Gobierno de vetar la Ley sobre Televisión Digital, más aún cuando recientemente el Tribunal Constitucional respaldó la iniciativa que fue despachada por el Congreso Nacional. Hemos entregado al país una herramienta que asegura una televisión moderna, democrática y comprometida con valores que en nuestro país tienen gran significancia. ¿Cómo oponerse a ello?

El Ejecutivo iría detrás de las normas que impulsan el pluralismo. La señal no puede ser más incomprensible: nos están diciendo que tenemos que vetar el valor de la diversidad y la opción por la pluralidad de visiones. Quién se opone a que la televisión asegure una ecuánime expresión de las distintas visiones que de la sociedad, la familia y otros valores igualmente relevantes, se opone a la esencia de la democracia.

Lo mismo vale para la pretensión de vetar las normas referidas a la protección de los derechos laborales de los trabajadores de las señales de televisión. ¿Quién entiende que esto sea motivo de veto? Ahí entra nuevamente la colisión de miradas entre la derecha y el resto de las fuerzas políticas, pues mientras para uno estos temas son resorte de valorización de la empresa, para otros constituyen derechos, derechos de las personas que no son renunciables.

Lo que subyace en el fallo del Tribunal Constitucional es que cuando el Estado entrega una concesión, lo hace sobre un bien de uso público, al igual que como lo hace en innumerables otras áreas de la producción. Esto no es un cheque en blanco, no es regalo; hay responsabilidades y demandas mínimas que el Estado debe hacer en resguardo y protección de los ciudadanos y eso explica la existencia de regulaciones.

El TC ha resguardado que podamos imponer un mínimo de exigencias cuando se entrega una concesión y es increíble que la derecha, primero haya recurrido al Tribunal para impedir este hecho y, segundo, insista mediante un veto.

Creo que el Congreso hizo un tremendo trabajo al entregar al país una norma que declara independencia y asegura la soberanía debida que la ley debe salvaguardar frente a un mercado que claramente sobrepasa las fronteras del país. Hay estándares mínimos que deben ser observados por quienes opten a las concesiones, como es el caso de que espectáculos deportivos de gran trascendencia asociados a los partidos de la Selección Chilena de Fútbol, entren en este capítulo de protección de los derechos de las personas.

De ahí que es tan indefendible que un Gobierno que pretende reelegirse hablando en contra de los abusos, insista en fórmulas claramente abusivas con los compatriotas. Es hora de decidirse o bien transparentar las verdaderas intenciones que están detrás de este veto.