Eliminar las restricciones y burocracia
Por Jaime Orpis, senador por la Región de Arica y Parinacota
20 de julio de 2012Recibí un informe del Servicio de
Impuestos Internos sobre cómo han operado las distintas leyes de donaciones en
distintas áreas. Existen las donaciones culturales, que estamos modificando en
el Senado; las sociales, deportivas, y educacionales.
Las culturales representan el mayor porcentaje; es la ley que opera mejor. Y representa el 32,2 por ciento de la operación del sistema. En tanto, la que peor opera: es la de la pobreza, que representa apenas el 5 por ciento de toda la operación de las leyes tributarias.
¿Por qué tal diferencia? Si nos detenemos a analizar las distintas leyes de donaciones, vamos a constatar que, por ejemplo, en materia de pobreza hay que seguir un ¿doctorado en ciencias ocultas' para en definitiva poder hacer operar la ley. Además tiene un elemento muy nefasto que es el Fondo Mixto que hace que parte de la donación vaya a fines distintos a los escogidos.
El informe de MIDEPLAN en materia de pobreza, confirma que efectivamente, han aumentado en un 56 por ciento las donaciones entre un año y otro en materia de pobreza, pero la mitad corresponde a una donación y solamente hay cuatro donantes que han operado con la ley de la pobreza.
Por lo tanto, no es neutro regular en exceso, porque al final no se terminan haciendo las donaciones. Esto no significa que no se deba fiscalizar, pero hacer la donación es un tema voluntario y evidentemente, si se colocan excesivas restricciones, limitaciones y burocracia, al final lo que se termina haciendo es no donando, o donando a aquella ley que ofrece mayores facilidades y es más expedita.
De tal manera que cuando se haga la discusión particular de este proyecto se debería tener en cuenta no solo la Ley de donaciones culturales, sino que el conjunto de las leyes de donaciones para advertir qué ha funcionado bien y qué ha funcionado mal. Sin duda, que la denominada Ley Valdés es la que mejor ha funcionado y, por lo tanto, sería un error ir colocándole cortapisas adicionales.
Por ejemplo, crear un fondo mixto para la Ley de donaciones culturales, sería un profundo error, porque la confianza en la institución es la causa. Por lo tanto, no tratemos de incorporar un elemento que ya, en la práctica, ha fracasado.
También se señala que el Estado al final termina financiando el 60 por ciento, de la donación porque se realiza a través del crédito tributario. Eso es efectivo, el 40 por ciento es pura filantropía. Pero la pregunta hay que hacerla al revés: si no existiera un incentivo tributario en que a través de pura filantropía, que representa el 40 por ciento, el Estado tendría que pagarlo todo, completo.
Hay que entender que los incentivos tributarios son un complemento a la acción del Estado. La sociedad civil es una aliada del Estado en materia de donaciones y permite que este 40 por ciento opere con pura filantropía. Que el Estado solo gastando el 60 por ciento, en este caso en particular, pueda multiplicar muchas veces las acciones culturales. De lo contrario, tendría que financiar el 100 por ciento y al hacerlo se restringirían, obviamente, las acciones culturales.
No vamos a legislar en abstracto. Efectivamente, Chile debería ir hacia una ley de donaciones comunes. Y, en lo personal, me gustaría que niveláramos hacia arriba, que tengamos un solo marco legal expedito, donde el donante done por el mérito de los proyectos y no por el tipo de beneficio tributario que tiene una ley respectiva respecto a un fin determinado.
Se está trabajando ese tema. Por primera vez se generó la Comunidad de Organizaciones Solidarias que representa a más de 70 organizaciones del mundo social. Y es ese el planteamiento: ir hacia una Ley de Donaciones general. Y el mejor parámetro de lo que ha resultado mejor en materia de donaciones, sin duda es la donación cultural que es un gran mérito del ex senador Gabriel Valdés.
Ahora, la estamos profundizando, la estamos actualizando, estamos permitiendo que no solo los grandes donantes puedan ser parte de esta ley, sino que también los pequeños. Pero que esa sea la vara a la hora de que legislemos respecto de una sola Ley, porque de lo contrario la decisión con respecto a qué donar va a estar en función del beneficio tributario y no la materia o la causa que la sociedad civil en distintos ámbitos está realizando y que son un complemento necesario del Estado.