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Impedir que la delincuencia encuentre puntos débiles

Por Jorge Pizarro, Presidente del Senado

28 de noviembre de 2013

Imagen foto_00000016Nunca es buena noticia enterarse que personas que pertenecen a organismos cuya misión es combatir la delincuencia y, en especial, el crimen organizado, están involucradas en los mismos hechos que persiguen. El caso de la detención de policías y la investigación que pesa sobre un fiscal en la Región de Arica Parinacota, sin duda encendió las alarmas de la opinión pública. Es tarea de la Justicia determinar cuanto antes si esas acusaciones son reales y sancionar a los eventuales responsables de acuerdo a lo que prescribe la Ley.

 

Pero sin duda, lo que más inquieta y molesta es que este tipo de hechos venga a ser reiterativo en un tema en el que el Gobierno sigue insistiendo en que lo ha hecho mejor que nadie: la delincuencia. El Plan Frontera Norte que fue lanzado con grandes expectativas por la administración que está pronta a retirarse del Gobierno, está lamentablemente en la estacada.

 

Son más de cien las causas que deben ser auditadas para verificar que no haya habido corrupción de por medio. Esperemos que no encontremos más sorpresas ante este caso ya que, de verificarse alguna de las acusaciones, estaríamos ante una delicada situación en la que el delito podría haber infiltrado parte de nuestra institucionalidad en el combate a la delincuencia.

 

Lo que sí es sorpresivo es que vemos poco compromiso de parte del Gobierno ante una alarma como ésta. No basta, es absolutamente insuficiente que el Ministerio del Interior aparezca ante los medios de prensa diciendo lo que ya todos sabemos: que si se comprueban los hechos, sería una vulneración gravísima al sistema preventivo del delito. Es inaceptable que el Ministro haga como que su cartera no tuviera ninguna responsabilidad política de conducción en este tema que le corresponde por ley asumir.

 

Expertos han señalado que el hecho de que el Plan Frontera Norte haya permitido aumentar el decomiso de droga, no significa que estemos en presencia de un rotundo éxito. La posibilidad de lo contrario es aún más inquietante: ¿hay más decomisos o es que hay más droga?

 

Volvemos a lo mismo. Anuncios fastuosos con el fin de intentar mejorar una muy mala imagen en la gestión de Gobierno. Preferimos ver evidencia real e incontestable antes de cantar victoria en un asunto que es demasiado relevante para las familias de Chile. Quisiéramos que el caso que se sigue en Arica quede aclarado total y completamente, de modo de aprender, corregir y trabajar en conjunto para impedir que la delincuencia encuentre puntos débiles en nuestra institucionalidad.

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