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  Incentivo para fortalecimiento de las familias

  Por Gonzalo Uriarte, senador de la Región de Coquimbo.

3 de agosto de 2012

ImagenNuestro país hace mucho tiempo está viviendo un fenómeno cultural y social tremendamente profundo y que da cuenta de formas de relaciones humanas muy distintas a las que teníamos hace quince, veinte o treinta años. Por eso, es que miramos todos con profundo respeto y con mucha sensibilidad, especialmente cuando se tratan estas formas de relaciones humanas, cuando toman forma de convivencias estables especialmente. Es en ese contexto que surge el Bono Bodas de Oro.

 

Lejos de negar esa realidad, lo que hacemos es verlas con profundo interés. Por eso, y no por casualidad es que la mayor parte de las políticas públicas que ha construido Chile en los últimos años y particularmente, a partir del 2010, lo que hacen es poner el acento en la focalización, es decir, en aquellas personas que más necesitan la ayuda del Estado.

 

Por esta razón, es que se elaboró un posnatal que nunca pensó en discriminar según si la mujer estaba o no casada. Lo único que se le pide a una mujer para beneficiarse del posnatal es tener las cotizaciones al día, generar ingresos y exhibir la fecha del parto. Pero en ninguna parte a nadie se le ocurriría pedirle, por ejemplo, que esa mujer o esa madre o futura madre que estuviera casada.

 

Lo mismo podemos decir en materia habitacional, en que todos los subsidios que forman parte de la nueva política habitacional hacen tabla rasa de cualquier distinción odiosa que pudiera haber entre una postulante casada y una que no lo estuviera.

 

No existen discriminaciones odiosas, como se pretende hacer ver, en materia de políticas públicas que están orientadas a ayudar a los más pobres, a los más necesitados. Al contrario, lo que se hace acá es poner un énfasis muy claro en la focalización.

 

Este gobierno tiene absoluta y entera autoridad, para crear un incentivo a aquellas parejas que hayan resuelto casarse, y que además, pueden certificar la fecha de inicio de esta relación, a través de un contrato celebrado en el Oficial del Registro Civil. Esa es la razón por la cual es imposible acreditar la antigüedad que se le exige a una pareja para poder gozar de este beneficio.

 

Gracias a esta ley estamos beneficiando a 170 mil parejas que cumplen los 50 años. Eso nunca antes se había visto; nunca vimos una política pública que pusiera el énfasis también en el fortalecimiento de la familia fundada en el matrimonio.

 

Este gobierno cree y de verdad así lo sentimos, que le hace bien a una sociedad tener familias fundadas en el matrimonio. Y por esa razón el incentivo, que desde luego, ya lo hemos dicho, no excluye otras formas de relaciones o de convivencias.

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