El país necesita retomar los temas pendientes

El Presidente no va a alcanzar el respeto y la credibilidad de la ciudadanía si no enmienda rápidamente el rumbo en materia de seriedad, cumplimiento de la palabra empeñada y claridad en metas y objetivos hacia dónde marcha el Gobierno. Pareciera que a la nueva forma de gobernar le falta mucho de contenido y le sobra demasiado de parafernalia.

El país necesita urgentemente retomar los temas que han quedado pendientes y que por mucho que se vocee, bien o mal, no tienen respuesta real. La reconstrucción de las zonas afectadas por el terremoto no puede paralizarse ni obstaculizarse por muy llamativos que puedan parecerle a La Moneda algunos hechos noticiosos que puedan competir por unos minutos de televisión. Compartimos en eso la opinión de muchos de los parlamentarios de la propia Alianza que han sostenido que la nueva forma de gobernar requiere más seriedad y aplicación en los modos republicanos.

Instructivos inexplicables, reflotar un anticomunismo añejo o un exceso de protagonismo en temas tan delicados y serios como los casos de atentados con bombas, son señales de que para ganarse el respeto, la seriedad debe ser una condición inherente al cargo y estatura gubernamental. Lamentablemente seguimos entrampados en debates que deberían haberse resuelto hace rato. Los intereses económicos del Presidente en Chilevisión y LAN vuelven a penar, porque es justo que la ciudadanía se pregunte si hubo o no conocimiento de la fusión LAN TAM que pudiera condicionar el retraso en la venta de las acciones. Esto ya lo hemos visto y lo mismo vale para el canal de televisión del Mandatario. Otra vez la misma historia.

Concentrémonos en los temas urgentes. A ratos pareciera que el Gobierno no tiene agenda clara y que la contingencia tapa lo importante. Los sectores políticos estamos disponibles para acelerar los diálogos que nos enfrentan y buscar consensos para atender las demandas ciudadanas. Pero ante todo, queremos claridad y saber hacia dónde vamos.