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El cumplimiento del fallo debe ser el punto final a temas pendientes

Por Fulvio Rossi, senador la Región de Arica y Parinacota, y Tarapacá

30 de enero de 2014

Imagen foto_00000019Quisiera hacer algunas reflexiones políticas y parto señalando que el fallo no es óptimo para los intereses de Chile.

 

Llama la atención que se haya generado un clima de, incluso no sé si decir “euforia”, pero he visto declaraciones de que este es un gran triunfo para Chile, para su diplomacia.

 

Me gustaría que viésemos las declaraciones que hacíamos hace algunos años atrás, el 2008, cuando Perú presenta la demanda en La Haya: que Chile tenía, de acuerdo al Derecho Internacional, de acuerdo también a la intangibilidad de los tratados internacionales en materia limítrofe, toda la razón; que aquí prácticamente no había nada de lo cual debatir.

 

Pero se fue generando un clima de bastante pesimismo en los últimos días y semanas, que, quizás, hace que hoy día veamos este fallo –donde Chile pierde alrededor de 22 mil kilómetros cuadrados de zona económica exclusiva- como algo positivo.

 

No obstante esto, resalto y expreso mi alegría y satisfacción porque, en lo central, la posición y la tesis chilena se ha impuesto. Se ha impuesto en la intersección del paralelo con el Hito 1 como punto de partida de la delimitación marítima. ¡Y ese es un tema central!

 

De haberse acogido el punto Concordia o el punto 266, como le llama Perú, a 200, 300 metros al suroeste del Hito 1, evidentemente que estaríamos hoy día enfrentando otro problema, que tiene que ver con el territorio terrestre.

 

Hay un triángulo que se arma justamente entre el punto 266 y el paralelo que llega al hito 1.

 

Ahora, habiendo dicho que ganamos en lo esencial, pero aclarando que hay una pérdida dolorosa, quisiera también señalar que comparto las expresiones en relación a la arbitrariedad, a la falta de solidez de los argumentos, desde la perspectiva jurídica, que entregaron los jueces, para no reconocer las 200 millas.

 

Y llama poderosamente la atención, porque incluso en las declaraciones unilaterales hechas por Chile y Perú en el año 47, que fueron visionarias respecto de lo que sería la Convención del Mar, se reconocen las 200 millas desde la costa. Se hace alusión justamente a la declaración de Santiago, donde se plantean las 200 millas el año 52.

 

Misteriosamente, con una gran creatividad por parte de los jueces de La Haya, se dijo que Chile tiene hasta la milla 80, puesto que más allá de la milla 80 no habría ejercido soberanía, no habría capturado nunca naves pesqueras peruanas realizando pesca extractiva, cuando todos sabemos muy bien que la pesca extractiva se realiza fundamentalmente en las 20 primeras millas; a más reventar, a las 40 millas; por lo tanto, es un argumento bastante débil.

 

Así como que la luz de los faros que se colocaron el año 69, en virtud del Acta del 68, que es la proyección en el mar del límite terrestre, no iluminaba tan allá.

 

La verdad, es que creo que son argumentos muy débiles, que demuestran la arbitrariedad y la creatividad que tienen los jueces en este caso para haber establecido la equidistante a partir de la milla 80.

 

Desde el punto de vista de la pesca, indudablemente no hay un gran compromiso, salvo para un grupo de pescadores, a los cuales hay que compensar, con los cuales hay que dialogar, que hacen pesca de altura -palometa, albacora, bacalao-, más allá de las 80 millas.

 

Ahora bien, creo que en la propuesta de proyecto de acuerdo que presentamos se debe señalar con total claridad que el cumplimiento de este fallo debe ser el punto final a los temas pendientes en materia limítrofe con Perú.

 

Lo manifestó el senador Eduardo Frei cuando analizamos este tema en la Sala del Senado, cada diez años tenemos un tema pendiente, que aparece, justamente, de manera misteriosa y lo plantea Perú. Así ocurrió desde el año 1883, cuando concluye la guerra con Perú; después nos fuimos al 29, en el Tratado de Lima; pasamos por el 47, el 52…

 

Es muy importante terminar con la incertidumbre; es muy importante que este Congreso se pronuncie hoy en día justamente respecto de ese tema.

 

La implementación del fallo -por cierto- es gradual. No es de aplicación inmediata, pero ya hemos visto declaraciones de algunas autoridades peruanas que dicen: “Aquí hay temas pendientes: no se resolvió el tema del Hito 1, no se resolvió el tema terrestre”.

 

La verdad que la única esperanza que, como chileno, como parlamentario, como Nación podemos ver respecto de este fallo, que no es óptimo, donde tenemos una pérdida dolorosa, es que, por lo menos, nos permita sentar un clima de esperanza, pensando en el futuro y sabiendo que nunca más vamos a tener controversias con Perú, ni vamos a estar expuestos a demandas de esta naturaleza.

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