Egoísmo o Solidaridad
Por Jorge Pizarro, Presidente del Senado
10 de septiembre de 2010Las próximas fiestas del Bicentenario tendrán a más de un
millón 300 mil trabajadores del sector comercio, sumándose a esta celebración
codo a codo, igualitariamente y con sus familias, al cumpleaños de Chile. Esta
fiesta se les había negado por años, pero hoy en un ejercicio de democratización
y de igualar a los chilenos. Ellos podrán disfrutar de un descanso, tema que ha
provocado gran debate y críticas de algunos sectores.
Más allá de la discusión acerca de los costos, las pérdidas o lo que se va a dejar de ganar, lo que debe llamarnos la atención es que quizás la solución óptima era permitir que los comercios optaran, junto con sus trabajadores, si abrían o no en los días de celebración. Además, se pudo perfectamente establecer sistemas de compensación por los días de fiesta perdidos. Sin embargo, la poca simetría existente entre los trabajadores y sus organizaciones frente a muchas de las empresas, no hicieron más que llegar a esta fórmula que garantiza el derecho al descanso a miles de familias.
El llamado es a reflexionar, debatir y conversar acerca de cómo alcanzar relaciones más simétricas, estables, confiables y estratégicas entre las empresas y sus trabajadores. El sindicato, lejos de ser una amenaza para los empresarios, debiera ser una gran herramienta que permita llegar a acuerdos directos, realistas y útiles para todas las partes. Esta fiesta del Bicentenario tendrá el comercio cerrado; y eso no es sinónimo de caos, desabastecimiento ni nada parecido. En otros países más avanzados, no existen jornadas laborales tan extensas ni fines de semana con el comercio abierto de par en par.
Es hora de que Chile comience a reeducar sus estilos de vida y a pensar que el país no se acaba ni comienza en el consumo. Hay familias, trabajadores sacrificados que también tienen derecho a celebrar y a compartir con los suyos estas fiestas tan esperadas. Para eso, debe haber una ciudadanía dispuesta a deponer una parte de sus legítimas aspiraciones de acceder a bienes de consumo, por el derecho también legítimo de trabajadores a descansar y a disfrutar tal como el resto de los chilenos. Se trata de dejar un poco el egoísmo y pensar en un país más solidario.